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Al séptimo golpe de ambos modelos, el que apenas podía mantenerse de pie era Demian Say. Tal vez era la rabia lo que no lo dejaba flaquear tan fácilmente o la intención de provocarle algún rasguño a Clark Ravel, quién simplemente se había despeinado, luciendo inmaculado como siempre.
Hallandose en medio de la calle, comenzaron a ser blancos de atención de las personas que pasaban por ahí y a los pocos minutos estuvieron rodeados de espectadores, tal y como ocurrió en la Universidad.
La sangre de Demian que había salido de sus labios recorrió su barbilla hasta alojarse en su playera negra.
-¿Quieres continuar? Estás acabado-lo desafió Clark, peinandose con descaro. Lo único que tenía mal aspecto de él eran sus nudillos, los cuales estaban rojos y amoratados gracias a los golpes procipiados a Demian y un poco manchados de sangre de su contrincante.
No obstante, el ahora ex novio de Skyler, arremetió contra Clark con todas su fuerzas, logrando derribarlo y destrozarle por completo el labio inferior.
Y al ver que había llegado a su objetivo, sus puños no se detuvieron y una serie de ruidos sordos dejó a todos sobresaltados, incluida a Skyler.
Pero solo bastó un segundo para que Clark se repusiera y gruñó, propiciandole un golpe en la nariz con la palma abierta. La cabeza de Demian se proyectó hacia atrás y una gran cantidad de sangre salpicó el suelo. Cayó de espaldas, retorciendose de dolor.
-Detenganse ya o llamaremos a la policía-interpuso alguien de la multitud de personas. Era un hombre de edad media que constaba con una petulantes cejas enormes juntadas entre sí y parecía estar de mal humor.
-Por mí no hay problema-afirmó Clark, sacudiendose el pantalón y limpiandose los puños con un pañuelo.
Skyler corrió a él para ayudarlo a caminar hacia el coche de su madre bajo la mirada desdeñosa de Demian, quien era atendido por algunas personas.
-Vamos a casa-le dijo a Clark y este asintió.
Ahora los papeles habían cambiando drásticamente. Demian había mostrado su verdadera cara ante ella y eso jamás se lo iba a perdonar, ni aunque le pidiera perdón.
Simultáneamente los dos eran unos inexpertos para el amor.
Demian, a pesar de que ya tenía experiencia en noviazgos, resultó ser igual de inmaduro que Skyler.
Y ella en todo el sentido de la palabra, pero con demasiada dignidad como para no caer de nuevo.
Estaban a poca distancia del puente, por lo que Demian corrió hacia Skyler y Demian con el rostro sudoroso y manchado de sangre, pero con la mirada salvaje.
-Justo allá-señaló en la lejanía, en dirección al puente-están nuestras promesas. Pero hoy, cuyas promesas que nos hicimos, han terminado...
Un escalofrío helado le recorrió el cuerpo a ella por completo, pero gracias al calor del abrazo de Clark, mantuvo la cordura.
-Está bien-aceptó con la frente en alto.
-...a menos que me dejes decirte una cosa más.
Un silencio estresante se hizo presente y Clark gruñó.
-¡Déjala en paz!
-Estoy hablando con ella-espetó al canadiense.
-Solo habla-le instó Skyler-habla y punto.
Bajo aquella sangre, expresión ensombrecida y ojos salvajes, Demian mostró una sonrisa tierna, incluso conciliadora que la desarmó por completo. Le había sonreído igual a cuando la enamoró.
-Te amo, y jamás voy a olvidarte-le lanzó el anillo de búho y ella lo cogió en el aire.
Acto seguido, se abrió paso entre la gente y se subió a su coche con determinación. Le envió una mirada a través del espejo retrovisor y arrancó.
-¿Qué hago con este anillo ahora?-se preguntó en voz baja.
-Si estás segura que vas a seguir amandolo, conservalo-opinó Clark mientras se deslizaban al interior del vehículo.
Haciendo caso omiso a su comentario, guardó el anillo en su pantalón y se centró en él.
-¿Te duele mucho el labio? Es la segunda vez que te haces daño por mi culpa.
-No te lamentes. No es nada-se encogió de hombros, limpiandose el labio con otro pañuelo.
Tiempo después, llegaron a la casa de Skyler y se percataron que no había nadie en casa y como era todavía pasado el medio día, optaron por ponerse ropa cómoda y ver películas en la sala.
Skyler le proporcionó hielo y desinfectantes para que se limpiara y se mantuvieron muy cerca en el sofá sin apartar la vista a la pantalla.
-No quiero ir al encuentro con mi hermano-dijo ella al término de la primera película y se hizo un ovillo bajo el brazo de Clark. Él rio-pero tengo que ir.
-Tenemos que ir-le corrigió-además, eso hará que te despejes un poco por lo que ocurrió hoy.
-No me recuerdes eso. Estoy triste, pero a la vez furiosa-masculló, observando el anillo de búho entre sus manos.
-Ahora te das cuenta que los besos inocentes que te di, no se comparan a los que él le dio a Sasha.
-¡Deja de echarle más limón a la herida, por favor!-lo golpeó en el hombro y él suspiró.
-Solo quiero que sepas que te apoyo, eso es todo.
Skyler resopló y se vio obligada a sonreír.
-¿Quién lo diría, no?-se hundió en el sofá-mi Supermodelo favorito me está consolando en mi propia casa después de terminar mi primer noviazgo. Es algo que aún no logro concebir.
-Tócame, no soy un holograma-bromeó-estoy aquí, en cuerpo y alma.
Se echó a reír al ver la expresión de ella cuando le tomó la mano y se la colocó en su pecho, el cual estaba bien torneado y firme.
-Mejor veamos otra película, ya que de lo contrario, la tristeza volverá y no quiero llorar.
-¡Bien! Pero ahora elegiré yo la película y será de comedia.
Pasaron algunas horas y poco a poco, ella se fue quedando dormida en el sofá y recargada en él.
Clark, por su parte, apagó la televisión y la acomodó mejor en sofá aunque él tuviera que colocarse en el otro, donde apenas podía entrar. Pensó en llevarla a su habitación, pero le pareció una falta de respeto hacia su madre; quién llegó poco después.
-Oh, se quedó dormida-observó.
-Sí. Hoy tuvo un mal día-le informó con una mueca y sin entrar en detalles.
-¿Qué ocurrió?-quiso saber la progenitora de su fan número uno que yacía dormida a poca distancia.
-No sé si Skyler esté de acuerdo con que yo se lo diga-se mordió el labio lastimado, provocando que sangrara.
-Ay Dios, ¡no había visto tu rostro! ¿Qué pasó? Tienes que decírmelo, hijo-exclamó, horrorizada. Dejó su bolsa en la mesa y se acercó a él con preocupación.
-Eh...-titubeó.
-Cuentale, Clark. De todos modos tiene que saberlo-la voz de Skyler los sorprendió a los dos y más cuando esta se levantó y arrastrando los pies, abandonó la estancia para ir a su habitación.
Así que, con el consentimiento de ella, Clark se dio a la tarea de relatarle lo que había pasado a su madre.
Y cuando concluyó, el rostro de Rose Brown se contrajo en una mueca de desagrado.
-Y tan bien que me caía ese joven-espetó-¿entonces mi hija terminó con él por completo?
-Eso parece...
-¿Y qué me dices de los golpes que traes en la cara?
-Golpee a Demian por haberle dicho cosas desagrables a Skyler.
La madre de Skyler agarró del hombro al canadiense y se lo apretó.
-Verdaderamente eres como un ángel caído del cielo. Y no simplemente eres el chico por el cual mi hija ha estado enamorada por un largo tiempo, sino que realmente te preocupas por ella y eso significa mucho para mí. Y con lo que me contaste de Demian Say, me doy cuenta que me hace falta conocer más a fondo las personas con las que se relaciona mi hija. Espero que seas mejor que ese chico.
Clark se ruborizó un poco y asintió.
-No se preocupe. Después de todo, Skyler me agrada y no sabe la tranquilidad que me da cuando la veo ya que ella es mi mayor fanática y le he agarrado cariño genuino.
-¿Y qué hay de tu novia? Skyler me contaba que amabas a una chica y que gracias a ella, ya no le hacías caso-lo molestó a propósito para ver su reacción.
-Oh, sí. Ya le pedí disculpas a Skyler-inquirió, cohibido-y es por eso que, desde luego, terminé mi relación con Joanna.
-¿Terminaste con tu novia por mi hija?-la señora Brown entornó los ojos.
-En efecto. Mi ex novia estaba loca y le hizo mucho escándalo a Skyler y decidí zanjar de tajo todo lazo con ella.
-Conmovedor. Muy conmovedor-lo elogió, pero se quedó un rato pensativa. Reaccionó justamente cuando su teléfono comenzó a sonar en alguna parte de la casa y tuvo que disculparse con él.
En lo que respectaba a Clark, este suspiró y se recostó en el sofá con la finalidad de cerrar un momento los ojos.
Sin embargo, se quedó dormido y despertó gracias a unas manos pequeñas pero fuertes cernidas en sus mejillas.
-¡Clark!-la voz cantarina de Skyler lo hizo volver en sí en escasos segundos.
Cuando enfocó la vista, vio el feminino rostro de la chica que lo observaba con curiosidad. Tenía ladeada la cabeza y él no captó ningún indicio de tristeza en sus ojos.
De hecho, se había vuelto a duchar y se miraba espectacular.
-Son cerca de las cinco de la tarde.
-¿Qué?-balbuceó, adormilado.
-¿Vas a acompañarme a ver a mi hermano?
-¡Demonios, sí! Deja que me cambie.
El chico se levantó del sofá rápidamente y echó a correr a la habitación continua a la de Skyler.
Ella lo esperó ahí mismo con la mirada perdida.
A pesar de que había decidido no demostrar cuan dolida estaba, no podía evitar sentirse tan desdichada. Tantas veces que pensó y creyó que Demian Say era diferente al resto de los chicos y que haber besado a Clark había sido una traición enorme...
Sacudió la cabeza para alejar aquellos recuerdos basuras de Demian y centrarse en el presente.
Pero en ese instante, se percató de un detalle importante.
Si Clark Ravel no hubiese estado ahí con ella, probablemente hubiera estado hecha una loca, llorando, deseando matar a Demian o bien, provocado algún caos o estupidez gracias a sus impulsos. Pero no. Gracias a su Supermodelo había guardado la calma.
Clark logró manejar la situación sin que se saliera de control.
-¿Van a salir?-cuestionó su madre desde las escaleras al ver salir a Clark bien vestido y a Skyler en el sofá, esperándolo.
-Sí, mamá. No vamos a tardar.
-Pero no han comido. Ambos se durmieron y no probaron ningún bocado-los regañó, bajando por completo los escalones.
-Comeremos algo por ahí; no te preocupes...
-Bien-refunfuñó su madre y se acercó a su bolso-llevense dinero extra por cualquier cosa y el coche de nuevo.
-¿Quién eres y qué le hiciste a mi madre?-preguntó Skyler divertida.
Clark rio por lo bajo al recibir las llaves del coche y Skyler guardó el dinero de su madre en su bolsillo.
Salieron a la calle y tanto ella y Clark se quedaron pasmados en el umbral.
Afuera, justo en porche, había un ramo de girasoles muy hermoso con una nota incrustrada en medio de ellas, donde se apreciaba a ver la perfecta caligrafía de Demian Say, que decía "Yo te llevo dentro hasta la raíz. Y no pretendo que me perdones, simplemente esto es el adiós definitivo. Demian Say."
Ella se inclinó a recoger el regalo y frunció el ceño.
-¿Las quieres madre? Porque planeo tirarlas en el primer cubo de basura que encuentre.
Guardó la tarjeta en su pantalón y se volvió hacia su madre.
-¿De quién es?-quiso saber su progenitora, sabiendo ya la respuesta.
-De alguien que no vale la pena mencionar-sonrió amargamente.
Esa tarde fue de lo más relajada y tranquila.
Skyler olvidó por completo el mal sabor de boca de la mañana gracias a su hermano y a Clark, quiénes se encargaron de hacerla reír por cualquier tontería.
Pero a pesar de que todo iba de maravilla, ella, por breves lapsos, no podía dejar de sentir una sensación extraña en el cuello, como si alguien la hubiera estado observando todo el rato sin vacilar. Pero cuando volteaba a ver a todas partes, no había nadie, es decir, nadie importante a quién notar.
Y la tensión no cesó hasta que se despidió de su hermano cuando su padre llegó a recogerlo.
Agarró a Clark del brazo y se encaminaron a cenar algo en McDonald's, ya que se les pasó comer algo antes de divertirse con Jake.
Pidieron, obviamente, hamburguesas y comenzaron a charlar de muchas cosas.
-Tu hermano es un buen chico. Me agradó.
-Cuando me enteré de su existencia, lo detesté-le confesó.
-Es entendible, aunque... él no tiene la culpa, lo sabes.
Mordiendose el labio, Skyler dejó escapar un suspiro de alivio.
-Ciertamente quiero marcharme antes de aquí-dijo de pronto-siento que ya no encajo aquí.
-¿Y en Vancouver sí?-repuso él, interesado.
-Sí. O bueno, más o menos. No encajo en ningún lugar, pero es la primera vez que me siento cómoda en un sitio. El departamento de Eros me hace sentir más en casa que aquí-admitió, y usando de excusa su soda, miró a otra parte.
-En mi Universidad trataré de hacerte sentir más cómoda, no te preocupes. Además, pronto vas a bajar a tu peso ideal con mi ayuda y vas a ser toda una Supermodelo como yo y quizá, viajemos a otra parte cuando estemos de vacaciones.
-Aunque a este paso-señaló lo que queda de su hamburguesa-no creo poder avanzar mucho con el entrenamiento-bromeó.
-Comer de vez en cuando algunas calorías no afectan-la tranquilizó con una sonrisa.
(...)
Aproximadamente a diez metros de distancia, Demian observaba con tristeza como Skyler y Clark interactuaban de la manera más natural, simple y serena, mientras que él sentía que se moría por dentro.
Había jurado no llorar una vez más, pero ahí se hallaba él, derramando lágrimas casi ácidas mientras miraba como el amor de su vida lo cambiaba por alguien más.
-Temía que esto sucediera-se dijo a si mismo, apretando los puños sobre la mesa en la que estaba agazapado.
Le dolía la cara por los golpes, pero el dolor que tenía en el corazón era más intenso. Más insoportable. Más atroz.
-¿Desea ordenar algo, joven?-se acercó a él un chico con aire desconfiado, ya que Demian tenía el rostro lleno de moretones y la nariz llena de gasas y el labio roto.
-Helado. Quiero un helado, por favor.
-¿Sabor?
-Vainilla.
Cinco minutos después, yacía comiendo su helado con angustia, sin despegar los ojos de ese par de "enamorados".
-Por todos los cielos, no sé qué preguntarte primero, hermano. ¿Qué te pasó en la cara y qué haces aquí?
Demian alzó la mirada hacia Anthony, uno de sus amigos de la Universidad y se hundió en el asiento.
-No tengo ganas de hablar-respondió, encogiendose de hombros.
-Vi todo el espectáculo esta mañana en el campus-le informó Anthony, sentándose junto a él.
-Honestamente no quiero hablar de eso, en serio-repitió con una falsa sonrisa que le provocó ardor en la cara.
-Sé que ese chico de rostro bonito es el culpable de que estés así.
Demian asintió.
-¿Es un pretendiente de Skyler?
-Sí, pero no es lo peor-se atrevió a decirle con rabia-¿Recuerdas que ella fantaseaba con un modelo?
-Vagamente lo recuerdo y tú decías que actuaba como loca.
-Pues ese chico de rostro bonito es el modelo que ella idolatraba. Lo conocimos juntos y al parecer, congeniaron a la perfección y yo, obviamente pasé a segundo plano.
Los ojos de su amigo se abrieron como platos.
-¿El modelo que ella idolatraba? ¡No puede ser!
-Sí-carraspeó Demian.
-Me topé con él ayer, justo cuando a Skyler le dio un ataque de asma. Fue muy amable.
-Es un maldito bastardo. Lo odio.
-Cálmate. Jamás te habías puesto así. Ni si quiera cuando rompiste con Alice, tu primera novia.
-Alice jamás significó nada para mí, solo fue mi primera novia. Skyler es el amor de mi vida, ¿que no entiendes?
-¿Y por qué ella optó por estar con él en lugar de ti?
Demian se revolvió nervioso en el asiento.
-Viajé desde Estocolmo solo para arreglar las cosas con ella o terminar definitivamente porque me enteré que ese imbécil la acompañó desde Canadá hasta acá con mucha confianza y Skyler siempre ha sabido que detesto la cercanía de ambos. Y luego, en el campus, me confesó que se había besado más de una vez con él a mis espaldas-dijo, apretando las mandíbulas.
-Un golpe bajo, no cabe duda.
-Y cuando los seguí en mi coche, vi como se besaban otra vez, como si hubieran esperado el momento perfecto para burlarse de mí.
-¿Y qué hiciste?
-Más bien , ¿Qué no hice?-increpó, irritado-los sorprendí en la movida y la obligué a subirse a mi coche. La llevé lejos de él y comenzamos a discutir otra vez y ahí fue cuando...
Se quedó en silencio, meditando sus palabras.
-Cuando, ¿Qué?-lo presionó su amigo.
-Ahí fue cuando le dije que me había besado también con otra chica, compañera de modelaje, a sus espaldas-rio secamente y lamió un poco de helado de su cucharilla.
Anthony se quedó completamente perplejo, incapaz de decir algo.
Demian alzó la ceja del piercing y señaló a la parejita que continuaba charlando animadamente.
-¡Y tienes el descaro de venir a espiarlos!-exclamó su amigo.
-Oh, cállate.
-Esos golpes te los tienes merecidos, Demian-le espetó-¡No te creía capaz de engañar a Skyler! Nunca has sido así.
-Mirame a los ojos, Anthony.
Su amigo obedeció con el ceño fruncido y vio los ojos castaños de Demian.
-¿De verdad crees que la engañaría, sabiendo que yo la amo más que a mi vida y he estado esperando por ella por más de diez años?
-¿Eh?
-Dímelo.
-Pero acabas de decir...
-¿Qué ves en mi mirada?
El chico intensificó el ceño fruncido y parpadeó, absorto.
-Tus palabras se escuchan sinceras, pero la sinceridad no llega a tus ojos.
Demian apretó los labios y bajó la mirada para después volver a mirar a su amigo.
-Ay madre, no me digas que le mentiste acerca del engaño.
Entonces Demian sonrió débilmente y no contestó.
CLARK RAVEL...
DEMIAN SAY...
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