Capítulo seis
Después de dos horas de clases llegamos a la parte importante, la profesora mandó un proyecto en equipos de dos para poner en práctica todos nuestros conocimientos hasta ahora, la idea era escoger entre todos los temas el que más llamara tu atención. La chica con la que tengo que hacer el proyecto es de cabello castaño largo, ojos grandes y bastante tímida.
—Hola—saludé sentándome a su lado para poder preguntarle si ya tenía ideas.
—Hola—respondió de la misma manera.
—¿Tienes algún tema pensado?—pregunté a lo que ella negó—¿Quieres ir hoy a mi casa para ir pensando en algo?
—Es que es mi cumpleaños.
—No sabía, felicidades.
—Gracias—contestó apenada—¿Cómo te llamas?
—Alisson.
—¿Eres Alisson, o sea esa Alisson?
—¿A qué te refieres?
—Eres la hija menor de mi escritora favorita.
Fruncí un poco el ceño hasta que caí en cuenta de lo que me hablaba.
—¿Eres la hija menor de Emmy Marshall, verdad?— preguntó con duda.
—Sí—respondí porque no me gustaba esconder mi identidad, si se regaba y se iba a la mierda mi vida privada ya vería como resolverlo.
—Podrías no comentarlo con nadie por favor, si quieres a cambio te presento a mi madre— traté de sonreírle, esa era una de las cosas por las que no tenía amigas, me costaba confiar, pero con esta chica era algo raro sus ojos me demostraban que podía confiar en ella.
—No te preocupes, pero crees que puedas hacer algo por mí—agachó la cabeza tímidamente, gesto que no me gustó por lo que levanté su mentón.
—¿Qué necesitas?
—Podrías ir a mi cena de cumpleaños, es que le prometí a mis padres que llevaría una amiga.
—Está bien, así tenemos tiempo de pensar en el proyecto.
—Gracias— dijo tendiéndome una servilleta con una dirección.
—Esa es la dirección, la cena es a las 7.30pm— besó mi mejilla y salió corriendo.
Bueno tengo que ir a una fiesta así que debo alistarme, creo que lo primero que haré es hacerme un cambio de look.
(...)
Llevo más de media hora en la peluquería y por fin terminaron mi cabello.
Me observé en el espejo y es increíble el cambio, pues me lo corté un poco y me hice unas betas de color rosa, algo loco pero que me encanta.
—Te queda precioso- dijo Ana, la peluquera que siempre me atiende.
—Gracias Ana, se debe a tu gran trabajo— le sonreí en lo que tomé mis pertenencias para ir a mi casa.
—Es un placer bonita, regresa cuando quieras.
(…)
Creo que ya he tenido más de veinte cambios de ropa y ninguno me ha gustado, al final opté por un vestido rojo que se pegaba perfectamente a mi delgado cuerpo
—¿Vas a alguna parte enana?—preguntó mi mellizo recorriéndome con su mirada.
—Sí—respondí simple.
—Recuerda que mamá y papá estarán aquí hoy, así que trata de llegar temprano.
—Lo sé, no soy tan despistada.
—Si tú lo dices—respondió mientras se encogía de hombros.
Salí a tomar un taxi que me llevara hasta la dirección que me dio la chica la que no le pregunté su nombre, puede que mi hermano tenga razón y sea un poco despistada.
Claro un poco.
No te metas.
Es que vas a ir a casa de una desconocida que no sabes ni su nombre.
Tienes razón pero da igual, ya estoy aquí.
El taxi paró en una casa bonita de campo, pues sí estaba en medio de la nada. Toqué la puerta y me salió una señora con los mismos rasgos de la chica que me había invitado.
—Hola, bienvenida.
—Hola.
—Tú debes de ser Alis— suposo a lo que yo asentí.
—Adelante—abrió la puerta dejando que entrara, observé una casa rústica, con una chimenea y muebles blancos.
—Susana está en su habitación, me dijo que cuando llegaras fueras a buscarla.
Así que la chica se llama Susana.
Fui acercandome a la dirección que me indicó la señora y pude escuchar una melodía muy bonita, una canción, la voz era de la chica que había conocido hoy, pero era fina y transmitía dolor, tristeza, pero a la vez fuerza para continuar.
Empujé un poco la puerta y pude divisar en la esquina de la habitación a la castaña sentada con una guitarra en la mano y los ojos cerrados, llevaba un vestido blanco y el cabello suelto hasta su cintura, saqué a escondidas la cámara que llevaba en mi mochila puesto que íbamos a hablar hoy sobre el proyecto y le saqué una foto, luego la guardé y carraspeé para que me notara.
—Hola, viniste— me saludó sonriendo sorprendida, al parecer pensaba que yo no iba a venir.
—Hola, no pude evitar no escuchar, cantas precioso— en cuanto dije la última palabra su sonrisa ya había desaparecido.
—¿Me escuchaste?
—Lo siento, no lo pude evitar, pero lo haces de maravilla.
—Pues no todos dicen lo mismo.
—¿Por qué lo dices?— pregunté por su expresión de angustia.
—Hace dos años me presenté en un concurso y me dijeron que cantaba fatal.
—Pues no tienen buen gusto musical ni experiencia en ella porque afinas de maravilla.
—Gracias.
—¡Vamos a cenar!—exclamó su mamá para que nos integraramos en la mesa.
Después de una cena deliciosa pero un poco incómoda puesto que no conocía mucho de estas personas cantamos cumpleaños feliz a Susana.
—Vamos a la terraza a hablar del proyecto— dijo sacándome de la sala donde estaba toda su familia.
—¿Qué tienes pensado?
— No sé, se me ocurre que podríamos tomar varias fotos de personas realizando actividades que aman.
—O sea, ¿Es algo así como que si a mi me gusta escribir me tiren una foto escribiendo?— pregunté tratando de comprender lo que me trataba de decir.
—Sí, pero que a la vez tu no sepas que hay una cámara, porque las personas delante de una cámara se comportan diferentes.
Creo que se refería a algo así como la foto que yo le tomé cuando llegue. Saqué mi cámara y se la enseñé.
—Wow, no te escuché tirarme esa foto. Pero sí es a eso a lo que me refiero.
—Bien pues tendremos que convertirnos en agentes acosadoras para poder tirar fotos sin que sepan que estamos ahí.
—Me tengo que ir que ya es tarde.
Me acompañó hasta la puerta y quedamos en que mañana ella iría a mi casa para comenzar nuestro trabajo como acosadora.
Salí y no había ni un solo taxi, trate de llamar a uno pero no eataban en disposición, Niko y mi papá no me cogían el teléfono.
¿Y ahora que hago?
No pues fuiste tú la que vino hasta aquí.
Ya pero no sabía que era en el medio de la nada
Regresa a la casa y explicárselo a Susana.
No, la conocí hoy, no puedo quedarme en su casa además mis padres me matarían.
¡¡¡Joder!!!
Llamada entrante...
El odioso de Gyron.
¿Destino o casualidad?
*Eres mi estrella favorita, entre tanta oscuridad*
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Nota:
Se que había dicho que habría venganaza pero no pude ponerla en este capítulo porque la historia se basaría solo en la guerra y pues tienen que interactuar los demás personajes.
Pero...
¿Vendrá Gyron a buscarla?
¿Se vengará pronto?
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