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Capítulo 2 : La elección de un camino

Cuando la voz de la venganza te llama, ni tu propia conciencia te para.

Existen personas en el cuál su mundo era negro y oscuro, yo era una de esas personas, desde pequeño me enseñaron cosas distintas a los que los niños estaban acostumbrados, y eso me dí cuenta cuando a los siete años, me regalaron en mi cumpleaños una pistola, no tenía balas, para no hacerme daño pero aún así me preparaban para los diez. También nos enseñaron a mí y a Bryan a no confiar en nadie, solo en la familia aunque a veces eso se puso en duda.

Mi familia puede ser peculiar pero no es diferente a las demás familias fundadoras.
Mi madre es una persona astuta, lista y aunque en su trabajo es impasible con la gente, tenía un gran corazón, mi padre es un hombre fuerte, que no se guardaba nada en su interior y arreglaba sus problemas de una manera diferente, y esa manera no era dialogando.

Mi hermano, por el contrario, mostró más afecto hacia mí, hacíamos muchas cosas juntos, no teníamos muchos amigos con quien jugar ya que los enemigos de nuestros padres nos podrían utilizar como rehenes, por eso no nos dejaban salir a menudo, e incluso, cuando a veces ellos no estaban por estar en una misión nos teníamos el uno al otro, y con eso tuve más que suficiente. Bryan me enseñó a ser como soy, él era mi ídolo.

Con todo sobre la muerte de Bryan no lo pensé, pero tampoco podía dejar la organización, así como así, aunque la abandoné durante casi ya un año, es parte de mí, entré a los once años, mi adolescencia la pasé allí. Y aunque ya no hablaba con ellos tuve grandes amigos y compañeros en ese lugar. Nuestra familia formaba parte de las familias fundadoras, no podía irme.

Me tumbé en la cama, necesitaba descansar y recuperar fuerzas para lo que vendría e iba aprovechar este pequeño tiempo, así que dejando de lado mis pensamientos por primera vez, cerré los ojos e intenté dormir.

******************

-¡Qué mierda vas hacer! ¡Contéstame!

-No es asunto tuyo, no te metas por favor, esto no es como cualquier otra cosa que hayamos pasado, esto es sumamente grave y no voy a dejar que pases por ello -estaba de espaldas a mí, mientras recargaba su pistola y se la metía por detrás del pantalón.

-No puedo dejar que te vayas solo, iré contigo -corrí a coger mis armas dispuesto a acompañarle pero él ya había salido.

Mierda

Salí lo más rápido que pude, y lo vi hablando con su compañero Thomas, estaban planeando algo, un todoterreno negro pasaba por la carretera de enfrente, hubiese ido todo normal sino fuera que la ventanilla del copiloto bajó y mostró un arma.

-¡Bryan al suelo! -disparé a las ruedas, pero eran antibalas ni un puto rasguño les hizo, Bryan y Thomas se agacharon rápidamente, el coche pasó al ver que fallaron.

-¡Métete adentro! -corrieron hacia su coche para subirse pero yo quería ayudar.

-¡A donde mierda váis! -corrí hacia ellos dispuesto a subir pero Bryan no me dejó- ¿Piensas perseguirlos o qué?! ¡No...!

Antes de que pudiera decir algo más, Tomás arrancó.

Lleno de sudor desperté, esta vez no era una pesadilla de las imaginarias que te atormentaban sino un recuerdo, pero sentía que había algo más.

En una mochila del gimnasio, puse lo que más iba a necesitar, lo indispensable, tomé una birra y salí de casa cuando Nathan llegó a por mí.

-¿El general O'Connor sabe algo? -me pregunta, llevo meses sin contactar con mi padre, después de la muerte de Bryan, se encerró en sí mismo, si ya era un hombre duro y con poca conversación ahora era peor, sé que él es fuerte y está bien y eso es lo único que necesito saber por ahora.

Llegamos al gran edificio, es tan inmenso que al principio si te pierdes es poco probable que encuentres el camino.

Construido en 1888, uno de los edificios más grandes y protegidos del mundo, rodeado por más de seiscientos agentes preparados desde pequeña edad, está dividido en tres pequeños edificios más, a parte de la central que se encuentra rodeada por ellas. En este lugar hay demasiados lugares para describir, sótanos, varias celdas de retención para situaciones temporales, ya que después se les llevaba a las peores cárceles, pasadizos secretos-de esos había en cada esquina-, sus pasillos gigantes y hermosos que al entrar parece un mega museo, sus paredes llenas de condecoraciones y fotos de los mejores, las leyendas del mundo han formado parte de este lugar, como mis padres, y los padres de mis padres, y así sucesivamente, mi hermano también siendo tan joven consiguió muchas cosas, y aunque yo a mis veintiuno he obtenido mi título de sargento antes de ser espía profesional, siento querer hacer más cosas, sobre todo en honor a Bryan.

No podía completar de describir el inmenso lugar delante de nosotros después de bajar, cuatro guardias delante y detrás de la gran puerta, nos abren al ver qué demostramos nuestras identidades y pasamos acompañados de dos de ellos hasta la misma sala de operaciones.

Estábamos en la misma sala que anteriormente, pero esta vez con un propósito que resolver. Volvimos a entrar y la atención volvió hacia nosotros ahora sentados en frente de la gran pantalla donde anteriormente estaba la foto de mi hermano. Ponemos atención a Mark y al Einstein rubio de los ordenadores que estaba a su lado, esto parecía a Las Reglas del Juego (Leverage), en donde el hacker explicaba lo que había que hacer. En cambio, él contaba a quien teníamos que acabar y meterlo en la cárcel aunque esto era la vida real en la cual no era tan fácil acabar con algún criminal.

Esta organización de espías se concentra en capturar a los enemigos más peligrosos y sádicos del mundo, a diferencia de otros, los criminales menos peligrosos son trabajo de policías y agentes de menor rango.

-Ahora, os explico -cogió el mando de la gran pantalla digital y pulsó algún botón, en la pantalla apareció nada más ni nada menos que una imagen de uno de los más buscados de la CIA y el FBI, Alexander Wilson-. Seguro que ya sabéis quién es, este uno de los mayores capos del mundo, con mucha fama por como hace pagar a la gente que le traiciona.

-La última vez, los agentes infiltrados en esta misión fueron Bryan, su compañero Thomas y Jake Walsh -conocía muy bien a Thomas siempre se pasaba por casa, aparte de compañeros, los dos eran muy buenos amigos, a Jake no lo conocía tanto, solo de vista por algunas que otras misiones-. Como ya sabéis, Bryan murió de una forma cruel, creemos que Wilson descubrió quién era y lo mató de forma despiadada, para los otros dos la situación fue distinta, Thomas siguió durante unos meses más, pero salió herido en una explosión, no sabemos mucho lo que pasó pero salió vivo y se está recuperando en nuestra central médica , y por último, Jake es el único que sigue en perfecto estado y todavía sigue infiltrado, cada dos jueves a las cinco de la tarde, nos manda informes de las situaciones que pasan allí, pero estas dos últimas semanas no hemos podido contactar con él.

Al parecer este no era una misión común, era meses de infiltración dentro de la sede del capo más temido del país, mucho más serio de lo que pensaba, Mark nos entregó a cada uno un informe de los acontecimientos de la misión de este último año, mientras seguíamos mirando las hojas del informe, él seguía informando.

-Por lo tanto, vuestra misión será hacer lo mismo que hicieron ellos, sacar... -iba a seguir hablando hasta que alguien abrió la puerta sin tocar, nos giramos a ver quien nos interrumpió, una sonrisa cruzó por mi rostro al ver quien era, el mismísimo y gran Malcom. Él sonrió al vernos, nos levantamos para abrazarlo pero a Malcom no le gustaba los abrazos, por un segundo nos quedamos frente de él sin saber que hacer, pero él nos sorprendió al rodearnos a los dos con sus grandes y musculosos brazos.

Malcom, era uno de los que más años estuvo en la agencia, era un hombre de piel morena, cabello oscuro corto, musculoso y el más fuerte que había conocido, podía aplacar a alguien con una sola mano, lo digo por experiencia. Llegó a ser comandante y participó en el ejército pero después lo dejó para dedicarse a esto.

Él nos entrenó desde los 14, somos muy buenos gracias a él y entramos al equipo élite después de un duro examen que duró dos meses, también gracias a él porque sin sus entrenamientos y enseñanzas no lo habríamos conseguido. Uno de los tipos más duros que pueda existir, nunca se anda con bromas pero es el mejor maestro que se puede tener.

-Cuando me dijeron que habíais vuelto no los creí, un año sin contactarme, estoy decepcionado -nos envió una de sus miradas duras antes de soltar una carcajada en nuestra cara-. Teníais que ver vuestras caras, ahora modo serio, ¿ni una puta llamada, en serio? A Mark y a los demás lo entendería pero, ¿a mí? -señaló a Mark con indiferencia antes de volver su mirada a nosotros, suspiró -Toda la agencia habla de vosotros, sois trending topic ahora mismo.

Soltamos una gran carcajada al escucharle hablar así, pero no podía parar, en plan ¿desde cuando dice eso? Como no parábamos de reírnos Malcom nos dió una colleja a los dos, eso me provocó nostalgia, nos callamos enseguida y volvimos a mostrar nuestros rostros serios de siempre.

Aunque por culpa de Nathan y su risa contagiosa casi nos llevamos una paliza.

-Tenemos mucho de qué hablar -dirigió su mirada hacia la pantalla y sus ojos se cerraron a tope tomando una fuerte exhalación, fulminó una mirada a Mark, era el único que aunque le tenía tanto respeto, no le tenía miedo y le hablaba como si no fuera su superior porque ya se conocían bastante las caras. -¡¿Quieres llevarlos directo a la muerte o qué?! -exclamó un tanto molesto- No les puedes llevar hasta allí.

-Malcom, están preparados para esto, fueron entrenados por ti, nada más que ellos pueden hacerlo perfectamente -dictaminó Mark, Malcom iba rechistar pero lo corté antes de que siguiese.

-Yo acepté hacerlo- me miró como si estuviera loco-. Lo hago por Bryan -al escuchar su nombre suavizó su mirada.

-Adam, sé perfectamente que a Bryan no le hubiese gustado que estuvieras en este tema, pero te conozco demasiado para saber que seguirás con ello -se puso delante de nosotros poniéndose en frente de Mark-. Necesitarán ayuda, llevan un año sin mi entrenamiento, iré con ellos.

-No -dictaminó Mark, se giró mirando la pantalla-. Tengo todo planeado, si os sentais y me escucháis os lo podré explicar -hicimos caso y volvimos a sentarnos, Malcom seguía mirando a Mark, dudando, casi nadie confiaba en él eso todo el mundo lo sabía. Según los rumores, Mark traicionó a su hermano, entregándolo a Chaves para salvarse él, un ex convicto que ahora estaba siendo buscado por el FBI, y la gente pensaba que sí había traicionado a su hermano, podía traicionar a cualquiera, pero bueno solo eran rumores.

-El plan es, cómo iba contando antes de que me hubiesen interrumpido, es que Adam y Nathan se infiltren, Wilson está buscando hombres para reforzar la seguridad de su nuevo almacén, en donde se están entregando nuevas mercancías. Ellos formarán parte de esos hombres, pero primero los tendrán que elegir, se elegirán a 15 hombres, no sé si habrá mujeres -Se puso en un lado de la mesa frente a nosotros y se dispuso a seguir contando-. Jake que es el único de nosotros que sigue dentro, nos ayudará a que entréis, ya que confían en él después de el tiempo que ha estado dentro.

-Una vez dentro tendréis que recolectar las pruebas que aparecen en el informe que tenéis a mano, además está toda la información que necesitaréis, el resto del equipo MARS estaremos alerta y muy pendiente de vosotros por si nos descubren o algo parecido, estaremos al tanto. Mientras vosotros nos iréis informando cada miércoles a las cuatro, cada semana, se supone que la misión dura dos meses, después de eso, os sacaremos de allí y con las pruebas que tendremos los pillaremos.

El plan parecía bueno, pero faltan cosillas que reponer en él, asentimos, me daría tiempo a averiguar cosas sobre lo que pasó con Bryan y si podría averiguar sobre la explosión que había dejado mal a Thomas. Accidente es lo último que pienso que fue.

-El resto de los MARS, plantearemos un plan B, y de rescate, no dejaré que haya más muertos y menos si es uno de los míos -Malcom tomó la palabra directamente para Mark, como si le echara la culpa de todo lo que pasó.

-Esta vez no lo permitiré, tranquilo -su vista se fue al rubio de los ordenadores, dándole una orden-. Os iréis mañana a primera hora -avisó antes de salir por la puerta y marcharse.

-Bueno chicos, necesitaréis armas, y bastantes cosas para mañana, vamos tenemos mucho por hacer -lo seguimos detrás de él, nos dirigimos hacia el lugar donde estaban los equipamientos de los MARS, uno de los mejores lugares, de mis favoritos.


Claire

Mis tacones iban resonando por cada choque contra el suelo, las personas alrededor de mí viéndome fascinados, intento evitar reírme en sus caras ya que no quiero perder mucho tiempo. Caminaba hacia delante con mis pasos firmes y ellos atentos a mis movimientos, sabía que llamaba la atención pero tampoco es como si la quisiera.

Caminaba por el gran almacén donde todos estaban trabajando, sacando y guardando las mercancías que habían llegado esta mañana, aunque al pasar siempre paraban para verme. Con una sonrisa abierta me dirigía hacia el nuevo despacho de padre, que seguro estaría allí encerrado con sus papeles.

En este lugar todos me respetaban no sólo por ser la hija del jefe o por ser su jefa sino porque ellos sabían lo que yo soy capaz de hacer y que la piedad no estaba en mi diccionario, puede que no tuviera un marido mafioso muerto ni que estuviera embarazada pero sin dudarlo me compararían con Pupetta por su actitud y fuerza.

No es que la idolatre, pero en esta vida débil es lo último que tienes que ser. A mi lado me seguían mis guardaespaldas, no podía ir a ningún lado sin ellos, un poco agobiante pero órdenes son órdenes. Al llegar, delante de la puerta dos grandes guardias estaban frente a ella, vestidos con el típico traje, sus gafas y llevaban puestos relojes y collares de oro que se ven bastante pesados y en silencio como siempre, al ver que llegaba abrieron inmediatamente la puerta dejándome pasar. Al entrar estaban mi hermano mayor Daniel y mi padre discutiendo, estos tres últimos días se la pasaban así, al parecer estaba pasando algo grave que les ponía muy nerviosos.

-Hija mía...-Se levantó de su asiento al verme entrar, Daniel suspiró y le dió una mirada de que el tema no se había terminado y se fue sin saludarme.

Al parecer alguien se despertó con el pie izquierdo. Padre se acercó a mí para darme dos besos como normalmente hacía, y volvió a su asiento.

-Estos días discutís mucho, ¿qué pasó ahora? -Me serví un vaso de whisky para después sentarme en el sofá de cuero que estaba en un rincón del gran despacho- Aunque sin Daniel enojado no es Daniel.

Mi padre se rió por mi comentario.

-Esta vez estaba más enojado y estresado de lo normal.

-Tenemos un asunto muy grave, pero lo resolveremos, por lo tanto, tú tendrás que hacer una cosa -se sentó a mi lado, tomó un trago antes de hablar, su mirada parecía perdida, estaba nervioso algo que el Gran Wilson, no podía estar pero yo lo conocía y el asunto era muy serio, más que serio.
-Tendrás que irte a Londres unas semanas, tienes que hacer algo muy importante allí, te reunirás con Fox en un restaurante y quiero que acepte firmar este acuerdo -se levanta a coger uno de los tantos documentos que hay en la mesa y me lo entrega, voy leyendo por arriba de qué va antes de seguir escuchándolo.

-Necesito que lo firme, para que pueda pasar la carga a su ciudad, esta es de las mejores que hemos hecho y el dinero que se va ganar será muy grande, no quiero fallos.

-Está bien -me levanto de mi sitio para irme.

-No quiero que vuelvas hasta que lo firme, incluso persuadir si es necesario.
Al salir, los mismos guardaespaldas de siempre me siguen, me dirijo hacia mi Ferrari azul oscuro para poder irme. Iba hacia la mansión para poder descansar un poco si podía, después de estar dos días viajando a Tokio y tener que viajar mañana otra vez, era muy agotador.

En medio del camino, un todo terreno negro con ventanas blindadas nos seguía.

-Armas en posición, nos están siguiendo -rápidamente piso el acelerador- ¡Agarrense fuerte! -giro a mi derecha a toda velocidad, como se nota que es un Ferrari. La velocidad es superior a los de detrás, pero no me percato cuando hay otro todoterreno negro delante nuestra viniendo hacia nosotros.

Con sus armas fuera, los que están conmigo en el coche disparan hacia ellos desde la ventana, pero no consiguen pararlos.

-¡Ponte en el volante! -grito al copiloto, pulso un botón antes levantarme del asiento, el techo se desplaza hacia atrás, provocando que el viento nos dé de relleno en la cara, saco uno de los tantos fusiles que hay escondido debajo de uno de los asientos, mientras mis guardaespaldas siguen disparando, me agacho rápidamente al ver que uno del todoterreno apunta hacia mi, coloco el misil encima de un transbordador de fusiles, el coche negro se va acercando más y la falta de tiempo no me permite pensar, apunto hacia el objetivo y espero dos segundos antes de disparar.

-¡Frena! -Kevin que está de piloto frena rápido mientras veo como el fusil estalla contra el todoterreno, provocando un estruendo, damos la vuelta antes de que otros nos rodeen.

Llegamos a la mansión donde rápidamente abren la puerta para entrar. No voy a negar que mi padre tiene muchos enemigos y de los grandes, algo que es absolutamente obvio en esta vida por eso me preparó para defenderme desde siempre.

La piedad no te salvará de la muerte cuando quieran matarte

La frase que me lleva repitiendo desde niña era esa, primero la supervivencia y en eso constaba en no tener miedo a la hora de apretar el gatillo.
Voy hacia arriba intentando darme una ducha para relajarme y descansar antes de reunirme con mi padre para ultimar detalles del viaje.

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