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Capítulo 6:  Un choque poco fortuito

Un movimiento en falso puede provocar severos problemas

Adam

Se trataba de la cabeza de un hombre, al verle mejor vimos que era uno de los guardias que vino con nosotros al secuestro de Óscar. Había un papelito pegado a la caja, lo cogí y leí en voz alta "Devuélvalo vivo o las consecuencias serán peores".

Claire estaba concentrada en su portátil, tecleando sin parar, mi vista tardó dos segundos para darme cuenta que estaba mordiéndose las mejillas por dentro de la boca fuertemente, dos personas entraron a la oficina, uno de ellos era James.

—Lleva esta caja a Alexander —dijo Sara, metió también la nota antes de cerrar con la tapa y dársela al compañero que entró con James, este asintió y salió no sin antes coger la caja.

Estuvimos segundos en silencio antes de que James preguntara qué había pasado, Sara como buen habladora que era, se lo contó, al acabar Claire se levantó de su asiento y apuntó algo en un pequeño papelito. Ni siquiera había puesto atención a lo que acababa de pasar.

—Voy a salir —avisó antes de caminar hacia la salida.

—Vamos contigo —me sorprendió la seguridad en James, sin embargo la chica Wilson se lo pensó.

—En vuestra camioneta en ocho minutos —demandó antes de salir a toda velocidad, los chicos y yo hicimos exactamente eso en ocho minutos exactos las chicas salieron.

Se acercaron a la ventana de la camioneta donde se encontraba James de copiloto, ya que esta vez Nathan conducía

—Iremos en mi corvette, seguidnos.

—Si podéis claro —Sara comentó al guiñar un ojo a Nathan, este estaba mudo viéndola, la seguía con la mirada, el piloto y yo nos miramos un segundo por el espejo del medio antes de sonreír, mi amigo le veía el trasero a la rubia hasta que se subió al coche con Claire.

–Joder…¿va seguir así de pesada? —soltó antes de arrancar la camioneta. Ninguno de los tres sabíamos hacia dónde nos dirigíamos, pero todo el mundo sabe que es muy difícil seguir el paso a un corvette que va a toda velocidad, así que cuando Claire pisó el acelerador el auto no estaba a nuestro alcance.
—Las perdimos —dijo tranquilamente, siguió el camino recto hasta que llegó un mensaje de Sara con su ubicación, después de varios minutos que podrían haber sido horas vimos su corvette aparcado.

—Que belleza… —soltó James cuando bajamos del coche.

—No toques a mi bebé James o te corto la mano —este levantó los brazos como todo un inofensivo.

—¿Qué hacemos en este lugar? —pregunté. Nos encontramos en un especie de llano verde un poco destrozado, en medio del campo y sin ningún edificio cercano, no contestó.

La odio

Aparecieron dos todoterrenos de color gris y detrás de ellas una limosna de color negro que venían desde el otro lado del llano aparcaron frente nuestra, todos los que se encontraban dentro salieron apuntandonos con sus armas, en ese instante todos nosotros nos pusimos a la defensiva menos Claire que se puso delante de nosotros.
Un momento después, un hombre de unos treinta y pocos salió de la limosina, tenía un traje de color azul oscuro y corbata negra y su pelo castaño la tenía con gomina hacia atrás que le quedaba bien.

—Johnson…,¿y el niño? —preguntó Claire, el hombre del traje caro sonrió acercándose hasta situarse delante de ella.

—¿No me vas a saludar Claire? No te recordaba de una forma tan maleducada —la nombrada le dio un leve abrazo que él correspondió —Yo también te echaba de menos cuñada.

Nathan me dió una rápida mirada de confusión que solo respondí con un gesto de qué no tenía idea de que hablaban.

—Han pasado tres años… pensaba que al menos me responderías las llamadas —se la veía decaída pero al mismo tiempo parece intentar ocultar su estado de ánimo. El hombre se quitó las gafas de sol que llevaba puestas, la acarició la mejilla antes de darle otro corto abrazo—. Quiero conocer al pequeño.

—Cierto… es hora de que pase tiempo con su otra familia —se giró hacia la limusina, abrió la puerta y se agachó para coger a un niño que parecía tener aproximadamente cinco años, con él en su brazo se acercó a Claire, no la veía porque estaba de espaldas hacia nosotros pero creo que estaba llorando ya que no paraba de levantar su brazo para secarse las lágrimas, su amiga parecía querer acercarse a ella pero se contuvo en su posición.

—Este es el pequeño Harry —el hombre que suponía que era el padre del niño lo miraba con una sonrisa paternal y se podía notar el cariño que tenía por sus ojos brillosos.

Se acercó a la chica Wilson y ella contenta lo cogió, no paraba de observar al pequeño, acariciando su cabello despeinado y dándole besos en su mejilla. El niño sonrió y ella empezó a darle cosquillas en el estómago que provocaba reír al niño. —Te pareces demasiado a ella.

La escena me pareció realmente extraña. Me quería ir.

Deshice ese pensamiento de mi cabeza, la chica asintió con una sonrisa y el hombre le dio un pequeño abrazo a su hijo a modo de despedida.

—Harry… Te quedarás con tu tía Claire durante un tiempo, quiero que te portes bien —el niño asintió, el padre que se encontraba rodeado de sus hombres ahora con las armas abajo parecía un mafioso poderoso igual que Alexander pero a diferencia de los demás este se preocupaba mucho de su hijo y le mostraba mucho amor, era un buen padre a pesar de todo o creo que lo intentaba—. Volveré muy pronto a por ti, te amo mucho, ¿lo sabes, verdad?
El pequeño asintió antes de abrazarlo tan fuerte como podía sus pequeños brazos provocando que sonriera.

Devolvió el niño a Claire y esta lo volvió a agarrar.

—Te llamaremos Johnson.. —el hombre asintió para luego darse la vuelta y subirse a la limosina, sus hombres esperaron hasta que el auto arrancó, para después subirse e irse con la camioneta tras ellos.

Claire parecía hipnotizada con el niño, no paraba de abrazar y besar su frente mientras que el niño parecía ahogarse. Sara rodeó los hombros de su amiga mientras también miraba al niño.

—Es hermoso, como ella— la chica Wilson asintió de acuerdo— Vamos, tenemos que volver, ¿quieres conocer tu nueva habitación Harry? —agarró al niño antes de subir a la parte de atrás del corvette, James y Nathan subieron a la camioneta sin decir nada, y no se porqué pero mis pies no se movían hacia ellos, sino que me quedé mirando a Claire aún de espaldas a mí secándose las lágrimas, algo le dolía y tenía que ver con el hombre y el pequeño.

Mis conclusiones parecían ser bastante obvias. Sin embargo, me podía imaginar la situación.

Al soltar dos respiraciones profundas se giró para subirse a su auto, pero se quedó quieta al notar que la estaba mirando, cruzamos miradas durante un rato pero el claxon de su corvette hizo que desviara su vista de mí.

Yo también sabía lo que era perder a alguien.

—¿Estás bien? —solté sin pensar, la pregunta pareció confundirla y al ver que agachaba la cabeza ya sabía la respuesta, pero sin responder subió al coche y arrancó, rápidamente subí a la camioneta que me esperaba los chicos y solté un respiro que no sabía que estaba conteniendo, noté que Nathan sentado a mi lado me estaba mirando y James por el espejo
—¿Qué? —pregunté, incómodo por sus miradas.

—¿Y esas miradas que se dieron? –fruncí el ceño, —O vamos no te hagas…
La estabas mirando con cara de preocupación, ¿no será que te preocupa, Adam?

Le dí una pequeña colleja a James, ya me estaba enfadando.

—Para decir tonterías y sigue conduciendo, la chica Wilson no me gusta, al contrario la odio.

—¿Y… por qué la odias? Que yo sepa no te ha hecho nada y solo llevamos poco más de una semana.

Mierda

—Si es que siento que es una niña de papá que derrocha dinero, por ejemplo, mira el increíble corvette que tiene, solo gente como ellos pueden tener ese coche —mentí, podría permitirme incluso dos de ellos o más si quisiera. Tenía que tener más cuidado con lo que decía o sino habría problemas, James hizo un gesto de que no se lo creía pero que no iba a enrollarse con la conversación.

—Seguro que sí…—susurró Nathan en mi oído, se estaba burlando de mí, así que alejé su rostro cerca de mí con la mano provocando que se riera más alto.

Minutos después, llegamos a la mansión de los Wilson pasando por toda la seguridad de ese lugar. Las chicas ya habían llegado y estaban subiendo por las escaleras del portal, pero antes de entrar se giraron hacia nosotros.

—¿No vais a entrar? —cuestiona Sara, sus ojos caían en Nathan cada vez que tenía oportunidad.

Al parecer les gustaba nuestra compañía o algo porque era raro que para tener muchos hombres a su cargo nos llamaran a nosotros, no me molestaba porque cuanto más cerca de Claire me encontraba podía conseguir más información. Estaba por anochecer, por lo tanto no me sorprendió ver a Alexander y a Daniel en el interior de la casa esperando a Claire y a Harry.

—Ven pequeñín —El hermano de la chica Wilson se agachó abriendo sus brazos para que el pequeño Harry le abrazara, y este como buen niño lo hizo. —Soy tu tío Daniel —se presentó— Es muy hermoso, se parece demasiado a ella.

Alexander le dió una mirada poco bonita al niño, al parecer no era su día o había algo más porque mientras Claire lo miraba con mala cara, el hombre trajeado se encerró en su despacho sin abrir la boca.

—La cena ya está lista —dijo una de las empleadas, apareció y tan rápido como lo hizo, desapareció.

Claire, Sara y Daniel se fueron hacia el comedor así que sin más por hacer aquí, decidimos volver al almacén.

*********



No estaba muy lejos de la mansión por lo tanto llegamos rápido, aparcamos cerca de la puerta principal y nos bajamos de ella, nos saludaron varios que le tocaban guardia esta noche, básicamente solo James saludaba.

—Estoy muy cansado, hasta mañana chicos— Nos despedimos de él y nos dirigimos hacia nuestro lugar, era pequeño, había dos camas no muy extensas y un pequeño armario donde se encontraban nuestros bolsos. Todos los cuartos eran estrechos e iguales.

—Estoy pensando en que esta noche deberíamos ir a ver el sótano, he encontrado un pasillo cerca de aquí en el que las dos cámaras que hay no funcionan correctamente, voy a hackearlas para que se graben una repetición del pasillo vacío para que podamos pasar sin que nos pillen —tomé asiento en mi "cama" mientras Nathan me cuenta su plan. Él no era un hacker profesional pero sabía varias cosas sobre el tema.

—Está bien, pero esperemos a que anochezca completamente —asiente de acuerdo conmigo.

Después de repasar el plan otra vez de manera más planificada, descansamos hasta que llegue la hora.

Cuando llega la hora, nos ponemos nuestros chalecos antibalas debajo de los jerséis y alrededor del cinturón guardamos nuestras armas en sus respectivos huecos y una botella de agua, por si acaso. Salimos de nuestra habitación y cerramos con llave para que nadie entre cuando no estemos. Mientras caminábamos por el pasillo pegados a la pared no se podía ver mucho por lo oscuro que estaba menos algunas zonas que están con baja iluminación.

–—Ten, así iremos más rápido —le paso los binoculares que se ven a través de la oscuridad y nos la ajustamos en la cabeza, quitamos el seguro de nuestras glock antes de pararnos en una esquina, observo que no hay nadie y seguimos caminando pegados a la pared hasta llegar a las escaleras que dan directo hacia el sótano—, cúbreme —digo mientras bajo las escaleras, pero veo que hay varios guardias debajo, por lo que subo otra vez.
—No podemos matarlos porque nos pillaran, ¿tienes sedantes aquí?

—Siempre preparado soldado —me dice en tono serio pero su sonrisa le delata que se está burlando de mí, saca dos recargas llenas de sedantes, mientras guardo mi pistola, las mete en otras pistolas distintas y vigilo que no nos vean, al acabar me da una y a la señal de tres disparamos a los cinco que se encuentran abajo y caen dormidos al suelo. Bajamos rápidamente hacia la puerta que estaban vigilando. —¿Conseguiste las llaves, no?

—La conseguí mientras estábamos en la pequeña oficina de antes —este asiente, mirando a su alrededor por si alguien viene—. En ese momento recuerdo que no parabas de mirar el culo a Sara por lo tanto, no te diste cuenta de nada.

—¿Vamos a hablar de eso en este momento? —susurra mientras sigue vigilando— Te podrías dar más prisa, ¿no?

—¿Es que no ves que estoy probando con cada una? —era un llavero que llevaba varias en ella, como no sabía la llave exacta tenía que probar con todas— Yasta, venga rápido —al abrir la puerta cerramos inmediatamente al entrar.

Varios trastos se veían a primera vista.

—Por allí —avisó mi amigo agarrando mi jersey para obtener mi atención.

Un pasillo con una puerta grande al final de ella era lo que nos esperaba, la puerta por alguna rara razón que ahora mismo no nos importaba estaba abierta, pero tendríamos que tener un sumo cuidado. Entramos y nos encontramos con varias celdas las cuales estaban llenas de personas que parecían estar inconscientes en el suelo, me acerqué a una persona en el suelo que tenía una mano fuera de la celda como si hubiese agotado sus fuerzas intentando salir, eso me puso furioso. La toqué en el cuello para comprobar la respiración, se encontraba débil y su frente caliente y sudorosa. Tenía fiebre.

—Tienes fiebre —susurré en su oído, era joven entre diecisiete y diecinueve años, se encontraba en una camisa de tirantes y la temperatura aquí era bastante fría, no podía dejar mi jersey aquí porque descubrirán que alguien estuvo aquí. Intenté probar con las llaves si podrían ver la celda, pero al ver la cerradura se trataba de una llave bastante más grande. Nathan sacaba fotos para seguir recopilando pruebas mientras que vi a la misma chica que tenía fiebre intentando abrir sus ojos, cuando nos vió se asustó así que me acerqué a ella con cuidado—. No te haré daño.

Al ver que tenía los labios secos mostré mi botella.
—¿Quieres beber? —me agaché hacia ella y con la botella en la mano pasé la reja y se la acerqué, ella dubitativa veía la botella hasta que me la quitó y se la bebió para acabarlo en menos de dos segundos, cuándo terminó de beberla ya se encontraba vacía —¿Hablas en mi idioma? —pregunté en su idioma natal, esta asintió. En la academia era obligatorio aprenderse la mayoría de los idiomas para casos como estos.

—Tenemos que regresar ahora mismo Adam, va ver un cambio de turno en diez minutos —antes de levantarme, me acerqué a ella para intentar consolarla en su idioma que todo estaba bien.

—¿Cómo te llamas? —le dije en mi idioma al saber que me entendía —Pronto vendremos, cuida de los demás hasta que podamos volver a bajar, ¿entendido?

—Está bien, —al final no pude contenerme y le di mi jersey, se lo puso rápidamente —gracias…

Salimos de allí, la dejamos entreabierta como la encontramos anteriormente, cruzamos el pasillo y abrimos la otra aunque primero observamos antes de salir y salimos a través de ella para después cerrar la puerta con la misma llave, los guardias aún seguían dormidos así que los colocamos a modo de que los siguientes pensarán que se habían dormido a propósito, y quitarles los inyectantes del cuello, al acabar con los cinco subimos las escaleras con cuidado, íbamos a pasar por la primera puerta cuando oímos pasos, eran los del cambio de turno por lo que pulsamos el botón que se encontraba en nuestras botas y nos pusimos unos guantes especiales para subirse en las paredes como si fuésemos Spiderman.

Este trabajo a veces mola

Subimos rápidamente hacia el techo justo a tiempo para que no nos pillase, los vimos pasar debajo de nosotros para luego bajar las escaleras, saltamos hacia el suelo, apagamos las botas y nos quitamos los guantes, volvimos agarrar nuestras pistolas y seguimos nuestro camino a la habitación.

—Esperaremos unos días antes de adentrarnos otra vez, —metafóricamente salté a la cama de lo cansado que estaba. Tenía un brazo encima de mi cara y el otro brazo debajo de mi nuca, el olor de mis sobacos me demandaban una ducha urgente— por ahora.. subiré estas fotos a la nube.

—Bro…iré a darme una ducha rápida —agarré mi toalla para después pasar por su lado dándole una palmada al hombro antes de salir. Iba caminando por los pasillos sin mi cinturón de armas, pero con mi glock 45 aún en mi pantalón, voy hacia la zona donde se encuentran las duchas, este súper almacén no era muy común. Había baños, varias habitaciones, un patio detrás de ella, es más un edificio anteriormente vacío pero ahora lleno de drogas, armas y rehenes. Un hombre calvo que tenía un cuerpo corpulento se encontraba serio y me seguía con los ojos, pasé de largo y al siguiente cruce la puerta del baño se encontraba delante de mí. Entré a dentro, estaba vacío por las horas que eran y empecé a desnudarme dejando mi ropa y las botas en un banquillo, me puse debajo de la ducha y abrí el grifo de agua fría, también cogí el champú para empezar a frotar por todo mi cuerpo.

Recuerda el plan… Acabar con los Wilson

Un ruido afuera me puso en alerta, terminé de enjuagarme con el agua y salí de allí cogiendo una toalla alrededor de mi cintura. Hubo otro ruido que parecía un choque contra algo, agarré la pistola y me puse detrás de la puerta, alguien la estaba abriendo, la persona entró con cuidado como si no quisiera que nadie la pillase entrando a las duchas.

—Manos arriba —ordene, la chica de cabello castaño se giró lentamente con las manos en alto, esta me dedicó una sonrisa traviesa, era la misma chica que se nos acercó a Nathan y a mí en la tarde.
—¿Qué haces en la ducha de los chicos? —Sus manos se movían nerviosas y no paraba de morder su labio mientras tanto baje el arma y me lo guardé, se acercó a mí con la mirada en mis labios.

—La primera vez creo que no conseguí darte una buena impresión— su vista bajo a mis abdominales mientras pasaba su mano a la vez —Por lo que me sentía mal y quería cambiarlo.

—No debes darme ninguna impresión —dije, era linda y todo pero no vine a este lugar para ser amiguitos de nadie. Se acercó tanto a mí que su nariz rozaba la mía, sus labios eran gorditos y bastante besables para morder, sus manos se acercaron al nudo de mi toalla y las agarré antes de que me la pudiese quitar.

Solo será de una noche.. Además no quisiera estar dos meses de abstinencia

—Que quede claro… —la chica cuyo nombre no sabía soltó un pequeño y suave ronquido sexy— Es de una noche —ella asintió rápidamente, la agarré del cabello y la puse de espaldas a la pared, me besó mientras le quitaba el uniforme de guardia igual al que todos teníamos, dejó sus armas al suelo quitándose las botas a la vez, nos seguimos besando, apreté sus pechos que eran grandes y firmes. Se estaba excitando mientras ella soltaba el amarre de la toalla dejándome completamente desnudo, no estaba completamente duro, así que ella como buena chica se agachó para hacerme una mamada.

Después de varios minutos, en las que tampoco me corría, la obligue a levantarse, la subí encima de mi con un brazo alrededor de su cintura y con la otra le masturbaba con dos dedos dentro de su coño mientras ella rodeaba sus largas piernas alrededor de mi cintura y sus brazos alrededor de mi cuello. Le estaba dejando chupetones por encima de sus pechos  y soltamos un fuerte gemido de placer cuando agarró mi pene y sin tanto que pensar se deslizó sobre él de un golpe.


**********






—¿Sabes qué es ésto? —tenía en sus brazos una caja de tamaño mediano, se agachó para dármela.

—Si lo adivinas conseguiré que vayamos al parque de atracciones —sonreí asintiendo, tenía ganas de montarme en ese pulpo gigante desde hace un año y la semana que viene abrirán otra vez la feria del pueblo.

Me encontraba jugando con mi camión demoledor de edificios en el suelo de la sala antes de que mi hermano apareciera delante de mí con una caja en mano, mis padres como la mayoría de los días no se encontraban aquí, revisé la caja ilusionado como todo niño de ocho años y con ganas de saber lo que se había dentro.

—El coche de rayo Mcqueen que pedí para mi próximo cumpleaños, —Bryan tenía una sonrisa divertida en su cara mientras negaba con la cabeza —el arco que vi en la tienda del centro.

—–Ábrelo, de todas formas sabes que te llevaré al parque de atracciones —sonreí antes de abrazarlo con todas mis fuerzas, de la impaciencia rompí el papel de regalo y abrí la caja, lo que se encontraba a la vista me hizo querer vomitar de repente, era una cabeza con los ojos abiertos y la boca llena de sangre, sentí repulsión y mis lágrimas empezaron a caer al ver que era Bryan, la cabeza de mi hermano. Miré confuso hacia la persona delante de mí solamente que ya no era mi hermano sino Alexander con una sonrisa diabólica, su cabeza giró en trescientos sesenta grados y sangre caía de sus párpados, iba convirtiéndose en una especie de demonio mientras se acercaba a mí intentando cazarme.

Grité de miedo, las lágrimas no paraban mientras negaba con la cabeza sin todavía aceptar que la cabeza de mi hermano se encontraba en aquella caja, seguía gritando mientras esa cosa se reía de manera que el eco de la soleada casa le daba más pinta a un sonido aterrador.

—¡BRYAN!

—¡BRYAN! —La cachetada de una mano contra mi mejilla me despertó de aquella horrible pesadilla.

Si… solo una maldita pesadilla

—¿Estás bien? —Nathan me pasó una vaso de agua que tomé demasiado rápido, me encontraba con sudor, estaba sudando ¿todavía tienes las pastillas? —me preguntó mientras me pasaba una pequeña toalla.

—Si, solo fue otra pesadilla, gracias —tomó asiento a mi lado antes de darme dos palmadas en la espalda —¿Qué hora es?

—Las cinco y media, ¿no volverás a dormirte, verdad? —negué— ¿Sabes que puedes hablar de lo que sea no? Siempre voy a estar aquí para mi gnomo favorito —sonreí involuntariamente por el apodo que me decía desde pequeño.

—Y yo para mi pulguita favorita, —Y enseguida nos agarramos a cascotazos en la cabeza como siempre hacíamos— te dejaré dormir las pocas horas que quedan.

—Un chico tan guapo como yo tiene que estar siempre bello y para eso no puedo tener ojeras al despertar —me guiña un ojo y yo le lanzó la almohada más cercana que obtengo. Salgo por la puerta caminando por los pasillos y durante un largo rato solo me quedo observando a mi alrededor mientras pensaba en la chica y los demás que estaban retenidos contra su voluntad, tenía que obtener más información.

En un momento escuché alguien jadear de manera cansada, la puerta más cercana a mi estaba abierta, la curiosidad se apoderaba de mí así que lentamente fui a ver quien descargaba su furia, al entrar se encontraba la chica Wilson golpeando al saco de boxeo a estas horas, llevaba un top que levantaba sus pecho, unas mallas de gimnasio y una coleta de manera desastrosa pero sexy, tenía sus auriculares puestos así que no me escuchó cuando me puse detrás suya observándola.

En menos de cinco segundos, lanzó una patada hacia atrás pero la esquivé de manera rápida antes de que me diera en la cara. Ella al verme detrás suya se sorprendió.

—No deberías ponerte detrás de alguien sin avisar que estás detrás de alguien —asentí sin decir nada, se quitó los guantes tirándolos al suelo mientras iba a pillar asiento en el pequeño banco.

—Solo se me hacía raro como la chica Wilson estaba en este lugar a las tantas horas de la mañana en vez de estar en su gran cama de su gran mansión.

Comprada con dinero ilegal —quería añadir.

Una sonrisa burlesca se apoderó de su rostro— Así que… La chica Wilson, ¿no? —sonreí, pero no pillé si en verdad le parecía gracioso o solo tenía ganas de matarme.

—¿Original, verdad? —miré la mediana sala, nunca la había visto pero podría aparecer solo para poder soltar algunos golpes —Mi intuición me dice que no querías estar en tu casa.

—Cierto, tu intuición no falla pero no voy ni quiero hablar de eso contigo —la observé, sus hombros estaban decaídos y parecía querer ponerse seria pero su estado de ánimo no le daba esa fuerza.

—Tampoco te pedí que me lo dijeses— esta vez me enfrenté a ella con burla, se giró hacia a mi desafiante, y por un momento me quedé fascinados por sus ojos azul celeste, tenía un brillo intenso en sus ojos y solo me hizo acercarme más a ella inconscientemente. Ahora es cuando me dí cuenta de que no la había tenido frente a frente desde que llegué, cara a cara con ella, antes de venir pensaba que con solo verla la asesinaría sin que la agencia se enterara, por un leve momento mi vista bajó a sus labios, los relamió provocando las ganas de besarla, ganas de destrozar esos bonitos labios.

Acabé recordando cómo la anterior chica no pudo satisfacerme completamente, sin embargo, no podía pensar en eso, no podía acercarme a ella de esa manera. Me alejé y la ví tragando saliva antes de desaparecer por la puerta. Eso fue raro, demasiado raro.



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Espero que os esté gustando :⁠-⁠)

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