25😏
-Pensé que no llegarían nunca-nos dijo Jack con una botella de champán en una de sus manos y en la otra sostenía una copa vacía.
Se las ingenió para abrazarnos a ambos y después nos abrió paso al interior de su grandiosa casa, que más bien parecía una mansión.
Adentro estaba adornado de luces navideñas por doquier, incluso se alcanzaba a notar breves lucecitas en lo alto del techo para darle más ambiente. Los globos de colores se hallaban esparcidos en el suelo y tuve que caminar con cuidado para no aplastarlos.
No había nadie, excepto nosotros y una chica un poco mayor que yo adornando las paredes con serpentina. Y al vernos, sonrió.
-Sasha Clavers, que agradable sorpresa-la saludó Eros con mucha confianza y la chica se ruborizó-mira, te presento a Skyler Newton...
Eros me agarró suavemente del hombro y me situó frente a ella.
-Mucho gusto, Sasha Clavers-se presentó conmigo y sonreí.
-El gusto es mío-alardee.
-¿Trajiste lo que acordamos?-preguntó Jack a Eros con emoción.
-Soy hombre de palabra-bromeó Eros y le entregó el vino blanco con sumo cuidado.
Los ojos de Jack brillaron de regocijo y rápidamente se llevo la botella a alguna parte, dejándonos solos en la sala con esa chica que parecía una diosa.
Su piel era olivacea. Tenía el cabello muy negro y lacio, y sus ojos eran azules. Una belleza inigualable.
-¿En qué te ayudamos?-repuso Eros, cruzando la sala en busca de Jack.
Su amigo le contestó, pero no pude entenderle bien porque enseguida la chica puso música a volumen alto mientras reanudaba su tarea de decorar la sala.
Acalorada, tomé asiento en el sofá, siendo cuidadosa de no estropear nada. Sin embargo, a los pocos minutos, Sasha se sentó enfrente de mi con una leve sonrisa. Su vestido era muy provocativo y me estremecí por completo. Ella constaba de una figura monumental.
-¿Demian Say es tu novio, verdad?
Su pregunta me tomó por sorpresa y parpadee en su dirección, con los labios entre abiertos. ¿Cómo conocía ella a Demian?
-Oh, debes estar pensando como es que lo conozco-rio divertida y yo torcí el gesto con disgusto-lo siento. Conocí a Demian el día que fue a hacer pruebas de modelaje al estudio de Jack y me habló mucho de ti, Skyler. Y espero que aceptes trabajar con Jack y Eros. Y por supuesto, con Demian y conmigo.
La confianza con la que ella se expresa de Demian me dejó intrigada y muy molesta. Tuve que apretar los puños para calmarme. Era tonto enfadarse, pero, ¿quién se creía?
-Definitivamente trabajaré para Jack y Eros porque le prometí a mi novio que estaría a su lado con todo este rollo del modelaje-hice énfasis en la palabra "novio" para dejárselo bien claro. Ella sonrió dulcemente.
-¡Estupendo! Ya verás que vas a hacerlo estupendo-me animó.
Sonreí forzadamente y me dediqué a ver mi teléfono, el cual ya casi no tenía batería y me odié por no haberlo cargado antes de venir.
Tiempo después, aburrí a la chica porque la vi ponerse de pie y dejarme sola en la sala para reunirse con los demás.
-¿Por qué no me ayudas a pegar más globos y serpentina por las paredes? Hacerlo sola será una eternidad y luego comenzarán a llegar los invitados-me dijo Sasha de repente.
Voltee a verla y mis ojos se postraron en lo que llevaba cargando en sus brazos.
-Seguro.
Dejé mi teléfono en el sofá y me levanté a ayudarla.
Tardamos media hora decorando a la perfección la estancia mientras éramos víctimas del escrutinio de ambos hombres: Jack y Eros desde la cocina.
Traté de no tomarles importancia y continué pegando los adornos navideños con ella.
-¿Quieren un poco de ponche de frutas?-nos preguntó Jack con naturalidad al vernos sofocadas.
-Yo prefiero un poco de agua, si no te molesta-le dije, dándome por vencida en el sofá.
Eros se sentó junto a mí y Jack asintió.
-Yo si quiero ponche-le avisó Sasha, dándose un respiro también.
Jack abandonó la sala y Eros me dio una palmadita en el brazo.
-Creo que deberías retocarte el maquillaje-sugirió.
-No he traído bolso.
-Yo puedo ayudarte-terció Sasha con ímpetu.
-Gracias, belleza-le guiñó el ojo Eros y cruzó las piernas para revisar su teléfono.
Tan sólo faltaba poco tiempo para que los invitados comenzaran a llegar.
Pero claramente lo que a mí me aterraba era ver a Clark. Y mi cabeza pensaba solamente en la manera de escapar de aquella casa e ir con Demian y con su madre.
Así que acepté la ayuda de esa chica para componerme el maquillaje en uno de los baños de Jack y me sentí realmente mal.
No quería estar ahí. Quería marcharme.
Incluso mi reflejo mostraba a gritos mi incomodidad en ese lugar.
-¿Por qué no vino Demian?
Y para colmo, Sasha Clavers no tenía intenciones de parar de hablar.
Humedecí mis manos con agua y la miré a través del espejo con desdén. Ella se estaba poniendo polvo traslucido en la cara sin mirarme.
-Tuvo un asunto que atender-dije, deseosa de zanjar la conversación.
-¿Algo relacionado con su madre?
Había caminado unos pasos hacia la puerta con el fin de abandonarla, pero su comentario me hizo detenerme bruscamente. Giré sobre mis pies y posé la mirada en ella con recelo.
-Así que Demian ya encontró una confidente a quien contarle sus cosas. Vaya-espeté con una sonrisa.
Ella dejó de maquillarse para verme desde el espejo.
-No. Claro que no. Demian y yo sólo nos vimos un par de veces en el estudio de Jack y nunca me confesó nada.
-¿Y cómo sabes que tiene problemas con su madre?-increpé.
-Escuché a Jack cuando hablaba por teléfono con Eros hace un rato-se encogió de hombros y continuó maquillandose.
-¿Qué escuchaste exactamente?
-Casi nada en realidad-admitió-pero escuché lo suficiente para saber que Demian pasará la navidad con ella en vez que contigo.
Solté un suspiro y salí de ahí lo antes posible. No quería seguir intoxicandome con el veneno de esa chica, por lo que me senté junto a Eros otra vez y chequé mi teléfono que estaba a punto de morir.
-Necesito un cargador urgentemente-dije.
Eros alzó las cejas y dejó de ver la pantalla del suyo para prestarme atención.
-Tengo el mío, úsalo si quieres-se inclinó hacia el perchero y rebuscó en su chaqueta.
-Es cargador de iPhone, no me sirve-dije decepcionada.
-Pues tengo la solución a eso-me dijo Eros con una risita tonta de por medio.
-¿Cuál?
-Comprarte un iPhone. Ese teléfono que tienes te dará mucha lata, es mejor uno nuevo.
-El mío está en completo funcionamiento, es solo que olvidé cargarlo-murmuré a la defensiva.
Eros rompió a reír.
-Era una sugerencia-dijo y retomó el interés en el suyo.
Abandoné la idea de cargarlo y me limité a ver el vacío.
Percibí la presencia de Jack y de Sasha, pero los ignoré.
-Habló Robert avisando que ya viene en camino con su hijo. Su esposa no podrá asistir, es una pena-informó Jack, bebiendo un poco de champán-lo mejor será ponerle el ambiente desde ya.
Técnicamente, lo que ocurrió a continuación me dejó con un mal sabor de boca.
A las ocho en punto llegó el doctor Robert acompañado de su hijo, quién no era nada feo. Obvio, ninguna persona que se llevara con Jack y Eros podía ser feo.
Y ese chico no fue la excepción.
Tenía el cabello extremadamente rubio y sus ojos eran del color del jade.
Vestía casual, con jeans vaqueros y una chaqueta negra que le ceñia muy bien los brazos musculosos y me pregunté si también era modelo.
Sasha Clavers corrió a saludarlo con un abrazo y el chico le correspondió al saludo con un poco de desdén.
-Me alegra verte aquí, Skyler-dijo el doctor Robert con una sonrisa y yo retuve el aliento. Era muy guapo.
-Igual es gusto verlo de nuevo, doctor-carraspee.
Estreché su mano y de inmediato tomó a su hijo de los hombros, plantandolo frente a mí.
El chico alzó sus rubias cejas y discretamente me evaluó con sus petulantes ojos jade.
-Te presento a mi hijo-le oí decir al doctor Robert con orgullo.
-Aiden Carrolw, un placer-extendió su mano a mí y se la estreché con incertidumbre.
-Skyler Newton.
-Mi padre me ha hablado de ti y no esperaba conocerte tan pronto-añadió el chico con serenidad.
-¿También modelas?-le pregunté. Y noté como el doctor Robert se alejaba con Eros y Jack con una sonrisa victoriosa.
Sasha nos quedó mirando y no tuvo más remedio que sentarse en el otro sofá.
Aiden se sentó junto a mí y me recargué en el respaldo con suavidad.
-Estuve un solo año metido en el modelaje-admitió, no muy emocionado-pero lo dejé porque no era lo mío. Eso de estar posando semi desnudo frente a gente desconocida es desagradable, a mi parecer. ¿Y tú? ¿cuándo piensas iniciar? Mi padre me contó que has venido con tu novio desde San Francisco y te estás alojando en el departamento de Eros.
Fruncí el ceño al escucharle hablar con tanta tranquilidad de mí. Parecía como si me conociera de toda la vida y sentí vértigo.
-La verdad no lo sé. En cuánto tenga preparado todo, supongo.
-¿Todo?-inquirió, perplejo.
-Bajar los kilos que tengo de más y aprender a no tener vergüenza-chasquee la lengua, mirando a otra parte.
-Bajar de peso es fácil, en cambio, subir es un tormento-repuso y reí. Aiden sonrió y suspiró-ya veo porque mi padre quedó maravillado contigo.
-¿Eh?
-Eres tímida, reservada y tranquila. Eso es bueno.
-No tengo la suficiente confianza, eso pasa-repliqué.
Lo vi inclinarse hacia adelante y luego frotarse las manos entre si, nervioso pero a la vez aburrido.
-¿No crees que estamos en una fiesta de adultos, la cual será aburrida?-bajó la voz y tuve que acercarme para escucharlo.
-Falta que venga más personas.
-Será igual que aburrido. Vine solamente porque mi padre me lo suplicó.
-Me alegra saber que no soy la única que la está pasando pésimo-objeté. Él asintió.
-Entonces, ¿no piensas volver al modelaje, Ai?
La voz de Sasha nos hizo apartarnos un poco y yo desvié la mirada a otro lado.
-No. Es aburrido.
-En la próxima edición protagonizaré la portada-alardeó-y me encantaría que estuvieras ahí también.
Aiden se acomodó la chaqueta y colocó sus brazos detrás de la cabeza mientras alzaba las cejas en dirección a ella.
-¿Qué demonios gano con desnudarme frente a personas con cámaras? Tengo dinero, no quiero más. Y si algún día quisiera tener un poco de dinero extra, buscaría un empleo más decente-dijo Aide, dejándola helada. Quise reírme, pero me mantuve serena. Ese chico si que sabía destruir a las personas en unas cuantas palabras.
-Nunca dejarás de ser un idiota-bufó Sasha, ofendida.
La conversación entre ellos se volvió fúnebre y llena de indirectas terribles. Y llegué a la conclusión de que ellos en algún momento, habían sido pareja y las cosas no terminaron bien.
Pasaron los minutos y el timbre de la puerta comenzó a sonar cada rato.
Y a eso de las nueve de la noche, la casa de Jack estaba repleta de gente desconocida y sumamente atractiva. La mayoría de la edad de Jack y Eros.
Comencé a sentirme asfixiada.
Y como Jack y Eros estaban en lo suyo, charlando alegremente y embriagandoae con vino y champán con los demás, decidí resguardarme en lo más recóndito de la casa: Una habitación vacía, que quizá Jack no usaba y me tumbé en la cama, siendo víctima de la música a tope que hacia temblar las paredes.
Odiaba las fiestas y estaba metida en una donde habían personas que eran figuras públicas.
Deseaba estar con Demian.
Y de pronto, mi respiración se agitó al recordar que Clark Ravel llegaría en cualquier momento.
Decisivamente tenía que salir de ahí antes de que nos cruzaramos. No estaba preparada para conocer en persona al chico que me hacía suspirar y soñar por las noches.
Busqué mis zapatillas por debajo de la cama y salí al pasillo. Mis tímpanos casi explotaron al escuchar la estridente música.
Logré escabullirme entre tanta gente hasta la cocina, donde había cinco personas desconocidas, que me sonrieron con elegancia y les devolví el gesto con horror.
Había una puerta trasera que daba a la calle, pero el detalle estaba que mi chaqueta había quedado en el perchero de la sala y si volvía por ella, Jack o Eros se darían cuenta, por lo que abrí la puerta y salí al exterior.
Un escalofrío espeluznante me recorrió la piel, pero no me importó.
La nieve me llegó a las rodillas en el momento que puse un pie bajo el porche. Caminé a grandes zancadas hacia la calle y comencé a temblar.
El frío resultó más insoportable de lo que pensé y comencé a reprenderme mentalmente.
No obstante, reparé en que absolutamente toda la calle estaba repleta de coches lujosos de las personas que se hallaban dentro de la casa de Jack y resoplé, derrotada. Ningún taxi iba a atreverse a pasar por aquí con todos esos coches, por lo que me deslicé dificultosamente hasta llegar a la acera.
Estiré el cuello un poco para ver por encima de los coches y me tomé un momento para recuperar el aliento al recargarme en la puerta de un Jeep negro, que, al parecer, acababa de estacionarse porque estaba caliente.
Me aparté brevemente al escuchar como se abría una de sus puertas y seguí mi camino sin tomarle importancia al dueño o dueña del Jeep.
Sabía que si no pedía ayuda a alguien, jamás podría llegar a tiempo con Demian. Por lo tanto, me di la vuelta para recibir auxilio por la persona del Jeep y la sonrisa que había dibujado en mi rostro se congeló al igual que mi sangre y todo el resto de mi cuerpo. Ni si quiera tenía frío porque sentí algo caliente desplazarse por toda mi cara.
Él pareció sentirse igual que yo porque entornó los ojos y vaciló. Se quedó estático en la calle con una mano sobre la puerta de su coche y la otra en el aire, sosteniendo su llave.
Tragué saliva y dándome la vuelta, eché a correr a zancadas lejos de ahí.
No. No.
¿Cómo era posible que Clark Ravel estuviera justamente ahí?
Mi corazón dolía de tanto latir tan fuerte por la adrenalina y desesperación.
Simultáneamente no tenía a donde ir. No conocía la ciudad y dudaba mucho que si corría sin rumbo, después lograría ubicarme cuando Clark se largara.
-¡No corras, espera!
Lo escuché gritarme y quedé paralizada.
El dramatismo no era lo mío, por lo que me di la vuelta y lo vi.
Una parte de mí, la que seguía loca por él, gritó de emoción y de histeria en mi interior, pero la otra parte, la sensata y que amaba a Demian, me mantuvo calmada, aunque por dentro quería gritar.
Clark se acercó, inseguro a mí y me recorrió el cuerpo minuciosamente con la mirada, haciéndome sentir desnuda.
Crucé los brazos por encima de mi pecho y traté de estar tranquila. El frío también me estaba matando.
-Tienes frío, pontelo.
Observé como se despojaba de su sudadera y me la ofrecía.
Pero yo no podía hablar. De mis labios no salían ni una sola palabra ni sonido.
Y mucho menos podía moverme.
Entonces Clark sonrió.
-Eres Skyler Newton, ¿no es así? La chica que me dijo varias veces que me admiraba y me amaba, y que esperaba conocerme algún día-dijo. El calor de mi cara hizo que quisiera morir ahí mismo-incluso la misma que se inspiró en mí para una fantástica historia. Pero no entiendo por qué no te alegras de por fin conocerme.
Y como no dije nada, dio un paso a mí y me colocó la sudadera encima de mis hombros.
-No importa-añadió-soy Clark Ravel y es un verdadero gusto tenerte por fin frente a mí.
Abrí los labios para decir algo, pero solamente dejé escapar un estúpido y patético gorjeo.
Clark juntó las cejas y sonrió.
-¿Qué pasa? ¿por qué no hablas?
Apreté los puños y olfatee su perfume, deseosa de abrazarlo y decirle cuanto lo admiraba y amaba, pero me contuve.
-Yo... no... puedo creer que por fin te conozco-dije por fin en un jadeo-la...lamento ser tan torpe.
Genial. Cuando estaba nerviosa, tendía a tartamudear. Y Clark pareció gustarle mi pánico porque soltó una leve risa, que me dejó ensimismada.
Era más alto de lo que pensaba y más sexy.
Su mandíbula era tan atractiva que pensé en un sinfín de cosas sucias, y más cuando miré directamente a sus labios.
Negué con la cabeza y a regañadientes volví a la realidad.
-No la necesito, gracias-dije sin titubeos y le devolví la sudadera-me dio gusto conocerte. Ahora debo irme.
-¿Qué?-perplejo, agarró su sudadera y trató de seguirme-¿a dónde vas?
-Voy a ir a ver a mi novio. Quiero pasar la Navidad con él, y no aquí.
-¿Y dónde está él?-quiso saber, interesado.
Dejé de caminar sobre la nieve y suspiré.
-Está con su madre. Pero iré a buscarlo.
-Yo puedo llevarte-se apresuró a alcanzarme.
No entendía por qué Clark se mostraba tan servicial. ¿acaso así era con todos o solo estaba tomándome el pelo, sabiendo que me enloquecía?
-¿Eres siempre así o solo quieres divertirte conmigo?-le espeté. Y me arrepentí luego de decírselo. Jamás pensé que me comportaría como una perra con Clark Ravel.
-Vine a esta fiesta solo para conocerte a ti. Y no tiene caso que me quede si tú te vas-sentenció, yendo al grano. Su rostro estaba serio, como solía posar en las fotos y sentí que mis piernas temblaban de nervios y no por frío.
Hice una mueca, tratando de asimilar sus palabras. No podía tomarme tan en serio lo que decía porque no lo conocía.
-¿Por qué querías conocerme? Antes casi ni me hacías caso cuando te escribía, incluso me ignoraban-le reclamé.
Clark se mordió los labios y asintió, apretujando la sudadera entre sus manos.
-No pensé que algún día nos conoceriamos en persona-confesó, nervioso-y cuando te vi con Jack y Eros, te reconocí. Así que también quiero conocerte para que me cuentes o expliques como es que estás aquí con ellos.
-Mira-gruñí-te lo diré otro día, pero llevo prisa. Mi novio me necesita y no hay ningún maldito taxi por aquí.
-Vaya, ¿esa es la manera de tratar a tu ídolo?-añadió con ironía.
-Sí-afirmé y comencé a caminar lejos de él.
-Deja que te lleve. Yo insisto-me siguió y como no planeaba detenerme, me agarró del brazo-por favor.
El área donde él me agarró, sentí un hormigueo peculiar y que me erizó la piel completamente. Algo que solo me ocurría con Demian.
-Está bien. Llévame. Pero no estoy segura que sea una buena idea-dije, pero él no me soltó-mi novio te odia.
-¿Por qué?
-Porque sabe que eres mi ídolo...
-Y me amas-bromeó.
Traté de no sonreír y fallé.
-Eso es. Sonriendo te ves muy bien, ahora vamos a ver a tu novio celoso-canturreó y cuando me disponía a dar un paso, se las arregló para ponerme nuevamente su sudadera sobre los hombros-pontela, insisto. El clima de aquí es muy frío, nada comparado a Estados Unidos.
Y así, me deslicé al interior del Jeep de Clark Ravel, rumbo al hospital psiquiátrico donde yacia Demian acompañando a su madre.
Dios...
Si tan solo hubiera sabido que en menos de 14 meses conocería a Clark, me hubiese hecho un cambio de look.
Pero él era tan diferente a como aparecía en sus fotografías de instagram. Era demasiado amable, pero quizá solo era una fachada. Y no podía fiarme de él, aunque lo amara.
Chicas hermosas♡
Me encantaría que este capítulo llegara a los 50 votos y muchos comentarios^^
Disfrutenlo.
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