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✿; Seis

Mew estaba en su oficina, sentado en su gran escritorio; revisando papeles, verificando fechas y concertando citas. Estaba usando unos grandes y cómodos lentes para leer. Ya que tenia un pequeño problema con su vista y su médico le había recomendado que cuando leyera siempre usará lentes.

Trato de concentrarse en lo que estaba haciendo, pero era imposible. Tenía tantas cosas en la mente. Resopló frustrado, se quitó los lentes y acarició el puente de su nariz. La preocupación inundaba todo su sistema en grandes oleadas. No podía concentrarse.

Su preocupación se debía a Gulf. Este llevaba cuatro días actuando extraño y en vez de explicarle los motivos solo se había encerrado en su forma animal. Cuatro días donde Mew llegaba del trabajo y en vez de ser recibido por los cálidos brazos de su híbrido, en cambio un gran tigre naranja lo esperaba moviendo la cola y en otra ocasión hubiera añorado eso, pero ahora todo era diferente, el no saber que había llevado a su híbrido a evitarlo lo tenía angustiado.

Porque Mew podía sentirlo, Gulf lo estaba evitando, pero, ¿por qué?

El no había hecho nada malo y su híbrido no parecía molesto con él, ya que al llegar a casa su tigre lo miraba con el mismo afecto y cariño iluminando sus ojos esmeralda y los ronroneos adorables seguían ahí. Aunque eso debió calmar a Mew, no lo hacia. La presencia de Gulf en su forma humana le hacía mucha falta.

Le hacía falta hablar con Gulf. Verlo ponerse rojo cuando veía sus series. Ver como Gulf seguía decorado más partes de la casa; porque Mew le hubiera permitido rayar cada pared con tal de verlo feliz. Verlo emocionarse por cosas pequeñas como el comprarle un paquete de galletas. Sentarse a comer y platicarle de su día. Abrazarlo y recibir aquellas muestras de afecto que la mayoría del tiempo lo ponían nervioso. Hasta extrañaba ser recibido por preguntas extrañas y dudas peculiares. Lo extrañaba tanto. Y sabía que Gulf seguía ahí y lo observaba oculto en su forma animal, pero este no quería cambiar y Mew no sabía cómo hacer para que Gulf cambiará a su forma humana.

Y los por que llenaban su mente... ¿Qué había ocasionado qué Gulf se ocultara en su forma animal? ¿Por qué lo evitaba? ¿Acaso estaba pasando por una crisis? Y el corazón de Mew se apretaba con tristeza. ¿Qué había ocurrido? Y por más que buscaba en su mente no hallaba un motivo válido. El no había hecho nada malo, siempre trataba de ser dulce y gentil. De cuidar a Gulf y de responder sus dudas aunque estas fueran a veces dudas extrañas. Mew podía asegurar con la mano en el corazón que nunca lo había ofendido.

Y ahora que se ponía a pensar en todo, antes esto lo hubiera preferido mil veces, el estar solo con su tigre, pero ahora que sabía que su tigre no era normal y que era un dulce híbrido todo su mundo había cambiado y con el poco tiempo que llevaban conociéndose ya le tenía cariño a el joven que había entrado a su vida sin pedirle permiso y había hecho que su monótona y simple existencia se volviera más alegre.

Se desordeno el cabello frustrado y se recostó en su gran silla de cuero hundiendose en está. Tanto pensar en lo mismo lo volvería loco.

Intento distraerse viendo el montón de papeles que inundaba su escritorio, pero en vez de calmar su mente sucedió lo opuesto; el ver tantos papeles le estaba ocasionando jaqueca. Su superficie de piedra era un reguero desordenado de papales que no parecían tener un jodido final. Alejó la mirada de su escritorio revuelto y trato de pensar que hacer para que Gulf volviera a su forma humana.

Mew paso horas y horas pensando que hacer y después una pequeña idea llegó a su mente como un relámpago. Quizás lo que debería hacer era tomarse el día libre y resolver la situación con Gulf, la idea le pareció bien y una sonrisa conforme abarcó su rostro. Esta vez si era necesario destaparia sus emociones aunque fuera un reto para él, lo intentaría con tal de ver a Gulf y escuchar su voz. 

Desde que ocurrió el cambio repentino de Gulf, Mew le pareció muy extraña la actitud que había adoptado el híbrido, porque Gulf era de los que siempre había dicho lo que pensaba sin ninguna clase de filtro, pero estaba vez todo era diferente se mantenía callado y no quería hablarle y eso mortificaba y envenenaba aún mas el alma de Mew.

Necesitaba saber, necesitaba recuperar a Gulf y descubrir que le pasaba, y hasta que no lo supiera no podía quedarse tranquilo. Así que tomo la decisión de tomarse el día libre y si era necesario se tomaría la semana entera, pero necesitaba a Gulf de vuelta.

Agarró el teléfono y le marco a su secretaria Min Yin informándole que se tomaría el día libre y que informará de su ausencia. Su reloj que estaba junto a su escritorio marcaba las 5pm.

Mew con las fuerzas renovadas y con un semblante más optimista por el plan que había trazado en su mente, comenzo a preparar su maletín y después se enfocó en acomodar el reguero de papeles inacabables.

Su puerta de repente se abrió y Mew alzó la mirada frunciendo el ceño. ¡¿Por qué jodido no tocaban la puerta?! ¡Era el jodido jefe! ¿Acaso la humanidad había perdido los modales? Miro al intruso y bufó al ver a su amigo Bright con los brazos cruzados y mirándolo también con el ceño fruncido.

—¿Qué quieres?—pregunto Mew sin rodeos y siguió acomodando los papeles para dejar su escritorio por lo menos ordenado.

Bright lo miro ofendido. Abrió la boca pasmado y se tocó el pecho haciendo una mueca.

—Que manera de recibir a tu jodido mejor amigo, hombre—recriminó—No se dónde conseguirás a alguien tan cool como yo. Soy invaluable.

Mew suspiró, su amigo era tan dramático. Así que lo ignoro y siguió acomodando su escritorio y cuando este  quedó en orden le dirigió una mirada a su amigo que ahora si parecía muy ofendido.

—No seas dramático. Horita no ando de humor para sermones—recalco.

Bright se sentó y hizo un adorable puchero enfurruñado.

—¡Joder, necesitas tener sexo! Se ve que tanto trabajo te tiene super amargado. Ten un buen polvo y yo seré feliz de tener a mi amigo de vuelta—le recomendó.

Mew se sentó de nuevo en su silla de cuero. Aunque tenía afán de llegar a casa decidió ser un buen amigo y conversar un rato con Bright. Coloco su barbilla en su palma y observó a su flamante amigo.

—Quizás tengas razón, pero ahora tengo asuntos más importantes los cuales debo arreglar—informo sin entrar en detalles.

La idea de contarle a Bright sobre Gulf, aún no estaba en sus planes y aparte algo muy dentro de él le decía que su amigo no le creería y lo acusaria de loco y hasta le recomendaría un psiquiatra. Y horita Mew no estaba para eso, primero necesita arreglar lo que ocurría con Gulf.

—¡¿Más importante que escuchar a tu genial mejor amigo?!—chillo.

—Sí, definitivamente... Y si vienes hablarme de que tu vida amorosa va mal, apoyo a Win, a veces eres un tonto—se encogió de hombros y sonrió.

—Para que necesito enemigos si te tengo a ti rematando mi hermoso corazón—se tocó el pecho dando a entender su punto y después soltó un gran bufido que a los minutos se transformó en una gran sonrisa—Pero tranquilo, gracias a todo lo bonito, Win y yo estamos muy bien—guiño—Soy el novio perfecto, ¿qué puedo decir? Soy mágico.

—No hay cosa como el novio perfecto. Todos estamos llenos de defectos y tú no tienes nada de mágico.

—Soy un caso ilimitado y la magia la hago con mis gruesas manos—cejeo pervertidamente tronando sus dedos.

—Que asco, no gracias no necesito escuchar sobre tu vida sexual—Mew hizo una mueca y después miro a su amigo con curiosidad—¿A qué debo tú maravillosa  visita?—movió las manos.

Bright lo miro de mala manera.

—¿Ahora no se me permite visitar a mi bello amigo? ¡Qué calamidad! ¡Se ha perdido todo en este mundo!—exclamo ofendido, para después cambiar su tono a uno muy suave y su rostro adquirió seriedad—Solo quería saber de ti. Ya ni sales ni con Win, ni conmigo y estamos al tanto que trabajas y que quizás exageras en tus horarios, pero, ¿ni siguiera tienes tiempo los fines de semana?... ¿Acaso ese tigre te quita tanto tiempo? Nos estamos ofendiendo y Win a preguntando mucho por ti.

Mew sonrió suavemente. La preocupación de sus dos amigos era sincera y sabía que ambos pensaban que a veces exageraba trabajando y muchas veces le habían sugerido que tomara vacaciones. Era su propia empresa y el podía hacerlo, pero Mew se había rehusado en todas, sin embargo ahora las cosas habían cambiado un poco, tenía un híbrido al que dedicarle tiempo y quizás reconsiderara tomarse unas pequeñas vacaciones.

—Cuidar de Esquishi me  quita tiempo y el trabajo también, pero prometo que este sábado pueden venir a mi casa, si es que no salen huyendo al ver a mi tigre.

Bright bufó.

—Puss, ya yo lo supere, puedo asegurarte que cuando lo vea ni miedo tendré—trato de sonar seguro en lo que decía, pero la realidad es que si Bright veía a ese espantoso tigre quizás saliera huyendo por su vida—O quizás si me de un poco de miedo, porque ese tigre es terrorífico, pero todo sea por compartir contigo y por favor no nos olvides tanto.

Mew asintió.

—Lo prometo, no los olvidare tanto, ¿contento?

Bright sonrió.

—Mucho—admitió. Y a los segundos su mirada se volvió curiosa al ver que su amigo parecia tener afán de irse—Hoy te estás yendo temprano. Eso es muy raro en ti... ¿Algo especial? ¿Una nueva conquista?

Mew negó y negó divertido.

—Realmente no. Aunque no voy a negar que hay un chico muy encantador con el cual estoy haciendo negocios que quizás invite a salir muy pronto. Pero por el momento solo quiero ir a casa y pasar tiempo de calidad con Esquishi.

Bright volteó los ojos.

—Te he perdido, te he perdido, Mewcito. ¿Cómo es posible que prefieras pasar tu tiempo libre con ese horrible y feroz animal? Estas de psiquiatra y mi amigo Dew es un excelente psiquiatra. Quizás te vendría bien ir a una consulta o a muchas. Yo puedo cuadrarte la cita, tú solo dime cuándo.

—No, gracias, me gusta estar un poco loco—guiño.

Mew se levantó, tomo su maletín y sus llaves y Bright lo siguió de cerca. Ambos se fueron juntos por el pasillo charlando un poco más hasta que llegaron a el aparcamiento.

Bright se dirigió a su auto y alzó la mano despidiendose.

—Te veo el sábado en la tarde, no lo olvides—le recordó.

Mew alzó la mano despidiéndose con una gran sonrisa.

—De acuerdo, no lo olvidaré, los veo el sábado.

Bright sonrió brillantemente y partió como un rayo veloz en su auto de un vivido color azul marino.

Mew se quedó viendo divertido como el auto se perdía y zarandeo un poco la cabeza. Aún no entendía como Bright no lo multaban o le quitaban su licencia. Su amigo solía manejar como si tuviera propulsores. Mew evitaba ese auto como si de salvar su vida se tratase. Era muy joven para morir de un infarto por culpa de su despistado y loco amigo; el terror en ruedas.

Se dirigió a su auto de un color gris platinado y tomo asiento y de inmediato puso este en marcha. Colocó las músicas de su pendrive y de inmediato Collide de Ed Sheeran empezó a sonar. Mew amaba a Ed Sheeran. Aunque evitaba enamorarse como si de un virus contagioso se tratase, las canciones de amor le llenaban el alma. Quizás porque él no había nacido para amar, o quizás su corazón estaba encerrado en cadenas muy férreas y nadie tenia la manera de desatarlas y por lo menos se conformaba con las canciones de amor.

El sonido tenue de la hermosa voz de su artista favorito llenó el auto y se sintió más calmado. El camino a casa se pasó rápidamente. Al llegar a su gran mansión estacionó el auto en la entrada y bajo de este. Miro la puerta anhelando que Gulf lo recibiera con un abrazo.

Subió uno a uno cada escalón, el sonido nítido de sus zapatos era lo único que se escuchaba. Colocó la llave en la cerradura y la giro y cuando abrió la puerta como en estos cuatros días la decepción inundó su rostro al ver a su tigre acercarse y pasarle la cabeza por las piernas, Mew se arrodilló y abrazo a su gran tigre. Se sentía bien sentir el suave pelaje, pero su corazón seguía pesando, quería a Gulf de vuelta.

Y las preguntas una a una llenaron su cabeza atormentandolo.
¿Por qué Gulf lo evitaba? ¿Había sido un mal dueño? ¿Qué había hecho? Se tragó su dolor y se apartó del abrazo con suavidad viendo los vividos y hermosos ojos de su tigre observarle con cariño.

—Te quiero, ¿lo sabes?

El tigre ladeó la cabeza y pareció sonreír al mostrar un poco sus dientes.

—Si no lo sabías ahora ya lo sabes y aunque llevemos poco tiempo compartiendo yo realmente te tengo mucho cariño y solo quiero que seas feliz—confeso.

El tigre movió la cabeza y sus ojos brillaron con dulzura. Su cola se balanceo, una reacción de que estaba contento con la admisión de Mew.

—Y solo espero que si yo llegará a lastimarte podamos resolverlo.

Mew se levantó y se dirigió a su habitación para tomar una ducha, cambiarse de ropa y después bajar y  preparar la cena. Sus emociones en estos momentos parecían desmoronarse, porque aunque le había dicho palabras dulces a Gulf, este no cambiaba. En estos momentos Mew se sentía fuera de su elemento.

El tigre se sentó y miro a su dueño subir las escaleras. Su espalda estaba encorvada y gacha. Aunque Mew no mostraba todas sus emociones caóticas en frente de él, Gulf podía sentirlas y estás parecían ser como un torbellino a punto de explotar.

Gulf en su forma animal suspiró y se recostó en la alfombra con sus orejas bajas y muy pensativo. ¿Qué debía hacer? Había escapado de Mew y se había refugiado en su forma animal para no sentir, pero ver la decepción y el dolor en aquellas hermosas pupilas rompían su corazón en mil pedazos. Quería cambiar y abrazar a su dueño y decirle que todo estaría bien pero volvía a cohibirse y no quería cambiar. En su forma humana sus emociones eran el triple de fuertes y en su forma animal por lo menos se sentía calmado y sus emociones se acallaban un poco. ¿Qué debía hacer?

Unos treinta minutos más tarde Mew bajo las escaleras con los hombros caídos y su semblante triste. Se dirigió primero a la cocina y preparó carne para su tigre y el se hizo unos sándwiches. No tenía mucho apetito.

El tigre desde un rincón vio con maestría como su bonito dueño se movía por la cocina. Al Mew terminar de cocinar colocó la carne en un envase de plástico y el tigre de inmediato se acercó olisqueando contento y comiendo mientras emitía ruiditos.

Mew dejo a su tigre comiendo en la cocina y el se dirigió a la sala de estar, tomo asiento en el sofá y prendió la televisión. Busco y busco entre los miles de canales algo interesante que ver, pero no encontró nada, por eso puso el noticiero y comenzó a comer.

Cuando el tigre término su comida se acercó al gran sofa y se recostó al lado de su adorable dueño. Colocó su gran cabeza en los muslos de Mew y de inmediato comenzó a ronronear contento de estar cerca de su dueño.

Mew tardo en terminar los dos sandwiches que se había preparado. La preocupación no lo dejaba disfrutar la comida, solo pensaba y pensaba el motivo que había llevado a Gulf a cambiar y seguía sin hallarlo por más que le daba a la cabeza. Al Mew terminar de comer se limpio las manos con las servilletas que había traído y cuando se sintió satisfecho puso el plato en la mesita del frente.

Después se distrajo acariciando las orejas y el suave pelaje de su hermoso tigre. El sonido del ronroneo se hizo más fuerte y podía sentir la vibración del pecho del animal más intensa. El sonido era bonito y agradable. Tan salvaje y cautivante. Era como un somnifero para su alma, pero necesitaba hablar con Gulf y  arreglar lo que sea que había ocurrido para que su híbrido lo evitará.

—Gulf...

El tigre detuvo el ronroneo y alzó la mirada.

—Yo... Que difícil es hablar sobre mis sentimientos. Por favor, solo tenme paciencia—suspiro y jugó con su pijama de cuadros—Estoy preocupado. Llevas cuatro días en tu forma animal y sin ninguna explicación. ¿Acaso hice algo malo? ¿Te lastime? ¿Te ofendí?

El tigre se alejó un poco, se sentó en el gran sofá y miro a su dueño. Aquellos ojos esmeralda querían decirle tantas cosas y Mew le hubiera encantado descifrar cada una de las emociones que se ocultaban en aquellas hermosas esferas, pero era difícil.

Mew espero atento a la respuesta de su tigre y el gran animal solo negó y paso su gran cabeza por el cuello de Mew. El dulce contacto le hizo cosquillas.

—Entonces si no me estás evitando... ¿Por qué cambiar de repente sin explicarme? No sabes lo angustiado que estoy. Hoy no pude concentrarme en el trabajo.

El tigre detuvo el movimiento de su cabeza y volvió a observar a su dueño, esta vez con tristeza, su cara se arrugo mostrando dolor.

Mew acarició la felpuda cara, sus largos dedos delineando la cara del animal. Tocar a Gulf en su forma animal le traía mucha calma, así que tomo aire y decidió sincerarse. Era el momento de decir todo lo que sintio en estos días. Aunque las palabras en su lengua sonaban tan cursis y raras para él, eran la verdad y esperaba de corazón que sus palabras ayudarán a Gulf a cambiar.

—Te extraño... Extraño verte en tu forma humana. Extraño escuchar tu voz. Extraño que rayes las paredes y que rompas mis cojines. Extraño que te emociones cuando te compro cosas o un simple paquete de galletas. Extraño que hables conmigo y cenemos juntos. Extraño tus preguntas raras y que veas series cursis y empalagosas. También extraño que me abraces y me des cariño así me sienta raro al respecto. En serio te extraño, por favor regresa y no te escondas de mi.

Las dulces palabras de Mew hicieron que el tigre se le cristalizaron los ojos. Gulf ya no estaba dudoso y ver a su dueño tan abatido y extrañandolo habían hecho que el miedo se disipara por completo y corriera lejos. Quería a su dueño, lo adoraba y aunque tenía sentimientos que nunca serían correspondidos, se conformaba con este cariño y afecto sincero.

El tigre se levantó y subió lentamente las escaleras. Mew vió fijamente el recorrido de su tigre. El alejamiento repentino le rompió aún más el corazón. Gulf lo estaba rechazando y ya no volvería a él. Eso hizo que un vacío inmenso se instalará en su pecho. Ya no podría convivir con el lindo híbrido, ya Gulf no le daría ese privilegio.

Y en ese momento quería hallar el motivo del por que Gulf lo alejaba, pero seguía sin encontrarlo. Se recostó en el sofá y abrazo el cojín con fuerza. Estaba apunto de llorar y no quería hacerlo, llorar no le gustaba, tenía mucho tiempo que no lloraba por nadie. Quién iba a pensar que él que era tan fuerte y inmutable estuviera deshecho por haber desbordado sus emociones y que estás fueran escuchadas pero ignoradas, el no lo hubiera creído, pero aquí estaba deshecho y sin vida.

Dolía. Dolía. Dolía. Enterró su rostro en el cojín y sus manos tocaron los arañazos y eso ocasionó que sus ojos se humedecieran. Tenía al tigre, a su Esquishi, pero su bonito Gulf no volvería y eso le ponía un desagradable dolor en todo su pecho. Cerro los ojos y las lágrimas corrieron libremente por sus mejillas sin poderlas detener.

Mientras Mew desataba sus emociones y lloraba tan silenciosamente como podía. Gulf iba bajando las escaleras suavemente tratando de no hacer ruido para darle la sorpresa a su Mewi. Había huido, no para rechazar a su dueño, simplemente para ponerse algo de ropa. Cada vez que cambiaba estaba desnudo y lo que menos quería Gulf era hacer sentir incómodo a su dueño. Ya con una larga camiseta y un short negro, Gulf muy sonriente se acercó a su Mewi, pero su sonrisa de inmediato se borró al ver a Mew abrazando el cojín con fuerza y llorando silenciosamente.

La frágil imagen de ver a su Mewi llorando hicieron que Gulf sintiera un intenso dolor y su corazón se apretara. Sin dudarlo Gulf abrazo a Mew y lo refugió en su pecho. Mew al instante se aferró a él y apretó su camisa llorando.

Gulf acarició los suaves rizos negros deleitándose con su olor a frutas. De a poco sus largos dedos bajaron por las mejillas de Mew y con cuidado seco los ríos cristalinos de lágrimas.

Mew seguía perdido en el llanto y el dolor que no se había dado cuenta que tenía a Gulf en frente de él, pero al sentir los delgados dedos en su rostro, Mew comenzó a despertar de su trance y miro a Gulf, parpadeando asombrando. Poco a poco una sonrisa suave pinto las comisuras de la boca de Mew.

—¡Volviste! ¡Oh cielos, volviste!—chillo con la voz rasposa y lo abrazo con fuerza ocultándose en su cuello—No vuelvas hacerme esto.

—No lo haré, lo prometo, amo—beso el sedoso cabello perfumado y Mew se alejó y vio a su híbrido con el ceño fruncido.

—Que te he dicho sobre lo de llamarme amo—puso una mirada seria, pero se borró a los segundos y sin poderlo evitar sonrió.

Mew en estos momentos estaba tan luminoso y alegre. Gulf había vuelto a él y la sensación de recuperar a su híbrido le hacía sentir tan feliz.

—Lo se, lo sé, lo sé. Aunque no puedo evitarlo amo verte fruncir el ceño.

—Tan cursi, Gulfi.

—¿Qué? ¿Acaso soy el único cursi aquí? Si no mal recuerdo hoy te ganaste el premio mayor al más cursi—dijo juguetón y lo codeo—¿Qué se sintió extrañarme?

—Horrible. Es una sensación horrible. Si extrañarte me hace culpable me declaro extra culpable. Te extrañe tanto—lo abrazo y restregó su mejilla contra la suave mejilla de Gulf.

Las muestras de afecto de Mew tenían a Gulf sonrojado. Nunca hubiera imaginado que el cambiar a su forma animal pondría a su Mewi tan dulce. Era algo asombroso y tenía a su corazón tropezando y tartamudeando.

—Tambien te extrañe, mucho, mucho, Mewi—susurro.

—¿Por qué lo hiciste? Aún no lo entiendo. Cambiar a tu forma animal sin un motivo y aparte no explicarme que lo harías, es muy extraño, sigo sin entenderlo—dejo de abrazar a Gulf y lo miro con tristeza—¿Qué hice de malo?

—Nada, Mewi, no has hecho nada malo. Siempre has sido muy encantador y perfecto. Es que... Solo necesitaba compenetrarme un poco con mi forma animal. Debes en cuando lo necesito. Lamento si te heri, Mewi.

Mew asintió, creyendo ciegamente en lo que decía su híbrido.

—Lo entiendo, en serio lo hago, pero otro día avísame que cambiarás y por favor no tardes tanto, mi cielo.

El escuchar a Mew decirle "Mi cielo" hizo temblar el suavecito corazón de Gulf. Los ojos se le humedecieron  brillando más intensamente.

—Lo prometo, Mewi. Yo lo prometo.

Mew tomo la iniciativa y volvió abrazar a Gulf, olvidándose por completo de comentarle que este sábado sus dos extravagantes amigos lo visitarian, pero no quería arruinar el momento y se siguió sumergiendo en el calorcito de su híbrido. Sintiéndose mejor y renovado.

꒰⑅꒱˖♡

¡Hola mis ponquesitos! ¡Mis Kardulis! JAJAJA ese vendría siendo el nombre oficial de las personitas que me leen y les gusta como escribo. Si eres un Karduli; te amo y mi amor quema como el mismo sol, ok no. Dejaré los chistes malos para después... ¿Cómo están mis amores? Espero que bien.

Lamento la tardanza, he pasado por muchas cosas últimamente. También debo decirles que mi tigre exótico esta pasando por muchas modificaciones, así que deberán tener mucha paciencia conmigo. Iremos a pasitos de tortuga, pero está historia tendrá su final. Como dicen por ahí "Con calma todo sale mejor"

Como tarde mucho en actualizar les regalaré también el capítulo siete.

Solo me queda decir ¡Muchas gracias por todo el apoyo! Ya son 1,35K en leídas y 264 votos con solo cinco capítulos, para otra persona quizás no es mucho, en cambio para mí definitivamente sí lo es. Así que gracias, muchas gracias. Se me cuidan y no descuiden su salud, los necesito sanos ♡

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