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37

Y así como su familia tuvo que irse tan pronto de Vancouver, llegó el turno de Demian de viajar a Estocolmo con Jack Mali.
Era 6 de enero y, posteriormente, ya era hora de  irse.
Todo estaba arreglado, sólo faltaba la despedida. Lo más difícil.
-Sólo serán seis meses-le aseguró Demian a Skyler cuando ella dejó de abrazarlo en el aeropuerto a regañadientes.
-Yo cuidaré bien de él, cariño, así que no debes preocuparte-la tranquilizó Jack, bebiendo un sorbo de su lata de CocaCola y aferrando una de las correas de su mochila en el hombro.
-Promete que me llamarás o me mandarás mensajes del diario-Skyler hizo pucheros y él la volvió a abrazar.
-Haré todo lo que esté en mis manos para poder escuchar tu voz diariamente-prometió.

En eso, las bocinas anunciaron, por medio de una voz feminina, el vuelo de Jack y de Demian.
Skyler comenzó a temblar en sus brazos, tratando de palparse completamente de él, de su esencia y aroma. Pero no era suficiente. No quería que se fuera.
Y como era de noche, le entró más nostalgia, puesto que en el momento que Demian partiese a Estocolmo, ella y Eros volvían al departamento y estarían completamente solos.
-Cuidala por mucho, por favor-dijo Demian a Eros con severidad-no podré protegerla estando lejos y confío en que tú lo harás por mí.

Eros asintió y Demian aprovechó a besar una vez más a su novia antes de soltarla y caminar detrás de Jack, rumbo al avión.
Skyler apretó los puños al verlo alejarse a paso lento, y al no resistir la presión, corrió tras él, gritando su nombre y llamando la atención de todos los presentes.
Ella solía cargar un collar de búho desde que tenía 15 años, pero con el paso del tiempo, el dije se oscureció y decidió guardarlo porque miraba ese collar como algo hermoso, ya que se lo había obsequiado su madre con mucho cariño. Lo guardó en su cartera para llevarlo siempre consigo. Sin embargo, gracias a que pensó en llevarlo a la despedida de Demian para sentirse segura, se le iluminó el rostro ante la fabulosa idea.
-Quiero que te lleves un pedacito de mí a Estocolmo-le dijo cuando logró alcanzarlo. Él le acarició las mejillas con ternura al verla sollozar y sacar algo de su abrigo-no es algo nuevo ni costoso, pero significa mucho para mí y por eso quiero dartelo. Es como mi amuleto de la buena suerte. Te cuidará y te hará saber que estoy contigo-le agarró la mano y depositó en su palma el dije de búho. Demian sonrió.
-Es bellísimo.
-Es muy viejo, pero quiero que te lo lleves, ¿Sí?
-Por supuesto. Ahora será mi amuleto de la suerte-besó el búho y posteriormente a ella sin tener la menor intención de soltarla.
-Vámonos, chico. O nos dejará el avión-arribó Jack, unos pasos más adelante.

Eros colocó una mano sobre el hombro de ella y ambos vieron marchar a Demian y a Jack hacia el área de abordaje.
Skyler sabía que él no se iría para siempre, pero no podía evitar sentirse triste y extrañarlo desde ese momento.

Esperaron un rato en lo que despegaba el avión y alcanzaron a ver la silueta de ambos hombres subir al enorme avión desde el cristal que daba a la pista de aterrizaje.
El corazón de ella latió desesperado y angustiado por su amor que se iría volando hasta el otro lado del mundo.
-En poco tiempo volverás a verlo, no te pongas triste-la trató de reconfortar, pero ella suspiró y asintió.

Echaron un último vistazo al sitio vacío donde había estado hacia un rato el avión de Demian y se fueron de ahí.

Cuando llegaron al departamento, un silencio sepulcral los envolvió, dándose cuenta que realmente hacia falta la presencia de Demian allí.
-Iré a la cama. Buenas noches-se despidió de Eros y él asintió, sentándose en el sofá para ver televisión.

Los días posteriores a la partida de Demian, Skyler y Eros adoptaron la costumbre de ir todos los días a las 8 de la mañana al parque congelado a patinar mientras siguiera el invierno.
El quinto de rutina, ambos se cruzaron con Daysi Touré, que iba acompañada de su amiga Magnolia. La rubia y la pelirroja se acercaron a donde estaban y Skyler hizo el mayor esfuerzo para no poner mala cara.

La chica deseó poder tener su teléfono a la mano y llamarle a Demian con tal tener una excusa para no soportar el rostro de aquellas mujeres tan irritantes.

-Luego de recibir tu mezquino mensaje en donde me mandabas al demonio, llamé a tu departamento y jamás atendiste la llamada-dijo Daysi, fingiendo indiferencia, pero Skyler notó como apretaba los puños por dentro de los bolsillos de su abrigo.
-¿Acaso no fui claro en el mensaje?-replicó Eros con suavidad. Se estaba componiendo las botas luego de haber patinado un buen rato con Skyler e hizo mueca para hacerle saber a Daysi que ya tenía intenciones de marcharse.
-Sólo me dijiste que había sido lindo nuestro fugaz romance y que me deseabas buenas noches-dijo ella, sonriendo y ocultando la rabia.
-Ajá. ¿Y entonces?
-¿Y entonces?-apuntó la amiga de Daysi, Magnolia-¿estás loco o qué? ¿Cómo te atreviste a usar a mi amiga por unos días y luego mandarla al infierno?

Eros le envió una mirada a Skyler y esta entendió de inmediato de que su presencia en ese momento no era requerida y que era mejor que se adelantara al coche.
Él le entregó las llaves y ella gustosa, las agarró y se encaminó a grandes zancadas hasta el coche que estaba a unos metros de distancia, muy lejos de ellos.

Mientras se alejaba, miró por encima del hombro como Eros cambiaba su actitud amable y su expresión tranquila por una actitud tajante y rostro pétreo. Le causó escalofríos y continuó caminando, ya que se dio cuenta que él estaba muy dispuesto a olvidar a Annie y a cualquier mujer con tal de iniciar una relación formal y seria con su madre.
Eros Rabanne era tan atractivo y se  echó a reír al notar la suerte de su madre al haber encontrado a un hombre como él que tenía interés en ella.
Abrió el coche y lo arribó, pensativa.
Había olvidado sacudirse la nieve de las botas y sacó los pies para hacerlo en lo que Eros hacia acto de presencia; y una vez habiéndose sacudido las botas, cogió su teléfono de la guantera y revisó el WhatsApp por si había llegado algún mensaje de Demian, el cuál hacia dos días que no se comunicaba con ella y le preocupaba.
Pero no había nada. Ningún mensaje de él, aunque si de Clark Ravel, que ni si quiera se tomó la molestia de abrir desde que se lo envió dos horas atrás. Y decidió abrirlo en ese momento.

Su mensaje decía:

"¿Cuándo comenzamos los entrenamientos en el gimnasio y la mentira de que eres mi novia? Estoy ansioso."

Skyler rodó los ojos con exasperación. No sabía si Clark estaba considerado la condición de su mano para ayudarla a entrenar y tampoco el riesgo que ambos corrían al hacerle creer a Joanna Boston que eran pareja, ya que ella era una chica loca e impulsiva.
Y al ver que la charla de Eros con ese par de mujeres iba para largo, aprovechó para contestarle a Clark de la manera más sutil.

(Conversación de WhatsApp)

Skyler: Primero que nada tienes que guardar reposo por tu mano y segundo, no creo que de verdad sea buena idea eso de fingir ser algo tuyo si esa chica está loca todavía por ti.

~Clark Ravel "En Línea"~

Ella intentó salirse de su chat antes de que él la viera en línea, pero fue imposible. Clark contestó al instante.

Clark: Lo prometiste y bueno, yo cumplo mis promesas y me gusta que las personas también las cumplas, más si me las hicieron a mí 8)

Skyler: Voy a ser asesinada por tu ex novia y te verás obligado a plantarle cara a mi familia y a Demian por mi muerte...

Clark: Exagerada. Pero cuento contigo para ahuyentarla, ¿Sí?

Skyler: Está bien. Bueno, te dejo. No estoy en el departamento de Eros y se me va a terminar la batería.

Clark: Eres muy sutil para deshacerte de mí.

Skyler: No estoy deshaciendome de ti.

Clark: Conozco todos los trucos.

Y a continuación, comenzó a grabar un audio de 20 segundos y se lo envió.
La voz masculina de Clark surgió de la bocina de su teléfono y se sintió nerviosa.

Audio: SKYLER, MI MANO TIENE UNA SATISFACTORIA RECUPERACIÓN Y MÁS PRONTO QUE TARDE ESTAREMOS VIVIENDONOS DIARIAMENTE.

Aturdida, se mordió el labio, justo en el sitio donde se había lastimado gracias a Joanna y sintió que la costra se desprendía lentamente y optó por dejarlo por la paz.

Skyler: Más tarde hablamos, te doy mi palabra. Además, tengo que decirte acerca de un asunto que me tiene un poco estresada, espero digas que sí.

Clark: ¿De qué se trata?

(Fin de la conversación de WhatsApp)

Dejándolo en visto, guardó el aparato cuando percibió la presencia de Eros.
Este entró al coche con el rostro ceniciento y cansado, pero al verla, sonrió.

-Ni si quiera tengo que preguntar qué pasó-murmuró ella.
-Quédate tranquila. Daysi no volverá a molestarme jamás-le aseguró.
-¿Qué le dijiste?
-Muchas cosas que, viéndolo bien, en este momento no tiene importancia-evadió perfectamente la pregunta y puso en marcha el coche.

Los dos estuvieron con la boca cerrada hasta que llegaron al departamento. En ningún momento Eros dio indicios de querer contarle sobre la conversación con aquella mujer y Skyler no insistió.
Prepararon algo de comer y cada uno se llevó la comida a sus respectivas habitaciones.

Esa noche, justo en el momento que ella salía hacia la cocina para lavar los trastes, Eros la interceptó justo en el umbral de la puerta.
-Llamó Demian-le informó-y dijo que tenías apagado tu teléfono.
-Oh, sí. Lo dejé en vibrador-palideció-¿volverá a llamar?
-Toma, está en la línea-extendió la mano y le entregó su teléfono-me lo dejas en el comedor, iré a darme una ducha.

Emocionada, se llevó el teléfono a la oreja y lo saludó.
-Hola, guapo.
-Hola preciosa, ¿cómo estás?

Escucharlo hablar era lo que más le apasionaba y no pudo evitar suspirar como tonta.
-Bien, pensando en ti y muy preocupada porque no me llamaste hace días.
-Lo siento. Desde que estoy aquí no he tenido tiempo de nada y estos días tuve que estar acompañando a Jack a hacer papeleos para mi contrato y hasta este momento logré liberarme. Aunque tampoco contestaste cuando te llamé hace un rato.
-Mi teléfono estaba en silencio, pero estuve esperando tu llamada todo el día.
-Estoy muy cansado, pero escuchar tu voz me reconforta-bostezó-añoro estar contigo. Te extraño mucho.
-Y tan solo ha pasado una semana...
-¡Ni me lo digas!-bufó con angustia y ella alcanzó a escuchar la voz de Jack en el fondo.
-¡No! Ni te atrevas a colgar.
-¿Por qué habría de hacerlo, si apenas comenzamos a hablar?
-Escuché la voz de Jack.
-Él está hablando con la asistente del director en este momento-le explicó y con voz muy baja, continuó hablando-también está tratando de convencerla de que mañana nos den el día libre para turistear a por ahí y sí lo consigue, planeo pasar toda la tarde viéndote.
-¿Viéndome? ¿Cómo?
-A través de Skype, cariño.
-¡Eso suena estupendo!
-Exacto. Y dime, ¿Qué han estado haciendo Eros y tú en estos días?
-Hemos ido al parque a patinar, o bueno, yo solo lo observó hacerlo desde lejos y así. Nada interesante, la verdad.
-Uhmm, ya veo.

Hubo un prolongado intervalo de silencio en el que a ninguno se le ocurrió algo que decir para continuar hablando.
-¿No vas a gastar muchos datos con esta llamada?-le preguntó ella tras un minuto de silencio para cortarlo definitivamente.
-Estoy usando el teléfono del hotel donde estoy residiendo, así que no te preocupes por ello.
-¿La asistente del director ejecutivo está también en el hotel con ustedes?-inquirió.
-Estamos en la cafetería del hotel, que por cierto ya cerró, pero con dinero todo se puede-bromeó-así que Jack rogó a la mujer a venir con nosotros para convencerla.
-Créeme que no había necesidad de llevarla con ustedes.
-¿Por qué?
-Olvidalo-dijo tajante-no importa.
-¿No te habrás enojado por eso, verdad? En ningún momento he hecho algo que pueda enfadarte.
-No se ve bien que lleven a una mujer al mismo hotel que ustedes. Se puede interpretar mal.
-¿Mal? Pero si no hay nadie aquí, al menos despierto, además, Jack no la trajo hasta acá sin ninguna otra intención más que conversar.
-¿Y quién la va a ir a dejar a su casa?
-¿Eso importa, cielo?
-Sí.
-Jack.
-¿Él la irá a dejar?
-En efecto, sí. ¿Quién pensabas? ¿yo?
-No, no, pero...
-Realmente no estoy interesado en mujeres de sesenta años.
-¿Tiene sesenta años?
-Sí, o creo que un poco más.
-Ay Dios-Skyler estalló en carcajadas y él también.
-¿Lo ves? Es una anciana.
-¿No estás mintiendo?
-¿No me crees? Si quieres le tomo una fotografía y te la envío a tu teléfono.
-Tranquilo, no es para que te exasperes.
-No estoy exasperado-rio-es solo que quiero cerciorarme de que me creas y no me estés dando el avión. Así que de todas maneras le tomaré una foto para que no te quede dudas.
-No lo hagas, se dará cuenta
-...
-¿Demian?
-...
-¡Demian!
-¡Ja! Le tomé varias fotografías que ya estoy enviando a tu teléfono, checalo en cuanto puedas.
-Eres terrible-se quejó-pero lo checaré.

Continuaron hablando, poniéndose al día con más detalle.
Ella se recostó en el sofá y olvidó por completo que el teléfono era de Eros, no de ella, pero le restó importancia porque él ni si quiera se lo pidió cuando salió de ducharse.
Y al cabo de una hora exactamente, Demian tuvo que despedirse de ella a regañadientes.

-¿Es tan necesario que te vayas?-Skyler trató de retenerlo más tiempo.
-Sí, es muy tarde y muero de sueño y Jack no me ha dicho si la anciana aceptó o no el trato.
-Oh, es una pena. ¿Por qué no vienes un rato y regresas mañana?-bromeó.
-Por ti me teletransportaria, pero es lógicamente imposible.
-Mándame un beso.
-Te mando millones-besó el auricular y ella sonrió tontamente.

"Dijo que sí. Vuelve a tu habitación y nos vemos en un rato más o mañana por si en caso te has dormido para cuando regrese de ir a dejarla...¿con quién hablas?"

La voz de Jack se escuchó nuevamente en el fondo y ella apretó el teléfono sobre su oreja.
-Skyler-le contestó de Demian.
-Saludamela y dile que ya es tarde aquí.
-De acuerdo. Entonces te veo mañana-musitó Demian a Jack, y se centró en su novia-ya oíste a Jack, debo dejarte porque necesito dormir. Últimamente nos hemos desvelado mucho por el cambio de horario.
-Claro, descuida. Escuché que la anciana aceptó la propuesta de darles el día libre y supongo que nos veremos por Skype, ¿no?
-Sí-exclamó y ella podría jurar que él sonreía-aunque debemos ponernos bien de acuerdo para la hora.
-Por supuesto. 

La despedida fue muy emotiva y peculiar, puesto que ambos murmuraron las promesas a cumplir que habían hecho hacia tiempo simplemente con el afán de dar a entender lo mucho que se amaban.
-Te amo-susurró ella antes de colgar.
-Valió la pena esperar diez años para escucharte decir que me amas-dijo él-y para que sepas, te amo más-y posteriormente, colgó.

Luego de colgar, no pudo sentirse más jubilosa. Le entregó el teléfono a Eros y fue a su dormitorio a ver las fotos que Demian le había enviado de esa anciana.
Y sí, literalmente era una mujer de edad avanzada que sonreía distraidamente con Jack en el fondo de lo que parecía ser un restaurante con nada de personas alrededor y ella rio.
Hablar con su novio era una de las cosas que más le gustaba aparte de escribir historias y leer libros.

Sin embargo, al día siguiente, Demian no la llamó y ni si quiera le envió ningún mensaje diciéndole acerca de verse por Skype. Nada. Absolutamente nada, como si su "cita" cibernética jamás hubiese sido acordada y ella se deprimió.
Pero debía haber una razón para que Demian no se contactara con ella.

Y siendo las seis de la tarde, mientras observaba desde la cama de su habitación como caía los últimos copos de nieve de invierno, su teléfono vibró. Recordó vagamente que Eros había anunciado que saldría y en vez de revisar su teléfono, fue al baño a lavarse la cara, ya que probablemente se trataba de Clark Ravel, a quién, luego de clavarle el visto, no intentó contestarle.
De vuelta a la cama, echó un vistazo a la pantalla y alzó las cejas.
Era un mensaje de texto de Demian.

》Ve a la sala de Eros y enciende la televisión《

Frunció el ceño sin entender y le contestó.

》¿De qué rayos hablas? Estoy enfadada contigo, Say《

A lo que él replicó rápidamente.

》¡Sólo hazlo!《

Haciendo caso omiso a las ganas de enviarle un mensaje con todo lo que quería decirle, obedeció.
Sulfurada, salió del dormitorio y se dirigió a la tv de la sala.
Se acercó al control remoto y la encendió.

Simultáneamente el rostro bellísimo de Demian saltó del otro lado de la pantalla, esbozando una enorme sonrisa y provocando que el corazón de Skyler se detuviera por un segundo gracias a la fuerte impresión.
-¡Hola, hermosa!-la saludó a través de la televisión y ella entornó los ojos.
-¿Demian?-se arrodilló frente a la pantalla para verlo más de cerca-¿cómo es esto posible?

Entonces, él comenzó a moverse junto con lo que parecía ser, una cámara o su teléfono. Ella alcanzó a ver que se hallaba dentro de una habitación muy lujosa.
-Me encargué de que Eros enlazara Skype con la televisión y así verme en HD-contestó divertido, acomodandose en la cama-y lamento que hasta ahora te haya sorprendido, es solo que ni Eros ni yo hallabamos la manera de que esto fuese posible hasta que le hablamos a un amigo suyo y nos explicó como hacerlo.
-Espera, Eros salió hace un rato, ¿eso quiere decir que lo planearon?-estrechó los ojos.
-Obvio. Él aceptó gustoso pasar la noche en la casa de Jack sin que lo sepa-rio y ella contempló su atractiva cara sonrosada en toda la pantalla-así que podremos estar viendonos y hablar por mucho tiempo. Estaremos muy solos...
-Oh, me agrada la idea-soltó una risilla tonta.
-¿Qué te parece si te enseño algunas fotografías que capturé hace unos días? Este lugar es estupendo.

Básicamente no durmieron ese día por estar platicando de una gran variabilidad de cosas, con o sin sentido. Y a pesar de que una pantalla los dividía, ambos se sentían más cerca que nunca.
No obstante, ninguno sintió en qué momento les ganó el sueño porque se quedaron profundamente dormidos.
En el caso de ella, alcanzó a escuchar con vaguedad la voz de Eros y de Demian mientras se hallaba en la deriva del sueño. Intentó abrir los ojos, pero era tan extenso su cansancio que apenas lanzó un suspiro de agobio en el momento que Eros la llevó a su cama con cuidado.
Y cuando amaneció, deseó poder haber aguantado el sueño y así haberse podido despedir de Demian.

-¡Hey! Por fin despiertas.

Volvió el rostro hacia la puerta y frunció el ceño al percibir la presencia de Eros justo en el umbral. Tenía esbozada una leve sonrisa y estaba bien duchado, vestido y perfumado, listo para salir a alguna parte.
-¿Por qué no me levantaste ayer para despedirme de Demian?-lo acusó con voz trémula por el sueño.
-Él lo decidió. No quería despertarte.
-Uhmm... de acuerdo...
-Estoy aquí porque te quería avisar que voy a salir. ¿No te molesta quedarte sola hasta la noche? Hay comida y dinero en la cocina para lo que necesites.
-¿Qué hora es?
-Las 12 del día.
-¿Y a dónde vas?
-A hacerme cargo de unos asuntos-se encogió de hombros-entonces, ¿no te importa quedarte sola? No sé bien exactamente a qué hora regresaré.
-Sé cuidarme perfectamente bien, Eros, no te preocupes-bostezó-intentaré no quemar el departamento.

Él sonrió y negando con la cabeza, se retiró de la puerta con el objetivo de marcharse y dejarla en paz.
Skyler escuchó como se marchaba en su coche y resopló.
Siempre estaba sola en casa, pero jamás pensó quedarse más que sola en un lugar lejos de su hogar con dinero y comida gratis, técnicamente.
Ese día ni si quiera se molestó en ducharse, estuvo mirando películas y comiendo chucherías que Eros tenía guardado en la alacena, incluso mandó pedir pizza y se atracó con todo lo que halló a su alcance.

Los días pasaron exactamente igual a ese, donde Eros la dejaba sola todo el día y volvía hasta muy tarde, exceptuando los lunes, miércoles, jueves y sábados, en el que iban a patinar, y en la tarde, él se marchaba.
Las llamadas con Demian fueron en disminución y la llamaba cada semana, disculpandose por no poder hablar más tiempo por culpa de su contrato, ya que estaba siendo entrenado para ser más corpulento y así llevar a cabo el comercial.

Pero cuando ella se vino a dar cuenta, el mes de febrero ya estaba tocando la puerta y la nieve se despedía.

Febrero había llegado y también varios kilos demás consigo.

-Definitivamente tienes que bajar esos kilitos, cariño. En todo este tiempo que estuve fuera te desmediste mucho-argumentó Jack al momento de verla al día siguiente de su llegada de Estocolmo a Vancouver.
-Tampoco exageres. Subió tal vez dos kilos-lo cortó Eros con frialdad. Y Skyler se cohibió.
-Más los que ya tenía demás...
-Bien, comenzaré a ejercitarme, ¿contento?-espetó ella.
-Claro que sí. Comenzarás a hacer ejercicio pasado mañana-le informó Jack-porque serás mi modelo estrella que aparecerá en la portada de mi revista Verano-Otoño.
-¿Saldrá la revista cuando Demian vuelva?-le preguntó con cierta ilusión.
-Uhmmm... posiblemente. Así que consigue el objetivo de quedar perfecta, ¿Sí? Le hablaré a Clark para que se prepare.
-¡No! No es necesario-exclamó, puesto que desde esa vez que lo dejó en visto, jamás volvió a hablarle y tampoco él había insistido-puedo buscar a un entrenador personal, además, Clark está indispuesto. Se lastimó la mano.
-La mano de Clark ya está bien-acotó Eros-y de todos modos, él no ejecutará ningún esfuerzo, simplemente te dará tu rutina y te ayudará a ejercitarte.
-No voy a poder hacerlo teniéndolo como mi entrenador-se ruborizó.

Jack se echó a reír y Eros le acarició la cabeza como niña pequeña.
-Debes aprender a vencer tus miedos y tú vergüenza. Clark no muerde, ni mucho menos intimida, pero suele llevar a cabo la seducción o bromas como armas de conquista, sin embargo, sé que eres una chica lista y vas a ignorarlo en ese aspecto, ¿verdad?
-Jack, insisto, no quiero a Clark como mi intrenador... ¿y si Demian se entera?

Jack arqueó las cejas y se cruzó los brazos al tiempo que esbozaba una sonrisa maliciosa.
-Demian ya está al tanto de todo.
-¿Y... qué dijo al respecto?-preguntó, sintiendo como se le caía el alma a los pies.
-Se enojó, obviamente, pero me hizo prometer que vigilaría a Clark.

Skyler apretó los labios y le regaló una mirada enfurecida a Jack.
-Si mi noviazgo termina por tu culpa, Jack, jamás te lo perdonaré.







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