Cuando dije que esto sería una aventura definitivamente no me refería a que todos decidieran emborracharse y llevarme a mí también a esa tortura, para que miento la primera en probar la bebida fui yo.

Después de horas de historietas, risas y mucho alcohol mi cerebro dejó de pensar con claridad.

—Es mejor que vaya a mi habitación, ya son las tres de la madrugada—dijo Hairon bostesando.

—Si igual yo—respondió apoyando la idea Susana.

Todos fueron abandonando el lugar para ir a sus respectivas habitaciones.

—¿Quieres que te acompañe Alis?—preguntó mi supuesto novio.

—No gracias, yo voy ahora.

El asintió ante mi pedido y desapareció por los árboles.

Al ver que no tenía intenciones de irse le respondí.

—Eres un imbécil Gyron, no comprendes que me quiero alejar de ti.

—Estás ebria Alis—dijo tomándome de los hombros para que no cayera.

—Menos mal que te diste cuenta—respondí riendo a carcajada.

—No te hace bien la bebida—dijo sonriendo.

—Sabes que las mariposas son artrópodos.

—¿De qué me hablas pequeña?

—Me encantan tus ojos.

Su mirada tierna podía transformarme el lo que él quisiera.

—Deja de decir bobasas y vamos a dormir.

—No quiero regresar—contesté apartando sus manos de mí y haciendo puchero como una bebé.

—Eres muy graciosa, pero estoy hablando en serio.

—¿Qué te hace pensar que yo no?

—Sabía que era una mala idea esto de venir al bosque—murmuró con fastidio.

—¿Mis amigos dónde están?

—De regreso a sus habitaciones supongo—respondió cargándome a estilo princesa—¿Tienes las llaves de tu habitación?

—No puedo ir a mi habitación, tengo novio, que imagen daría si llego así.

—Vale.

Comenzó a caminar y yo solo observaba como las cosas se veían dobles.

Dónde vamos, la verdad no lo sé pero me da igual solo por el hecho de que es con Gyron, con él iría hasta el fin del mundo.

—¿Cuándo dejarás de jugar a que te gusta Gael?

—Cuando me dejes de gustar tú.

Mañana vas a arrepentirte de lo que estás diciendo, ¿lo sabes verdad?

Sh, calla consciencia.

—Una persona no se olvida de la noche a la mañana bonita, ten cuidado con tus juegos porque podrías lastimar a Gael.

—No soy una niña Gyron, sé lo que hago.

—Literalmente eres menor de edad.

—En menos de un mes cumpliré dieciocho.

—Todavía falta para eso.

Sentí que buscaba en su pantalón y sacó una llave.

—¿Dónde estamos?

—En mi habitación.

Las suabes sábanas tocaron mi piel y me enrollé en ellas dejándome llevar por el delicioso olor de Gyron.

—Gyron—le llamé—mañana no me recuerdes todo esto.

Se retiró los zapatos y me rodeó con su brazo, en ese momento ne ganó el sueño.

(...)

Abrí despacio mis ojos acomodadome a la claridad del sol. Sentí un peso sobre mi regazo y caí en cuenta que era alguien que ne estaba abrazando.

—Buenos días— murmuró mi tormento con su voz gruesa.

La verdad creo que no es el mismo tormento que era cuando regresó a la ciudad, pero de que sigue siendo ese tormento que no ne deja pensar con claridad y que altera mis sentimientos si sigue siendo.

—¿Voy a tener que tratar de quitar esa estúpida manía de despertar a tu lado?

—Sabes que en el fondo te gusta.

—Tengo novio—respondí sin abrir mis ojos.

Una sonora carcajada escuché de su parte.

—Ya claro, te acordabas muy bien de eso ayer.

Debo haber cometido un millón de idioteses ayer, pero no voy a preguntarle.

—Necesito agua.

—Concecuencia de beber tanto—murmuró agarrándose más a mi cintura.

Comencé a frotarme y moverme para intentar safar su agarré en mí.

—No te muevas más— me advirtió.

—Suéltame—le pedí haciendo caso omiso a su advertencia.

—Te dije que te quedaras quita—contestó sin abrir aún sus ojos—despertarás algo que no quieres despertar.

No entendí de lo que me hablaba hasta que sentí algo pinchar mi muslo derecho.

—Imbécil—espeté apartandome y ocultando lo sonrojado que estaba mi rostro.

—Tarde—dijo sortando una carcajada.

—Me voy—le avisé colocando mis zapatos.

—No olvides cerrar la puerta.

Lo miré enojada.

—Dale saludos a tu novio de mi parte.

Salí de la habitación evitando ser descubierta.

Entré despacio para no despertar a Susana que dormía abrazada con un peluche rosa.

Me metí en el baño y luego de una larga ducha me vestí con un croptop militar, un short corto de mezclilla y mis vans

—Hola—saludé a mi amiga que estaba frotando sus ojos.

—Necesito agua—pidió agarrando su garganta.

—Entonces alistate y vamos a desayunar, después tenemos que preparar los últimos detalles del proyecto, es pasado mañana la presentación.

—Está bien.

Caminé en dirección a donde estaban repartiendo el desayuno luego de que Susi se vistiera.

—Buenos días chicas— dijo Hairon recostado en la mesa con la cara más graciosa que he visto en mi vida.

—¿Pero que te ha pasado?—preguntó Joe sonriendo.

—No me sienta bien la resaca—respondió bebiendo una botella de agua completa.

—Buenos días—se sentó un muy alegre Gael a mi lado—Buenos días amor—murmuró acercándose y dejando un beso en mi mejilla derecha.

—Pero que tierno—comentó Susi.

—Los besos a las novias no se dan en el cachete—regañó Hairon.

—Exacto, queremos ver otra cosa—apoyó Joe.

Miré a Gael que tenía la mirada igual de asustada que la mía.

—Vamos chicos no sean tímidos.

El grito de la profesora me salvó de una vergüenza.

—Recuerden a todos preparar sus presentaciones, la mejor presentación le será otorgada al estudiante una carrera en el exterior.

Todos aplaudieron contentos.

—Bien Susi, sabes lo que tenenos que hacer.

—Sip, chicos los vemos luego—dijo mientras tomaba unas manzanas y dos tazas con café para desayunar en nuestra habitación rodeadas de libros y hojas.

*El alcohol revela verdades y sentimientos que ni nosostros mismos sabíamos que estaban presentes*

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Nota:

Espero que les guste.
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