Le pidió prestado el teléfono a Demian para llamarle a su madre y avisarle que llegaría un poco tarde a casa para que no echara a Eros Rabanne en lo que llegaba. A pesar de que a su madre no le pareció, aceptó que se quedase un rato más con Demian.

Le había omitido el percance y no entró en detalles al explicarle acerca de unos problemillas fáciles de resolver que se habían presentado y con sólo eso la dejó quedarse.

Le devolvió el móvil y se sentó a su lado en la sala de espera del frío hospital. Ella odiaba esos lugares donde el ambiente olía a enfermo y a desinfectante barato.

Recargó su cabeza en el hombro de su chico y suspiró.

- ¿Qué va a suceder ahora? –le preguntó con incertidumbre.

- ¿Con mi madre?

-Con todo.

Él apretó los labios y miró al vacío por unos segundos. Tenía el semblante pálido y desanimado.

-Si Eros me da unos días más, iré a hacer las pruebas—sentenció—porque no puedo dejar a mi madre sola en este estado; además, mi padre también está aquí recuperándose. No quiero imaginarme lo que podría pasar si se entera que mi madre también está hospitalizada.

-Hablaremos con él al respecto, no te preocupes. Y si no te otorga más tiempo, pues le agradecemos su oferta y listo.

- ¿Qué? ¿no piensas irte? –volteó a verla con anhelo.

-No voy si tú no vas—replicó ella, esbozando una sonrisa y acomodándole el cabello con ternura.

Y por muy tonto que pareciera, Skyler se dio cuenta que había demasiados obstáculos que se interponían para ir a hacer las pruebas, y que, tal vez, sólo tal vez, la solución era NO ir a Vancouver.

Estuvieron media hora más hasta que Demian la llevó a casa.

A ella se le encogió el corazón de verlo así: Desanimado, triste y muy deprimido.

Al llegar a su casa, halló a Eros Rabanne sumergido en una charla con su madre y ambos tenían aliento a alcohol. A Whisky, para ser exactos.

Demian se quedó en la puerta en lo que Skyler sacaba a Eros para que lo llevara al hotel donde se hospedaba o a donde fuera que se estuviera quedando.

-Madre, él tiene que irse—masculló enfadada cuando su madre gruñó—y no estoy de humor para pelear contigo.

Demian entró con decisión y agarró a Eros del brazo, empujándolo hacia a la puerta.

- ¿Por qué esa actitud tan descortés, chico? –balbuceó el hombre.

-Porque mi madre está enferma, tuve que llevarla al hospital y debo llevarte al hotel donde resides, ahora muévete.

Los ojos del sujeto se abrieron como platos y todo rastro de alcohol se esfumó de su cuerpo.

- ¿De qué hablas, chico?

-Sólo... camina.

Lo llevó a la calle y Skyler se asomó al porche para despedirse de ambos.

- ¿Vas a estar bien? —le preguntó con la voz un poco alzada a causa de la distancia.

-Trataré—le aseguró Demian con el fantasma de una sonrisa en sus labios, pero más bien fue una mueca, metió a Eros al coche y se despidió de ella con la mano—mañana hablamos. Tendré una conversación con este sujeto y te contaré el arreglo que legamos.

-De acuerdo, hasta mañana.

-Hasta mañana, cariño.

Esperó hasta perder de vista el coche de Demian para volver al interior de su casa con su madre pisándole los talones con aire huraño.

-Estábamos bastante bien, no había necesidad de echarlo—protestó su madre.

Skyler se llevó una mano a la frente y sacudió la cabeza con desesperación. Era el colmo con ella.

-Tuviste el descaro de beber mientras Demian estaba pasando un momento horrible—espetó, recogiendo la botella vacía de whisky de la mesita— ¡Esto estaba lleno! Y lo guardábamos para año nuevo, ¡Fabuloso!

- ¡Ahora yo tengo la culpa de todo! –exclamó ella sulfurada—ustedes trajeron a ese hombre a la casa con el fin de convencerme de dejarte ir con él.

- ¡Ese no es el problema ahora, mamá! —Skyler gritó exasperada—mejor vamos a la cama.

-Mi respuesta ahora es un... ¡No! –le gritó a su hija antes de caminar con furia hacia su habitación, dejando a Skyler perpleja.

Ensimismada, guardó la botella de whisky en la isla de la cocina para tirarla después y fue a su alcoba también.

Se cambió de ropa y se envolvió entre las sábanas con el teléfono en sus manos.

No había ningún mensaje de Demian; así que decidió dormir, aunque sus ojos no estaban de acuerdo. La escena espeluznante de la madre de él aparecía bajo sus parpados al cerrarlos, y la mantuvo despierta y preocupada por unos momentos.

Y para apaciguar el insomnio, decidió stalkear a Clark Ravel en lo que conciliaba el sueño.

- ¡Oh por Dios! — entornó los ojos y se cubrió la boca con la mano para no gritar de emoción— ¡vendrá a Norteamérica!

Clark había posteado una foto de él mismo en su recamara con una gran sonrisa, donde se miraba más radiante, vivaz y hermoso que de costumbre. Y tenía una descripción un poco larga, que decía: "FELIZ CASI DICIEMBRE A TODOS. NO SÉ POR QUÉ ESTOY SONRIENDO, YA QUE TENGO MUCHAS TAREAS Y PROYECTOS ANTES DE LOS EXÁMENES FINALES. SÓLO UNOS DÍAS MÁS Y ME VOY A NORTEAMÉRICA. Y hasta entonces, tengo mucho trabajo que hacer."

Apenas tenía unos cuantos minutos de haberlo publicado y ella estaba temblando de emoción.

Entonces, cuando se disponía a comentarle, recibió un WhatsApp de Demian.

Lo abrió al instante y lo leyó:

"Desafortunadamente Eros no puede darme más días para ir a hacer las pruebas. Pero ve, cariño. Yo me quedaré a cuidar a mi madre."

Skyler resopló y le contestó de inmediato:

"No iré tampoco yo. Ya habrá otra oportunidad."

Y un segundo más tarde, él la llamó.

- ¿Sí?

- ¿Estás segura que no quieres ir?

-No. Iba a ir por ti, ¿lo olvidas?

-También esta podría ser tu oportunidad...

-Sí, pero no me iría feliz sabiendo que me necesitas—replicó, molesta.

-Pensé que, luego de que te enteraras de que Eros Rabanne conoce a ese modelo que amas, quizá, irías con mayor razón.

Skyler tuvo que usar todas sus fuerzas para calmar la furia interior que se había alojado justo a la altura de su garganta y que amenazaba con salir a raudales en forma de groserías.

-Tal parece que no me conoces lo suficiente—le espetó—podré idolatrar a ese idiota, pero tú eres mi realidad. Él no me conoce y tampoco yo a él. ¿Cómo pudiste pensar que te abandonaría en este momento tan delicado?

-No te enfades, por favor—le oyó susurrar—no quiero dormir peleado contigo.

Ella se mordió el interior de las mejillas y se tranquilizó, porque él lo que menos quería era tener más aflicciones, y molestias en esos instantes.

-Lo único que quiero que entiendas es, que desde hace dos meses comenzaste a importarme mucho, más de lo que debería—confesó—así que ni se te ocurra pensar tonterías.

-Yo... lo siento—se disculpó y ella alcanzó a escuchar un sollozo reprimido.

-Espera... ¿Demian? ¿estás... estás llorando?

-No—sorbió por la nariz y rio mecánicamente—es una alergia.

-A estas alturas es imposible que me mientas—carraspeó ella y luego suavizó su voz— ¿te sientes bien? ¿tú mamá cómo está?

-Estable, no ha parado de preguntar por ti—soltó una risita graciosa, y Skyler se relajó, ya que Demian había olvidado el mal momento y se hallaba tranquilo—dice que quiere conocerte adecuadamente. Estoy tentado a contarle que eres aquella chica de la que me enamoré a los diez años.

-Oh, no. ¡No me digas que ella sabía de mí! –se ruborizó a pesar de no tenerlo enfrente y un calor asfixiante la envolvió en toda su cara.

-Por supuesto, mi madre sabe todo, exceptuando algunas cosas, claro—le informó, risueño—ella ha estado al tanto de lo que me pasa, eso no lo dudes.

- ¿Ella sabía que en estos momentos tenías novia, antes de lo de ese rato?

-Para nada—contestó, incómodo—como ha habido problemas en la casa, no pensé que sería prudente hablarle de ti.

-Hiciste bien—lo apoyó—me presentaré con ella en estos días.

- ¿En serio?

-En serio—rio.

-Demonios—dijo él.

- ¿Qué pasa?

-Es que... —se quedó callado dos segundos—...quiero besarte ahora mismo.

-Nunca has tenido ni una pizca de vergüenza, ¿verdad?

-Jamás—dijo, orgulloso—no estoy seguro de que alguna vez, hace diez años, escuchaste que te gritaba a menudo esa frase.

- ¿Ah?

-Sí—soltó una carcajada—siempre que te ibas caminando a tu casa porque tu mamá no llegaba por ti, te seguía y me quedaba mirándote por toda la acera y cuando llegabas al extremo de la otra calle, te gritaba a todo pulmón "Quiero besarte ahora mismo". Pero creo que jamás lo escuchaste, lo cual es un alivio. Aunque, para ser sincero, pensé que me odiabas por eso.

-Eras un acosador—siseó entre dientes y luego rio—debí haberte dado la oportunidad de conocernos en ese momento y tal vez nos hubiéramos hecho novios desde antes.

-Puede que sí o puede que no—alardeó—pero estoy feliz de que ahora lo seamos. Estamos en la etapa donde defines lo que harás por el resto de tu vida y con quién estarás—tragó saliva—valió la pena esperarte.

-Dios, y este es el momento en el que no sé qué decir—se sintió estúpida por haberlo dicho en voz alta y se estremeció cuando él rio con suavidad.

-No tienes que decir nada, sólo quédate conmigo siempre, ¿sí? Hicimos dos promesas y de mi parte puedes estar tranquila, no las romperé.

-Tampoco yo. Las promesas son sagradas.

Continuaron hablando unos minutos más hasta que el teléfono de Demian comenzó a hacer ruidos raros, haciendo alarde del poco saldo (datos) que le quedaba. Así que despidieron lo más rápido posible. Demian le aseguró que pasaría por ella en la mañana como siempre y ella se negó, pero él insistió hasta que consiguió la aceptación de Skyler.

-Iré a dejarte a la universidad y regresaré al hospital. No iré a clases, pero pasaré a recogerte para llevarte a tu casa.

-No es necesario. Puedo tomar el autobús.

-No. Eres mi novia y quiero cuidarte; además tengo coche—se dio sus aires de grandeza y ella rio.

-Está bien, nos vemos mañana.

Colgaron al mismo tiempo y ella, sin borrar la sonrisa de sus labios, se concentró en lo que había estado haciendo antes de la llamada.

Como sus ánimos estaban estables, confió en preguntarle a Clark Ravel sobre el lugar exacto al que visitaría pronto.

"@clarkravel9. Es asombrosa esa noticia. Estarás en mi país, pero me encantaría saber en a dónde exactamente vendrás"

Lo envió con la esperanza de ser notada entre los más de veinte comentarios que ya tenía la fotografía y esperó. No obstante, notó que un chico comentó unos minutos después de ella diciéndole a que debía hacer su cama y Clark le había contestado casi al instante; dejando en la indiferencia el suyo.

Molesta por su favoritismo, volvió a comentarle.

"@clarkravel9. Aunque no respondas a mi comentario, me alegra saber que estarás en mi país."

Dejó su teléfono en el olvido por la rabia y fue al sanitario. Se lavó la cara y se cepilló los dientes con lentitud, pensando en demasiadas groserías hacia Clark. Odiaba muchísimo cambiar su humor y todo por una tontería.

Regresó a la cama, se envolvió entre la sabana y cogió su teléfono. Frunció el ceño al ver una notificación de Instagram, alguien le había enviado un mensaje privado.

Ansiosa, lo abrió y de pronto, sintió que sus pulmones estaban a punto de colapsar.

Clark Ravel.

Clark Ravel le había enviado un mensaje privado.

Enmudecida, lo abrió y comenzó a leer.

"Nueva York"

"Discúlpame por no contestarte en el post, pero no quiero que la gente sepa a donde iré, porque luego me van a acosar."

(DEBO RECALCAR QUE ESTO DEL MENSAJE PRIVADO Y ACERCA DE QUE EL VERDADERO MODELO QUE AMO Y QUE ME INSPIRÉ PARA HACER ESTA HISTORIA, ES REAL. DE HECHO, PASÓ HACE UNOS DÍAS JAJA Y SIGO EN SHOCK :v  él me contestó en mensaje privado xD ya que vendrá a México(mi país) y fue muy lindo <3 . DISFRUTEN EL CAPÍTULO :D YA FALTA POCO PARA QUE LA HISTORIA EN SÍ, COMIENCE. GRACIAS POR LEER Y NO OLVIDEN VOTAR Y COMPARTIR)