20• Las dudas.
—Es un lugar muy hermoso. —confesé encantada con la noche estrellada mientras nos mecíamos en aquel sofá columpio, con el jugo especial de mora de Fiorella.
—Uno de mis lugares favoritos. —respondió el castaño acomodando los mechones rebeldes de mi cabello detrás de mi oreja con delicadeza, nuestras miradas se habían encontrado y el sonrojo en mis mejillas no tardó en aparecer.
—¿Austin?
—Emma.
—¿Qué estamos haciendo aquí? —las palabras simplemente abandonaron mi boca, me maldije internamente por ello, eso no había sonado nada bien.
Cubrí mis labios al instante y Austin sólo se rió bajo, más avergonzada no podía sentirme, le escuche carraspear y después tomar mi mentón para que lo observara.
—No pasa nada con que lo preguntas, pequeña. —su tono de voz, me transmitía cierta paz, me guiñó un ojo mirando a nuestro alrededor. — es el lugar perfecto para compartir contigo, que estés aquí lo hace más especial de lo que ya lo es para mí.
¿Cómo dijo?
—¿Sabías que te ves linda cuando te sonrojas?
Lo escuché hablar animado.
—No, n-no, lo sabía. —¿acababa de tartamudear?, mis mejillas van a explotar del calor que de por sí ya tienen.
—Eres perfecta.
¿Qué...
—Lo siento por lo de hace unas horas. —me disculpe apenada cuando la voz de Jack se apoderó de mi cabeza, otra vez la noche anterior se convertía en mi más reciente recuerdo.
—No pasa nada, linda. ¿Está todo bien? —me dirigió una mirada preocupada y asentí mordiendo mi labio inferior, todos mis pensamientos me tenían la mente vuelta un lío.
—Todo bien. —respondí en voz baja, mirando el cielo, conteniendo las lágrimas que querían escaparse de mis ojos sin razón alguna.
—¿Emma?, ¿necesitas un abrazo? —asentí sin pensar y él me rodeó con sus brazos, me oculté contra su cuello rodeándolo de la cintura dejando que todas esa lágrimas tuviesen rienda libre.
El nudo en la garganta no me dejaba hablar, no podía decir palabra alguna porque lo único que escapaba de mis labios eran sollozos.
—Preciosa. —susurro él nuevamente dejando un beso en mi frente negándose a soltarme.— no sé qué es lo que te tenga así, pero todo va a estar bien. —aseguró.— si fue alguien que te hizo daño, entonces lo pagara caro.
—Lo siento tanto, Austin. —me aparte cuidadosamente limpiando mis lágrimas cuando por fin pude recuperar un poco mi voz después de unos minutos en los cuales me consolaba en silencio.
—No lo sientas, preciosa.
La confusión en verdad era un sentimiento terrible, aparte de cegar los pensamientos claros, era una sensación agria a nivel emocional.
Sentí como me rodearon la cintura y no me aparte, mis pies habían tomado el control, pues sin pensar casi estaba por correr hacía el auto.
—No necesitas huir, preciosa. Estoy aquí para ti.
—Aus...
—No, escucha, tu presencia día a día desde que nos conocemos ha sido de lo más grata, me haces sentir vivo, y me agrada.
—¿Qué?
—Emma, eres una de esas pocas personas por las que agradezco que estén en nuestra vida aunque no lo merezcamos. Eres diferente y me gusta. —me levante del sofá mirándolo confundida, por que me decía aquellas cosas en esos instantes.
Me sentía extraña.
—Tengo una lista larga de todo lo bueno que eres en este mundo, lejos de lo malo.
¿Malo?
Será que le afectó haber bebido las cuatro copas de vino?
Preferí pensar que solamente estaba exagerando y nada de lo último que decía era cierto.
—Austin, no soy perfecta.
—Para mí lo eres, preciosa. Todos cometemos errores que nos marcan peor que una cicatriz y aún así tú mantienes ese aire puro en ti que lo demuestra, que eres perfecta. Para mis ojos lo eres, Emma.
—Austin.
—Es tan complicado de explicarlo de otra forma. —murmuró y evite su mirada.
—Gracias por todo. —fue lo único que se me vino a la mente antes de sentarme a su lado y rodearlo del cuello para poder abrazarlo.— dices cosas que no entiendo, pero aún así haces todo lo posible para hacerme sentir única.
Mi mente desconectó el lado racional y mandó lejos la idea de no tener cercanía con nadie más que mis conocidos, la universidad de Inglaterra, todo se fue al caño.
—Quiero que sepas que estoy aquí, y te aprecio, te quiero.
Me sonrojé manteniendo los ojos cerrados con el rostro apoyado contra su hombro
—Yo también te aprecio, Aus.
Tomo mis mejillas delicadamente para observarme, me sentí más nerviosa por ello, mis mejillas estaban más que calientes y mi corazón palpitaba extremadamente rápido.
Nos quedamos en silencio, el espacio entre nuestros rostros se estaba acortando poco a poco.
—Preciosa...
Cerré mis ojos y me alejé rápidamente reaccionando, carraspee mi garganta mirando mi celular para ver la hora y disimular.
11:00 pm.
—Ya es tarde, ¿vamos?
—Eh, sí, claro, vamos.
—El tiempo pasó extremadamente rápido, ¿tiempo?, ¡Diana! —solté la mano del castaño empezando a correr hasta dónde estaba el auto, anteriormente nos habíamos despedido los señores Rinaldi. Volví a marcar el número de mi hermana menor pero caía en buzón de llamada.
¿Dónde estaría metida?
Austin se subió en auto mirándome preocupado, volví a marcarle a Diana una vez más hasta que mi celular vibró con un mensaje nuevo, mi acompañante ya estaba manejando el auto por la desolada carretera.
Presione la notificación del mensaje y contuve la respiración.
Estoy bien, no tienes que preocuparte por nada, hermana. Ahora mismo me encuentro en casa.
9:39 pm.
¿Segura?, ¿qué sucedió?
Pensé que ya estabas durmiendo. :/
11:34 pm.
No he podido descansar nada de nada, en realidad...
😐
11:35 pm.
¿Di?, sabes que puedes contarme lo que sea?
11:35 pm.
Bien.
Fui a pasear con Justin en la tarde.
Creo que te lo había comentado.
Descubrí que probablemente tiene novia.
La vimos en el cine.
11:37 pm.
¿Cómo?, ¿leí bien?
11:38 pm.
Si.
11:39 pm.
¿Cómo es que sabes que es su novia?
11:39 pm.
Ella corrió a abrazarlo gritando "amor", además de besarlo delante de mí, no quedé a ver más y decidí alejarme para darles su espacio, compré una entrada y terminé viendo una película de suspenso.
11:40 pm.
Procedí a seguir leyendo los mensajes de Diana sintiendo mi pecho comprimirse un poco por lo mal que ella se sentía en aquellos instantes, marqué su número sin pensar, Austin estaba ocupado conduciendo, podía hablar con la pequeña rubia sin ningún tipo de incomodidad porque no la delataría.
—Hermana. —fue lo primero que dijo decaída. — fue un día tan extraño. —confesó soltando un largo suspiro, me la imaginé cerrando sus ojos sentándose en algún lugar de su habitación.
—Desahógate, estoy aquí.
—¿Vas a tardar mucho en llegar?
Miré el reloj en mi muñeca haciendo una mueca, habíamos tardado casi una hora en llegar y era otra hora para ir a casa.
—Eh... un poco más de veinte minutos.
Volvió a suspirar y luego a quedarse en silencio.
—Bien, pues, Justin estuvo intentando llamarme y mensajearme en la película, no le devolví ninguna llamada o mensaje, no hice nada al respecto por él, sólo quería pensar, pero cuando me dispuse a mirar la pantalla, me di cuenta que estaba sentada al lado de unos chicos muy lindos, uno de ellos intento hablarme... —se quedó en silencio rápidamente.— ¿ya estás llegando?
Negué aunque ella no pudiera verme, confundida por su susurro.
—Estoy a medio camino de casa, Dian. ¿Pasa algo?
—Alguien, alguien está intentando abrir la puerta. —su voz sonaba atropellada, sin duda alguna mi hermana estaba asustada.
—¿Mamá no está ahí?
—No, dijo que saldría a hacer unos pendientes y llegaría casi al amanecer. —respondió agitada, intenté pegarme más la bocina contra la oreja, escuchando un fuerte golpe en la puerta, Diana maldijo con voz temblorosa y yo me preocupé. —Emma... —me llamo.— no sé quiénes son, están vestidos de negro, estoy en la habitación de mamá.
—¡Llama a los chicos!, intenta salir por la ventana de mi habitación, tócale a la señora Colton, pero no te quedes ahí. —mi pulso iba más y más rápido, los golpes en la puerta de la casa iban a ceder en cualquier momento y yo no estaba con mi hermana pequeña.— Austin por favor, apresúrate. —pedí al borde de un colapso mirándolo, sin necesidad de repetirlo aceleró y marcó a alguien por llamada.
—Emma, Emma... hermana, están rodeando tu ventana. —el pecho se me comprimió al escucharla. —Jack no está en su habitación, y esos tipos están armados.
—No cuelgues, pequeña, ocúltate por el pasadizo secreto de mamá, voy a intentar comunicarme contigo.
Puse la llamada en espera marcándole con desespero a mi madre, pero ella no atendía, la presión que estaba sintiendo no se comparaba a nada que hubiese experimentado anteriormente.
Maldije en voz baja, le marqué a Jack y ni siquiera repicó, volví a la llamada con Diana, preocupada.
—¿Te escondiste?
—Sí, entraron a la casa... están hablando en... ruso, tengo miedo, hermana.
—Shhh, tranquila, todo va a estar bien, ya casi voy a llegar.
—Emma, preciosa. —Austin tomó mi mano atrayendo mi atención, me regaló una pequeña sonrisa antes de colgar la llamada de su celular.— todo va a estar bien, ya van a resolver este asunto.
—Los chicos llegaron. —le escuche decir a mi hermana aliviada, hasta que los disparos se escucharon y Austin estampó sus labios contra los míos aprovechando que el auto estaba aparcado a un lado de la carretera.
Mientras que todo se desvanecía a mi alrededor, dejándome el doble de confundida.
*************
No tengo palabras para describir cómo me siento ahora mismo, mis aliens. Sólo decir que... Wow.
Besos,
—Em.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro