Estar en este hospital es un rollo. Solo se me ocurre escribir, no tengo nada más que hacer. Cada 6 horas viene una bata a preguntar algo o a cambiar el suero y se va. Ese es mi único entretenimiento. Bueno, ese y el espía.

Estoy notando al espía de vez en cuando, es mi único visitante en el hospital jajaj. Me llama la atención porque ahora aparece 2 segundos y se va. Son las 5 de la tarde y en lo que va de día ya ha hecho acto de presencia unas 7 veces. Empieza a darme un poco igual lo del espía.

Cómo no tengo nada que hacer estoy intentando que venga el susurro pero no sé cómo hacerlo. Ahora sería el momento perfecto para estar en otro cuerpo...

Hasta escribir me aburre, lo siento gente...

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Estoy mirando desde la cueva. Parece que me encuentro a bastante altura, a unos 300 metros asomándome por lo que podría ser un acantilado. Sigo sin acostumbrarme a ese paisaje tan raro...

Hay unos seres moviéndose por abajo. Uno de ellos es el que estaba el otro día frente a mí, me da la sensación de que su nombre es Filgreim. Con él va un grupo de 6 personas, y algunos seres que no entiendo. Encabeza la fila una sombra que va flotando sobre el suelo, me recuerda a una nube de moscas. Tras eso va Filgreim, junto a un ser que parece más un pez que un perro. Los demás les siguen de cerca.

Caminan a ritmo lento pero seguro. Según el tramo se separan y en algunos puntos se vuelven a juntar. Me recuerda a una batida que hicimos para encontrar el perro de un chico de clase.

De pronto mis ojos se posan en un ser extraño que acaba de aparecer de debajo de un árbol, bastante detrás de la comitiva. En un acto reflejo, casi instintivo  me escondo con una respiración muy fuerte, casi asfixiada. Mi boca repite de manera descontrolada y en un susurro: Balgrin, Balgrin... Empiezo a sudar con la sensación de que es imposible que no me haya visto...

Supongo que Balgrin debe tener una vista muy desarrollada. Yo nunca hubiese tenido miedo desde esa distancia.

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Intento escribir los susurros justo cuando se producen, por eso los escribo así. Me siento todo un documentalista. Me acaban de traer la cena. Cena de hospital... Qué queréis que os cuente...

Por cierto, ahora que me acuerdo, Rastrojar, sobre lo que has escrito en los comentarios, que sepas que mamá nunca va a creer que Laura sea mi novia. Me voy a encargar de eso personalmente. Gracias por comentar pero te equivocas. Eso no va a pasar

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No pensaba publicarlo porque he ido escribiendo casi de manera aleatoria, pero sería un desperdicio haber escrito para nada, ¿no?

Jorge Misivo