C31
Amber POV
Grité aunque de todos modos nadie podía escucharme, la desesperación de quitarme a Jordan de encima estaba acabando con la poca energía que me quedaba, los golpes que me había dado hicieron que me cansara mucho más rápido, que poco a poco fuera cayendo en una inconsciencia involuntaria.
—Ya veo porque la obsesión de Evan hacia ti —arrancó la parte de arriba de mi pijama con una fuerza que me quemó la piel —Tienes lo tuyo.
Me puso boca arriba pero mis lamentos ya no eran tan fuerte, ni siquiera eran audibles, me agarró del cuello y me advirtió que si gritaba, me ahorcaría hasta matarme en menos de cinco minutos, que si era inteligente, me mantendría callada, hice lo que me pidió porque tenía miedo de morir en ese momento aunque sinceramente ya no sabía si morir era peor a lo que Jordan planeaba hacerme.
—Por favor...—le suplique entre un llanto silencioso pero con el dolor de mi alma quebrándome la voz —No hagas esto, yo no tengo nada que ver, por favor.
Me quitó toda la ropa que llevaba a excepción de mis bragas, estaba semi desnuda debajo de él y yo no quería ni siquiera verlo, cerré los ojos, esperando no darme por vencida pero no había oportunidad de huir y eso me torturaba.
—Tal vez no, tal vez si —me acarició el cuello y se inclinó para besarme donde me había ahorcado —Lo que me importa ahora es que te tengo justo donde quiero y la voy a pasar bien contigo.
Me apreté los ojos tan fuerte, esperando ignorar todo lo que pasaba a mi alrededor, quise apagar todo los sentidos posibles de mi cuerpo, el toque de Jordan sobre mi cuerpo me daba repulsión, mi respuesta automática era retorcerme para quitarme de encima sus manos pero no podía hacerlo, nada lo iba a lograr.
Los lamentos que desprendía mi garganta eran bajitos pero manifestaban todo el dolor y la impunidad de no poder salvarme de esto. De la nada, el peso del cuerpo de Jordan pareció desaparecer, segundos después abrí los ojos y vi a Evan encima de Jordan, propinándole puñetazos en la cara de una manera atroz que la sangre salpicó la alfombra. Nunca en mi vida había visto a Evan enloquecido de una manera tan colérica, la sangre brotaba del rostro de Jordan quien forcejeó con él y logró darle un puñetazo en la nariz, tiraron la mesita de centro junto con los adornos de vidrio, el chasquido de los vidrios hechos añicos se escuchron cuando Evan cayó sobre ellos y Jordan también.
No supe que hacer, estaba débil y tan asustada que ni yo misma podía ordenarme a hacer algo, tenia dolor en la cabeza, en el cuello y en mis muñecas amordazadas por la cinta adhesiva, quise quitármela pero no podía. De la nada, Jordan estaba encima de Evan, ahora era él quien lo golpeaba sin piedad, la sangre de Jordan en la alfombra pasó a ser remplazada por la de Evan, la tortura de ver como lo agredía era insoportable de ver, luché para quitarme la cinta adhesiva, haciendo lo posible, quise hacerlo con los dientes pero no lo logré.
Me tapé la cara con las manos porque Evan parecía cada vez más derrotado con la golpiza de Jordan, no quería verlo pero podía escuchar los golpes duros que chocaban contra su rostro, escuché de repente que alguien caía al piso, del otro extremo y después un jadeo de dolor, reconocí la voz de Jordan, me destapé la cara y vi que Jordan se cubría el estómago, al parecer Evan le propinó una patada, volvió a colocarse encima de él, dejándole gotas de su sangre sobre el pecho y la cara, volvió a golpearlo sin piedad, de una forma mortal pero Jordan lo empujó y Evan volvió a caer en la cama de vidrios hechos añicos.
Jordan se incorporó de un salto y salió cojeando por la puerta, Evan se levantó y corrió esperando ir tras de él pero se frenó y regresó adentro, rápidamente se arrodilló delante de mí, estaba estupefacta, temblaba, verle el rostro morado y lleno de sangre empeoró mi estado, me acarició la cabeza pero hice un gesto de dolor.
—Maldito hijo de puta, lo mataré, lo mataré —gruño, endureciendo los rasgos de su expresión, se quitó el suéter ligero que traía y me la puso, era grande que me cubría casi todo el cuerpo. —Dime que llegué a tiempo, ¿Cuánto daño te hizo?
Y entonces vio los hematomas en mi cuello, y los golpes que también Jordan me dio a mi el rostro, como las bofetadas y el puño en el ojo.
—Sí no me hubiera ido...—se lamentó con un nudo en la garganta, dejando su mano a pocos centímetros de los golpes en mi rostro —Jamás hubiera pasado esto, no tenía idea que lo que ellos planeaban, lo siento tanto, Amber, perdóname.
—Estás sangrando —susurré, tocándole la frente de donde brotaba una gran cantidad de sangre a causa de vidrio que se encajó ahí.
—No me duele, me duele más verte así, no puedo soportar lo que te hizo —se sentó a mi lado y entonces me abrazó, no con fuerza pero me rodeó con sus brazos y me besó el pelo, su toque fue delicado, suave, como si temiera que me fuera a romper si utilizaba demasiada fuerza, pensó que si lo hacía me desintegraría. —¿Cuándo será el día en que no te cause dolor? ¿Cuándo será el día en que entre a tu vida sin que lo lamentes todo el tiempo?
Me reconfortaba estar en sus brazos y sentir que estaba a salvo pero aún existía la inquietud y la tristeza de saber si todo lo que Jordan me dijo era verdad, si había sido capaz de estar con Camille y haber sabido de ese embarazo, ¿También me lo había ocultado? ¿Por esa razón se escondió por meses? No pude sacarme la idea de la cabeza, mi alma estaba hecha trizas y sus promesas de la nada dejaron de tomar sentido.
(...)
Me recomendaron quedarme en observación por al menos hasta el día siguiente, me habían sacado radiografías de la cabeza para descartar una contusión, por lo tanto me quedé internada toda esa mañana, me proporcionaron medicamento para el dolor de mi cuello y el ojo; a Evan le curaron la abertura que tenia en la frente, utilizaron dos puntadas para cerrarle bien la herida, también le quitaron los vidrios que tenia encajados en la espalda, lo limpiaron y curaron.
En ese mismo instante que entré en el hospital los oficiales de policía vinieron a tomarme la declaración, por supuesto les conté todo y Evan estaba ahí para declarar también su parte de la historia, comenzaron con el rastreo de Jordan por toda la zona y me notificarían de lo que ocurriera después.
Evan salió un momento de mi habitación, conté los minutos, habían sido quince y cuando regresó lo hizo con una expresión avergonzada y triste al mismo tiempo, se recargó sobre la pared, frente a mí con un gesto pensativo.
—Llamé a Karen, le dije todo lo que sucedió —murmuró, conservando el tono tímido, sus ojos verdes lucían tan vacíos y disgustados —Y también llamé a Tom, le pedí dos días para estar contigo.
—Tú vuelo sale hoy por la noche —musité con voz casi inaudible, el dolor del cuello era insoportable y mis cuerdas vocales también dolían cuando hablaba.
—Lo cancelé.
Torcí el gesto cuando quise incorporarme, estar acostada me hacía sentir todavía peor, él se acercó con cierta alteración.
—¿Te duele algo? ¿Llamo a la enfermera?
Negué. Solté un suspiro cuando reposé mi espalda en las almohadas altas, lo único que quería saber era la verdad, era mucho peor que el dolor físico, si quería acabar con esto era mejor hacerlo ahora.
—¿Por qué no me lo dijiste? —le pregunté con voz triste, desanimada, no fue difícil de percatarse que luchaba con el llanto de esperar la verdad.
Naturalmente bajó los ojos unos segundos, se pasó la mano por el cabello y se plantó delante de mi cama, mis sentimientos eran irracionales, quería que se quedara pero también que se fuera, creerle a un enfermo drogadicto como Jordan no debía tener sentido pero había pruebas y eso era peor.
—No lo sabía, te lo juro por mi vida que me encontré a Camille cuando iba de regreso al departamento, ahí me lo dijo todo, no le creí pero me mostró el examen que se hizo y...—enmudeció.
Esperé en silencio, insistiéndole a continuar pero no funcionó.
—¿Y? —lo apremié.
—Me dio una foto del ultrasonido.
Me petrifiqué, inmediatamente desvié mi mirada de la suya, me estremecí, me sentía inquieta, la angustia se dibujó en mi rostro, el dolor físico se mezcló con el de mi corazón que ya estaba demasiado sensible.
—¿Por qué no me dijiste que tú y Camille se seguían viendo?
—No, no —aclaró rápidamente, asustado —Escúchame Amber, todo ese tiempo que yo desparecí antes de entrar a rehabilitación viví una temporada con ella, no tenía donde dormir, todo mi dinero lo usé para pagar la deuda de Brody, ella me alojó en su departamento y solo eso, pero la noche justo antes de decidir que no quería vivir así, ella y yo pasamos la noche juntos, al día siguiente me fui y la dejé. Nunca se me cruzó por el pensamiento que podría quedar embarazada, admito que también fue mi error.
—Él dijo que tu lo sabías.
—No lo sabía, te lo juro por el amor de dios, no tenía idea —le temblaban las manos, se sentía impotente —Yo estaba en rehabilitación en Seattle, no tenía conocimiento de esto, créeme, yo jamás le pedí que hiciera tal cosa, ellos quieren culparme, quieren hacerte creer que te engañé de nuevo, que te he mentido pero no es así. Me siento mal por esto, por lo que te ha pasado, en estos momentos siento que voy a caer otra vez.
—Evan —susurré su nombre tajante pero suavemente —¿Lo querías? ¿Querrías a ese bebé si hubieras sabido de él?
Tenia el rostro entre las manos, lentamente las bajó, respiraba con dificultad, la ansiedad y las ganas de recaer eran fuertes y monstruosas, no podía dejarlo solo y dios sabía que tampoco quería que se fuera pero también me había afectado saberlo, no sabía que hacer.
—No lo sé —respondió con la voz demasiado apagada, lúgubre —No hubiera sido buen padre si lo hubiese sabido en ese entonces, era un desgraciado, tal vez la hubiera obligado a abortarlo, o tal vez hubiera sido diferente. ¿Cómo iba a ser buen padre si ni siquiera tuve un buen ejemplo? Él me abandonó.
—Tal vez no ibas a estar listo pero tampoco hubieras querido deshacerte de él.
—¿Cómo lo sabes?
—Porque en el fondo no hubieras querido ser como tu padre, hubieras estado ahí.
Sonrió de forma discreta, no era una sonrisa desalentada, era amable, su rostro estaba reflexivo y calmado, se le había ido un poco toda esa preocupación pero no el dolor que tenía cargado en su expresión.
—Lo que menos deseo es ser igual a mi padre —declaró con seriedad, hablar de su padre lo ponía un poco indiferente, incluso molesto e incómodo —Pero cuando estuve en la clínica y hablé con Natalie de todo lo que pasó con él, me aclaró muchas cosas, algún día lo buscaré y le pediré una explicación.
—Creo que es una buena decisión, sé lo que se siente tenerle rencor a uno de tus padres, me pasa con mi madre y lo sabes pero tú deberías intentar buscar la razón de porque les hizo eso a ti a Karen.
—Lo haré, no es mi prioridad por ahora porque tengo otras cosas de las que ocuparme, pero tenlo por seguro que pasará. —suspiró, algo me intuía que iba a cambiar de tema porque tenía sus labios contraídos —¿Hay algo más que Jordan te haya dicho? Estoy seguro de que pudo haberte dicho más mentiras.
No quise darle rodeos al asunto así que fui directa.
—Sí, me dijo que quisiste acostarte con su novia, Tori —confesé con voz débil —Y que la amenazaste de no decir nada.
Sus labios se contrajeron aún más, inhaló aire con fuerza y miró con cierta furia hacia varios puntos de la habitación, no quiso perder compostura, seguro no quería molestarse ni gritar estando yo en mal estado.
—Sabía que te diría tal mentira pero está viene de Camille, ahora me explico porque Jordan se fue contra ti.
—¿Qué?
—Cuando vivía con Camille, todos nos juntábamos en su departamento para consumir, ahí estaban Jordan y Tori, todos estábamos tan mal que actuábamos sin pensar, yo realmente consumí más que todos por lo que estaba muy desorientado tanto como Jordan pero al menos podía moverme y hablar, ahí ella aprovechó para besarme porque Jordan estaba casi inconsciente, ella quería acostarse conmigo pero me negué. Algo debió haber tramando Camille para hacerle creer a Jordan que yo quería acostarme con ella.
—¿Cómo que cosa?
Se encogió de hombros, bastante frustrado.
—No lo sé pero debió ser algo muy convincente pero te juro que no fue como él te lo contó, jamás haría algo así, ¿Podrías creerme, por favor? —me rogó con una expresión suave y voz delicada.
No respondí, él estaba siendo vencido por la culpa, podía ver que comenzaba a sentirse impotente.
—De lo único que me arrepiento de haber hecho en ese entonces fue acostarme con Camille pero estaba molesto y triste porque sabía que estabas con Chris, no actué de la manera más inteligente, no medí las consecuencias y quiero pedirte perdón porque ahora estás aquí en la cama de este hospital y si no hubiera llegado...—tragó saliva, imposible de imaginarse lo que hubiese pasado, cerró los ojos negó con la cabeza —Me hubiera matado poco a poco con todas las peores torturas de este mundo, aunque lo más sencillo hubiese sido solo una cantidad grande de cocaína, elegiría sufrir por más tiempo.
—Evan, basta —le imploré con ojos cristalinos, recordarlo me ponía a llorar —No fue tu culpa.
—Por mi culpa estás aquí, claro que lo es.
—No, no es cierto, tú no hiciste esto, ellos lo hicieron.
—Él debió atacarme a mí no a ti.
—Y lo hizo, te golpeó, sangraste, te tuvieron que dar puntadas por las heridas del vidrio roto y los puñetazos.
—No se compara con lo que él te hizo, estas heridas sanan, la tuya será algo que quedará en tu mente por mucho tiempo.
—Pero fuiste mi héroe y prefiero recordar eso.
Sonrió, fue algo pequeño pero se veía la satisfacción que le produjo escucharme, mis palabras fueron una clase de peldaño que le impidió derrumbarse más, ya tenía mucho con la tristeza, la culpa, la frustración y la sorpresa que soportar todo aquello era un desafío.
—Pretendo ser siempre tu héroe, tu guardián, tu amante, tu amigo, lo que quieras, si es que todavía quieres que me mantenga en tu vida. Desaparecí por mucho tiempo y siempre me preparé para un rechazo si algún día no volvías a quererme en tu camino.
—Quizá tú te preparaste para eso pero yo no.
Sonrió solo un poco más fuerte.
—Das por hecho que podría vivir sin ti, me preparé para tu rechazo pero no para dejar te amarte.
Sentí una punzada en la cabeza pero ni eso me impidió sonreír, me apreté los labios para mitigar el dolor pero no se cómo se dio cuenta, a veces era difícil fingir el dolor.
—¿Busco a la enfermera?
Asentí, necesitaba más analgésico, él asomó la cabeza desde la puerta para ver si se encontraba a alguien en el pasillo, cuando no fue así decidió salir, escuché que sus pasos se perdían por el pasillo. Me imaginé una situación extraña donde él decidía dejarme para no causarme más daño, desapareciendo otra vez y me pregunté cuál de los dos sufriría más con eso, estaba muy decidida a tener a Evan en mi camino por el resto de mi existencia, sin importar quien se interpusiera o hasta que uno de los dos quisiera lo contrario.
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