Reí al leer la última frase de la nota, y reí aún más al imaginarme la cara de la enfermera Aquino al saber lo que pensaba de ella y puede que incluso renuncie a su trabajo y se convierta en una triste maestra, ¡eso era poco realista! no podía desperdiciar el poco tiempo que tenia de vida pensando en una torpe enfermera de cabello rojo y ojos verdes, tenia que por una vez en mi vida pensar solo en mí, tomarme más enserio mi propia muerte.

¡Diablos! Mi madre y la enfermera Aquino se dirigían hacia mí por el pasillo, supongo que alguien les dijo que estaba en el balcón, para mi suerte parecía que no sabían nada ya que lucían calmadas y mi madre incluso se detuvo a saludar a una conocida suya que se encontró, típico de ella siempre preocupándose por todos menos por mí.

Era mi momento así que lo aproveche y tome aire deje la nota en la silla y me subí en el borde del balcón mirando hacia abajo, esto es una tontería pensé al ver que el balcón no tenia reja que protegiera a los internos de posibles deseos suicidas, luego compare la situación con mi vida era tan irónico como que homero de los Simpson dejara la cerveza o como que un político nunca haya dicho una mentira, ¡era bastante absurdo!