Capítulo tres
Subí a mi habitación dejando al imbécil de Gyron jugando con los mandos de mi hermano en la sala.
Decidí tomar una ducha de unos veinte minutos que me relajó lo suficiente, es que el solo hecho de saber que el idiota ese estaba en mi casa, me estresaba demasiado.
¿No será que tienes una pequeña obsesión?
Pues claro que no, es que él es muy molesto.
Ambas sabemos que te gustaba de chiquita.
No digas tonterías conciencia, a mí nunca me puede llegar a gustar alguien como él.
Si vos lo dices.
Un golpe en la puerta me hizo reaccionar de la gran conversación que tenía con mi conciencia.
—¿Qué quieres?— pregunté envuelta todavía en la toalla puesto que acababa de terminar de ducharme.
—¿Puedo pasar?
—No— respondí, pero no dio tiempo ya que él abrió la puerta y se quedó estático recorriéndome con la mirada.
Apreté el agarre de la toalla. Juro que no sé qué voy a hacer, pero tengo que ponerle seguro a esa maldita puerta.
—Lo siento— susurró cerrando la puerta cuando reaccionó.
—¿Crees que cuando te vistas puedas venir a comer?
Tenía dos opciones, o salía y comía comida saludable, o esperaba a que el imbécil se fuera a dormir para pedir comida a domicilio porque si por mí fuera quemaba la cocina.
—Está bien, cuando me aliste salgo.
—Estaré en la mesa del jardín.
Después de nuestra declaración de guerra tengo que tener cuidado de que no me envenene la comida, aunque Niko lo mataría.
Me vestí con un vestido de tirantes azul claro que dejaba a la vista mi sostén y me coloqué unas sandalias blancas.
Bajé hasta el jardín encontrándome con una imagen hermosa, era una pena no tener mi cámara para hacerle una fotografía, estaba Gyron con una pose neutra mirando hacia las estrellas con un brillo en sus ojos que reflejaba añoranza. Me acerqué hasta donde estaba.
—¿Son hermosas las estrellas verdad? — pregunté inconscientemente perdiendo mi mirada en el universo.
—Son inalcanzables, después de todo están a mil años luz del sol.
—Emiten luz propia sin necesidad de robársela a nadie.
—Exacto. Son simplemente magnificas.
—¿Cuál es tu constelación favorita?—me escuché preguntando.
Creo que era la primera vez que estábamos hablando sin discutir.
—Todas las constelaciones son bonitas, son la unidad de las estrellas, pero la que más me gusta es la Osa Mayor.
—¿Es la que es como un sartén?.
Lo escuché reír, esa melodía que podía ser perfectamente una canción.
—Sí, esa misma
—Bien estrellita se acabó la conversación, vamos a cenar.
Ya había vuelto el Gyron arrogante que yo conocía.
—Vale — respondí siguiéndolo en dirección al comedor.
La mesa estaba organizada con los cubiertos en el lugar que le corresponde, había cocinado un platillo que no sé decirles que es.
—¿Qué cocinaste?— pregunté inspeccionando la comida.
—Es un guiso preparado a base de carne y vegetales.
A mí no me gustaban los vegetales, sé que son saludables y muy importantes, pero nunca me gustaron.
—No me gustan los vegetales—respondí jugando con la cuchara
—¿Podrías probarlo y después me dices si te gusta o no?—preguntó con una sonrisa como si supiera que me iba a gustar.
Llevé la cuchara a mi boca y no les puedo decir que sabía mal, porque, aunque no traía un aspecto bonito tenía un gusto específico inexplicable.
Lo observé sonreír mientras seguía cenando en silencio, al final me acabé todo y me serví más, me había gustado cantidad.
¿Cómo no te va a gustar si lo hizo semejante monumento?.
Conciencia no empecemos de nuevo.
Pero si eres tú la que lo está pensando.
Bueno tenía un punto, a veces creo que me estoy volviendo loca por debatir yo misma en mi cabeza, pero en definitiva sé que no debo ser la única.
—Te estoy hablando— dijo Gy sacándome de mi ensoñación.
—Disculpa no te había escuchado.
—Estaba diciendo que mañana tengo clases por lo que me tienes que decir en que habitación puedo dormir.
—Claro, en la segunda planta hay dos habitaciones de invitados, escoge la que más te agrade.
—¿Por qué no puedo utilizar la de la planta baja?.
En realidad, no quería dormir sola en la segunda planta ya que la habitación de Niko siempre ha sido junto a la mía y él sabe mi miedo a despertarme a causa de pesadillas por lo que siempre hemos dormido en habitaciones cercas por si me ocurre algo.
—No sé si quieres dormir abajo está bien — respondí un poco disgustada.
—¿Sigue teniendo miedo la pequeña Alis?
Que molesto es él con lo de pequeña Alis.
—No tengo miedo estúpido.
—Pues si no lo aceptas, dormirás arriba sola.
—Está bien, no me hace falta que duermas arriba idiota.
Ese es mi orgullo hablando por sí mismo.
Fui a mi habitación dejándolo solo en la planta baja mientras entraba a la habitación de invitados,me puse a leer a esperar que llegara Niko para poder dormir tranquila.
...
Después de seis horas dando vueltas en la cama, duchándome, leyendo y tratando de dormir el reloj marcaba las 3.30 am, sentí que alguien se asomaba en la puerta de la habitación.
—¿Qué haces despierta? — me preguntó Niko preocupado.
—No podía dormir.
—Es porque yo no estaba cierto — dijo confirmando su teoría
Asentí con la cabeza.
—¿Por qué no le dijiste a Gyron que viniera a dormir en las habitaciones de invitado de arriba?.
—Si se lo dije, pero sigue siendo un idiota y me dijo miedosa.
—Vale para la próxima no llego tan tarde, discúlpame es que cuando acabó la película fuimos a una discoteca y se nos fue la hora.
—No, Niko tú tienes derecho a divertirte — dije siendo razonable.
— Pues entonces lo obligo a dormir aquí sin decir nada.
Reí por su forma de solucionar el problema.
—De alguna manera tendré que solucionarlo sabes.
—Mientras yo sea tu mellizo no te preocupes— dijo dándome un beso en la frente como cuando era pequeña.
—Hazme un lado.
Se acostó a mi lado y con las carisias de mi hermano mayor logré conciliar el sueño.
*Porque comprendí... No es el lugar, son las personas*
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Nota:
Recordarles que la historia está en edición.
Si llegaron hasta aquí dejen su voto me daría mucho apoyo❤❤❤❤
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