Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 5


Capítulo 5

Después de estar un buen tiempo en la cama pensando qué hacer con su vida a partir de ahora, la realidad lo chocó muy fuerte, tenía que ir a buscar a su hijo al jardín ¿Cómo le explicaría que ya no iba a ver más a su padre?

Sacando fuerzas de cualquier lado se levantó de su cama y se puso en marcha para buscar a su hijo; llamó por teléfono a Luis, contándole algo de lo que había pasado y para decirle que por un tiempo no se iba a presentar a trabajar. Luis, preocupado, le dijo a la noche pasaría por su casa para hablar con él. Acepto, aunque no quería hablar con nadie, sabía que necesitaba a alguien para que lo ayude a sobrellevar las cosas.

Al llegar al jardín vio a su hijo corriendo hasta llegar él.

-Papi, Me pusieron un estrellita por pórtame bien – lo abrazo tan fuerte y unas lágrimas empezando a salir de sus ojos – ¿Papi eta llorando?

- No mi corazón, me entró una basurita.

Tomás y Santy se fueron a un local de comidas rápidas para festejar la estrellita que el pequeño había ganado por su buen comportamiento, Luego fueron a la plaza y luego al cine, trató de mantener al niño lo más lejos posible de la casa para no tener que explicar lo que estaba que pasando, él todavía no lo lograba entender. Después del cine fueron a comer pero Santy ya estaba muy agotado y no iba aguantar mucho tiempo mas, por lo tanto decidieron ir a casa.

Llegaron a la casa, y antes de que pudiera meter a bañar a Santy, el timbre sonó, una sensación de esperanza lo invadió por todo su ser. ¿Cambió de opinión y volvió? Dejó a Santy a medio vestir y salió corriendo a abrir la puerta, No pudo disimular la desilusión cuando abrió la puerta y se encontró a sus amigos, Marcelo, Luis y Diego.

- ¿Qué hacen acá? – No quería pero sonaba molesto.

- Si quieres nos vamos – Dijo un molesto Diego, aunque él se enojaba por cualquier cosa.

- Diego cállate, venimos a ayudarte a superar esto – dijo Marcelo entrando sin permiso a la casa seguido por los otros dos chicos. Luis tenía en sus manos un par de latitas de cerveza.

- Gracias chicos no se hubiesen molestado, pero realmente los necesito – dijo tomando un cerveza de la mano de Luis, tomándosela toda.

- ¿A nosotros o a la cerveza? – pregunto Diego en tono burlón.

- A todos – dijo Tomás tomando otra cerveza para hacer lo mismo.

- Lo primero que tienes que hacer es mudarte de esta casa – dijo Marce mirando para todos lados – hay muchos recuerdos de ese tarado y para vos y el peque no les va a ser fácil olvidar, ¿Cómo tomó el hecho que no va a ver más a su padre, que su padre no lo quiere?- en ese momento un personita entraba a la sala con unas pequeñas lagrimas en los ojos.

- ¿Padre no me quiere? – si Tomás tenía el corazón roto en ese momento su alma se partía en dos. Corrió hasta alcanzar a su hijo y abrazarlo.

- Todo lo contrario, no hay persona en este mundo que no te quiera, eres la persona más importante para mí, y si alguien no te quiere se puede ir al infierno. Ahora vamos a bañarte y a dormir, Ve a saludar a tus tíos- Santy bajó y un poco más tranquilo saludos a sus tíos, cada uno de ellos llenó de besos y de cosquillas, incluído Marcelo que se sacó una foto con él para subirla a sus redes sociales, sintió la mirada de Luis desde lejos, se dió vuelta y le dijo – lo quiero a mi manera y no dejaría que nada lo lastimara.-

Tomás llevó a su hijo a bañar, lo acostó y volvió a la sala con sus amigos, tomó otra cerveza y la vació toda, cuando iba a tomar otra, la mano de Diego lo detuvo

- Va a sonar feo, pero te lo digo igual, estás solo, tenés un hijo, un negocio y una casa que atender nosotros te vamos a ayudar pero gran parte la tenés que poner vos, si no tomo a Santy y me lo llevo a mi casa – lo miró con furia pero sabía que tenía razón, de todos sus amigos sabía que Die siempre era el más razonable y el que había sentado cabeza mucho antes que los demás, miró al resto de sus amigos y todos tuvieron de acuerdo con lo que Die le había dicho. Y el solo hecho de tener lejos a Santy lo ponía aún peor, él era su cable a tierra.

- Tenés razón Die. – Tomás dejó la cerveza y se tiró en el sofá.

- Bien, lo primero que tenemos que hacer son los papeles del divorcio, de eso me voy a encargar yo – Dijo Luis – Una cosa más, mañana necesito que vayas unas horas al local para atender al nuevo proveedor, lo atiendes y te vas. ¿ok? – Tomás asintió pero no tenía ganas.

- Yo me voy a encargar de buscarte una nueva casa, acá no podés seguir viviendo – Dijo Marce.

- Y yo me voy a ocupar de Santy unas horas por la tarde para que tengas tu espacio. – afirmó Diego.

- Gracias chicos, No sé qué haría si ustedes no estuvieran.

- Nada que agradecer, ¿Somos amigos o no? Ahora nos vamos, tratá de dormir, y ni se te ocurra tomar nada, te conocemos muy bien – todos Querían saber sobre Germán pero creyeron que no era momento para hablar de eso ahora.

- Gracias – dijo Tomás acompañándolos a la puerta para despedirse.

Cuando todos se fueron y entró a su casa, muchos recuerdos vinieron a su mente, esto no sería fácil, Marcelo tenía razón tendría que irse de esta casa, se acercó a la habitación de su hijo, verlo dormir lo llenó de paz. Aunque sabía que no duraría mucho.

A la mañana siguiente los dos se levantaron, Santy tenía la mirada perdida, no dió problemas para levantarse y los dos desayunaron sin decir una palabra, incluso el viaje en el auto estuvo muy silencioso, cuando lo dejó pidió hablar con la directora para comentarle la situación y pedirle que estuviera atento a cualquier cambio de él.

Cuando llegó al local vió en la puerta un cartel que decía que se necesitaba empleado, - Luis – Pensó, al entrar se encontró con Maxi y Luis, los saludó.

- Su café jefe.

- Gracias Maxi, ¿alguna novedad?

- Sí, ya hablé con tu abogado y la contadora por el tema del divorcio en una semana estará todo resuelto – dijo tranquilamente Luis, la mañana transcurrió con normalidad, Tom atendió el nuevo proveedor pero se reusó a irse.

- ¿Irme? ¿A dónde?, en mi casa solo hay un monton de malos recuerdo y mentiras – le había dicho a Luis

- Ok, entonces yo y Max nos vamos a comprar algo para comer – Diciendo eso los dos se marcharon.

Justo en ese momento la puerta del local se abre dejando entrar a un nuevo cliente que fue directamente a donde se encontraba Tomás.

- Hola Buenas tardes, vengo a comprar una computadora – Dijo con una gran sonrisa, Tom giró, lo miro y le dijo lo mas fríamente que pudo.

- ¿Portátil? – Germán lo miró por un segundo sin saber qué hacer, los ojos de Tom estaban completamente apagados, y su sonrisa simplemente no estaba, en su rostro se podía leer una sola palabra: tristeza. No podía entender cómo esa persona que se ruborizaba solamente con un "hola", o esa persona a la que se le llevaran los ojos con una chispa de emoción cada vez que lo veía, no estaba, todo eso ya no estaba, era como si estuviera delante de otra persona completamente distinta.

- Eh.. si.. La verdad entiendo poco y nada – Tomás lo miró, no podía creer a quien tenía enfrente suyo no provocara nada en él, en otro momento se hubiese lanzado o se hubiese vuelto un tonto, pero no, nada, ya esos ojos y esa barba eran tan pocos atractivas, ¿acaso ya había cerrado todo con él?, ¿o lo que había pasado había dejado huellas más fuertes de lo que creía?, ¿había perdido toda esperanza en los hombres? ¿Su corazón se había vuelto duro como piedra?, No, había un hombre o casi un hombre por el cual su corazón latía. Como si fuera magia la puerta del local se abrió dejando entrar a Diego y Santy.

- Papi- Santy se acercó a Tomás con una pequeña sonrisa en sus labios. Germán pudo ver que el niño traía el mismo semblante de tristeza, también pudo sentir la mirada de furia que venía del hombre que acompañaba al pequeño. Pero nada de eso le importó cuando vió el rostro de Tomás iluminarse y una gran sonrisa aparecer en su rostro, en ese momento se sintió celoso, él quería ser la razón por la cual sonría.

- Estas son nuestras opciones – dijo Tomás mostrándole una carpeta donde tenía todas las Computadoras, sacándolo de sus pensamientos.

- Quiero esta - Dijo apuntando una computadora al azar.

- Bien, ¿tarjeta o Efectivo? – Otra vez su mirada era inexpresiva, y eso molestaba a Germán.

- Tarjeta.

- Bien, por favor permítame tarjeta y Documento – Germán le entregó lo solicitado, al tomarlo Tomás se los quedo mirando pensativamente y sus manos empezaron a temblar – ¿Él también mintió? ¿Acaso todos los hombres del planeta tierra, del universo, de todas las dimensiones eran mentirosos, egoístas u oportunistas? – pensó – no, había uno que todavía no era un hombre completo pero era su razón de ser, se giró para mirarlo y lo vió peleando por abrir un paquete de galletitas, una sonrisa escapó de sus labios, que fue captada por Germán, que enseguida se giró para ver qué lo provocaba y al ver esa escena también sonrío, aunque se le borró enseguida al ver al hombre que lo seguía mirando con furia en su ojos.

- Muy bien, por favor firme aquí y ahora le traen la PC, que acaba de comprar. – Otra vez esa mirada ese trato frío, nunca había sentido a Tomás de esa forma, sabía que algo debía haber pasado, y él se encargaría de saber que pasó y solucionarlo, si fuese posible.

Tomando su nueva compra salió del local, desilusionado, había pensado que podía de una forma tomar revancha por lo de ayer, obligando a Tomás a hablar con él en lo que durara la compra de una innecesaria máquina que ni sabía prender. Él había obtenido ayuda de su amigo para poner sus perfiles en línea, mirando la computadora pensó – será un buen regalo – antes de seguir caminando miró devuelta al local y vió un cartel en el vidrio, sonrió con una idea formándose en su cabeza. Esperó en la vereda de enfrente que se vaya ese hombre con mirada de homicida. Al término de unos minutos vió como el hombre salía del local con Santy en brazos y aprovechando que no había nadie se metió devuelta al local. Cuando Tomás lo vió se acercó a él con el seño fruncido.

- ¿Le pasó algo a la máquina? – Apuntando a la PC que todavía tenía en sus manos.

- Eh, no. Vengo por el aviso en la puerta, el que dice que necesita personal. – Dijo con una sonrisa.

- Necesito un empleado, no un puto –dijo con una expresión totalmente seria – dame una buena razón para contratarte.

Germán se sentía insignificante al lado de Tomás y las palabras de este lo habían golpeado muy fuerte.

- Quiero cambiar – Fue lo único que se le ocurrió decir, esas palabras tenían algo de verdad.

Tomás lo observó por un momento y lo meditó en silencio. Podría ser una mala idea. Una mala decisión pero....

- Mañana te quiero a las 09:00 con todos tus documentos aquí, para armar tu legajo. Odio la impuntualidad.

- Sí Tom. – Dijo con una brillante sonrisa.

- Para ti soy jefe. ¿se entendió? – Tom no mostraba ninguna emoción en su rostros

Germán asisto sin decir una palabra más, no quería tentar mas a la suerte y pegando media vuelta se fue con una sonrisa.

Tomás se sentó y se dijo para sí mismo - ¿Qué acabo de hacer?

Al llegar a su casa se encontró con un Diego medio dormido en el sofá.

- Die, Die, despierta – Tom movió un poco a Diego para despertarlo.- ¿Dónde está Santy?

- Está es su cuarto, Tom vas a tener que llevarlo a un psicólogo está muy deprimido.

- Sí lo sé – dijo agarrándose la cabeza - es solo que todo esto me supera.

- Tranquilo sabes que contáis con nosotros – Dijo Diego con tono tranquilizador.

- Gracias por cuidarlo hoy.

- Mañana no puedo, ¿Cómo te vas a arreglar?

- Luis está de corrido mañana, ya próximamente contrataré a una niñera.

- Ok, Bueno me retiro, Santy es un santo,

- Gracias Diego! Te quiero amigo – Dijo con un fuerte abrazo.

Después de despedir a su amigo, Tomas Fue hasta la habitación de su hijo para encontrarlo pintando, el niño amaba pintar.

- Hola ¿Qué estas dibujando?- dijo sentándose a su lado, Santy a pesar de su corta edad dibujaba muy bien.

- A ti, - Dijo – Con una débil sonrisa

- Vamos a comer, mañana pasaremos toda la tarde tú y yo solos, ¿Qué te parece?

Al terminar de comer Tomás bañó a Santy y lo llevó a dormir a su cama, anoche el pequeño no había dormido del todo bien, Tom pensó que sería mejor dormir juntos.

Por la mañana ambos se despertaron con un poco mas de humor que ayer, después de dejar a Santy en el jardín él se dirigió al local, siempre llegaba un rato antes que todos los demás, grande fue su sorpresa cuando llego se encontró a Germán sentado en la puerta con dos cafés en la mano y una gran sonrisa, se había olvidado que iba a venir a trabajar

- Buen día jefe – saludó amistosamente – le traje un café, - Tomás lo miró y tomó su café.

- Para la próxima recuerda que a mí me gusta el café negro, y tiene que ser de la cafetería de la esquina. – dijo después de beber un poco.

- Sí, lo siento no sabía. – contesto un poco apenado

- Si no sabes algo no lo hagas, hasta saberlo – Dijo de mal humor – ¿Trajiste los papeles que te pedí ayer?

- Si aquí – le entregó un sobre gris con todos sus documentos.

- Sabes hay algo que no entiendo – Tomás dijo mirando el paquete – en aquel mensaje me dijiste que no tenias nada ni siquiera documentación, pero tienes dos departamentos, una tarjeta de crédito, un celular y quien sabe que cosas más, ¿me mentiste?

- Eh.... No.... Yo..... – Germán fue interrumpido por el ruido de la puerta.

- ¡Jefe! Buen día, le traje su café, como a usted le gusta – Dijo Maxi sonriendo a su jefe, y luego se dirigió a Germán - ¿Hola?

- Maxi, el es Germán estará a prueba unos días para ver si sirve. – dijo Tom tomando el café que Max le dió y tirando el de Ger. Germán miró furioso a Max, pensando que él era el primer obstáculo que debía eliminar para llegar a Tomás, Max al ver la mirada de Germán simplemente sonrío.

- Germán, ve al depósito, necesito que organices los juegos por Género, son más de 50 juegos, en media hora iré a controlarte. – Ordenó Tomás

- Asegúrate de cuando saques los juegos para ordenar, pases un trapito húmedo para limpiar el estante – Añadió Max con una sonrisa siniestra.

Germán subió al depósito y se encontró con una pila de juegos todos ordenados Alfabéticamente de la A a la Z. suspiró y se puso a limpiar. A la media hora exacta subió Tomás para ver cómo había progresado y se encontró con un Germán confundido tratando de decidir qué juego correspondía a qué género. Estaba tan concentrado que no notó su presencia.

- No avanzaste nada – dijo algo furioso

- Lo siento, no soy bueno con los juegos – Algo avergonzado confesó.

- Ordénalos de la Z a A. ¿Eso si podrás? – Dijo bajando devuelta al salón de ventas.

La mañana pasó bastante tranquila y Tomás se había olvidado de que Germán estaba en el depósito. En un momento subió a buscar un juego que le pidieron, al abrir la puerta casi se choca con Germán quedando a pocos centímetros uno del otro.

- Jefe, termine de ordenar, ¿Quiere que le haga algo más? – Dijo Germán de la manera más indirecta-directa posible, estaban demasiado juntos, ambos sentían sus propios corazones latir.

- Eh, a mi no, al local, sí. Necesito este juego – Tomás se alejó y entro al depósito.

- Está mal. Es difícil buscar un juego con este orden. Ordénalos de la A a la Z. – Ordenó y se retiró.

Germán suspiró profundamente tratando me mantener la calma. Al cabo de unas horas terminó de ordenar y bajó; al llegar al salón de ventas se encontró una escena que lo lleno de rabia, Maxi tenia puesta una mano sobre el hombro de SU Tomás y coqueteaba.

- Jefe, Terminé – dijo algo molesto

- Bien ya te puedes retirar, aquí tienes tu paga, mañana a la misma hora, y por favor sin café.

- Sí, sin café que para eso estoy yo – Dijo un sonriente Maxi.

Germán tomó el dinero de muy mala gana y salió del local sin saludar. Estando a varios kilómetros prendió su celular y al minuto de haberlo encendido empezó a sonar – clientes – Se dijo – Unos Pesos extra no me vendrían mal.- dijo mirando lo que había gana hoy, era la mitad de lo que él cobrada por una sesión de 40 Minutos, sin meditarlo más contestó y terminó concretando varias citas para lo que quedaba de la tarde.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro