La alarma sonaba con su tan común "RIN RIN".

Yoongi despertó abrazando a su esposo de la cintura, todo iba bien hasta que sintió un brazo pequeño, tan blanquito como la nieve. Giro despacio encontrando a Nayeon, ella era, -de todos sus hijos- la que mas lo seguía. 

Jimin despertó, y vio a su esposo e hija dormidos como dos pequeños gatitos, decidió que los dejaría dormir un poco más en lo que preparaba el desayuno.

Se encontraban todos sentados en la mesa, Yoongi siempre se hallaba en la cabecera de esta, a lado se encontraba Jimin, después de este, su hijo más pequeño Bora, enfrente de este se encontraba Nayeon le seguía Chae, enfrente se encontraba Jungkook y por último el mayor; Hoseok.

Yoongi estaba vestido con su traje, y no sabía que iba hacer una vez saliendo de su casa, tenía presente que le tenía que comentarle a su esposo la situación en algún momento y debía que ser antes de que su esposo se enterara por otras fuentes o sería peor para él. 

Dejo a su esposo cerca del jardín de niños, y se encamino a la casa de su cuñado. Cuando aparco afuera de la casa de este. Por suerte su mejor amigo se encontraba en porche de la casa arreglando un foco, se hallaba con traje y unos lentes negros.

-Namjoon ¿Qué haces? ¿Intentando arreglar otra cosa que tú mismo descompusiste? –dijo de manera divertida mientras se acercaba al sujeto alto y de piel canela con cabello castaño oscuro.

Namjoon volteo y se sorprendió al encontrar al esposo de su hermano ahí. –No le digas a SeokJin, lo estoy arreglando antes de que vuelva de dejar a Hani. ¿Qué haces aquí? No se supone que debes estar en la oficina.

-Me despidieron. -Susurro demasiado bajo para que Namjoon comprendiera. Éste entrecerró sus cejas y se acercó más a Yoongi, movió los dedos anulares en forma de rodillo como pidiendo que repitiera lo que dijo. – Me despidieron, carajo Nam, cerraron la empresa por asuntos ilegales que tenía esta. Ayer llegue a casa antes de la comida, y no sabía cómo decirle a Jimin que ya no tenía trabajo, el finiquito que me dieron fue bueno, pero no quiero decirle a Jimin, se que sonara mal pero yo le prometí a tu hermano que nada le faltaría, a parte si Jimin se llegase a enterar que no tengo trabajo y me voy en las mañanas disque al trabajo, me va ir muy mal, bueno tu sabes cómo es tu hermano.

Namjoon se acercó a Yoongi y palmeo su espalda. - Mira Yoongi, te aconsejo que lo mejor que puedes hacer es regresar, y decirle la verdad y puedes aprovechar ahora que no están tus hijos, así te sentirás mas cómodo y no tendrán interrupciones. A parte estas apresurando las cosas, ya piensas en un futuro y no has salido siquiera a salir a buscar trabajo, también no es como si los vayas a dejar sin comer, tienes lo del finiquito.

Yoongi asintió, su cuñado tenía razón, era mejor decirle las cosas el mismo, sabía que Jimin lo apoyaría, siempre. Por algo se había enamorado de él. 

Se despido de Namjoon y camino a su casa e iba pensando en cómo empezar la conversación.

Llego a casa y encontró a Jimin en el jardín, Yoongi admiro lo lindo que se veía su marido regando las flores. Se acercó y lo abrazo por la espalda, Jimin grito y se alejó de la impresión, aventando en el acto la regadera de metal al sujeto que lo había abrazado. Yoongi grito de dolor y Jimin salió de su trance cuando vio que era su esposo.

Se acercó a su esposo y lo rodeo con el brazo y con el otro se quitaba sus audífonos. –Amor, ¿estás bien? – Yoongi solo saco un quejido en afirmación "mmju". - ¿Qué haces aquí? No deberías estar en la oficina, ¿te sientes mal? ¿estas enfermo? –Yoongi sonrió, sabía que su esposo era muy paranoico y bueno es que no se debía a nada más y nada menos a que tenían cinco hijos, el primero a los veinte, Jimin siendo aún muy joven le temía a todo, y a cada momento estaban en el hospital o en la casa de su suegra, por cualquier cosa que le pasara a Hoseok y que Jimin considerara extraña. Para cuando llego Chae-min, Jimin ya sabía qué hacer en todo tipo de situaciones, pero seguía siendo un padre muy cuidadoso.

Yoongi se recompuso y sobo su pecho en donde le había pegado el regador de aluminio. –Tienes buen brazo cariño. –Jimin rio en bajito. –Necesito contarte algo Jimin. – Yoongi soltó, Jimin tenía miedo por lo que le fuera a decir, Yoongi vio su mirada en duda, y solo le sonrió para que viera que no era tan malo, o bueno eso esperaba Yoongi. Entraron a la casa y se sentaron el sofá más grande de la sala. Yoongi suspiro, tomo las manos de Jimin en forma de apoyo. –No sé cómo decir esto. –murmuro pausadamente.

- ¿Me vas a dejar? - Jimin dijo también pausadamente. Yoongi abrió los ojos sorprendido porque su esposo pensara que lo iba a dejar. Se acercó más a él, y beso sus manos y después su frete.

-Jamás digas eso, jamás. Lo que tengo que decir me hace sentir un poco de vergüenza. - dijo bajando la mirada. - La empresa paso por sucesos ilegales, cerraron y me despidieron Jimin. - Yoongi soltó.