5
¿Besar se sentía así?
Era como rozar una gomita suave entre tus labios, nada más.
Sin embargo, los labios de Demian no solo tenían la intención de estar solamente sobre los míos, sino de probar el interior de mi garganta.
Lo agarré de los hombros y lo empujé lejos de mi cara, pero él continuó besándome.
No era desagradable, pero por alguna extraña razón me asustaba.
- ¡Cumpliste tu cometido! —dije, cuando por fin logré apartarme de él—ya me besaste, ahora vete.
Comencé a tener un raro hormigueo en mis labios y noté que Demian me miraba fijamente con las pupilas dilatadas. Estaba asombrado y sus mejillas tenían un color rosa y acalorado.
Y sin decir una palabra, lo vi dejarme sola con mi conciencia y la mente dándome vueltas por ese momento.
Demian Say me besó. ¿Por qué no lo evité?
Sacudí la cabeza y cerré la puerta.
Me envolví entre las sábanas hasta la altura de la barbilla y obligué a mis ojos a cerrarse y olvidar el suceso de hacía unos minutos con Demian.
No obstante, no logré dormir. Así que encendí mi teléfono y dándome la tarea de escribir un nuevo capítulo, quedé totalmente dormida.
En mi sueño, estaba Clark Ravel. Curiosamente él había llegado a mi universidad solo para verme. A pesar de que se trataba solo de un sueño, traté de disfrutarlo al máximo.
-Te amo—le grité en sueños. Clark me sonrió ampliamente y me agarró de las manos, acercándose peligrosamente a mí.
-Yo también te amo—dijo con firmeza—has sido la única que me cautivó.
- ¿En serio? –exclamé y le eché los brazos encima.
-Nunca había hablado muy en serio en mi vida—me agarró la barbilla con suavidad y vi a cámara lenta como humedecía sus labios mientras se inclinaba para besarme.
Cerré los ojos por instinto, ansiosa por tocar sus labios...
- ¿Skyler?
-Sí, me llamo Skyler—balbuceé—bésame ya, Clark.
La risita tonta de mi mamá me hizo volver a la realidad bruscamente y sonrojada, me oculté entre mis sábanas.
-Por favor, dime que no hablé en sueños—supliqué.
-Querías besar a Clark Ravel, otra vez—inquirió y se encargó de quitarme las sábanas de la cabeza—levántate, o llegarás tarde.
Entorné los ojos y me senté de golpe.
-No es de mañana, ¿verdad?
-Sí—arrugó la nariz—te dormiste toda la tarde después de echar a tu amigo Demian.
El solo hecho de escuchar el nombre de Demian provocó que mi piel se erizara y el hormigueo de mis labios volviera a desesperarme.
- ¿Por qué te enfadaste con él? —preguntó como quién no quiere la cosa mientras doblaba mis sábanas. Ella ya se hallaba lista para trabajar.
Torcí el gesto, y después sonreí, procurando que mi madre no se diera cuenta de mi incomodidad y se le ocurriera continuar indagando.
-No me enfadé con él, simplemente recordé que teníamos tarea que hacer. Esa fue la razón por la que hablamos en mi habitación.
-Uhmm... no creo que ese sea el motivo, pero no me meteré en tus decisiones—alardeó—aunque mi deber de madre es aconsejarte...
-No necesito consejos ahora, mamá. Voy tarde a la universidad—le corté, yéndome al baño sin darle lugar a que continuara.
Ni si quiera desayuné. Pero si me cercioré de meter mi cartera a la mochila y mi jugo de manzana.
Aparté las imágenes del recuerdo de Demian y me encaminé a la parada del autobús, sin embargo, en el momento que disponía a sacar mi teléfono, por el rabillo del ojo vi aparcar un coche en la acera, a la par de mí.
Isabella, quién estaba ya en la parada, abrió los ojos sorprendida y se cubrió la boca, ocultando una sonrisa maliciosa. No sabía por qué lo hacía, pero seguí la dirección de su mirada, y el corazón me dio un vuelvo. Es decir, me sobresalté.
-Sube.
Fruncí el ceño y abracé mi mochila contra el pecho.
- ¿Qué haces aquí, Demian?
Él bajó totalmente el cristal y asomó la cabeza por la ventana, dejando salir el aroma de su perfume del interior de su coche. ¿acaso quería que me subiera a su coche y quedar impregnada de su magnífico olor?
-Decidí que, a partir de hoy, vendré a traerte para ir juntos a la Universidad y también te traeré a casa después de los ensayos.
Boquiabierta, volví el rostro hacia Isabella y ella me levantó el pulgar como muestra de apoyo. Sentí mi rostro arder y tragué saliva. El autobús ya estaba cerca y no sabía qué hacer.
-Sube, por favor—repitió Demian. Sus ojos cafés estaban fijos en los míos, suplicantes.
-Está bien—acepté. Rodeé su súper coche y me despedí de Isabella antes de subir. Ella subió al autobús con el pulgar levantado y una gran sonrisa en su rostro.
Estando ya en el interior del coche, no pude evitar recordar el beso de Demian y comencé a necesitar aire.
- ¿Puedo... puedo abrir la ventana?
-Seguro—dijo y comenzó a conducir.
Como el aire de la mañana era fresco y me estremecí.
De pronto, sentí su mano sobre mi hombro y palidecí. Y casi pegué un salto cuando deslizó esa misma mano hasta mi cintura, pero al segundo siguiente, quise golpearme por ser tan boba.
Demian solo me había puesto el cinturón de seguridad de la manera más sutil.
-Por seguridad—me dijo sonriendo, pero sin mirarme—a veces, cuando es la primera hora de clases, a los alrededores de la universidad se hace un caos y suelo desesperarme, aceleró y casi me peleo con los demás por ser tan imprudentes como yo. Pero como vienes conmigo, tendré mucha preocupación.
-No pareces un chico de problemas.
-No lo soy, pero tampoco me quedo de brazos cruzados. Golpeé a Charles siendo mi amigo, ¿no? Y si lo golpeé a él, ¿Qué te hace pensar que no golpearía a un extraño? —bromeó.
- ¿Puedo darte un consejo, Demian?
-Por supuesto.
-No me gustaría verte golpeado o muerto a causa de una pelea sin sentido. Mejor usa tu carácter para otras cosas. Para el deporte, por ejemplo.
- ¿Te pondrías triste si algo me pasara? —preguntó, mirándome.
-Ya sé a dónde quieres llegar—musité y miré por la ventana.
Escuché reír a Demian reírse y rodé los ojos. Después de su estúpida risita, hubo un lapso de silencio para nada incomodo entre nosotros. Solo éramos los dos, el aire delicioso y el mundo.
Mi mano que descansaba sobre mi pierna fue sujetada lentamente con la suya hasta que nuestros dedos se entrelazaron entre sí. Su palma era suave, cálida y fuerte. Muy masculina.
Fijé mi mirada en él y sonreí levemente.
¿Qué era aquel momento?
La determinación en su mirada me hizo darme cuenta que, después de todo, Demian Say no era un mal chico, sino todo lo contrario, pero que lo había juzgado mal sin darle la oportunidad si quiera de tratarlo más a fondo.
Tal vez aún no había conocido al chico indicado porque quizás estaba oculto en Demian, el chico que más odiaba desde los diez años. Tenía bastante lógica.
Él aparcó cuidadosamente a unas calles de la universidad sin dejar de mirarme.
-La entrada del estacionamiento está por allá—le informé, señalándole por la ventana pensando que no se había dado cuenta.
Entonces, inquisitivamente, apretó mi mano y me jaló a él. Me quitó el cinturón de seguridad y me envolvió en un abrazo. Mi nariz quedó sumergida en su cuello por unos segundos.
- ¿Por qué haces esto? —interrogué. Él no me soltó. Mi voz sonó apagada por haber hablado en su cuello.
-Es una muestra de lo que siento por ti, Skyler. Si por mi fuera, estaría abrazándote todo el día y cada segundo.
-Eso es perturbador.
-Pues he deseado abrazarte de este modo desde hace diez años—murmuró y supe que sonreía por la manera de mover su mandíbula—cumplí mis dos deseos. Y eso incluye haberte besado.
Parpadee, aturdida.
Y no supe por qué, pero le acaricié la espalda en todo su esplendor y él inhaló el olor de mi cabello.
-Sé mi novia, por favor, Skyler. No soy el mejor chico, pero prometo hacerte feliz el tiempo que me permitas estar contigo.
>>>>>>Vancouver, Canadá.<<<<<<<<
Desde que había recibido la noticia de que una chica de San Francisco en Estados Unidos se inspiraba en él para una historia, Clark Ravel no había podido dejar de pensar en ella y en lo que escribía en aquella plataforma extraña llamada Wattpad, donde cientos de historias más yacían ahí sin ningún fin de lucro, usando rostros de artistas mundiales muy famosos como personajes. Y él ahora era uno de ellos.
Solo había transcurrido dos días desde ese suceso y la conversación que tuvo con ella con ayuda de su fotógrafo, quien se portó como un imbécil al tratar de intimidarla.
-Capto la idea de que esa chica americana haya llamado tu atención al decirte que eres parte de su historia, pero Clark, ¿no crees que estás exagerando?
Clark ignoró por completo el comentario de su compañero de clase y continuó revisando sus redes sociales.
-La has estado acechando desde hace días—insistió su amigo y Clark frunció el ceño—y será mejor que pares. La vas a ilusionar y después la vas a tener sobre ti todo el tiempo.
-No estoy haciendo nada malo—estalló Clark, bloqueando su teléfono y sacando su libreta—quiero apoyarla. Le estoy devolviendo el favor; además, solo veo su perfil y no le doy "me gusta" a sus fotos personales. Y desde antes le hacía caso dándole "me gusta" a lo que me etiquetaba sin saber que se inspiraba en mí.
- ¿Y la ves linda?
Clark volteó a ver a su amigo con cara de póquer y después sacudió la cabeza con una sonrisa.
-¿A qué se debe esa pregunta? Soy modelo. Es normal que les haga caso a mis admiradoras, Dexter.
-Bueno, pero te estás excediendo. ¡La seguiste en twitter, Instagram y te creaste una cuenta en Wattpad!
-A ver—sentenció Clark, un poco molesto—a todo esto, ¿en qué te afecta a ti?
Dexter se quedó helado e hizo una mueca.
-Me preocupa tu actitud. Si ella no te interesa, pon distancia.
-Eso es ser egoísta. Relájate.
Dejó parlotear a su amigo y siguió revisando Instagram. Sonrió un poco al ver la foto más reciente de aquella chica y estuvo tentado a ponerle "me gusta" pero se contuvo.
Ella siempre había estado pendiente de él, pero no fue hasta que le confesó sobre la historia cuando Clark comenzó a interesarle.
Cuando terminó la jornada de estudio, Clark salió disparado al estacionamiento con la finalidad de librarse de su amigo Dexter, pero en el camino, se cruzó con una chica demasiado llamativa, la cual, sin lugar a dudas, no era estudiante de la universidad.
Tenía el cabello café y muy lacio a la altura de la cintura y ojos muy azules.
Tenía un toque tierno a su aspecto.
-Hola—la saludó con jovialidad.
Como Clark era conocido por ser uno de los más atractivos, tenía cierta confianza en sí mismo para hablarle a cualquier chica que él quisiera.
-Hola—le contestó el saludo con un poco pena. Sus mejillas se ruborizaron al instante.
- ¿Eres nueva estudiante o algo así?
-No, estoy esperando a una prima para ir de compras. Yo aún no estudio la universidad.
Clark se sorprendió. Ella se miraba madura, pero también adorable. Y como se había quedado estupefacto mirándola, tuvo que pellizcarse el brazo con disimulo.
-Oh, ya veo. Me llamo Clark Ravel, ¿Cuál es tu nombre? —le extendió la mano.
-Soy Joanna Boston—contestó, estrechándole la mano.
A él le hubiera gustado continuar conversando con aquella chica tan bella, pero su teléfono comenzó a sonar.
-Dame un minuto—le dijo. Ella asintió y él se alejó unos pasos para contestar— ¿diga?
-¿Dónde demonios estás? Se supone que tu sesión de fotos empieza en media hora, pero debes estar aquí para que te arreglen, Clark.
-Jack, por Dios, estoy saliendo apenas de clases—miró de reojo a la chica y se sintió decepcionado al no verla. La buscó con la mirada y la encontró yéndose con otra chica.
-Te quiero en el estudio, ¡AHORA!
Le colgó con brusquedad y Clark carraspeó.
A veces le gustaría volver a la normalidad y ser un chico común y no un supermodelo al que no lo dejaban respirar y vivir como una persona normal.
Se ajustó la correa de su mochila al hombro y corrió hacia su Jeep.
(NO SE OLVIDEN DE VOTAR Y COMENTAR:3)
Y ESTE ES DEMIAN SAY, EL CHICO QUE SE MUERE POR NUESTRA QUERIDA SKYLER NEWTON. <3
Y ESTE ES CLARK RAVEL, EL SUPERMODELO QUE TRAE COMO UNA LOCA A SKYLER xD
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