C29
Evan POV
Cuando llegamos al departamento me presentó mi nueva habitación, la que le correspondía a Emma, justo estaba enfrente de su habitación lo que por supuesto el trabajo de mantenerme alejado no iba a ser sencillo pero manejaba bien mis impulsos desde ahora, estaba seguro de que podría controlarme siempre y cuando ella no quisiera tentarme, aunque ya de por si el estar solos era demasiado provocativo para mí.
Me ofreció de cenar pero preferí que pidiéramos algo a domicilio, no quería que se preocupara por mí así que pedimos sushi.
—¿Puedo mencionar algo? —le pregunté, justo cuando íbamos a empezar a comer, acercó dos vasos de vidrio a la mesa para que nos pudiéramos servir soda.
—¿No te gusta el salmón? —bromeó.
Reí y negué con la cabeza.
—En realidad quería ofrecerme a preparar mañana la cena de tu cumpleaños, si no te molesta.
Sostuvo mi mirada unos segundos y luego esbozó una sonrisa grande.
—¿Hablas en serio?
—¿Te ibas a poner a cocinar la comida de tu propio cumpleaños? Eso no suena para nada justo, además, ya aprendí a hacer la lasaña, prometo no dejar un desastre en la cocina.
Echó la cabeza hacia atrás y dio una carcajada, la había tomado por sorpresa, no se la creía y me veía como si esperara que no me arrepintiera.
—La verdad es que estoy sorprendida de que quieras hacerlo, pensaba comprar algunas cosas hechas pero si tu quieres hacerlo...supongo que no hay problema, ¿De verdad sabes cocinar?
—Sí, todo el mes pasado trabajé mucho en eso, compré un libro de cocina y no es por nada pero no me sale nada mal ahora que practiqué y quizá si deba comprar algunas cosas hechas pero de lo demás puedo ocuparme yo.
Nos reímos de lo absurdo que se podía escuchar eso, no nos esperábamos que ni el mil años pudiera yo ofrecerme a cocinar una cena para seis personas, sonaba a locura, una imposibilidad rotunda.
—Pero la fiesta es mañana.
—Puedo empezar hoy mismo, desvelarme un poco y continuar mañana, puedo comprar lo que hace falta en alguna tienda cercana.
Me sonrió.
—Ya compré todo lo que se necesita, puedes cocinar sin problemas, cuando gustes. —sus ojos alborotaron los latidos de mi corazón, era dulce, preciosa y al mismo tiempo sin que ella lo supiera, provocativa.
Fijé mis ojos a los suyos, me olvidé de comer un momento para saborear el sentimiento que me provocaba su apariencia y la vibración de su cuerpo a través de la mesa que nos separaba.
—Empezaré después de cenar —concluí, dando una ligera sonrisa, debía controlarme, debía ser fuerte; cocinar sinceramente era como pensaba distraerme para no caer durante la noche a su habitación, meterme a su cama y hacerle el amor otra vez.
(...)
Amber POV
No podía dormir, ni siquiera cuando tomé un baño y me distraje secándome el cabello, tampoco eligiendo la pijama que me pondría, afuera ya se podía sentir frío pero aquí dentro mantuve la calefacción encendida; eran las doce y yo estaba encerrada terminando un trabajo que aunque ya estaba listo solo le di detalles que consideré podrían mejorarlo
Afuera escuché a Evan, estaba en la cocina, fue considerado que no hizo nada de ruido, a veces hasta olvidaba que estaba aquí, me dispuse a esforzarme en dormir, necesitaba olvidarme que él estaba aquí a pocos metros de mí, no podía engañarme, lo intenté y fue difícil hacerlo, cada vez que cerraba los ojos me lo imaginaba entrando por esa puerta, con la ropa sucia de comida y justo después despojándose de ella para entrar a mi cama, esto resultó ser una mala idea, no iba a poder olvidarme de su presencia solo con querer desearlo.
Vi el reloj, era la una y media de la madrugada, se escuchaba una canción muy ligera de fondo en la cocina, la reconocí, era See you de Depeche Mode, abrí la puerta para asomarme y ver que hacía, estaba cortando mango, supuse que debía estar haciendo los postres.
Salí con sigilo y me acerqué a la cocina, no notó mi presencia hasta que me paré frente a la barra, vi que estaba haciendo Mousse de mango, no llevaba delantal, solo el mismo suéter que se arremangó de los brazos.
—Perdón, ¿Te desperté? —su expresión de culpabilidad era atractiva, sonrió de esa forma torcida tan cardiaca que tardé en responder.
—No, solo que no pude dormir —susurré, terminó de cortar la manzana para el pay y también le avanzó a la ensalada fría. —Sí que has avanzado.
—Terminé de hacer los platillos que van en el refrigerador al igual que los postres, los que van al horno mañana los termino. ¿Te despertó la música? Si quieres la puedo quitar
Ya estaba a punto de quitar del celular la canción pero lo frené rápidamente, me gustaba esa canción, me gustaba que sonara en el departamento y más con él presente.
—No, por favor, me gusta esa canción —sonreí —Así que, Depeche Mode ya es tu nueva banda favorita, me supongo que tuviste tiempo de escucharlo por mucho tiempo estando allá y que Riley pudiera darte todo el material necesario.
Sus ojos se iluminaron cuando me vio, era un brillo animado y lleno de entusiasmo.
—Sí, tuve tiempo de sobra, escuché muchas veces los mismos discos, la verdad esta es una canción que habla mucho de la situación que estamos pasando, no se si lo recuerdes pero me identifica—bajó la mirada hacia el mango para no sonreír por completo hacia mi dirección, le daba cierta timidez —Habla de querer volver a ver a una persona y que al verse de nuevo él promete no tocarla sin su consentimiento, le habla de los buenos momentos y que él la querrá de una manera amistosa pero todavía la ama y no precisamente con un amor de amigos. Es extraño, ¿Verdad? Todo parece encajar.
—Sí, lo es —coincidí, escuchar la similitud de la canción con nuestra situación me sobrecogió un poco, me hizo temblar —Y más extraño que sea de mi grupo favorito, escuchar esa canción de nuevo será raro pero me agrada que hable como si fuera de nosotros.
—A mi también —levantó su vista de lo que hacía para contemplarme unos segundos, me quedé quieta porque su mirada me hizo cuestionarme muchas cosas, lo principal era seguir manteniéndome con la idea de volver a hacer el amor hasta París o justo encima de la barra delante mí y justo ahora.
Esperaba que no pudiera notar mi ansiedad, me dispuse mejor a desviar mis ojos de los suyos y obligarme a regresar a la habitación, cerrar con llave la puerta y esforzarme en dormir, pero no, no fue así.
—¿Quieres que te ayude? De verdad me será difícil dormir.
—Es comida para tu cumpleaños, sería injusto que te deje ayudar —sonrió, mi resistencia estaba siendo tentada —¿Por qué no puedes dormir?.
—Déjame ayudarte, aunque sea en lo más sencillo —le pedí casi en suplica, quería mantener mi cabeza ocupada tanto como la suya a la hora de cocinar, esperaba que no se negara pues mi insistencia era evidente —Simplemente es la emoción de mañana, tendré una fiesta bastante buena, no puedo esperar.
Escuché esa risita cantarina suya y aceptó, me acercó un plato de fresas y me pidió quitarles el ramito, era una tarea bastante inocente pero decidí tomarla, ya no me importaba que fuera. De reojo vi que había terminado de preparar el Mousse de mango, solo le faltaba ponerlos en vasos de vidrios pequeños, asumí que las fresas las quería solo para decorar pero yo estaba muy cómoda haciendo esta simple tarea, incluso tuvo tiempo de recoger la cocina y de acomodar todo, me hizo un buen favor.
—¿Así está bien? —le entregué el bowl lleno de fresas listas y sin el ramo de hojas que les quité.
Asintió complacido, dándome una sonrisa.
—Está muy bien, mañana las convertiré en una refrescante vinagreta para la ensalada.
—¿Puedo ayudar en otra cosa?
Se sorprendió un poco de mi repentina iniciativa de quedarme en la cocina y es que si iba a mi habitación e intentaba dormir, no iba a ser del todo sencillo, prefería quedarme despierta haciendo algo que intentándolo sin nada que hacer.
Me clavó la mirada, esperando que lo admitiera y así lo hice.
—De acuerdo, si, no puedo dormir y sabes porque. —repuse con rapidez, ya era demasiado seguir negándolo.
—¿Por qué? —fingió que no lo sabía y eso me hizo enfadar un poco.
—Lo sabes —puse los ojos en blanco pero él seguía indagando con su mirada insistente.
—Y supongo que también sabes porque me ofrecí a cocinar en la noche.
—¿Por qué?
—Lo sabes —repitió con una sonrisita traviesa. —Yo soy quien necesita más distracción.
—Eso quiere decir, que no me quieres aquí —susurré, fingiendo un tono dolido —Porque soy demasiada presión para ti.
—Jamás diría algo así —aclaró, levantando un dedo y ambas cejas —Eso se escucha un poco rudo, ¿No crees? No lo llamaría presión, yo diría tentación, yo mantengo mi cabeza distraída a cómo puedo y cocinar es lo único que se me ha ocurrido, me está ayudando porque la verdad es que esto siempre me cansa.
—¿Ya tienes sueño?
—Un poco, sí —sonrió para si mismo.
—¿Y entonces que hago yo para distraerme? Tampoco es fácil para mí.
—¿No lo es? —sus ojos se dilataron un poco y soltó solo una carcajada débil —Pero, Amber, eres tu quien decide las reglas, yo solo soy quien las respeta. Sí quieres...No, no, olvídalo, no te estoy manipulando, ni tampoco voy a insinuarte nada.
—¿No vas a hacerme el amor? —le pregunté directamente, viéndolo a los ojos, interpretando su tristeza y dolor.
—No esta noche —respondió con desconsuelo. —Ocurrirá pero no esta noche, Amber. Si era lo que querías saber, esa la respuesta y concuerdo contigo de que es lo mejor, París es más hermoso cuando estamos juntos, quiero poder amarte de verdad en la ciudad dónde volvimos a encontrarnos, dónde la vida nos juntó, te haré el amor día y noche, solo aguarda.
—De acuerdo —me levanté de la silla y entré a la cocina, recargué mi espalda en la pared y eso nos ponía a unos tres metros de distancia, él estaba bastante tranquilo, no rompió compostura —Agradezco que entiendas que todavía no estoy del todo lista para aceptar que puedo tenerte confianza y que es como estamos empezando de nuevo pero tu yo sabemos que algo necesitamos.
Rió un poco, me sostuvo la mirada con el sorprendente buen comportamiento que estaba mostrando.
—El amor es solo más que contacto físico, acepto que lo complementa pero que estemos a distancia es un nuevo reto, la vida nos quiere enseñar a amar con el sentimiento que tenemos el uno por el otro, con el corazón, no con el contacto físico. Y confieso que te amo cada día más cuando te tengo en la distancia porque me hace apreciarte y valorarte más.
Desvié unos segundos mi mirada de la suya, asimilando los sentimientos encontrados que traían sus palabras, cuando volví a verlo, sus ojos verdes adían completamente hipnóticos, sacudiéndome de una manera incontrolable, se frenaba, se podía ver pero era fuerte y perseverante.
—Es una clase de sacrificio que piensas pagar por lo que pasó pero los dos hemos sufrido bastante, cuando tu no estabas, eso fue lo que hice, te amé más y me molesté por hacerlo involuntariamente, te amé aunque estuvieras lejos, aprendí a hacerlo con el corazón y no debí pero ahora solo quiero que entiendas que a veces la necesidad es más fuerte que la voluntad.
—No debiste amarme eso es cierto, había miles de mejores hombres que yo en ese entonces, muchos Raoul's que podrían haberte dado la vida feliz y haberte mostrado un amor tan puro y verdadero, casarte y tener hijos con alguno que realmente cuidara de tu corazón pero decidiste amar al fantasma, al que quizá no tiene una apariencia desfigurada pero si el alma desfigurada y eso es peor porque amar a alguien con un alma tan mal como la mía es un locura.
—Pero el fantasma amó a Christine por siempre, jamás se olvidó de ella y la consideró por siempre su único amor.
—Tú podrías amar a quien sea, no habría problema, yo te consideraría por supuesto mi único amor pero el fantasma también hirió a Christine, fue egoísta y Raoul jamás hizo eso. ¿Aún estás dispuesta a amar al fantasma con el alma desfigurada?
Estaba en una plena seguridad de que no importaba nada más en ese instante más que sus ojos que volvieron a ser delicados, hermosos y llenos de amor y ellos me contemplaban absortos, podía jurar que me pedían que me acercara a pesar de la negación de Evan, su lenguaje corporal lo obligaba a mantenerse lejos pero no sabía mentir con la expresión y menos con la mirada.
—Siempre he estado dispuesta, incluso cuando creía que no, estoy segura de que nada podrá obligarme a lo contrario —di dos pasos hacia él, cortando distancia, estaba comenzando a sentirse nervioso porque se estaba resistiendo, se le veía el sufrimiento. —¿Estarías dispuesto a romper solo una de tus promesas por mí?
—¿Cuál? —preguntó con voz débil, luchaba por no caer ante mi tentación, su deseo me permitía sentir el calor que emanaba de su cuerpo, de su piel.
—Sé que no me harás el amor esta noche porque tampoco quiero obligarte pero, ¿Podrías tocarme por favor? Es una regla que romperás pero soy yo quien te lo está pidiendo.
Cerró los ojos, inhalando con fuerza, al abrirlos, me estaba mostrando el sufrimiento que llevaba por dentro, no pudo aguantarlo, se detenía con toda la resistencia que podía, estaba pasando por un verdadero tormento, por el sufrimiento de no tenerme.
—Amber...—su voz seguía siendo dulce y considerada —Me estás pidiendo romper promesas que no quiero, quiero estar de acuerdo contigo y esperar a París porque sé que así lo quieres, no digas que no.
—No estoy diciendo que no —admití con rapidez —Quiero esperar a París, lo único que quiero es que me toques.
Y entonces me puse frente de él, con ojos desafiantes y tomé uno de sus manos, la posé en mi mejilla y la calidez de su tacto fue un alivio perfecto para la necesidad que me estaba matando, me acarició el rostro y yo la apreté más a mi mejilla.
—Tú dijiste que seré yo la que decida hasta donde quiero que llegues conmigo, bien, entonces déjame demostrarte de que manera quiero que lo hagas. —lo miré directamente a los ojos, veía la confusión y la curiosidad en ellos, no se explicaba que pasaba cuando tome la mano que todavía estaba en mi mejilla y la fui deslizando hacia abajo muy lentamente por mi mandíbula, mi cuello, mi pecho, mi estómago, deteniéndome en mi pelvis.
Su respiración se escuchaba entrecortada, se apretaba los labios para luchar con la batalla que evidentemente estaba por perder, sentía que se acercaba más, que su rendición podía estar por llegar.
—¿Qué pretendes hacer?—hizo una pausa para tragar saliva, su voz era aún más bajita que antes. —Esto es...
—Estoy tomando yo la decisión —respondí con voz ahogada cuando metí su mano por debajo de mi blusa, no me puse sostén así que hice que su mano acariciara mis pechos y mis pezones erguidos —Quiero tu contacto y si no puedo tenerlo por completo, al menos que sea a mi manera.
Gemí un poco, Evan estaba rígido, su otra mano libre estaba hecho puño sobre la barra de la cocina, tenía los dientes apretados, su mandíbula estaba completamente tensa y sus ojos estaban encendidos en furia pero no hacía mí, estaba peleándose contra él mismo para no vencer y para no decepcionarse.
—Es algo inocente —traté de que las cosas fueran menos insufribles para él pero no estaba lográndolo del todo. —No estás rompiendo tu promesa.
—Amber, me estás tentando...—cerró los ojos, arrastrando las palabras cada vez más —Pero lo acepto, hazlo, te demostraré que puedo controlarme.
Jadee cuando dio círculos con su pulgar en mi pezón izquierdo, me pasé la lengua por los labios, esose sentía increíble, era un juego previo fantástico y yo no quería quedarme con las ganas de al menos llevarme una buena despedida antes de volver a mi habitación.
—¿Podrás? —pregunté agitada, me acerqué a su rostro pa abriera sus ojos, la pasión se desprendía de sus ojos tan fácilmente que si hubiese podido hacerlo, me hubiera cogido en esa cocina sin dudarlo —Esto será una despedida para mí.
Bajé su mano hacia mi pelvis otra vez y lo metí en mi braga, sus dedos palparon un poco la punta de mi clítoris y sus dedos rozaron más abajo, provocando una estimulación y fricción que me estaba dejando con la boca abierta, gemí sin dejarle de verlo a los ojos, me sostuvo la mirada, asegurándose de aumentar la velocidad de sus dedos, le agradecía con jadeos porque sus dedos eran agiles y rápidos.
Mi cadera se mecía de atrás hacia adelante cuando dio toques más insistentes en mi clítoris, yo sentía que me contraía, sentía que me hacía más pequeña pues no podía asimilar el placer que sus dedos me causaban; me levanté de puntillas cuando dio roces de adelante hacia atrás, casi llegando a la entrada de mi vagina, ahí es donde sus dedos trazaron círculos y comprobaron si estaba húmeda.
—¿Sí lo hago, no estoy rompiendo mi promesa? —se inclinó hacia mi oído, cuidando de no acercar sus labios a mi lóbulo pero sabía que lo estaba haciendo a propósito también, esa locura que me provocaba su aliento y la melodía de su voz estaban acabando conmigo.
—No —gemí una y otra vez, mis mulsos estaban temblando, ya no me era fácil sostenerme, las palpitaciones en mi parte íntima eran constantes y fuertes, yo ya estaba lista y si no me daba lo que quería, lo tomaría sin su permiso.
Sus dedos jugaron en la entrada de mi vagina unos segundos más y después introdujo lentamente dos dedos, me mecí hacia adelante para darles más acceso pero no fue complicado, estaba muy húmeda que fue fácil para él incluso moverse dentro de mí sin problemas.
—Evan...—me ahogué entre la intensidad de sus movimientos que era difícil hablar —Más rápido.
Me obedeció, movió sus dedos más rápido, de adentro hacia afuera, metió su otra mano y con ella siguió estimulando mi clítoris, aferré mis manos en su camisa para no caerme pero me llevó hacia la pared más cercana y dejó que reposara mi espalda en ella para seguir con lo suyo.
—Bésame —le supliqué, tomando aire con más desesperación, cuando se lo dije me vio a los ojos y yo también lo hice, me estaba dando más rápido en la parte más sensible de m interior cuando se lo dije —Por favor.
No esperé más, me comió la boca, tomó mis labios y me besó tan fogosamente que el poco aliento que conservaba desapareció y él lo sustituyo con el suyo, metió su lengua y exploró todo lo que estuvo a su alcancé, gruñó sobre mis labios cuando tuve que gemir y despegarme de su boca.
—¿Ya casi?
Asentí, mordiéndome el labio, dio rápido, mucho más rápido y sin piedad, con una intensidad que no fue necesario pedirle. Solté un grito ahogado cuando mojé mis bragas y segundos después sentí un líquido deslizarse por mi entrepierna, grité realmente cuando sentí una secuela del orgasmo y después dejé caer la cabeza hacia adelante, reposandola en su pecho.
Salió de mi interior y dio una última caricia hacia adelante y hacia atrás, sintiendo mi clítoris con más prominencia.
—¿Qué voy a hacer contigo Amber Griffin? —me regañó con una risita entre dientes, me dio un beso en mi frente sudorosa y me mantuvo en pie, sosteniéndome de los hombros. —Eres muy obstinada.
—¿Qué? —pregunté, sintiéndome cansada, incluso adormilada.
—Quedamos que no habría contacto hasta París y a ti te encanta tentarme y romper reglas —sostuvo mi barbilla con ojos amorosos y lujuriosos —Si esperas que te daré una probada de lo que haremos en París, te digo desde ahora que esto no se acerca en absoluto.
Solté una risa también.
—Dijiste que tendría lo que yo querría, hasta dónde yo quiera que llegues conmigo, bueno, quería esto y ya lo obtuve, tampoco te insinué a que lo hiciéramos, solo quería que me dieras un poco de diversión ¿O querías que lo hiciera sola en mi habitación? Podía hacerlo.
Me depositó un beso lindo, casto y me acarició la barbilla, lentamente.
—Es lo que terminaré haciendo yo —bajó sus ojos hacia el bulto de sus pantalones que sobresalía. —Pero me hace sentir muy bien que hayas querido que yo lo hiciera, es un honor.
—Siento no ayudarte con tu problema.
—Serás de ayuda, fantaseare contigo.
—¿Fantaseas conmigo? —reí pícara.
—¿Por qué te sorprendes? Siempre lo hago
—¿Y lo harás ahora?
—¿Mi cuarto es aprueba de ruido?
—No.
—¿Y el baño?
—No, pero el closet sí.
—Entonces será mejor que pasé un rato ahí, no querrás escuchar un escándalo a media madrugada.
—¡Evan! —me llevé las manos a la cara, me estaba haciendo una idea morbosa que no ayudaba en nada a mi estado —Me voy antes de que terminemos mucho peor aquí. Buenas noches.
Me fui caminando a como pude, todavía me temblaban las piernas así que mi paso fue lento.
—Buenas noches, descansa.
Y me volví hacia él para darle una sonrisa en respuesta y en burla también.
Otro capítulo más chicas/os me da gusto saludarlos, estoy feliz porque estoy llegando a los capítulos más intensos de la novela, así que de aquí en adelante no se sorprendan si las cosas se ponen medias locas hahaha.
Para todas las lectoras nuevas no se les olvide seguirme a mi instagram Cinnluna06 donde subo cositas lindas de las novelas, memes, etc, también al grupo de Whatsapp de la novela, el link lo encuentran en mi perfil aqui en wattpad y en instagram.
Besitos y gracias por leerme
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