Era sábado por la tarde. Bright y Win iban tomados de la mano mientras se dirigían hacia la mansión de Mew.

Siempre los fines de semanas habían sido días sagrados para los tres amigos. La pareja solía visitar a Mew y pasaban el tiempo charlando y tomando café, pero desde que Mew había comprado a Esquishi, este parecía otro y ya no era el mismo de antes. A Bright y a Win les parecía muy raro su comportamiento. ¿Cómo un tigre podía cambiar tanto a una persona? No lo entendían, quizás ahora lo averiguarian. Los días que Mew los evito había hecho que la pareja se preocupara. Pasaba algo, pero no sabían que podría ser.

Cuando la vista de la gran mansión apareció por su vista periférica, Win se adelantó y tocó el timbre. De fondo se escuchó un sonido extraño y Win frunció el ceño. Bright llegó al lado de su novio y le pasó un brazo por los hombros.

Los pasos eran lentos. La persona detrás de la puerta parecía dudosa de abrir.

—¡Mew, abre la bendita puerta!—grito Bright.

¿Por qué su amigo se tardaba tanto en abrir la estúpida puerta?

Después del gran grito de Bright, se escuchó un gran silencio.

—Mewcito, sabemos que estás ahí, ¿por qué nos haces esperar tanto? Te dije que vendríamos el sábado—suspiro frustrado Bright.

La cara de Bright se arrugo. ¿Por qué su mejor amigo los hacía esperar tanto? Era un idiota. Bright pisoteo la alfombra y Win comenzó a sonreír divertido con el mal humor que Bright comenzaba a gastarse, así que trato de calmarlo acariciandole la cara.

Cuando la puerta comenzó abrirse de a poco, Bright se puso al frente preparado para golpear a su olvidadizo amigo, pero se detuvo de inmediato al ver a un chico con orejas y estas se movían con nerviosismo. Aquellos ojos esmeralda lo observaban con detenimiento como si lo estuviera evaluando para ver si le daba el visto bueno.

Bright se congelo estupefacto. ¿Ahora su amigo aparte de amar tigres exóticos tiene fetiches igual de exóticos? ¡Qué la santa divina pastora perdone a su raro amigo!

Win apretó el brazo de Bright y miro al chico. La cabeza de Win en estos momentos parecia la propia Narnia. Miles de preguntas pasaban por su mente y ninguna le conseguía una respuesta lógica. ¿Mew era fetichista? Win sabía que su amigo le gustaba el sexo pero el común, no a tal grado de que su amante sexual utilizará cosas como orejas de tigre. Esto era tan extraño. ¿Qué más les ocultaba, Mew? Win ese momento desconocía a su amigo.

—Lo siento, estaba un poco nervioso de conocerlos y por eso me tomo tiempo abrir la puerta. Mewi se está bañando y mientras se baña pueden esperarlo en la sala. Están en su casa—sonrió cálidamente y se hizo aún lado para dejarlos pasar. La colita larga del chico se movía y enrollaba.

La pareja pasó cerca del raro chico llenos de confusión.

¿Su Mewi? ¿De cuando acá Mew tenía pareja? Y lo más importante, ¿por qué el chico usaba orejas y cola de tigre? Aunque observándolo con detenimiento aquellas dos cosas parecían ser reales y no compradas en una tienda erótica. Bright y Win no sabían que pensar. Todo está situación era rara. Mew no era esta clase de hombre.

Mientras Win y Bright esperaban a Mew. Comenzaban a sentirse raros, confundidos y no podían dejar de ver al extraño chico que estaba al frente de ellos.

Después de unos cuantos minutos al fin Mew bajo las escaleras recién bañado y vestido con unos cómodos short y una camisa sin mangas. Aún sostenía la toalla alrededor de su cuello secando su cabello. Cuando llegó a la sala de estar se encontró con Gulf sentado en uno de los grandes sofás y vestido con un tierno pijama de color rosado y a sus dos grandes amigos en otro sofá mirando al híbrido como si este fuera un extraterrestre.

Mew sabía que muy pronto vendría la confrontación y ya se imaginaba que en unos minutos su cómoda sala de estar se volvería una zona de guerra donde le serían lanzadas muchas preguntas.

Win al ver a Mew se levanto de un salto. Su cara estaba pálida.

—¡Mew Suppasit, explícame porque perviertes a un menor de edad! ¡Ese chico tiene cara de tener 17 años! ¡Joder tú no eres así!—le pincho el pecho y su mirada lo juzgaba. Esos ojos negros volcánicos parecían querer lanzarle rayos láser.

Mew bufó y cerro los ojos por un momento. En todo lo que pensó que diría Win o Bright, ninguna de estas charlas planteadas en su mente era que lo acusaran de abusador sexual ¡Esto era el colmo! ¿Cómo era posible que sus dos grandes amigos pensaran que era un pervertido que obligaba a menores de edad a cumplir sus fantasías sexuales? Simplemente insólito.

—Cálmate. Esto no es lo que estás pensando, hay una extraña explicación—dijo con voz calmada.

—De acuerdo, ¿cuál es la explicación?—cruzo los brazos—Puedo apoyar tú extensa lista sexual, pero no apoyo el abuso a un menor de edad.

—El es Esquishi, el tigre exótico que compre—señalo a Gulf, que alzó la mano en modo de saludo—Hace varias semanas descubrí que es un híbrido. Su nombre real es Gulf.

Ante la historia retorcida de Mew la pareja se echo a reír ¿En serio? ¿Esquishi un híbrido? Ambos sabían que Mew había comprado un tigre exótico, pero que esté pasará de ser un tigre a un fantasioso híbrido era absurdo. Win y Bright al acordarse que ahora la mansión no estaba sola y había un tigre asesino merodeando miraron a todos lados alerta.

—Hablo en serio, Gulf es un híbrido, por eso tiene cola y orejas—su tono firme y su cara sería—No voy a estar jugando con algo tan extraño como eso, saben que no soy así. Soy del tipo que no cree en nada místico o fuera de lo común, pero aquí estoy creyendo en los híbridos porque esta es ahora mi realidad. Cuido de uno.

—Ya deja de burlarte de nosotros ¡Joder, no somos tan tontos! Los híbridos no existen, se extinguieron hace miles de años—dijo muy seguro Bright.

—En serio Mew, admite que eres un extraño fetichista que le pide a un menor de edad que compre en la tienda erótica orejas y una cola porque te excita. Y deja este estúpido teatro de que ese chico es un híbrido para tapar tú depravación ¡Por el amor de Dios!—chillo Win.

Mew quería golpear a ambos haber si entraban en razón. Suspiró, pero no podía juzgarlos, los entendía, entendía la manera de actuar de ambos ante esta situación tan rara. Hasta hace poco él pensaba igual que ellos y que alguien te diga que aquellos seres que tu creías una fábula o fantasía sean reales era difícil de creer.

Cansado se dirigió al sofá donde estaba su híbrido observando de mala manera a sus dos amigos. Parecía que Gulf en cualquier momento les saltaría encima. Coloco la cabeza en el hombro de este y de inmediato Gulf le pasó un brazo por los hombros y comenzó a ronronear para calmarlo.

Mew sonrió, se sentía relajado, porque aunque sus amigos no le creyeran y dijeran que estaba loco, él seguía teniendo a Gulf a su lado.

Win y Bright miraban la escena atónitos. Mew y Gulf parecían una dulce pareja de enamorados y lo más extraño de todo es que el chico seguía metido en ese absurdo papel de ser un felino hasta el punto de ronronear, ¡¿y quién en su sano juicio ronronea?!

—Dejen de estresar a mi Mewi. Él no es un mentiroso—sus ojos esmeralda perforaron a la pareja.

Win y Bright por un momento se quedaron quietos y callados. Aquella amonestación con ese tono les dio miedo y no entendían el por que.

—Ahora es un buen momento para presentarme, soy Gulf, es un placer conocerlos—el joven hizo una leve reverencia y después ladeó su cabeza con una sonrisa de suficiencia—Aunque me veo muy joven tengo 22 años, pero tranquilos Mewi también pensó que era menor. Solo quiero que sepan que Mewi no es ningún pervertido, el solo me cuida. Así que no manchen su nombre con injurias como esas... Soy un híbrido y si ustedes no creen en nuestra palabra deberé demostrarles que no miento.

—Entonces demuestralo—reto Bright.

Win bufó. Este tema de los híbridos ya lo estaba aburriendo. ¿Acaso era el día de los inocentes?

—¿Es en serio? ¿En qué circo me he metido? ¡Los híbridos no existen!—alzo un poco la voz Win—No voy a creer en esto, me parece absurdo.

Gulf resopló, no le quedaba de otra debía hacerles ver a esos testarudos chicos que el decía la verdad. Se levantó y en minutos se convirtió en un gran tigre naranja.

Bright salto en su lugar pasmado. ¿Cómo era posible que aquel bonito chico ahora fuera el gran tigre aterrador al cual le huyó la primera vez? Parecía un sueño, pero era la realidad. Cuando lo vio la primera vez le había tenido miedo, pero ahora al darse cuenta que detrás de ese gran y feroz animal se escondía un humano, Bright dejo de temer y miro maravillado al gran tigre naranja.

—¡Oh por dios! ¡Es Esquishi!... El chico decía la verdad ¿Cómo fui tan tonto en no notarlo? ¡Tienen los mismos ojos!—se agarró las mejillas en shock.

El tigre giro su gran cabeza y mostró sus dientes en una pequeña sonrisa.

Win miraba al animal pasmado y cayó al sofá. Su cuerpo temblaba. El shock de dicha información lo tuvo sin decir palabra alguna, hasta que tomo aire y decidió hablar.

—¿Entonces esto no es una broma?... Esto es real—escondió su rostro en sus pequeñas manos tratando de asimilar todo. Bright inmediatamente estuvo a su lado acariciando su espalda.

Gulf subió las escaleras para cambiar a su forma humana y buscar algo que ponerse. No quería presentarse desnudo delante de los amigos de su dueño.  Mientras buscaba una camisa y un pantalón que ponerse hizo un puchero, ya que al cambiar y no pensar bien las cosas había hecho añicos su pijama favorita. Quería patalear por ser tan tonto pero con un gran suspiró se vistió y bajo las escaleras. De inmediato Gulf tomo asiento al lado de su dueño abrazándolo, Mew ante la muestra de afecto sonrió dulcemente.

—Bien hecho, cariño. Haz callado a los parlanchines.

—Es que la idea que te siguieran acusando de pervertido me molestaba mucho—gruño y Mew acarició las suaves orejas.

—Lo sé, espero que después de esto nos crean. Son a veces unos cabezas duras al igual que yo—río.

Win carraspeo acariciándose la frente. Un mohín se adueñó de sus labios rosados.

—Entonces es un híbrido... Una especie que por lo que he escuchado está en extinción... ¿Cómo lo encontraste? ¿Y por qué ahora es que nos venimos enterando de esto? ¡Joder somos tus amigos! ¡Está mal ocultarnos cosas!—regaño.

—Lo siento, pero es complicado explicar o contar algo como esto... Cuando compre a el tigre de mis sueños jamás pensé que fuera un híbrido. Hasta que un día Gulf se mostró en su forma humana, me asusté demasiado, no tienen idea de cuánto y llegué a un punto que pensé que estaba teniendo un absurdo sueño erótico—soltó una risita, Win y Bright rieron también, porque hace unos momentos ellos también pensaron algo similar. Mew continuo su relato—Estaba tan aterrado, pero después me di cuenta que Gulf no mentía, que era Esquishi, el tigre que habia comprado—tomo aire y prosiguió—Y si les decía por mensaje o llamada iban a pensar que estaba bromeando o que en el peor de los casos me había vuelto loco, por eso espere un tiempo para decirles.

—Te entendemos y no te juzgamos, aunque al principio lo hicimos y pensamos cosas raras ahora sabemos la verdad... Bueno esto aún sigue siendo muy raro y surreal, pero te apoyamos y recibimos a Gulf con los brazos abiertos—asintio Win.

—¡Bienvenido a la manada de los locos, Gulf!—exclamo un alegre Bright.

Gulf sonrió.

—Estoy agradecido de formar parte de las personas más importantes en la vida de mi amado amo—una sonrisa juguetona pinto su cara.

Mew arrugó la nariz y sus amigos comenzaron a reír fuertemente.

—¿Te llamo amado amo? ¿En serio?... ¡Oh amo Suppasit hazme cosas! ¡Me caliento! ¡Quemame con tu fuego, amo!—se burlo Bright, agarrándose el estómago muerto de la risa.

Mew le lanzó todos los cojines que consiguió y Bright gritaba "Winnie, me está ahogando en cojines. Muero, Mewcito me está matando" Win volteó los ojos y ignoro a su novio. Cuando Mew se sintió satisfecho de golpear a su amigo con los cojines, miro a Gulf que sonreía brillantemente.

—¿Por qué me avergüenzas delante de mis amigos, Gulfi? Aishh ahora Bright me molestara todo la vida con el amo—gruño cruzado de brazos.

—Es tan divertido verte fruncir el ceño, Mewi. Te ves tan bonito—dijo sonriente.

Mew se sonrojo, queriendo tapar su rostro con algún cojín pero había tenido la mala suerte de lanzarselos todos a Bright. Suspiró, adoraba a su híbrido, pero ahora a este le gustaba avergonzarlo y no quería imaginar cuando esté agarrara confianza con Win y Bright ¡Joder ese día sería su final!

Alzó el rostro y se encontró con las miradas divertidas de sus dos amigos y Mew los ignoro.

Después de ahí la tarde se paso en un santiamén entre charlas, bromas sexuales, preguntas a Gulf y muchas rebosantes tazas de café. Fue el día perfecto.