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2• No me gusta que me llamen así.

•Horas después•

Me había quedado dormida sobre el libro de biología pensando en qué cosas serían posibles para tener este año fuera de las bromas de Colton y cómo aprobar la prueba de hoy con la profesora de biología.

—Si es que...

No quiero recordar la broma del año pasado que me hizo Jack, el tinte de piel no salió durante dos semana enteras al igual que el de cabello.

Estaba algo desorientada con la hora, apenas había llegado Diana me había dicho que mamá no estaba en casa y que había dejado un pure de papas para calentarlas a la hora de la cena.

Terminamos pidiendo pizza cuando el sabor amargo de las papas nos hizo devolverlas.

La editorial mataba el tiempo de mamá.

Escuché sonar mi celular en algún lugar de mi mesa, lo tomé rápido y era un nuevo mensaje de Alejandro.

Alejo:
Hola Nena, ¿Cómo estás?

Yo;
¡Hey!, bien. ¿Tú?
Tengo curiosidad de saber porqué me llamas "Nena"

Alejo;
El autocorrector, je. :D

Yo;
Oh pues, ya veo.  👀

Alejo;
Tengo una duda.

Yo;
Dime.

Alejo;
Oye... cuándo te deje en el taller, no me respondiste lo que te había preguntado.

Yo;
¿Sobre qué?, perdona Ale, tengo muchas cosas en la cabeza con lo de las actividades de la escuela. :(

Ya eran la una de la mañana, aún estaba hablando con Alejandro sobre esa salida cuando mire mi reloj de nuevo y fruncí el ceño. Detalle mi chat con el castaño, no había respuesta que siguiera tras mi último mensaje.

Me hizo sentir nerviosa.

Yo;
Ale, voy a dormir, ¿Nos vemos mañana?

Alejo;
Si, descansa nena.

Yo;
Descansa Ale.

•Al día siguiente•

Repetí el procedimiento de despertarme todos los días con esa sensación de que algo estaba diferente hoy.

—Buenos días, Diana. —salude a la pequeña.— ¿Cómo amaneciste, hermana?

—Buenos días. —sonrió pero se detuvo tomado un sorbo de su jugo de naranja mirándome curiosa a la vez.— ¿Y eso? ¿Por qué tan buen humor?

—No lo sé. —reí tomando una botella con agua sonriendo divertida después.

—Emma... me estás asustando, pero me alegra que estés de buen humor.

Ella hizo una mueca con una sonrisa ladina.

—Nos vemos, enana.

—Adiós, ñeña. —reí por el apodo y abrí la puerta principal sonriendo mientras tarareaba una canción cerrándola, busqué el auto con la mirada y casi me dio un mal, entre a la casa y miré a mi hermana.

—¿Y el auto?

—Pensé que mamá te había dicho, se lo llevó porque el de ella está en el taller o algo así dijo.

Adiós buen humor.

Por eso dije mi auto no auto.

—Vaya... ¿Tienes clases hoy?

—Sí, pero entró a las nueve porqué la profesora de matemáticas enfermó. —asentí con suavidad y besé su cabeza antes de girarme.

—Segura que viene...

—Ve a la escuela, hermana, sí, si vendrá a buscarme.

Ella me empujó fuera de la casa al momento termino de hablar.

—Miren nada más quién madrugo. —escuché la voz de la segunda persona que arruinó mi mañana.— la señorita Vega.

Definitivamente, jamás me gustaría Colton, ni en amigos.

¡Porque te gusta!

Ignorando la vocecita de mi cabeza me centré en contar el dinero que tenía en mi billetera, para nada llegaba con el pasaje del bus.

Esto me pasa por no guardar efectivo...

—Corrección, de cuándo acá tienes modales, Colton? Pensé que en el internado militar te los habían enseñado.

Cinco centavos, ¿era en serio?, podía caminar a la escuela, no importa cuánto tarde podría llegar.

—Contigo nunca, señorita extravagancia.

—Lo que digas.

Ya pisando la entrada del jardín el auto ultimo modelo de Alejandro aparco frente a la casa, mi mandíbula podría haber terminado en el piso si es que Jack no se hiciera sentir.

—Veo que llegó, Don Perfecto.

—¿Decías algo? Es que las palabras sin coherencia no puedo entenderlas con claridad.—me giré a mi odioso vecino con una sonrisa divertida, caminando hasta el auto del castaño.—Adiós, Colton.

—Nos vemos, Lady Di.

Apenas subí al auto de mi mejor amigo, él sonrió divertido colocando música empezando a manejar.

—Buenos días, Benji. Diana me llamó temprano para que viniera por ti, al parecer hoy tampoco podrás usar a Peter.

—Y que lo digas. —hice un puchero suspirando y después cerré mis ojos.—buenos días a ti también, Ale.

•————•

—No, en verdad llegue a creer que te habías vuelto acosador o un guardaespaldas. —me burlé divertida ante su mirada aburrida, sujetando mi mochila contra mi hombro derecho caminando tranquilamente hasta la entrada del instituto.— el FBI debería de contratarte para que...

Sí antes no me había quedado en silencio ahora lo hacía con algo de gusto.

Jack venía llegando con su típica chaqueta de cuero puesta riéndose con el trío dinámico.

Derrick sonreía a las chicas con coquetería, Josh sólo se reía con mi odioso vecino y no miraba a otro lado, lo cual me llevaba a hipnotizarme por su inusual combinación de personalidades.

Como siempre.

Alejandro me tomo de la cintura antes de que me estampara contra el cesto de basura grande de la entrada.

—Era un mosquito. —me excuse torpemente.

Aún seguía sin entender cómo el odioso de mi vecino, lograba robarse mi atención con cualquier cosa que hiciera, era impresionante.

Incluso me imaginaba su sonrisa divertida en mi cabeza y sus inusuales ojos color dorado, casi, mirándome.

Tal vez debía dejar de darle tanta importancia

—Tierra llamando a Emma. —Mire al castaño frunciendo el ceño.— era obvio que no fue un mosquito.

—¿Eh?

Había logrado salir de mi trance.

—¿Estás bien?

—Sí.

Humedecí mis labios y miré de nuevo donde ellos habían estado, los cuales reían con unas chicas.

De verdad, el chico malo/bromista, el músico y atleta/modelo, nunca podría superar algo como eso.

No muy convencido me volvió a preguntar.

—¿Qué tienes?

—Nada. Sólo... —estaba pensando en lo guapo que se veía el pelele de mi vecino caminando con esa sonrisa tan característica de él hasta acá, obviamente no le diría eso, ah, claro también me embobe con sus amigos. Definitivamente no.— te decía que, pasa que no dormí bien y eso es todo. —le regale una sonrisa abofeteándome mentalmente por pensar eso del trío explosivo.

De algo estaba segura, sí Alejandro se enteraba de mis pensamientos lo más seguro es que empezaría con sus teorías de que estaba enamorada o algo por el estilo, por su complejo de detective, lo aseguraba.

Me coloqué uno de mis audífonos disimulando ante la mirada curiosa de mi mejor amigo.

Pero un clásico de Nirvana movió mi mundo con ganas.

Come as you are.

—Claro... —fue lo último que dijo antes de que alguien me asfixiara en un abrazo.

—¡Eme!, ¡te extrañe más que a las pizzas! —soltó una voz femenina, Lisa mi mejor amiga estaba de regreso de su semana de vacaciones, sonriéndome ampliamente emocionada.— ¿Cómo estás?

—¡Loca de mi alma!, estoy perfectamente bien, yo también te extrañé. —hice un dramático puchero sonriéndole después.— ¿y tú?

—Genial, tengo muchísimas cosas que contarte, este viaje fue loco. Vamos a clases, Eme.

—Lisa, yo también existo. —con fingida indignación el castaño se hizo notar haciendo reír a mi amiga con muchas ganas quien lo abrazó y molestó revolviéndole el cabello.

—¿Por qué me dices, Eme?

—¿Qué acaso Ale no te dijo? —negué viéndola y asintió despacio, ¿qué me había perdido?

—Para nada, Lisa. ¿Qué me estoy perdiendo?

—Nada, nena. Es sólo qué ambos pensamos que sería mejor decirte Eme que decirte "Emm".

—Me siento un poco rara con ese apodo. —murmuré haciendo una pequeña mueca mientras caminábamos.

—Ya te acostumbrarás. —sonrió a lo que simplemente alcé ambas cejas riendo mientras negaba.

—No lo creo, mejor díganme Emma.

—Valeeeeeeeeee.—remarcó la "e" y negué divertida.

Corrí hacia mi taquilla a buscar los libros del primer bloque que me tocaba, cuando me giré sólo pude ver el rostro de Derrick, claro estaba Hilary, quien le hablaba de los bolsos Chanel y demás cosas.

El cliché del capitán y la reina abeja.

Aunque raramente y muy tonto, ellos dos eran mejores amigos desde la infancia, por ende aunque Derrick fuera frío con ella, todos sabían la razón, no le gustaba Hilary y los rumores estudiantiles siempre decían que estaba enamorado de una chica pero no cualquier chica, sino una fuera de los estereotipos con los que se le veía siempre.

Sí, los estereotipos cliché.

En estos momentos soy como una señora chismosa, pero era la verdad.

—Mejor fíjate de no volvernos también invisibles a nosotros, Vega. —gruñó ella haciendo que rodara los ojos.

¿Por qué no leía?, o mejoraba sus insultos?

No me había fijado que sin querer había pisado al atleta estrella cuando camine por su dirección.

Trío explosivo.

—Oh no, lo siento mucho, Derrick.

—No te preocupes, voy a clases. —eso también mataba a las chicas, su aura "fría, seca y coquetería" cuando se lo proponía.

Tal cual antes de yo estrellarme con la basura.

Y sin más desapareció con Hilary siguiéndolo los pasos.

Ignore lo que dijo una de las "amigas" de la chica y me fui a clases, estaba demasiado apurada, pero logré llegar mucho más rápido que el profesor Lou.

Podía jurar que recordaba la torpeza que había cometido y por esa razón me daba un golpe en la frente, por andar pensando en lo que eran esos tres personajes.

Cuando salí de la clase de trigonometría me dirigí de inmediato a buscar los otros libros de la siguiente clase pero también para ir relajada a el almuerzo, apenas cerré la puerta de mi taquilla me encontré con Alejandro apoyado en la de al lado.

Para nada se me hizo extraño.

Me acompaño a ir a la cafetería donde nos encontraríamos con Lisa como usualmente lo hacíamos, pero también había alguien más con ella.

🖤🖤🖤

Besos chocolatados.

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