Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Día 2

Todos los seres de la región de Haikyuum, soñaban con encontrar a su alma gemela a la edad de quince años ya sean hadas y elfos, brujas y hechiceros, sirenas y tritones, y la supremacía de la pirámide: licántropos, vampiros y humanos.

Cada año cuando los nuevos alumnos de la única escuela de la región ingresaban, realizaban la ceremonia de parejas para poder encontrar a tu pareja destinada. La mayoría encontraba a su verdadero amor en aquella ceremonia, aunque algunas veces no era así. Podías incluso acabar la escuela sin tener a tu soulmate a tu lado y encontrarlo en tu vida diaria. Había veces en las que tampoco encontrabas a tu pareja y morías solo o te emparejabas con otra persona sin pareja.

A esas personas las llamaban without soulmates. Eran repudiadas por la mayoría de la población y se decía que los hijos de esas personas serían como ellos y que no serian capaces de encontrar a su soulmate.

Pero casi como regla general, ninguna especie se mezclaba. Los humanos eran los únicos que podían reproducirse con su misma especie y las demás. Pero fue realmente inesperado e impactante que un vampiro y un hombre lobo fuesen emparejados.

A parte de que aquellas dos especies se odiaban a muerte.

—Miya Atsumu.

El nombrado se levantó y caminó hacia el escenario que habían construido y subió con elegancia cada uno de los escalones ondeando la capa que colgaba de sus hombros. Una capa innecesaria pero que él creía que se veía cool.

El año pasado no había encontrado a su soulmate, pero que lo hubiesen llamado este año significaba que su destinado estaba allí. Su hermano desgraciadamente -para Atsumu, no para su hermano- había encontrado a su soulmate. ¿O sería correcto decir sus soulmates? Kita Shinsuke de tercer año que era un doncel humano; y Suna Rintaro de su mismo año y vampiro al igual que ellos. Los tres eran soulmates del otro y eran asquerosos derramando amor por todos lados.

Pero eso ya no importaba. Era su momento y tendría a su pareja dentro de poco. Él estaba seguro que su soulmate era un humano porque sino no sobreviviría. Prefería morir a tener que ir al banco de sangre para comer.

—Hinata Shouyo.

Ah... El nombre de su soulmate era simplemente perfecto.

Lo vio ponerse de pie y la sonrisa que tenía en sus labios fue desapareciendo lentamente. Aquello tenía que ser un error. No podía ser cierto. Estamos hablando de él, Miya Atsumu, futuro heredero del clan Miya de vampiros.

Era imposible que su soulmate fuese un licántropo.

No va a negar que era lindo con su pelo naranja y una orejas de tono marrón sobresaliendo por su cabeza y una cola del mismo tono desde su espalda baja.

¡Pero era un jodido licántropo!

Al cruzar miradas, se lanzaron cuchillos en ellas. Era obvio que se odiaban por naturaleza pero aquello parecía un mal chiste del destino.

Los murmullos en el lugar eran demasiado obvios. Dos especies que se sacaban los ojos en cada pelea que se diese habían sido emparejados. Algo inédito.

—Esas son todas las parejas de esta ceremonia.

Como si es lo que hubiesen estado esperando todo el gimnasio, todas las personas empezaron a salir del lugar al igual que el director de la escuela dejándolos solos encima de aquel escenario.

Atsumu gruñó y se giró a ver al pequeño lobo. Este le encaró y alzó la barbilla con orgullo aún siendo mucho más bajo que él

—No te acepto como mi pareja, chucho sarnoso.

—Descuida. No quiero vivir mi mortal vida junto a un chupa sangre como tu.

—Cuida tu lenguaje, perrito. O acabaras mal.

—Uy sí, mira como tiemblo de miedo.

Atsumu le miró carcajearse y aquello le hizo hervir la sangre fría que corría por sus venas.

Le vio girarse y a su nariz le llegó el suave aroma de omega. Ante esto, una sonrisa malvada apareció en sus labios dejando ver sus finos y afilados colmillos.

Los licántropos no eran los únicos que podían saber quien era alfa, beta u omega. Vampiros y humanos también podían al estar en la supremacía de la pirámide. Aunque han habido casos que las especies inferiores han podido olerlos al venir de descendientes humanos.

Con la rapidez con la que se caracterizan los vampiros, Atsumu llegó hasta el pequeño lobo estrellándolo contra el piso pero con algo de delicadeza. El pelinaranja se retorcía debajo de él y su sonrisa crecía por momentos.

—¡Suéltame!- le gritaba.

—Dime, perrito... ¿Qué pasaría si dejo mis dientes aquí grabados?

Atsumu repasó con sus dedos la nuca de Hinata y esté tembló por aquello. Si lo marcaba serían compañeros, y él no quería ser el compañero de un asqueroso vampiro.

—No quiero, suéltame.

—Mm... No quiero.

Giró al menor quedando cara a cara y agarró con fuerza sus manos.

Dejó caer su cuerpo encima para evitar que se moviera y bajó su cara para atacar la pequeña boca. Metió su lengua y recorrió con ella la cavidad contraria y escuchaba los bajos gemidos que daba el lobo.

Molestar a los licántropos era algo que le excitaba aunque se odiasen. Pero su aroma le hacía querer devorarlos. Y quizás el que éste pequeño lobo fuese su pareja le excitaba mucho más.

Empezó a frotar su creciente erección contra la contraria estimulando al lobo y cambió sus labios por su cuello. Las feromonas que soltaba el menor le estaban mareando y estaba seguro que se lo iba a comer.

Agarró con una de sus manos las dos del menor y con la otra libre la metió debajo de la camisa del uniforme y empezó a acariciar la piel del torso. Llegó hasta los pezones que ya se encontraban duros y jugueteó con ellos mientras seguía repartiendo húmedos besos por su cuello.

Hinata soltaba suspiros y gemidos bajos llenos de placer. Se sentía sensible y su ropa interior estaba totalmente mojada. Aquello era injusto. Hacía dos días que había acabado su primer celo y aún estaba sensible. Y sentir como el estúpido chupa sangre le estaba proporcionando placer le hacía sentirse de lo peor. Durante su celo había llamado a su pareja donde sea que estuviese, y el jodido destino le había dado a un tipo que apenas y tomaba el sol.

—¡Ah...!- gimió alto al sentir como uno de sus pezones era mordisqueado por los dientes del vampiro.

Sintió sus manos ser liberadas e instintivamente las guió hacia los mechones rubios del mayor. Los agarró con fuerza y le empujó hacia abajo para conseguir sentir más aquella lengua jugar con su pezón.

De sus ojos brotaban lágrimas de placer y su cuerpo pedía más del vampiro aunque él se negase.

Fue despojado de sus pantalones y ropa interior y escuchó perfectamente la risa del mayor.

—Pero mira lo que tenemos aquí.- paseó sus dedos por la estrecha entrada sintiendo al contrario temblar.— Para no querer esto, este lugar esta totalmente mojado.

Ambos pares de ojos se conectaron y Hinata soltó un gemido alto al tener tan penetrante mirada en él.

—Eres un lobito muy lascivo.- le dijo Atsumu bajando la cabeza.

Alzó las caderas contrarias pasando sus piernas sobre sus hombros dejando aquella entrada realmente cerca de su boca. Acercó su cara hacia la intimidad del lobo y empezó a lamer con su lengua aquel agujero saboreando el lubricante natural del menor.

—¡Ah, no! ¡Para!- gemía Hinata retorciéndose de placer.

Había cruzado sus piernas detrás de la cabeza del rubio atrayéndolo más hacia el inconscientemente sintiendo aquella lengua recorrerle su intimidad.

Su miembro estaba duro y goteando liquido pre-seminal y sentía que estaba a punto de venirse. Este tsunami de sensaciones era incluso más fuerte que cuando su celo se había presentado.

¿Sería porque era su pareja?

Atsumu se alejó relamiéndose los labios y miró al pequeño lobo. Sonrojado con lágrimas de placer saliendo de sus ojos y con la boca abierta jadeando en busca de aire.

Iba a explotar.

Desabotonó sus pantalones y bajó la cremallera. Sacó su duro miembro goteante de pre-semen y con la punta jugueteó con la intimidad del menor.

—¿Crees que pueda embarazarte?- le dijo restregando la punta en el agujero.

—N-no seas a-arrogante, no estoy en c-celo.- dijo como pudo Hinata.

—No soy arrogante.- le dijo metiendo por fin su duro pene en el diminuto agujero sintiendo como lo apretaba. Hinata gimió de placer al sentir como era llenado.— Pero sería interesante ver la mezcla de nuestras especies.

—C-cállate.- demandó Hinata.

Atsumu le miró con una sonrisa ladina y se acercó un poco a la cara del pelinaranja.

—Cállame.

Soltando un bufido, Hinata le agarró del cuello y lo jaló hacia el para empezar un fogoso beso.

Sus lenguas se enredaban entre ellas y saliva salia de sus comisuras de los labios. Atsumu había tomado el control de las embestidas y se sentía desfallecer al sentir como Hinata le apretaba con fuerza cada vez que tocaba aquel punto. Las piernas del menor se había enredado en su cintura y le hacía ir más profundo. El sonido del sus pieles chocando y el chapoteo cada vez que entraba con fuerza era lo único que se escuchaba en el solitario gimnasio.

Los gemidos de Hinata y sus suspiros se acoplaban con sus gruñidos acallados en los besos que se daban.

—M-mas. Ah... ¡Ah, sí!

—¿Qué es lo que quieres, pequeño lobo?- preguntaba Atsumu sin dejar de mover con fuerza sus caderas.

—D-duro. Q-quiero que m-me des duro.

Esas palabras calentaron mucho más a Atsumu y agarró mejor las caderas contrarias y taladró con fuerza aquel pequeño agujero. Se enterraba con fuerza y le encendía escuchar los gemidos de Hinata que resonaban en el gimnasio como un eco calentándole la piel.

Nunca se había sentido tan vivo como ahora.

—M-me v-vengo.- anunció Hinata.

Sin darle tiempo a reaccionar, Atsumu salió del lobo y le giró quedando boca abajo contra el suelo de parqué y se volvió a meter de golpe en Hinata.

Él también estaba a punto de venirse, y cuando sintió el clímax llegar, mordió con fuerza la nuca del lobo clavando con fuerza sus dientes en la piel algo bronceada del menor; escuchando un claro gemido éxtasis, seguido de un gruñido de su parte.

Hinata se corrió manchando el suelo de parqué y sintió como el rubio dejaba salir su semilla dentro suyo. Sentía como un vínculo con el vampiro se iba formando dejándole saber que él era su compañero de vida, y sorprendiéndole que un vampiro pudiese marcar a un licántropo. Los humanos y los alfa eran los únicos en poder marcar omegas.

Bueno, tampoco debía sorprenderse. Su madre era una humana mientras que su padre era un alfa sin pareja fallecido hace cuatro años. Eso de que los hijos de los without soulmates eran iguales que sus padres... Era mentira.

Y el lazo que había formado con el vampiro era la prueba.

Pero el lazo era lo menos que le importaba. Más bien, el como fue que se formó.

Y es que...

¡Santa mierda! Había perdido la virginidad con un vampiro y lo había disfrutado. Joder que si lo había hecho.

No pensó que el sexo se sentiría así de bien.

—Ahora eres mio, perrito.- habló Atsumu lamiendo la marca que dejó en su cuello.— Espero que en un par de meses poder cargar a nuestros cachorros.

—No seas arrogante.- le dijo con voz cansada Hinata.

Al final, tres meses después descubrieron que Hinata estaba preñado.

Segundo día... Y seguimos calentitos jsjsjs.

Pensaba decirlo ayer, pero me dije "pa'que". Y luego pienso que es lo mejor para que vayan preparados.

La week entera tiene sexo. Mucho sexo. Menos un día, creo (?) No quería que fuese tan sexual toda esta semana, pero a medida que escribía  un día pues así se iban dando las cosas.

En fin... Espero que les haya gustado el día de hoy. También creo que es uno de los días mas cortos que he escrito.

Perrro bueno 😛

Nos leemos mañana.

~Zeni13~

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro