Capítulo 7
Micaela
----¿Cómo me veo? - Mirando mi reflejo en el espejo lateral de la sala, me sentí insegura.
----Te ves… - Tomando mi mano, hizo que diera una vuelta completa.
---- ¿Horrible?
----No, te ves preciosa---- Sonriéndome modestamente, me abrazó.
----Tú también- Respondí, admirando su bellísimo traje negro a medida.- ¿Me parece a mí o quieres impresionar a Melisa?- Agregué, haciéndolo sonrojar.
----Creo que debemos irnos----. Tosiendo falsamente, se alejó.
Al llegar a la puerta indicada, toqué el timbre y aguardamos a que alguien nos atendiera. Casi instantáneamente esta se abrió, dejando a la vista a una persona conocida.
----¿Mica?----. Mirándome con los ojos bien abiertos, aprecié su expresión de verdadero asombro.
----Sí, soy yo--- Contesté, dándole un beso en la mejilla. Erick, quien venía detrás de mí, se presentó dejándolo aún más sorprendido.
----Así que ustedes son nuestros nuevos vecinos.
----Así es----. Respondí un poco incómoda.
-----¿Son pareja?----. Indagó, luego de ofrecernos algo de beber. Erick sonrió, mientras apoyaba el vaso en la pequeña mesa de cristal de la sala de estar, para luego decirle:
----Nos queremos, pero solo como amigos----.
----Me alegro que así sea. No porque no harían buena pareja, sino porque no quiero peleas con mi hermano.
----¿Tú hermano? No me digas que está....
----Melisa, ¡no quiero! ¿Acaso no entiendes? Tengo cosas más importantes que hacer y además...----. Al vernos, su voz dejó de oírse para que el silencio inundara la sala.
----¡Hola, chicos! Les presento a mi hermano. Seguramente ya lo deben conocer así que, ahorrándome presentación, voy a preparar lo que resta de la cena. ¿Me acompañan Maxi y Erick?----. Estos al entender su intención, nos dejaron solos.
----Hola----. Susuré, tratando de no caer en la tentación de mirarlo a los ojos.
----¿Vos vivís con Erick?----. De forma tajante, cortó toda cortesía de por medio.
----Sí, somos tus nuevos vecinos.
----Entonces…----. Siendo interrumpido por su ruidoso celular, dejó incluso lo que iba a decir. Sacándolo de su bolsillo, al observar a la pantalla, rodó los ojos para luego contestar.
----Estoy ocupado. ¿Qué necesitas? ¿Qué? ¡Te lo prohíbo!----. Tratando de no escuchar más su rara conversación, caminé con rumbo hacia el balcón. Al llegar a este, contemplé cómo las luces iluminaban la costa, permitiendo así ver las olas del mar que golpeaban suavemente las rocas.
----Es hermoso, ¿no crees?
Al salir de mi burbuja personal, me di cuenta de que Sebastián se encontraba a mi lado.
----Sí, es grandioso----. Agregué para frotar mis brazos en señal de que el viento se estaba haciendo sentir en la noche marplatense.
----Toma---. Ofreciéndome su chaqueta negra, negué con mi cabeza.
----No hace falta----. Dije en vano ya que él la había deslizado hábilmente por mi cuerpo. Poco después, volvió a contemplar el mar y yo me dejé acaparar por mi burbuja nuevamente.
----Lamento lo que pasó con el concurso. No fue mi intención mentirte ni mucho menos defraudarteo jugar contigo----. Con aquellas palabras, atrapó mi atención.----Fui un tonto al no decirle a Sara que tenía otros planes en los cuales estarías presente. Solo espero que sepas entenderme y que me perdones----. Absorta ante lo que había dicho, me quedé observándolo, mientras trataba de formar alguna oración coherente.----Sé que no debería meterme en tu vida pero ¿tienes una relación con Erick?----.
Y aquí vamos de nuevo con la misma pregunta.
----Lo quiero, pero como un amigo. Y con respecto a lo demás----. Mirándolo directamente a los ojos, percibí cómo él acortaba peligrosamente la distancia.
----¿Qué estás haciendo?
----Lo que debí hacer hace mucho tiempo----. Acercándose a mis labios, esperé con ansias el beso, pero la voz chillona de alguien muy conocida, nos obligó a separarnos en el momento que menos queríamos.
----Lo siento----. Haciendo una mueca rara, me dejó sola y con las inmensas ganas de un beso suyo.
Sebastián
Matarla y tirarla desde un puente era demasiado poco para Sara.
----¡Amorcito! Sé que no debía venir, pero te extrañaba----. Con su sonrisa falsa, demostró todo lo contrario. Solo venía a arruinarme la noche.
----¿Te puedes ir? Tengo una cena muy importante y a mis acompañantes no les agradan las sorpresas.
----¿Acaso quieres ocultarme algo?
----Por favor, retírate----. No quería perder la paciencia, pero estaba cerca de perderla.
---- Tranquilo, amor mío. No vengo a molestar, solo a acompañarte. Cuando pensaba contestarle, observé cómo Micaela entraba, tratando de no llamar su atención, pero fue imposible, ni bien se tropezó y cayó al piso de rodillas. Corriendo a ayudarla, Sara le dirigió una mirada de curiosidad ya que por suerte su nuevo look la hacía ver diferente en irreconocible a sus ojos. Intentando levantarla junto a la inesperada solidaridad de Sara, la llevamos a uno de los sillones individuales donde me di cuenta que su rostro denotaba dolor.
----¿Qué te sucede? ¿Dónde te golpeaste?
----Me duele el tobillo----. Indicó para levantarlo lentamente. Al verlo, pude notar cómo se empezaba a hinchar. Deshaciéndome de sus zapatos de tacón, comencé a frotar la zona con la yema de la mis manos para reactivar la circulación. Seguramente se había torcido el tobillo o en el peor caso era un esguince.
----Sara, ¿puedes ayudarme? Necesito que me consigas hielo en la cocina----.
Ella obedientemente asintió para ir a buscarlo sin reprochar. Y era sabido que detrás de ella vendrían los demás, que alarmados se tiraron literalmente sobre Mica llenándola de preguntas.
----¡Por favor! No es nada grave, solo necesita un poco de tranquilidad y reposo----. Gracias a Dios, Sara contribuyó a que se fueran. De algo, por lo menos, había servido su inoportuna visita.
----¿Necesitas algo más? ¿Algún medicamento?----.
----¿Sería mucho pedir algún antinflamatorio de la farmacia?----.
----No, iré de inmediato----. Sonriéndome, tomó su bolso y desapareció al cerrarse la puerta de entrada. Sorprendido ante su últimas aptitudes conmigo y Mica, la tomé cargándola al estilo nupcial.para llevarla a mi habitación. Al entrar, la coloqué suavemente en mi cama y luego coloqué una almohada debajo su tobillo lesionado.
----¿Te duele mucho?----. Acomodando las almohadas, permití que se recostara.
----Un poco. Creo que me ayudaste mucho con el masaje----. Sonrió.
----No fue nada, solo un poco de experiencia.
----De igual forma, muchas gracias.
----Eso deberías mostrármelo de otra manera----. Sonriendo con un deje de picardía, me acerqué a ella y a sus labios. Cuando logré tocarlos, supe que tocar el cielo no se comparaba con esa sensación de calidez y plenitud que sentía en mi interior.
----¿Interrumpo algo?----. Una voz femenina hizo que nuestros corazones dieran un vuelco. ¿Había llegado nuestro fin?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro