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Capítulo 5: Vuelta

Sólo hizo falta una mirada para saber que una tempestad estaba por comenzar.

Una semana después de estar en Londres ya estaba en mi avión de vuelta. En el segundo día que estuve allí, Nate Fox ya me había firmado el contrato, pero me propuso una guía por los sitios de Londres a los que no se visitaban demasiado pero eran igual o más hermosos, y así fue, además de que Sara también me convenció de quedarnos.

-Necesitaba una semana así, en serio, ¿cuándo fue la última que fuimos de vacaciones sin que después tengamos que utilizar nuestras armas o estar en medio de un tiroteo? -Buena pregunta, siempre había alguien que intentaba matarnos o nos encontraban para secuestrarnos, por ello ya me había rendido de ir a lugares por visita, y creo que me alegró que Nate lo hiciera.

Al bajar del avión, como siempre se encontraba un todoterreno con ventanas antibalas para protegernos hasta llegar al edificio donde mi padre y Daniel trabajaban cerca del almacén.

Normalmente las reuniones que teníamos las hacíamos en el almacén principal donde se encontraba la mayor parte de nuestra gran mercancía. Y la empresa legal para cosas legales.

Para la mayoría del mundo, personales legales y que no tienen problemas, Alexander Wilson es un hombre de negocios que ha conseguido mucho dinero en las últimas décadas al invertir en proyectos empresariales, comenzando una actual e importante empresa y que su heredero será su hijo mayor Daniel Wilson y la pequeña Claire siendo embajadora de una organización para niños necesitados, abogada reconocida y socia de la empresa Wilson.

Pero sabemos que no todo es lo que parece.

Aunque es real la empresa de la familia Wilson, el dinero se ha conseguido de varias maneras, ¿que si estoy de acuerdo con ello? Honestamente no, pero he nacido en medio de esto y es lo único que conozco.

Llegamos a la empresa, quería entregar el contrato antes de pasar por la mansión, pero gracias a este par de hojas he podido disfrutar de una increíble semana.

-Quiero hablar contigo hermanita, ven a mi despacho -tan lindo como siempre, mi hermano mayor queriendo algo, se nota que me quiere demasiado. Lo ignoro para seguir mi camino hacia la última planta.

Salgo del ascensor con Sara a mi lado recorriendo los grandes pasillos decorados por mí, hay más gente de lo normal en la última planta, mientras cruzamos algunos guardias que no reconocía nos observaban con lujuria y al mismo tiempo con una pizca de curiosidad.

-Vosotros iréis hacia la izquierda, mientras los demás entrarán sin que estén en el punto de mira -interrumpo con dos toques en la puerta la orden de mi padre a seis guardaespaldas nuevos que tampoco reconozco.

Una semana afuera y hay cambios...

El hombre con aspecto joven a sus cuarenta y dos, ojos azul celeste como los míos y un traje negro que le queda espectacular al quien llamo mi padre, se percata que hemos llegado y ordena a los demás que salgan, menos Hank y Héctor, los más fieles y veteranos de los empleados de mi padre.

-Aquí lo tengo, como me pediste -muestro el contrato que se encuentra guardado en una carpeta y se lo pongo en la mesa, pero sin mirarlo primero se acerca a darme un gran y cariñoso abrazo.

Tengo que admitirlo, soy la favorita y me gusta eso.

-¿Todo bien? -pregunta antes de saludar a Sara- ¿Qué ha hecho Fox para que os retenga una semana entera?

-Nada, solo mostrarnos lo hermoso de Londres -responde mi amiga y soltamos a la vez una pequeña risa que hace que a mí padre le salga una mueca.

-Está bien, mejor no entrar en detalles -rodea el escritorio para sentarse en su silla y guarda el contrato en su caja fuerte-. Buen trabajo hija, como siempre, pero tenemos muchas cosas por hacer y quiero que estés al mando del siguiente trabajo, necesito a mi mejor chica en acción.

-Adiós al jacuzzi -canturrea Sara por lo bajini solo para que yo lo escuche.

-Sara, tú tampoco me puedes decir que no, ¿verdad? Tu padre ya está al tanto.

El padre de Sara, llamado Steve Müller es socio y mejor amigo de mi padre desde que eran jóvenes, por esta razón conozco a Sara desde que tengo memoria y siempre hemos sido muy unidas. Nos queremos como hermanas y para mucha gente parece así, ya que nuestro aspecto es bastante similar excepto por sus ojos grises. A Sara y mi nos han enseñado a cómo usar un arma, defender, atacar, matar, y no mostrar miedo a nadie, pero la mayoría de veces se escaquea cuando tenemos que hacer algo, y la entiendo, porque no siempre queremos ir matando, la diferencia entre ella y yo, es que a mi me encanta el subidón de adrenalina que pasa por mis venas cada vez que me encuentro en algo peligroso.

-Claro que ayudaré, -me muestra una sonrisa fingida- saldré un momento a hacer una llamada.

-No tardes -demanda mi padre-. Hank ordena a los chicos que entren.

-Me alegra verte Claire -le doy un abrazo antes de dejarle marchar. Hank y Héctor me han protegido desde pequeña y a Sara también cuando no estaba sus guardaespaldas, les tengo un gran cariño, cuando era más joven y mi padre no estaba por la mansión, mi madre cocinaba para nosotros y siempre había un lugar en la mesa para ellos dos, son parte de la familia.

Hank vuelve a su lugar en el lado derecho de mi padre, mientras escucho pasos detrás de mí y mi amiga vuelve a mi lado pero esta vez, lleva su pelo recogido en una coleta que deja mostrar su hermoso collar que contiene un sol que nos regalamos a los diez años, el mío contiene la luna y ambos collares se unen al juntarlos.

-Observa detrás tuya -giro mi cabeza hacia atrás y a hacia los lados, hay un número de seis chicos detrás, son los mismos de antes-. El rubio está para comérselo.

Se muerde los labios antes de aparecer una sonrisa traviesa en su rostro, mientras observa al chico rubio que se encuentra completamente serio, como estatua.

-Atención, esto es lo que tendréis que hacer.




**********



Divididos en dos camionetas nos encontramos aparcados detrás de un edificio que se encuentra abandonado pero con actividad dentro de ella. Sara y yo nos habíamos cambiado antes de subir a la camioneta, ahora me encontraba con tres empleados nuevos y con Sara, no he tenido tiempo de fijarme en ellos, pero no son mayores aunque no me guste que haya nuevas personas porque no confío en nadie.

-Óscar se dirige hacia su despacho -comienza a informar a la persona que tiene el aparato en su mano, es un aparato en el que puedes ver lo que está pasando dentro de un lugar sin tener que entrar. Conectada a una tablet, se muestra a todos con luz infrarroja, hay tres plantas, en la primera, varias personas con armas paseándose por el lugar, en la segunda, un pequeño grupo de personas fabricando algún químico mientras que en el tercero, Óscar Villanueva se encontraba con una chica. Al parecer iban a tener otro tipo de acción.

-¿Entramos ya o esperamos a que se acabe la juerga? -pregunta Sara, y no se porqué pero me sale una pequeña risa, todos están callados esperando mi orden.

-Será divertido arruinarle la juerga. -Sara sonríe conmigo, cojo mi auricular para poder contactar con la segunda camioneta- Entrad por la puerta de atrás.

Uno de ellos contesta y veo que salen de la camioneta con cuidado de que nadie les vea, van hacia el final de la calle y realizan la curva para dirigirse hacia la puerta trasera.

-Tú quédate aquí, vas avisando si se acerca alguien, ¿entendido? Los demás conmigo.

Bajamos de la camioneta, Sara coje las cuatro cuerdas y con su puntería engancha cada uno al balcón en el que se encuentra el despacho de Óscar, engancho la cuerda en mi cinturón y subo hacia arriba. Observo a mi alrededor que no me vea nadie y los demás hacen lo mismo que yo, me agarro de la barandilla para acabar de subir, y rodeo por el suelo hasta la esquina de una de las ventanas para que no me vean.

Óscar Villanueva se encuentra follándosela por detrás con una chica más joven que él mientras que ella se encuentra doblada en la mesa. No creo que ella lo esté haciendo por gusto. Disparo a la ventana, haciendo que se haga trizas, eso provocan que se asusten y dejen de hacer lo que estaban haciendo, entramos rápido y mientras mi mejor amiga y el rubio atan a la chica en una silla antes de que se escape y pueda pedir ayuda, yo y el otro a mi lado apuntamos hacia Óscar que tiene su pequeño miembro fuera del pantalón.

-La pequeña Claire...cada día estás más hermosa -su rostro solo me provoca vómitos, estoy escuchando varios disparos antes de que uno de mis nuevos hombres aparezca por la puerta.

-Despejado -dice antes de agarrar con Sara a la chica y llevársela a la camioneta.

-Ya sabes que hacer, vamos -me pongo detrás suya apuntándole mi pistola en su espalda, bajamos por las escaleras y los dos chicos que todavía no sé sus nombres se encuentran conmigo atentos a cualquier cosa.

Está todo destrozado, no han dejado nada ni a nadie.

-Así no se hacen las cosas Claire, me vas a pagar el desastre eso te lo aseguro. -continúa hablando nuevamente- A tu madre no le habría gustado que siguieras los pasos de tu padre.

Trago saliva para no paralizarme y poder continuar. Llegamos a la camioneta y con un trozo de pañuelo con cloroformo, se lo pongo en la nariz haciendo que se eche la siesta durante algunas horas, nos subimos todos y volvemos a la empresa.

El chico que se encontraba vigilando desde aquí ahora conducía, Sara no paraba de comerse al rubio con la mirada, el cuál desvíaba seriamente su atención, y el chico de cabello color negro azabache, miraba la ventana pensativo.

¿En qué tanto pensaba?

-¿Cómo os llamáis? Se supone que tendremos que conocernos ya que trabajaremos juntos. Sois nuevos, ¿verdad? -Sara rompió el incómodo silencio, es cierto que trabajaremos juntos, pero no confío en nadie de aquí excepto en mí amiga. Pero pensándolo mejor, no trabajan con nosotras sino para nosotras, ¿por qué está siendo tan amable?- Bueno...empiezo yo, mi nombre es Sara y soy la mejor amiga de la chica aquí a mi lado.

Miraba directamente al rubio que se encontraba a su lado con esperanzas de que le hablara.

Después de varios minutos, este se giró hacia ella y con una bonita sonrisa notoriamente fingida le ofreció su mano.

-Me llamo Nathan.

-Soy James -se presentó el que conducía, todos esperamos al que se presentara también el que se encontraba en el asiento del copiloto, pero parecía absorto de este lugar.

-Ese es Adam, mi mejor amigo, no le gusta hablar demasiado con la gente -ambas asentimos a lo que dijo.

-¿Cuántos años tenéis? -vuelve a preguntar Sara.

-Los dos tienen veintiuno y yo veintitrés, señorita -Sara se ríe y yo solo quiero volver a mi casa. Óscar Villanueva estaba atado e inconsciente a mi lado con su pichacorta ya guardada, mientras que la segunda camioneta estaba delante nuestra.

-Solo Sara, me alegra tener gente de nuestra edad, así será más divertido -le pellizco a mi amiga sin que se entere nadie, y esta me come con la mirada, ruedo los ojos y ella se calla hasta que lleguemos.


Adam

El primer trabajo que hicimos desde que llegamos fue secuestrar a Óscar Villanueva, un hombre que tiene la mayor red de trata de blancas en la parte oeste de Estados Unidos.

Toda las organizaciones de EE.UU. lo buscaban, pero al parecer sólo participando con la mafia podrías encontrarle.

En una semana habían pasado varias cosas, la primera es que conocimos un poco más al chico que nos ayudó acabar con el grandullón, se llama James, es británico y se tuvo que venir aquí por problemas familiares a los dieciocho y sin saber bien cómo empezar una nueva vida y sin dinero alguien le manipuló básicamente a entrar a este mundo para así poder conseguirlo más rápido. James no sabe que somos espías, aunque nos cayera bien no podríamos contar nada, así que cuando nos preguntó por nuestra historia, le contamos lo que Mark nos dijo, ya habíamos ensayado esa parte antes de venir aquí.

La segunda es que Nathan y yo averiguamos cuál era la puerta que llevaba hacia el sótano donde se encontraban un nuevo grupo de rehenes pero el primer intento por abrirla estaba cerrada con llave así que teníamos que encontrarla. La tercera es que mi amigo iba dibujando un plano del almacén en el que estábamos diariamente, constaba de tres plantas y el sótano, por lo tanto, cada parte del lugar en el que vigilamos la teníamos que memorizar para así después Nathan poder dibujar la representación del edificio.

En una semana lo único que nos ordenaban era levantarnos temprano cuando no teníamos turno de noche, y quedarnos en zonas específicas para vigilar que nadie entrase, cuando llegó el jueves a la hora indicada, dimos el primer informe de la situación, pero no fue mucho. No vi a ningún Wilson en toda la semana, excepto a Daniel Wilson el día que llegamos.

Parecía que no se encontraban en este lugar, así que mientras no estaban, les preguntamos a los guardias que parecían menos serios a intentar que soltaran la lengua pero sin demostrar interés.

Reconozco que me es duro estar aquí sin querer disparar a diestra y siniestra a todos los que participaban en este lugar, pero intentaba calmarme lo mejor posible.

Estaba cansado de estar dentro de este lugar de pie sin hacer nada, había cámaras de vigilancia por lo que era muy difícil entrar en sitios sin que no lo supiesen.

-Adam entra aquí -me dijo Nathan antes de entrar al baño que se encontraba a la derecha, era el único lugar donde no había cámaras -¿Cómo no nos dimos cuenta que había una reja en este lugar?

Señaló hacia el techo que no era muy alto, tenía razón no nos dimos cuenta.

-¿Estás pensando lo mismo que yo? -preguntó con una leve sonrisa el cual le devolví el gesto.

-Siempre, pero no podemos subir ahora, James se dará cuenta que no estamos y entrará a ver.

-Tienes razón, en la primera oportunidad que tengamos. -estuve de acuerdo -Creo que la rubia te estaba tirando de los cejos esta mañana.

Después de unos segundos en que mi amigo está despistado se ríe mientras se rasca la nuca, esa es mala señal.

-Está demasiado buena y por lo poco que la he visto tiene unos hermosos ojos grises, -sonrió genuinamente pero un momento volvió a recomponer la compostura recta de un soldado- pero no estamos aquí por esas tonterías, así que volvamos al trabajo.

Cada noche le veo con algún lío, me pregunto si podrá tener dos meses sin sexo. Cuando le vi salir del baño apresuradamente, ahí es cuando me di cuenta que esa chica podría ser un problema.

Recuerdo el camino en el auto de esta mañana, era la primera vez que salíamos del almacén, las dos rubias se encontraban atrás con Villanueva inconsciente, y Nathan intentando no perder la paciencia con la chica a su lado. Era la primera vez que estaba seriamente intentando ignorar a alguien. En ese momento aunque estaba escuchando todo no podía hablar, no podía parar de pensar sobre Bryan tenía un nudo en la garganta porque si me giraba a ver a la chica Wilson podría explotar y querer forzar una interrogatorio sobre mi hermano. Era difícil, así que en el momento de las presentaciones agradecí a mi amigo mentalmente porque no iba abrir mi boca, al menos no por el momento.

No miré a ninguna de las dos, ni siquiera cuando entramos al despacho de Alexander, intentando ser ignorado por las chicas, tenía que estar fuera del punto de vista de los Wilson, primero para evitar problemas y segundo para pasar desapercibido.

Cuando llegamos dejamos a Óscar atado en una silla y con cinta adhesiva en la boca para cuando se despertara, y a la chica que estaba con él, la llevaron al sótano también. No sé si la iban a matar o solo convertirla en una rehén más.

Nos quedamos los cinco alrededor del hombre en estado inconsciente a vigilar.

-¿Qué le hará tu padre? Villanueva es un hombre que tiene muchos contactos -preguntó James a la chica Wilson, no escuché el momento en que dijo su nombre, esta miró al suelo mientras soltaba un sonoro suspiro.

-Es una pregunta que prefiero ignorar, porque no sé sobre los planes de mi padre, solo acato órdenes de hija que a veces pienso que soy un guardia como vosotros -no me esperaba esa respuesta, aún así en ningún momento mi vista fue hacia ella me quedé mirando a Villanueva, pero un escalofrío me hizo apretar la mandíbula que pensaba que la iba a partir.

Escuchamos pasos en la escalera de enfrente, Alexander rodeado de cuatro guardaespaldas bajaba las escaleras en modo sonriente. Llegó hasta nosotros.

-Rápido y sencillo, muy bien gente ahora largo de aquí -la primera fue Sara en salir por la puerta que se encontraba a un lado de la escalera, Nathan y James salieron tras de ella, mi amigo me llamó, eché un último vistazo al hombre con pinta de adicto a la droga por última vez y caminé hacía la salida. -Tú también Claire.

Me giré un momento para ver cómo la nombrada miraba a su padre, no sabía si era por preocupación o por otra cosa.

-Tiene contactos y lo sabes, si lo matas vendrán a por nosotros, y se meterán en nuestros asuntos sin dejarnos en paz, -su padre la ignoraba, parecía regocijarse viendo al de delante atado en la silla- atente a las consecuencias.

Salí esperando que saliese para cerrar la puerta tras ella.

-Volved a vuestros puestos- ordenó para después caminar con sus botas negras hacia afuera del almacén con su mejor amiga.

En unos segundos de silencio, Nathan decidió interrumpir.

-Bueno...James vendremos enseguida, vamos a buscar algo que picar, me muero de hambre.

-Está bien iré a mi puesto -hizo el mismo recorrido que las chicas hasta que le perdimos de vista.

-Tienes que mejorar en tus excusas amigo, de verdad son verdaderamente malas.

-Entonces no me hagas tener que hablar yo solo idiota, vamos tengo una idea -le seguí hasta un especie de mini escalera pegada a la pared al otro lado del pasillo, subimos hacia arriba, había una ventana abierta, entramos por allí y para no caer nos sujetamos de la columna, con ella nos impulsamos hasta llegar a la columna horizontal que se encontraba delante, nos sentamos en ella, desde aquí podíamos ver todo la sala en el que se encontraban. Se podía escuchar todo ya que la voz de Alexander se escuchaba por el eco del lugar.

-Alexander tú mismo sabes que no fue mi culpa que tú mujer huyera de ti- soltó de repente Villanueva, esto ya parecía de película entonces ¿no está muerta? -Solo le conseguí dinero ya que era mi amiga antes de que se casara contigo.

-¿Tienes el móvil encima? -susurré hacia Nathan, no tenía encima el mío porque se me olvidó cogerlo esta mañana.

-Si, ¿por qué? -me miró dudoso antes de mirar otra vez hacia Wilson y Villanueva, después de unos segundos pareció entenderlo- Ah... Ya lo pillo.

Sacó el móvil de su bolsillo derecho del pantalón y comenzó a grabar la escena.

Alexander irritado se acercó a él para darle un puñetazo en su rostro provocando que le sangrara la boca, este soltó una sonora risa escalofriante que hizo eco en el lugar.

-¿Una punzada en el pecho Alexander? La verdad duele y se nota que te carcome por dentro.

-¿Dónde está ella? -le preguntó antes de sacar de su bolsillo una navaja para después clavarlo en la mano izquierda de Óscar Villanueva, este le escupió la sangre de su boca antes de poder hablar.

-No sé, pero te diré que es muy buena escondiéndose de ti aunque eso ya lo sabes -eso pareció enfadar más a Alexander.

-Todavía no voy acabar contigo pero si a desquitarme. -tan rápido lo avisó le dio una sacudida de puñetazos que le molió la cara, habría sido un buen boxeador de joven- Piensa bien que vas a decirme cuando vuelva.

Con ello se fue seguido de uno y los demás se quedaron a vigilar al hombre que hasta respirar le dificultaba.

Nathan acabó de grabar y salimos por donde habíamos venido, primero observando si había alguien cerca antes de bajar por la pequeña escalera, salimos de allí y fuimos a la primera planta donde se encontraban la mayoría, con la cabeza agachada apresuramos el paso y nos colocamos detrás de un grupo de hombres que estaban discutiendo por una tontería, una mano en mi hombro hizo que mi instinto despertara, agarré de la mano y se la doblé hasta que escuché un crujido.

-¿Quién eres? -Nathan preguntó a la chica que todavía mostraba una mueca de dolor, seguía con su brazo en su espalda- Adam suéltala.

Resignado solté a la chica. Si es que ¿porque me toca?

La chica de pelo castaño y ojos del mismo color agitó su brazo intentando recuperarse.

-Solo quería saludar -frunció sus cejas dando a entender de por qué mi ataque-, soy nueva y quería hacer amigos y os vi aqui. Aunque también me parecía raro que estuvieseis mirando hacia todas partes como si buscaras algo.

Se encogió de hombros, yo solo mostré cara de pocos amigos. ¿Para qué relacionarme con gente si después de dos meses me iba a largar y con todos ellos arrestados?

La idea me hizo sonreír.

Creo que la chica entendió mal mi sonrisa ya que ví como se mordía los labios. Físicamente no estaba mal pero no era mi tipo, así que simplemente me alejé.

-Un gusto conocerte, adiós -Escuché a Nathan despedirse antes de seguirme el paso- Adam... Adam -le escuchaba llamarme así que me giré hacia él, iba a decir algo hasta que Claire la hija de Wilson y su amiga, ahora si me sabía el nombre, venían hacia nosotros.

Sara parecía cansada al llegar a nosotros, lo primero que hizo fue agarrarse de sus rodillas mientras tomaba aire.

-Debéis venir con nosotras, no podemos salir sin guardaespaldas -Como siempre intentaba no mirar a la chica Wilson así que mi vista estaba en Sara. Hubo un segundo de silencio y porque no entendía por qué se callaba miré a Nathan quién tenía la mirada sobre Sara, con expresión de burla hacia ella. Así que miré a Claire esperando a que dijese más, pero en el momento que puse mi mirada en su rostro, no sé qué pasó.

Lo primero y más extraño fue la mirada que me dió ella, fue como si hubiese visto a un fantasma, estaba boquiabierta y con los ceños fruncidos, dudando en soltar lo que pensaba.

-¿Qué ocurre? -me hice el tonto.

Claire sacudió su cabeza a modo de salir de su transición.

-Nada...solo que...-mi amigo soltó un muy ligero suspiro, no quería dejar a la chica Wilson inconsciente aunque ganas no me faltaron- Te pareces demasiado a alguien.

Dió media vuelta y se fue, su amiga la seguía con la mirada, pero antes de irse nos dijo:

-Seguidme. -la seguimos hacia dónde se fue Claire, llegamos a una especie de oficina más pequeña de lo normal,estaba lleno de cajas y varios papeles, no me imaginaba a jefes de un cartel revisando documentos- Recibimos una llamada de un tal sobrino de Villanueva, no nos dijo su nombre, solo dejó un mensaje para nosotros -agarró una caja que se encontraba cerca de la puerta y la puso encima del escritorio, levantó la tapa y el olor se apoderó de la habitación.


Un mensaje bastante claro


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Por favor, comentad mucho. Quiero saber qué os está pareciendo :⁠^⁠)

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