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Capítulo 8: Prometo no lastimarte

¡Ya el libro tiene casi 500 lecturas! Gracias, de verdad muchas gracias por el apoyo, por sus comentarios y votos.

En este capítulo conocerán un poquito más de nuestras protagonistas. Espero que les guste.

No se olviden de dejarme su voto y si pueden algún comentario para saber si les gusta.

Abrazos.

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Prometo no lastimarte

Solo de verla ahí parada se me forma una sonrisa. Está completamente loca. Pero me encanta. No me cansaré de decir lo hermosa que es. No sé por qué tiene tanto efecto en mí, estoy paralizada. Viene vestida con un pantalón pegado al cuerpo que le dejan bien marcadas sus torneadas piernas y sus redondeadas nalgas, el suéter que trae tiene un escote maravilloso al cual estoy tentada a mirar sin parar. Desvío la mirada a sus hermosos ojos para poder hablar. Creo que dejaré un charco de babas aquí.

- Adelante, puede pasar señorita Miller - le hago una reverencia y ella ríe, pasa por al lado mío, luego yo entro y cierro la puerta. La veo mirando mi pequeño departamento, el cual posiblemente sea del tamaño de su habitación - Te diría que tienes que estar demente para andar por aquí vestida así. Pero lo más seguro es que esté Manuel cuidando de ti.

- Ese "vestida así" ¿Es un halago? - se acerca a mí y quedamos tan cerca. Me impone tanto ella. Su mirada sobre mí, su estatura. A demás yo estoy descalza y ella en tacones, decir que le llego a los hombros es la descripción perfecta ahora mismo.

- Sí, lo es. Porque estás demasiado... Tentadora - ella me sonríe dejándome ver esos hoyuelos que tanto me gusta.

- ¿Si? ¿Te parezco tentadora? - yo solo asentí - Déjame decirte que tú te ves demasiado bien siempre, eres tan linda. Te queda perfecto lo de muñequita - me acaricia la cara de una forma tan delicada que siento que muero.

- Ven, vamos a sentarnos, tienes que explicarme muchas cosas - la tomo de la mano y la guío al sofá.

- No sabía que te debía explicaciones - dice riendo una vez nos sentamos, ella juega con los dedos de mi mano derecha - ¿Qué quieres saber?

- Pues para empezar, no se nada de ti. Pero lo más importante ¿Qué haces aquí?

- Prefiero que empecemos por conocernos más. El por qué estoy aquí, quedará más que claro en unos días.

- ¿Días? - me ha dejado con la boca abierta, eso quiere decir que...

- Me quedaré aquí. No en tu casa, no quiero molestar. Pero sí aquí en Madrid.

- No molestarías aquí - le respondo sin siquiera pensarlo.

- Es mejor que cada una esté lejos de la otra. Tú quieres algo y yo... Bueno, si te tengo cerca tanto tiempo, no sé qué podrá pasar. No quiero que me rechaces otra vez - creo que le herí el ego, baja la cabeza por un monto.

- Si te rechacé la otra noche no fue porque no quisiera, fue porque... - me interrumpe.

- Yo estaba tomada, lo sé. Pero aunque no lo estuviera, es mejor así. Tú tienes razón, solo te hubiera utilizado para satisfacer mi curiosidad y tal vez no volverías a saber de mí - Auch, su sinceridad me dolió - No quiero eso Andrea, quiero conocerte, con calma, sin apresurar nada - al parecer que me alejara de ella dio un buen resultado.

- Pero tú también tenías razón en algo, te vas en unos días - ésta es mi más grande preocupación. ¿Qué pasará cuando la dejé de ver por tanto tiempo?

- Entonces seguiremos conociéndonos por mensajes o videollamada. ¿Te parece bien?

- Entonces... Solo quieres conocerme como... ¿Una amiga? - pregunto con miedo a su posible respuesta, ya no me gusta por donde va esta conversación. Me mira a los ojos y aprieta mi mano antes de hablar.

- Si te soy sincera, no sé qué es esto que me pasa. Nunca antes me había pasado, pero no consigo verte como una amiga - sonrío sin poder evitarlo, me alegra mucho saber que aún después de lo que pasó, no quiere que seamos solo amigas - Nunca besaría a una amiga. Nunca he deseado el cuerpo de mis amigas y nunca he visto tan atractiva una mujer, hasta que te conocí a ti - me alegra tanto todo lo que me dice que mi sonrisa no puede ser más grande.

- Que bueno que me digas esto porque... La verdad es que nunca fue mi intención ser tu amiga - ya que estamos siendo sinceras, no me contendré. Ella me sonríe.

- ¿Eso quiere decir que te gusté desde ese día en que nos vimos? - no, me gustaste desde la primera vez que soñé contigo.

- Podría decirse que sí. Sí.

- Qué bueno. Por qué tú a mi igual. Por sierto, tu libro - saca el libro que me regaló de una cartera y me lo entrega, le sonrío tomándolo de su mano - En esas duras horas que no te vi, lo terminé de leerlo y marqué algunas cosas para tí - me sonríe sonrojada como con pena.

- Gracias sueñito - digo acariciando su linda carita. Estoy ansiosa por saber que dicen esas líneas que marcó para mí.

De momento todo se queda en silencio, pero no es uno incómodo, al contrario, es hasta lindo. Nos comunicamos con las miradas y las sonrisas. No paramos de sonreír y de jugar con la mano que tenemos sujetada. Le gusto y quiere conocerme poco a poco, no puedo estar más contenta, hará las cosas a mi manera. Tendré la oportunidad de demostrarle y enseñarle que en la vida no todo es solo pasarla bien, no todo es sexo, no es tan importante, sí, es rico, pero no es algo que tenga que pasar para poderte sentir bien con una persona. Para sentirnos bien vasta con que esa persona nos comprenda, nos escuche, nos trate bien, nos respete, nos haga sonreír y nos dé su apoyo en los momentos difíciles. Acepto que tendré que vivir en una tentación constante, ella parece ser muy pasional y yo soy un horno andante. Pero si de verdad ella logra sentir algo hacia mí, más allá de atracción física o curiosidad, si logra despertar algún sentimiento, entonces me entregaré a ella de las maneras que desee y más.

- ¿Quieres algo de tomar? - pregunto para salir de este maravilloso silencio. Si seguimos así podemos acabar besándonos. Sin darnos cuenta nos habíamos acercado.

- ¿Tienes vino? - la miro mal y ella ríe - Vale, no tomaremos vino.

- Aquí no encontrarás alcohol alguno, aunque ahora mismo en la cocina hay media botella que dejó Carlota hace semanas.

- ¿Carlota? - se me había olvidado que mi amiga fue la causante de su rompimiento con Lucas. Aunque el culpable fue él. Pero ella estuvo implicada.

- Sí, es mi amiga más loca. Pero es un amor de chica. Si se conocieran estoy segura de que se llevarán muy bien - es la verdad, empezaron con muy mal pie y de eso ninguna tiene culpa.

- Puede ser. Me encantaría conocer a tus amigos. Debes de tener muchos.

- Mmm no, la verdad es que no. Soy muy selectiva con las personas que forman parte de mi vida. A sí que tengo solo cinco amigos, pero a ellos puedo confiarles mi vida con los ojos serrados.

- Eso quiere decir que son muy buenas personas. Me imagino que te deben de querer mucho.

- Si y yo a ellos, no sé qué haría sin mis amores y sus locuras. ¿Y tú? ¿Tienes muchos amigos?

- Pensaba que sí, pero no podía estar más equivocada, todos me dieron la espalda cuando más los necesité - mira al suelo como pensando en algo, parece triste.

- Lo siento mucho, esta vida está llena de personas falsas.

- No, yo merecía que me dejaran de hablar. Era una persona horrible. Ni siquiera sé si merezco la amistad de las dos chicas que ahora tengo como amigas.

- No hables así, todos tenemos derecho a equivocarnos. Somos humanos y no somos perfectos. Pero por lo menos has tenido la voluntad de cambiar ¿No es así? - hago que me mire y le doy una cálida sonrisa para transmitirle seguridad.

- Eso intento, pero no me sale nada bien - me sale darle un abrazo el cual ella corresponde apretándome fuerte.

- ¿Por qué dices que eres una persona horrible? Yo no te veo así mi sueñito - ¿Qué será lo que le aflige? ¿Qué será lo que ha hecho para que se hunda tanto a sí misma?. Se separa del abrazo y me mira a los ojos, en lo que yo me pierdo en los suyos.

- Porque lo soy, he hecho cosas imperdonables. Pero no hablemos de eso ahora, no quiero arruinar la noche con cosas tristes. Más adelante te lo contaré. Lo prometo.

- Vale, pero quiero que sepas que ante mis ojos eres una chica increíble - con un pasado muy oscuro del cual no se nada, pero tampoco me interesa, solo me importa cómo será conmigo de ahora en adelante. Ella me sonríe y me abraza otra vez. Para alguien que se la pasa diciendo que no siente amor es muy sensible y cariñosa.

Hablamos un rato de nuestras preferencias y gustos. Comprobé el hecho de que somos muy diferentes, no solo a nivel social. Ella prefiere montaña, yo playa. Le gusta más irse de fiesta en lo que yo la pasaría mejor quedándome en casa teniendo una buena conversación o viendo películas con mis amigos. Le gusta vestirse de tonalidades claras y a mi oscuras, preferentemente mucho negro. Nos reímos cada vez que una dice que le gusta algo y la otra dice exactamente lo contrario. Pasamos un buen rato, la verdad es que me agrada mucho tener conversación para rato con ella. Yo soy así, prefiero alguien con quien hablar, una persona para pasar el rato está a la vuelta de la esquina. Al parecer está aprendiendo cómo soy y lo que me gusta. En todo el tiempo que llevamos hablando no hemos dejado de sonreír. Me encanta su sonrisa, es tan linda. No sé por qué me encanta que seamos tan diferentes. Le dije que preferiría pantalones y botas, a lo que ella contestó que prefiere tacones altos, vestidos y faldas. Aunque me dijo que desde que tiene la cicatriz no puede usarlos como antes, solo ropa que la tape. También me dijo que le da vergüenza que la vean y esa era la razón por la cual la ocupaba en los días que pasamos juntas.

- Es una gran operación ¿No? - asintió - ¿Por qué te operaron?

- Tuve un accidente en auto hace casi dos años. Se me partió el fémur y bueno... - pone mi mano sobre su muslo y la guía en lo que habla desde un poco arriba de la rodilla hasta casi el inicio de su pelvis. Todo por encima de su pantalón, no veo la cicatriz, pero al menos ella me está explicado - La cicatriz que va desde aquí hasta aquí no es por la operación. Es por el accidente - pone mi mano en su otro muslo y ahí la deja - Estuve un largo tiempo en rehabilitación, pero como ves ya estoy perfectamente - dice esto último con una sonrisa. Y sé que está perfecta, si la noche que la vi estaba corriendo. También nada sin ningún problema y camina perfectamente sexy.

- Me imagino que tuvo que ser muy duro. Pero todo esto solo me confirma que eres una chica realmente fuerte.

- ¿De qué me sirve ser fuerte si nadie ve mi esfuerzo? Como ves mi hermano me odia, a mi madre ni siquiera le importo y mi padre no confía en mí - ella dice eso como algo malo, pero yo solo la veo más fuerte, siempre está sonriente y la verdad, la vida que lleva está más para llorar. Realmente es admirable.

- Tal vez solo necesiten tiempo para ver qué has cambiado y eres mejor. Pero lo más importante es que te esfuerzas por ti y no por nadie. Eso es muy admirable. Eres increíble.

- Eres la única en años que me ha dicho esto - me abraza - gracias muñequita. Tú sí que eres increíble.

- No me agradezcas. Es la verdad. ¿Y sabes qué? Si me lo permites. Siempre voy a estar a tu lado, no voy a dejar que nadie te haga daño o te hagan sentir mal. Tú eres mi sueñito y como tal, voy a cuidar de ti siempre. No estás sola, a partir de ahora me tienes a mí - le hablo casi en susurros en su oído, siento como su piel se eriza y sonrío por eso.

- Yo prometo, no lastimarte nunca. He dañado a mucha gente, pero a ti, solo quiero hacerte sonreír mi muñequita - ¿Eso es algo que diría una persona que no siente amor? Yo creo que no.

Se separa del abrazo y junta su frente con la mía en lo que acaricia mi cara con sus pulgares, no sé por qué, pero en este momento a pesar de los latidos descomunales de mi corazón, siento tanta paz. El tenerla aquí, me hace tan fácil. Poco a poco se fue acercando hasta que sus labios quedaron a escasos milímetros de los míos, casi ciento que se rozan. Si quiere besarme no lo voy a impedir, yo también muero por un beso de verdad, no uno producto de la excitación y el alcohol o uno de despedida. Pero no sé mueve, solo se queda ahí, tranquila, ¿A qué espera?.

Se aleja y me mira a los ojos, es entonces cuando veo en ellos lo que pasa, no quiere que la rechace. Nos sonreímos y sin esperar más soy yo la que la beso. La beso con todo el cariño que me hace sentir esta chica tan herida a la cual curaré con el amor que nunca le he dado a nadie. Eso le transmito en este delicado y suave beso. La beso con tanta delicadeza como si ella fuera una pequeña flor en medio del invierno, luchando por no congelarse y yo soy la cálida primavera que no dejará que se marchite y nuera. Nuevo mis labios tan lentamente sobre los suyos que siento que ella se desespera, pero coloco una mano sobre su mejilla y la acaricio, siento como se relaja y se deja llevar por este beso, cargado de amor. Nos saboreamos los labios con mucha gentileza, creo que nunca había vivido un beso, tan lindo como este. Definitivamente, no me he equivocado con ella. Ella es la chica de mis sueños, de la que estoy enamorada profundamente.

La siento sonreír en medio del beso y es entonces cuando nos separamos. Me pierdo en ese gris azulado tan profundo como nunca antes había visto. No decimos nada, no lo necesitamos, sabemos que aquí le damos comienzo a lo que de seguro será una gran historia de amor.

***

La noche se nos pasó volando, no volvimos a besarnos, pero si hablamos cantidad. Hace tanto tiempo que no hablaba tanto con una persona, ella me hace sentir tan bien. Espero que esto no se acabe nunca, porque solo de pensar en que la tendré lejos mi pecho se comprime y me asfixia. Entre charlas nos conocimos un poco más.

Después de tanto hablar decidimos tomarnos la mitad de la botella que Carlota dejó en mi departamento. Reí imaginando su reacción cuando sepa que me la tomé con la chica que la llamo "puta". Sé que cuando se conozcan se van a llevar bien.

Resulta que Cristian le pasó mi dirección a manera de disculpa, el pobre se siente culpable por lo que pasó con el ahora exnovio de su amiga, es un amor de chico. La verdad es que hace pareja con Dani, espero que no la lastime por qué lo mataré sin importarme que me ayudó a estar cerca de Hailey otra vez.

- Me alegra tanto que estés aquí mi sueñito - le digo mientras seguimos tomando y hablando. Ya casi se acaba la botella, no quedaba mucho.

- Me encanta que me digas así - su sonrisa lo demuestra y me hace sonreír a mí también.

- Y a mí me encanta que sonrías, tienes la sonrisa más linda que he visto en mi vida - me mira y ríe.

- Mentirosa ¿A cuántas les has dicho eso? - dice levantando una ceja, pero riendo, al menos tenemos algo en común. Lo desconfiada.

- No es mentira, nunca dejes de sonreír, no prives al mundo de tan maravillosa sonrisa - se sonroja un poco, qué linda - Y sobre eso, no le he dicho a nadie esto. Tú eres única - esto último hizo que me mirara un poco raro, no entendí su mirada, pero luego volvió a ser la de siempre y habló.

- ¿Con cuántas personas has estado? - ah, ya vamos a hablar de los ex. Perfecto (se nota mi sarcasmo lo sé)

- Tres - respondo con sinceridad y una sonrisa.

- ¡¿Tres?! - se sobresalta como si hubiera dicho una calamidad.

- Sí, ¿Qué tiene?

- Nada, si es verdad que me dijiste que eres de relaciones largas. Entonces doy por hecho que te has enamorado.

- Claro, estuve enamorada de estas tres personas - aunque la que más me marcó fue la primera y me arrepiento de la última, el del medio era un amor de chico.

- ¿Y si estaban enamorados por qué terminaron? - pregunta difícil Hailey.

- La primera porque se mudó lejos y la cambiaron de escuela. Éramos muy pequeñas y la única forma que encontramos de acabar bien fue terminar.

- ¿Y nunca se volvieron a ver o hablar?

- Sí, una vez crecimos, sí, ella es una gran chica. Gracias a ella descubrí que soy bisexual.

- Vale ¿Y los otros? - ¿No le gustó que hablara de mi primer amor? Sonrío por eso.

- El segundo fue sincero, terminó conmigo porque le gustaba otra chica, según él era mejor terminar antes de serme infiel - aprecié mucho eso de Elliot - Y la última que tuve, fue mi más grande decepción. Ella me fue infiel con una "amiga" en común - Melanie alias la arpía como le puso mi loquita.

- Vaya, ¿Y así crees en el amor? Solo veo que sirve para pasárselo mal.

- Tampoco es así. Mientras duraron fue muy bonito. Tengo lindos recuerdos a pesar de todo y eso es lo importante. Pero no hablemos más de mí, cuéntame tú.

- ¿Qué quieres que te cuente?

- Todo, empezando por el por qué no crees en el amor - lo medita, pero me responde.

- Es que cada vez que intento estar con alguien todo sale mal. Mi primer novio fue un patán que estuvo conmigo por qué le gustaba mi... - mira hacia otro lado - Mi físico. Luego estuve con otros que no fueron mejores. Uno solo fui una apuesta, de miles de dólares por cierto - ¡Dios, pero qué idiota! - Otro solo quería estar contigo porque haríamos buena pareja, socialmente hablando y pues dejé de intentarlo. En vez de dejar que me usaran los empecé a usar yo a ellos - me mira otra vez - Luego vino Lucas - tenía que ser - Podría decirse que es con el que más he durado. Casi siete meses - vaya con el idiota, la tuvo por siete meses, siento envidia de él ahora mismo, pero fue tan idiota que no supo valorar lo que tenía - Él estuvo conmigo en la rehabilitación, es el mejor amigo de mi hermano y estaba mucho por casa y decidí dale una oportunidad aunque Hayden me advirtió que no era buena idea. Ya vez que resultó ser otro imbécil más. El amor no existe Andrea, ya te lo dije.

- Si existe, solo debes de saber encontrarlo. Por ejemplo, yo, para estar con alguien primero, debo de conocerlo bien.

- Cuando me conozcas más no vas a querer estar contigo - baja la cabeza y yo le subo la mirada hasta conectarla con la mía.

- No lo creo así, no me importa tu pasado Hailey, me importa como eres ahora y como seas conmigo - ella me sonríe y me doy por satisfecha.

Hailey piensa que me dejará de gustar cuando sepa más de ella o de su pasado. No puede estar más equilibrada, cada cosa que veo de ella hace que me guste más. Aunque tampoco sabe que yo veo más allá de las apariencias, las palabras y lo que las personas muestran. Yo solo veo a través de su corazón y él me dice que ella es una chica maravillosa a la que vale la pena conocer, que es una chica indefensa, que se ha construido un muro para evitar más dolor. Con padres separados, casi nunca ve a su madre, su padre viaja todo el tiempo por razones de negocio, tampoco está presente en su vida y su hermano no la quiere. No tiene amigos, solo Cristian, Valeria y Jimena, a los que pronto no verá más. Se siente sola y eso hace que no quiera abrir su corazón a nadie para que no le hagan daño. Pero sé que solo quiere el amor que no le han dado, el que la vida le ha negado y no sé por qué. Yo estaré aquí para darle todo de mí sin esperar nada a cambio, porque que así es el amor.

A eso de las 11:30 PM Hailey me dijo que tenía que irse. Está en mi departamento desde las ocho o más temprano. Pero me dijo que mañana le encantaría verme otra vez. La acompañé a la puerta y me apoyé en el marco de esta en lo que Hailey jugaba con unos mechones de mi pelo. No sé por qué cada vez que nuestras miradas se conectan nos sonreímos sin poder evitarlo. Sé que no se quiere ir, yo tampoco quiero que lo haga, pero está al llegar Daniela, además no quiero que las cosas entre nosotras sean apresuradas, me gusta ir con calma y si se queda eso no pasará así. Ella lo sabe perfectamente y por eso lucha contra sus deseos porque sabe que no quiero ser una más, no quiero ser simple para ella.

- Hasta mañana mi sueñito.

- Hasta mañana mi muñequita - debo de admitir que me derrito cuando me llama así.

- Escríbeme cuando llegues o antes de dormir.

- No te preocupes - me da un beso rápido en la mejilla y siento como me sonrojo - Manuel está cuidando de mí - se me había olvidado su guardaespaldas, es que cuando estamos juntas es como si ella fuera una chica normal de la que yo estoy enamorada y no alguien con su clase social. Pero no me cansaré de agradecer que eso a ella no le importe.

- Nos vemos mañana.

Me pongo de puntillas y le doy un beso en esos mofletes tan lindos que tiene. La veo serrar los ojos y disfrutar del tacto de mis labios en su piel. Me separo lentamente. Nos miramos y después se va, yo me quedo mirándola como se aleja y entra al ascensor, una vez allí ella me mira, sonríe y me manda un beso con la mano, sonrío igual y hago como que lo atrapo y lo pongo en mis labios. El ascensor se sierra y yo entro a mi departamento. Me recuesto en la puerta y suspiro pronunciado su nombre. Creo que hoy no podré dormir.

***

1:30 AM

Miro el reloj desde mi cama cuando siento que llaman a la puerta, no sé en qué momento me dejé llevar por Morfeo. Abro la puerta mientras me estrujo los ojos. Siento como me abrazan fuerte, no pude ver quién era, pero reconocería a Dani hasta con los ojos serrados, la abrazo en lo que cierro la puerta con una mano.

- ¿Está todo bien? - no me responde y me preocupo - ¿Dani? Mi amor, mírame - le levantó la cara y la veo sonreír como nunca - ¡Boba! Me asustaste - le doy un pequeño golpe en el brazo y me voy a mi cuarto.

- Perdón, es que estoy muy contenta - viro los ojos y me tiro en la cama, esto va para largo, de seguro me contará cada detalle de su cita.

- Ya me imagino ¿Y si me cuentas mañana? Tengo sueño.

- ¡No! - habla como niña chiquita - Estoy muy emocionada y quiero contarte ya.

- Mañana - mi voz sale media dormida y bajito porque estoy boca abajo en la cama, sierro los ojos y... - ¡Ay! ¡Oye! - me sobresalto y me siento en la cama cuando la muy pesada me muerde una nalga, decir que mordió duro es poco - ¿Estás loca? - intento mirarme en lo que me sobo, eso me dolió - ¡Puedes dejarme una marca! - y así, por cosas como estas es su lindo apodo "mi loquita". La muy desgraciada se ríe de mí.

- Pues hazme caso. Y sí, estoy loca, eso ya lo sabes. Deja que te cuente siii - junta sus manos en forma de súplica y me hace un puchero - Explotaré si no lo cuento ahora.

- Vale, a ver, habla, pero rápido he, después dormimos - ella asiente varias veces y se sienta a mi lado en la cama.

- No sabes... - la interrumpo para joderla, me lo debe por lo que me hizo.

- No, no sé - me da un golpe en el brazo - ¡Ay! ¡Oye estás agresiva! Te voy a tener que prohibir ver a Cristian, mira como te deja - rio a carcajadas y ella rueda los ojos.

- Ya, pesada, deja que te cuente.

Entre risas, suspiros y muchos "¡Es mi príncipe azul!" Me cuenta lo bien que la pasó con Cristian. Al parecer este chico es uno de esos caballeros en peligro de extinción, al igual que nuestro amigo Roi. Dani me dijo que fueron a cenar, caminaron de la mano por las calles, le regaló unas rosas, se sentaron en un parque, compartieron muchos besos. Me dio demasiados detalles de cómo besa Cristian por cierto. Según ella, es el mejor chico con el que se ha besado. Pero lo que más interesante le pareció a Dani es que el chico no le dijo nada de follar, dicho con sus propias palabras, ni siquiera se lo insinuó. Quedaron en salir mañana otra vez. Hasta ahí fue que escuché porque, no sé cuándo me volví a dormir. Solo sé que en mis sueños volví a besar los ricos labios de Hailey.

Me desperté a las siete de la mañana, perfecto, después de que Daniela me hiciera dormir tarde mi cuerpo se levanta temprano. Hoy es viernes y solo de pensar en que el domingo Hailey se va, me da una sensación rara en todo mi cuerpo, como ansiedad, pero mi pecho duele y siento escalofríos. Mentiría si dijera que no me importa que se vaya, es todo lo contrario, creo que estoy muriendo por dentro, ya la extraño y todavía no se ha ido. Me levanto de la cama, salgo a correr como siempre y luego de bañarme le escribo un mensaje a Hailey de buenos días en lo que desayuno. Le escribo "Buenos días, mi sueñito. Esta mañana no sales de mis pensamientos, estoy deseando verte como no te haces una idea. Me encantó tu visita de anoche y sobre todo ese beso del cual no hablamos, pero muero porque se repita". Miro mi reloj y son las nueve de la mañana, espero que cuando Hailey mire el mensaje al menos le saque una sonrisa. Terminando de desayunar mi teléfono suena.

Mi sueñito: Ahora si estoy segura de que será un buen día. Es muy lindo tener un mensaje de buenos días de tu parte... Y sobre el beso... He de admitir que nunca antes me habían besado así.

Agregó un emoji con corazones rojos y otro babeando, reí un poco por eso, pero no perderé la oportunidad de contestarle.

Yo: ¿Eso quiere decir que te gustó el beso o no?

Mi sueñito: No sé, no me quedó claro, supongo que tendrás que darme otro para averiguarlo.

Yo: Si no hay otro remedio... Sí, supongo que tendré que darte otro.

Mi sueñito: Anja, haré como que no leí esto. A mí no me engañas, sé que tienes tangas ganas como yo de que se repita.

Yo: ¿Yo? Na, yo no... Ja, ja, ja. La verdad es que si me muero por besarte Hailey.

Mi sueñito: No sé explicar por qué, pero... Yo también me muero porque se repita. ¿Qué me estás haciendo Andrea?

Al leer eso se me formó una gran sonrisa en los labios. Muero por esta chica y sé que muy dentro de ella, está empezando a sentir algo por mí. Hablamos un poco más y quedamos en vernos en una hora. Le dije que pasaría por el restaurante de mis padres y ella se autoinvitó a sí que le pasé la dirección, aunque me dé un poco de vergüenza que no sea igual a los restaurantes que ella debe de estar habituada a ir, al menos vamos a estar un rato juntas.

Luego de que terminé de alistarme le dejé una nota a mi loca amiga de que iba al restaurante de mis padres que si quería me encontrara allí y que me veré con Hailey. Me puse mi ropa de siempre y salí en mi moto. Al llegar al restaurante y ver aquí a Elliot me di cuenta de que se me había olvidado que los días que yo no trabajo es él el que trabaja. Claro, como no, si hoy es viernes y él trabaja de viernes a sábado en lo que yo trabajo de lunes a jueves. Solo espero que no me traiga problemas con Hailey.

- Hola mamá - me logré escapar sin que mi ex me vea y llegué a la cocina.

- Mi niña, hola, ¿Qué haces aquí hoy? - dice dándome un abrazote.

- Solo quería verlos a papá y a ti, pero de paso... Bueno, tengo una cita - digo con una gran sonrisa.

- ¿A si? No, ni me respondas, hace rato que no veía esa sonrisita en ti. Debe de ser alguien especial.

- Muy especial mamá.

- Ya veo, casi nunca te maquillas y hoy estás deslumbrante, aunque siempre te ves linda natural - sí, me maquille un poco, es que Hailey siempre está tan arreglada que si vamos a andar juntas tengo que verme bien para ella.

- Gracias ma, me voy a centrar en el restaurante a esperar. ¿Puedo?

- Claro mi amor y pide lo que quieras para ti y para... ¿Es ella o él?

- Ya lo averiguarás - digo riendo, saliendo de la cocina, me siento lejos de la vista de Elliot en las primeras mesas del restaurante, en una silla de espaldas a la puerta, estás mesas tienen vista a la calle y no las atiende él, las atiende una chica que no sé su nombre.

Mi celular vibra y me emociono pensando que es la chica de mis sueños, pero no, es Daniela. Se le ocurrió la brillante idea de una cita doble. Dice que Cristian está de acuerdo, le escribí que le preguntaré a Hailey y entonces le respondo.

De un momento a otro alguien me tapa los ojos, me asusto al creer que Elliot se atrevió a eso después de tanto tiempo, pero... Ese aroma dulce me dice que no es él, es ella, pongo mis manos sobre las de quién me tapa los ojos, las acaricio solo para asegurarme que es Hailey, conozco este anillo fino en su dedo central, también esta manilla con su apellido incrustado. Pero fuera de eso, aunque no lo parezca, me he fijado mucho en sus manos y estos largos y finos dedos ya los conozco bien. Bajo mis manos y entonces hablo.

- Buenos días sueñito - saca sus manos de mis ojos con una delicada caricia, deposita un beso en mi mejilla y se sienta delante de mí con una gran sonrisa.

Cuando llega ese momento en el que con solo ver a esa persona sabes que tu día será mejor, realmente se siente bien, por mucho que el corazón nos salte en el pecho al verla, se siente una paz y una felicidad que sabes que no serán capaz de arrebatarte con facilidad. Por qué cuando sabes que es la persona que siempre estuviste esperando, no existen los límites.

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