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[NARRATIVA EN TERCERA PERSONA]

Demian Say arribó el taxi que había llamado, pero antes de que emprendiera hacia el aeropuerto, la asistente del empresario con el que había firmado para salir en el comercial lo interceptó con horror a mitad de la calle.
La anciana bloqueó completamente el paso al taxi y Demian no tuvo más remedio que bajar a hablar con ella.
-Por favor, hágase a un lado.
-¿En qué está pensando, joven Say? La prueba de vestuario es mañana en la mañana. No puede irse.
-Voy a regresar lo antes posible, tengo un asunto delicado que atender-se disculpó.
-¿A dónde tiene que ir con una maleta?
-A San Francisco.
-¿Piensa ir a Norteamérica?

Demian asintió firmemente.

A la anciana casi le dio un ataque y negó furtivamente con la cabeza.
-¡De ninguna manera!
-No le estoy preguntando, le estoy informando-espetó él y se metió al taxi-y posponga mi reunión con los de vestuario. Si no viajo ahora mismo, no podré participar en el comercial.

Y sin dejar que ella siguiera haciéndole perder más tiempo, ordenó al chofer a echar reversa y conducir en sentido contrario hasta la esquina del edificio.
Se acomodó los lentes de sol cuando por fin se incorporaron al tráfico, rumbo a su destino.

[...]

~A 13 horas de distancia~

La heladería a la que Skyler llevó a Clark a conocer era a la que siempre solía ir de pequeña después de la escuela con su madre, y que había dejado de frecuentarla a causa de los problemas que habían entre sus padres, pero que ese preciso día se animó a ir nuevamente para recordar lindos momentos.
-Tenías razón. Los helados de aquí saben riquísimos, en especial el de nuez-dijo Clark, devorandose el suyo mientras la miraba.
Ella había pedido combinado: Chocolate y vainilla con algunas chispas de chocolate extra.
-Obviamente, la voz de la experiencia te lo ha dicho.

Terminaron su helado y salieron a la calle otra vez para seguir andando por ahí.
Sin embargo, un remordimiento sofocante la hizo sentirse mareada y tuvo que recargarse un segundo en la pared de una tienda para tranquilizarse.
-Hey, ¿Qué pasa?-el chico se aproximó a ella con incertidumbre y al ver que no respondía, la agarró del hombro-¿Skyler?
-Necesito aire-dijo entre cortadamente-necesito mi inhalador. Rápido.
-Ay madre, ¿y dónde está?-giró en círculos.
-No lo traje-hiperventiló, angustiada.
Le estaba dando un ataque asmático de la nada. Aquello era grave.
-¿Lo venden en alguna farmacia?-Clark se impacientó.

Ella asintió, intentando respirar.
Entonces ocurrió algo sorprendente, que Skyler no pensó que él haría.

-¡Oye!-le gritó a un sujeto que caminaba debajo de la acera-ayúdame, por favor. Mi chica, perdón, mi amiga está sufriendo lo que parece ser un ataque de asma y no trae su inhalador consigo y yo soy extranjero y desconozco alguna farmacia o algún hospital cercano.
-La farmacia más próxima está a dos calles de aquí-dijo el sujeto con horror al percartarse que Skyler se tambaleaba, dando bocanadas de aire con fuerza-¡Siganme! Yo los guiaré.

Clark, sin pensarlo dos veces, tomó a Skyler en sus brazos y echó a correr detrás de ese sujeto; y mientras lo hacia, ella, en medio de su delirio y angustia, logró verle la cara, que estaba totalmente transformada en preocupación.
-¿Puedes aguantar un poco más?-le preguntó. Skyler asintió brevemente sin dejar de respirar airadamente.

Llegaron a la farmacia y el sujeto entró corriendo con urgencia.
Clark se debatió en entrar con ella o dejarla afuera esperando; así que se abrió paso a la farmacia y entró rápidamente.
Y se dio cuenta que el extraño de la calle ya había pedido la medicina.

Skyler tomó el inhalador nuevo con el medicamento y se encargó de respirarlo repetidas veces.
Tanto Clark, el sujeto y los de la farmacia esperaban impacientes a que ella se recuperara y lo hizo al cabo de cinco minutos.
-Muchas... gracias...-logró articular ella y Clark la ayudó a sostenerse-¿cuánto te debo?

Clark sacó su billetera, dispuesto a pagarle y en eso, Skyler reconoció al sujeto desconocido.
Era un compañero de su antigua Universidad. Anthony.
-No es nada, Skyler. Sé que hubieras hecho lo mismo por mí.
-En serio, Anthony, déjame pagarte-insistió ella.
-Sí, amigo. Deja que te pague-terció Clark.
-Así está bien. Un gusto verte de nuevo, Skyler. Saludame a Demian-dijo antes de abrir la puerta y marcharse.

Los dos agradecieron a los farmacéuticos y salieron a la calle confundidos.
-¿Quién era él?-quiso saber Clark.
-Un compañero de la Universidad. Uno de los mejores amigos de Demian.
-Oh, ya veo.

Hubo un silencio prolongado entre ellos.

-Clark.
-¿Sí?
-Gracias por salvarme.
-Hice lo que tenía que hacer...
-De todos modos, gracias-dijo. Se acercó lo suficiente para abrazarlo y él le correspondió al gesto un tanto aturdido.

Deshicieron el abrazo y comenzaron a caminar pausadamente.
-¿Y a todo esto, por qué te ocurrió ese ataque de asma?
-Sentí una inquietud en el pecho, lo cual provocó que me faltaba el aire. No suele pasarme a menudo, pero no es nada grave. El último ataque de asma que tuve fue antes de viajar a Vancouver y desafortunadamente fue gracias a mi padre. Pero no hablemos de eso.
-En algún momento tendrás que contarme algunas cosas.
-En su momento.
-Estaré ansioso-sonrió cuando ella volteó a verlo.
-Eres un estuche de monerías, Clark.

Minutos más tarde, Clark insistió comprar algo de beber para que Skyler se refrescara.
-El agua es nuestra mayor fuente de vida-la reprendió cuando ella se quejó, porque pensó que le compraría una soda.
-¿Buscas matarme?-bromeó la chica y él asintió mientras bebía agua.

Al poco rato, se sentaron en la acera de la calle, exhaustos.
Skyler se bebió toda el agua de su botella y Clark le dio la suya.
-¿Sabes qué es raro?
-¿Qué?-inquirió él, sofocado.
-He visto a dos compañeros de la Universidad merodeando por ahí y a esta hora todavía deberían estar saliendo de clases.
-Probablemente no hubo clases.
-Tal vez.
-¿Mañana iremos a tu Universidad?
-Sí, claro. Entre más rápido, mejor.

Regresaron cuando el sol estaba en su mejor punto y se llevaron una sorpresa amarga, al menos para Skyler; y ni si quiera tenía a Demian para que le diera fuerzas.

Frente a la acera de su casa, yacía el coche de su padre y tanto él y Jake, y su medio hermano.
Ella se tambaleó y retrocedió dos pasos, captando la atención de Clark, que también dejó de caminar.
-¿Qué sucede? ¿te sientes mal de nuevo?-se desconcertó.
-No-Skyler tragó saliva y se aferró al brazo del chico-es mi padre y su hijo.
-¿Y qué pasa?-se mostró inseguro.
-No quiero verlo. Es la peor persona en el mundo.
-De acuerdo, tranquila-dijo Clark al verla comenzar a respirar muy rápido-tranquila. Mira, regresemos a la heladería para matar el tiempo y volvamos cuando se vaya, ¿está bien?

Ella asintió y dejó que él la abrazara por encima de los hombros, girando en redondo y en dirección opuesta a su casa.

-¡Hija!

Ambos jóvenes se horrorizaron y se enviaron miradas nerviosas, sopesando en la idea de continuar avanzando o darle la cara.

-¡Hermana!

La voz del pequeño fue lo que ocasionó que Skyler se detuviera en seco. Clark la imitó.

-No tienes porqué hablar con él si no quieres. No puede obligarte-le susurró Clark en la oreja.
-Voy a hablarle solo porque mi hermano de seguro quiere verme-añadió con sigilo y los dos se dieron la vuelta.

Clark con el rostro pétreo y Skyler con el suyo neutro. Sin ninguna emoción.
El niño echó a correr hacia ella hasta que la abrazó por la cintura, sintiendo la calidez de su pequeño cuerpo.
-¡Te he extrañado mucho! Y no cumpliste tu palabra de salir juntos a pasear otra vez-hizo pucheros.

Ella alzó la mirada a su padre y apretó los labios al mirar a su medio hermano hacia abajo. Le acarició la cabeza y suspiró.

-Estuve en el extranjero y solo he venido por una semana; después volveré y no se cuando regresaré otra vez-dijo a su padre.
-Pero, ¿de qué demonios estás hablando? ¿cómo que en el extranjero?-el hombre dio un paso al frente con incertidumbre.

Skyler sintió la mano protectora de Clark posarse en su hombro al momento que su padre avanzó a ellos con determinación.
Y como si ese gesto de Clark hubiese sido un freno, el padre de la chica paró en seco y se quedó mirandolos con los ojos estrechados.

-¿Estás viviendo con este sujeto?-siseó y luego se sorprendió al comprobar que no era Demian-espera, ¿que acaso no era otro con el que estabas?

Skyler tragó saliva y parpadeó repetidas veces.
-Él no es mi novio-espetó con los puños apretados-es mi amigo.
-¿Y dónde está tu novio? ¿en el extranjero esperándote?-masculló su padre, alterado.
-Señor, le exijo que modere su voz. No hay necesidad de elevar la voz...

Y antes de que alguno de ellos se diera cuenta, en particular Clark, el padre de Skyler le asestó un puñetazo en la cara, haciéndolo trastabillar hacia atrás y perder el equilibrio.

-¡Clark!-chilló ella y se inclinó a ayudarlo. Su medio hermano se horrorizó y corrió detrás de su padre-¿Por qué hiciste eso? ¿Qué te pasa?
-¿No viste cómo me habló? No le da derecho a hablarme como su igual.

Clark se frotó la mandíbula y miró al sujeto con odio y rabia. Se incorporó con ayuda de Skyler y apretó los puños, conteniendo las ganas de devolverle el golpe.

-Él simplemente estaba tratando de que no te alteraras-exclamó ella, furiosa-y lo único que haces cada que vienes a verme es causarme problemas.

El hombre quiso replicar, pero gracias al niño que lo abrazó de la cintura, lo pensó dos veces.

-No estoy aquí porque quiero, sino porque tu hermano seguía insistiendo en verte y no pude soportarlo.
-Jake-Skyler se arrodilló y el niño se acercó temerosa a ella-¿eso es cierto?
-Sí-asintió el pequeño.
-¿Por qué? Quiero decir, ¿hay alguna razón en especial por la cual deseabas verme?
-Dijiste que íbamos a volver a salir de paseo y te he estado esperando-sollozó.
-Lo siento-se disculpó ella y se mordió el labio inferior.
-¿Cuándo vamos a pasar un día juntos?-preguntó su hermano con los ojos brillantes y anhelantes.

Skyler volteó a ver a Clark, quién le devolvió la mirada con tranquilidad. Tenía la mejilla roja, haciéndole ver adorable.

-¿Te parece bien si mañana en la tarde salimos por un helado?-le planteó al chiquillo, quién sonrió abiertamente.
-¡Sí!
-Bien, entonces nos vemos en el centro comercial a eso de las cinco de la tarde-sentenció en voz alta para que su padre estuviera al tanto.

Se incorporó del asfalto y se cruzó de brazos, en espera de que su padre añadiera algo más.
El sol quemaba con intensidad y tanto a ella y a Clark les costaba mantener los ojos fijos en su padre.
-Mañana en el centro comercial a comer helado, ¿no?-rio su patético progenitor.
-En efecto-corroboró ella.
-Despidete de tu hermana, Jake.

El niño se despidió gustosamente de ella.
A los pocos minutos, Skyler y Clark observaron con desdén el coche al marcharse.

-¿Entramos a tu casa?
-Sí. Es una buena idea-repuso con escalofríos.

Entraron a la casa y los recibió su familia con regocijo.
Había llegado su tía y la abrazó con fuerza.
-Te he echado de menos, pequeña.
-Yo también tía.
-Por cierto, Jack Mali me llamó hace un rato, preguntándome sobre el vuelo de ustedes-miró a Skyler y después a Clark, para volver a regresar su vista a Skyler.
-El vuelo estuvo tranquilo-carraspeó y Clark bufó detrás.
-Me alegro-la abrazó por encima del hombro y la condujo al comedor-ven también tú, chico. Vamos a comer.

Sonriente, Clark se les unió.

Comieron milanesa de res, puré de papa, verduras al vapor, ravioles, y de postre pastel de chocolate.

Skyler se sintió plenamente feliz y apenas logró asimilar que Clark Ravel se hallaba sentado al comedor en su casa, luego de haber fantaseado tanto con él.
Y, a pesar de estar feliz, le llegó un bajón de tristeza al recordar a Demian de repente; pero recuperó la alegría al instante que Clark le agarró la mano y le sonrió.
-Todo está bien-le dijo él, y ella le creyó.

Transcurrieron las horas, y todos se apiñaron en los sillones para ver la televisión y enseñarle a Clark los programas favoritos de Skyler o comentarle acerca del enamoramiento desmedido que ella presentaba por él antes de conocerlo.
Rieron, charlaron, e incluso escucharon algunas historias por parte de Clark antes de cenar lo que quedaba del pastel.
Y cuando estuvieron satisfechos, los abuelos de Skyler y su tía, se marcharon.

-Bien, muchachos, es hora de dormir-anunció su madre con serenidad-Clark, verifica si está todo en orden tu habitación y si necesitas algo, solo dímelo. Estaré arriba o díselo a Skyler, ella te ayudará-le guiñó el ojo y se encaminó a las escaleras.
Mientras tanto, Skyler arreglaba las sábanas de su habitación, la cual había dejado la puerta abierta.

Clark aprovechó a cambiarse en la habitación que le asignaron y después salió en busca de ella, y la halló sentada en la cama con su ropa de dormir, sosteniendo su lap top encima de sus piernas.

-¿Puedo pasar?
-Adelante, Clark-le dijo sin despegar la vista de la pantalla.
Él se sentó a los pies de la cama y la observó con fascinación.
Los ojos de Skyler se movían rápidamente de un lado a otro, muy entretenida.
-Y...¿te estás aclimatando bien a mi humilde morada?-le preguntó ella sin verlo, pero con una sonrisita.
-Es mejor de lo que pensé-asumió y Skyler por fin lo vio, elevando una ceja con suspicacia-en serio, mucho mejor.

Le resultó graciosa la cara de él cuando ella se quedó seria mirándolo tras su comentario.
-Eh, no lo decía en mal plan-comenzó a disculparse y ella rio.
-Tranquilo. No pasa nada, solo estoy bromeando y quería ver tu cara de preocupación.
-No es gracioso-dijo con voz ronca-en verdad, me había asustado.
-Últimamente te has portado menos pedante que cuando nos conocimos-le hizo saber ella, ladeando la cabeza-¿a qué se debe? Eres el doble de amable, ya no me haces bromas o me dices cosas sarcástica e incluso ya no tratas de seducirme de mentira-rio-¿se debe a que no te gustó cuando me enfadé contigo antes de venir, por haberme quitado el teléfono?
-Esas son muchas preguntas. Elige cual quieres que responda-dijo él, evadiendo la mirada curiosa de ella.
-Todas.
-Eso es trampa. Me iré a la cama, estoy muy cansado-objetó,  usándolo como excusa y ella no lo detuvo cuando se levantó.

Y pensando que Clark se había ido, retomó con ansias su hobbie con lap top.

-Soy menos pedante contigo porque ya no te considero solamente mi fan, sino alguien en quién puedo confiar. Y no tiene nada que ver con que te enojaras conmigo-dijo de pronto Clark, sobresaltandola-además, ya me acostumbré a verte siempre enojada-sonrió levemente y cerró la puerta al irse.

Skyler sacudió la cabeza para borrar la imagen del rostro de ese chico tan malditamente sexy y continuó en su portátil, haciendo lo posible por escribir unas cuantas hojas más en su libro.
Se durmió pasada la media noche abrazando su almohada del alma y con la calidez de su cama que tanto había añorado.

Al día siguiente despertó de muy buen humor y se estiró dramáticamente al ponerse en pie, fuera de la cama.
Afuera, escuchaba las voces de su madre y de Clark, charlando animadamente. Se puso las pantuflas y sigilosamente, se asomó al pasillo.
-Pensaba ir a hablarte, cariño-le dijo su madre al pillarla.

Clark inmediatamente volvió el rostro hacia ella. Lo curioso era que él aún continuaba en ropa de dormir, como su madre y ella misma, mirándose adorable. Su cabello estaba albortado y tenía los ojos ligeramente rasgados a causa del sueño, pero una sonrisa radiante en los labios.

-Es inevitable no desesperarse temprano en este lugar. El clima es fresco y puedes estar sin sudaderas o sueteres enormes-dijo-no siento frío y podría andar así todo el día.
-A veces hay días en los que sí hace frío, pero suelen ser breves períodos-repuso ella mientras regresaba a su habitación para asearse la cara y dientes.

Quince minutos más tarde, los tres se sentaron a la mesa a desayunar.

-¿A dónde planean ir hoy?-preguntó Rose Brown a los chicos, quiénes se enviaron miradas cómplices.
-Planeo ir de inmediato a hacer el papeleo de la Universidad y salir por ahí a dar un paseo o tal vez, si Clark lo desea, ir al cine-contestó Skyler mirando nuevamente al modelo.
-Me parece estupendo-corroboró el chico sin dejar de comer.

En ningún instante se le ocurrió a Skyler mencionarle la visita improvisada de su padre y Clark tampoco dio pie a nada.

El desayuno se convirtió en un diálogo agradable de casi una hora en el que Clark le relató a la madre de Skyler la situación que estaba pasando en su familia, dejando a Skyler boquiabierta.
El problema del chico era demasiado personal como para tomarse la molestia de poner a su madre al tanto de lo que se hallaba pasando.
-La maternidad, independientemente de que haya sido espontánea, es una bendición de Dios y tú, como su hermano, no intentes comprenderla, sino apoyarla.
-La sensación que tuve cuando me enteré fue devastadora-confesó el chico y Skyler se tomó la molestia de agarrarle la mano. Él se la apretó y sonrió tristemente-pero como usted dice, la apoyaré porque es mi hermana y la amo.

La conversación lejos de ser incómoda, resultó reconfortante, tanto para Clark como para Skyler.

Tiempo después, se arreglaron para salir rumbo a la universidad.
Skyler, nerviosa por tener a Clark Ravel en su propia casa y justamente al otro lado de la habitación, se duchó rápidamente para elegir sabiamente y con tiempo la ropa que se pondría para ese día, ya que aparte de ir a su antigua Universidad, iba a estar un rato con su hermano en la heladería.
Finalmente, se enfundó un pantalón de mezclilla, una playera roja y su par de vans color negros para estar cómoda.
Apenas y se maquilló, y salió a la sala a esperarlo.
No obstante, se llevó la sorpresa de ver a Clark en el umbral de la puerta de entrada, esperandola.
Su atuendo era casual y muy elegante.
Una playera azul rey claro con las letras "Love Machine" al frente. Pantalón blanco de mezclilla, un cinturón y mocasines. Sin contar lo guapo que se miraba con las gafas de sol oscuras que tenía encima del cabello, el cual estaba peinado ligeramente hacia abajo, listo para ponerselos en cuanto salieran a la calle.
-¿Así de cómoda?-le preguntó él, esbozando una sonrisa lobuna.
-Tal parece que nos sincronizamos-bromeó ella y se acercó a la puerta.
-Llevense en el coche-apareció su madre de alguna parte con la llave del coche extendida hacia los dos.
-No he pasado todavía la prueba de manejo-puntualizó la chica con la cara ligeramente ruborizada.
-Podría conducir yo, si así lo deseas, solo puedes dirigir a donde ir y listo-añadió Clark con suavidad.

A la madre de Skyler le pareció muy caballeroso y le entregó sin miramientos las llaves.
-Diviertanse. Estaré viendo películas en mi habitación por cualquier cosa-les avisó y se dio media vuelta, dispuesta a subir las escaleras.

Skyler resopló y tomando a Clark del brazo, salieron a la calle.
El sol les cayó de lleno en la cara y Clark se colocó los lentes de sol. Ella frunció el ceño y corrió al coche de su madre.

Le indicó la dirección exacta y se hallaron rumbo a la universidad, sumidos en una conversación acerca de las canciones de Michael Jackson.
-Técnicamente debió haberse sentido fatal cuando le salió vitiligo-sentenció él mientras giraba por una esquina-es por eso que, para ocultarlo, se blanqueó la poca piel que le quedaba intacta.
-De todas maneras, su obligación era dar una explicación para evitar especulaciones y críticas por parte de sus fans y del mundo entero.
-¿Por qué hacer pública tu enfermedad? Si realmente no les debía nada. Era su vida privada.
-Sí, tienes razón. Pero míralo de esta manera-ella colocó ambas manos en posición de oración y después las separó, dejando que ambas palmas se encontraran-si Michael argumentaba a la prensa que estaba mal de salud, las críticas o escándalos y teorías hubieran cesado un poco, dejando que él pudiera recuperarse tranquilamente.

Clark negó con la cabeza y ella lo miró con los ojos estrechados.
-Las críticas y teorías le sirvieron bastante para mantener su popularidad.
-Aparte de sus hijos...
-Sí, sus hijos que de la nada aparecieron.
-A decir verdad, le fue de gran ayuda tener hijos, sean productos de inseminación artificial o natural, ya que también se vio envuelto con eso de las violaciones de niños.
Suspiraron al mismo tiempo y mirándose fijamente, se echaron a reír.
Y de tanto charlar, pronto estuvieron en el estacionamiento de la Universidad, donde al parecer, tenían un receso.
Los universitarios, poco conocidos para ella, iban de un lugar a otro o simplemente se hallaban en los pasillos conversando animadamente.
-Y bueno, esta es mi Universidad, pequeña a comparación de la tuya y muy poco elegante-dijo Skyler al bajar del coche.

Clark se arregló las gafas de sol y escrutó a su alrededor, maravillado.
-Me gustó.
-¿Qué?
-La Universidad. Me gustó.
-¿Cómo puedes decir eso? No se compara a la tuya.
-Acepto que donde estudio es un sitio enorme, pero tu Universidad también tiene lo suyo. No la menosprecies.

Skyler rodó los ojos y lo llamó con la mano para ir de una vez a la dirección y hablar con su abuelo paterno acerca de su traslado a Vancouver.
En el camino, Clark no dejó de ver las instalaciones y en pocos segundos se volvió el blanco perfecto de miradas, tanto de chicos como de chicas.
Y era obvio. Él brillaba a su paso.
Skyler alcanzó a escuchar cuchicheos y se molestó.
-Vamos-le instó y caminaron más rápido por pasillos.

Cruzaron el edificio donde ella solía ir a clases junto a Demian y se detuvieron en seco cuando Charles Brooklyn apareció frente a ellos abruptamente.
El chico la miró con sorpresa y a la vez con cierta vehemencia. Su mirada reparó enseguida en Clark y frunció el ceño.
-Pensé que la próxima vez que te vería ibas a estar acompañada de Demian-dijo.
-Él no pudo venir a acompañarme. Está fuera del país-le espetó ella con cólera-ahora apartate de mi camino, tengo prisa. Vamos, Clark.

Entonces, en el segundo que Skyler dio un paso hacia adelante, lejos de Charles, el chico la agarró violentamente del brazo, tirando de ella hacia atrás.
-No hemos terminado de hablar, Newton.
-Yo creo que sí-gruñó Clark y sin miramientos, le asestó un puñetazo en la nariz, que lo derribó sin esfuerzo.
-Clark-chilló ella, apartandolo de Charles-vamos de aquí. Ahora.

Lo agarró de la mano y corrieron muy lejos del incidente y Skyler se dio cuenta que Clark era esa clase de chicos que a la primera provocación reaccionaban violentamente.

-Él es, ¿verdad?-repuso al cabo de un rato cuando se habían detenido a recuperar el aliento.
-¿Quién?
-Él es uno de los que te molestaban.
-Ah, sí. Era el mejor amigo de Demian, y al saber que me convertí en su novia, le molestó muchísimo.
-Puedo hacerlo añicos. Ganas no me faltan-inquirió con los dientes apretados y se frotó los nudillos, los cuales estabab rojos por haber golpeado a Charles.
-Demian ya le propició varias palizas, no te preocupes.

Clark torció el gesto y no dijo nada. Se mantuvo en calma hasta que ella recuperó por completo la postura.

-La dirección es por aquí-le indicó y se dirigieron al cubículo donde su abuelo estaría jugando en su portátil a las cartas o bien, durmiendo.

Caminaron hasta el pequeño edificio y solicitaron hablar con el director. Al principio, como siempre, no reconocieron a Skyler, pero una vez dándose cuenta de quien era, la dejaron pasar sin problemas junto con Clark.

Ella tomó asiento en una de las sillas que yacían frente al escritorio de su abuelo y cuadró los hombros, sintiéndose protegida por la simple presencia de Clark.

-Señor...
-Abuelo, cariño. Soy tu abuelo-la corrigió el señor de cabello como la nieve y nariz aguileña. La vestimenta que portaba era elegante, pero para la época de 1900.
-Lo siento, abuelo-hizo énfasis en la última palabra.

El director se mostró sastifecho y evaluó a ambos jóvenes con curiosidad.
-Me han avisado que llevas meses sin asistir a clases, hija.
-A eso mismo he venido, abuelo.
-Explicate. Ya sabes que todo se puede arreglar-le sonrió levemente. Clark frunció el ceño aún con las gafas puestas.

Revolviendose incómoda en el asiento, Skyler tragó saliva y se centró en soltarle todo a su abuelo.
-Verás, abuelo, he venido a sacar mis documentos porque me cambiaré de Universidad.
-¿Qué?-el rostro del sujeto palideció-¿por qué?

Y ahí fue donde Clark interrumpió, dándole tranquilidad a Skyler.
-Skyler recibió una oferta de modelaje muy novedosa en Canadá y no puede despediciarla. Es por eso que he venido en representación de la agencia para hacer los trámites necesarios de su traslado-acotó Clark, sin mostrar el menor interés de quitarse las gafas. Estando así, mostraba demasiada seguridad.
-¿Modelaje?-graznó el director, ocultando e tono de burla bajo una sonrisa de suficiencia. A Clark no le agradó en lo absoluto.
-Sí, señor.
-¿Cómo puedo asegurarme que es verdad y no un fraude?-inquirió.
-Tenga. Es mi tarjeta-sacó del bolsillo su billetera y le entregó una tarjeta-yo formo parte de esa agencia. Soy modelo profesional y si tampoco me cree, llame a ese número.

Los ojos del director leyeron minuciosamente la tarjeta y luego, al entregarsela de vuelta, se aclaró la garganta.
-De acuerdo. Dame treinta minutos o cuarenta para que me entreguen tus papeles y boletas, ¿está bien?
-Sí, abuelo.

Entonces el hombre se levantó del escritorio y salió del cubículo.
La atmósfera se relajó y ella pudo respirar con tranquilidad.

-Así que este sujeto es padre de tu despreciable progenitor-murmuró Clark.
-Lo es.
-Tienen tanto parecido-se frotó la mejilla inconscientemente, ya que el día anterior el padre de Skyler lo había golpeado.

No obstante, aguardaron.
Si ella hubiese ido sola, el aburrimiento la hubiera matado, pero no. Clark Ravel estaba ahí, con ella y era muy divertido.
Y al cabo de una hora exactamente, su abuelo volvió con un folder color manila bajo el brazo, el cual tenía papeles en el interior.
Se sentó detrás del escritorio y se secó el sudor de la frenre con un pañuelo al tiempo que ponían el folder frente a ellos.

-Estos son todos tus papeles que entregaste a la institución, cariño.
-¿Ya no tengo que regresar a hacer más trámites?
-No. Ya lo he arreglado todo. Puedes ir sin problemas a meter tus papeles a tu nueva Universidad-dijo con voz ronca.

Agradecida por la amabilidad de su abuelo, se despidió de él afectuosamente y tanto ella y Clark salieron de la dirección.
Él se encargó de llevar el folder de Skyler mientras ella sonreía radiante y caminaba muy alegre por el pasillo.
-Me encanta cuando sonríes-le dijo Clark-aunque sueles no hacerlo muy seguido al estar conmigo.
-Es porque a veces me fastidias.
-Oh, lo lamento tanto. Es mi deber fastidiarte cada que puedo-bromeó.

Skyler dejó de caminar para voltear a verlo con los ojos estrechados.

-Eres tan idiota...
-Gracias-añadió él sonriendo y ella lo agarró del brazo cariñosamente para después soltarlo.

Sin embargo, al segundo que Skyler comenzó a avanzar nuevamente, se quedó de piedra al percibir la presencia de alguien a quién no pensaba ver en ese momento y menos ahí mismo.

Demian Say, vestido con una playera negra y pantalón café, muy guapo, se levantó lentamente de una columna de cemento y se quitó los audífonos de inmediato al verla.
Su expresión era de sorpresa, incertidumbres y decepción.
Era como si aparte de dolerle aquella escena, no pudiera creer que su novia estaba de lo más feliz con otro chico mientras que él se estaba desmoronando internamente de dolor.

-Buenos días, ¿se están divirtiendo?-los saludó con frialdad, esbozando una sonrisa extraña.


Clark Ravel♡


Demian Say♡

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