60
Antes de que amaneciera, abrí los ojos; justo a tiempo antes de recibir la llamada de Clark, anunciandome que ya estaba por venir por mí.
Aturdida, comencé a alistarme. Entré a bañarme rápidamente y a vestirme lo antes posible.
No obstante, escuché ruidos en el pasillo y pensé si tal vez Eros había despertado por casualidad. Todo estaba oscuro y hacía demasiado frío.
Salí a hablarle, pero estaba completamente vacío tanto el pasillo y la cocina. Volví el rostro hacia su habitación y la hallé cerrada.
Regresé a la mía y continué preparándome con aire pensativo.
Mientras esperaba la llamada de Clark en la sala, junto con mi maleta, decidí guardar el número de Demian bajo el nombre de "No le contestes" y suspiré.
Entré a su chat y me quedé perpleja de ver que acababa de desconectarse hacia unos minutos.
Pensé en enviarle otro mensaje para exigirle respuestas, pero decidí ignorarlo.
El sonido de un claxón hizo que respingara.
Lo bueno era que había bebido un poco de café con galletas antes de partir, de lo contrario, mi estómago hubiese protestado por comida a esas horas de la mañana.
Arribé hasta el porche con la única maleta y Clark se apresuró a saludarme con un cálido beso en la punta de mi nariz y luego en los labios.
-Estás preciosa-me dijo, al tiempo que cogía la maleta y la llevaba a la parte trasera de su auto.
Me había puesto las orejeras y la bufanda que él me había obsequiado para hacerlo sentir confiado de mí, por si en caso a Demian se le ocurría de verdad aparecerse en la montaña.
El sol ni si quiera daba indicios de salir y el frío mañanareo caló en mis huesos hasta llevarme al borde de tiritar sin miramientos.
-Dame la llave del departamento y subete antes de que te congeles-dijo Clark y obedecí.
Él se hizo cargo de, prácticamente todo.
Clark Ravel resultó ser un chico fuerte, guapo e independiente, no el típico modelo idiota y dependiente que eran los demás.
No dejó que lo ayudara, incluso guardó las llaves del departamento de Eros para que yo no las perdiera.
-No soy tan descuidada como crees-refunfuñé entre dientes mientras nos abríamos paso hacia la casa de Dexter, para después irnos todos juntos.
-Simplemente estoy cuidando de ti y haciendo lo posible para que estés relajada este fin de semana.
-Estoy relajada.
-¿En serio?-inquirió, alzando una ceja en mi dirección con una leve sonrisa-te ves tensa.
-No estoy tensa-mentí, haciendo una mueca de fastidio.
-Cuando no estás del todo bien, tiendes a hacer muecas o a evadir a las personas-explicó y voltee a verlo, abrumada. Él tenía razón-créeme, aprendí a leer tu comportamiento corporal.
-¿Cómo?
-Pues, debes comprender que me encanta observarte-apartó la vista del frente para verme un segundo.
-Eso explica todo-susurré, hundiendome en el asiento con las mejillas ruborizadas.
El calor de la calefacción provocó que me estremeciera en todo el camino.
Recargué la cabeza en el cristal, el cual se empañó con mi aliento y dejé que el movimiento suave del Jeep me adormeciera.
Sin embargo, en la deriva del sueño, sentí que nos deteniamos y luego continuabamos.
Abrí los ojos un poco y noté que mi cabeza ya no estaba en la superficie lisa, fría y dura del cristal, sino en una suave y alconchonada. Era un cojín pequeño.
Observé un poco el camino y me percaté que ya no estábamos del todo en la ciudad, sino rumbo a las afueras.
Desorientada, levanté la cara y observé a Clark conduciendo tranquilamente. El cielo estaba comenzando a aclarar.
-Pensé que dormirias todo el camino-le oí decir con voz alegre.
-¿Todavía no llegamos a casa de Dexter?-ahogué un bostezo, haciendo que se me llenaran los ojos de lagrimillas.
-Desde hace un buen rato llegamos a su casa, pero estabas profundamente dormida que no te quisimos despertar y no te diste cuenta de nada-me informó y entorné los ojos, estupefacta-además, él y su novia vienen detrás de nosotros-movió la mano hacia atrás, señalandome el coche de Dexter con el pulgar.
Aventuré a echar un vistazo y alcancé a ver el rostro de Dexter a varios metros de distancia. Traté de distinguur la cara de la chica, pero fue inútil.
-¿Cómo es la novia de Dexter?
-Es rubia, tiene ojos grises...
-No, no-lo interrupí-me refiero a su personalidad y carácter.
-Oh-se quedó pensativo y se rascó la cabeza-es un poco parecida a Joanna, pero no mucho. Si logras congeniar con ella, la amarás. Es buena persona.
-No creo poder ser su amiga si tiene aires de Joanna-grazné y él rio.
-A veces me cuesta aceptar que mi fanática está aquí conmigo, haciendo mis días muy interesantes.
-Uff, dímelo a mí-bromee-luego de que me ignoraste un tiempo por estar con Joanna, tienes el descaro de decir que disfrutas mi compañía.
-En ese tiempo era un idiota y creí haber encontrado el amor de mi vida en ella.
-Es bueno recapacitar-vacilé y suspirando, me recosté nuevamente en el cojín, con el rostro hacia él.
Clark sonrió plácidamente y siguió conduciendo.
Al cabo de varios minutos, la carretera fue sustituida por terreno predregoso, haciendo que nos movieramos de un lado a otro. Sin éxito, intenté sujetarme, puesto que no llevaba cinturón, pero en uno de sus movimientos, uno de los neumáticos debió caer en un agujero y el Jeep saltó de improvisto y yo me moví bruscamente del asiento hacia un costado, quedando absurdamente sentada en el regazo de Clark sin miramientos.
Mi cara quedó demasiada cercana a la suya y él me miró con los ojos muy abiertos.
-¿Estás bien?-frenó el Jeep.
Reí histericamente ante aquella situación.
-Sí, estoy bien-solté otra risilla y comencé a moverme hacia el asiento.
-No, quédate ahí-dijo Clark, acomodandome en su regazo para que pudiera conducir sin problemas.
Lo observé con detenimiento, incapaz de descrifar su expresión tranquila.
Cabía bastante bien entre el volante y él, sin decir del calor corporal que emanaba de su pecho, adormeciendome otra vez.
-Puedes dormirte. Falta treinta minutos para llegar.
-Está bien. Cualquier cosa, me hablas-murmuré, cerrando los ojos y acomodando mi cabeza en el hueco de su cuello y hombro.
Mi oreja quedó cerca de su corazón y lo escuché latir muy aprisa, a pesar de que su respiración parecía tranquila.
Era como si estuviera manteniendo la cordura al tenerme cerca de él. Y no pude evitar sentir envidia. ¿Cómo podía Clark mantener la compostura y no flaquear ni en sus expresiones?
Lo inexperta que yo era en el amor y esas cosas lo reflejaba en mi comportamiento corporal, tal cómo él había mencionado y apreté los ojos, irritada por esas ideas.
-Duerme-sentí su cálido aliento despeinar ligeramente mi cabello y obedecí como niña pequeña.
Conseguí conciliar el sueño fácilmente, sintiéndome protegida por ese chico. Por mi Supermodelo.
[...]
Fastidiosamente tuve que obligarme a regañadientes a despertar cuando las manos de Clark me sacudieron con gentileza y la voz estridente de Dexter gritó mi nombre desde afuera del Jeep, haciendo que Clark gruñera y yo sintiera el temblor de su gruñido a través de su pecho.
-¿Ya hemos llegado?-balbucee.
-Ya, cariño. Necesito bajar, lo siento.
-Tranquilo. Me muevo ya-dije y me arrastré hasta el asiento del copiloto.
-Puedes seguir durmiendo en lo que acomodamos las cosas.
-Está bien...
Abracé el cojín y quedé dormida en minutos.
-Eh, ¿Hola? ¿Skyler?
Arrugué el ceño cuando escuché en la lejanía mi nombre brotar de una voz femenina y desconocida.
Luego, mi brazo quedó bajo el agarre de esa persona y ahí fue donde desperté completamente.
-¿Qué?-gruñí, sin enfocar la vista a nada en particular.
-Disculpa, no quería molestarte, pero Clark me pidió de favor que te levantara porque vamos a desayunar.
Cuando logré verle bien el rostro, supe de inmediato que se trataba de Hannah, la novia de Dexter, gracias a las características que Clark me dio de ella.
Rubia, ojos grises y muy guapa, solo que con una mirada dulce y a la vez salvaje, como si quisiera que todos supiéramos que era una chica de bien, pero con un carácter fuerte en el interior.
Sonreí.
-Gracias, Hannah.
Me miró con sorpresa y luego su expresión se suavizó.
-No pensé que supieras mi nombre-acotó, sonriendo de oreja a oreja.
-Dexter me lo dijo ayer-me encogí de hombros y bajé del Jeep. Estiré las extremidades para hacer crujir los huesos y me sentí relajada.
-Bueno, pero debemos presentarnos como es debido-inquirió y extendio su mano hacia a mí-soy Hannah Roberts.
-Skyler Newton-le estreché la mano.
Nos acercamos a los chicos, quiénes ya habían montado dos casas de campaña en medio de un claro rodeado de árboles.
Escudriñé a mi alrededor y respiré hondo, dejando que mis pulmones sintieran el fresco y puro aire de las montañas. Un halo de vapor se deslizó de mis labios cuando dejé escapar el aliento.
-¡Ven aquí!
Escuché la voz de Clark y lo miré agitando la mano a unos pasos más allá.
Corrí hasta él y me senté a su lado, sobre una manta.
El cielo ya estaba totalmente claro y hermoso.
-¿Quieres fruta o sándwich?-me dio a elegir, sopesando cada uno entre sus manos-aunque te aconsejaría que te decidieras por la fruta-rio y escuché a Dexter resoplar.
-¡Cállate!-le espetó este a Clark y me miró con vergüenza-come los sándwiches, están buenos y no le hagas caso al tonto de Clark.
-Pues una vez casi me mata su comida, pero bueno-se encogió de hombros, y luego soltó una carcajada.
Hannah sonrió y le plantó un beso a Dexter en el cuello, como muestra de apoyo y cogió un sándwich con determinación.
-Si he de morir, moriré con dignidad-bromeó ella y todos, menos Dexter, rompimos en carcajadas.
-Gracias, cielo-graznó el novio de la chica y esta lo abrazó con cariño.
Almorzamos tranquilamente y poco a poco nos fuimos recostando sobre la manta, mientras hablábamos de cualquier cosa. Y en algún momento, me hallé respondiendo y preguntándole cosas a Hannah y ella a mí, y los chicos, al vernos tan concentradas, decidieron ir a inspeccionar el lugar.
Había algunos residuos de nieve en algunas partes, haciendo que el clima fuese más helado de lo normal, pero reconfortante.
-Así que eras fan de Clark y el destino se encargó de ponerte en su camino por medio de su fotógrafo personal-alardeó Hannah, impresionada.
-Sí.
-¿Y qué hay de ese chico, Demian? ¿Rompiste con él al conocer a Clark?-el tono de su voz me desconcertó.
-Uhmm...-bufé-que lo digas de esa manera suena fatal, pero no es así. Ocurrieron muchas cosas.
-Lo lamento, no quise incomodarte-añadió, ruborizada.
-Descuida.
-Pero ahora, ¿planeas estar con Clark, no?
-Pues sí, eso creo-miré a otra parte, evitando el contacto visual a sus petulantes ojos grises sumamente expresivos.
Cuarenta minutos después, y a petición de Dexter, guardamos las casas de campaña con desdén porque él deseaba ir a excursionar en ese momento.
Clark me brindó la ropa de excursión de Jodi, su hermana y me cambié detrás de los autos junto con Hannah.
Era algo cómoda la ropa y me sentí libre, pero con frío al estar lista.
Hannah Roberts se miraba preciosa, puesto que se había recogido su elegante cabellera en una cola de caballo y su rostro lució aún más radiante.
-¡Muero por comenzar!-exclamó, calentando los pies y piernas.
Yo no era buena con el ejercicio. En la escuela, cada que nos hacían correr o jugar algún deporte, terminaba torciendome el tobillo o con calambres en los músculos, por lo que comencé a arrepentirme de haber aceptado ir.
Tanto Clark y Dexter estuvieron listos también, solo que ambos chicos llevaban unas mochilas pesadas en la espalda con lo necesario, ya que no podíamos llevar los coches por la montaña.
-¿Necesitan ayuda? Yo podría llevar algo-me ofrecí.
-No, estamos bien-respondieron al unísono.
Acercandome a Clark, percibí que tenía las mejillas enrojecidas y el cuello también. No sabía por qué estaba así, y mostré preocupada.
-¿Estás bien?-le pregunté. Él no me miró, sino que siguió calentando sus pies.
-Sí, ¿por qué?
-Tu cara está roja y parte de tu cuello también-inquirí, pasando un dedo sobre su piel.
Lo vi respingar y apartarse de mí con una leve sonrisa.
-Estoy bien, Sky. Simplemente no puedo evitar sentirme bien al verte.
-¿Eh?-parpadee.
-Sí. Estoy extasiado al tenerte aquí mismo conmigo.
-Clark, no empieces-le di un golpecito amistoso en el hombro.
-No pensé que ibas a acceder a venir.
-¿Por qué habría de no aceptar?
-No lo sé. Eres una chica con secretos, y a veces no se sabe como vas a reaccionar, a menos que pongas atención a tus expresiones o tus movimientos.
-Eso se llama acoso.
-Lo sé. Pero gracias a ese acoso, estoy conociendote-rio.
No pude evitar sonreirle y acomodé mi cabello como Hannah en lo que partiamos.
-¡Ya, vámonos!-gritó Dexter, agarrandole la mano a Hannah.
Clark gruñó y vaciló antes de agarrarme también a mí.
Lo único que se nos permitió llevar a Hannah y a mí, fueron las botellas de agua en una pequeña mochila.
Los chicos se dieron a la tarea de hacer todo el esfuerzo.
El alpinismo, literal, no era mi mejor fuerte.
Tropecé y caí tantas veces que perdí la cuenta. Clark, desde luego, fue el que me ayudó a incorporarme, aminorando su paso para ir conmigo. Hannah y Dexter nos habían rebasado en una enorme ventaja de tal vez una cuadra de distancia.
A medida que ascendiamos, el ambiente se tornó más frío y vislumbré monticulos de nieve en forma de pirámides en algunas partes.
-¿A dónde vamos exactamente?-balbucee, entre aspiraciones desesperadas. Mandé al carajo todo y me dejé caer sobre una roca para beber agua.
-Dexter nunca ha explorado hasta al punta de la montaña y quiere que pasemos la noche ahí-contestó Clark, mirando con anhelo a sus amigos que continuaban subiendo sin ningún problema.
-Lamento ser una carga pesada, pero el ejercicio no es lo mío-musité, guardando la botella con agua.
-Para nada-negó con la cabeza y se acercó a agarrarme la mano.
Afianzamos nuestras manos y avanzamos a paso firme y seguro hacia adelante.
No obstante, en el trayecto, recordé lo que Demian me había dicho sobre vernos en las montañas y casi reí ante su mal chiste.
¿Cómo demonios podría él llegar antes que nosotros?
Clark apresuró el paso y yo eché a correr.
El frío era tan letal que comenzaron a arderme las mejillas de frío.
Había tenido suerte al recibir las orejeras y bufanda de Clark porque en ese instante estaba muerta de frío y no comprendía como Dexter, Hannah y Clark lo soportaban.
A lo mejor era porque ellos ya estaban acostumbrados a este tipo de clima por lo que los hacía inmunes a cualquier cosa.
Con la respiración agitada, proseguí sin detenerme un momento gracias a que Clark no me soltó.
No sé cuanto tiempo anduvimos ascendiendo, pero el sol ya estaba sobre nosotros y el frío era más brutal.
Agudicé la mirada y percibí a Dexter a lo lejos agitar los brazos con emoción. Él apenas era un puntito que se movía sin parar.
-Dios, ya no puedo dar un paso más-anuncié, soltando a Clark y cayendo de rodillas sobre un montículo de nieve-adelantate tú.
-¿Bromeas?-dijo, mirándome con precaución-descansaremos unos minutos. No te dejaré atrás. Ya casi llegamos.
-De verdad, no quiero que te quedes atrás. Continúa...
-No, mejor haremos esto-replicó y dejó la mochila pesada sobre el suelo para después acercarse a mí, lo suficiente para darme cuenta de que planeaba cargarme.
-No permitiré que me lleves en tus brazos-me negué.
-Pesas menos que esta mochila, créeme-y sin más, se arrodilló de espaldas a mí y me hizo señas para que me subiera-así será más fácil llevarte.
-¿Qué hay de la mochila?-me mordí el labio inferior, sopesando en subirme o no a su espalda.
-No importa. Solo súbete.
Obedecí ante sus órdenes. Le pasé los brazos por el cuello y él me agarró las piernas, pegandolas a su cintura sin ningún esfuerzo.
-¿Estás cómoda?-quiso saber.
-Sí-afirmé, besandole la base del cuello. Él rio y se inclinó a recoger la mochila, la cual se la colocó en el pecho y me sentí miserable por hacerle cargar tanto.
Quince minutos después, llegamos hasta donde Dexter y Hannah nos esperaban. Habíamos llegado por fin a la cima y Clark me colocó con cuidado sobre mis pies, soltando un suspiro de alivio. Lo vi recostarse en un arbusto con el rostro curtido de sudor a pesar del frío.
-Debiste haber hecho señas para que bajara a ayudarte-se quejó Dexter, mirando a su amigo que resoplaba de cansancio.
Clark se tomó un respiro de varios minutos antes de encontrar su voz y responder.
-Skyler ya no podía más y de igual manera no quería que ustedes volvieran a bajar por nosotros. Además, logramos apañarnoslas, ¿verdad, linda?
Dirigió su mirada a mí y asentí sin saber que añadir.
Por mi parte; estaba exhausta al haber subido ese enorme tramo de montaña y no me apetecía mover un solo músculo al igual que Clark. Él tenía buena condición física, pero había puesto a prueba su fuerza corporal como para esforzarse en poner las casas de campaña, así que los que se encargaron de hacerlo fueron Hannah y Dex.
Estuve sentada un largo rato, pensando en la descabellada idea de que teníamos que bajar nuevamente al día siguiente la enorme montaña y no logré evitar que se me erizara la piel.
Comimos pollo frito que Hannah llevó en un recipiente tapado con papel aluminio, el cual logró conservar caliente y café.
El aire helado era un poco soportable al estar los cuatro juntos alrededor de una pequeña fogata, aunque todavía era de día.
Y a eso de las tres de la tarde, según Dex, Clark me convenció de acompañarlo a echar un vistazo a los alrededores, prometiendo que no subiriamos a otra montaña.
Dejamos a la pareja a solas y comenzamos a adentrarnos en los pinos y arbustos levemente congelados.
La mano de Clark era tan fuerte, tan cálida a través de los guantes y tan segura, que dejé que me guiará a donde él deseara.
-Dexter necesitaba estar un rato a solas con Hannah-dijo Clark de repente. Me reí cuando percibí la diversión en su voz-y nosotros hacíamos mal cuarteto ahí, ¿no crees?
-Si nosotros hubiéramos dado algún indicio de estar a solas, ¿ellos también nos hubieran dado espacio?-bromee.
Aquello lo dejó en shock y volteó a verme, sin dejar de caminar.
-¿Acaso es una proposición indecorosa?-su voz era pícara y maliciosa.
-¿Qué?-abrí los ojos como platos y de inmediato negué con la cabeza-¡No!
-¡Ja! Estoy jugando, pero si gustas...
-¡Clark!
Su risa fue totalmente contagiosa y cuando me vine a dar cuenta, también yo reía.
Y de la nada, él me acercó a su costado y pasó el brazo por encima de mis hombros con cariño.
Nuestros pasos se acoplaron y avanzamos un poco más hasta llegamos a un claro, parecido a donde nos habíamos alojado horas atrás.
El ambiente me pareció un tanto cursi, puesto que el sol brillaba sobre nosotros y el aire frío nos azotaba el cuerpo.
Él quería besarme, no había duda y yo lo sabía por la forma en que sus ojos se fijaron en los míos y la inclinación de su cabeza.
-¿Vas a besarme?-susurré, sobre sus labios, los cuales ya estaban sobre los míos.
-Es lo que hago, linda. Quédate quieta un poco más-dijo y acarició mi mejilla mientras intensificaba el beso en medio de aquel foco de naturaleza a nuestro alrededor.
Lo agarré de la chamarra y desee que el beso fuese más hechizante, más duradero, pero aquel deseo se fue por completo a la deriva, puesto que unas pisadas quebrando trozos de ramas y maleza captó nuestra atención y tuvimos que apartarnos a regañadientes.
-¿Qué fue eso?-pregunté, molesta.
-Si eres tú Dexter, juro que te mataré...-gruñó, poniéndome atrás de él mientras echaba un vistazo a los pinos que se erguían hasta el cielo.
Hubo un intervalo de silencio en el que ya no escuchamos nada más y bajamos la guardia.
Clark alargó el brazo para cogerme la mano, pero en eso, la voz de alguien nos sobresaltó.
-Tengo suerte de no ser él, ¿no? Así no me matarás.
Volvimos el rostro hacia Demian, quién había aparecido entre los arbustos con una sonrisita tonta en los labios. Se había puesto nuevamente el piercing y llevaba ropa parecida a la nuestra. Pero eso no era todo, él venía acompañado.
Acompañado de Joanna Boston, por supuesto.
Rápidamente miré a Clark y vi como sus cejas se juntaban hasta casi llegar al grado de tocarse entre sí y sus labios se tensaban en una fina línea recta. Aprovechó a afianzar su mano con la mía y lanzó un gruñido de molestia cuando Joanna quiso acercarse a él.
-¿Qué hacen aquí?-les preguntó, tajante.
Me di a la tarea de resguardarme detrás del hombro de Clark para evitar mirar a Demian, quién me miraba fijamente sin parpadear.
-Estábamos aburridos, y como Demian no conoce bien la ciudad, decidí traerlo de excursión, ¿no es fabuloso?-respondió Joanna con una sonrisa coqueta. Ella parecía una diosa del hielo con su atuendo perfecto y su cabello negro suelto, y sus ojos azules expresivos.
Clark se tensó bajo mi agarre.
-Bien, anda, vamos-la instó-dime ya a qué vinieron realmente.
-¿A qué otra cosa habríamos de venir si no es a conocer?-añadió Demian por fin, luego de unos buenos minutos de silencio al contemplarme.
-De seguro nos escucharon hablar en el salón-me dijo Clark y yo asentí, todavía sin mirar a Demian.
-Ahora somos compañeros de clase, ¿por qué te molesta que hayamos querido venir aquí también?-dijo Demian con diversión-el alpinismo es interesante.
-Porque no me agradas-le espetó Clark y miró después a su ex novia-y tú igual. No me agradan.
Los ojos de Joanna se cristalizaron de lágrimas en ese instante y titubee. Aunque fuese una demente, tampoco tenía por qué ser tratada así y menos por el chico que alguna vez le hizo creer que la amaba.
-Vámonos, Skyler-musitó Clark, llevandome consigo.
Miré por encima del hombro como Demian le palmeaba el brazo a Joanna mientras nos miraba irnos a toda prisa.
Regresamos al sitio donde Hannah y Dexter debían haber estado o al menos a la vista, ya que no tuvimos que buscarlos porque sabíamos de antemano donde estabab: Dentro de una casa de campaña.
La pobre imitación de casa se movía de un lado a otro y sonidos extraños emergían de las mismas.
Clark tragó saliva y gruñó. A mi se me enrojecieron las mejillas y aparté la mirada.
-Todavía es de día, maldita sea-masculló él, agarrando nuestra casa de campaña para desmontarla y ponerla en otra parte.
No dije mientras la guardaba a toda prisa.
Me dio a sostener las bolsas de dormir y parte de la comida.
-Bajaremos un poco, ¿está bien? No me agrada para nada tener a cuatro personas idiotas cerca de mi-espetó más para si mismo.
Al final de cuentas, descendimos unos cuanros metros de la montaña para alojarnos en un lugar adecuado.
El sol, a pesar de estar en su mejor punto, no quemaba, ya que hacia contraste con el frío.
Nos sentamos entorno a la fogata que Clark logró crear en unos minutos y mantuvimos la mirada fija en ella.
-De haber sabido que sería así de incómodo, te hubiera invitado a ir a otra parte-dijo de pronto-solos tú y yo, sin este tipo de contratiempos.
-Está bien, no pasa nada, Clark.
Él asintió, para nada convencido con mis palabras.
Bajé los ojos a mi regazo y juguetee con una ramita del suelo en lo que pensábamos que hacer a continuación.
-Y dime, Sky, ¿te gusta dibujar?
Voltee a verlo de inmediato, perpleja por su graciosa pregunta. De seguro estaba muy desesperado en romper el hielo y aligerar la tensión.
-Sí, me gusta. Pero no soy buena-admití-¿y tú?
-La verdad es que me encanta, pero no dibujo. Solo me fascina ver vídeos en YouTube de personas que lo hacen.
-Oh-reí-yo también. A veces dibujo porque esos vídeos motivan a hacerlo y porque desde pequeña dibujaba, solo que de la nada cambiaron mis gustos.
-¿Te crees capaz de dibujarme algo?-le brillaron los ojos.
-¿Cómo qué?-entrecerré los ojos.
-No sé, lo que se te venga a la mente-insistió.
-Claro, puedo intentarlo.
-¡Hazlo ahora!
-No tengo material...
Entonces de su mochila, extrajo una libreta y una estuchera.
Las colocó en mis piernas y alcé las cejas.
-También tengo una pequeña mesa portable, espera.
Se levantó y corrió al interior de la tienda y sacó un pequeño cuadro de madera que tenía patas dobladas de los bordes.
Con una sonrisa genuina, volvió a mi lado y compuso la mesa frente a mí.
-Eres un estuche de monerías, Clark-solté una risita.
-Me encanta ver que me consideres así-me guiñó un ojo y se encargó de darme un beso en los labios, dejándome ruborizada-bien, ahora dibuja algo para mi.
Apreté los labios y abrí la estuchera en busca de un lápiz.
Escruté un poco más al interior y saqué una goma.
Clark me hizo el favor de abrir la libreta y ponerme la hoja en blanco en la mesita.
A través del rabillo del ojo, sentí su mirada anhelante e insistente de Clark, en espera de mi magnífico dibujo.
Comencé a hacer la forma de la barbilla y luego las orejas, de manera que el cabello se las ocultara por completo. Tal vez si hubiese estado a solas en mi habitación, mi dibujo no fuese tan deprimente.
Lo único que yo sabía hacer, incluso bajo presión, eran los ojos. Y lo hice.
-¡Estupendo!-exclamó él en mi oreja-jamás había visto ese estilo de ojos, me encanta.
-Terminé-dije con la voz temblorosa-te dije que no soy buena...
-¡Hey! Está perfecto, me gusta-arrebató la libreta de mis manos y la alzó sobre su rostro.
Reí entre dientes y negué con la cabeza.
-No es necesario adularme en algo que de verdad soy pésima.
-Si quieres puedo hacerte una demostración sobre ser pésimo.
-¿A qué te refieres?
-Voy a tratar de dibujar también y lo verás.
Dobló la hoja, poniendo otra nueva y agarró la mesita sobre sus piernas.
Me incliné a él para observarlo.
Clark comenzó a "dibujar" con mucha concentración y parpadee al ver que de verdad no mentía. Sus trazos parecían tan languidos e irregulares, que más bien parecía que un niño de tres años estuviese ahí y no él.
Y por muy extraño que fuese, me causó ternura y a la vez un raro estremecimiento en el pecho por aquel chico tan espectacular y a la vez tan ordinario.
Cuando vine a darme cuenta, yo tenía los brazos alrededor de su cuello y mis labios sobre su mejilla.
Él me miraba con sorpresa y rubor.
-¿Lo ves? Es totalmente desastroso-murmuró, bajo mis brazos y acarició levemente parte de mi cara.
-Una vez un youtuber me aconsejó que el secreto está en la práctica-afirmé-y mejoré bastante con su consejo, a comparación de antes, claro. Porque sigo siendo mala.
Clark suspiró y contempló su amorfo dibujo y se echó a reír.
-Cada persona es bueno en algo y está más que claro que en este pasatiempo yo no lo soy.
Pensé en deshacer el abrazo, pero la calidez que emanaba permitió que yo continuara pegado a él.
Estuvimos un rato abrazados, mirando a la nada. Ni si quiera tenía la más mínima intención de apartarme.
-¿Quieres comer algo?-la voz de Clark salió ronca y nerviosa.
Asentí y le di un beso nuevamente en la mejilla antes de apartarme.
Media hora después, los dos comíamos animadamente pollo frito con puré de papas y otras delicias, escuchando música del iPod de Clark.
Le hice repetir la canción de "PassionFruit" de Drake, que era relajante y con buen ritmo.
El fuego aplacaba el fresco y hacía revolotear nuestro cabello.
-Estoy contenta-dije, sonriendo. Era la primera vez que me sentía así en mucho tiempo.
-Estoy contento de que te sientas así-replicó él, esbozando una sonrisa.
Tenía un poco de puré de papa en la comisura de su labio y sin pensarlo, se lo limpié con el dedo pulgar y cuando quise apartar la mano, él pasó su lengua sobre mi dedo, dejándome ruborizada.
Y otra vez el momento se transformó en romántico, o al menos para él.
Sus ojos brillaban más de lo habitual cuando teníamos mayor contacto y cercanía. Y me era imposible alejarme en esos segundos.
Mordí levemente mi labio inferior, siendo consiente que sus ojos estaban postrados en mi boca, hipnotizado por el movimiento de esta.
-¿Podemos unirnos a ustedes?
La masculina voz y dócil voz de Demian, pero cargada de veneno nos sobresaltó.
Cerré los ojos y sentí a Clark enfurecerse. Abrí los ojos y lo agarré del brazo.
-¿Qué demonios?-vociferó Clark, casi yendosele encima.
Demian sonreía, o más bien, tenía la boca torcida en una mueca de fastidio y cólera y su vista en mí.
Joanna, por su parte, ya había corrido a plantarse junto a Clark y este la ignoró, ya que le preocupaba más Demian que ella.
-Lo diré claro y simple-habló Demian con frialdad, sin perder la postura-ella-me señaló con el dedo-me pertenece. Y hagas lo que hagas, no vas a tenerla para ti, aunque ella te haga creer que sí. No podrás jamás compararte a mi y a lo que siento por Skyler. Ni los momentos que pasé a su lado. Así que mejor regresa con tu antigua novia, ella te queda como anillo al dedo y apartate de nuestro camino. Eres de otro nivel-carraspeó-y nosotros de otro. Quédate con gente de tu clase y no te metas en relaciones ajenas-curvó las comisuras de sus labios hacia arriba con cinismo-el hecho de que seas un gran modelo canadiese reconocido, no te da derecho a querer enamorar a quién tú desees solo por capricho. Además, Skyler está apantallada por ti y no te ama como cree. Simplemente sigue en anonadada por haberte conocido. Y cuando vuelva a la realidad, te darás cuenta de lo que hablo.
Boquiabierta, abrí los ojos como platos y vi la reacción de Clark. Él estaba atónito.
50 votos y continuo.
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