38
Dos días más tarde, exactamente a las 9 de la mañana, el timbre de la puerta principal del departamento de Eros comenzó a sonar.
Y Skyler, al notar tanta insistencia, despertó bruscamente y salió a abrir, ya que al parecer Eros estaba durmiendo o bien, no había llegado todavía.
Se cubrió con la sábana y con aire huraño abrió la puerta.
La sorpresa que recibió la dejó totalmente helada y pálida como la nieve.
¿Cómo iba a esperar que exactamente él, llegaría de improvisto a verla?
Agarró la sábana y ocultó el rostro con ésta para no mirarlo a la cara.
-¿Q-Qué haces aquí, Clark?
La risa del chico la hizo temblar y apretar con desdén la manija de la puerta.
-Te ves cómica con esa sábana encima, quitatela y esperaré a que estés lista para empezar.
-¿Empezar qué?-lo miró, tirando la sábana.
-Tu entrenamiento.
Y hasta ese momento, logró observarlo con atención.
Clark Ravel estaba vestido deportivamente de pies a cabeza. Un pants negro, tenis negros, y una sudadera del mismo color. Además, llevaba una banda entorno a su frente color negra con una carita feliz color blanca en el centro, para darle un toque de ternura a su aspecto sexy.
-Oh, no...
-Oh, sí-bromeó él.
-No quiero realmente.
-¿No quieres entrenar o no quieres entrenar conmigo en particular?-elevó una ceja en su dirección y frotó la palma de su mano derecha, la cual tenía una pequeña venda para no dejar al descubierto su herida.
-Ambas cosas-dijo, recogiendo la sábana del suelo y usándolo de excusa para no mirarlo.
-Se supone que ya lo habías acordado con Jack-se mostró perplejo-y es por eso que acepté gustosamente.
-Promete que no intentarás nada extraño cuando me estés entrenando, Clark Ravel o juro que te golpearé.
-¿Tanto te gusto cómo para no poder soportar tenerme cerca de ti?-replicó, sonriendo de lado de una manera maliciosa.
-Hablas solo porque tienes boca-le espetó y a él pareció divertirle.
-Te espero el tiempo que necesites, lo digo en serio.
Y haciendo caso omiso a las muecas de la chica, él tomó asiento en el sofá y se cruzó de brazos sin borrar la sonrisa de sus labios.
-Son las nueve de la mañana con diez minutos. Si te apresuras, a eso de las doce terminaremos tu primer entrenamiento-le informó Clark, checando la hora en su teléfono y al ver que ella no se movió o asintió; la evaluó con la mirada de arriba abajo-date una ducha y ponte ropa deportiva, eso es todo. No es la gran ciencia.
-No tengo ropa deportiva-replicó Skyler con necedad.
-No veo problema alguno con ello-Clark chasqueó la lengua y la señaló-duchate y ponte ropa normal. Yo me haré cargo de tu ropa deportiva.
-¿Cómo...?
-Hazlo-le cortó con una sonrisa de suficiencia y ella no tuvo más remedio que obedecer.
Arrastró los pies junto con la sábana mientras se dirigía a su habitación bajo el escrutinio de Clark.
Tardó aproximadamente veinte minutos en estar lista y lo halló dormido en el sofá en una posición muy sexy, como si se tratara de una sesión de fotos mostrando como un modelo de su clase duerme todas las noches.
Quiso despertarlo de la manera más sutil, pero recordó lo pedante y egocéntrico que puede llegar a ser y desistió.
Se acercó lo suficiente a él y le gritó al oído.
-¡Clark!
Pero el chico; en vez de asustarse o saltar por la sorpresa, sonrió y ella frunció el entrecejo.
-Buen intento, Skyler. Pero esta broma ya me la han hecho en la Universidad y ahora soy inmune. Mi cerebro despierta mucho antes del grito-le explicó y a continuación, se levantó del sofá, dándose el tiempo de escanearla de pies a cabeza-uhmm... bien. Nada mal. Ahora vámonos.
-Eros no está. No podemos dejar el departamento sin llave...
Ella cerró la boca cuando Clark le enseñó el manojo de llaves de Eros enfrente de su cara.
-Oh, lo suponía-masculló y echó a andar al porche.
La ropa que se había puesto Skyler consistía en un pants de algodón negro, una playera y una sudadera color beige que usaba como pijama.
Afuera, el Jeep negro de Clark los esperaba en el espacio vacío donde debió haber estado el coche de Eros.
La nieve ya era menos que semanas atrás y eso les facilitó el transcurso hacia el Jeep.
Y una vez dentro de este, Clark le indicó que se pusiera el cinturón de seguridad y comenzaron a trasladarse.
Skyler aún no podía asimilar lo que le estaba sucediendo. Es decir, su vida en ese momento ya no se parecía en lo absoluto a la de hacia unos meses. Ahora se encontraba sentada, a unos cuantos centímetros de Clark Ravel dentro de su coche. Sí, de su modelo inalcanzable, quién estaba más que dispuesto a ser su entrenador personal.
En pocas palabras, tenía a su propio Supermodelo Personal solo para ella.
-¿Tengo algo en la cara?
Las palabras de Clark la aturdieron y la hicieron parpadear con confusión.
-¿Qué?
-Te quedaste mirándome fijamente durante casi un minuto y por eso te pregunté si tenía algo en la cara-bromeó.
-Sí, tienes algo-corroboró ella y él, sin mirarla, alzó las cejas.
-¿Qué tengo?
-Estupidez.
Pero lejos de que se lo tomara a mal, rompió a reír y Skyler se preguntó la razón por la cual a él todo le causaba mucha gracia a pesar de que se trataba de insultos.
Y tras varios minutos de silencio, ella decidió romperlo.
-¿Voy a entrenar con esta ropa, verdad?
-No. Es muy grande y sudarás muchísimo, dificultandote el ritmo.
-Tengo que comprar ropa adecuada, así que regresemos al departamento de Eros y vuelve mañana.
-¿Por qué?
-Porque voy a comprar la ropa especial.
-Te dije que yo me haré cargo.
-No quiero que te hagas cargo de nada-protestó.
-Lastima, es un trato que hice con Jack y voy a cumplirlo.
Skyler resopló y se tragó la bilis.
Nunca imaginó poder pelearse con él y tampoco tolerar su presencia y su egocentrismo.
A los pocos minutos, se detuvieron justamente en la acera de la casa de él.
-Espérame un momento, no tardo.
-¿A dónde vas?
-A solucionar tu problema.
Y acto seguido, bajó del Jeep con total agilidad.
Ella lo observó entrar corriendo a su casa y se hundió en los asientos de piel de aquel majestuoso coche.
Esperó impaciente a su regreso, contemplando el hermoso panorama de aquel sitio.
Al ver que Clark tardó más de diez minutos, sacó su teléfono para distraerse.
De pronto, él estuvo de vuelta luego de veinte segundos.
Se deslizó al interior y le depositó una mochila deportiva en su regazo.
-¿Y esto...?
-La solución. Échale un vistazo-le indicó y encendió el coche.
Haciéndole caso, abrió la mochila e inspeccionó lo que había en el interior.
-¿Un top y un short de licra negro?
-Sí. ¿Crees poder entrenar con eso?-la miró de reojo mientras conducía.
-¿De dónde lo sacaste?
-¿Eso es importante? Pero para que sepas, es nuevo. Ahí tiene la etiqueta.
-No me refiero a que si es nuevo o no, sino que dónde lo conseguiste, ya que no creo que lo estuvieras guardando para mí.
-Eh, en efecto, sí. Lo compré para ti desde que Jack me comentó sobre tu entrenamiento porque pensé que lo necesitarías.
-¿Es en serio?-entornó los ojos.
-Sí-volteó a verla un momento-¿te cuesta creerlo? ¿acaso nunca te habían regalado algo?-ahogó una risita nasal y ella gruñó.
-¡Eres estresante!
-Creo que tenías otra imagen de mí, ¿verdad?-observó Clark, mordiendose el labio sin despegar los ojos del frente.
-Pensé que eras fenomenal, pero realmente eres un chico egocéntrico que se burla de todo en la menor provocación.
-Estoy siendo amable-se sorprendió-si quieres que sea tal y como me veo en mis redes sociales, lo seré, para que veas a quien de mis dos facetas prefieres.
Dejó de sonreír y se puso completamente serio.
A ella se le erizaron los vellos del cuello cuando intentó captar su atención mediante un roce de manos. Pero Clark parecía haberse metido demasiado en su papel de superficial, que ni si quiera le hizo caso. La ignoró por completo.
Skyler bufó y decidió ignorarlo también.
Tiempo más tarde, él detuvo el Jeep frente a un pequeño edificio lleno de ventanas y cristales que parecían espejos.
Bajó sin decirle nada y ella se quedó boquiabierta cuando lo vio cruzarse de braxos en la puerta de ese lugar, esperandola a que bajara.
Al instante que cruzaron miradas, él le hizo el ademán para que lo siguiera.
Skyler no tuvo más opción que bajar torpemente con la mochila deportiva y su dignidad en el suelo.
Clark la esperó para entrar y dentro de la estancia, la cual era un gimnasio muy sofisticado, el ambiente era cálido.
Había bastantes personas ejercitandose, y todos postraron la atención en los recién llegados.
-¡Hey!-un chico, igual o un poco más, de atractivo que Clark se acercó a ellos con una sonrisa lobuna.
Estaba sudado de pies a cabeza, pero le daba un toque más sexy a su físico y ella no pudo evitar sentir náuseas, puesto que en ese gimnasio, habían muchísimos chicos y chicas de ese porte. Si se sentía ya de por sí intimidada con Clark, no podía imaginarse estar rodeada de muchos como él en un espacio tan reducido.
-Vaya, si que te tomaste muy en serio el ejercicio, Dex-lo saludó Clark con la mano izquierda y el chico asintió con egocentrismo, y luego miró a Skyler.
-¿Ella es la chica que vas a entrenar?-inquirió y ella se ruborizó.
-Sí. ¿Y no te conté que ella también es la chica que escribió una historia basándose en mí?
-¡No lo puedo creer!-exclamó su amigo y se aventuró a agarrarla de la mano. Los ojos mieles del chico se abrieron de par en par sin dejar de sonreír-mucho gusto, me llamo Dexter Jackson.
-Skyler Newton.
-Si te aburres de Clark, yo puedo entrenarte en su lugar si quieres-se ofreció el chico, guiñandole un ojo y ella asintió, sin mirar a Clark.
-Sí, bueno. Consiguete a un discípulo y deja al mío en paz-gruñó y sin pensarlo, tomó a Skyler de la mano con su mano izquierda-vamos, Skyler.
Tiró de ella suavemente y la alejó de su amigo, quien los observó caminar por el pasillo del gimnasio con una sonrisa maliciosa.
Skyler caminó con torpeza por un largo pasillo, mirando por el rabillo del ojo a los chicos musculosos que levantaban pesas y gruñían al mismo tiempo mientras se miraban al espejo. También habían chicas hermosas levantando pesas con sus novios de infarto.
Ese sitio definitivamente la hacia sentir diminuta y fuera de lugar, pero al menos iba a acompañada de Clark Ravel; un chico de la misma categoría que los demás.
-Comenzaremos con ejercicios cardiovasculares, ¿de acuerdo?-sentenció él, soltando su mano.
Ella asintió y bajó la mirada con nerviosismo. No se movió de su sitio y Clark chasqueó la lengua con desaprobación.
Se estaba portando de una manera tajante, por petición irracional de Skyler.
-¿Y bien? Cambiate y vuelve para que comiences-le señaló las escaladoras y las bicicletas, las cuales estaban desocupadas, pero no tardarían en tener dueño.
-¿D-Dónde puedo cambiarme?
-Ahí-le indicó con el dedo el enorme letrero que decía "Vestidores"-entra donde hay un logotipo rosa que dice "mujeres" e intenta no perderte.
Reuniendo las fuerzas y el autocontrol suficiente, obedeció sin chistar.
Entró a la puerta correcta y se tardó cinco minutos en cambiarse. Y cuando salió, se sintió incluso más intimidada por las miradas de dos chicas que se dirigían a los vestidores.
Llegó hasta donde Clark estaba con la mochila deportiva aferrada a su pecho y titubeó, ya que él se hallaba charlando animadamente con una belleza de chica.
-Estoy lista-se aclaró la garganta y ambos voltearon a verla.
-Okey, ahora siéntate aquí-palmeó con la mano buena el asiento de una de las bicicletas-y quédate haciendo una rutina de media hora.
Azorada, dejó la mochila cerca de sus pies y se sentó en la bicicleta bajo la mirada curiosa de la chica y el escrutinio de Clark.
-Entonces, ¿no harás ejercicio por tu mano?-la chica misteriosa retomó la conversación con él justamente cuando Skyler comenzó a pedalear, sintiendo como su estómago con kilos de más era presa de miradas.
-No. La herida de mi mano me lo impide-contestó-pero estaré viniendo de todas maneras.
-¿En serio vas a entrarla?-arrugó la nariz en dirección a Skyler y esta apretó las manos entorno a la bicicleta.
-Sí. Ella es la próxima modelo de Jack Mali y debo ponerla en forma.
-Dudo mucho que consigas hacerla bajar de peso y a tonificarle el cuerpo.
Clark rio con amargura.
-Si no mal recuerdo, cariño, tú eras una chica con más de cincuenta kilos de más y mírate ahora, luces muy bien.
-No había necesidad de ventilar mi pasado-espetó la chica de mal humor y Skyler se mordió la lengua para no reírse, incluso pedaleó más fuerte para que si emitía algún ruidito de risa, no se escuchara.
-Quiero recalcarte que, nada es difícil. Además, ella estará bajo mi cuidado y pronto tendrá un buen físico.
-Te deseo éxito en ello-le dijo con sarcasmo.
-Gracias, Claire.
-Sí. Bueno, me quedaría charlando más tiempo contigo, pero mi rutina quedó a medias y necesito apresurarme porque saldré con mi novio en la tarde. ¡Nos vemos, guapo!
Y dicho así, la chica hermosa se alejó de ellos con pasos apresurados.
No obstante, Skyler había pensado que, posiblemente él se iría a otra parte en lo que ella terminaba su rutina, pero no fue así. Clark tomó su mochila deportiva y se sentó a su lado, sobre la caminadora, mirándola fijamente y contemplando cada uno de sus movimientos.
Se puso demasiado nerviosa y se detuvo.
-¿Podrías pasarme mi sudadera?
-¿Para qué?
-No puedo continuar haciendo ejercicio mientras me miras fijamente vestida así.
-Lo que dijo Claire no debería importarte, ¿sabes? Te ves bien con el top y ese licra. Es especial para el ejercicio.
-Dame la mochila-sentenció ella.
-No-repuso él con dureza-iré por una botella de agua.
Se levantó de la caminadora y se llevó consigo la mochila.
Ella continuó pedaleando, sintiendo como el sudor brotaba de sus poros hasta deslizarse por todo su cuerpo, dejándola extasiada. Incluso podría jurar que sus mejillas estaban rojas a causa del esfuerzo.
El área de cardio era el único espacio del gimnasio donde no había espejos y lo agradeció mentalmente.
-Bebe un poco-le dijo Clark de repente y ella paró en seco.
Él se había situado a un costado de ella con la mano buena estirada hacia sus labios.
-Gracias-agarró la botella y bebió más de diez sorbos de un jalón.
-Eh, tranquila o te sentirás mal por beber mucha agua de tajo. Es poco a poco.
-Hubiera preferido agua fría, pero está buena-murmuró, respirando agitadamente.
-Estás caliente y te haría mal el agua fría.
Luego de esa breve conversación, Clark volvió a sentarse en la caminadora, pero bajo los términos de Skyler: No mirarla hasta que terminara su rutina.
Y él obedeció a regañadientes, revisando su teléfono.
Era complicado hacer ejercicio en la bicicleta fija, ya que comenzó a temblarle las piernas y temió que, al concluir la primera rutina, no pudiera caminar y posteriormente, cayera sin miramientos, siendo el hazme reír de los demás.
-Clark-pronunció su nombre cuando terminó. Estaba totalmente sudorosa y roja por el esfuerzo. Él despegó la vista del teléfono para mirarla.
-¿Ya terminaste?
Ella asintió.
-Excelente, ahora vamos-se incorporó rápidamente y Skyler apretó las mandíbulas. Él ladeó la cabeza al verla estática sobre la bicicleta-¿qué esperas?
-No... no puedo mover las piernas.
-¿Qué?
-Me tiemblan. Y tengo miedo de caerme.
-¡Fabuloso!-exclamó emocionado, regresando al Clark sonriente y se posicionó junto a ella-eso significa que llevaste bien el ejercicio y tu cuerpo lo está asimilando.
-¿Y cómo le hago para bajarme y no parecer Bambi recién nacido?
Y sin previo aviso, Clark se acomodó la mochila en su hombro y agarró a Skyler de la cintura sin ningún esfuerzo. La cargó con suavidad y la ayudó a pararse lentamente.
-Por todos los cielos, ¡voy a caerme!-gimió ella.
-Tranquila. No vas a caerte porque te tengo agarrada.
-¿Crees que podré soportar otra rutina?-jadeó, sintiendo como su corazón latía con fuerza dentro de su pecho y no sabía si era por la adrenalina, o por la cercanía de Clark.
-Es tu primera vez y es normal-rio con ganas, sosteniendola aun con sus brazos-si continuas del diario, el dolor se irá y será placentero para ti.
-Ahora veo que no por nada tienes ese cuerpo, Clark-susurró, adolorida.
Él recibió el cumplido con modestia y la ayudó a colocarse sobre la caminadora.
-Harás quince minutos-le explicó-lo pondré en lo más lento para que no sientas que te vas a caer cuando termines.
Observó al chico presionar algunos botones y el suelo debajo de sus pies comenzó a moverse con lentitud.
-¿Gustas agua, Skyler?
-Sí, por favor.
Ella trató de alcanzar la botella con la mano sin dejar de caminar sobre el aparato, pero él se inclinó hacia donde estaba y le dio de beber cuidadosamente.
-¿Más?
Skyler asintió y él le proporcionó más agua de la botella, sosteniendo su mandíbula con los dedos e inspeccionando cada sorbo.
-¡Clark, ven un segundo!
Él volteó a ver a su amigo que lo saludó en la entrada y le dejó la botella a los pies de ella.
-Voy.
La dejó sola y corrió al llamado de su amigo.
Ambos chicos se alejaron un poco de ahí y Clark tuvo la sensación de que Dexter lo había hecho adrede.
-¿Necesitas algo?-le preguntó con una mueca.
-Te juro que jamás pensé que de verdad esa chica lograría interesarte-siseó en su oreja y Clark se apartó bruscamente de él.
-¿De qué hablas?
-¡Ay! ¿Crees que puedes engañarme? Reconozco esa mirada y esas atenciones que tienes para con ella.
-No sé de que me estás hablando.
-Te gusta tu admiradora y es algo excitante que la conocieras en persona. Algo muy loco e increíble.
-¿Puedes bajar la voz?-gruñó.
Dexter lo abrazó amistosamente del cuello y le palmeó el pecho.
-Te dije que no le dieras muchas atenciones porque luego la tendrías sobre ti todo el tiempo, pero me acabo de dar cuenta que todo lo planeaste a la perfección.
-En ese tiempo ni si quiera conocía a Joanna, así que calmate.
-¡O sea que aceptas que esa chica, admiradora tuya, te gusta!
-Tiene novio-carraspeó-y yo acabo de terminar una relación. No exageres.
-¿Terminaste la relación por tu admiradora; no es así?
-Por supuesto que no-le contradijo de mal humor-Joanna se hizo insoportable desde mucho antes de conocer a Skyler.
Dexter se quedó un momento meditando las palabras de su amigo y después ensachó su sonrisa.
-¿Y si la invitas a salir?
-Tiene novio-repitió Clark.
-¿Y dónde está su novio?
-En Estocolmo.
-¡El destino y los astros están de tu lado, Clark!
-¿Nunca te he dicho que odio cuando hablas de esa manera?
-Es tu oportunidad. Esa chica muere por ti y hará lo que sea para satisfacerte. Además, su novio no está aquí y eres su entrenador. Y sé perfectamente que no te es indiferente.
-Me agrada, eso es todo. Y me gusta su forma de ser. Es linda, y ciertamente no entiendo por qué piensas que cualquier chica es una posibilidad para tener sexo. ¿Por qué no te conformas con tener amigas?
-Si tuviera una admiradora loca por mí y que se tomara el tiempo de usarme para inspiración de una historia, créeme que estaría muy feliz...
-Estoy feliz.
-...y si tuviera la oportunidad de conocerla en persona, no dudaría en intentar algo con ella.
Clark se llevó la mano a la frente y resopló.
-Skyler me dijo que no soy lo que pensó que era. Así que prefiero continuar siendo simplemente su amigo o su modelo favorito.
-¿Qué puedes perder al intentarlo?
-Nada. Pero es buena chica, no merece ser un conejillo de indias para tu experimento.
Dexter iba a replicar pero en eso, cuando sus ojos mieles se cruzaron con alguien a lo lejos, cerró la boca abruptamente.
-Dios mío, amigo. Joanna Boston a las diez en punto-le susurró al oído.
Clark se tensó y se soltó de su amigo.
-Ve a distraerla. Me encargaré de desecharla de mi vida para siempre.
Su amigo se quedó atónito sin saber que hacer. Miró a Clark correr hacia Skyler y tuvo que ingeniarselas para distraer a la lunatica chica que acababa de llegar.
-Skyler-dijo Clark con seriedad en cuanto estuvo con ella.
La chica volteó a verlo con una leve sonrisa.
-¿Qué pasa? Todavía no ha pasado quince minutos-dijo con la voz entre cortada.
-Es hora de ayudarme con lo que me prometiste.
-¿Eh?
-Te harás pasar por mi novia justo ahora.
-¿Qué? ¿por qué?-se horrorizó.
-Joanna está aquí.
Skyler palideció.
Él sintió la presencia de Joanna acercándose, acompañada de la voz de Dexter que intentaba retenerla.
-Por favor-suplicó Clark con desesperación y ella, al notar la angustia en su atractivo y masculino rostro, mandó al diablo cualquier negación.
-Está bien-aceptó, pero no pensó ni creyó que Clark se subiría también a la caminadora junto con ella.
-Muchas gracias-le dijo él con alivio y presionando el botón de apagado, el aparato se detuvo.
Y como si todo hubiese ocurrido lentamente, Skyler entornó los ojos al momento que Clark deslizaba uno de sus fascinantes brazos alrededor de su cintura y la acercaba a su cuerpo con sutileza, poniéndola en una posición romántica y erótica al mismo tiempo sobre la caminadora. Y con su otra mano, la que estaba vendada, le agarró la barbilla con determinación.
Skyler, aún con los ojos desorbitados, vio como Clark se inclinaba a ella, dispuesto a besarla.
Lo primero que pensó fue en empujarlo y salvarse de la infidelidad, pero los ojos de ese chico parecían ser hipnóticos.
Su modelo favorito tenía intenciones de besarla y ella de corresponderle.
Demian. No. Demian.
El último pensamiento de cordura se fue al carajo cuando técnicamente, Clark se apoderó de sus labios sin ni si quiera darle tiempo de reaccionar.
La besó en el segundo que Joanna hacia acto de presencia junto con Dexter.
Skyler probó los labios de Clark Ravel, del modelo por el cual había perdido la cabeza desde hacia muchísimo tiempo a través de una pantalla y ahora, después de meses de fantasear con ese momento imposible, su deseo se había cumplido.
Pero había un detalle: Ese beso significaba la infidelidad en su relación con el chico que amaba. Demian Say.
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