31.01.23. Damián
–¿Eres tú Jeorán?
El lugar está separado de cualquier otro sitio. La luz es como últimamente, una luz tililante. Sylveria por lo visto ha estado recorriéndo la ciudad de Nielgar buscándole. No ha debido tener mucha suerte porque esa ciudad queda atrás y apenas puede distinguirse entre las distintas penumbras del paisaje
La figura que tenemos enfrente no responde, nos mira y calla. Da un poco de miedo. Tiene las cejas caracterisiticas de todos, aunque las suyas son azuladas. Su ropa (por llamarlo de alguna manera) muestra cierta dejadez. No por lo rota, que eso sería imposible, sino por lo descontextualizada. Su color es como de un tinte grisáceo, como muerto.
–Llámame Damián más bien, algunos me identifican con ese nombre pero solo es un nombre
–¿Eres de Sevilla?
En ese momento la luz del otro se ha alterado, saca instantáneamente su gorn y se lanza contra Silveria. Ella es bastante rápida, con el gorn en los pies se lanza contra un peñasco que está a unos tres metros. Luego después de un movimiento rápido se impulsa en otro ángulo hacia otro cercano, fuera de la vista de Damián. Mientras hace esto se recubre de gorn por todo el cuerpo y le da color ocre camuflándose con el resto del peñasco. En un momento, al ver sus manos, descubro que ha replicado y armonizado con el entorno incluso el tililar de la luz.
Damián no ha sido capaz de saltar a la par que Silveria por lo que al perderla de vista ahora se ha quedado parado buscando.
Está en el primer peñasco, atento a los sonidos e intentando ver. De alguna manera se lanza hacia nosotros como una aguja embiste un roto. Me sorprende la agilidad de Silveria. Dando una media voltereta le esquiva y mientras cae se empuja con el muro usando un gorn azulado, casi chispeante. Sale como propulsada, con tanta fuerza que para caer necesita estendre un gorn amarillo en forma de pértiga, que absorbe todo el golpe.
Está claro que Silveria es más ágil que Jeorán. Parece que eso le da la confianza suficiente para detenerse en una ladera del monte y hablarle.
-Llevo buscándote lo que solo saben las luces y lo único que haces es intentar matarme ¿Qué te pasa?
No se detiene... Pero por suerte le falta mucho para llegar al nivel de Silveria. Mientras esquiva y mantiene la distancia Silveria le dice
- mis amigos han conocido a tu madre.
Allí sí que se detiene en seco. Petrificado, parece que no sabe cómo reaccionar. Al final pregunta
-¿Qué queréis que haga?
-Hablar, de momento basta con eso... Sin usar el gorn. Por supuesto. –dice Silveria– pero mejor si nos sentamos allí, en esas rocas que sobresalen de la montaña.
...
-Lo primero, ¿porqué me has atacado? Y otra cosa, estoy hablando con Jeorán o con Damián?
-Te he atacado porque es la manera más rápida de estar seguro. No eres la primera persona que me busca pero sí la primera que me amenaza con hacerle daño a mi madre
-yo no te he amenazado con nada de eso. Solo te he contado un hecho. También he visto el cuerpo de Damián enchufado a unos tubos transparentes en una cama de hospital
-Jeoran y Damián son dos nombres para referirte a mi, somos el mismo ser en dos cuerpos.
-¿Me dirás qué tienes el control del cuerpo de Jeorán ahora mismo? No, ¿verdad? ¿Le estás poseyendo?
-No pero casi, pensamos las mismas cosas, si se puede decir así. Vemos y sentimos lo mismo y actuamos como uno solo
-mi par y sus amigas por casualidad dieron contigo en Sevilla hace ya algunas semanas. Hablaron con tu madre y te vieron en el hospital. Le prometimos a tu madre que te ayudaríamos. ¿Porqué estás haciendo ésto?
-¿Haciendo qué? ¡Porque prefiero estar aquí que en esa casa de gente pirada! ¿No te parece lógico? ¿Prefieres estar en un internado en el que te han metido por la cara a estar haciendo compañía a tu otro yo a quien le buscan y persiguen cuadrillas de Greincels por todos lados?
-ya veo... –continúa Silveria- Mira, yo soy la brecha, no he venido aquí para hacerte nada sino más bien para conocerte. Somos muy pocos y creo que nos vamos a necesitar. No pongas esa cara. Algo sabes porque en tu casa encontraron un libro que habla mucho del tema. Lo primero: no puedes vivir así. ¡Te están dado de comer con tubos! Te recomiendo que vuelvas a tu cuerpo y hables con tu madre. Te has pasado de la raya. Luego hablaremos.
-Jeorán, cuando se haya ido avísame. Hasta entonces miraremos este paisaje tan poco inspirador. A y no, dudo que seáis el mismo ser. Si yo fuese Jorge entonces no saldría de la cama...
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Acaba de llamar la madre de Damián. Fina dice que ya se ha despertado y que cuando pueda contactará con nosotros os avisaré cuando pase.
No sé cómo lo ha hecho Silveria pero no he podido escuchar nada de su conversación con Jeorán... Tendré que ponerme un poco firme con ella. A estas alturas los secretos no nos sirven demasiado la verdad...
Gracias por estar allí. Si se os ocurre algo no dudéis en decirlo please.
Nos vemos en el siguiente post
Jorge Misivo.
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