Me coloqué uno de los vestidos de Neil y fui a abrirle la puerta a mi hermano.

 — Te demoraste para abrirme.

 — Lo siento es que el vestido no me servía.

 — ¿Lo que traes en el cuello te lo hizo Gyron verdad? — preguntó más en una afirmación.

No puedo responder, pues en realidad no sé que debería decirle.

 — El que calla otorga. Solo recuerda que puedes perder la apuesta.

 — No voy a perder ninguna apuesta.

 — Bueno vamos que nos prepararon almuerzo.

 — Exactamente quién lo preparó.

 — Neil y yo.

 — Entonces sí es recomendable comerlo — dije cerrando la puerta detrás de mí.

 — Me das un minuto— dije haciendole una seña de que hisisera silencio mientras cerraba con llave la habitación y me giré victoriosa.

Le hice una seña para irnos.

—¿Por qué cerraste?— preguntó extrañado.

— Estrategia de guerra.

— Por eso te demoraste — dijo atando cabos.

— Niko ya está el pescado—gritó Neil desde la cocina.

—Estás como una cabra loca.

Caminé hasta la mesa y al llegar Neil nos preguntó por su hermano y con mi mejor sonrisa dije que estaba haciendo unos proyectos.

Luego de unos cuarenta y cinco minutos observé al susodicho entrar por la puerta principal.

¿Pero qué?

Niko me dedicó una mirada de gracia y confusión.

— ¿Empezaron sin mí? — preguntó posando sus hermosos ojos en mí y robando de mi plato una fresa del postre.

—Alis me dijo que estabas haciendo unos proyectos.

— Pues sí unos proyectos muy interesante, me duele la muñeca de tanto escribir.

Mi mellizo se atragantó con la comida al entender su insinuación.

— Espero que obtengas una buena puntuación—murmuré sonriendo.

— Apuesto a que me sirvirá de mucho, alomejor y te lo enseño.

— No gracias.

— Como quieras — dijo sirviendo comida en su plato.

Así trascurrieron unas dos horas sentados mientras conversamos de cualquier tema al asar.

— Se me ocurre una idea— murmuró Niko.

— ¿Cuál?—pregunté un poco asustada por su sonrisa.

—Vamos a jugar.

— ¿A qué? — esta vez la pregunta la hizo Neil.

— Verdad o atrevimiento — propuso Gyron mirando en mi dirección de forma triunfante.

— Eso no — me negué inmediatamente.

— ¿Entonces a qué? — me preguntó Neil

No respondí, pues no sabía que podíamos jugar.

—  Te tardaste en volver a ser la Alis miedosa—dijo el idiota de manera provocativa.

— Puede, pero tampoco te interesa—dije retándolo con la mirada.

— ¡Ya sé! — exclamó Niko.

— Vamos a jugar Billar, pero de una manera diferente, hermanos contra hermanos, o sea primero juega Alis y Gyron y según vayan jugando el perdedor va a ir eliminando una prenda.

— Suena interesante — apoyó Neil.

No estoy segura de si quiero estar sin alguna prenda delante de ellos.

— Tampoco sabes jugar Billar Alis, no seas cobarde.

— Vale, juego — dije sabiendo que me voy a arrepentir luego.

Fuimos a la terraza en donde se encontraba la mesa de billar.

— Lista para perder estrellita.

— Ya quisieras — dije arreglando mi cabello en una coleta desordenada.

— Empezemos.

El inicio estuvo bastante reñido, yo ya me quité los zapatos y Gyron igual.

 Lo vi fruncir el seño de manera concentrada dando una buena jugada y metiendo dos bolas seguidas, sonrió apoyado sobre el palo.

— ¿Y bien?

No me iba a dar por vencida tan rápido así que retiré mis pendientes y una pulsera que llevaba en la muñeca.

La próxima la introducí yo por lo que se quitó la sudadera.

Volvió a posicionarse para lanzar y pedí a gritos en mi mente que no pudiera entrarla.

Mal día para ponerte vestidos, si entra la maldita bola tendrás que quedar en ropa interior.

Como la suerte siempre me acompaña la bola fue directo a su objetivo-es ironía el día que retarepartieronrtieron la suerte yo estaba durmiendo.

— Estoy esperando — dijo con una sonrisa victoriosa.

Mis opciones en este momento...

Quedar en ropa interior..

Darle el gusto de ganar el juego...

Le hice una seña a Niko para que bajara el cierre de mi vestido.

— Sabes que no es necesario—  susurró en mi oído.

— No pienso perder.

Llevo puesto unas bragas de encaje con un sostén rojo vino.

Cuando el vestido cayó al suelo me recorrió con la mirada sin ningún disimulo.

— Me toca.

Dos bolas seguidas.

— No te emociones que si es por ver tu cara de perdedora me quito hasta los boxer.

Exactamente cumpliendo con sus palabras se quitó sus jeans azules y jugó con el elástico del boxer azul.

Reacciona tonta

— No, ya este juego se está pasando y han olvidado que Neil y yo también estamos —  respondió Niko alcanzandome mi vestido y la ropa de Gyron.

 — Bien, mientras ellos se visten porque no me acompañas a la cocina—le propuso Neil a mi hermano.

Después de cenar vimos Netflix mientras mi mellizo hacía chistes que solo le causan risa a Neil.

Me despedí de ellos para ir a la habitación en la que me me iba a quedar, luego de leer y revisar un poco las redes sociales encontré algo que me dejó sin aire por unos segundos, no creo que sea cierto.

¿Nunca han tenido esos lapsos de tiempo en los que su cerebro piensa mil cosas por cada minuto que transcurre?

Me encuentro en una de esas situaciones en las que no sabes si gritar, esconderte, llorar o incluso encerrarte.

Sentí todas las emociones llamar a mi puerta y solo me límite a abrirle.

Bajé a pasos apresurados las escaleras pero al llegar al parecer ya los chicos lo sabían porque Niko estaba con la mirada tan asustada como la mía, no sé ni que decir simplemente me convertí en una ligera pluma que caía directamente al suelo pero antes de poder siquiera tocarlo alguien me sostuvo envolviéndome en un abrazo.

— Todo estará bien, respira despacio — con esas palabras se me nubló la vista.

Me desmayé...

*Porque son las acciones las que demuestran lo que vales*

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Nota:

¿Qué habrá pasado?

Descúbrelo en el próximo capítulo.

Amo sembrar la duda😄.