46
Cuando ambos terminaron de "pelear", se sentaron el césped y comenzaron a conversar tranquilamente como buenos amigos y yo simplemente me limité a observarlos con serenidad desde la banca.
No obstante, el bello momento de tranquilidad se fue por la borda al instante que un grupo de chicos sumamente atractivos se acercó a nosotros con mucha confianza.
Clark se levantó y se sentó rápidamente a mi lado, colocándose muy cerca de mí, haciéndoles ver a aquellos chicos que yo estaba con él o algo por el estilo.
Dexter se mantuvo en su sitio sobre el césped y dejó escapar un suspiro de agobio.
-No esperaba verlos precisamente hoy-dijo uno de esos chicos. Era el que encabezaba el grupito y además era muy guapo-y menos con tu novia, Ravel.
Tenía un aspecto imponente y rudo, incluso más que Clark. Su cabello era extremadamente rubio platinado, pero constaba de unos ojos penetrantes color esmeralda.
Quise ponerme en pie y gritarle que no era novia de Clark, pero en vez de eso, como toda tonta e intimidada, me resguardé detrás del hombro de Clark, ocultando mi rostro del campo de visión de esos cuatro chicos, en especial del rubio.
-¿No tienen a quién molestar, eh, chicos?-interpuso Dexter, incorporándose del césped.
Los cuatro voltearon a verlo con incertidumbre.
-A ustedes, desde luego-se burló el rubio-por eso estamos aquí.
Sentí enseguida como los músculos del brazo de Clark se tensaban y tensaba también la mandíbula, mirando con desprecio a ese cuarteto.
-¿Acaso nunca aprendes, Christopher?-ladró Clark, quién había hecho el ademán de levantarse, pero gracias a mí, se mantuvo sentado-¿quieres que te dé un recordatorio de la paliza que te di hace unos meses?
La sonrisa cínica del rubio se transformó a mezquina y a odiosa.
-Hemos venido en paz-añadió el chico, alzando las manos-y estábamos bromeando, ¿no es así chicos?
Los tres que lo acompañaban asintieron como idiotas.
-Eso es, buenos chicos-canturreó Dexter, riéndose.
-Algún día estarás sólo, Jackson, y no vas a tener a Ravel para que te cubra las espaldas-le advirtió el rubio a Dexter y este alzó las cejas, para nada intimidado.
Y dicho eso, ese tal Christopher me envió una mirada desdeñosa antes de marcharse con sus amigos.
-¿Qué fue eso?-musité-no me digan que también aquí hay bullys...
-En todos lados los hay-contestó Dexter, abatido-pero el rubio, Christopher, me odia porque...
-No es tan necesario que Skyler se entere de tus estupideces, Dex-bufó Clark.
-¡Cuéntame!-insistí a Dexter y Clark rodó los ojos.
-En lo que le cuentas tus aventuras a Skyler, iré a comprar algo de beber-dijo Clark y se encaminó lejos de nosotros.
Tuve el deseo de acompañarlo, pero ya había comenzado una charla con Dexter y no podía ser grosera.
Me acomodé mejor en la banca y él se sentó conmigo para iniciar a contarme sus problemas.
-No quiero entrar en detalles, así que te contaré todo bien resumido-vaciló y yo asentí, sonriendo-sucede que... le quité a su novia.
-¿Eh?-dejé de sonreír.
-Sí. A Christopher le quité una de sus tantas novias.
-Ay Dios...
-¡Lo sé! Es decir, sale con muchas chicas y no es posible que se haya molestado solo porque tuve una miserable cita con una de ellas y yo no sabía nada.
-¡Habiendo más chicas Dexter!
-¿Me creerías si te dijera que Christopher ha estado con el 90% de chicas de la Universidad? ¿cómo iba a saber que la chica con la que salí pertenecía a su grupito de novias?
-En eso tienes razón-coincidí-pero de todas maneras...
-Si no fuera por Clark, desde hace tiempo Christopher y su grupo de imbéciles ya me hubieran enviado al hospital.
-O sea que solo eres amigo de Clark porque te protege el trasero-sisé, molesta.
-¡No! ¿de dónde sacas eso?-exclamó-he sido amigo de Clark desde los quince años.
-Uhmm... está bien, te creo. Pero no me gustaría que estuvieras pegado a él por conveniencia y no porque deseas estar con su compañía. A mi, en lo personal, me enferma esa clase de persona y tú me agradas. No arruines la posición en la que te tengo, ¿okey?
-Yo jamás buscaría a Clark por interés-sentenció-es mi mejor amigo.
-Realmente me encantaría haber tenido a una mejor amiga en quién confiar-murmuré.
-¿Disculpa?
-No es nada. Descuida.
-Escuché perfectamente bien lo que dijiste, y me gustaría saber por qué una chica como tú, nunca tuvo una mejor amiga o mejor amigo-esbozó una tenue sonrisa que me estremeció por completo.
Aparté parte de mi cabello de la cara, puesto que la cola de caballo se me estaba cayendo y me levanté los lentes de sol sobre la cabeza.
-Sucede que, jamás he tenido éxito haciendo amistades-confesé, mirando a otra parte-y puesto que siempre fui tímida y callada, nadie se tomó la molestia de acercarse a hablar conmigo. Lo único que recibí todos estos años fueron burlas y acoso. Hasta que Demian hizo que eso terminara-y al mencionar su nombre, una sonrisa cruzó mis labios, seguido de un suspiro.
-Eso es hermoso-dijo él-que tu novio haya llegado en el momento exacto para cambiar las cosas.
-Con decirte que Demian había estado enamorado de mí desde los diez años-reí-y no fue hasta años después que se animó a decírmelo.
-Es una historia de amor realmente fantástica, aunque lamento que no hayas tenido una mejor amiga o mejor amigo en quién confiar.
-Gracias. Pero con Demian teniéndolo conmigo, me siento más que feliz.
-Si quieres, yo podría ser tu primer mejor amigo-se ofreció, calidamente.
-Que lindo eres-le dije y noté como las mejillas de Dexter se tornaban rojas-me encantaría.
-¡Bien! Entonces, a partir de este instante, seré tu mejor amigo-se aventuró a abrazarme por encima de los hombros.
Todo estaba bien, excepto por el hecho de que Clark ya estaba de regreso y nos miraba con una ceja elevada, y sin ningún tipo de expresión en el rostro. En sus manos sostenía tres latas de Coca-Cola.
-Así que nada más me voy por unos minutos y ambos se vuelven amigos íntimos. Es muy conmovedor-dijo con sarcasmo y nos entregó las latas.
Agarré la mía y sutilmente me levanté de la banca para situarme junto a Clark.
Bebimos la Coca casi al momento a causa de la sed y del sol cálido que se cernía sobre nosotros.
-¿Dónde hay un bote de basura?-pregunté.
-Yo lo tiro. Damelo-dijo Clark, extendiendo su mano hacia mi.
Le entregué la lata y lo observé caminar hacia un extremo del pasillo donde había un cubo de basura grande.
Pensé que volvería rápido, pero en vez de eso, se alejó un poco más y retrocedió alarmado en cuanto se dio cuenta de que alguien estaba esperándolo.
Creí por un momento que tal vez se trataba de ese grupito de chicos tontos que querían molestarlos, no obstante, apareció Joanna a la vista con toda la intención de retenerlo a su lado.
Todo el panorama era nauseabundo: Joanna casi arrastrándose ante él.
Realmente no sé qué ocurrió conmigo en ese instante, y no sabía si fue a causa de una ira inexplicable o unos celos espantosos o una mezcla de ellos lo que me hizo hacer lo que hice.
A los pocos segundos de presenciar aquella escena, me hallé caminando hacia ellos a grandes zancadas.
Llegué hasta Clark y lo agarré de la mano, tirando de él hacia atrás y lejos de ella.
-¡Aléjate de él!-le grité, sumamente molesta-¡Y no vuelvas a buscarlo nunca más!
Los ojos azules de Joanna se entornaron y yo le dirigí la peor de las miradas sin soltar a Clark por ningún motivo.
-Es decir, ¿no entiendes?-continué con mi rabieta sin ponerme a pensar en lo que Clark podría decir-él no te quiere, ya no.
La chica parpadeó sin dejar de observarme con la boca abierta.
-¡Clark es mío! ¡Aléjate de él!-grité por última vez, agarrando con más fuerza la mano de él y lo jalé conmigo, dejando de pie a Joanna.
Comencé a correr con Clark detrás de mí.
No quise acercarme a donde habíamos estado con Dexter, puesto que no quería que nos preguntara algo.
Me detuve cerca del estacionamiento para recuperar el aliento, ya que correr demasiado podría afectar mis pulmones y tener un ataque de asma sin mi inhalador cerca.
Le solté la mano y negué con la cabeza, dándole la espalda.
Hasta ese segundo comprendí lo que acababa de pasar y la estupidez que yo acababa de hacer.
Clark no emitió ninguna sola palabra, pero ya sabía que estaba mirándome fijamente, en espera de una explicación.
-¡Oigan! ¡Hey!
Aflojé los brazos y esperé a que Dexter se acercara a nosotros para que cortara el silencio incómodo.
-¿Por qué salieron corriendo y me dejaron atrás?-preguntó, y enseguida sentí su tacto en mi hombro-¿chicos?
-No ocurre nada. Salimos corriendo porque pensé que había olvidado algo y simultáneamente creímos que si no salíamos a buscarlo, ya no lo encontraríamos. Luego recordé que lo dejé en mi coche-argumentó Clark, sin ningún fundamento con sentido.
Yo aún me negaba a darles la cara a ambos.
Escuché algunos pasos que se aproximaron a mí y luego se detuvieron.
-Déjala sola un segundo-le oí decir a Clark a Dexter.
-¿Pero qué ocurrió?-balbuceó su amigo sin entender.
No obstante, me sentía extraña. Era como si mi otro yo, el de hacía meses atrás hubiese vuelto a la vida, como cuando le hacía más caso a mi locura infantil de hacer las cosas antes de meditarlas.
¿En qué cabeza cabía hacer ese reverendo show frente a la ex novia de Clark?
Definitivamente me estaba volviendo loca y para rematar, había dejado una llamada pendiente con Demian desde la mañana y se estaba postergando demasiado.
-¿Podemos ir a casa?-me di la vuelta para verlos, pero solamente estaba Clark Ravel.
Escudriñé a mi alrededor en busca de Dexter, pero no lo encontré.
-Tus mejillas-dijo él.
-¿Qué... qué tienen?-titubee y tragué saliva cuando se acercó peligrosamente a mí con la mano extendida, con la mano que hacia semanas se había lastimado y que ahora se hallaba bien.
-Están sonrosadas-contestó, posando su palma sobre una de mis mejillas y sentí la calidez de esta.
-Te pido una disculpa, Clark-le dije, mirándolo fijamente a los ojos, a esos ojos tan castaños y oscuros.
-¿Por qué te disculpas?-se mostró perplejo.
-Por ese mal momento que te hice pasar frente a Joanna, realmente no sé que me sucedió. Actué sin pensar-cerré los ojos y como él aún continuaba con la mano en mi cara, acarició mi piel con delicadeza, haciéndome sentir segura-jamás me había pasado algo como eso. Lo lamento.
-No deberías estar pidiéndome disculpas-añadió, luego de un interminable momento de silencio-es más, yo debería estar agradeciendo tu gran ayuda.
-¿De qué hablas?-ladee la cabeza y él se encargó de darme un abrazo inesperado.
Mi cara quedó enterrada en su pecho y logré sentir su aroma colarse por mis fosas nasales.
Olía delicioso.
-A Joanna le quedó muy claro que ya no me importa.
Dios. Sabía realmente a donde iba dirigida sus palabras y no podía darme el lujo de esperar a que dijera lo que yo temía escuchar.
A regañadientes, me vi obligada a apartarme de su lindo abrazo y sonreír como si nada hubiera pasado.
-¿No tienes hambre, Clark? A lo mejor Dexter tiene hambre también. Deberíamos ir a buscarlo y decirle-le cambié de tema tan drásticamente que no le di tiempo de asimilarlo.
Al principio, juntó las cejas y se quedó extrañado por mi comportamiento, y después se relajó, y supuse que comprendió mi actitud, porque no insistió para preguntarme la razón del giro de conversación tan precipitadamente.
Al final de cuentas, hallamos a Dexter tendido en el césped donde lo habíamos dejado antes de enfrentarnos a Joanna y fuimos a comer los tres a un restaurante, lejos de la Universidad.
Comimos Sushi y té.
Y a eso de las seis de la tarde, llegué al departamento de Eros.
Me despedí de los chicos desde el porche y luego vi el Jeep con Clark y Dexter dentro, desaparecer en la lejanía de la calle.
-¿Y bien? ¿Qué te pareció la Universidad?
-¡Bastante fabulosa!-exclamé, sentandome en el sillón con mi teléfono en las manos.
-Lo supuse-apuntó, tomando asiento frente a mí-por cierto, hoy hablé con Demian justo después de que te marchaste con Clark.
Dejé de ver la pantalla del teléfono y lo miré.
-Espero no le hayas dicho que salí con Clark.
-No, pero pensó que tú y yo habíamos salido y tuve que decirle que saliste con Jack a comprar unas cosas.
-Gracias, en serio.
-Y me dijo que no te olvidaras de llamarle en cuanto estuvieras en el departamento.
No lo terminé de escuchar y corrí a la habitación para comunicarme con él lo antes posible.
Temía que ya estuviera dormido y perder mi única oportunidad para estar a su lado a través de una llamada.
Tumbada en la cama, marqué a su teléfono, en espera de su contestación.
-Hola...
-¡Demian!
-...soy Demian Say, por el momento no puedo contestarte. Deja tu mensaje después del tono, y en cuanto lo escuche, te llamaré.
Malhumorada, colgué y enterré la cabeza en las almohadas con furia.
La estupidez continuaba siguiendo mis pasos a lo largo de mi existencia y, estaba claro, que hoy no iba a ser la excepción.
En vez de haber hecho tremendo show enfrente de Clark y su ex novia, debí llamarle a Demian.
Intenté nuevamente llamarlo, pero obtuve la misma respuesta.
Dejé por la paz el teléfono y me cambié de ropa para descansar.
No obstante, una llamada entrante me hizo resoplar, y pensar tontamente en Demian, y contesté.
-¡Amor!-dije sin molestarme en leer el remitente.
-Habla Clark-carraspeó.
-Ay madre-balbucee-¡lo siento!
-No hay problema, creo que ya estoy acostumbrandome a que me confundas con Demian-bromeó.
-En verdad, lo lamento-repetí.
-Y ya te dije que no te preocupes, además te llamaba para preguntarte si mañana pasaré por ti para entrenar como siempre.
-Sí. Claro.
-Correcto, ¿y cuando exactamente iremos a San Francisco para arreglar mis cosas?
-¡Tienes razón! Ni si quiera sé cuando exactamente. Espera, no cuelgues, voy a preguntarle a Eros.
-De acuerdo. Te espero.
Salí a buscar a Eros y como no lo encontré en la sala, cocina ni porche, asumí que quizá se encontraba en el estudio.
Llamé un par de veces antes de abrir la puerta. Todo estaba oscuro.
-¿Eros?-pregunté, alargando la mano que no sostenía el teléfono hacia el interruptor.
-No enciendas la luz, aquí estoy-escuché su voz en algún punto de la habitación.
-¿Ocurre algo?-murmuré en cuanto sentí su presencia junto a mí.
-No. Solo estaba checando unas cosas-me tomó del hombro-salgamos de aquí.
Estando afuera del estudio, me condujo a la sala y nos sentamos en el sofá.
Él se miraba tan agotado y con sueño que dudé en continuar quitándole el tiempo con lo de mi viaje.
-Seré breve. Clark está al teléfono-le informé-y quiere saber cuando iremos a San Francisco.
-¿Por qué me lo preguntan a mí?-Eros sonrió.
-Porque justo ahora eres la persona que se está haciendo cargo de mí.
-Oh, eso lo explica todo-infló el pecho y pareció volar por los aires a causa del egocentrismo.
-¿Entonces?-lo miré con las cejas alzadas y puse el teléfono en altavoz.
-Sí, Eros, ¿entonces?-terció Clark por teléfono.
Eros ensanchó la sonrisa y se recostó en el sillón.
-¿Qué les parece el miércoles 22 de febrero? Ese día puedo llevarlos al aeropuerto.
-¿Qué opinas, Clark?-dije.
-Estupendo. Comenzaré a preparar mi equipaje-bromeó-¿estaremos dos días?
Alcé la mirada a Eros en busca de la respuesta.
-Podrías darle un tour a Clark, Skyler-dijo Eros.
-¿Eso quiere decir que tal vez estaremos ahí una semana?-preguntó Clark emocionado.
-Depende de lo que a Skyler le parezca.
-Me hará bien estar una semana en casa-añadí con una sonrisa.
-Entonces ya está-le oí decir a Eros-y bueno, si me disculpan, chicos, dormiré un rato.
Lo observé marcharse a su habitación y quedé al teléfono con Clark en medio de la sala.
-Siempre había querido ir a San Francisco-exclamó Clark cuando le quité el altavoz y pegué el teléfono a mi oreja.
-No creo que yo vaya a ser buena haciéndote el tour.
-Nos la apañaremos-me aseguró.
-Tendrás que acompañarme a la Universidad donde mis compañeros son una bola de idiotas-mascullé.
-¿Tenías problemas con ellos?-quiso saber con preocupación.
-Es una larga historia-suspiré-la cual no vale la pena. Demian hizo que todo eso terminara.
-Cuando estemos allá, sólo tendrás que decirme quién o quiénes son esos imbéciles que te molestaban y yo los haré pedazos.
-La violencia no es buena.
-Lo sé, pero tampoco lo que ellos te hacían era bueno.
-No sabes lo que me hacían, Clark-reí.
-Uhmm... pero logro imaginarlo. Te molestaban.
-Algo así-hice una mueca.
-Me gustaría que me contaras más de ti y de tu vida en San Francisco.
-Mi vida en San Francisco era un asco y cambió gracias a Demian, Eros, Jack y...
-¿Y yo?
-Sí, también tú-dije y dejé escapar un suspiro.
-¿A qué se debe ese suspiro?
-Estoy pensando en el pasado. Cómo cuando mi existencia te daba igual-reí-y a veces me ignorabas por estar con Joanna y mira que vueltas ha dado el destino.
-¡Ay! No me recuerdes esos meses en el que perdí la cabeza y actué como un bastardo. De haber sabido que me volverías loco con tu simpatía y ternura, desde antes te hubiera buscado.
-¿Eh? ¿te vuelvo loco?
-¡No! Es decir, sí. No, espera. ¡Skyler!-tartamudeó como tonto-¿ya ves lo que me haces decir?
-Ja, ja, ja.
-Y encima te burlas-se hizo el ofendido y luego rio.
-Realmente, a estas alturas, sigo sin superar que seamos amigos.
-¿Por qué?
-Ya sabes porqué.
-¿Porque soy modelo y me amas?
-Eso es jugar sucio, ¿lo sabías?
-Jugar sucio es mi especialidad.
Sabía que Clark estaba tratando de ganar terreno conmigo, pero yo no iba a permitirlo.
-Suerte que yo juego limpio-repliqué.
Entonces ocurrió algo que ninguno de los dos vio venir.
-ESTÁ CONECTÁNDOSE UNA LLAMADA DE LARGA DISTANCIA A LA LÍNEA-dijo la típica voz de la telefonía.
-¿Qué ocurre?-cuestionó Clark.
-Cuelga. Ahorita te llamo.
Clark, haciéndome caso, colgó y de pronto, la llamada extraña se enlazó con mi teléfono y gruñí.
-¡Pensé que no lograría enlazarme contigo, amor!
Oh por Dios.
Y gracias al cielo que Clark ya no estaba en la línea porque hubiese sido mi muerte segura.
Era Demian.
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