Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15• Ese vestido no.

Cuando el despertador sonó por la mañana me desperté contenta de poder seguir durmiendo unas cuantas horas más, por la sencilla razón de que era sábado.

Mi día favorito de la semana hasta que recuerdo que debo buscar algunas cosas en la tienda.

Mensaje nuevo.

Odioso.

Hasta aquí se escuchó tu emoción mañanera. 😂 no olvides lo de hoy, bebé.
8:45 am.
Por cierto, buenos días.
8:45 am.
Ansío pode robarte otro beso. ;)
8:46 am.

No se me ha olvidado nada. 😩
8:49 am.
No me digas bebé.
8:49 am.
Puedes te quedarás soñando, Colton. ;)
8:50 am.

No voy a negar que en estos momentos no tengo la menor idea de qué es exactamente lo hoy, ahora mismo no lo recuerdo.

Me encojo de hombros antes de sacar algo cómodo para ponerme e ir por los víveres de la semana.

Algunos.

Ya con la ropa puesta y lista me coloqué mis audífonos saliendo de casa golpeándome por estar cambiando una canción con algo, digo alguien.

—¡Hola bombón!, ¿saliste a derretirte hoy?

Rodé los ojos antes de reír negando.

—Hey, Chase. No, disculpa, no te vi hace unos segundos. —dije sincera mostrándole el reproductor de música en mi teléfono activo haciéndole reír.

—No pasa nada. ¿A dónde ibas tan rápido y distraída?

—Oh, pues iba a la tienda. —respondí sincera mirándolo, notando su ropa deportiva, tenía puesto un short y una franela que ahora mismo se le pegaba un poco a su torso marcado.

Bien, se veía muy guapo.

—¿Quieres que te acompañe? —preguntó con una sonrisa peinando su cabello hacía atrás.— así conozco un poco mejor el lugar, ¿te parece bien?, ¿Emma?, ¿Emma? —me llamó por segunda vez y yo salí de ese trance avergonzada porque me había cachado.

Su sonrisa me lo demostraba.

—Eh, si, está bien. —murmure sonrojada.

—Perfecto, bombón. Entonces iré a cambiarme rápido y vamos. —asentí antes de sentarme de nuevo en la entrada de mi casa, disfrutando la brisa que hoy corría. —oh, no pienso dejarte sola ahí, ven, acompáñame.

—No hay de otra. —bromee siguiéndolo hasta su casa.

Era demasiado hermosa, por dentro se podía apreciar la moderna remodelación con un toque clásico, era simplemente impresionante.

—Ponte cómoda, no me tardo.

Austin recién iba saliendo de la cocina con una toalla alrededor de sus hombros y un pantalón de chandal bebiendo un vaso de agua.

Madre...

¿Dónde estoy?

Él se dió cuenta de mi presencia y dejo el vaso de agua en la mesa cercana antes de acercarse hasta mi abrazándome como su típico saludo de ahora.

—Preciosa. ¡Que gusto verte de nuevo!

—Lo mismo digo. —reí dejando un beso en su mejilla sonriéndole.

—¿Cómo estás?, ¿pudiste descansar un poco?

—Estoy bien, ¿y tú?, dormí muy bien en realidad.

—Pues yo me siento en un sueño al verte aquí. —respondió con una sonrisa amplia en su rostro.

—Vaya coqueteó. —me carcajee por su guiño coqueto.

—¿Y eso que estás por aquí?

—Yo la invité a pasar. —interrumpió Chase acercándose ya cambiado tendiéndome su mano dejando a Austin inexpresivo.— ¿nos vamos?

Sin dejarme responder Chase me guío hasta la salida.

—Nos vemos después, Aus. —me despedí apenada, el castaño me siguió llevando hasta el garaje ahora abriendo la puerta.— ¿qué hacemos acá?

—Bueno, iremos a la tienda, ¿no? —respondió con una sonrisa sacando un mando del bolsillo de su pantalón presionándolo en el preciso instante que yo abría la boca al ver cinco autos.— es una lástima que no sea más grande la cochera, sin embargo, iremos en uno de mis bebés.

—¿Tu qué?

—Ah, pues, esos dos autos que ves ahí, son míos. —explicó señalando a los vehículos de último modelo.— los otros tres son dos de Austin y uno de Justin. Mi madre tiene los suyos en otro lugar. —respondió como si nada abriendo la puerta de aquel auto negro.—ven, adelante.

Si había escuchado de las remodelaciones que estaban haciendo en esta casa, pero jamás creí ver un garaje como este y menos las bellezas que dentro se encontraban.

—Chase, la tienda está cerca, no es necesario que... —él dejó que una risa se le escapara antes de alzarme al estilo princesa y acomodarme en el asiento de copiloto.— Chase, ¿en serio?

—Totalmente, bombón.

—Esto, yo puedo... —él se acercó interrumpiéndome para colocarme el cinturón y yo achine mis ojos.

—Tranquila, yo no muerdo. —reí nerviosa respirando algo tranquila al verlo alejarse, para encender el auto. No recuerdo cuál había sido el nombre, pero sí lo cómodo y hermoso que era. —¿impresionada, linda?

—No lo niego. —sonreí ladina colocando la dirección en el GPS que me había enseñado Chase.— no está muy lejos, igual, pero te guardaré la dirección. —él me agradeció y seguimos el resto del trayecto conversando.

Hasta que reconocí el nombre de aquel local.

—¡Llegamos! —me bajé del auto casi que corriendo con las bolsas de tela sobre mi hombro, sonriendo.

—Emma, linda, espérame.

—¡Emma!, que gustó verte. Tenía tiempo sin verte. —saludo Josh con una sonrisa tierna en su rostro.

—Hola, Josh. Si, un poco. —reí.— voy a buscar unas cosas.

—Ve tranquila.

—¿Escapabas de mis encantos? —la sonrisa egocéntrica en el rostro de Chase fue épica, no respondí, en cambio seguí caminando. —lo sé, soy fan hermoso que te dejo sin palabras. —iba a estirar mi mano para tomar una salsa y él tomó mi mano acercándome para quedar frente a frente.

—Chase. —me quejé sonrojada.— suéltame. —me alejé un poco mirándolo con enojo. — ¿es que no puedes dejar de ser egocéntrico por unos segundos?

—-No, es más divertido fastidiarte un poco. —me guiño un ojo coquetamente y yo bufé ignorándolo para seguir buscando las cosas en la lista que tenía guardada en mi celular.

—Por último, los champiñones. —sonreí metiendo la lata no sin antes revisar la fecha de vencimiento suspirando para caminar hasta la caja empujando el carrito, me encargué de comprar más que la vez pasada para no tener que volver por lo menos en un tiempo.

—Vaya, tendrás un gran festín. —bromeó Josh, acercándose mientras la chica de la caja pasaba los productos.

—No, sólo, evitaré volver por unos días. —reí sacando mi monedero pasándole la tarjeta a la chica dejando que terminara de pasar las frutas. —Si es que no acabamos con las frutas antes...

—Eso lo veremos, pequeña.

—Eh, no, no le cobres a ella, yo pago. —Chase se adelantó extendiendo su tarjeta y yo fruncí el ceño.

—No gracias, Chase. Yo puedo pagar.

—Tranquila, que pagó yo.

—No.

—Si.

—No.

—No.

—Si. Espera, ¿qué? —le miré confundida pero aún así no le permití a la cajera aceptar su tarjeta, notablemente incómoda.

—Lo siento, señorita, pero ya pago. —explicó ella con una sonrisa apenada y yo miré al castaño entrecerrando mis ojos.

—¿Cómo?

—Mientras discutas conmigo. —respondió Chase burlón guardando su tarjeta, sonriéndole a la cajera ahora. —gracias, linda.

—No inventes, voy a pagártelo. —él negó tomando las bolsas, Josh se mantenía al margen, confundido y la verdad yo no tenía nada que decirle.

—No me tienes que pagar nada, bombón. Tranquila. —ahí también noté que llevaba cuatro bolsas aparte de ayudarme con las mías.— no tienes que preocuparte.

—Pero no es correcto, yo voy a pagar...

Su cercanía me puso nerviosa.

—No, linda. En serio, no tienes que pagarme.

No dije mas nada, en cambio subí al auto después de acomodar las cosas en el maletero, el viaje fue silencioso es vez.

Yo estaba incómoda y él iba de lo más normal.

—Gracias, Chase. En serio voy a pagártelo.

—Entonces me conformo con ese gracias, bombón. —me sonrió aparcando frente a la casa.

—Gracias de nuevo.

—No es nada, Em. Nos vemos en la noche. —sonrió y yo me despedí bajándome del auto con la mente vuelta un lío.

Asentí avergonzada y no insistí más, en cambio le volví a agradecer antes de tomar mi celular y mirar la hora recordando que tenía algo importante por hacer que no recordaba.

11:30 am.

Me adentre a la casa con las bolsas negándome a la ayuda de Chase, despidiéndome antes de cerrar la puerta gritando un "gracias".

Caminé hasta la cocina con las bolsas sobre mis hombros encontrándome con Diana quien desayunaba tranquilamente mirando por la ventana.

—Hey, Dian. —salude colocando las cosas sobre la mesa escuchando su respuesta vaga. — peque, necesito que me hagas un favor, ¿yo te mencione algo que tenía que hacer para hoy?

Ella frunció el ceño y buscó algo en su celular asintiendo lentamente.

—A veces me pregunto, si vas a anotarte las cosas en el brazo, hermana. —bromeó mostrándome su celular "Jack" era lo único que se leía en su calendario.— habías dicho que él iba a llevarte a un sitio o una cosa así.

—Demonios. —bufé pegándome en la frente levemente.— ya lo recordé. Por suerte tengo más tiempo. —me murmure a mi misma empezando a acomodar los enlatados, frutas, pan y verduras. Básicamente la despensa y nevera.

Cuando terminé mi hermana estaba sentada en la mesa del comedor con su típica ropa de ejercicio haciendo sus deberes, me relajé por ello y corrí hasta mi habitación apresurándome a terminar todo lo que tenía que hacer incluyendo el almuerzo después.

3:10 pm.

—He terminado, lo importante. —suspiré dejándome caer sobre la cama.— una ducha y listo.

Tomé mi celular de la comoda viendo la hora.

3:17 pm.

Odioso.

¿Estás lista?
3:14 pm.

—Madre mía. —susurré alterada corriendo al baño para ducharme y cambiarme lo más pronto posible.

3:34 pm.

—No pasa nada, tengo tiempo para arreglarme aún. —intenté animarme a misma mirándome en el reflejo del espejo, con el cabello húmedo y la ropa interior puesta.— ¡lo tengo!

Nunca especificó si era necesario cómo debía ir.

Sin tomarle mucha importancia a mi vestuario básico, unos jeans azules hasta la cintura, la blusa pegada manga corta y mis preciadas converse blancas, mi cabello medio arreglado aún húmedo y mi bolso.

—¿Odioso? —le marqué al celular.

—Bebé. —no dude en hacer una mueca cuando contesto primer tono.— me impresionas. —lo escuché reír mirando el reloj cuando aparte el celular momentáneamente.

3:59 pm.

—Calla. —pedí entre dientes.— ¿vamos a ir?

—Si, sólo tienes que tocar la puerta. Quiero verte antes de irnos. —colgué la llamada entrecerrando mis ojos.

Qué más.

Toque su puerta con cierto nerviosismo relamiendo suavemente mis labios.

—Oh, pero que sorpresa verte, Emma. —soltó la mamá de Jack con una sonrisa cariñosa.— ¿cómo estás, cariño?, ¿en qué puedo ayudarte?

—Hola señora Colton. —respondí.— ah, bueno, yo...

—Si me disculpas, madre. —interrumpió mi vecino tenso.— ¿por qué no vas a la cocina y terminas de tomar té?

No sabía con qué sentir más impresión si por la forma en que él le hablaba a su progenitora con evidente molestia e irritación o cómo aquel traje gris le quedaba a la medida, con su cabello alborotado.

—Recuerda lo que te dije, Jack. —soltó la señora Colton con la misma molestia forzando una sonrisa al verme antes de despedirse y alejarse, entrando a la cocina suponía.

Incómodo.

Tan incómoda que me sentía que no podía despegar mis ojos de mi odioso vecino y su forma de vestir, porque ese hombre había sido tallado con mucha per...

¡¿Qué se supone que estoy pensando?!

—Preciosa, como me encantaría que siguieras con esa ropa. —comentó en un tono menos tenso escaneándome con su intensa mirada.— pero, quiero resaltar más tu jodida belleza.

—A ver, tontuelo. Tú no me dijiste exactamente cómo debía ir vestida, sólo mencionaste que buscara algo cómodo. —me crucé de brazos y él se rió cerrando la puerta a sus espaldas tomando mi mano.

—Es una cita o algo así. —sonrió ladino caminando conmigo hasta mi casa. —hoy me acompañarás en un evento que es totalmente diferente al que Loren te dijo.

—¿Cómo dices?, no que se había cambiado?

—Así fue, pero eso no quiere decir que yo desaproveché mi oportunidad de salir contigo. —mi corazón abandonó mi cuerpo por sus palabras, si anteriormente sentía nervios ahora eran el doble.

—¿Estás seguro que no te golpeaste contra un poste ayer, odioso?

—¿En realidad quieres escuchar mi respuesta? —me sonrojé sin tener una razón y negué saliendo de mi desorientación un poco.— bien, entonces vayamos a que te arregles, bebé.

—Que no me digas bebé. —me guiño un ojo sonriendo juguetón mientras yo subía las escaleras dejándolo solo en la sala.

—¿Tan rápido volviste? —preguntó mi hermana confundida a mitad de camino a las escaleras, yo asentí.

—Don "necesito resaltar más tu belleza", quiere que me cambie. —expliqué.— creo que es algo más formal.

—Y yo lo apoyo, hermanita. Saliste como un zombie con esa expresión y el cabello enredado.

—No está enredado, es un peinado.

—Enredado. —ella llegó hasta a mi.— venga, le dejaremos sin palabras cuando termine de arreglarte.

—Algo me dice que este es un "ataque de glamour".

—Oh, no hemos ni comenzado.

—Ni pienses que voy a usar tacones.

—Sólo espera Emma, te dejaré más hermosa en un santiamén.

—Ese vestido no. —negué con rapidez porque aunque lo amaba, sentía que no sólo lo dejaría sin palabras.

************

Hola bellezas!
Espero estén bien. 😎

El auto de Chase está en la multimedia.
Lov u.

💗🌸

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro