14• No puede ser.
No sé por cuántos segundos me he quedado estática mirándolo a los ojos, pero ahí está él con su típica sonrisa que hace mi corazón querer escaparse de mi pecho.
—¿Tan rápido te deje sin palabras? —preguntó riendo y que me digan que esa risa no es atractiva como el infierno.
No puede ser.
Sacudo mi cabeza de aquellos pensamientos carraspeando mi garganta antes de recuperar mi voz.
—¡Jack! —¿en serio?, ¿eso es lo único que pude decir?, tragando con disimulo y repentino nerviosismo procedí a hablar.— ¿q-qué haces aquí?
—Mi pequeña Emma, vivo al lado, ¿recuerdas?
Va a matarme con esa mirada suya.
—Nada más venía a saber cómo estabas y avisarte lo del evento, Loren me pidió el favor. —se encogió de hombros y yo fruncí el ceño, ella me había dicho todo, pero no dónde sería aquel... ¿desde cuándo hablaba con J-Colton?
Pero esa no es una de mis preocupaciones, en estos momentos son los tres chicos que están en el cuarto de juegos y lo incómodo que sería su burla por el asunto.
—Entonces, ven. —tomé su mano y entramos de nuevo a la casa, yo lo guié con rapidez a la sala.
—Eh, bebé, yo sé que te gusto pero no tan rápido. —bromeó divertido y yo me sonroje, antes de encararlo empujándolo para que se sentara en el sillón y su sonrisa se ampliará el doble a diferencia de su mirada ahora chispeante.
Tragué duro por aquel nerviosismo que iba a matarme y recordando que esto era porque no quería que nadie lo viera o él los viera a ellos.
¡¿Qué me pasa?!, no estoy haciendo nada malo para sentirme de esta forma.
—Calla, sólo cuéntame del evento. —pedí evitando verlo.
—Habían dicho que era para mañana pero lo cambiaron, ahora es para el próximo fin de semana o algo así, una cosa de último momento que no está confirmada. Independientemente de cómo sea, vendré mañana por ti a las cuatro.
—¿Disculpa? —lo miré confundida.
—Te estoy invitando a una cita, bebé. —el sonrojo volvió.
Pero yo preferí no responder.
—Mándale todo mi cariño a Ron, ¿si? —pedí bajo afectada por su tonta mirada coqueta.
—¿Por qué no me demuestras... —tomó mi mentón con una delicadeza que ahogó las palabras en mi boca sin dejar de verme.— un poco de cariño a mi?
—Porque no.
Yo me levanté pegándome contra la pared antes de escucharlo reír con suavidad y acorralarme un poco.
—Pues tus mejillas son unas hipócritas entonces. —susurro y eso me arrolló emocionalmente, volví a mirarlo a los ojos sosteniéndole su intensa mirada.— tu corazón está acelerado por mi cercanía y tus preciosos ojos reclaman lo que tú no pides.
—No, no quiero nada de ti. —él se carcajeó terminando por depositar un beso en mi frente dejándome libre de esa pequeña cárcel que él mismo me había puesto sonriéndome.
—Bien, bien. Me iré. —yo suspiré con alivio y él se giró a guiñarme un ojo.— me gustas cuando te sonrojas.
—Si, ajá. —salió de la casa con eso último dicho mientras yo ponía una mano sobre mi pecho sintiendo mi corazón más que acelerado ya con la puerta cerrada.
La puerta volvió a sonar y entonces apenas al abrirla un brazo rodeó mi cintura antes de tomar mi mejilla y depositar un beso rápido, en mis labios.
De segundos diría yo.
—Valió la pena si te vengas después. —sonrió y se alejó dejándome ahí sujetándome del marco por mis piernas al ser casi como la mismísima gelatina.
Ese tonto de...
—¿Emma?, ¿quieres ver la película de zombies con nosotros? —preguntó Chase llegando a mi lado, yo aún miraba la puerta cerrada sonrojada.
En mi vida, me había sucedido aquello con mi vecino, el odioso Colton.
—¿Estás bien? —Chase pasó un brazo por encima de mis hombros mirándome preocupado y yo asentí despacio.
—Si, no pasa nada. —sonreí y él se relajó antes de que saliéramos del recibidor.
—Yo propongo que veamos la purga. —Austin sacó una pizza y yo reí por la expresión de Justin.
—Una de comedia sería más divertida. —la voz de Alan me saco de mi trance y temblé al verlo apoyado contra la isla.
—Y tú en qué momento entraste?!
—Recuerdas que me dejaste pasar y te dije que iría a casa a buscar ropa? —me mostró mis llaves de repuesto y reí recordando aquello.
—Yo digo que una de acción entonces. —Chase se alejó de mi para pasarme una pizza y al mismo tiempo negar.
—Estoy seguro que Emma va a apoyarme. —Justin me miró.— una de acción y suspenso, no, la purga no, ya me tienes cansado con tantas veces que la hemos visto.
—Él tiene razón, si voy a apoyarlo. —reí colocándome a su lado.
—Entonces, bien. Pediré unas copas de helado. —avisó Chase tomando su celular para llamar.
—Voy a abrir las frituras.
—Y yo haré las palomitas. —dijo Alan con calma.
Repentinamente la puerta se abrió, Diana se hizo presente con una cara de enfado total, volteó al sofá en que Justin la miraba fijamente y los gemelos le seguían el paso.
Alan les llamó y Diana se acercó a mi con una sonrisa en sus labios, algo forzada.
—¿Puedes venir un momento, hermana?
Ella tomó mi mano y me guió hasta su habitación cerrando la puerta antes de encararme.
—¡¿Por qué esos tontos están aquí?!
—¿Qué sucede, Dian? —pregunté confundida por su evidente enfado.
—Te lo contaré rápido, Cameron y Jared van a ir a una fiesta, entonces ambos se pusieron de acuerdo en negarme que les acompañara porque soy muy "pequeña", y no es así.
—¿Te referías a los gemelos desde un principio?
—¿A quiénes más creías? —ella se dejó caer sobre la cama dramáticamente.—ahora estarán todos los días aquí. —bufo cubriéndose el rostro con ambas manos.
—¿Te desahogaste?
—Si. —respondió en una pequeña queja.
—Bien, pues, te diré algo primero. Tienes que calmarte, segundo, ellos son inmaduros en cierta forma, ¿bien?, ahora mismo contamos con buenos vecinos, nos acompañan en la noche cuando sabes perfectamente que...
—Es viernes de poca seguridad. —asentí a su interrupción y procedí.
—Justin te salvó, no necesariamente tienes que incluirlo en el paquete, y mira, pronto podrás salir, hermanita. Sólo tienes que darle tiempo al tiempo, ¿si?
—Wow. ¿Quién eres y qué hiciste con mi hermana? —preguntó con burla haciéndome rodar los ojos divertida.
—Entendiste lo que dije que era lo importante. Y no preguntes que no tengo la menor idea de cómo pude pensar así. —ella asintió divertida enganchando su brazo con el mío.
—Bueno, vamos a bajar. —ella se veía más animada, salimos de su habitación y bajamos las escaleras entre risas.
—Ya tenemos todo listo, princesas. —Chase nos extendió sus manos en el último escalón y las tomamos riendo antes de ser guiadas por él hasta la sala.
—Tenemos la película lista. —añadió Justin.
—¿Y los Morgan? —pregunté al no ver a los hermanos en ningún lugar de la casa.
—Iban a buscar unas cosas o algo así entendí. —respondió el menor de los Hardt restándole importancia antes de mirar a mi hermana con una sonrisa.— hey, linda, no me saludaste. —bromeó en un tono medio ofendido.
—Sólo salude a mi hermana. —respondió Diana con una sonrisa divertida.
—Bueno, en ese caso, creo que deberíamos de ir a la cocina a buscar las cosas, ¿vienes?
Mi hermana asintió y ambos se adentraron a esta dejándome algo boquiabierta.
Aquí pasa algo entre esos dos.
Los Hardt tenían exactamente mi misma expresión riéndose bajo después antes de sentarse conmigo en el sofá, a ponerle play, pero esperábamos a los chicos que aún no salían de la cocina.
Pusimos play y empezamos a comer la pizza.
—Voy a buscarlos. —avisó Chase y yo le sonreí en agradecimiento mientras nosotros seguíamos viendo la película.
Pero esa repentina incomodidad en el aire, al menos para mí, se hizo presente cuando Justin salió con el ceño fruncido sentándose al lado de Alan.
Algo estaba mal, y yo no pensaba meterme en el asunto, pero sí preguntarle a mi hermana. Diana tomó asiento al lado de Alan del otro lado con un gesto que gritaba enojo por todos lados.
¿Qué sucedería?, ¿qué habrá hecho Chase?
Mi hermana no era tonta, al contrario ella era extremadamente inteligente y sabía perfectamente lo que hacía. Siempre decidía con cuidado y eso era algo que admiraba de ella.
•Una media hora después•
Los chicos habían decidido ir a dormir en sus casas pero estar pendientes de nosotras en toda la noche, los gemelos nunca aparecieron después de ese momento, supuse que estarían en aquella fiesta de cuál Dian había hablado. Pero hablando de mi hermana menor, no le había dirigido ni una sola palabra a los chicos, si acaso se despidió de Austin
Ella estaba encerrada en su habitación, decidí tocar su puerta con suavidad pero no recibí respuesta, entonces seguí llamándola y tocando la puerta por unos minutos más hasta que ella me abrió.
—Puedes decirme qué... ¡Diana! —el desespero me invadió cuando la vi con los ojos llorosos, todo el cabello en la cara, y esas lágrimas que seguían bajando por sus mejillas. Sin pensarlo más me adentre a su habitación abrazándola con rapidez escuchando su primer sollozo.
La preocupación de verla en ese estado me carcomía.
—¿Qué pasó, Dian? —pregunté afligida pero ella aún no decía nada.— ¿quieres hablar?
—Emma, yo... es, es que...
•••
El resumen de la situación era sencillo mi pequeña hermana estaba en un cuadro amoroso muy extraño, ¿cómo terminó ahí?, no lo sé, pero sí sabía que podía ayudarla y arreglar cuentas con Chase por pensar tan tontamente.
—Hermana, tranquila. Diani, mejor descansa hoy, estoy segura que mañana va a ser un mejor día menos complicado, ¿si? —ella asintió bostezando y yo limpie sus secas lágrimas antes de ayudarla a acomodarse en su cama cubriéndola con la manta dejando un beso en su frente.— descansa, pequeña. —me despedí conforme con haberla aconsejado mejor y que ella cayera en el sueño por completo.
Ya en mi habitación me dejé caer sobre la cama, colocándome la pijama antes suspirando agotada.
Mañana sería sábado, un buen sábado.
**********
☁️☁️☁️
Hola bellezas.
Espero estén bien.
Les tengo un pequeño;
Aviso
Diana tiene su propia historia, así como lo leen, la pequeña Vega tiene su propio espacio. 😎
Al principio tiene que ver un poco más con M.U.O pero después deja de relacionarse para tener su propia historia.
En pocas palabras, por ahora las dos historias están unidas, pero después toman sus propios caminos, pueden leerlas independientemente sí así lo desean, jiji.
Les envió chocolate y helado. 👋🏻
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