Capítulo 7: Distanciadas
Distanciadas
2:50 AM
- ¿Andrea? ¿Hola? ¿Me oyes? - Dani me habla y me regresa a la realidad. En lo que la escuchaba hablar no podía dejar de pensar en todo esto. Lo que a pasado...
- Si, te escuché.
- ¿Ahora qué tienes? ¿Qué pasa mi amor?
- Creo que Hailey quiere estar conmigo por varias razones y ninguna de ellas es porque me quiera de novia algún día.
- Lo mejor será que no te ilusiones más. Siempre te fijas en las personas erróneas. Es que te enamoras tan rápido.
- Ya lo sé... ¿Sabes? Creo que ella solo quiere estar conmigo por curiosidad, o para experimentar algo nuevo, o por despecho. Por pasarla bien antes de irse. Yo no quiero ser eso. Quiero que ella me ame, no que me use.
- A lo mejor no llegaste en el momento indicado a su vida. Como dijiste, ella no quiere nada ahora. La entiendo, encontró a su novio en una situación... Comprometedora. Si no quieres que te utilice para solo sexo, lo mejor es que te alejes de ella ahora.
- Tienes razón, ya bastante me han roto el corazón para que deje que lo hagan otra vez, podrá ser la chica con la que he soñado, pero no voy a ser la idiota enamorada que deje que jueguen con ella.
- Así se habla. Ahora ve a dormir y mañana, si no quieres quedarte, regresa o dime y voy por ti. Hasta mañana mi amor. Descansa.
- Hasta mañana mi loquita. Te amo mucho.
- Y yo a ti.
Colgué y me acosté a dormir, siempre es bueno hablar con mi Dani, ella es como la hermana que nunca tuve, sé que también lo soy para ella. Solo queda esperar para ver que pasa.
***
Me desperté a las 9 de la mañana, no puedo creer que sea tan tarde, aunque solo dormí seis horas. Salí y me encontré con mi maleta en la sala. Ahora puedo darme un baño, después de terminar de lavarme los dientes y bañarme voy a ver a Hailey en el cuarto que la dejé ayer. No está. ¿Dónde está?
Mi pregunta se responde sola cuando la veo salir del baño como si no hubiese tomado nunca ¿Cómo es que está tan bien? Yo siempre me levanto con dolor de cabeza y náuseas. A demás de verme fatal y ella se ve...
- Buenos días, muñequita - me saluda con una sonrisa en lo que se seca el cabello.
- Buenos días - me mira un poco seria tras mi saludo ¿Notará que no mencioné que es mi sueñito? O ¿Se me notó que no estoy nada feliz esta mañana?
- ¿Estás bien? Te noto algo seria - es la segunda, lo notó. Se acerca a mí y me mira a los ojos, incluso con pantuflas ella es más alta que ya con mis botas de tacón - ¿Qué tienes? - coloca un mechón de mi cabello detrás de mi oreja y extiende la caricia por mi mejilla, me mira con tanta ternura y preocupación... No, no caeré en su juego.
- Me voy Hailey - le digo sin apartar mis ojos de los suyos, estoy intentando con todas mis fuerzas no perderme en ese gris azulado que me encanta.
- ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! - aparta su mano de mi rostro, me mira sobresaltada - No entiendo nada, pensé que estaba todo bien - mira al suelo como reflexionando y luego me mira a mí - ¿Está todo bien en tu casa? ¿Sucedió algo y por eso te tienes que ir?
- Está todo perfecto en mi casa - eso sonó más serio de lo que pretendía.
- Entonces es por mí... - comienza a caminar en reversa y luego se para, se pasa una mano por la cara y luego me mira - ¿Es por lo de anoche? ¿Por eso te vas?
- Sí, es por lo que pasó anoche.
- Pero no pasó nada. No pasó nada más allá de unos besos - la miro perpleja. ¿Ella se acuerda de todo? - Antes de que preguntes, sí, me acuerdo, siempre me acuerdo de todo lo que hago, eso suele sorprender a muchas personas y no sé por qué - Adivinó mi pregunta cómo si se la hubieran hecho muchas veces.
- Bueno, si te acuerdas, entonces mejor, no tendré que explicar mucho. Ya me voy.
- Pero no estoy entendiendo nada. Sé que... Bueno, te me insinué bastante, pero no pasó nada. No tienes por qué irte. En cierto modo, solo fui sincera. ¿Cuál es el problema?
- Ahí está el problema Hailey, ahí. No ves cuál es el problema, sé que fuiste sincera, aprecio que lo seas, mejor así, así no seguiré con algo que no va a poder ser. Pero ahora que estás sobria, te voy a agradecer con sinceridad - Camino hacia ella y me paro a sentimientos de distancia - Me gustas Hailey, me gustas mucho, no te quiero, ni como amiga, ni como amante, ni como algo casual. Para mí eras ese algo más, pero no puedo intentar algo con alguien que solo quiere jugar conmigo, solo vas a hacer que me ilusione en vano, y que al final, como siempre, salga lastimada.
- Pero míralo de esta forma, de que sirve que te diga que intentemos algo si me iré en unos días. Si llegara a pasar el milagro de que me enamorara de ti, de que me serviría, solo sufriría por no verte. No quiero eso. Solo quiero que estemos bien, que la pasemos bien juntas, sin restricciones. En el tiempo que me queda en este país.
- No soy un juguete sexual, soy una persona, que siente. Fuiste clara conmigo, pues yo lo voy a hacer. Siento que todo esto para ti es solo un experimento, solo quieres saber que es eso que te he despertado, sientes curiosidad, perfecto, descúbrelo, pero no conmigo, si quieres experimentar, si quieres sexo con una mujer, búscalo en otra. Yo no soy así, conmigo es todo o nada y sí, soy muy radical - Me alejo y camino a la puerta, pero ella me retiene tomándome de un brazo y luego con su otra mano de mi cintura.
- No, espera, Andrea. No te vayas, tú me gustas, me gustas de verdad. No sé qué me pasa contigo, por favor, quédate y ayúdame a descubrirlo. Quiero estar contigo, Andrea no con nadie más, no es solo sexo, si fuera solo sexo ya lo estuviera teniendo con otra chica como mismo dices. ¿No crees? - Mierda, me está haciendo dudar. Pero no caeré en su labia.
- Si te digo que me voy no es para que me digas lo que quiero escuchar para que me quede. Si te digo que me voy, es por qué me voy - intento sacarme de su agarre, pero ella me sostiene con más fuerza y pega mi cuerpo al suyo.
- ¿Cómo tengo que pedírtelo para que no te vayas?
- No tienes que pedirlo. Por qué no me quedaré. No quiero ser usada y luego desechada, quiero que se queden conmigo, quiero que me quieran y se entreguen a mí como yo hago. Eso no lo conseguiré aquí.
- Tienes razón, no puedo darte eso. Tienes razón en todo - me libera de su agarre, y da un pequeño paso atrás - Lo mejor es que te alejes de alguien como yo. Una manzana podrida puede echar a perder a las otras que están junto a ella - sus ojos se humedecen y me da la espalda para seguir hablando, pero su voz se siente un poco quebrada - Lo siento, lo siento mucho, Andrea. Te juro que si pudiera amar te entregaría todo de mí, lo daría todo para conquistarte, para ser ese algo más en tu vida. Pero estoy rota, y lo mejor es que te alejes de alguien como yo. Eres demasiado buena para mí y no quiero que salgas lastimada. No quiero ser yo quien te lastime.
¿Por qué ahora que me ha dicho que me vaya no lo quiero hacer?
Muero por estar con ella, pero sé que saldré lastimada, sé que no seré nada más. Pero si me voy a ir, no me quedaré con ganas de nada.
Me acerco a ella, la volteo y sin darle tiempo a reaccionar la beso, la beso como nunca antes he besado a nadie. La beso como haciéndole entender que sanaré parte de su corazón con este beso. La beso... Porque la quiero.
Te quiero, aunque no pueda decirlo con palabras, te lo diré a través de este último beso.
Me separo de ella con la respiración agitada, las dos estamos igual. Nos miramos a los ojos, ella... ¿Está llorando? ¿Por qué?. Seco sus lágrimas con mis pulgares y le doy un beso corto, saboreo sus deliciosos labios por última vez, nos abrazamos y puedo respirar ese agradable aroma tan dulce que me cautivó desde la primera vez que la olí. Nos apretamos fuerte una contra la otra. Ella también sabe que esto es un adiós. Me separo de sus brazos y de este magnetismo que me une a su cuerpo. Me doy la vuelta y camino a la salida de la habitación, siento mis ojos llenándose de lágrimas. Hasta aquí fue como conocí a la chica de mis sueños.
- Adiós mi sueñito - le digo con la voz rota, pero lo suficientemente alto para que ella lo escuche.
- Adiós mi muñequita - su voz suena igual de quebrada que la mía.
En esta vida hay tantas cosas que duelen, una de ellas es dejar ir a la persona que quieres, por qué sabes que si te quedas a su lado, solo se lastimarán mutuamente. A veces, la mayor prueba de amor, es dejar ir a esa persona, por qué a tu lado, no serán feliz. Ni tú, ni ella. Hacer lo correcto siempre duele, por eso muchos eligen no hacerlo, prefieren ser egoístas y ver solo por su bienestar. Ella no es así, al dejarme ir, de cierta manera, me ha dicho que me quiere, aunque no lo sepa, me quiere y se dará cuenta, pero lo hará cuando ya estemos muy lejos la una de la otra.
No sé por qué en tan poco tiempo se dio este sentimiento tan profundo entre nosotras, es como si estuviéramos conectadas. Como si hubiéramos nacido la una para la otra. No pudimos evitarlo, pero no sé dio como ninguna esperaba. Yo busco ese alguien con quien pasar el resto de la vida y ella busca alguien con quien divertirse.
Somos tan diferentes. Pero... ¿Por qué la quiero? ¿Por qué ella?
La chica de mis sueños... No me esperaba que sería todo tan complicado, qué ilusa soy.
***
- Mi vida, que meno te echaba - mi mamá me aprieta contra ella a penas cruzo la puerta del restaurante.
- ¿Es mi niña? ¿Ya está aquí? - mi papá sale de la cocina y me abraza igual o más fuete que mamá.
- Me van a romper - hablo casi sin aire. También me alegra mucho verlos.
- Ven mi niña, te voy a preparar el platillo que tanto te gusta.
- No, papá, no tengo hambre, solo quería pasar a verlos y decirles que ya estoy aquí, voy a mi departamento a dormir.
- Si mi amor, pero más tarde ven a cenar, papá y yo te echamos mucho de menos - vuelvo a abrazarlos y me voy para mi departamento.
El viaje de regreso a Madrid se me hizo tan largo, no dejaba de pensar en Hailey, ese beso que nos dimos, sus labios tan ricos, su perfecta piel ligeramente bronceada, sus ojos. Si tan solo pudiéramos ser. Supongo que tengo que dejar pasar el tiempo. Tal vez él me ayude a olvidarla.
Llego a mi departamento, sin ganas de nada, pero voy a darme una ducha y me tumbo en la cama. Me siento fatal, como si arrancara una parte de mí. No sé por qué me siento así por dejar de ver a una persona que estuvo solo dos días enteros conmigo. Primero me la topé el viernes a la salida de una discoteca, fue la primera vez que la vi. La segunda vez fue el sábado en la suite. Una noche de borrachera donde ella me cuidó, eso no cuenta, solo cuenta cuando desperté, el domingo, pasé el día con ella, luego me palié con ella en la noche y al otro día, lunes, la pasé genial. Hasta conocí a mi suegro, digo, a su padre, en la noche ella tomó de más y quería que estuviéramos juntas, no dejé que pasará, a la mañana siguiente, yo me voy.
En resumen, hoy es martes, y ella se va el domingo. No sé si aguantaré la tentación de ir a verla, estar con ella, solo una vez o más, no salir de su cuarto hasta el domingo. No me importaría morir deshidratada en sus brazos, luego de hacer el amor por horas. Hailey, que me has hecho.
No sé en qué momento me quedé dormida, necesitaba tanto descansar. Tomo mi teléfono y veo los mensajes de mis amigos.
Mat: ¡Tía! ¿Qué es eso? ¡Por Dios, pero qué chica!
Roi: Parece una diosa.
Juls: ¿Esa es la chica con la que soñaba Andreíta? No lo puedo creer.
Mat: Está hermosa. Está preciosa.
Roi: Está maravillosa.
Ambos agregan muchas caras babeando y un sticker de un perrito haciéndose el muerto. Me hacen reír este par de locos. Sigo leyendo.
La toxina 2.0: Hay ya no sean pesados, no es para tanto.
Mi loquita: ¿Estás celosa Carla?
La toxina 2.0: Claro que no ¿Cómo piensas eso?
Mat: Acéptalo, esta chica, parece de todo menos humana, entendemos que tengas envidia.
La toxina 2.0: ¡Que no me da envidia! Es solo que es una pesada esa chica. Andreíta merece alguien mejor.
Mi loquita: A mí me calló muy bien. Me pareció una chica increíble.
La toxina 2.0: Claro porque a ti no te llamó "puta".
Juls: ¿Qué? ¿Te llamó así?
La toxina 2.0: Es una larga historia BB.
Veo que estuvieron hablando cantidad, también leo en los mensajes que a Juliana le fue tan bien con su cita que son novios ahora. Mat se vio otra vez con aquella chica de la discoteca y mi Dani ha estado hablando con Cristian. También veo que hicieron una llamada grupal en la cual yo no pude participar. Sonrío al ver que todo va bien con ellos, los he echado de menos. Escribo al grupo que ya volví y que quiero verlos. Quedamos en que vendrían todos a mi departamento mañana en la noche, hoy es solo de mis padres.
Me levanto de la cama y me preparo algo de comer, aunque no tengo nada de apetito, luego me derrumbo en el sofá a ver Netflix. No estoy de ánimos para hacer ejercicio hoy. Para colmo la película que elegí trataba de una pareja que no pudieron estar juntos y terminé llorando mientras me acababa un pote de helado. Soy patética, lo sé.
Al llegar la noche me puse presentable y me maquillé para que mis padres no me vean deprimida. Al llegar a mi casa me recibieron con tanto cariño que me tuve que aguantar el no llorar, estoy supersensible y ellos son tan maravillosos.
- Dime mi amor ¿Por qué te quedaste más días? ¿Conociste a alguien? - me pregunta mi mamá una vez terminamos de cenar.
- Si, la verdad es que conocí a una chica hermosa. Pero somos muy diferentes - mis padres saben desde mis quince años que soy bisexual, por eso les hablo con tanta naturalidad, ellos me quieren como soy.
- Mi niña, las diferencias no son malas, al contrario. Las diferencias hacen que las personas se complementen unas con otras, formando una sola.
- Es más complicado que eso papá. Si la conocieras lo entenderías - a demás de ser de una clase social diferente tenemos distintos intereses por así decirlo.
- Solo quiero que estés bien. Pero a demás, sabes que cualquier decisión que tomes te apoyaremos. Siempre vas a tener nuestro consejo para que nunca vayas por mal camino mi niña.
- Gracias papá. Por ser tan bueno - me levanto de mi silla y los abrazo a ambos.
Hoy decidí quedarme en mi antiguo cuadro, quería sentirme cerca de ellos. Tampoco quería estar sola en mi departamento. La noche paso muy rápido y en un pestañeo ya era de día.
Pasé la mañana, como hace mucho no hacía, entre risas. Mis padres siempre me han alegrado el alma, a veces me pregunto cómo hubiera sido si no fuera hija única. Me encantaría tener una hermana, pero tengo a Dani y con ella me basta.
En medio de todo eso sentía la necesidad de escribirle a Hailey, miraba su foto y moría por dentro, solo quería escuchar su voz o simplemente un mensaje. La necesitaba ahora más que nunca, antes la necesitaba y no la conocía, ahora la necesitaba el doble. Quiero volver a abrazarla para nunca soltarla, quiero besarla hasta desgastar nuestros labios. Quiero ser solo de ella y para ella. Pero también quiero que sea mía y solo para mí.
No podía engañarme más, eso no pasaría, a sí que reprimí el impulso de escribirle o de llamarla. Al menos tenía su foto para demostrarme que la chica con la que había soñado era real y que tuve el placer de conocerla, al menos por un par de días.
El día se me fue volando, entre el trabajo, por qué sí, fui a trabajar algunas horas, así ayudó a mis padres y de paso a mí, también fui al gimnasio. Necesitaba pasar el día ocupada o solo estaría pensando en la chica a la cual nunca voy a tener. Al llegar la noche esperé a mis amigos en el departamento, como siempre, me emociona verlos. La primera en llegar fue Daniela, ella de exagerada se trepó en mí como mono y caímos al sofá entre risas. Al llegar Juliana, casi me deja sin aire del abrazo que me dio, hacía ya más de una semana que no la veía. Luego llegaron Roi y Carlota, gracias a Dios me saludaron normal y por último llegó Mat, el cual no perdió la oportunidad de joderme diciendo que si hacía a Hailey mi novia no dejaría de comerla con la mirada. Es un idiota, pero lo amo.
Reímos mucho y también tomamos unas cervezas, nos hacía mucha falta estar todos juntos. Nos pusimos al día con todo y obviamente me tocó contar por qué regresé hoy y no el domingo. Todos me abrazaron, son muy tiernos. Nos pusimos a ver una película para alivianar el ambiente y luego de una hora Juliana se quedó dormida en mi sofá. Los chicos se fueron y quedamos solo las chicas. Despertamos a juls y conversamos un rato más. A Dani le llegó un mensaje de Christian y se fue a hablar con él. Más tarde Carlota y Juls se fueron y mi loquita quiso quedarse conmigo a dormir.
- ¿Es normal que la eche tanto de menos? - estoy con mi cabeza sobre el brazo derecho de mi Dani, una de mis piernas sobre las suyas y mi mano rodea su cintura. Siempre dormimos así, aunque terminamos dándonos la espalda en el transcurso de la noche.
- Supongo que sí, llevas todo un año soñando con ella y ahora la consiste. Es increíble todo esto - mientras hablamos me hace cariños en el pelo y la cabeza.
- Pienso lo mismo, jamás pensé que fuera real. Pero ella... No es como me la imaginaba.
- Tienes tus expectativas demasiado altas y las personas somos imperfectas.
- Lo sé, lo sé. Pero es que el problema es... Que creo que estoy enamorada de ella.
- ¿Cómo vas a estar enamorada de una persona que acabas de conocer?
- No lo sé, pero me hace sentir cosas que nunca antes había sentido, con solo una mirada, o una sonrisa. Me encanta verla sonreír, haría lo que fuera para que no deje de hacerlo. Sus abrazos son tan cálidos, como si sus brazos fuera el lugar donde siempre he deseado estar, me sentía tan segura en ellos... Mi mundo se desmorona sin ella - Daniela ríe un poco y me abraza fuerte.
- A veces me sorprende, lo cursi que puedes llegar a hacer amiga. Estás bien loquita por ella. No se cómo le haces para enamorarte así de rápido.
- Ni yo amiga, ni yo. Pero ahora vamos a dormir, ya es tarde - bostezo después de terminar de hablar.
- Si tienes razón, vamos a dormir. Ah, por cierto, me dijo Cristian que mañana en la noche viene a verme.
- ¿De verdad? - levanto mi cabeza para verla a los ojos y ella asiente con una sonrisa - ¡Me alegro muchísimo mi loquita! - le doy un beso en la cara y ella a mí - solo espero que esté chico te trate bien o si no...
- Tranquila hermana sobre protectora, ya le advertí de ti a él - reímos por eso último y finalmente nos vamos a dormir.
En el transcurso de la noche me desvelé unas cuantas veces viendo la foto de Hailey. Necesito tanto ver esos preciosos ojos mirándome con ese brillo tan especial. Necesito tanto que me besen esos labios tan suaves y dulces. Que me hable su hermosa voz mientras contemplo su cara angelical. Me siento tan mal por dentro. No sé por qué me duele tanto el pecho al pensar que no podré tener ni un mensaje de ella. Hay tantas cosas que quisiera decirle y no puedo.
***
Me desperté temprano como siempre, ya es la costumbre. Afortunadamente no puse despertador, mi loquita es una bestia en las mañanas. Hoy no tengo que trabajar por qué es jueves, pero la verdad es que quiero estar ocupada. Salí a correr en lo que escuchaba música, al regresar Dani seguía durmiendo. Me bañé, desayuné y me senté a ver una serie y mi amiga nada. Es típico de ella ser así de remolona. A eso de las once fue que vino a despertar.
- Buenos días Andreíta - me da un beso en la cara y se va a la cocina, de seguro a asaltar mi refrigerador - ¡¿Me puedo tomar este jugo?! - me grita de la cocina y yo me rio por eso, sabía qué pasaría.
- ¡Sí, toma todo lo que quieras!
- ¡Gracias, te amo!
La veo sentarse a mi lado en el sofá después de no sé cuanto tiempo. Ya está cambiada... Con mi ropa. También típico de ella. Es que somos más o menos la misma talla y de la misma estatura.
- ¿A qué hora viene "tu príncipe azul" por ti? - le pregunto imitando su voz y ella ríe.
- A eso de las cinco.
- ¿Tan temprano?
- Si es que... Bueno, vamos a ir al cine y a cenar y a... Bueno, lo que surja - reímos las dos por eso. Eso... Va a surgir y si no lo hace Dani hará que sí - Le dije que viniera aquí a tu casa a buscarme.
- Ah perfecto, así podré echarle la charla de hermana sobre protectora, - volvemos a reír - y también te pondré más linda de lo que siempre estás para que se quede babeando ese chico - le digo con una sonrisa que ella corresponde y me abraza, Dani es muy cariñosa.
- Gracias. No sé qué haría sin ti.
- Pues nada, sin mí no tienes hermana - me da un pequeño golpe en el brazo.
- Ni tú tampoco, no sé dé que hablas.
Junto con mi loquita amiga fuimos a ayudar a mis padres al restaurante, almorzamos allí y luego fuimos a mi departamento a poner linda a mi amiga para su cita oficial con su príncipe azul.
Después de casi una hora terminamos.
- Vaya Dani, tengo que decir que te ves... - la miro de abajo hacia arriba y preparo mi linda broma para que se relaje por qué la veo nerviosa - para que me entiendas. Si Cristian no te come te como yo, por qué este bombón no se puede desperdiciar - me mira con una deja levantada y luego ríe un poco.
- Ya quisieras tu comerte este bombón - se señala a sí misma - no, ya, en serio. ¿Si me veo bien?
- ¿En serio me lo preguntas? Amiga, pero si estás hermosa, de eso no tengas la menor duda - me río con cara de demonio y me acerco a ella.
- Andrea, ni se te ocurra que te conozco - ella retrocede y sale corriendo del cuarto y yo la sigo riendo.
Cuando la alcanzo le hago cosquillas y ella me hace a mí. Hasta que comienza a gritar entre risa que se rinde.
- Todo va a salir bien, loquita - le aprieto la nariz en forma de cariño, cosa que ella me hace a mí aunque no me guste.
- Espero que sí. Realmente me gusta mucho este chico.
Después de media hora tocan al timbre, veo a mi amiga alborotada con solo escuchar ese sonido. Le hago señas para que se tranquilice y voy a abrir. Un sonriente Cristian está en la puerta, este chico se ve igual de emocionado que mi amiga, no lo puedo creer, son tal para cual.
- Hola Andrea, que gusto volver a verte - me da dos besos.
- Hola Cristian, pasa ven - él pasa y yo sierro la puerta. Veo a Dani ponerse de pie y al chico peli negro dejando un charco de babas en mi sala (no literalmente, claro)
- Estás preciosa - le dice a mi amiga y yo sonrío detrás de él.
- Gracias, tú estás muy guapo - se acercan y él le da un pequeño beso en los labios. Se ven muy lindos - ¿Nos vamos?
- Oh, no. De eso nada. Antes tengo que decirle algo a Cristian - digo yo mirándolos a los dos. El chico me sonríe y viene hacia mí, eso no me lo esperaba.
- No hace falta que me digas nada. Ya sé que Dani es como tú hermana. No te preocupes, la cuidaré bien y si te deja más tranquila yo mismo la traigo para acá ¿Te parece?
- ¿Que si me parece? Eso es lo menos que debes hacer. A demás también... - me interrumpe.
- También seré respetuoso y no haré nada que ella no quiera que haga - lo miro fulminante y él solo me sonríe. Parece que dice la verdad, más le vale.
- Vale, pueden irse, pero...
- ¿Hay más peros? - pregunta Dani riendo.
- Sí, hay uno. No la traigas tan tarde y cuídala bien. Ojito he.
- Créeme, te aseguro que vas a querer que lleguemos lo más tarde posible - ¿Que dijo?
- ¿Y eso por qué príncipe? - Dani me ganó la palabra.
- Ah, eso ya lo verá - mi madre, que no sea lo que estoy pensando.
- Oye, mira si viniste con Hayden, te aseguro que es al que menos quiero ver, ahora he.
El chico ríe, pero no me responde, los veo salir a él y a mí amiga y yo me quedo sola otra vez tirada en el sofá. Ya que no tengo más nada que hacer, busco helado y me pongo a ver la misma serie de ayer. Después de dos capítulos voy al balcón de mi departamento, este tiene vista a la calle. Me siento a leer en un mueble que tengo aquí para eso. Me gusta leer en este espacio, al aire libre, de la ciudad, pero libre.
Siento mi celular sonar, lo tomo y al leer el nombre del mensaje se me cae al suelo, tengo el corazón a mil, una sensación extraña recorrió todo mi cuerpo, como si tuviera ansiedad o mucha emoción. Levanto el teléfono y vuelve a leer el nombre sin poner creerlo. Desbloqueo la pantalla y leo el mensaje.
Mi sueñito: ¿Qué libro lees? Por qué el que te regalé, lo tengo en mis manos.
¡¿Qué?! ¿Ella me está viendo? ¿Cómo? Me levanto de un salto y comienzo a mirar la calle como loca buscándola. Pero nada, no la veo ¿Entonces cómo sabe? Me siento, he intentado recuperar la calma. Vuelvo a leer el mensaje y sigo sin creerlo. Solo me queda responderle.
Yo: ¿Cómo sabes que leo? ¿Me estás viendo?
Mi sueñito: ¿Qué? No te entiendo. Solo te pregunté por qué quiero saber que lees si dejaste tu libro en mi casa.
Me desconcierta su respuesta. Entonces estoy paranoica o tal vez solo deseo tenerla cerca.
Yo: Acabas de decir que... Olvídalo ¿Dónde estás? ¿En tu casa?
Mi sueñito: ¿Te interesa saber dónde estoy?
Mejor no le respondo a eso. Unos minutos después tenga otro mensaje suyo.
Mi sueñito: Si no te interesa saber dónde estoy, al menos ¿Quieres que te diga dónde estás tú?
Me vuelvo a parar a ver si la veo, pero nada. Desearía tanto que estuviera aquí.
Yo: Vale, dime ¿Dónde estoy yo?
Mi sueñito: En mis pensamientos, las 24 horas del día.
Sonrío al leer el mensaje, no puede ser verdad eso. Aunque a lo mejor... ¿Y si era verdad que le gusto? Eso no importa, ella no va a estar contigo como algo más. No le respondo y sigo leyendo, es mejor dejar pasar esto. Es mejor que estemos distanciadas.
Mi sueñito: ¿No me crees? Pues mira así estoy todo el día.
Me manda una foto suya mirando hacia arriba como pensando y justo arriba está editado para que parezca una burbuja de pensamiento de los cómics y dentro de ella las fotos de nosotras juntas y mi nombre de diferentes colores y letras. Sonrió por eso. Está loca, pero es muy linda.
Yo: ¿Para qué me dices todo esto?
Mi sueñito: Tengo la esperanza de que me invites a entrar.
Yo: ¿A dónde?
Mi sueñito: A tu pensamiento, así como no sales del mío, no quiero salir del tuyo. Y si quieres, también a tu vida.
Yo: Para con esto Hailey. Tú tienes razón, de que sirve todo, si así como estamos ahora estaremos en unos días cuando te vayas.
Mi sueñito: Aclárame algo ¿Y como estamos?
Yo: Distanciadas.
Mi sueñito: Sí, tienes razón. Estamos distancias.
Otra vez no respondo y bloqueo la pantalla de mi teléfono, pero entonces vuelve a sonar.
Mi sueñito: ¿Te animas a remediar eso?
Yo: ¿Cómo voy a remediar eso? Nos separan unos cuantos quilómetros.
Mi sueñito: Lo único que nos separa eres tú. Déjame entrar y estaremos juntas.
Yo: Si te digo que ya estás en mis pensamientos y a demás también en mis sueños. ¿Me dejarás leer tranquila?
Mi sueñito: No, solo estaré tranquila cuando me abras. ¡Déjame entrar, muñequita!
Ya me cansé, vamos a ver qué dice cuando le escriba esto.
Yo: ¿Quieres entrar? Vale, te dejaré entrar donde quieras. Estoy a tu disposición. ¿Satisfecha?
Mi sueñito: No. ¿Cómo quieres que esté satisfecha si ni siquiera me has tocado?
Le gusta jugar duro, he, vale vamos a ver a dónde llega con esto.
Yo: Créeme, si te tocara no solo quedarías satisfecha, también quedaría paralítica.
Mando unas caritas de demonio riendo.
Mi sueñito: ¿Ah si? ¿No sería al revés?
Yo: No, yo nunca he quedado paralítica, pero siempre si he dejado así. ¿Quieres que te deje así?
No me responde, me doy por satisfecha. Quería jugar y perdió. Así aprenderá. Mi teléfono vibra, pienso que es un mensaje, pero me sorprende ver que Hailey me está llamando. No sé si contestar o no. Pero al final respondo.
- ¿Hola?
- A sí que me quieres dejar sin poder caminar ¿He? Explícame eso.
- Si, te temblarán tanto las piernas que no podrías caminar. Ni siquiera podrás sostenerte de pie - oigo su risa al otro lado de la línea - ¿Te parece gracioso?
- Me parece gracioso el hecho de que me digas esto, pero cuando tuviste la oportunidad saliste corriendo como una cobarde - vaya, está tirando duro.
- La única cobarde aquí eres tú. Yo no le tengo miedo a nada, ni a nadie. Sin embargo, tú, le tienes miedo al amor y a las personas que puedan hacer que lo sientas.
- Si eso fuera verdad no estaría hablado contigo ahora mismo ¿No crees? - en eso ella tiene razón. Pero... Eso quiere decir que ella... ¿Para ella soy una persona que le puede hacer sentir amor? - Ja, te he dejado sin palabras. Oh, ¿Es que huiraz otra vez? - lo último lo dice con voz de burla.
- No, pero no sé a donde va esto Hailey. ¿Qué sentido tiene?
- ¿A demás de dejarme sin poder caminar, que más podrías hacer en mí? - muy graciosa ella. Pero le voy a responder.
- Estoy segura de que puedo llegar a ser esa persona que te deje sin aliento, que te acelere el corazón y que sientas una necesidad indestructible de querer ver y sentir cerca.
- Eso ya lo lograste muñequita. Me dejaste sin aliento desde el primer día que te vi. Se me aceleró el corazón cuando me invitaste a subir a tu moto y desde ese día que pasamos juntas, solo quiero tener más y más de ti - me ha dejado sin palabras, está loca - ¿Ya me dejaras entrar?
- ¿Por qué tanta insistencia con eso?
- Porque estoy aquí parada frente a tu puerta, esperando que me dejes entrar - me comienzo a reír a carcajadas, no lo puedo creer - Deja de reír y ábreme, traigo tacones y llevo ya rato parada.
Me dirijo a la puerta de entrada de mi departamento y abro lentamente. No veo a nadie. Salgo un poco al pasillo y cuando miro a la derecha está ahí. La chica de mis sueños apoyada a la pared con un aire de seducción y vestida de una forma que con solo verla me muerdo el labio inferior.
- ¿Ahora sí me dejarás entrar?
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Hola, se que a lo mejor se cansarán de que les de las gracias pero es que se lo merecen, ya el libro tiene 350 lecturas ¡OMG!
Espero que les gustara el capítulo, a partir de ahora se pone interesante la cosa y en el próximo capítulo conoceremos un poquito más de Hailey y de paso de Andrea.
Al final estoy actualizando diario o cada 3 días jajaja. No importa, ustedes lo merecen.
Un abrazo enorme.
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