63
Pasamos de estar tocando el cielo a caer de espaldas al infierno.
Jamás había visto a alguien moverse tan deprisa como Demian. Un segundo más tarde, él ya se había puesto la ropa y yo, anonadada, apenas alcancé a agarrar mi pants y blusa.
-¡Vístete, amor!-me apresuró él.
Le hice caso y como pude, me vestí.
Por una milésima de segundo, logré verle la espalda tatuada y sonreí como boba.
-¿Skyler? ¿Demian está adentro contigo?-la voz de Eros me sobresaltó.
Demian yacía dando vueltas sobre su propio eje sin saber que hacer.
-Sí, aquí está. Estábamos por dormir-le contesté, dejando a Demian atónito.
-¿Qué diablos...?
Solté una risita y corrí a la puerta. No esperaba que Eros me mirara horrorizado y a la vez casi a punto de darle un ataque. Él comprendió lo que había entre nosotros y se quedó sin habla.
Sus ojos verdes, abiertos como platos y algo enrojecidos por el sueño, pasaron de mí a Demian y nuevamente a mí.
-¿Acaso quieren verme la cara de iluso?-logró articular.
-¿Por qué habríamos de ser tan cínicos?-musitó Demian, acercándose a mí y abrazandome. Recargué mi cabeza en su hombro.
-¿No se supone que estás con Clark ahora?-nos fulminó con la mirada.
-Nunca le dije que sería su novia-le informé-pero le diré que efectivamente no puedo ser más que su amiga.
-Dios... ¿no te das cuenta?-vociferó, con cólera.
Tanto Demian y yo lo mirarmos con desasosiego.
Eros estaba, literalmente enfadadisimo con nosotros.
-¿Sobre qué?-quise saber.
-¡Clark no es un juguete!-gritó y Demian tuvo que apartarme de él por si a caso se ponía violento. Era alucinante ver a Eros molesto de esa manera.
-Hey, cálmate-le instó Demian y apretó las mandíbulas cuando él se acercó a mí-no te le acerques o no respondo.
-Llamale ahora mismo y dile lo que pasó para que no venga a buscarte mañana u otro día-me ordenó, ignorando la advertencia de Demian-y que tenga en cuenta que no es ningún objeto con el que puedas jugar a tu antojo, así como lo es Demian para ti, Skyler.
No podía molestarme y protestar lo contrario o mostrarme ofendida por su comentario, porque era verdad. Había utilizado a ambos como objetos, sin ponerme a pensar en sus sentimientos.
Solo tuve que hacer el amor con Demian para hacerlo feliz, y tenerlo más a mi disposición; y me odié con todas mis fuerzas.
Bajé la mirada ante su acusación y detuve a Demian del brazo antes de que le descargara un puñetazo a Eros en la cara.
-Tienes razón. Le voy a llamar mañana, porque ahora mismo quizá debe estar buscando a su hermana-dije mecánicamente. No tuve el valor de darle la cara al hombre que me había cuidado por tantos meses. Tomé a mi chico de la mano y tiré de él hacia el interior de la habitación.
El rencor que percibí en los ojos de Eros me intimidó. Y antes de que cerrara la puerta, me dijo con seriedad:
-Te quiero como no tienes idea, hija, pero me parece insano que estés actuando de esta manera. Tienes que arreglar las cosas como es debido.
Y sin más, se alejó por el pasillo, rumbo a su pieza.
Esa confrontación provocó que me temblaran las piernas y unas incontrolables ganas de llorar invadió mis entrañas.
-Ven aquí-Demian acunó mi rostro entre sus manos y me besó.
Regresamos a la cama, ahora con aire taciturno y él se encargó de apagar la luz y arrullarme en sus brazos, haciendo que yo olvidara ese mal rato y me durmiera. Técnicamente veló mi sueño hasta quedarme rendida, acurrucada a su lado; sintiendo su aroma tan exquisito y su respiración alborotando mi cabello.
La sensación de tranquilidad, la cual había anhelado tantas semanas estaba en él. Demian era mi tranquilidad y había sido demasiado idiota como para no darme cuenta y jugar a experimentar.
Pero lo que me preocupaba era la manera en la que Clark iba a reaccionar cuando se enterara de mi decisión. Me iba a odiar totalmente. Me aborrecería a más no poder y lo comprendería.
Y cómo había olvidado por completo qué se sentía amanecer junto a la persona que le daba todo el sentido a tu vida, me sorprendió sentir una caricia en la mejilla, seguido por un beso cariñoso en la frente.
Desperté y todos los recuerdos de la noche anterior se golpearon mi mente y sonreí al encontrarme con los ojos de Demian, levemente rasgados por el sueño.
-¿Cómo amaneciste?-preguntó.
-Muy bien-contesté, estirando mis extremidades y él se encargó de llenarme de besos.
Nos hubiera gustado estar más tiempo así, pero la música clásica de Eros nos sobresaltó. Él había dejado de poner su disco casi desde que Demian se fue de su departamento y era demasiado sospechoso que hubiese vuelto a hacerlo.
-Creo que debo irme ahora-murmuró Demian, levantándose de la cama.
-Está bien-asentí, abrumada.
-Mañana vendré a verte, ¿Sí?
-Claro, o podemos salir a alguna parte.
-Eso suena mejor-dijo y se acercó para darme un beso en los labios antes de acomodarse la ropa y salir con determinación de la habitación.
Esperé a que saliera del departamento para correr a la ventana y verlo marcharse, pero me quedé de piedra al ver que cuando Demian se preparaba para irse en su moto, el Jeep de Clark aparcaba detrás de él.
Sentí de pronto que me faltaba el aire y me apresuré a cambiarme de ropa e ir a interceptarlos antes de que se pelearan o algo así.
Aproveché a lavarme la cara y los dientes a la velocidad de la luz.
Me vestí rapidísimo y eché un vistazo rápido de nuevo a la ventana y los vi con el rostro rígido y pétreo, con Eros en medio.
-Ay, madre-chillé y corrí fuera de la habitación con el cabello alborotado.
Nada más estuve cerca de la puerta cuando escuché con claridad la voz de los tres.
Tuve que prepararme mentalmente para afrontar las consecuencias de mis actos.
Avancé varios pasos fuera del porche y de inmediato Clark postró su mirada oscura en mí. Pero había algo mal. Él continuaba con la misma ropa del día anterior y tenía los ojos rojos, como si hubiese llorado.
Y tuve la sensación de que mi vida parecía una novela de drama.
-¡Skyler!-gritó mi nombre y sin miramientos corrió hasta donde yo estaba, ignorando a Demian y a Eros.
No tuve tiempo de procesar lo que ocurría porque de pronto estuve entre sus brazos.
-Clark-dije con voz temblorosa.
-Mi hermana, mi hermana no aparece-balbuceó de pronto con voz ronca-no estuvo con Christopher ni en ningún sitio. Sus amigas están igual de preocupadas que nosotros y no atiende su teléfono.
-¿Qué?-entorné los ojos y alcé la cara para mirarlo.
Él se debatía en llorar o hacerse el fuerte ante mí.
-¿De qué hablas?-insistí.
-Ella está desaparecida-agregó con dificultad. Sus ojos tristes me rompieron el alma.
Dios. ¿Qué podía hacer? Si lo abrazaba de vuelta, Demian se le abalanzaría encima, pero si no lo hacía, Clark pensaría que no me importaba en absoluto su angustia, por lo que opté por agarrarlo del brazo y le indiqué que entrar al departamento.
-Entra. En un segundo, vuelvo. Iré a despedirme de Demian-le dije mecánicamente y sorprendentemente asintió. Ni si quiera me interrogó. Entró al departamento y aproveché a despedirme de Demian.
Eros pasó de vuelta a su hogar sin dirigirme la mirada.
Demian se mostró inseguro y dejó escapar el aire retenido en sus pulmones.
-No le dirás que hemos vuelto, ¿verdad?-argumentó con pesar.
-Lo haré, pero no ahora. Él está destrozado y muy preocupado por su hermana. Juro que se lo diré, no te preocupes-le aseguré y lo besé en la mejilla, junto a sus labios; pero él tomó la iniciativa de besarme como se debe.
Unas cuantas gotas de agua cayeron en nuestras cabezas y lo abracé.
-Te veré luego. Mañana; tal vez-prometió.
Se subió a la motocicleta y poniéndose el casco, arrancó a toda velocidad, perdiéndose en la lejanía.
Suspiré y eché a andar rumbo al departamento; donde Clark me esperaba angustiado en el sofá con una taza humeante de café en las manos.
Al verme entrar, le brillaron los ojos, como si yo fuera algún tipo de milagro o algo así.
Me sentí mal por un momento y tomé asiento junto a él.
Eros estaba en el sofá de enfrente con los labios tensos, mirándome. Y eso me dio a entender que no le había contado acerca de mi reconciliación con Demian.
-Ahora sí, cuéntame que ocurre con Jodi-le dije con suavidad.
Clark dejó el café sobre la mesita del centro y se frotó los ojos con brusquedad, quedandole marcas rojas alrededor.
-Básicamente ella no acudió a Christopher anoche ni tampoco a sus amigas-comenzó a decir y noté que tenía un nudo en la garganta al hablar-y da la casualidad que justamente ayer tuvo una riña con ese mequetrefe y huyó; o al menos eso me dijo él, pero que no pensó que Jodi hablaba en serio.
-¿Y su novio no la está buscando?-pregunté, molesta.
-No-apretó los dientes y los puños-ese idiota piensa que ella solo quiere llamar su atención.
-¿Y tus padres qué van a hacer al respecto?
-Ya dieron aviso a las autoridades, pero les dijeron que al menos tienen que pasar 48 malditas horas para tomarla como desaparecida-farfulló con cólera-y te juro-me miró a los ojos con dolor-si algo le pasa a mi hermana, me muero.
-No hables así-tomé su mano sin darme cuenta-yo te ayudaré a buscarla. Y la vamos a encontrar. Solo deja que me de un baño y coma algo.
Él asintió, un poco más calmado.
-Date un baño también tú, chico. Tengo ropa tuya guardada-terció Eros con voz tenue.
Titubee, sabiendo que él no iba a aguantar tanto y rompería el silencio con Clark si yo no me animaba a decírselo.
Caminé a mi habitación y me duché lo más rápido que pude. Decidí ponerme ropa súper cómoda y lentes oscuros.
Busqué mi teléfono y aproveché a revisarlo. Tenía un mensaje de Aiden Carrolw, preguntándome la razón por la cual no le respondí ayer.
Lo único que conseguí hacer fue enviarle un mensaje de disculpas, donde le explicaba en breve que tenía un ligero problema persona y que le hablaría en cuanto lo solucionara.
Y también le mandé un mensaje a Demian diciéndole que estaría acompañando a Clark a buscar a su hermana que estaba extraviada.
"Tranquila. Ojalá encuentren a la chica. Me llamas cuando eso ocurra. Te quiero"
Esa fue su respuesta y no pude concebir cuan feliz me hacía.
Dejé el aparato en la cama y fui directamente a la cocina a comer un poco de cereal con leche en lo que Clark se alistaba, ya que se hallaba en una de las habitaciones de huéspedes.
Mientras buscaba un recipiente hondo para el cereal, llevé un espeluznante susto gracias a Eros. Sus petulantes ojos verdes me fulminaron sin piedad.
-¡Ya!-le espeté, con irritación-se lo voy a decir. Así que ya no tienes por qué mirarme de esa manera.
-Simplemente quiero que nadie salga herido-bufó y se cruzó de brazos.
-Pues Clark ya está herido y no es por mi culpa-apunté y preparé lo necesario de mi cereal.
Cogí el recipiente y lo coloqué en la isla de la cocina, listo para comerlo.
Pero como sentía la mirada de Eros quemarme la espalda, llevé mi desayuno al comedor.
Lo comí en rápidas cucharadas y luego lavé el traste y la cucharada al tiempo que Clark salía de la habitación con el cabello húmedo.
-¿Vas a desayunar?-le pregunté.
-No tengo hambre. Lo que deseo es encontrar a Jodi-murmuró.
Asentí.
Y entonces Clark con toda la confianza del mundo, agarró mi mano y tiró de mi hacia la puerta principal.
-Vamos.
Dispuse de ponerme los lentes de sol y salimos a la calle.
El clima estaba espantoso, solo que no llovía, pero daba indicios de querer hacerlo.
Abordamos el Jeep y él se puso también sus lentes para ocultar el desvelo y los ojos llorosos.
Sin embargo, en el momento que abrochaba mi cinturón, Clark se acercó a mí y me besó.
Pensé que sería un simple roce de labios, pero no fue así.
Dios sabía que yo quería apartarlo lejos, pero la imagen de él, casi llorando por su hermana hizo que le permitiera hacerlo.
-Tú haces que mi desesperación, agobio y dolor disminuya. Gracias por apoyarme fielmente, Skyler.
Sonreí para él y después dediqué unos segundos a mirar mi regazo hasta que por fin echó a andar el Jeep.
El cielo, nublado a más no poder, comenzó a desprenderse de suaves gotas de agua que se impactaron en los cristales con frenesí, volviendo borroso el camino.
Clark activó el limpia parabrisas y mantuvo una velocidad tranquila, mirando por las calles, inseguro y tenso. Me uní a su búsqueda con inquietud, tratando, sin éxito, de lograr ver a su hermana a por ahí.
No obstante, la ciudad parecía estar desértica. Eran las nueve de la mañana y no había ninguna alma merodeando por las calles y se debía al mal clima.
-Debe haber algún sitio al que haya acudido-dije.
-No conozco ninguno. Fui a cada una de las casas de sus amistades y revisé el interior de estas, pero no la encontré. Incluso fui a la casa de ese estúpido-añadió, apretando el volante con fuerza-es como si se la hubiera tragado la tierra. Y me preocupa porque está embarazada y ayer llovió toda la maldita noche.
-Tal vez está en algún hotel-sugerí.
-¿Tú crees?-volteó a verme esperanzado.
-Sí. Yo haría eso, hospedarme en algún hotel, lejos de casa.
Al oirme decir eso, frenó bruscamente el coche y giró en "U". No entendí bien la razón de su reacción, pero no le pregunté.
En su rostro habia un dejo de esperanza, como si mis palabras le hubieran dado las respuestas o la ubicación exacta de su hermana.
-Creo saber en qué sitio pudiera estar resguardada, aunque no es un hecho-dijo en voz baja.
Condujo durante un buen rato, sin dejar de dar leves vistazos a las calles o lugares poco concurridos y me pregunté si de verdad su hermana estaba perdida o simplemente andaba de juerga con otras amistades.
Llegamos a un edificio que tenía un enorme letrero en la fachada donde anunciaba ser un Hotel de nombre "Blue Sky" donde garantizaban hospedaje a buen precio y con muchas comodidades, a cambio de donar víveres para niños huérfanos.
Clark se quitó los lentes y me indicó a que bajara con él. Lo hice.
Me deslicé fuera del Jeep y lo seguí a pasos firmes.
Él entró deliberadamente al hotel sin molestarse en saludar. Fue directamente a la recepción y pidió hablar con el gerente.
Esperé, impaciente, hasta que se reunió con el susodicho y me puse a contemplar algunas pinturas que adornaban el pasillo.
-Interesante encontrarte aquí.
Volví el rostro por encima del hombro y vi a Aiden Carrolw detrás de mí, sonriendome. Se había cortado el cabello y afeitado la poca barba que tenía. Y a decir verdad, lucía muy bien.
-¿Qué haces aquí?-le pregunté de sopetón.
-Vaya manera de saludarme-bromeó.
-Lo siento-reí-es que no esperaba verte en todas partes a la que asisto.
Caminó hasta sentarse en una silla que estaba del lado contrario a las pinturas y suspiró.
-Este hotel le pertenece a un tío y como me dijiste que no podrías salir conmigo hoy, vine a pasar el rato y ayudarle-explicó-pero es demasiada coincidencia encontrarte en todos lados.
-Oh-dije y asentí-estoy aquí porque aún no resuelvo el problema que te mencioné en el mensaje.
-¿En un hotel?-elevó una ceja en mi dirección.
-Estamos buscando a alguien-no entré en detalles y me senté frente a él.
Aiden frunció el ceño, pero no preguntó a quién, sino con quién estaba yo.
-¿Estamos?
-Sí, Clark está hablando con el gerente del hotel.
-Ah, ya veo.
El chico se quedó pensativo, tal vez tratando de buscar algo que decirme para romper el silencio que se estableció entre nosotros.
Pero no necesitó pensar más, puesto que Clark apareció por el pasillo con el rostro más pétreo y eufórico. No saludó a Aide, sino que agarró mi mano de tajo y me llevó con él había la salida.
-¡Adiós, Aiden!-logré decirle antes de desaparecer por la puerta.
La respiración de Clark era agitada y parecía estar al borde del colapso.
-¿Qué pasa? ¡Clark!-lo agarré del pecho y lo obligué a recargarse en el Jeep-¡Hey!
-¡No está! No ha llegado ninguna chica con sus características-dijo. Le tembló la voz-necesito seguir buscándola.
Se negó a mirarme y se subió sin dudar a su coche. Hice exactamente lo mismo y noté que estaba poniendo todo su empeño en no romperse.
Me mantuve con la vista pegada a la ventana, en lo que él conducía.
No sabía como ayudarle ni confortarlo.
Al cabo de tres horas exactamente, él detuvo el Jeep en la acera de una cafetería con aire irritado.
-Tengo hambre. Necesito comer o si no me pondré de malas, vamos.
Dentro de la cafetería, lo vi comer sin ganas, con la mirada perdida y sumido en sus pensamientos.
Le acepté un café y le ayudé a que comiera todo su plato, actuando como idiota para hacerle sonreír de vez en cuando.
-Me gustas muchísimo y te quiero-me dijo al término de su almuerzo. Me quedé inmóvil y pasmada ante su revelación-en serio, te quiero.
Nunca llegan a los 100 votos y hay un buen de leídas 😡😒 pero da igual. Para mi es un placer escribir y un honor que me lean. Las amo. Y les dejo aquí fotos de Aiden Carrolw♡
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