Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

10• Sigue soñando.

¿Emma? —fue lo primero que la chica dijo y no reconocí su voz por un instante.— es Loren.

—Oh, hola. —salude con la misma inquietud relajándome un poco evitando mirar a los dos locos curiosos detrás de mi.— ¿cómo estás?

Perfectamente bien. —respondió con una risita.— Lisa me dio tu número por si te preguntabas, es que necesitaba pedirte un favor con urgencia.

—¿Favor?

Si, verás... hay una cosita que me gustaría hablar contigo mejor en persona pero te explicaré un poco antes.

—Vale...

La cosa es así, quisiera que escribieras un artículo sobre un evento el que no puedo cubrir esta vez... y sé que eres la persona perfecta para esto, entonces quería saber si podrías ir por mi.

—Yo... —lo medité unos segundos, yo no tenía más nada que hacer, así que podría ir.— ¿de qué es?

Una obra de beneficencia. —explicó con brevedad y suspiré.

—Está bien, te cubriré.

¡Genial!, entonces te enviaré los datos mañana, ¿te parece?

—Si, no hay problema. —respondí y para no alargar más aquella conversación nos despedimos quedando en conservar más sobre el tema mañana, colgando antes de tomar un pedazo de pizza y ver al pelirrojo con una sonrisa burlona adornando sus labios al contrario de Alejandro que estaba serio.

¿Pero qué...

—Ella es libre de decidir qué hacer con su vida, estirado.  —Miré a Jack totalmente confundida por sus palabras, Ron se sentó a mi lado y como si entendiera la situación se mantuvo quieto y alerta.

—Eh, quieto los dos. —interrumpí a mi mejor amigo antes que respondiera algo contra el pelirrojo y bufé.— ¿qué pasa con ustedes?

—¿Quieres que le diga o serás un cobarde?

—Colton. —me quejé y él se encogió de hombros.

—Bien, bebé. Pasa que este idiota...

—¡No le digas bebé!

—Ponte un jodido bozal, O'Brien.

—Estoy empezando a enojarme. —respire profundo mirándolos con seriedad a ambos y los dos dejaron de asesinarse con sus miradas.

—O'Brien dijo que no podías hablarme.

—Madre mía. —me senté sobre la isla y le pasé un pedazo de pizza al canino ignorando a los dos idiotas que empezaron a discutir sobre no sé qué cosa.

—Parecen un matrimonio. —reí y pararon de discutir, para observarme.— primero, Ale, eres mi mejor amigo pero yo decido a quién le hablo, si quiero sacar de quicio a Colton lo haré. Y segundo, tú, vecino, no me digas bebé, por último, dejan de discutir o los saco de mi casa, me quedo con tu auto, Ale y con Ron. Atrévanse a ponerme en prueba de nuevo.

Ninguno dijo nada, tenían las de perder en ese preciso momento.

—Ahora comamos en paz y cada quien a su casa.

No sé cómo, pero media hora después las discusiones dejaron de existir, Ale se fue y por último quedó mi odioso vecino que intentaba sacar a Ron de la cocina, pero el lindo dóberman se negaba a abandonar mi sofá.

—No puedo enojarme, con un perrito tan lindo como tú. —me senté al lado del canino mimándolo y hablándome a lo tierno.— ¡Ese es mi lindo chico!

—Vamos campeón, tenemos que ir a casa. —el perro ignoró a Jack y siguió lamiendo mi rostro moviendo su cola.— Ron, vamos.

10:30 pm.

A todas estas yo estaba demasiado distraída para prestarle atención al pelirrojo que se encontraba sentado en alguno de los sofás resignado a irse ahora.

—Oh, mira que tierno que eres, pequeño. —chille emocionada siguiendo con las caricias en su cabeza mientras él cerraba los ojos suspirando relajado.— eres un consentido, Ron. —reí con suavidad cerrando mis ojos antes de bostezar.

—¿Emma?

—¿Mmm? —murmuré acomodándome al lado del dóberman dejándome obtener un poco más de calor que me permitía el mismo can.

—¿No piensas ir a dormir?

—Estoy en eso... me gusta aquí. —susurré abrazando al perro.

—Sí pudieses verte así en estos momentos... —Jack susurró algo en un tono demasiado bajo que ni entendí, abrí un ojo para verlo y él quito esa expresión atontada carraspeando.

—¿Qué dijiste?

—Que tienes que dormir en estos momentos y yo ir a casa.

No quería moverme, en verdad no quería, pero tenía que hacerlo para dormir cómodamente en mi cama, Ron no se separó de mi, apoyo su cabeza sobre mis piernas y yo sonreí enternecida por ese simple gesto.

—Dudo mucho que él quiera irse contigo hoy.

—Ni yo quisiera... —lo miré confundida al no entender esos códigos en los que hablaba y entonces él fijo su vista en otro lado.— necesitas descansar.

—Lo sé, pero estoy cómoda aquí en verdad. —moví con delicadeza a Ron que estaba dormido y me levanté con cuidado pisando mal, jadeando de dolor al mismo tiempo.— no recordaba mi tobillo. —susurre apretando mis labios antes de sentir a Jack rodeándome con sus brazos.— ¿qué haces?

—Ayudarte a ir a la cama. —se encogió de hombros antes de alzarme al estilo nupcial y empezar a subir las escaleras para ir hasta mi habitación.— no te quejas, por el sueño o por el dolor que sentiste al pisar mal?

—Supongo que los... dos. —me cubrí la boca con una mano antes de bostezar cerrando mis ojos embriagándome con ese aroma suyo.

—Tienes suerte de haberte colocado un pantalón de dormir por lo menos. —bromeó y yo bufé antes de sentir la superficie blanda de mi cama y no soltar su mano cuando él iba a alejarse, mamá parecía no llegar hasta la madrugada.— ¿te sientes mal?

—No, es sólo... —tenía miedo de estar sola. Ron saltó encima de mi cama acomodándose a mi lado y yo reí por ella obligándome a no arrepentirme esta vez.— quédate un rato más.

—Vas a hacer que tu madre me asesine, pero yo encantado de la vida con acompañarte, bebé. —una sonrisa se posó sobre sus labios antes de caer a mi lado y apoyar un brazo bajo su cabeza estando boca arriba.— tranquila, estamos los dos para cuidarte. —mencionó y el canino se apoyó más contra mi brindándome más calor que aquella manta suave.— vendido. —se quejó y yo reí apoyando mi cabeza sobre su pecho olvidándome por una vez en la vida que me caía pésimo.

—Ni se te ocurra decir algo, sólo quiero dormir.

—Voy a recordarte este momento cuando menos te lo esperes, bombón. —lo escuché reír y golpeé su pecho débilmente sonriéndole con los ojos entrecerrados.— ¡ey!, dile no a la violencia.

—Shh. Déjame disfrutar de dormir un poco.

No dijo más nada pero si se rió y yo simplemente me relajé sintiéndome segura, olvidando esa inquietud que tenía sobre estar sola y la carta roja con la fotografía de mis padres.

Incluso aquel evento dicho por Loren.

Pero ya no quería pensar en nada que no fuese dejarme llevar por el cansancio, segura de que mi vecino no intentaría nada, mucho menos con aquel dóberman que se mantenía alerta por mi más que por su propio dueño.

—Buenas noches, preciosa. —murmuró el pelirrojo en algún momento y creo que se fue, pero la verdad no le tome mucha importancia porque seguí durmiendo.

•Al día siguiente•
Miércoles.

Llamada entrante.

¡Emma!, cariño, holaaaaa. —Lisa me hizo reír por su entusiasmo apenas contesté su llamada sonriendo ladina.

—Hola Lis. —respondí con un poco de sueño.

¿Cómo estás, niña?, ¿qué tal te sientes?

—Bien, con mucho sueño, ¿y tú? —reí por su exclamación y me relaje más contra mi cama. —Este primer día sin clases es extraño. —añadí cubriéndome mejor con la manta.

Y qué lo digas, Em. Estoy muriendo pero porque hice ejercicio. —nos reímos al mismo tiempo por su respuesta.— no, en serio, me tocó hacer ejercicio y botar toda la pizza de ayer.

—Terrible, rubia.

¿Verdad que sí?, mi adicción por esa delicia va a tener que terminar.

—¿Cómo puedes decir eso?, la pizza es lo mejor.

¿Bromeas?, es que ni loca la dejó, pero sí la moderó, porque el ejercicio de hoy me dejó exhausta.  Y eso que de las dos, yo soy las atlética.

—No te lo niego. —ambas empezamos a hablar de otros temas durando más o menos una hora actualizándonos hasta con nuestra infancia y demás, ella no tocó el tema incómodo para mi y estuvimos tranquilas.

•••

—Tengo que dejarte, Lis, ya sabes que debemos entregar mañana la tarea de biología.

¡La olvidé!, ah, bien hablamos luego, nena, debo hacer de flash antes de tiempo, besos. —se despidió a lo flash y colgó antes que yo, me reí por ello y me senté de nuevo dejando el móvil a un lado antes de volver a escribir y disfrutar mi soledad en casa.

A veces se sentía bien y otras no tanto porque la intranquilidad que aparecía en mis emociones me dejaba mal en aquellos momentos.

Hoy esperaba que el día no fuese tan loco como lo presentía, después de leer el último mensaje de mi mejor amiga que me había dejado pensativa.

Un día para nada soleado en California también.

•••

—¿Agua? —Ale dejo de mirar la cocina con calma para fijarse en mi y negar con suavidad.— ¿seguro que no quieres nada?

—Totalmente seguro, pequeña. —él sonrió divertido y salimos de la cocina, él sin nada y yo con un envase de helado grande.

—Bueno... tú te lo pierdes. —sonreí ladina sentándome en el sofá cerrando los ojos al meterme una cucharada de helado de fresa a la boca.— está delicioso. —murmure gustosa.

—Se nota. —Mi mejor amigo se rió y quito le pausé de la película que estábamos viendo, acomodándose al lado mío en el sofá también. 

Miré la pantalla concentrada sintiendo unos segundos después la mano del castaño sobre mi rodilla, él no la movió de ahí siquiera y yo dije nada porque no me incomodaba, en cambio mantuve mi mirada fija en la película.

—Emma...

—Dime.

—¿Sigues teniendo sentimientos por mi?

¡¿Qué dices?!

Mentalmente estoy en caos, todo a mi alrededor empieza a sentirse como una caja pequeña.

El silencio cómodo de hace unos segundos dejó de serlo, ahora es perturbador y muy tenso, ninguno dice nada. Incluso él mismo percibe ese nuevo ambiente.

¿Me gustas?, la verdad no lo sé. No cuando siento que mi pulso se acelera contigo pero también con mi odioso vecino.

¿Cómo hacemos?, ¿los tengo a los dos?, ¿qué hago?

—Ale...

—No, escucha, mejor no me lo respondas ahora. Finjamos que no pregunte eso y sigamos viendo la película, ¿sí?

¿Amiguito, tú naciste ayer o te golpeaste la cabeza?

—Supongo que bien.

Apretó mis labios para no soltar nada de lo que estoy pensando comiendo helado después.

—Sigamos viendo la película, entonces. —respondió él y me alejé con disimulo por mi propia salud mental, que seguía siendo un caos en esos momentos precisamente.

Aunque no lo pareciera.

•••

Jueves.

—¡Mi vida! —chillo Lisa al verme bajar de mi auto n auto abrazándome con emoción.— fueron unos años terribles sin ti.

—Lis, conté cada uno de los días que pasaban. —Le respondí con dramatismo entrecerrando mis ojos y ella rió rodando sus ojos. —el día qué pasó se sintió como mil en uno.

—Es que nadie entenderá que fue un año. —siguió ella limpiándose unas lágrimas falsas ante la atenta mirada de los chicos del club de ajedrez.

—Ni la misma brisa se sintió igual sin poder vernos.

Mordí mi labio para no reírme fuerte en ese preciso instante y Lisa también, los chicos estaban a nada de sacar las palomitas.

—¡Y corte! —en ese instante dejamos el drama para empezar a reírnos libremente con ganas, nuestro público se reía también mientras que otros aplaudían y nosotras hacíamos reverencias en agradecimiento, ellos se alejaron y entonces la rubia sonrió como desquiciada rodeando mis hombros.— tenemos mucho que hablar, mi querida Emma.

—Lo sé, presiento que me dirás o preguntarás algo en cualquier instante.

—Estás en lo correcto, hermana de otra familia. Quiero que me cuentes cómo te pasó lo del tobillo, los dramáticos estos en acción y de paso comemos unas buenas manzanas en la cafetería.

—Pero...

—El profesor no vino, Em. Tenemos dos horas largas. —Ella sonrió ampliamente y yo suspiré resignada riéndome bajo, entramos a la cafetería y nos sentamos en una mesa alejada de las pocas personas que estaban ahí.

—Pero no me preguntes de nuevo, ¿bien?

Ella afirmó con su cabeza efusivamente pasándome una botella de agua al igual que una manzana.

—Empieza.

Brevemente le conté un resumen de todo, ahorrándome algunos detalles, para que al final me sintiera desahogada y además ella me mirará asombrada.

—¡Te gusta! —afirmó en un gritito muy bajo.— ¡te gusta Jack!

—¡Lisa! —miré a nuestro alrededor y me relajé antes de mirarla, nadie nos prestó atención.  — no, no me gusta.

—Acabas de sonrojarte. Si quieres negártelo a ti misma, bien, pero tu cuerpo demuestra que mientes. —dijo ella con una sonrisa divertida apoyando su mejilla contra la palma de su mano.

—En mi vida va a llegar a gustarme mi odioso vecino.

—Ahora intenta decirlo sin parpadear y sonrojarte.

—No me gusta.—bufé ante su mirada y ella sonrió más, pero emocionada.

—Cariño, soy tu mejor amiga, obviamente que sé cuándo mientes y ahora lo haces. ¿Sientes algo por Alejandro?

—No. —aparte mi mirada de ella bebiendo agua y la escuché volver a chillar con emoción.

—¡Emma!, yo pensé que te había enseñado bien, pero... wow. —bromeó antes de apretar mi mano con suavidad.— tranquila, las estadísticas en esta situación son sencillas; terminas enamorada de uno, si es que ya no lo estás, o te quedas con los dos al estilo...

—¡Lisa! —ella se rió palmeando suavemente mi hombro.

—Ya está, calma. No diré más.

—Gracias.

—Bueno, ya que no puedo ser fangirl, vamos a caminar un rato por el campo, así planeamos la venganza contra esas plastic dolls.

—Me parece perfecto. —sonreí divertida saliendo con ella de la cafetería enredándome con mis propios pies a medio camino pensando solamente en el golpe que no podré evitar contra el piso.

Pero nunca llega.

—¡Primer shipper en proceso!

—¿Qué...

—Sabía que ibas a caer en mis brazos. —me sonrojé rápidamente cuando miré esos ojos de una tonalidad para nada normal, suyos, quedándome muda.— ¿vas a seguir mirándome como si fuese tu mundo, bebé?

—Yo...

—¿Te dejé sin palabras?, mmm, casualmente siempre es al revés. —bromeó ayudándome a estar de pie mientras yo buscaba mi poca calma internamente.— ¿cómo dormiste anoche, bebé?

¿Por qué me sigue diciendo así?, lo ignoré y lo miré a los ojos cuando conseguí mi voz de nuevo.

—Bien, nada de otro mundo.

—Ya veo. Me costo mucho sacar a Ron de tu casa el martes. —dijo él y yo reí bajo.

—Lo hubieses dejado, es un perrito muy lindo.

Él arqueó una ceja y sus labios formaron una fina línea cruzándose de brazos al mismo tiempo.

—Nooo, ¿estás celoso de tu propio perro? —¿qué diantres acabo de decir?, relamí mis labios rápidamente antes de abrir la botella de agua y beber un poco, como si aquello me dejase tener calma nuevamente.

—¿Yo?, jamás estaría celoso de mi propio perro, Emma.  —respondió con el ceño fruncido.— cuando quieres dices cosas extrañas, bebé. —él sonrió ladino y juro que sí no escucho la voz de mi mejor amiga me quedo ahí babeando.

—Me siento como en un dorama...

—Oh, Lisa, no te había visto. Hey. —Saludó lo último con asentimiento y volvió a mirarme a mi sonriente. — seguiré atrapándote hasta que te rindas entre mis brazos.

—Pues te quedarás soñando, porque eso no va a pasar. —Sentencie totalmente segura.

—Ya veremos, preciosa. —me guiñó un ojo y se retiró del pasillo entrando a la cafetería a hacer qué sé yo.

—Si no lo dices tú, lo digo yo. ¡Hay mucha tensión aquí!

—No exageres, Lis.

—Si sonríes así es porque ambas sabemos que tengo la razón, mi estimada Emma.

—No digas tonterías, rubia. —bromee y ella sólo se rió. 

—Recordaré esto para una fecha que veo cerca y lejos a la vez.

—Ajá...

•☁️☁️☁️•

Hola, marcianitos que antes eran nutelitas.

Sin palabras, así me quedo con el mismo Jack, porque diosmio.

Pero antes feliz navidad.

Cada día me emociono más con la nueva edición.

Nos leemos pronto. 🥰❕

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro