—¿Bien? —dude dejando un beso en la cabeza del perro prometiéndole que intentaría visitarlo pronto tomando la mano de Colton antes de empezar a caminar de nuevo hasta las escaleras, subiendo y entrando por el balcón.

—Luces hermosa. —halagó mi vecino y yo rodé los ojos divertida murmurando un gracias bajo, Javier no tardo en aparecer en nuestro campo de visión, traía una copa de vino en su mano y venía sonriente.

Recordándome a una vez en la que ambos asistieron a mi cumpleaños, por una invitación de mi mamá, que apenas llego se robó varios suspiros de mis compañeras e incluso hizo pasos de robots divertidos, ganando la batalla de baile contra Ale.

—¡Emma!, que gusto verte de nuevo.

—Hola. —salude con un poco de timidez sintiendo la mano de Jack apoyarse en mi espalda baja.

—Te ves preciosa, y en verdad que tenía mucho tiempo sin verte. —su sonrisa se amplió más y Jack bufo riendo bajo.

—El tiempo cambia muchas cosas, Javier. —respondí divertida y él asintió riéndose.

—En verdad a veces no creo que la vecina que es como mi hermanita haya crecido tanto. —me abrazo y yo correspondí rodando los ojos por su exageración.

—Y yo pensando que era la sentimental. —bromee cuando él se alejó y Jack volvió a rodear mi cintura de nuevo.

—Lo somos. —Javier me miró divertido.— ¿están pasándola a gusto?

—Algo así, si te soy sincera.

—Pues, esperemos que pronto se anime un poco más. —levantó su copa un poco y cuando tres hombres más se le unieron sonrío.— permíteme presentarte a mis socios, Citrus Russo, Zack Leblanc y Liam Carson.

—Un gusto conocerlos. Me llamó Emma.

—¡Eres demasiado linda para ser real!, es un gusto conocerte, Emma. —Comentó Citrus con una sonrisa sincera. — de casualidad, ¿fuiste modelo?

—Algo recuerdo de aquel pasatiempo. —bromee.

—Apoyo lo que dijo Citrus, tu belleza es irreal. —dijo Zack sonriente.

—Gracias, señores. —reí y luego observé a Liam acercarse.

—¿La princesa tiene un compañero para el baile?

—Liam. —gruñó mi vecino.

—Lo olvidaba, lo siento Jack.

Todos los socios de Javier eran recién salidos de una revista o algo así, pues eran extremadamente atractivos.

Dejé de concentrarme en ellos y la charla que habíamos empezando cuando Lisa se disculpó por la demora y Javier beso sus labios.

Sorprendiéndome, al no haber visto venir aquello.

Wow.

Cuando ella me miró se congeló y su sonrisa nerviosa apareció, estaba sonrojada, pero yo sonreía con disimulo, porque aquello era genial.

Ahí se encontraba su amor secreto.

—Lis. —murmure para ella y evito mi mirada pícara, reí bajo y miré a Jack.— iré unos segundos por algo de tomar. —él asintió y besó mis nudillos suavemente, me alejé y Lisa también.— suelta la sopa. —fue lo primero que le dije divertida cuando estuvimos lejos de ellos.

—Bueno...

—Procede, loquilla.

—Estamos en algo. —confesó más roja aún.— queremos intentar algo "serio"

—No puedo creerlo aún, no sabía en verdad que él te gustaba, Lis. Y estoy emocionada porque tienes un brillo en los ojos increíble.

—¿Por qué lo dices, Em?

—¿Te hace feliz?

—Ni te lo imaginas.

—Entonces qué es lo que te preocupa de intentar algo serio.

—Porque...

—Lisa, Emma. —la voz de Alisson la interrumpió y ambas la vimos acercarse.— Hey, chicas.

—Hola. ¿Estás mejor?

—La verdad es que sí. —sonrió ladina acercándose más.— ¿el socio de Javier esta soltero? —preguntó bajo mirando a todos lados.

—Oh, Alis. —Lisa y yo sonreímos divertidas.— no lo sabemos, pero creemos que sí.

Ahora que las detallaba mejor, ambas tenían vestidos hermosos, Alisson tenía puesto uno color azul grisáceo largo, con un escote delicado por la espalda y una abertura por su pierna con el cabello ondulado y suelto, mientras que Lisa tenía puesto uno de color salmón escotado de espalda y por el pecho en V, resaltaba sus curvas perfectamente y su cabello estaba recogido en un moño un poco suelto pero elegante.

—Las tres nos vemos perfectas hoy, como siempre. —comentó Alisson sonriente y regresamos con los chicos notando varias miradas en el camino.

Jack sonrió cuando volví a su lado y me hizo una pequeña reverencia, sonriente antes de tomar mi mano y besar mis nudillos.

—Hola. —murmuró suavemente y yo me sonroje.

—Hola. —respondí con una pequeña sonrisa escuchando de fondo a Lisa conversar con Javier y Alisson con el socio del mismo, Zack.

—¿Bailamos?

—Vamos. —accedí y él asintió rodeando mi cintura, en la pista no habían muchas personas bailando al son de una canción que me era familiar pero no recordaba el nombre.

—Tú sólo relájate, no voy a dejarte caer. —apoyó una mano en mi cadera y sostuvo mi mano entre la suya pegándonos un poco para empezar a bailar lentamente, al compás de la música, los dos mirándonos fijamente a los ojos.— sólo sígueme. —murmuró suavemente guiándome en los primeros pasos de la canción reciente, una de Paul Anka.

—En cómo me dejes caer. —amenace entrecerrando mis ojos sonrojada y él sonrió ladino negando, apoye mi cabeza contra su hombro unos instantes sintiéndome en calma y en casa.

Por muy extraño que sonara.

Unos minutos más y nuestro baile había cesado.

—Ven, quiero mostrarte algo. —entrelazó mi mano con la suya y ambos salimos de aquel salón sin fijarnos en las miradas de las personas. Llegamos a una especie de puerta trasera y él abrió haciéndome una reverencia que me hizo reír. —adelante, quisquillosa. —bromeó y yo rodé los ojos, afuera era de noche, eso era claro, pero las estrellas ya podían verse, al igual que, ese precioso jardín frente a nosotros.

Lleno de flores, luces, los arbustos, si antes había pensando que aquel jardín fuera de los balcones era lindo este lo era el doble, habían unos columpios cerca de nosotros.

—Wow. —susurre y él me sonrió guiñándome un ojo antes de alzarme entre sus brazos al estilo princesa.— ¡Jack!

—Espera. —me sentó con delicadeza sobre uno de los columpios antes de agacharse frente a mi y quitarme con suavidad los tacones.

—¿Por qué me los estás...

Él se quitó sus zapatos y tomó mi mano jalándome un poco hasta que rodeó mi cintura ya de pie, sonrió ampliamente y beso mi mejilla.

—¿Sabes lo hermosa que te ves a la luz de la luna? —parpadee confundida y analicé su expresión, la cual era sincera, sus ojos me miraban atentos y en sus labios permanecía aquella linda sonrisa suya.

—¿Estás ligando conmigo, odioso?

—¿Por qué no podría? —su sonrisa se ensanchó y se escuchó una canción de Ed Sheeran de fondo, la gente seguía disfrutando de la música en el salón mientras nosotros nos veíamos como unos tontos a los ojos.

—¿Qué hacemos aquí? —decidí cambiar el tema tomando un poco de distancia antes de las cosas se descontrolaran.

—Disfrutar de la noche libremente en uno de mis lugares favoritos contigo, bebé. —se sinceró empezado a movernos en pequeños círculos en una especie de baile.— ahora sólo seamos nosotros dos. —susurro y nos guió al compás de la voz de Ed, en esos momentos sólo lo sentía como algo mágico, sin necesidad de nada ni nadie estábamos ahí disfrutando de la música lejana y el ambiente solitario.

Nuestra mutua compañía y su voz baja cantando la canción, sonreí sin que me viera rodeando su cuello colocándome un poco de puntillas siguiendo con sus pasos.

Él me alzó de la cintura y giró conmigo, yo no dudé en reír cerrando mis ojos disfrutando del momento.

—Son unos cuantos pasos. —bromeó bailando de nuevo conmigo pero haciendo que yo colocara mis pies sobre los suyos.— ahora sí, bailemos, quisquillosa.

Entre risas, bromas y miradas significativas nos pasamos el resto de la velada en aquel jardín medio oculto de los demás, disfrutando de cada minuto que pasaba e incluso columpiándonos tal cual niños.

Después de todo, salir con Jack ese día no había sido tan malo.

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