Las clase habían culminado, Jimin se acercó a Yoongi para decirle si quería irse con él a casa. Pero como siempre, este le rechazó.

—Sal de mi vista, feo—después de insultar al menor, salió del salón dejando solo a Jimin con Namjoon en este.

—¡Está bien! ¡Nos vemos más tarde, Yoonie! —se despidió del rubio con una actitud tranquila.

—Quizás sea repetitivo, ¿pero, cómo puedes salir con Min?—Namjoon le había hecho un montón de veces la misma pregunta al pelinegro y aún no entendí.

—Bueno, es que ya ha pasado mucho tiempo ya—recordar los tiempos con Yoongi siempre lo llenaban de alegría.

—Si recuerdo bien, ustedes se conocieron en la primaria, ¿no?

—¡Sí! En la jaula de los conejos.

—¿Jaula de conejos?

Era hora de contar la sincera historia de cómo comenzó el amor de esos dos chicos, literal sus inicios.

🐥🐥🐥

Hace 10 años

El felpudo conejito sintió la puerta de la jaula, que los contenía, estaba abierta, así que sin más salió corriendo de ese lugar a explorar.

Un niño bajito que había sido encargado de limpiar el lugar dónde resguardaban a los conejitos se dio cuenta que el animal se escapó.

No había cerrado bien la puerta del corral, se asustó por lo que le podrían decir. Era su error y lo iba a pagar.

—¿Qué estás haciendo, feo?—un niño de unos 7 años estaba parado, le había reclamado por haber dejado escapar al pequeño animal.

Jimin se aferró a la escoba en mano y soltó pequeñas lágrimas por sus lindos ojos, no había sido su intención, era un poco despistado.

Yoongi vio al menor sollozar y se sintió un poco culpable al haber dicho duras palabras.

Caída la tarde el pelinegro no se movió de la jaula, tenía miedo de ir a su salón y que su maestra le reclamara y castigara por su imprudencia.

Su compañero de clases, que según escuchó se llamaba Yoongi, había caminado hacia él. Vio lo que tenía en manos, era el conejito que dejó salir por accidente, también observó al rubio todo sucio, por el esfuerzo que puso al atrapar al animal.

—¡Wow! ¡Muchas gracias, Yoongi-hyung!—se levantó para correr hacia su compañero que tenía la vista desviada, estaba muy feliz, ahora no lo regañarían.

Yoongi le entregó el pequeño ser y se fue dejándolo solo.

–"Hasta ese momento,
creía que era un niño antipático.
Pero luego de eso..."

A la mañana siguiente Jimin se levantó entusiasmado y fue corriendo hacia la intersección donde se cruzaba con Yoongi.

—¡Yoongi-hyung, buenos días!—saludó animadamente, pero él solamente lo vio fríamente y lo ignoró siguiendo su camino.

En otro momento cuando estaba en la escuela, Jimin agarró un violín, que ni sabía tocar, y se acercó al mayor.

—¡Yoongi-hyung, escucha esto! —empezó a tocar, el ruido era insoportable a oídos de cualquiera.

—¡Cállate! —Yoongi solamente le gritó mientras murmuraba sonidos de molestia y se tapaba los oídos, pero el pequeño pelinegro no se detenía.

Cuando estaban el receso llegó, Jimin siguió al mayor a donde fuera, se acercó hacia los arbustos cerca de ahí y vio una pequeña lombriz.

—¡Yoongi-hyung, Yoongi-hyung! Míralo, es tan lindo—sostenía al animal en sus manitas rellenas para enseñarle al rubio.

Yoongi se asustó al ver a la lombriz y tembló nervioso, no le gustaban esos animales.

El descanso terminó y todos entraron a sus respectivos asiento, el rubio caminó inexpresivo hacia su asiento pero luego vio a su costado y vio al pelinegro, que no le dejaba de molestar, sentado a su lado.

Las clases empezaron y todos escucharon pacíficamente, les mandaron a hacer ejercicios y Jimin no perdió la oportunidad.

—Es una pregunta complicada, ¿no?—el menor siempre con una sonrisa—,  ¡Trabajemos juntos, Yoongi-hyung!

El mayor solamente lo vio enojado y lo ignoró completamente.

Los días pasaron y los dos niños seguían igual, uno insistía en hablar mientras el otro solo ignoraba.

La escuela organizó una salida para los salones de primero, irían al cine. Era cerca y mejor para vigilar a los niños.

Jimin seguía a Yoongi en todo el camino, solamente se alejó para mirar un cartel de zombies que iban a dar de estreno.

—¡Este zombie es muy lindo, Yoongi-hyung!—señaló sonriente para llamar la atención del rubio.

—Qué escandaloso eres... —pero su compañero de nuevo se alejó ignorándolo.

El pelinegro solo se quedó viéndolo atónito, no estaba molestó las cosas siempre pasaban igual y él nunca se rendía, ni lo haría.

–"Pero al comienzo,
me ignoraba todo el tiempo"

—"Bueno, era de esperar
de Min"—habló Namjoon
mientras escuchaba la
historia de ese par.

Un mes después de tantas insistencias, Jimin seguía tratando de llamar la atención del mayor, nunca se rindió. Y todo lo hacía con una sonrisa muy sincera.

Yoongi estaba caminado ameno hacia su casa, había sido un día duro por culpa de su compañero de tiernas mejillas.

—¡Yoongi-hyung! ¿Te vas a casa? —agitó sus regordetas manitas para llamar a su mayor, iría caminando junto a él, como todos los días.

El rubio un tanto extrañado y molesto se detuvo y habló aún de espaldas, sabía que el pelinegro escucharía.

—¿Por qué me sigues todos los días? —giró su rostro para enfrentar al menor, ya estaba cansado.

—¡Pues porque quiero ser tu amigo! —exclamó Jimin mientras sus mejillas se sonrojaban por el correr que dio.

—El conejo... —giró completamente y así verlo.

—¿Huh?

—No es que lo haya rescatado por tu bien... Creo que te hiciste una idea equivocada por eso—la expresión de su rostro se endureció y enojado le reclamó—¡Todo esto ha sido muy molesto!

—No es solo por lo del conejo—Jimin solo le respondió relajado.

—¿Qué?—ahora su expresión se calmó y se volvió una de asombro.

Jimin continuó, riendo un poco por la confusión de Yoongi— Eso me hizo feliz, pero...

»—Quitaste una piedra para que los demás no se tropezaran y esperaste a alguien del mismo comité—el menor sonrojado expresaba las bondadosas acciones de su hyung y como lo admiraba, recuerda haber espiado a Yoongi desde lejos—. Al poder verte de cerca, descubrí muchas cosas buenas de ti.

—¿Qué? —el rostro entero del pequeño Yoongi se tornó rojo, sentía demasiado calor, no solo en las mejillas sino literal hasta su cuello. Nadie le había dicho algo así nunca, todos lo tomaban como frío y eso quería que vieran de él.

Jimin solo río por lo tierno que se veía su hyung.

»—Como sea, eres molesto, feo—volteó su cuerpo para que el menor no vea su sonrojó, ni su nerviosismo— ¡¿Acaso eres un acosador?!

🐥🐥🐥

Namjoon que escuchó toda la historia le pareció muy inusual la forma que esos dos terminaron juntos— Ya veo, y ahora no eres su amigo, sino su novio.

—Pues así resultó todo—el menor solo rascó su cabeza con timidez, fue duro dar con Yoongi pero lo logró y estaba feliz a su lado.

En la puerta del salón donde estaban hablando Namjoon y Jimin, se encontraba Yoongi viendo a su novio y oyendo toda la historia, así fue tal cuál.

«Eres tan angelical, Minnie...»—ahora el acosador en la relación se había vuelto el rubio, Min Yoongi.