Perdón, han pasado muchas cosas y llevo una semana sin pasar por aquí.

Os lo voy a contar todo por orden cronológico e intentando respetar lo que sentí en cada momento, desde la información que tenía.

Lo primero que os diré es que, me impactaron tanto las palabras de Silveria que intenté borrar su existencia. Pensaba que mi vida ya tenía demasiada complejidad como para añadir a una histérica a ella. Por eso dediqué mucho tiempo en intentar salir por mi mismo de los susurros. No tuve mucho éxito.

Silveria fue firme a su promesa de invocarme cada dos por tres y no supe cómo hacer para resistirme. Ha sido una semana muy dura por ese motivo. Como anécdota diré que mis padres ahora están pensando en llevarme a un médico de Barcelona. Me sorprende porque desde hacía 2 años no habían vuelto a intentar descubrir nada más sobre el susurro. Se habían acostumbrado a su presencia pero Silveria ha tenido que jugar con mi vida y otra vez el tema está abierto. Dicho por mi madre hace media hora: "Jorge, necesitas que un profesional te lo mire, ya ni siquiera puedes comer las lentejas tranquilo".

Pero vamos, que esto es casi anecdótico comparado con lo que ha pasado estos días

El martes vi a Fina y cuando empecé a sermonearla me dijo algo así como "para, para, para... ¿En serio? ¿Pero tú no eres una brecha? No entiendo de qué me estás hablando"

Después se fue muy rápido. Entenderéis mi estupefacción, ¿no? En ese momento pensé que simplemente era que había estado leyendo éste blog de Wattpad en secreto. Pero hoy por hoy tengo unas dudas serias sobre si en verdad es eso...

Otra anécdota es que en ese momento pasó Lucas cerca y debió escuchar a Fina porque empezó a decirme cosas como "no sé qué pretendías" o "no te hagas ilusiones". Pero vamos, para qué enredarse aquí en personas que viven en otro planeta.

Al ver que Fina se iba decidí seguirla. Estaba bastante intrigado. De no haber sido por Lucas hubiese ido todo sobre ruedas, pero con esos comentarios, seguirla directamente me hubiese hecho parecer un desesperado y para nada me interesa eso. Así que me fuí en la dirección contraria y, cuando nadie miraba, corrí dando la vuelta al edificio. Vi a Fina a lo lejos, se dirigía a la parada del autobús.

Mi única opción fue correr para subirme también. Aunque ese autobús me dejaba en la otra punta de la ciudad y no lo hubiese tomado en la vida. El problema vino al darme cuenta de que bajar en la misma parada que Fina se hacía demasiado evidente... Pero ya era tarde. O bajaba con ella o asumía que estaba tirando mi precioso tiempo a la basura. Así que lo hice.

Por supuesto, se dió cuenta y me miró, incluso, extrañada

-¿Qué haces aquí?

-Pues... -intenté buscar una excusa, hay gente a la que se les da muy bien, pero a mí no- mi tía vive por aquí...

Se quedó un rato más callada y luego dijo -Me estás siguiendo, ¿Verdad?

No supe que hacer, me dejó sin habla. Solo afirmé con la cabeza, como haría un niño de 4 años... Pero tenía bastante claro lo que quería, así que le pregunté

-¿Qué es lo que sabes de la brecha?

Me miró raro y me contestó -eso deberías descubrirlo tú. Hasta que no estés preparado decirte algo sería contraproducente- tras esto se fue casi corriendo por los callejones. No tuve oportunidad de seguirla, era demasiado rápida.

Tardé 40 minutos en volver a casa, 10 de los cuales, los pasé en el susurro. Por puro capricho de Silveria. No es nada cómodo sentarse en un bordillo cada dos por tres para que la gente no se asuste...

Al llegar a casa Laura me estaba esperando en la puerta. No pude disimular de dónde venía así que se lo conté. Mentir no es lo mío...

Me dijo con ese tono al que ya me empiezo a acostumbrar -No me lo podía creer al leer tu publicación de ayer, pero es que mirándote no hay duda... Eres el tío más terco, empanado y egoísta que he visto en mi vida. Si es que ni buscando en los casinos encuentro a alguien como tú.

Tu única preocupación es si vas a ir a una academia de bádminton o si vas a poder ir a la universidad. ¡DESPIERTA! Lo que te está pasando es importante, estoy segura, y si te hace perder un curso pues, ¡bendito curso que repites! No entiendo cómo puedes pasar de esta cosa rara que te sucede, de la que no puedes huir... No pongas esa cara, ¡NO!, NO PUEDES HUIR. Y pasas como si entendiese lo que está sucediendo pero no tienes ni idea.

Paró un buen rato de hablar como esperando a que su corazón volviese a latir normal. Durante ese rato tuve una idea

-Laura, ¿porqué no buscas información sobre esto? Sabes lo mismo que yo y eres bastante lista. Yo te prometo que responderé a cualquier pregunta que me hagas y lo haré de la manera más seria- Parece que le calmó un poco mi propuesta, es como si la estuviese esperando, por eso me respondió algo así como "No sé porqué me preocupaba" y se fue a su casa. Vive relativamente cerca

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Ahora no te llamo para molestar, te lo prometo. Mira... Te propongo un trato. Tú me ayudas con algo muy fácil para tí y yo te dejo en paz, palabra de Algar.

Mirando un poco más calmada las cosas y las pocas veces que he podido verte he descubierto que los símbolos que están en los libros de mi biblioteca son muy parecidos a los que veo en tu mundo. Creo que eres capaz de entenderlos.

El trato es el siguiente, tú lees y me cuentas qué dice, cuando hayas hecho esto te dejo en paz para siempre, ¿Está bien así?

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Me sorprendí mucho al descubrir que ella no podía entender los libros. Ahí entendí muchas cosas. Os digo que estuve de acuerdo desde el primer momento, el problema fue que no sabía cómo hacer que ella viniese. Por lo que pasadas unas horas me echó otra bronca. Pero vamos, no es necesario que os la cuente.

Se plantó en mi cuerpo un día que acababa de darme un golpe en el meñique del pié, estando en mi casa. Por poco se me olvida el decirle que aceptaba la propuesta. De no haberlo hecho estoy seguro que volvería eso de las invocaciones eternas y a todas horas. Acordamos que iríamos leyendo una vez al día. Le pregunté también cómo hacía para invocarme, porque yo no lo conseguía nunca. Después de esto desapareció.

La verdad es que me sentí muy bien después de haber forjado ésta alianza
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Jorge, voy a mirar la estantería y fíjate bien en el libro que quieres que coja. Luego me haces ir y me lo cuentas y así empezamos.

Para hacerme ir solo tienes que relajarte y decir "ven". No era algo tan difícil...

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Volví en mí e hice eso de relajarme. Funcionó

Mañana seguiré contando que sino me va a quedar un post demasiado largo.

Gracias por leerme

Jorge Misvo