76
Los días posteriores, fue exactamente igual. Clark pasaba por ella para irse juntos a la Universidad y luego pasaban a comer a alguna parte.
Pero la tarde del jueves, en vez de hacer lo rutinario con él, Hannah armó planes para Skyler y así pasar juntas lo que quedaba del día.
Tanto Clark y Dexter se mostraron huraños y finalmente se dieron por vencidos al ver la tenacidad y voluntad de la rubia.
-Tarde chicas. Ustedes no pueden acompañarnos-anunció Hannah, llevándose a Skyler en dirección a su coche.
Clark les dijo "adiós" con la mano mientras con la otra agarraba el hombro de su amigo, quién deseaba correr tras ellas.
Abordaron el vehículo y desplazándose fuera del estacionamiento de la Universidad, Skyler les dijo adiós a los chicos.
Hannah Roberts conducía de una manera alocada pero a la vez precavida.
El Instituto estaba a casi 40 minutos de la ciudad y ella llegó en 20, teniendo así a la norteamericana con los nervios de punta. Se había aferrado tanto al asiento, que sus dedos crujieron al soltarse.
La rubia condujo por la ciudad, eligiendo a dónde ir y pasar la tarde.
-¿Qué se te apetece comer?-le preguntó.
-Lo que tú gustes.
-No, no. Necesito opciones-chasqueó la lengua-a mí me gusta la comida oriental, pero no sé tus gustos.
-No tengo gustos en particular, simplemente como cualquier cosa, excepto platillos que contengan cebolla, ajo o pepinillos.
-¿Has probado alguna vez el llamado "calamar bailarín"?
-Eh, no. Los mariscos tampoco me agradan del todo.
-¡Yo también los detesto!-exclamó emocionada-y ese platillo del calamar es lo peor que puede haber en el mundo. Los asiáticos comen vivos a los animales y creo que por eso Dios ya nos quiere asesinar-añadió con pesar y se acomodó rápidamente los rubios mechones de su cabello detrás de las orejas.
-Los asiáticos son algo extraños, aunque no todos. Los coreanos y tailandeses son fabulosos-dijo Skyler riéndose.
-¿Te gusta el K-Pop y los doramas?-Hannah volteó a verla como la niña del exorcista, sin importarle ir a toda velocidad y haber apartado la vista de enfrente.
-Me gusta el anime, los doramas y una que otra canción de EXO-se ruborizó.
-¡Eres de las mías! Ninguna otra chica que conozco le gusta lo mismo que a mi y es por eso que opto por no tener amistades. Dexter logró entrar a mi corazón con mucho esfuerzo; pero tú no.
-¿A qué te refieres?
Hannah ensanchó aún más su sonrisa y aminoró el paso.
-Yo soy muy selectiva desde pequeña. En mi vida solo he tenido alrededor de dos personas a las que podría considerar amigas, y hasta eso, me distancié de ellas a partir de la Universidad porque ya no me interesaba seguir con esa "amistad"-hizo comillas con los dedos de una sola mano y rodó los ojos-y eso ocurre también con los chicos. He tenido tres novios, y Dexter es el cuarto. Él entró a mi vida inesperadamente-explicó-al principio no me agradaba. Pero logró enamorarme con sus buenos tratos y dulces palabras y me encanta ver que no solo se portó así para conquistarme, ya que su carácter y personalidad es así. Sin embargo, tú, Skyler Newton, apenas nos hemos visto como unas cuantas veces y ya te considero una amiga, una amiga de hace tiempo y es algo descabellado. No tratas de impresionarme; ni tampoco de caerme bien; simplemente eres fabulosa por naturaleza.
-Oh, la verdad, no sé que decir-se sintió acalorada. Y era inevitable no sentirse así, cuando una chica hermosa la estaba halagando de esa manera.
-Sólo aceptar ser mi amiga y me doy por satisfecha-agregó la joven rubia de ojos muy hermosos con una suave sonrisa.
-Claro, aunque pensé que ya lo éramos.
Hannah Roberts se mostró complacida y se aventuró a las calles más transitadas de Vancouver con la finalidad de hallar el sitio perfecto.
Finalmente, aparcaron en el estacionamiento del centro comercial. El día estaba maravillosamente bien para disfrutarlo. Habían nubes pero el sol brillaba con intensidad.
Deslizándose fuera del vehículo con total elegancia propio de Hannah, ayudó a Skyler a bajar y cerró la puerta con ella, para luego ponerle la alarma.
Ambas bajaron únicamente sus carteras y dejando sus mochilas en el interior.
Cohibiendose por la belleza de su amiga, decidió caminar con el rostro inclinado hacia abajo para despistar.
-¡Ya estamos aquí!-chilló Hannah, sobresaltando a Skyler. Tenía los brazos extendidos y daba saltitos divertidos sobre su eje-¿a dónde vamos primero? ¿buscamos un sitio donde comer y luego vamos a dar una vuelta o al revés?
-Sería mejor comer antes, ¿no crees?-sugirió Skyler de hito en hito, siendo cuidadosa con las palabras.
Entonces la rubia sin ningún tipo de pena, la tomó de la mano y la instó a caminar, provocándole así un cierto rubor. No estaba acostumbrada a tomarse de la mano con una chica y menos si esta era una hermosura.
Pero sacudió sus pensamientos, pensando que quizá, entre amigas era de lo más normal.
-Mientras inspeccionamos donde comer, cuéntame, ¿cuántos novios has tenido? Asumo que muchísimos-dijo risueña.
Skyler se quedó de piedra ante su cambio radical de tema.
-Ah, pues solo uno. Demian Say, pero ya no somos nada-respondió y se encogió de hombros.
-Espera, ¿Qué?-se detuvo para mirarla-¿cómo que solo has tenido un novio?
-Sí. Solo uno-balbuceó.
-No lo puedo creer-entornó los ojos-pero si eres muy hermosa y tanto Clark y ese rubio, Aiden, están tras de ti.
-Tal vez a los canadienses les parezco una belleza, pero en mi país me veían como una aberración, sin contar que tenía demasiados kilos de más-confesó.
-Tonterías-gruñó la rubia con molestia-en serio que deben estar ciegos. Aparte de bellísima, tu personalidad es estupenda.
-Solo Demian se dio cuenta de ello-añadió con pesar-y ahora lo perdí para siempre.
-Linda, no es el fin del mundo. Demian fue afortunado en darse cuenta primero de lo valiosa que eres y solo el tiempo dirá si tu destino es volver con él o quedarte con Aiden o Clark; o algún otro chico.
-O quizá sola, quién sabe-suspiró.
-¡Arriba ese ánimo! Y dejemos por la paz ese tema y comencemos con este "¿Qué parte del cuerpo te gusta que te besen cuando haces el amor?"
Skyler, petrificada, anonadada, estupefacta y un poco horrorizada, miró a Hannah con la boca abierta mientras ella soltaba una risita.
-¡Deberías ver tu cara!-canturreó la rubia-estás roja como un jitomate.
-Es que esa pregunta me tomó por sorpresa-parpadeó, aún ruborizada.
Seguían agarradas de las manos en medio del centro comercial. Las personas pasaban junto a ellas y reparaban solamente en Hannah Roberts, lo cual era demasiado obvio.
-El cuello-dijo Skyler, manteniendo la seriedad.
-¿Qué?-Hannah paró de reír.
-El cuello. Me gusta que me besen el cuello al momento de, ya sabes...
-¡Oh!-la risita volvió a ella-que pícara eres.
-¿Y a ti?-contraatacó Skyler con una sonrisa maliciosa.
-Los senos.
Y nuevamente Skyler quedó pasmada ante la respuesta sin vergüenza alguna de la rubia.
-Estoy sin comentarios en este momento...
-¡Ay! Pero si es muy emotivo y placentero, ¡A qué si!
-Si tú lo dices...-ocultó una sonrisa y la rubia la pilló.
-No tiene de malo decir lo que te gusta. Es decir, ¿Qué hay con que nos guste que nuestros chicos nos besen ahí?
-No estoy acostumbrada a hablar de ese tipo de cosas; aunque literalmente no tenga absolutamente nada de malo.
-Conmigo podrás hablar abiertamente de cualquier cosa, tengo la mente suficientemente abierta como para sorprenderme-le informó-y además, quiero que me tengas confianza.
Se detuvieron en pleno centro comercial sin soltarse las manos.
-Ten por seguro que así lo haré-le aseguró con una sonrisa.
-Skyler, me encantaría salir más días contigo-dijo y a continuación, la abrazó cariñosamente.
Comieron comida tailandesa en uno de los locales del área de restaurantes de ahí y se la pasaron charlando de todo un poco; y a decir verdad, a Skyler le resultó benéfico salir a comer con una chica de su edad, ya que no estuvo sopesando respuestas, y simplemente fue ella misma.
Hannah la llevó al departamento de Eros y se despidieron afectuosamente.
-La próxima semana también salimos, ¿sí? O vienes a mi casa-propuso la rubia.
-Claro, como tú gustes-sonrió.
-¡Debes decirme lo que piensas, eh. Yo no puedo adivinar si te parece buena idea o no-la regañó-porque no quiero que te sientas incómoda.
-¡En lo absoluto! Estoy encantada de salir nuevamente contigo a donde sea y no importa si es a alguna parte de la ciudad o a tu casa-exclamó Skyler-y si yo no te digo más, es porque soy muy tímida y me quedo sin palabras.
-Conmigo vas a perder esa timidez, chica-sentenció y se puso el cinturón de seguridad-ahora entra en casa, porque está comenzando a helar. Yo esperaré hasta que estés dentro.
Asintiendo, Skyler se encaminó al porche y abrió la puerta. Le dijo adiós con la mano y la hermosa rubia se marchó sonriendo en su coche.
Al dar un paso al interior, la felicidad que había sentido en todo el día se esfumó y volvió a sentirse sola.
La ausencia de Eros la estaba matando poco a poco.
Planeaba ir a visitarlo la siguiente semana y aminorar la soledad que resentía.
No obstante, recordó que ese mismo fin tenía un asunto pendiente que atender con Clark y era pasar los dos días juntos.
Se fue desponjando de su ropa, mochila y demás para entrarse a duchar con agua caliente.
Se vistió con una suave piyama y después conectó su teléfono a cargar.
Las fotos que Hannah había tomado con ella eran muy fabulosas, por lo que decidió subirla a su perfil de WhatsApp. Y enseguida leyó un mensaje por parte de Clark, que tenía horas de habérselo enviado.
"Jodi se puso mal. Mis padres y yo fuimos a verla y creo que volveremos el domingo a casa. ¿Podríamos dejar el fin de semana juntos para la otra semana? Por favor, no te enfades. Esto está fuera de mis manos y no puedo abandonar a mi hermana en ese estado. Y lo que me preocupa es que no podré llevarte a la Universidad mañana. Responde cuando leas el mensaje. Te quiero".
Sorprendida y preocupada, le contestó de inmediato.
"No te preocupes, Clark. La salud y bienestar de Jodi es más importante. Y descuida, nuestro fin de semana juntos sigue vigente. Y en cuanto a irme a la Universidad, llevaré el Jaguar de Eros. Así que tú centrate en tu familia ahora."
Envió el mensaje y dejó por la paz el aparato.
Se tumbó en la cama con la vista al techo y aspiró hondo, para luego dejar escapar el aire de sus pulmones con dramatismo.
Y sin pensar en nada más, quedó profundamente dormida hasta la mañana siguiente.
Se levantó justamente al principio de la alarma y con flojera comenzó a alistarse.
Desayunó el nuevo cereral de toda la despensa que había comprado y buscó las llaves del Jaguar negro.
Las halló en su sitio y fue al garaje a verificar si tenía gasolina. Y una vez decidida a llevárselo; abrió la enorme puerta automática y se dirigió a la Universidad con cautela, encendiendo el GPS para no extraviarse.
Llegó puntualmente y se encontró con Dexter y Hannah en el estacionamiento.
-¡Por aquí, Skyler!-gritó la rubia, moviendo los brazos como banderas mientras Dexter sonreía junto a ella.
Se estacionó perfectamente y descendió del Jaguar con la mochila en los hombros, lista para afrontar el último día de la semana sin Clark.
-Pensamos que vendrías con Clark-asumió Dexter, saludandola con un beso en la mejilla después de su novia.
-Él tuvo un asunto familiar que atender, Jodi, ya sabes-contestó sin entrar en detalles y la pareja asintió con preocupación.
-Bien, entonces vamos a clases-arribó la joven rubia con mucha energía e incluso se soltó de Dexter para agarrarse de la mano con Skyler, dejándolo perplejo.
-¿No quieres que Skyler y yo vayamos a dejarte a tu salón? Ella y yo estamos juntos en clase-sugirió.
-No, amor. Vamos a dejarla a ella primero-replicó su novia sin mirarlo si quiera.
Las dos chicas comenzaron a andar tomadas de las manos y Dexter las siguió como un guardaespaldas confundido; y a la vez feliz de ver a su novia haciendo amigos, o bueno, haciendo su nueva mejor amiga por primera vez en su vida.
Llegaron al salón reubicado y Hannah espetó pacientemente a que Skyler dejara sus cosas en su pupitre y Dexter colocó su mochila a lado.
-¿Por qué no nos sentamos afuera? El clima está muy delicioso hoy-le oyeron decir a Hannah.
-Está un poco nublado-dijo Skyler mirando el cielo y notó la incomodidad de Dexter al bajar la mirada y encontrarse con la suya, la cual estaba irascible -¿tú qué dices, Dex?
-Está estupendo, como para hablar con sus parejas, ¿no crees?-le lanzó una indirecta a su chica, pero esta continuó absorta mirando a Skyler.
Por su parte, la norteamericana le dio un leve codazo a la rubia y esta salió del ensimismamiento.
-Perdón, ¿decías algo, amor?-se volvió a Dexter.
-Te voy a ir a dejar a tu salón, Hannah. Vamos-y sin dudarlo, y con autoridad, la tomó de la mano libre y tiró de ella hasta hacerla soltar a Skyler a regañadientes.
-¿Por qué te estás comportando como un imbécil?-le ladró ella.
-¿Cómo imbécil?-replicó él con ironía y rodó los ojos-dímelo mejor tú.
-No entiendo de qué estás hablando, Jackson-musitó la chica roja de coraje y miró a Skyler con vergüenza-lamento que estés presenciando esto, cariño.
Skyler los observó con desasosiego y se sintió mal por Dexter. Estaba consciente de que, Hannah se hallaba muy distante de él y no era lo correcto; puesto que era su novio y necesitaba su atención.
-Mejor hablen tranquilamente los dos. Yo estaré adelantando una tarea para el lunes-dijo con incertidumbre, intentando solucionar las cosas de una manera accesible y rápida.
-No, no te preocupes-la tranquilizó Hannah, aunque lo que menos quería Skyler era que eso ocurriera. Ella deseaba que estuvieran juntos y no separados; y mucho menos por su culpa.
Miró como la rubia intentó zafarse de la mano de Dexter y tragó saliva.
-Hannah, debes estar con él. Y hablar-musitó Skyler-yo estoy en contra de este tipo de cosas. No quiero ser la razón para que discutan.
El rostro de la joven rubia palideció al escucharla.
-Pero no estás provocando nada, Skyler...
Y por consiguiente, Skyler dio media vuelta y entró al salón sin mirar atrás.
Ocasionar problemas era su maldición e iba a evitar a toda costa continuar haciéndolo.
Por el rabillo del ojo; alcanzó a ver dos siluetas en la puerta y luego se marcharon.
Decidió perder el tiempo con su teléfono y resopló.
Al cabo de diez minutos, sintió la presencia de Dexter a su lado y a los dos minutos llegó el profesor.
La clase comenzó con aparente normalidad y no se atrevió a mirarlo siquiera. Tenía cierto temor.
-Hagan equipos por parejas, por favor, y resuelvan las páginas 300, 302 y 307-ordenó el docente.
Y en menos de un minutos, ya todos estaban emparejados, excepto Dexter, Skyler, un chico llamado Gavin y una chica llamada Sarah.
Skyler, por su parte, se revolvió incómoda en su asiento y levantó la mano con timidez.
-Yo aún no tengo pareja-expresó y varios chicos de la clase comenzaron a decirle cosas como"con gusto soy tu pareja, cariño" o si no "ven aquí, hermosa, estoy disponible", a lo que ella respondió con el gesto de rodar los ojos llena de exasperación.
-Yo tampoco-dijo la chica de nombre Sarah.
-Menos yo-acotó el tal Gavin con recelo. Sus mejores amigos lo habían dejado fuera-y tampoco Dexter-señaló al chico que ni si quiera se molestó en anunciar su soledad.
-Bueno, entonces Gavin y Sarah unanse y Skyler y Dexter también-sentenció el docente con determinación y nadie protestó.
Enseguida los otros dos chicos acercaron sus sillas y comenzaron a trabajar.
Skyler se mordió el labio inferior, debatiendose en acercarse ella primero o huir de ahí. Y cuando pensó en la segunda opción, vio a Dexter acercarse su silla y luego arrastrar la suya con ella encima hasta quedar muy cerca.
-Hablé seriamente con Hannah, Skyler-arribó con voz profunda. No había rastro del tono divertido que solía emplear al hablar y ella se sintió intimidada al recordar la frase de "Hay que temerles a aquellos que siempre están alegres al momento que se enfadan." Y alejó esos pensamientos-y francamente me comporté como un imbécil celoso. Ella ni yo estamos acostumbrados a esto, ¿sabes? Nunca había sentido tantos celos de alguien en mi vida. Y tampoco ella experimentado la amistad sincera. Así que te pido una disculpa por actuar de esa manera tan infantil y patética.
Boquiabierta; escuchó hasta la última palabra del chico y parpadeó varias veces sin dejar de mirarlo. Él levantó la cabeza y la miró fijamente a los ojos.
-Discúlpame, Skyler. Sabes que te aprecio y sé que eres una chica fantástica; pero me dejé llevar.-su mirada se volvió suplicante.
-No te disculpes, ¿sí? Fue mi error...
-¿Qué error?-la interrumpió-no hiciste nada para que me portara así.
-Tal vez no debí aceptar salir con ella ayer...
-Tonterías. Cualquiera se vuelve loco por ti y Hannah no fue la excepción.
Ruborizada por aquel cumplido por parte de Dexter; asintió sin saber qué decir.
-Hannah me hizo ver que estaba actuando paranoico y arreglamos las cosas como personas civilizadas, y es por eso que quiero arreglarlo también contigo, ¿aceptas?-dijo, mirándola y ella notó como poco a poco el rostro del chico se iluminaba de diversión y el fantasma de una sonrisa asomó a sus labios.
Él extendió su mano a ella en son de paz y Skyler se la estrecho de vuelta.
-Lamento interrumpir sus señales de paz-interpuso el profesor, provocando un sinfín de risas de los demás. Dexter y Skyler enrojecieron de vergüenza-pero ya casi va a terminar la hora y si no hacen los ejercicios, ya no se los recibiré mañana.
Los jóvenes asintineron y sacaron lo necesario para ponerse manos a la obra.
Tiempo después, a la hora del almuerzo, Dexter se preparó para ir en busca de Hannah y se volvió hacia Skyler para invitarla a ir con ellos.
-No. Estoy bien, Dex-se rehusó a acompañarlo. No quería problemas-de hecho, ando leyendo un libro buenísimo y me apetece estar sola una rato.
-¿Segura?-elevó una de sus cejas con interrogación.
-¡Segura! Mira-le enseñó el libro de El Cementerio de Mascotas de Stephen King en pdf en su teléfono.
-Está bien. Vuelvo en veinte minutos-le avisó y se alejó por los pasillos, dejándola sola.
Acompañada únicamente de su soledad, empezó a leer el libro de Stephen King y quedó absorta por un largo rato; hasta que sintió la presencia de alguien que se deslizaba en la misma mesa que ella sin preguntar.
-Hola.
Incapaz de creer que se tratara de esa persona, volteó el rostro con hostilidad y frunció el ceño.
-¿Se te ofrece algo, Joanna?-le preguntó lo más suave posible.
La chica, que yacía sentada a su lado, esbozó una extraña sonrisa que la dejó helada.
-Se me ofrece hablar de Clark-contestó de la misma manera, pero había demasiado veneno que no pudo disimular tan bien.
-¿Qué hay con él?-colocó nuevamente su atención en la lectura.
-Estoy enferma-dijo de pronto.
Skyler se detuvo de leer y la miró con incertidumbre. ¿Qué tenía que ver su enfermedad en la conversación?
Y cómo no sabía que decir al respecto, se mantuvo en silencio, sin dejar de mirarla con el ceño fruncido.
-Estoy a punto de volverme loca y es por tu culpa. Ahora tengo que pasarme todo el maldito día tragando pastillas; muy medicada para no tener algún tipo de rabieta que pueda dañarme.
-¿Por qué supones que es culpa mía tu estado de salud?-le espetó. Aunque realmente Skyler también pensaba que tenía la culpa pero no iba admitirlo frente a Joanna.
Ella se acomodó el largo cabello negro en una cola de caballo desarreglada y le envió una mirada lacerante con sus llamativos ojos azules, fríos como un témpano de hielo.
-Desde que llegaste a la vida de Clark, destruiste la mía. Yo lo amo como no tienes idea. Él es todo lo bueno que tiene mi vida y me lo has arrebatado completamente. Ni si quiera lo conoces del todo; nos conocimos primero-musitó, con los dientes apretados-nos amabamos como no tienes idea.
-En eso, claramente te equivocas-le contradijo con amargura-quizá se conocieron en persona antes; pero yo conocí a Clark desde hace más de un año a través de instagram y me enamoré primero de él.
-¿Y eso qué? A ti ni si quiera te hacía caso.
-Bueno, pero ahora sí, ¿no?-sonrió con cinismo-hizo falta verme una sola vez para enamorarse de mí y olvidarse por completo de ti;¿Y dime, dónde quedó el amor que se tenían?-se burló de la manera más cruel, provocando que a Joanna se le inundaran los ojos de lágrimas-si el amor que tuvieron hubiese sido genuino, Clark todavía estuviera contigo a pesar de mi presencia en este país. Y si él vuelve contigo pronto, es porque yo se lo pedí. Agradece a tu enfermedad, porque de ser lo contrario, él se quedaría a mi lado.
En ese momento, Skyler no estuvo consciente de lo hiriente y perra que se portó porque le hervía la sangre y tenía la cabeza caliente.
Recogió sus cosas y abandonó la cafetería. Ni si quiera vio a Joanna por encima del hombro.
Estaba muy molesta y no se dio cuenta que había destrozado el corazón de esa chica en mil pedazos.
Regresó al salón reubicado y ahí recapituló lo que había ocurrido hacía unos minutos atrás.
"Yo no busqué problemas. Ella lo hizo y no tuve la culpa" se dijo a si misma una que otra vez hasta que de pronto terminó la hora del almuerzo y todos entraron al salón.
-Hannah te envía esto-oyó la voz de Dexter y alzó las cejas al ver el pequeño llavero de Revólver que había depositado en el pupitre-me ha dicho que Clark le comentó hace unos días que tú amabas a los criminales y por eso te compró esto.
Asombrada, agarró el llavero y lo contempló. Estaba muy lindo.
-Es muy hermoso. Dile que muchas gracias.
-Se lo diré-aseguró-y mira que me dio a mí.
Skyler rompió a reír al ver el llavero de este:un pollito amarillo y en el pecho había unas letras que decían "te amo".
-Que bello. Es adorable.
-Y me siento tan patético por haber peleado-se sonrojó, atesorando su llavero.
-Y yo me siento tan patética de haberte dado motivos de pelear.
-Somos amigos, Skyler. Eres el crush de mi mejor amigo, así que siéntete afortunada.
Skyler sonrió ante sus palabras y después la sonrisa se desvaneció de manera rápida.
-¿Qué sucede?-le preguntó él.
-¿Qué sucede de qué?-le volteó la pregunta con dejo de nerviosismo.
-No te conozco muy bien, pero estoy seguro que algo te ocurre. Y quiero que sepas que estoy disponible para ayudarte-le palmeó el brazo con suavidad.
-¿Crees que el profesor no se dé cuenta de que estamos hablando de otra cosa y no poniendo atención?-susurró, mirando al docente que pasaba lista sin hablar, solo los miraba y les ponía asistencia.
-No. Lo conozco desde hace tiempo y siempre es despistado. Mejor cuéntame que pasa-la tranquilizó.
Asimismo, Skyler le contó absolutamente toda la conversión que tuvo con Joanna y Dexter la escuchó con suma atención.
Los dos fueron muy cuidadosos al charlas, puesto que el profesor estaba al acecho.
La anécdota concluyó justamente cuando acabó la clase y ahí lograron dialogar con mayor fluidez.
Vigilaron que el docente estuviera fuera del salón para poder hablar.
-¿Y qué piensas al respecto?-le instó ella al ver que él se había quedado sin habla, mirándola.
-Eh, es complicado, Skyler-hizo una mueca-entiendo que Joanna sea desagradable, pero con eso que me contaste que, tiene inicios de esquizofrenia, y que es lo que la hace actuar así, debiste medir un poco más tus palabras.
-Ella fue quién me buscó pelea-se defendió.
-Eso lo sé. Pero si sabías de su enfermedad, debiste alejarte. Ignorarla.
-Lo tengo más que entendido, pero sus palabras hicieron detonar una bomba en mis entrañas y le dije todas esas cosas. Créeme que no me siento bien-suspiró y lo miró con recelo-¿se lo dirá a Clark, no?
-Efectivamente-asintió su amigo y este le agarró el brazo-pero no te preocupes, si Clark se molesta; yo entraré en tu defensa. Porque sé que Joanna va a contar lo que pasó a su manera, poniéndote en mal, como siempre.
-Te lo agradecería muchísimo.
-No, yo te agradezco que me lo contaras-le acarició la cabeza con diversión-ahora, ¿Qué te parece si te invito una soda?
-¿Ahora mismo?
-Sí. Solo queda esta hora de clase y no es tan importante.
-No creo que sea buena idea...
-¡Anda! Vámonos y de paso, esperamos a Hannah para que nos vayamos a casa.
-Pero...-se sintió intimidada al notar las miradas de todos sobre ellos. Algunos habían cogido rápidamente sus mochilas y echado a correr a los pocos segundos de que el docente se marchó y no les quedaba mucho tiempo.
-Si nos regañan, me echaré la culpa-le prometió.
Y cinco minutos más tarde, los dos amigos se hallaban corriendo hacia la cafetería con sus mochilas en los hombros.
Se sentaron a una mesa y compraron dos latas de soda.
Dexter Jackson era como Clark Ravel en el ámbito de infundir confianza y ánimos en todo. Y se sintió bien al estar con ese chico.
Lo que ella necesitaba eran personas a las que pudiera llamar amigos de verdad.
-No te bastó destruir mi vida y la de Demian, ¿verdad? Ahora quieres destruir la vida de Hannah Roberts al querer enrededarte con Dexter.
Simultáneamente volvieron el rostro hacia Joanna y percibieron una locura excesiva en sus ojos azules.
-Por el amor de Dios, Joanna, ¿de qué demonios estás hablando?-la confrontó Dexter con molestia.
-No dejes que ella se te meta por los ojos, Dex. Te va a separar de Hannah y luego te romperá el corazón-continuó diciendo con seriedad y los puños cerrados a sus costados-Skyler solo sabe jugar con los sentimientos de todos, no solo de los chicos. Y por tu bien, aléjate.
Skyler hundió el rostro entre sus brazos puestos sobre la mesa de la cafetería para no tener que lidiar con ella y sus acusaciones verdaderas.
Por lo tanto, Dexter pareció claramente enfadado por sus palabras.
-Escucha, Joanna. Clark es mi amigo y por consiguiente, Skyler también lo es. Ni ella ni yo pretendemos involucrarnos sentimentalmente porque somos colegas. Ella tiene a Clark y yo tengo a Hannah. Agradezco tus intenciones, pero no me interesan-dijo con voz trémula-y te agradecería con el alma que nos dejaras en paz.
Joanna se mordió los labios y se acomodó algunos mechones de cabello hacia atrás.
-Solo te estoy previniendo de lo que ella es capaz de hacer-añadió con amargura antes de irse de la cafetería y dejarlos con un mal sabor de boca.
Skyler asomó la cabeza entre sus brazos y se encontró con la mirada tranquila de su amigo.
-Se ha marchado-le informó él con un suspiro.
-¿Ves a qué me refiero? Está acechandome. No me va a dejar en paz. Es por eso que quiero largarme a San Francisco pronto-bufó.
-¿Te irás a San Francisco, Skyler?
Ella y Dex se sobresaltaron al ver a Hannah de pie junto a ellos con su mochila en el hombro.
La rubia parecía muy impactada con la revelación.
-¿Te vas a ir? ¿Pronto? ¿Por qué?
[TAL VEZ ESTE SEA EL ÚLTIMO CAPÍTULO EN MUCHO TIEMPO HASTA QUE PUEDA TENER CABEZA Y ESCRIBIR. EN ESTOS MOMENTO ESTOY PASANDO UNA CRISIS FAMILIAR. UN MIEMBRO DE MI FAMILIA AL QUE AMO MUCHÍSIMO LE DIAGNOSTICARON CÁNCER AVANZADO DE ESTÓMAGO Y HACE APENAS UN RATO EL ONCÓLOGO NOS CONFIRMÓ QUE POSIBLEMENTE LE QUEDAN POCOS MESES DE VIDA. Y me harían muy feliz que fueran pacientes en la espera. Prometo terminar la historia. Las amo. ]
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