70
A solo tres días de la audiencia de Eros, recibí una llamada de Jack, y yo, pensando que lo hacía para darme noticias de mi tutor, atendí su llamado muy rápido, incluso se me quemaron las quesadillas por contestar.
-¿Jack?
-Hola, cariño, ¿cómo estás?
-Aburrida y deseosa de saber de Eros, ¿y tú?
-Ah, bien, haciendo lo posible por ganar el juicio-carraspeó-pero no te he llamado para hablar de él, sino por la prueba de modelaje, ya que en tres días debe quedar todo para la revista.
-¿Tan pronto?-entorné los ojos.
-Sí. Ya ha pasado varias semanas, cariño. Así que mañana te espero en mi casa para la prueba, ¿está bien?
-¿Demian puede venir?
-Uhmm...-meditó unos segundos. Jack también percibía mi preocupación-puede ir, pero por el bien de todos, dile que no. Yo te iré a dejar a su casa cuando terminemos.
-Asumo que ya le hablaste a Clark y a Aiden también, ¿no?-me mordí el labio inferior, escrutando a mi alrededor por si en caso Demian estaba cerca.
-A Clark ya. Solo falta Aiden, ¿por qué?
-Por nada.
Nos quedamos en silencio, y sentí la necesidad de presionarlo un poco sobre el asunto de Eros.
-¿Puedo ir al juicio de Eros?
-Es el mismo día de la sesión de fotos para la revista, cariño.
-¿Y eso qué tiene que ver?
-Iba a decírtelo mañana, pero como has sacado el tema...
-¿Qué cosa? ¿Qué ibas a decirme?-pregunté exaltada.
-Que saliendo de la sesión, voy a ir a la audiencia y pensaba llevarte conmigo.
-Dios, ¡Obviamente que iré!
-Entonces ya quedamos. Mañana vamos a hablar a fondo de ese asunto, ahora debo llamarle a Aiden. Nos vemos, cariño.
Angustiada y a la vez tranquila, recargué mi espalda en la isla de la cocina con el teléfono en mis manos y la mirada perdida.
-Carbón para desayunar, un clásico.
La broma de Demian hizo que reaccionara y apagara la estufa rápidamente. Las quesadillas estaban tan quemadas que bien podían ser carbón.
-Lo siento, Jack llamó y se me olvidó por completo que estaba cocinando. Ahora mismo preparo más-dije torpemente.
-¿Jack?-enarcó una ceja con interés, mientras retiraba los restos de carbón al triturador de basura sin dejar de mirarme.
-Sí. Me habló porque quiere que mañana vaya a su casa para ensayar, ya sabes, por la sesión y esas cosas.
-También irá Clark y Aiden-puntualizó en vez de preguntar.
-Pues sí...
-Entiendo que tengas que hacer la sesión con ellos, pero mañana iré contigo, ya lo sabes.
-Jack dijo que solo quiere que yo vaya. Él se hará cargo de traerme a casa-murmuré, abriendo la nevera para sacar el queso.
El suspiro dramático que dejó escapar me dio a entender que no aprobaba aquello y tenía razón, pero eran indicaciones de Jack, lo cual estaba bien.
-Lo siento. Pero prometo volver lo antes posible, ¿vale?
-De acuerdo. Y si ves que Jack intenta sonsacarte a estar lo más desnuda posible junto a ese par, oponte, y si se niega, lo golpearé.
-Así te hizo, ¿no? Con Sasha Clavers-le recordé con amargura.
-Exactamente. Hizo todo lo posible para vernos muy cariñosos y eso ocasionó que me odiaras muchísimo.
-Lo bueno es que ya sabes como es y esperó que no te vayas a poner como un loco al ver las fotografías, ya que es trabajo, no un juego sexual-dije, doblando las tortillas con el queso adentro en otro sartén.
-Desconfío tanto de Jack en ese aspecto-musitó entre dientes-y pienso que en vez de dedicarse a ser fotógrafo profesional y de tener su agencia de modelaje, debería serlo pero de actores y actrices porno, en el ámbito de tomarles fotos o grabar películas para adultos.
Ahogué una risa nasal. Demian tenía un poco de razón al respecto. Pero no se lo hice saber. Además, Jack tenía motivos para no convertirse en un director de películas pornográficas.
Minutos más tarde, desayunamos bajo el agradable sonido de Mozart que él había puesto en su teléfono.
Había decidido no pensar más en Eros, pero era imposible.
También hubiese querido contárselo a mi madre, pero sabía que no ayudaría en nada informarle, ya que ella estaba lejos y nada podía hacer.
Mis nervios estaban a flor de piel por la prueba de modelaje del día siguiente y se me dificultó muchísimo conciliar el sueño.
Logré dormirme muy tarde y sentí un espantoso ardor en los ojos al despertar.
-Según el mensaje de Jack, que te envió hace diez minutos, dice que a las 5 de la tarde te espera.
La voz de Demian sonó mecánica y di un respingo tras procesar sus palabras.
-¿Tomaste mi teléfono sin permiso?-cuestioné, ahogando un bostezo.
-Lo dejaste junto a mi cara y vibró tanto que me despertó-se encogió de hombros y se lo quité de la mano levemente.
-No te preocupes-volví a bostezar y con más ganas-veré como ir para allá.
-¿Qué? ¿de qué hablas?-frunció el ceño. Su bella cara adormilada me causó ternura.
-Sí. Cómo voy a ir sola...
-El hecho de que yo no tenga permitido entrar a la casa de Jack, no quiere decir que no pueda llevarte con él. Te voy a dejar y me regreso, así de simple-afirmó.
-Oh, bien. Gracias, Dem.
Besé su suave mejilla antes de levantarme de la cama con la tarea de conectar el teléfono a cargar. Sin embargo, Demian se encargó de regresarme a la cama unos minutos más.
Hicimos el amor en la mañana y a decir verdad, fue tan placentero que mi humor estuvo de lo mejor al igual que el suyo.
Según leí alguna vez, el sexo mañanero ayudaba a que las personas realizaran sus trabajos con más eficiencia y confianza.
No obstante, el pensamiento de refugiarme en San Francisco persistía dentro de mi cabeza sin importarme lo mucho que Demian se esforzaba por complacerme.
Tal vez esa no era la vida que yo quería.
Yo era muy egoísta al pensar solo en mí, pero, ¿Qué podía hacer?
Mi miserable vida ordinaria se volvió estresante e "importante" en un segundo, ni si quiera estaba ni estaré preparada para afrontarlo.
Me gustaba recordar las semanas en las que comencé a salir con Demian en San Francisco, donde solo éramos nosotros dos. Y Clark Ravek solo era una fantasía.
Deseaba en lo más profundo de mi oscuro corazón volver al pasado y quedarme ahí, regocijada.
Lo único que podía hacer para lograrlo, era marcharme en cuanto Eros estuviese libre y llevarme a Demian consigo.
Despedirme de Canadá y seguir mi carrera universitaria en mi antigua Universidad e ir escalando poco a poco para lograr mi objetivo de ser una escritora famosa y reconocida, no una modelo rodeada de personas vanidosas.
Y desde que me mudé a ese país, ya no volví a escribir mi historia.
Creo que lo que más me entristecía era no reanudar mis escritos.
Le agradecía infinitamente a Dios por haberme dado la oportunidad de experimentar el mundo de la "fama" en personas que jamás imaginé conocer cara a cara.
Además, por mi culpa, Eros Rabanne, el hombre más perfecto del mundo estaba en prisión. Un hombre que, en poco tiempo logró ganarse mi cariño y afecto, posicionandose en el puesto número dos en mi lista de personas que más amo en el mundo. La primera persona era mi madre, desde luego.
Y no podía concebir que por salvarme de un auténtico mafioso, él terminase en ese sitio horrible.
Así que tenía que tomar la decisión correcta esta vez para evitar que más gente saliera lastimada por mi culpa. Y eso incluía a Demian, Clark, Jack, e incluso a Aiden.
Claro estaba que no podría huir de mi destino ni de mis acciones, pero si enmendarlas.
Luego de la verdadera sesión fotografía, y del juicio de Eros, yo tenía que llevar a cabo mi decisión definitiva, aunque bien, no tenía ni la menor idea de cómo hacerlo.
-Si sigues sentada mirando al vacío en el sofá, llegarás tarde a la cita de Jack.
-Perdona, ahora mismo iré a ducharme-me levanté del sofá y dejé el vaso de limonada en la isla de la cocina con aire ausente.
Ya tenía tiempo que Demian no me enviaba su típica mirada lasciva, y en ese momento la sentí quemandome la espalda al momento de subir a ducharme.
Él sabía que algo andaba rondando mi cabeza, pero no podía decírselo hasta que tomara la iniciativa de elegir la mejor decisión.
No tenía la menor idea de como ir vestida, ya que al final de cuentas, Jack era el encargado de absolutamente todo, por lo que decidí ir cómoda.
Salí de bañarme y me vestí toda deportiva sin ninguna gota de maquillaje en la cara.
Y mientras cepillaba mi cabello, advertí la presencia de Demian a mis espaldas.
-Nunca te había visto con ese pants y sudadera puesta-le oí decir.
-Lo usaba para entrenar con Clark y Eros.
-Ah, entonces hiciste bien en no ponertelo antes. Ahora te checa llevarlo.
-Pasado mañana, después de la verdadera sesión de fotos para la revista de Jack, es el juicio de Eros-le informé-y tengo miedo de que vaya a quedarse en prisión por mucho tiempo.
Demian caminó hasta quedarse situado justamente detrás de mí. Lo miré a través del reflejo del espejo y colocó sus manos en mis hombros.
-Tengo el mejor amuleto del mundo, el cual te hará sentir segura en estos días-dijo.
Observé como se llevaba las manos al cuello y se quitaba el collar de dije de búho que yo le había dado tiempo atrás como amuleto.
-Yo te lo di para que estuvieras seguro-me negué a aceptarlo de vuelta.
-Míralo como un préstamo. Me lo devolverás cuando Eros salga de ahí-sonrió y cuidadosamente lo colocó en mi cuello-mientras tanto deja que te haga sentir segura y confortable.
Asentí y recargué la parte posterior de mi cabeza en la firmeza de su estómago. Él se encargó de acariciar mis hombros delicadamente.
-Vamos. Llegarás a tiempo si nos salimos ahora.
Demian me convenció de irnos en la motocicleta porque el clima, desde hacía días, había estado bien, pero a mí me preocupaba que se dejara caer otra tormenta cuando él estuviera de camino a casa; pero por más que traté, sus enormes ojos chocolate me convencieron.
Cómo ese vehículo era muy veloz, llegamos a casa de Eros antes de las 5 de la tarde.
Y mi corazón no pensaba soportar ver a Demian al marcharse, lo abracé aún sentada atrás de él, olfateando el perfume que despedía su cuello.
-Pequeña Koala, ya hemos llegado-dijo riéndose.
-Faltan diez minutos. Jack no se morirá si me espera un poco más.
Habría querido continuar en aquella posición con Demian, pero por alguna razón, fuimos interrumpidos por el propio Jack. Este salió al porche de pronto y al vernos, frunció el ceño y verificó su reloj en la muñeca.
-¡Mientras más rápido mejor!-nos dijo, observando a Demian con severidad.
-Te veo luego, hermosa-me dijo Demian con voz tensa.
Bajé de la motocicleta y le entregué el casco, para después besarlo en los labios rápidamente.
-Iré a dejarla, no te preocupes-prometió Jack a Demian.
-Antes de la media noche la quiero sana y salva en mi casa-ordenó Demian con dureza antes de irse a toda velocidad por la calle.
Jack alzó las cejas y suspiró contrariado.
-Creo que ahora me detesta.
-No tanto como debería-musité y me abrí paso al interior de la casa.
Por obviedad, había sido la primera en llegar por lo que Jack me ofreció un poco de jugo de arándano mientras esperábamos a Aiden y a Clark en el sofá.
Y a mitad de un sorbo que le di al jugo, alcancé a escuchar un par de voces en algún punto de la casa.
-¿Quiénes están a parte de nosotros?-le pregunté.
-Oh, Molly y Kate. Las estilistas.
-¿Eh?-fruncí el ceño.
-Ellas harán maravillas contigo y los chicos-sonrió, bebiendo el jugo.
-Pensé que también te harías cargo de eso.
-Claro que no, cariño-se ruborizó y reí-si yo me hiciera cargo de arreglar a mis modelos, mi agencia y revista jamás hubieran salido a la luz.
-Me encantaría conocerlas antes de que vengan los demás.
-Por supuesto. Dame un momento.
Con tal elegancia, que solo él y Eros poseían, se puso en pie y se encaminó al estudio. Desapareció por unos cuantos minutos y cuando volvió, vi a dos mujeres, o más bien chicas unos cuantos años mayores que yo que lo seguían con pena.
Eran terriblemente bellas. Tenían cierta belleza natural porque no llevaban ni gota de maquillaje encima y vestían cómodamente.
Y para rematar, eran gemelas idénticas.
Rubias y de ojos azules.
Un golpe duro a mi autoestima.
-Molly, Kate, les presento a mi adorada y querida Skyler Newton, nuestra estrella-anunció Jack con voz estridente y eso provocó rubor en mis mejillas.
Me levanté del sofá con aire titubeante, dispuesta a estrecharles la mano.
-¡Mucho gusto, Skyler!-dijo la más alta y saltó casi sobre mí para besarme las dos mejillas-soy Molly Griffin, y esta es mi hermana gemela, Kate.
-¡Hola!-la otra chica si me estrechó la mano y sonrió llanamente-si que eres guapa, pero nosotras te haremos ver aún más.
-Eh, gracias. Ha sido un placer conocerlas-forcé una gran sonrisa y nos sentamos en los sillones a esperar a Clark y a Aiden.
Al cabo de media hora, el timbre sonó y ambas hermanas se apresuraron a correr al estudio.
No entendí bien por qué lo hicieron y preferí ignorar ese detalle para saludar a Aiden, quién había llegado.
Jack lo condujo a la sala y él se sentó junto a mi luego de saludarme.
-Ahora falta Clark-observé.
-Él suele ser imputual a veces-Jack se encogió de hombros y se disculpó porque iba a usar el sanitario.
Pensé que, a raíz de que nos quedamos solos en la sala, Aiden trataría de hablarme o de incomodarme, pero pasaron los minutos y él se mantuvo al margen. Estuvo con la cabeza gacha con el cuerpo inclinado hacia adelante y con los codos recaegados en sus piernas y las manos entrelazadas y suspendidas entre sus rodillas.
Extrañamente eché de menos su manera cómica de mantener el ambiente relajado.
Febrilmente me dispuse a romper el hielo cuando, el timbre sonó y nos dimos cuenta que Clark había llegado.
Adiós intento de establecer una conversación con el pobre chico rubio.
Jack le dio la bienvenida a Clark con afecto y lo invitó a pasar.
Los ojos del recién llegado buscaron los míos y avanzó hasta donde yo estaba, ignorando por completo la presencia de Aiden.
-Lamento el retraso. Fui a llenar el tanque de combustible-dijo en cuanto me abrazó demasiado efusivo y plantó un beso en mi mejilla con toda la confianza.
-Hola-le dije-al que deberías perdirle disculpas por el retraso es a Jack.
-Sí, pero él ya sabía. Así que-aplaudió, asustandome-¿empezamos?
Me era aún difícil asimilar que yo formaba parte de esas personas y llegué a la conclusión de que estaba loca de remata por haber aceptado trabajar en esa clase de labor.
Las gemelas Molly y Kate saludaron a los dos chicos con timidez y a la vez con confianza; en especial con Clark y él se portó muy amable con ellas.
Entramos al estudio y Molly me condujo a una silla porque tenía que maquillarme primero y preparar lo necesario.
Y mientras lo hacía, crucé miradas con Clark demasiadas veces y me ruboricé un poco.
Sin embargo, Aiden se situó a mí lado a charlar en lo que Molly sacaba su estuche de maquillaje y su gemela hablaba con Clark y Jack con mucha propiedad y seriedad.
-Y pensar que terminaría aquí de nuevo-dijo Aiden, posando la mirada en los reflectores que despedían una luz brillante hacia un fondo blanco que reflejaban las luces de varias lámparas especiales-quedaré ciego una vez más.
-¿Tan fuerte es la inmensidad de la luz?-pregunté.
-No precisamente-contestó, esbozando una sonrisa-lo que si te ciega es el flash de las cámaras. Y espérate a que sea pasado mañana, cuando de verdad sea la sesión...
-¿A qué te refieres?-palidecí.
-No sólo Jack te tomará fotos, sino muchos, quizá unos cuatro o cinco fotógrafos y colegas suyos y no será aquí.
-¿En dónde será?
-En la matriz de la agencia de Jack. Ahí también habrá más personas como Molly y Kate, pero más especializadas.
-Te estoy oyendo-canturreó Molly detrás de él.
-¡Lo siento! Yo me refería a las que se encargan del vestuario y así-balbuceó el chico, rojo de vergüenza.
La chica se rio conmigo y comenzó a cepillar mi cabello con un peine de dientes grandes para no esponjarlo. Le roció spray y lo alació con los dedos lo que más pudo para darle un toque rebelde y a la vez modesto a mi cabello.
-Tu cara es ligeramente ovalada, así que vamos a hacerte un corte pequeño, ¿de acuerdo?-me explicó. Yo solo la miré perpleja-voy a ponerte flequillo para que luzcas más bella.
-Eh, está bien. Haz lo que tengas que hacer.
-Voy a tener que pulirte, chica. Te voy a sacar esa belleza que llevas oculta detrás de ese rostro-prometió con dulzura y me mordí los labios con temor.
Aiden se tomó la molestia de sentarse en el suelo, a mis pies, mirándome con fascinación, lo que me desesperó un poco.
Molly empezó a hacer de las suyas con mi cabello y no me atreví a verme en el espejo de enfrente, aunque gracias al reflejo, vi a Clark siendo atendido por Kate, bajo la supervisión de Jack.
Tal vez pasó alrededor de una hora más o menos, pero Molly volvió a coger su estuche y sonrió triunfadoramente.
-¡Ahora a embellecer ese rostro!-exclamó y cerré los ojos.
Sentía como me arrancaba los vellos de más en mis cejas y lo único que yo podía hacer era apretar los puños y hacer muecas de dolor.
-El dolor es pasajero y la belleza es efímera pero efectiva-recitó la chica para calmar mis nervios.
Minutos más tarde, cuando ella ya se hallaba moldeando lo que quedaba de mis cejas, sentí la mano de Aiden apretar la mía.
-Mi turno con Kate para embellecerme-bromeó.
-¡Suerte!-le dije sin poder mirarlo.
Transcurrió bastante tiempo, en el que mi cara fue cubierta por capaz y capaz de maquillaje y mi cabello alborotado nuevamente, hasta que por fin, Molly me instó a abrir los ojos y mirarme en el espejo.
La chica que me devolvió la mirada en el reflejo, definitivamente no era yo. Mis cejas estaban bien definidas y maquilladas como las chicas de los tutoriales en Internet, mi frente adornada por un elegante flequillo que me hacía lucir estupenda. Y los ojos delineados perfectamente al igual que el rimel. Mis labios estaban pintados de rojo carmesí con un ligero brillo.
Boquiabierta, voltee a ver a Molly y esta sonrió.
-¡Ahora tu vestuario! Sigueme-me agarró la mano y cuando intenté ver a los chicos, me lo impidió-vamos, les darás la sorpresa completa.
Nos metimos a una puerta y vi un montón de ropa hermosa, desde jeans vaqueros hasta vestidos de noche largos y elegantes.
-Hoy, como es prueba, te vas a poner ropa casual. Ponte esto-echó un vistazo a varias prendas y luego me depositó una mini falda de mezclilla , una camisa blanca manga tres cuartos y una corbata azul de cuadritos negros, y me acercó unos botines negros muy cool.
-¿No crees que este atuendo se ve muy escolar?
-De eso se trata-rio-hoy será esta prueba. Pasado mañana quizá modeles bikinis o ropa más provocativa.
Livida, entorné los ojos y no pude si quiera protestar porque Molly salió rápidamente, dejándome sola.
Barrí ese pequeño cubículo y con las manos temblorosas, me desvestí para ponerme aquella ropa tan descabellada.
Y a decir verdad, fue un milagro que fuera de mi talla y le agradecí al cielo haber bajado muchos kilos en mi estadía ahí.
Cuando estuve vestida ridículamente, aventuré a echar un vistazo fuera de la puerta y enseguida Molly se acercó.
-¡Luces bellísima! ¡Ven! Los chicos ya termianron de alistarse.
Tomó mi brazo e hizo que saliera de mi escondite.
Entonces, al instante que alcé la cabeza, me encontré con Clark y Aiden, peinados, y con un poco de maquillaje discreto, solo para que sus rostros no brillaran, y vestidos sensualmente con ropa semejante a la mía.
Ambos chicos me escanearon de arriba abajo sin descaro.
-¡Dios! ¡Te ves tan preciosa!-balbuceó Clark.
-Siempre has estado preciosa, pero ahora mismo luces radiante-terció Aiden.
-¡Ay! No sean exagerados-reí tontamente.
-¡Madre mía! ¡Un ángel!-chilló Jack al verme con una gran sonrisa.
-Me estoy avergonzando-murmuré.
-¡No! Skyler, en verdad, eres una preciosura. Molly pulió lo que tenías de por sí.
-Exacto. Yo solo te saqué brillo-añadió la chica con orgullo. Su hermana gemela asintió, estando de acuerdo.
Aturdida por los piropos, me alejé un poco de ellos para tener mi propio espacio y no morirme de nervios.
-¡Empezamos con las pruebas en un minuto!-anunció Jack.
Mis nervios incrementaron en un 100% y para cuando Jack se acercó a mí, tuve ganas de vomitar.
Molly y Kate se hicieron cargo de acomodarnos adelante del fondo blanco y con una vista paralela a los reflectores de luz.
Mi sitio fue en medio de Aiden y de Clark, ambos altos, guapos, sexys y con un cuerpo de infarto.
A su lado, me sentía insignificante y fuera de lugar.
Y sin previo aviso, Jack se acercó peligrosamente a nosotros con una cámara profesional en sus manos y comenzó a fotografiarnos.
Percibí que, tanto Jack y Aiden habían empezado a moverse y a posar tan sexymente que quedé absorta mirándolos y que, en medio de mi trance, Kate arrastró un ventilador y lo encendió, dándome de lleno a la cara.
-¡Posa como si estuviera el chico de tus sueños cerca y quisieras robar su atención!-me gritó Molly y sonreí.
Agradecí el comentario de Molly, pero me sentí aún más nerviosa cuando Clark se acercó a mí y me agarró de la cintura con tanta seguridad; no obstante, eso no fue todo, sino que Aiden también se acercó y me agarró del hombro con profesionalidad.
Los dos mirando hacia la cámara y yo como idiota sin saber que hacer o a donde mirar.
Una lluvia de flashes me cegó por completo y forzando una sonrisa, acomodé mi rostro hacia Jack, sintiendo la cercanía de ambos chicos junto a mí.
Tiempo más tarde, Kate intervino para acomodarles la ropa a los chicos y Molly para acomodarme el cabello y retocarme el maquillaje.
No sé cuantos minutos o tal vez horas pasaron, pero al instante que comenzó a dolerme el cuerpo, Jack anunció que eso había sido todo.
Aiden y Clark dejaron escapar un suspiro de alivio y yo me aproximé al ventilador para refrescarme.
Las gemelas salieron junto con Jack, dejándome a solas con los chicos, quiénes se hallaban en cada esquina, lejos de mí, enfrascados en sus teléfonos.
Yo era la única de los tres que continuaba sintiéndose fuera de lugar. Ellos estaban relajados y tranquilos, como si posar frente a la cámara de Jack fuese lo más normal del mundo.
Y si era cierto lo que Aiden dijo, dentro de dos días estaría en otro estudio más grande con muchísimas personas más tomándome fotografías sin descanso y esto apenas había sido una prueba. Un ensayo pequeño.
-¿Alguno de los dos podría decirme qué hora es?-pregunté sin mirar a ninguno.
-Las nueve en punto-respondieron al unísono.
-Gracias-dije.
Volví la cara hacia el ventilador y pocos segundos después, entraron las gemelas y Jack con sodas, junto con bocadillos en bandejas.
-Han estado de maravilla, en especial tú, cariño-Jack se situó a mi lado, dándome una soda y un sándwich de la bandeja.
-Realmente estuve muy nerviosa y casi no hice nada, solo me paré como robot mientras los chicos se movían-dije con modestia y le di un mordisco al sándwich.
-De eso se trata, déjame decirte-añadió Clark detrás de nosotros, sostenía la lata de soda y un pequeño trozo de sándwich-no tienes por qué moverte de más, a menos que los fotógrafos te lo indiquen y Jack no te ordenó nada.
-Además, eres el centro de atención-interpuso Aiden, haciendo que Clark rodara los ojos-por más que nosotros nos esforcemos, a la que verán es a ti.
Tragué con dificultad el sándwich y bebí rápidamente la soda con ansiedad.
-Lo harás bien-sentenció Jack, palmeandome el hombro-yo me encargaré de ello.
Salimos del estudio luego de cambiarnos nuevamente con nuestra ropa con la que habíamos llegado. Me sentía extraña con aquellos kilos de maquillaje en mi rostro y el cabello de esa manera; más porque Clark y Aiden no dejaron de mirarme hasta que se marcharon.
-Yo la llevaré a casa-informó Jack cuando los dos habían comenzado a discutir para ver quién de ellos me llevaría. Me mantuve en silencio, dejando que Jack se hiciera cargo-mejor hagan favor de ir a dejar a las gemelas. Sus coches están en servicio en la agencia, por lo que no pueden volver a casa solas.
Aiden asintió y se ofreció amablemente a llevarlas, pero no sin antes abrazarme calurosamente a manera de despedida.
-Nos vemos en dos días-susurró en mi oreja.
Las gemelas me dijeron adiós con la mano mientras seguían a Aiden hasta el coche.
Clark, Jack y yo los observamos desde el porche.
-Ahora es mi turno de irme-avisó Clark-nos estaremos viendo, linda.
Asimismo, en lo que yo me concentraba en darle un abrazo cordial y amigable, Clark tuvo la brillante idea de besarme la comisura de mis labios sin que yo pudiera evitarlo.
-¡Eh, chico!-lo reprendió Jack con severidad, pero él se limitó a escogerse de hombros con una sonrisa.
-¡Hasta dentro de dos días!-exclamó corriendo hacia el Jeep.
Cuando se marchó lo suficiente, Jack me abrazó fraternalmente y besó mi cabeza con cariño.
-Ahora sí, tú y yo vamos a hablar-dijo.
-¿Sobre qué?-quise saber.
-Sobre todo.
VOTEN ☆
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