Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

75

Los días continuos al juicio de Eros, Skyler no salió del departamento y tampoco recibió llamadas de nadie. Deseaba estar sola consigo misma. Ansiaba sus pensamientos para ella; y no tener que lidiar con otra persona.
Literalmente, fue una semana entera en la que se quedó a solas con su consciencia y aprovechó a escribir un poco más de su historia en la lap top, metida bajo las sábanas de su habitación, acompañada de un delicioso café americano y galletas.
Incluso declinó la oferta de Aiden para salir al cine o a alguna parte.
Se mantuvo en contacto con Clark a través de WhatsApp y le mandó fotos de los avances de su historia.

Se sentía satisfecha y feliz. No te tenía ninguna preocupación, más que pasarla bien.
Y apenas habían mandado a avisarle que se reanudarian las clases con normalidad en la Universidad.
Era domingo y estaba lista para afrontar nuevamente el calvario de las clases. Y Clark había prometido pasar por ella para irse juntos a la Universidad.

Lo único que si le dolía con el alma era la ausencia de Demian.
Era como si algo caliente y desgarrador la estuviera destruyendo por dentro.
Intentó no pensar más en ello, pero fue imposible. Tuvo que dormirse con esa agonía.

Amaneció y despertó sin necesidad del despertador de su teléfono.
Se quedó un rato tumbada entre las sábanas con la vista vuelta al techo.
Y cuando sonó por fin la alarma, se deslizó fuera de la habitación a desayunar lo último que quedaba del cereal. Y se dio cuenta que necesitaba comprar despensa; y se preguntó de dónde sacaría dinero, porque ya no tenía absolutamente nada.

Se duchó con agua tibia y salió rebosante de limpia y con una actitud positiva. El tono rubio de su cabello estaba a punto de quitarse, solo quedaba uno que otro residuo, que la hacía lucir estupenda, como si fuesen luces naturales en su castaño cabello.
Eligió un atuendo casual: jeans, botines negros sin tacón, una blusa manga larga color salmón con botones al frente y el abrigo que Eros le había obsequiado.
Se maquilló totalmente, recordando con vaguedad la dedicación de las maquillistas de la sesión y esperó pacientemente en la sala junto a su mochila y teléfono en mano.

No esperó mucho tiempo, puesto que el claxon inconfundible del Jeep la hizo saltar y correr a la puerta. Cerró con llave y bajó al porche, donde divisó a Clark recargado en la puerta de su automóvil con una sonrisa hermosa en los labios.

-Buenos días, bonita. ¿Lista para ir de nuevo a clases?-la besó en la frente y le quitó la mochila para ponerla en los asientos traseros junto a la suya.
-Buenos días. Con todo esto que ha pasado, no puedo creer que esté feliz por volver a la vieja rutina-vaciló al subir al asiento del copiloto.
Clark le cerró la puerta y riéndose rodeó el Jeep y arribó también.
-Tienes razón. Tampoco puedo creer que me emocione regresar a la tortura.

Encendió el vehículo y se dirigieron a la Universidad, la cual se suponía que estaba en perfectas condiciones para retomar las clases luego de varias tormentas.

-Tengo entendido que nos reubicaron en otra área del plantel-comentó ella-así que nuestro edificio estará inhabilitado un poco más.
-Me hubiera gustado no tener clases por más tiempo, siendo honesto.
-Ya estamos casi a junio y las vacaciones de verano están próximas; y no nos conviene estar sin clases porque los exámenes también están en juego.
-Pero nosotros no tenemos la culpa del desastre natural. Así que nos tendrían que pasar el semestre a fuerzas-alzó las cejas con vanidad-es nuestro derecho y obligación de ellos, ¿no crees?
-Tienes razón, pero órdenes, son órdenes-dijo y de pronto, la duda que siempre había tenido llegó a su cabeza-oye, ¿por qué dejaste de dormir en el dormitorio de la Universidad? Es un internado y debes quedarte ahí como los demás. La excepción conmigo es porque soy foránea, pero tú no.
-Ay, pequeña Skyler-suspiró y sin mirarla, depositó su mano derecha en la cabeza de ella-me impresiona ver que, a estas alturas, aún te preguntes el motivo.
-¿Fue por mí?-agrandó los ojos, sorprendida. Él asintió.
-Exactamente. Hice una petición de viajar diariamente por si en caso necesitabas que te llevara a clases. Dexter hizo lo mismo, pero por razones distintas. Él no quería permanecer solo en el dormitorio porque es muy asocial y prefirió hacer lo que yo, pero ahora que está de novio con esa chica, asumo que habrá una razón poderosa para quedarse de lleno al internado-bromeó.
-Wow, pero no debiste. Es decir, tenía el apoyo de Eros en ese entonces.
-Sí, pero yo quería pasar mucho más tiempo contigo, y ahí encerrado en la Universidad no iba a poder-confesó.
-Eso explica muchas cosas. Y creas o no, me cuesta aceptar que esto es real-se mordió el labio inferior.
-¿En serio me mirabas como un imposible?
-Sí, de hecho.
-Pues ya te habrás dado cuenta que soy completamente ordinario-sonrió-como cualquier chico de nuestra edad.
-Por supuesto-añadió ella, risueña, pero luego, el rostro de Joanna Boston apareció en su mente-oye, Clark , Joanna irá a clase, ¿no?
-Supongo que sí, ¿por qué?
-¿Qué hago si se me acerca a atacarme?
-Ya hablé con ella sobre lo nuestro. Joanna no te va a molestar en lo absoluto. Sabe bien que tú fuiste quién decidió que era lo mejor estar a su lado, por lo que no representa ningún peligro para ti.
-¿Le contaste que pasaremos un fin de semana juntos?-preguntó con malicia.
-Eh, no-se echó a reír-seré un idiota en lo que quieras, pero no soy tonto. Decirle eso sería como apretar el botón para hacer estallar y arder el mundo.
-Bien jugado, Clark, bien jugado-lo felicitó entre risas.

Tiempo después, luego de viajar casi una hora para llegar, aparcaron en su sitio de siempre. Y saludaron a Dexter, quién acababa de bajar de su coche en compañía de su rubia novia de espectaculares ojos grises, quién ensanchó muchísimo su sonrisa al ver a Skyler nuevamente.

-¡Skyler Newton!-chilló y corrió hasta ella.
-¡Hannah Roberts, hola!-la saludó, envuelta en un fuerte abrazo.
-¿Era necesario que dijéramos nuestros apellidos?-se carcajeó.
-No lo sé, pero fue gracioso. Me alegra tanto verte, en serio.
-A mí también. Habría querido ir a verte, pero Dex me dijo que no estabas pasando un buen momento, así que me contuve. Pero es una bendición verte.
-Gracias, pero créeme que me hubiera dado gusto disfrutar de tu compañía-admitió. Y era cierto. Skyler hubiera dado todo por tener a Hannah en esos momentos críticos. Su alegría hubiera sido más que necesaria para ella.
-Me vas a dar tu número de teléfono, eh.

A unos pasos de distancia, Dexter miraba con ternura a ambas chicas.
-Es lindo ver como nuestras chicas se llevan muy bien entre ellas, ¿no?-le dijo a Clark.
-Las chicas por naturaleza suelen ser muy afectuosas.
-Hannah no-le contradijo y Clark frunció el ceño.
-¿Eh?
-Sucede que mi novia es del tipo de chica que prefiere estar sola en vez de tener un círculo social. No tiene amigas y por eso me llamó la atención-susurró, excitado de hablar de la chica rubia-y difícilmente se relaciona con las personas. A mí me costó ganarme su confianza, pero Skyler ni si quiera es esforzó y eso me encanta. Hannah ha encontrado a una amiga de verdad y me tranquiliza saberlo.
-Oh, pues eso es muy emotivo, Dex, pero hay un problema-casi se partió de la risa.
-¿Qué problema?-se asustó el chico.
-Skyler pronto regresará a su ciudad natal. Y Hannah la extrañará como nunca.
-¿Por qué se irá?-Dexter se quedó perplejo.
-Necesita hacerlo para sentirse bien-se encogió de hombros-y aquí entre nos, yo no quiero que se vaya.
-Por Dios, tampoco yo quiero que se vaya.
-Así que tendrás que decírselo a Hannah.

Se escuchó la risita de Skyler junto con la de Hannah y los chicos se acercaron a ellas.
-Hay que ir a clase-sentenció Clark, tomando a Skyler de la mano.

Atravesaron varios edificios, los cuales tenían personas todavía arreglando las paredes o colocando cristales en las ventanas.
Y el salón que les correspondía estaba en reconstrucción también.

-Iremos a alojarnos a nuestros dormitorios-anunció Dexter, quién de pronto nos señaló los equipajes de ambos. Hannah rio-nos vemos en el salón nuevo.

Clark arqueó las cejas y continuaron andando; pero a mitad del camino, Joanna los interceptó.
Se miraba, aparentemente normal y Skyler sintió cierta desconfianza en la sonrisa de la chica.
-¡Clark! ¿Podrías ayudarme a llevar mis maletas a mi dormitorio? Pesan demasiado-dijo con voz melosa, sin dejar de mirar a Skyler, que se hallaba de pie junto a Clark y tomada de la mano de él.

El modelo volteó a verla con expresión suplicante y ella suspiró.
-De acuerdo-respondió él sin dejar de mirar a Skyler-¿me esperas aquí o te alcanzo en el salón?
-En el salón nos vemos-musitó con una sonrisa.

A regañadientes, ella los observó marcharse en dirección opuesta a la suya.
Se encogió de hombros y aventuró a caminar con la mochila en sus hombros.

Frunció el ceño, cuando, al darse cuenta que había caminado por varios minutos, no se hallaba ni si quiera cerca del salón nuevo donde los tenían que hacer reubicado.
Giró sobre su propio eje en busca de ayuda pero solo miraba a varios estudiantes bajar de sus coches maletas pesadas.
Y como no había hecho más amigos, nadie iba a ayudarle.
Resignada a llegar tarde, se recargó en una pared y sacó su teléfono.

-Sabía que te encontraría.

Sorprendida, volteó a ver a la persona que había hablado y entornó los ojos.

-Aiden, ¿Qué haces aquí?
-Estudio aquí-repuso con una enorme sonrisa. Sus ojos Jade brillaron.
-¿Desde cuándo?
-Desde siempre. Apenas supe que estabas aquí y decidí buscarte antes de instalarme.
-Vaya, fue una gran sorpresa-admitió-y suponiendo que ya conoces a la perfección toda la Universidad, ¿podrías ayudarme a llegar al salón donde reubicaron a la clase 3?
-Seguro que sí. Vamos, es por aquí.

Aiden llevaba puesto una ropa tan sexy, que Skyler tuvo que regañarse al haberse quedado embobada mirándolo mientras caminaban.

-Déjame ayudarte con la mochila-se ofreció.
-Estoy bien, no te preocupes.
-Yo insisto-sonrió como niño pequeño.
-De acuerdo, está bien, llevala por mí-se dio por vencida y le entregó la mochila.

El salón para los reubicados de su clase no estaba tan lejos, lo único que tenía que hacer era caminar en línea recta y listo, y no girar a la izquierda o derecha en busca de buena suerte.

-Si tan solo me hubiera tocado la dicha de estar en tu clase-se lamentó Aiden; dándole la mochila de vuelta.
Algunos compañeros de Skyler observaron con perplejidad al rubio.
-¿Por qué lo dices?
-Para verte todas las horas de clases, desde luego.

Skyler, a pesar de que se estaba acostumbrando a los jóvenes canadienses sexys, todavía le costaba dominar el rubor de sus mejillas cuando le decían algo lindo.
Volteó la cara a otra parte y se mantuvo mirando a la lejanía, como si Dios todopoderoso le estuviera hablando.

-Y a todo esto, ¿Por qué te desapareciste una semana entera después de lo de Eros? Ni si quiera me dejaste invitarte bien al cine-recargó un brazo en la pared, a un costado de la cara de ella.
-Necesitaba tiempo para mí. Y me sirvió de mucho.
-Me alegro por ello-esbozó levemente los labios en una peculiar sonrisa y se inclinó con decisión hacia ella, con la intención lógica de besarla.

Skyler, siendo presa del escrutinio de los demás, trató de inmiscuirse sutilmente, pero tampoco quería dejar a Aiden como tonto.
Los ojos Jade del chico brillaban de adrenalina, e incluso se humedeció con lentitud los labios.

-Vaya, vaya, ¿Qué haces aquí, Aiden? Tengo entendido que tu salón está del otro lado de la Universidad.

Aiden se apartó de ella con fiereza y lo confrontó.

-Vine a saludarla, ¿tienes algún problema con ello?-contraatacó, claramente molesto.

Las pocas veces que Aiden se ponía así era para querer esconderte bajo una piedra. Skyler había leído vagamente una imagen en Facebook que decía más o menos así "Hay que temerle a las personas que ríen todo el tiempo y están felices cuando llega el momento que se enojan". Y Aiden Carrowl era el mero ejemplo de ello.
El chico rubio siempre estaba alegre, sonriendo y de buen humor. Pero las breves veces que se enfadaba si lograba asustarla y en ese instante él se hallaba así.

-No hay ningún problema en que la hayas venido a saludar. Pero si lo hay en que quieras besarla-gruñó Clark, cruzandose de brazos.
-Bueno, ¿y a ti qué te importa?
-Fíjate que me importa muchísimo-replicó el castaño-ella está conmigo ahora y vas a respetarla.

El semblante de Aiden cambió radicalmente. Si había estado molesto, ahora estaba encolerizado y sorprendido.

Volvió el rostro a ella y Skyler bajó la mirada consternada.
¿Por qué continuaba siendo esclava de los problemas?

-¿Es cierto que ahora estás con él, Skyler?-le espetó.
-No tengo por qué darle explicaciones a nadie sobre mi vida, Aiden-contestó, abrumada.
-¿Por qué le diste la oportunidad a él, y no a mí?-suavizó su tono, bajando un poco la voz.
-No le he dado la oportunidad a Clark ni a nadie-le informó.
-¿Entonces por qué manifestó que estás con él?
-Porque en estos momentos Clark está apoyandome en todo sin esperar nada a cambio. No me está presionando a nada y me da mi espacio-musitó de mal humor-y sabe que no tengo cabeza para otro noviazgo.
-Pero yo no te he presionado a nada-increpó confundido.
-Trataste de besarme-le recordó ella-y es lo mismo, pero de distinta manera.
-¿Acaso Clark no te ha besado?-la rabia en su voz volvió.
-No-contestó con determinación.
-No te creo-espetó el rubio y Clark estuvo a punto de intervenir pero Skyler lo detuvo con un gesto.
-No me creas. Clark no me ha besado, pero yo a él sí.

Aiden se quedó livido en ese segundo. Incapaz de creer lo que ella había dicho.
Miró a Clark y después nuevamente a ella. Y enrojeció de la cara, hasta las orejas.

Apretó las mandíbulas y asintió.

-Creo que ahora entiendo a mi padre. Él tenía razón. No debí poner mis ojos en ti-agregó con desdén. Sonrió sin ganas y asintió-he sido una molestia, lo siento.

Miró una vez más a Skyler y girando sobre sus talones, se echó a correr en dirección al estacionamiento.

-¡Aiden...!-le gritó ella, sintiéndose horrible; pero Clark la agarró del brazo.
-Si vas tras él, agarrarás una gran responsabilidad de darle alas imaginarias y darle mucho derecho para montar un show peor que este.
-Lo sé, pero creo que me pasé de la raya...-se mordió el labio inferior, observando el sitio por donde se había marchado.
-Hablaré con él más tarde, ¿okey? Tú no tienes de qué preocuparte de nada. Aiden siempre ha sido así.
-¿A qué te refieres?

Clark le dio un empujoncito para que entraran al salón y poder hablar en privado ahí dentro, ya que sus compañeros estaban afuera al tanto de todo.
Se sentaron en sus respectivos lugares y él resopló.

-Hace dos años más o menos, una amiga extranjera vino a visitarme, ella es de Irlanda y como verás, mis padres la trajeron a verme a la Universidad y Aiden la vio-comenzó a decir-así que se acercó a nosotros a saludar, algo que nunca había hecho y bueno, entabló buena química con mi amiga, y tuvo suerte que ella no me gustaba. Y se hicieron amigos, así como tú y él. Pero de la nada, el rubio agarró demasiada confianza y la quería alejar de mí a toda costa.
-¿En serio?-quedó asombrada.
-Sí. Comenzó a pensar que le pertenecía o algo así. Y gracias a Dios ella volvió a su país y Aiden quedó resentido conmigo. Y técnicamente, yo no tuve la culpa de nada. Se lo expliqué a mi amiga y comprendió que él era muy extraño en ese aspecto. Y creo que la historia se vuelve a repetir, pero con la única diferencia que tú sí me gustas.

Sonrojada, sonrió levemente.

-Comprendo tu experiencia. Pero descuida, asumo que Aiden ya se dio cuenta que conmigo no podrá hacer nada. Solo lo veo como un amigo, nada más.
-Y te lo he dicho para que no te sientas culpable. Él elige sentirse así y no piensa sus actos.
-Me encantaría que hallase a una chica perfecta.
-Yo pensaba que era homosexual, hasta que vi como actuó con mi amiga.
-Aiden va siempre a elegir a una chica extranjera para llenarse de todo lo bueno que tiene si es posible. A él le encanta lo nuevo, lo inexplorado.
-¿Cómo sabes todo eso?
-Quieras o no, las pocas veces que he salido con él, logró abrirse un poco a mí. Y sé que es un buen chico, solo que es aprensivo.

Dieron por terminada la conversación cuando el docente hizo acto de presencia.
Los estudiantes rompieron a reír discretamente al ver como la piel de porcelana del profesor pasó de estar así, a ponerse color canela pasión con tonos rojizos.

-¿Fue a la playa, profesor?-le preguntó uno de los alumnos y se escucharon risitas. El docente volteó a verlo con desdén-es simple curiosidad.

Y el salón estalló en risas, incluido el profesor.

-Así es. Me marché a la playa con mi familia en estos días y se me olvidó ponerme mucho protector solar-dijo, sentándose tras el escritorio y se quitó los lentes-nunca tomen una siesta de siete horas bajo el sol de Cancún, por favor.

Todos comenzaron a cuchichear.

-Bien, como ya hemos descansado bastante, comencemos la clase.

Se escucharon varios "No" pero al profesor no le importó y comenzó las clases de muy buen humor a pesar de tener la piel ardiendo.

Mientras tanto, Skyler se dedicó a dibujar garabatos en la hoja de su libreta, con la mente muy lejos de ahí.
Y a decir verdad, su mente no estaba divagando, sino pensando en Demian Say. Claro estaba que estaba muy reciente su ruptura con él y que a pesar de ello, se hallaba planeando un fin de semana a solas con Clark.
Y no entendía hasta donde podría llegar su inmadurez e inseguridad para ocasionar más conflictos; sin contar que también había pasado a dañar a Aiden Carrowl.

-¿Me permite pasar?

La mayoría de cabezas se volvieron hacia la puerta, y entre ellos Clark y Skyler, quiénes rodaron los ojos al ver a Dexter de pie en el umbral de la puerta, sudado, agitado, sonrosado y sonriendo nerviosamente.

Mirando su reloj de pulsera, el docente negó con la cabeza.

-Veinte minutos tarde, Jackson. Lo siento, quédate afuera y espera la siguiente clase-contestó y continuó anotando en el pizarrón.

Dexter gruñó y desapareció del umbral sin replicar.

Treinta minutos con exactitud, el docente se despidió y Dexter logró entrar al salón.
Se sentó junto a ellos luego de lanzar su mochila al suelo y suspirar dramáticamente.

-Ni si quiera me molestaré en preguntar la razón por la cual llegaste tarde al salón, teniendo en cuenta que los tres vinimos temprano-espetó Clark, guardando sus cosas a la mochila.
-Hannah Roberts-balbuceó y al mencionar ese nombre, el buen humor regresó a él, irritando así a Clark y haciendo reír a Skyler.
-Pues hablaré con Hannah para que te deje llegar a tiempo a clase-farfulló su amigo y los ojos de Dexter se agrandaron y Clark resopló, mirándolo-de acuerdo, no hablaré con ella, a menos que prometas que no la harás un medio de distracción a la Universidad.
-¡Prometido!-alzó la mano, dándose por vencido.

Skyler suspiró y se recostó en la paleta del pupitre, con la vista puesta en ambos chicos que seguían discutiendo como niños pequeños.

Las clases sucumbieron con normalidad. Fueron a la cafetería a almorzar, siendo Clark quién se puso de testarudo en invitarla él mismo. Se lo agradeció indefinidamente porque realmente ya no tenía dinero y le daba vergüenza decírselo.
Dexter, por su parte, fue en busca de Hannah y prometió almorzar con ellos luego de hallarla.

Sentados a la mesa, y devorando el desayuno, Clark le entregó un sobre color manila. Lo deslizó en la mesa hasta depositarlo cerca de su plato. Ella frunció el ceño.

-¿Y esto qué es?
-Abrelo.

Con curiosidad, lo abrió cuidadosamente y extrajo una tarjeta de débito, nueva y con su nombre. Solo faltaba su firma.

-¿Y esto qué es?-repitió con más desdén.
-Tu tarjeta de débito.
-Eso es obvio, ¿pero por qué o qué? Yo no tengo dinero y tampoco solicité una.
-Jack me encargó dartela. Es como un adelanto de tu pago por la sesión-argumentó, sin mirarla a los ojos.
-¿En serio?
-Sí.
-¿No será que Eros me envió esto?-estrechó los ojos y él se negó a confrontar su mirada.
-¿Qué te hace pensar que lo envió él?
-Mirame a la cara, Clark.

Él obedeció. Sus ojos oscuros se postraron los suyos, mostrando unas pupilas muy dilatadas.

-Bien, tú ganas. Eros decidió que era benéfico para ti-le soltó de sopetón-él sabe que no tienes dinero propio y que mientras esté allá, tienes que tener fondos para sustentarte y por eso solicitó una cuenta para ti.
-¡No voy a aceptarlo! Es su dinero, no el mío-retiró la tarjeta de su poderío y la metió al sobre, devolviendosela.
-Eros ya sabía que reaccionarias de esta manera, por lo que me dejó un mensaje, el cual grabé discretamente para que ningún policía se diera cuenta.
-¿Cuándo fuiste a visitarlo?
-Apenas ayer-confesó y sacó su teléfono con los audífonos-toma.

La chica se los colocó y esperó a qué Clark reprodujera la nota de voz de Eros Rabanne.

"Hola, cariño. Me encantaría poder saludarte y preguntarte cómo estás, pero las circunstancias no me lo permite, ya que debo ir al grano. El motivo de esta mensaje de voz es la siguiente. Te conozco demasiado para saber que te vas a rehusar en aceptar este obsequio: Dinero.
Pero quiero que lo uses. Gastalo en lo que quieras y necesites porque tengo muchísimo más. Esto no es nada a comparación de lo que tengo en el banco. Así que no te niegues a aceptarlo, porque ese dinero es tuyo. Y cuando yo salga de aquí vamos a discutirlo. Lo único que debes hacer es fimar la tarjeta. Te quiero mucho. Y por una sola vez en tu vida, obedece a tus mayores. -La risa de Eros le provocó ganas de llorar-. Nos estaremos comunicando, cariño. Y por cierto, puedes usar a tu antojo cualquiera de mis coches, pero sé precavida."

Al término de la nota, Skyler se quitó los audífonos y agarró el sobre manila entre sus manos.

-Solo porque no quiero discutir con él-increpó y acto seguido, sacó un lapicero de su mochila y firmó la tarjeta.
-Sabía que si Eros no te lo ordenaba, no aceptarías.
-Sucede que yo no veo bien eso de recibir cosas de los demás sin ningún motivo.
-Y sucede que, desde que pusiste un pie en su departamento, comenzaste a depender de él. Es tu tutor y está siendo responsable al darte lo que necesitas.

Sin embargo, gracias a que Dexter y Hannah aparecieron, la discusión finalizó.

La rubia se sentó junto a ella con mucha confianza y Skyler se cohibió.
La parejita ya había almorzado y solamente se acercó a charlar lo que quedaba del tiempo antes de volver a clases.

-¿Ya guardaste mi número, verdad?-añadió la rubia con suavidad.
-Seguro. ¿Y tú?
-Claro que sí.

Tiempo después, volvieron a sus labores. Pero Hannah aprovechó a despedirse de Skyler con un fuerte abrazo antes de irse a su clase y le hizo jurar que saldrían ellas solas de compras o al cine.

Al final de la jornada escolar, Clark acompañó a Skyler al centro comercial. Ella había tenido demasiado antojo de comer pizza y sedujo al chico para ir.
Y a pesar de que protestó de querer pagar la cuenta, él no se lo permitió.

-¡Ya tengo dinero!-agitó la tarjeta de débito que Eros le había dado.
-Sí, pero yo invito-alardeó mientras le otorgaba su propia tarjeta a la chica que atendía.

Comieron pizza hasta quedar asqueados. Y dieron una vuelta al centro comercial para ver qué había de bueno.

Se tomaron fotos varias veces y él las subió a su cuenta de instagram, la cual había dejado muy olvidada al igual que ella la suya.

La leyenda de la foto decía "Disfrutando un buen día con mi crush♡"

Y cuanto había cambiado el mundo. Ahora Skyler Newton era el Crush de Clark Ravel.
A decir verdad, la realidad había dado un giro sorprendente, de esos que ocurren en las historias fantásticas y ella apenas lo creía.

-Ahora soy tu crush. Una enorme ironía de la vida-canturreó.
-Sí, ¿Qué se siente ser el crush de tu crush?-preguntó él, terminando de postear la foto donde ambos salían sonriendo.
-No lo sé. Tú dímelo-rio.
-Se siente bien, pero a la vez es tan descabellado e intrigante.
-¿Por qué?
-Porque no podemos estar juntos.

Clark la quedó mirando fijamente a los ojos, desviando la mirada hacia los labios de ella, con la más lógica intención de querer besarla.
No obstante, a pesar de que quería besarlo también; movió la cabeza hacia un costado y él optó por besarle la mejilla.
-¿Por qué el rechazo?-quiso saber Clark con frustración.
-No está bien-contestó, mirando sus pies. Sus largas y rizadas pestañas barrieron sus mejillas al parpadear.
-Pero si ya me has besado con anterioridad. No entiendo por qué ya no quieres que lo haga.
-Nosotros no somos nada, Clark. Y no estamos en ese fin de semana donde estaremos los dos solos. Nos hallamos en pleno centro comercial con mucha gente alrededor.
-¿Te da vergüenza o algo así que te vean conmigo?
-¡No es eso! Simplemente no es el momento. ¿Sí?

Clark respetó su decisión y decidieron volver a sus casas.
La llevó al departamento de Eros y esperó a que descendiera del Jeep, pero ella no lo hizo, y en lugar de ello, le dio un beso a él en la comisura de su labio, tomandolo desprevenido.

-¿Podrías explicarme qué pasa contigo, Skyler?-le preguntó un poco molesto.
-Lo siento. Debes aprender que yo actuo con instintos. No pienso, solo lo hago-respondió y bajó del Jeep, dejándolo más perplejo que nunca-y es mi maldición ocasionar problemas.



[POR EL MOMENTO DEJARÉ PAUSADA LA HISTORIA POR MOTIVOS PERSONALES. Pero no olviden votar y comentar.]

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro