Capítulo 6: Quiero hacerte mía
¡Hola mis queridos lectores! Ya el libro tiene 200 lecturas. Y como les prometí aquí tienen el capitulo.
Como siempre les agradezco el apoyo que me están dando al leer la historia que es la primera que escribí. Si les soy sincera no me esperaba que tuviera tantas lecturas. Muchas gracias.
Este capítulo se lo dedico a las personitas que me han dejado sus comentarios y opiniones. Los aprecio mucho.
Espero que este capítulo 6 sea del agrado de todos. Les aviso que al final de este hay un Pov de alguien que nos contará lo que pasó en la fiesta del cap 2 cuando nuestra protagonista estaba... Bueno muy tomada jejeje.
Ya saben si les gusta déjenme saberlo a través de su voto y no está de más dejarme un comentario con su opinión.
Abrazos.
-----------------------------------------------------
Quiero hacerte mía
No sé en qué momento pasó, pero Hailey se ha tomado casi la mitad de la botella, mientras me contaba lo decepcionada que está de la vida. No habla mucho, pero tomada es un libro abierto.
- Andrea, las personas son muy mentirosas, fingen que están bien cuando están vacíos por dentro. Como yo. Todos se centran en encontrar ese algo que los llene, pero nada será suficiente nunca, por qué no se puede llenar un vacío que la vida misma se ha encargado de incrustar en el alma - toma la botella y se empina de ella, yo sé la quito y me pone mala cara - Devuélveme la botella, muñequita.
No me había percatado de esto, pero es como si algo la afligiese, no sé qué es. No quiero que esté mal. Habla como si estuviera peleada con la vida o tal vez consigo misma.
- ¿No crees que ya has tomado suficiente? - ahora que veo todo esto que no veía antes no voy a dejar que se haga daño.
- ¿Sabes lo que pasa cuando te sientes tan decepcionada de todo? - ni siquiera me prestó atención y sigue hablando, esto no va bien, tengo que sacarla de aquí antes de que todo se salga de control - Ya no te importa lo que pasa o lo que te hagan por qué no sientes nada y tampoco esperas nada bueno de nadie. Las cosas dejan de doler porque en cierto modo esperabas que pasara. Ya no te sorprenden, ya no te decepcionan. Y aunque esté vacía, ya nada puede hacerme daño - ya que está tomada le diré lo que pienso, aunque mañana no lo recuerde.
- Te has creado una barrera para que no te dañen. Me parece bien, pero al mismo tiempo me parece mal. Es algo típico de las personas en el mundo, las personas que le temen al amor, esas sí que fingen que nada les importa, pero en realidad solo desean encontrar a alguien que los entienda y que le den el amor que siempre han deseado tener. La barrera te protege, si, pero te aísla, te impide sentir el sentimiento más lindo que hay, he impide que alguien te ame - era de suponer que no me prestaría atención.
Me levanto y pongo la botella lejos de ella, donde no la vea. Está bien tomada. ¿Ahora qué hago? No me hace caso en nada de lo que le digo.
- ¿Y si le marcas a Manuel? O no sé, ¿A tu chófer? - me vuelvo a sentar a su lado. Ella se encuentra mirando al cielo, murmura cosas que ya no entiendo - Hailey - la hago que me mire sosteniendo su cara - Hailey, tienes que llamar a alguien, no sé a donde llevarte, tienes que ayudarme - busca en su cartera algo, saca su teléfono y lo pone en una de mis manos.
- Llama a quien quieras - se levanta y tengo que ir tras ella mientras intento buscar el contacto de su guardaespaldas - Van, muñequita. Vamos a bailar - se frena en seco y yo choco con ella por estar entretenida en el teléfono. Ella me mira y me agarra de la cintura - Bailemos juntas ¿Si? - La abrazo para seguir buscando entre sus contactos, sostengo el teléfono detrás de su cabeza en lo que ella se mueve como si bailara una música lenta inexistente.
- ¿Hola? Soy Andrea... - me contesta el guardaespaldas, Manuel.
- ¿Qué pasa señorita? ¿Dónde están?
- Estamos en la terraza, donde está la piscina. Ven por favor - él me contesta que llegará en unos minutos y cuelga.
- Ya viene Manuel - le digo ahora sí, abrazándome a ella.
- No quería que nadie viniese, quiero solo estar contigo.
Lo veo llegar en menos de lo esperado, se acerca a nosotras con rapidez.
- Tomó mucho - explico.
- Lo imaginaba. Ven, vamos a llevarla a su habitación aquí.
Lo único bueno es que Hailey camina sola, la sostengo de la cintura y ella pasa uno de su brazo por mis hombros. Caminamos lento, pero llegamos al ascensor. Una vez ahí me acorrala en una de las paredes de este, sus manos recorren mi cuerpo y desabrocha la chaqueta para colarse dentro de mi blusa ¿Qué carajos hace? Tengo que frenar esto. Lo bueno es que Manuel no subió con nosotras, si no tuviera un gran espectáculo, él solo me dio la tarjeta de la suite.
- Hailey - sostengo sus manos y con delicadeza las retiro del interior de mi blusa, estaba al tocar mis pechos - sueñito, no estás bien - le digo riendo por qué es muy linda, borracha y todo, pero por lo que veo tiene las manos sueltas.
- Estoy mejor que nunca - se suelta de mi agarre y posiciona sus manos a los lados de mi cabeza, pega su cuerpo al mío. Ahora sí que me siento acorralada - Te deseo, Andrea - ¿Qué? ¿Es verdad lo que oí? La miro a los ojos y ella tiene una sonrisa pícara en la cara - No sé por qué, pero te deseo como nunca he deseado a nadie. Esto no me había pasado con una chica, no me gustan las mujeres, pero tú... - mientras hablaba no apartaba la mirada de mis labios y se ha ido acercando peligrosamente. No quiero que esto pase así, no con ella así.
La tomo de la cintura y la alejo un poco, salgo de mi atrapada posición para que no pueda volver a acorralarme.
- Ya casi llegamos y... - las puertas del ascensor se abren - ya llegamos, ven.
Con mucho trabajo logro entrar a la suite y serrar la puerta, Hailey se tambalea, si no fuera tan alta tal vez pudiese cargarla. Intento llegar a una habitación, pero ella me empuja a uno de los muebles y se sube sobre mí. Toma mis manos y las aprisiona sosteniéndome de las muñecas a cada lado de mi cabeza.
- Eres muy lenta, no sé por qué no haces nada conmigo - Se acerca y respira profundo en mi cuello - A qué esperas muñequita - da suaves besos en donde antes respiraba profundo, siento como mi piel reacciona a su tacto - no tenemos el tiempo del mundo, estamos limitadas por los días, ya casi me voy y aún no te he tenido - ¿cómo? O sea, ¿Ella me quiere tener? Pensé que solo era yo - Quiero hacerte mía - dice esto último en un susurro en mi oreja, hace que mi piel se erice solo de imaginar que esto pasa. Me está seduciendo. ¡Que alguien me ayude! Su voz es muy sensual, solo la había escuchado así en los sueños. Mierda, no quiero que esto pase estando ella en este estado, mañana no se acordará. Tal vez ni siquiera pueda hacer nada y ella quede dormida de tanto alcohol - ¿No quieres que sea tuya? - guía mis manos a su cintura, las deja ahí y vuelve a bajar para colocar su frente sobre la mía. Si supiera que lo que más deseo es esto, pero no así.
- Hailey, no, así no. Yo quiero... - no me deja terminar de hablar porque juntó sus labios con los míos.
¡Me está besando!
Se separa de mí, nos miramos a los ojos, ella sonríe pícara haciendo que se le formen esos hoyuelos únicos en ella y vuelve a besarme.
Sin poder controlar lo que hago, cierro los ojos y solo me concentro en este contacto tan maravilloso que estoy teniendo, me siento como si estuviera soñando. ¿Y como no? Por fin siento sus labios sobre los mios. Pero no dejo de pensar en que tal vez ella solo hace esto porque está tomada.
No se queda quieta, no se conforma con solo juntar nuestros labios, succiona mi labio inferior haciendo que yo suelte un pequeño quejido de placer. Ya que, si nos vamos a besar, que sea bien ¿No?. Coloco una de mis manos entre su nunca y su pelo, empujándola más hacia abajo, comienzo un beso lento, saboreo el vino en sus labios.
Necesitaba tanto besarla, hacer míos sus labios es la mejor sensación que pueda existir. Ella besa de maravilla y sus labios son exquisitos. Nuestros labios se conocen entre sí por primera vez, pero a la vez se siente como si se conocieran de antes, es una sensación muy rara, pero agradable. Sus labios me saben a gloria, son tan suaves y carnosos, quiero morderlos y así lo hago, tomo su labio inferior entre mis dientes, mordiéndolo con suavidad, lo estiro un poco, nos miramos a los ojos y suelto su labio con suavidad. Ella suspira, me besa y acto seguido el beso se torna feroz. Comenzamos una batalla por ver quién lleva el control, la cual pierdo. Su lengua penetra en mi boca y yo la recibo encantada, se la chupo y la veo sonreír en el beso. Vuelvo a juntar nuestros labios, quiero saborear su boca entera, paso mi lengua por sus labios, ella abre la boca como invitándome y yo la complazco, con mi lengua conozco toda su boca, sabe exquisita. Ella es exquista.
- Ah - me arranca un suave gemido cuando me muerde la lengua, sonríe. Es realmente mala. Me encanta.
Pero esto no se quedará así, mi mano que está en su cintura comienza a bajar lento hasta llegar a una de sus nalgas, con ese vestido que trae queda completamente a mi disposición, así que la aprieto un poco fuete. Gime en mi boca. Eso me encantó y me encendió de una manera desquiciente.
Tengo que resaltar que en este punto ya me encuentro muy excitada, siento la humedad en mi intimidad de una manera que nunca antes había sentido. Ella me pone muy mal. Estoy perdiendo la poca cordura que me queda. No me puedo dejar llevar así, pero es que...
Esto es mejor que todo lo que pudiese haber soñado. Apretujarla es divino, siento una mezcla entre suavidad y dureza en su nalga. No quiero irme de ahí, pero me apetece conquistarla por debajo del vestido, así que ruedo mi mano con suavidad, como si la acariciara, voy a su pequeña cintura y luego a su espalda, solo para bajar a su muslo derecho, es el que está descubierto. Me cuelo debajo de su vestido hasta palpar el tejido de su braga, al parecer es de encaje. Termino mi recorrido nuevamente en sus nalgas. Las acaricio y las aprieto a mi gusto, al menos en este momento, son mías y me encantan.
No hemos dejado de besarnos, solo se aparta para tomar aire y vuelve a mí, yo siento que me falta el aire y mi corazón compite con mi respiración acelerada. Pero mi sueñito no contenta con lo que ha provocado en mí, se dispone a acelerarme más. Una de sus manos acaricia mi cara y luego mi cuello, sé que esto es solo un puente, una distracción para lo que hará, y no sé si estoy segura de que deba dejarla. Extiende su caricia y pasa por entre mis pechos. Va a mi abdomen, lo acaricia y vuelve a subir, pero esta vez dentro de mi blusa, se queda en el espacio de mis senos, completamente quieta. No esperaba esto. Corta el beso y nos miramos con la respiración acelerada como si hubiésemos corrido una maratón.
- Eres tan hermosa - le digo acariciando una de sus mejillas - si me dejaras, puedo hacer que vuelvas a creer en el amor, en las relaciones duraderas y en las... - me calla con un beso.
- No puedo, Andrea aunque quisiera, no creo en el amor y si intentará algo, no sería a la distancia, lo siento muñequita - o sea, que lo que siente por mí solo es carnal, atracción, excitación o algo así. Vale, al menos es algo, pero yo no me voy a conformar con eso, no nos conocemos tanto, estoy segura de que puedo hacer que se enamore de mí - Pero te estoy siendo clara - sé qué lo estás siendo, pero yo no quiero solo sexo, quiero hacerte el amor - ¿Quieres que aprovechemos el tiempo que me queda en España? O quieres simplemente quedarte con lo que hubiera pasado y no pasó, solo por tu ética de "no sexo con personas que no son mi pareja" - imita mi voz con un poco de burla, no lo puedo creer - Toma valor de cambiar las cosas y hazme tuya de una vez - mierda, mierda. No quiero, no así. Pero ella... Dios, para qué miento, muero por estar con ella.
La vuelvo a besar y en un rápido movimiento la tumbo a un lado, quedando yo sobre ella. Solo de estar así, en esta posición y besándola como lo hago ahora, me siento irremediablemente excitada, más que antes, si es que eso es posible. Estoy entre sus piernas, mis brazos a cada lado de su cabeza y ella me aprieta contra su entrepierna, tomándome de la cintura, jalándome hace abajo. Gemimos a la vez al primer contacto y al sentirnos tan juntas. Sus manos pasan a desabrochar mi cinturón, me aparto del beso y de su cuerpo para facilitarle el trabajo, luego va a los botones del pantalón, baja la cremallera y en un rápido movimiento saca el cinturón, lo pasa sobre mi cabeza y me jala para volver a besarnos.
Dejo sus apetecibles labios para conquistar su cuello, lo besó con suavidad, su piel es tan rica y está caliente, lamo y le doy pequeñas mordidas. La escucho suspirar, toma mi chaqueta arrastrándola por mis brazos, me arrodillo para sacarla y ella se sienta para ayudarme. Una vez la chaqueta cae en el suelo junto con mi cinturón, Hailey me toma de la cintura y me arrastra a ella otra vez. Volvemos a besarnos, pero este beso es un distractor, sus manos pasan por mi espalda hasta penetrar debajo de mi blusa. Sus dedos se topan con mi sujetador y lo desabrocha, en una delicada caricia arrastra los tirantes por mis brazos. Yo, sumisa, la ayudo sacando mis brazos de los tirantes y entonces ella saca mi sujetador por la parte de adelante. Estoy libre para ella, la blusa es corta y fina, se pueden ver perfectamente mis pechos, cuando sus manos se posan sobre ellos se me escapa un gemido traidor. Mis pezones están erectos, producto de mi excitación por ella.
Con una de mis manos recorro sus curvas, acaricio su pierna derecha, hasta adentrarme en el vestido en lo que le beso el cuello. Dejo mi mano, quieta sobre su braga, en la parte de su cadera. Sus manos traviesas se encontraban descaradamente masajeando mis senos, haciendo que libere suspiros y me agite más, mientras bajo lentamente dejando rastro de besos hasta llegar a sus pechos, su vestido es descubierto y de tirantes. Beso la línea que se forma entre ellos en lo que mi mano sujeta su braga. Quiero quitársela, pero no puedo. Esto está mal y me estoy dejando llevar por la calentura. No soy así, nunca he dejado que las ganas me dominen. Tampoco quiero ser su experimento, si nunca ha estado con una mujer, esto posiblemente para ella es solo una experiencia que quiere vivir antes de irse. No quiero eso, quiero ser algo más, no una más.
- Quiero hacerte mía - le dijo rozando sus labios con mis míos mientras hablo. Ese es mi deseo. A demás de que sus manos no paran de tocar mis pechos y ese contacto con ella me mata, sentir como me toca. Me muero de ganas.
- Hazlo - me responde en igual todo, pero su voz suena irremediablemente sexy.
- Así no, no así Hailey - me separo de ella, luchando contra todo mi ser y me pongo de pie justo a su lado en lo que me abrocho mis pantalones.
- ¿Qué? - me mira y se incorpora un poco en el asiento - ¿Me vas a dejar así? - su voz pasa de ser sexy y calmada a... Enfadada
- Yo no te he dejado de ninguna manera, tú te emborracharte sola - le digo con una risita para alivianar la situación. Pero consigo todo lo contrario.
- ¡Sabes a lo que me refiero! - sí, también estoy caliente, pero no. No así. No hoy.
- Estás tomada. Se llamaría violación si te lo hago así, fuera de tus facultades.
- ¿Y si yo te lo hago a ti? - se levanta y vuelve a besarme, pero esta vez, luchando contra mis deseos, la aparto.
- No va a pasar - con mis manos en sus hombros le empiezo a hablar - Te vas a dar un baño y vas a dormir, eso es lo que va a pasar - intento que mi voz sea lo más relajada y calmada posible.
- No quiero dormir, quiero estar contigo - eso me sonó como si lo dijera una bebé. Qué tierna, pero no voy a caer. No otra vez.
- Ven, vamos a tu cuarto - la veo sonreír pícara como festejando lo que le dije - No celebres, que no es a lo que piensas, es a qué te cambies y duermas - me mira enchinando los ojos.
- Pues no hace falta que me ayudes - por mucho que hable seria, así tomada solo me da risa, no me impone respeto. Quita mis manos de sus hombros y empieza a caminar tambaleándose por el pasillo, me da un poco de gracia verla así, pero no me río, no quiero que se enfade más - ¡Puedo sola! ¡No necesito a nadie! - voy caminando detrás, ella se sujeta de las paredes, pero creo que no va a llegar a ningún lado así - Lo ves, estoy perfecta. Si no quieres estar conmigo, tú, te lo pierdes - se voltea a mí y con la misma vuelve a dar la vuelta para seguir caminando, pero se le enrollan los pies y se cae al suelo. Cuando me acerco a levantarla levanta una mano para que no me acerque y niega con uno de sus dedos índices - No. Me, vas, a volver, a tocar. Andreíta. Qué lindo suena eso. Tu nombre me gusta. Tú, me gustas - está fatal, que bueno que no seguí, me hubiera arrepentido yo más que ella. Habla pausado en lo que se quita los tacones. Una vez se los quita me los lanza y si no es por mis buenos reflejos mañana tendía un moretón en la cara.
- ¿Estás loca? ¿Por qué haces eso? - no me responde y se acuesta en el suelo como una estrella de mar, se me hizo imposible no reír. Se ve muy graciosa.
- ¿Por qué no quieres estar conmigo? - se pasa una de sus manos por la cara y luego parece que juega con ella.
- Estás borracha. Deja que te ayude anda - me agacho junto a ella y la jalo de los brazos para que se siente, luego intento ponerla de pie, pero me es imposible. (Bien, es hora de sacar las fuerzas que no tienes Andrea). Paso mis manos por su cintura, enrollo sus brazos en mi cuello y tomo sus piernas con mi otra mano. Con mucho esfuerzo la levanto en brazos y comienzo a caminar lento. Ella es delgada, pero que sea tan alta la hace pesada y yo soy pequeña comparada con su altura.
- Nadie nunca me había rechazado - esconde su cabeza en mi cuello, yo ruedo los ojos - Esto no se queda así, voy a hacer que me desees y luego no te daré lo que quieres.
- Si me dices tus planes, no podrás cumplirlos, ¿No crees? - por fin llegamos a la habitación, la dejo en la cama y voy a encender la luz. Cuando volteo a verla, ella está en el suelo, otra vez. Perfecto, es peor que Carlota en una borrachera - Oye, sueñito ¿Por qué no, mejor te damos un baño? - niega con la cabeza varias veces y luego, pasa lo que odio de las borracheras.
Comienza a vomitar todo, y cuando digo todo, es todo. Desde cama, ella misma y por supuesto, yo. Adiós zapatos caros y atuendo caro, adiós su vestido caro y adiós cuarto. Ahora sí que va a tener que bañarse, así no va a dormir, se ensució hasta el pelo. No me dio tiempo a nada. Me quito los zapatos y el pantalón. Me acerco a ella y la cargo como mismo antes y voy al baño. La pongo de pie dentro de la ducha y me meto con ella.
- Ayúdame a quitarte el vestido - no responde, pero se quita los tirantes, solo queda bajarlo y listo.
¡Mierda, mierda! Que no trae sujetador. ¿En qué momento se lo quitó? O ¿No llevaba?
No quiero parecer una pervertida, intento no mirarla, pero me es imposible, son tan bonitos, no dejo de pensar en que casi los beso hace un rato. Tienen una aureola rosada y un pequeño pezón tan apetecible. Quiero tanto sentirlos en mi boca, endurecer las puntas a lametazos. (No, no, consentirte y ayúdala).
Sigo arrastrando el vestido hasta que cae por su propio peso a sus pies. Ella es tan hermosa, no puedo creer que la tenga casi desnuda delante de mí, lo único que viste su cuerpo es su pequeña braga de encaje negro. Es muy sexy. Dios, ayúdame. Contemplarla es tentación, su cuerpo es tan lindo y...
¿Qué es eso? ¿Es una cicatriz? Sí, lo es. Tiene una enorme cicatrices en su muslo izquierdo, parte de su rodilla y pierna. Como si hubiese tenido una gran operación. ¿Qué le habrá pasado? No me había fijado que la tenía, pero ahora que lo pienso, no ha dejado que vea sus piernas en todo este tiempo. El vestido se la tapaba, el pareo en la piscina, que se metiera a el agua cuando no miraba. Supongo que me dirá cuando se sienta en confianza conmigo. Aunque no entiendo, teniendo tango dinero, supongo que debe de haber algún tratamiento para que no sea tan visible. O tal vez un tatuaje que lo cubra y lo disimule. ¿Y si es algo malo? ¿Por qué habrá pasado mi sueñito?
No importa, ella me sigue pareciendo perfecta, pero si quisiera saber cómo se la hizo. Acaricio su carita angelical. No quiero que nada malo le pase. Al menos no otra vez.
Abro la ducha y el agua cae encima de la cabeza de Hailey, está congelada.
- ¡Ah! ¡Está fría! - al menos la hice reaccionar.
- Ya lo arreglo, mira, sale calentita - sinceramente no sé si poner este momento como uno de los mejores, o peores de mi vida, tenerla así, mojada, delante, no es nada bueno - ¿Puedes lavarte? Tienes vómito en el cuerpo y en el pelo - si ella no se lava yo no lo haré, no soy de piedra como para tocar su cuerpo casi desnudo sin morir en el acto. El agua corre por su cuerpo y yo todo lo veo a cámara lenta, quisiera ser tanto estas gotas de agua que resbalan por sus perfectos pechos.
- Siii - alargó a más no poder el sí, con una mano se sostiene de la pared y con la otra se lava, yo también hago lo mismo con mis brazos y piernas. Ella se enjabona un poco y me pasa el jabón. Me estoy bañando con la chica de mis sueños, no lo puedo creer, aunque yo traigo la blusa corta y mis bragas, no pienso quitarme nada más delante de ella - Ya. Ya me bañé - Sierra la llave y yo salgo a buscar toallas, necesito taparla ya. Me topo una bata de baño con sus iniciales y esa misma le pongo, le queda perfecta, yo solo utilizo una toalla, ahora tendremos que ir a otra habitación, esta ya no sirve para hoy, el olor es horrible. Pienso que nos iremos cuando ella, tambaleándose, comienza a lavarse los dientes. Luego de un rato no sé cómo, pero logro que se acueste en la cama de otro cuarto.
- Voy a buscar agua - salgo a la cocina y con su teléfono, llamo a Manuel. No sé por qué no le pone contraseña a su teléfono, debería.
- Dígame. Logró acostarla - creo que este sabía a lo que me enfrentaba y por eso no quiso venir a ayudarme. Maldito.
- Si, pero necesito que me traiga mi ropa, está en la mansión.
- Si, en la mañana la tendrás ahí. ¿Algo más?
- Sí. El cuarto de Hailey... Bueno, digamos que hay que limpiarlo.
- Me imagino. Cuando despierte estará limpio.
Cuelgo, voy por agua y cuando vuelvo donde dejé a mi sueñito, ya está profundamente dormida, se ve tan linda cuando duerme, parece una niña grande, me acerco y depósito un beso en su frente. Ya puedo descansar, la tapo y voy a otra habitación. No sin antes dejar su teléfono al lado de ella.
1:39 AM
Miro la hora, no es tan tarde, todavía puedo llamar a Daniela y hablar un rato. Antes cumplo con lo que dije y les mando una foto de Hailey junto conmigo al grupo, la que salimos sonriendo con nuestras mejillas juntas. Mañana leeré los mensajes que dejen. Después llamo a mi loquita, luego de unos timbres contesta.
- Espero que sea algo importante para llamar a esta hora - ella y sus maneras lindas de saludarme.
- No te hagas, que sé perfectamente, que no estabas dormida - reímos, sabe que la conozco muy bien.
- Ya, bueno, estaba viendo una serie. ¿Qué pasó? ¿Ya me echas de menos?
- No, la verdad es que ni me acuerdo de ti - le digo y ella ríe sarcástica.
- Sí, olvídate de tu amiga, perfecto, claro ahora que tienes a la chica de tus sueños. Pero cuando ella se vaya no vengas a llorar en mi hombro.
- No seas tan radical. Sabes perfectamente que no ponemos estar una sin la otra - reímos un poco - Loquita. Necesito hablar contigo de algo.
- Soy todo oídos.
La pongo al día de la citación, incluyendo lo que casi pasa esta noche.
- ¡¿Qué?! - casi me aturde con su grito - ¿Estás loca? Te lo aplaudiera si ella estuviera sobria, pero no así.
- Ya lo sé, por eso frené todo, pero es que amiga. Ella me pone realmente mal.
- Mal te voy a poner yo si le haces algo a esa niña fuera de sus facultades. ¡Loca!
- Ya, ya, cálmate, no paso ni pasará nada así.
- Más te vale.
- Oye, pero a demás está llamada, tiene otro motivo. Me dijiste que me contarías lo que pasó en la fiesta.
- Si, bueno, ya sabes, a mí me gusta este chico Cristian, a sí que no tomé mucho para que no se llevara una mala impresión de mí. Por eso me acuerdo perfectamente de todo...
POV Daniela:
La última noche que estuve en Marbella, estábamos de fiesta, en la suite del ligue de Andreíta. Como me lo imaginé ahí estaba mi príncipe azul. Al saludarnos se pudo notar la atracción entre nosotros. Todos empezaron a tomar y conocerse, yo solo tenía ojos para el chico a mi lado, pero aun así, estuve atenta a todo, soy muy chismosa y la última vez me perdí unos cuantos sucesos por andar tomada, eso no me iba a pasar ahora. Mientras todos contaban anécdotas cómicas, viajes y fiestas, Christian fue pasando disimuladamente su mano por mis hombros. Nos sonreímos y entonces fuimos a bailar. Podía ver a mi Andreíta tomando de más, pero no me preocupé porque estamos todos aquí para cuidar de ella si algo llega a pasar. Me centré tanto en los ojos azules de este hermoso hombre que tengo al frente que no me di cuenta en que momento Andrea se fue con Hayden y a dónde. Pero lo que si pude ver es a Carlota moviendo ficha con el guapo de los ojos café. Ella es muy rápida y seductora, ya está en sus piernas, Mat y Roi los dejaron solos y fueron a tomar solos al pequeño bar.
- Princesita ¿Quieres que nos sentemos? - me pregunta al oído y yo le dije que si con la cabeza - Muero por probar tus labios - me dice con una sonrisa una vez nos sentamos, un poco apartados de Carlota y de... Lucas, creo. Ellos ríen y él tiene una mano en las nalgas de ella. Ya Carlota lo tiene atrapado.
- Y yo por probar los tuyos - le respondo con una mirada seductora.
Él no dejó pasar más tiempo y me besa. Juraría que es el mejor beso que me han dado en la vida. No sé cuánto duró, pero me encantó, yo acariciaba su cabello y su espalda y él me sujetaba fuerte de la cintura. No sé en qué momento terminé sobre sus piernas. Frente a él, con mis piernas a cada lado. Este chico me encanta, si me dice de irnos a una habitación ahora lo haré. Me aparto del beso, lo miro a los ojos y sonreímos.
- Me encantas princesita. ¿Cuándo me darás tu número?
- Cuando me lo puedas - digo riendo y él me vuelve a besar.
- Dame tu número - dice en medio del beso.
Me pasa su teléfono y yo anoto, estoy poniendo mi nombre y un corazón cuando llegan unas cuantas chicas riendo a la sala. Volteo a ver y una que viene de última se queda perpleja en el pasillo, todas paran de reír a la vez. Cristian me saca de encima de él y se pone de pie.
- ¡Qué carajos significa esto! - grita la chica de pelo color miel. Y veo que se dirige al tal Lucas y a Carlota, creo que estamos en problemas, veo a este chico apartar a mi amiga y ponerse de pie - ¡Eres una basura Lucas! - él se le acerca con las manos en señal de alto delante de él.
- Tranquila nena, deja que te explique, no estaba haciendo nada malo, solo conocía a la chica y... - la chica le voltea la cara de una cachetada y se le tira encima.
- ¡Lo único que vas a conocer es la puerta, mal nacido! - Lucas intenta sacársela de encima, pero no puede, Cristian va a ayudarlo y sujeta a la chica, pero esta se suelta y le pega a él también - ¡Tú! ¿Te considerabas mi amigo? ¡Poderte! - al ver que no puede frenarla se aparta y sale corriendo a no sé donde. No sabía que era tan cobarde.
Las amigas de la chica bonita van a donde Carlota y yo me pongo delante.
- Miren chicas, no hay que armar esto más grande vale, mi amiga no sabía que este estúpido tenía novia - ellas me miran y pienso que analizan que es verdad que Carlota no tiene culpa.
- Tienes razón, ella no es adivina, el único cabrón aquí es Lucas - dice una rubia de ojos amarillos.
Vuelvo a mirar a la pareja pelear, supongo que todos miraremos el espectáculo, Carlota enrolla su mano en mi brazo. En caso de pelea la ayudaré, como ella ha hecho por mí tantas veces. Roy y Mat también miran, pero nadie se mete.
- Hailey, por favor vamos a hablar - Lucas se pone de pie y camina hacia la chica.
- ¡A mí no te me vuelvas a acercar! ¡Idiota!
- Mi amor...
- ¡No me digas así! - esta chica sí que tiene carácter, hace que Lucas parezca un perrito regañado - Lo que sea que teníamos se acabó. ¿Me entiendes? ¡Se acabó!
- Yo no te quiero perder mi amor - Lucas, cómete el grabe error de acariciar la cara de la chica que está muy enfadada y esta le da otra cachetada.
- ¡Hailey, para! - Hayden aparece junto con Cristian y se interponen entre los dos locos que se pelean - Ya basta, déjalo.
- ¿Lo vas a defender?
- No estoy defendiendo a nadie, solo digo que no hagas esto aquí, por favor hay invitados.
- ¡Me importan una mierda tus putas!
- ¿A quién le llamas puta, estúpida? - no debiste decir eso Carlota, creo que ella está tomada, no está pensando. Intenta caminar hacia ella, pero la jalo del brazo.
- A ti, que te andas regalando al primer hombre que ves - le responde esta y hace por caminar hacia mi amiga, pero la retiene el del pelo blanco - ¡Suéltame! Esta loca es la que estaba sobre Lucas - Carlota le iba a responder, pero yo negué y la sujeté fuerte.
- Así decías que habías cambiado ¿No? Sigues siendo la misma de siempre. Nunca vas a cambiar, no sirvió de nada lo que pasó. Nunca aprenderás la lección. Siempre buscando problemas - le dice Hayden que la sostiene.
- ¡Pero que yo no soy la culpable! ¡Es este! - señala a Lucas - ¿Por qué me culpas a mí?
- Porque eres la que está armando líos cuando todos estábamos tranquilos disfrutando de la fiesta. Sabía que no era buena idea que vinieras.
- Claro que no, así podían follar muy tranquilos.
- Estás muy equivocada, aquí nadie vino a eso.
- Ya, claro - dice con sarcasmo y entonces vuelve a sentar su atención en Lucas - Mira estúpido, si lo que querías era pasarla bien, hacerme avisado - se safa del agarre de Hayden y va hacia el chico de los ojos cafés más calmada, pero igual de enojada - No hubieses venido diciendo que querías tener algo conmigo. Que querías ser mi primer amor y todas esas tonterías. Eres escoria. No vale la pena ni hablar contigo. Púdrete - le da la espalda y este chico la agarra de la mano.
- Amor, hablemos con calma otro día sí, cuando estés más calmada.
- No. No te vuelvas a acercar a mí - dicho esto se va y unos segundos después escuchamos un portazo.
- Bien, les pido disculpas por el espectáculo, la fiesta continua - dice Hayden y vuelve a poner la música que no sé en qué momento quitaron.
Mat y Roi no pierden el tiempo y comienzan a hablar con las chicas que venían con la problemática. Cristian viene hacia mí y a Carlota, en lo que Hayden habla con Lucas.
- Chicas, perdonen lo que pasó, pero Lucas es el novio, bueno, exnovio de Hailey y bueno, se supone que yo soy su amigo, no debí permitir que él estuviera conmigo Carlota. Perdón, pero es que estaba tan a gusto que no sé, no me percaté de eso - es un amor de chico, se siente mal por algo que no es culpa de él.
- No pasa nada príncipe. Carlota no sabía que este Lucas tenía novia, y a ti, yo te tenía ocupado - al decir esto, la tención en el ambiente se aliviana con un poco de risas.
La fiesta vuelve a como era con la excepción de que están estas chicas y Lucas ahora está amargado, tomando en una esquina, solo. Hayden se nos unió a nosotros y yo, pues no pude estar más a solas con Cristian. Pero al menos Mat y Roi la están pasando bien, ya están besándose con estas chicas, Roi con la rubia y Mat con una que parece modelo. Hay una aparte que se nos unió a nosotros. Parece maja, es una chica de piel un poco oscura.
En medio de todo esto veo salir a la chica esta, Hailey, de una habitación, me hace señas para que vaya, extrañada, voy hacia ella.
- Eres la única que me vió, están todos en su mundo ¿Eres amiga de Andrea? ¿O la conoces? - ¿Andrea? ¿Dónde está? ¡Mierda con todo esto se me olvidó mi mejor amiga! Me va a matar seguro - Por la expresión de tu cara veo que sí. Ella está bien, bueno casi, tomó mucho, ven ayúdame con ella - sin pensarlo dos veces voy tras ella, me lleva a una habitación superlinda y aquí está mi amiga, tirada sobre la cama con el lindo vestido que le di todo manchado de vómito, perfecto.
- Andrea, ¿Me oyes? - le hablo, pero nada, no reacciona - Ay loquita - la acaricio y suspiro, me va a matar de un susto un día de estos. Ella es como mi hermana, decir que la amo es poco.
- Oye, por cierto, disculpa por el escándalo de antes. Yo ya no soy así, pero odio que me mientan o que me tomen por tonta.
- Tranquila, no tienes que disculparte, si yo hubiera visto lo que tú... Lo más seguro es que reaccione peor - reímos por eso - ¿Puedes ayudarme a quitarle el vestido?
- Claro, no puede dormir así... Apesta - Entre risas le quitamos el vestido a mi Andreíta, aunque de reojo veo a esta chica mirándola de más una vez está mi amiga solo en bragas y sujetador. Ese es el efecto que tiene Andreíta en los demás con su cuerpo, ya sea por envidia o por atracción, siempre atrae todas las miradas - Voy a traer un pijama para que se lo pongas. Por cierto, ¿Cómo te llamas?
- Daniela.
- Yo Hailey - nos sonreímos. La verdad es que esta chica no parece mala, la entiendo, sé por qué se enojó así. Intentamos ponerle el piyama que trajo ella, pero no pudimos - ¿Y si le ponemos algo más fácil? Es mejor a que duerma en bragas - asentí y luego ella trajo una pequeña bata de dormir que es... bueno a demás de reveladora es sexy, reí por eso. Me imagino a mi amiga mañana al despertar con eso - listo ya con esto pude dormir tranquila - dice después de ponerle con mucho trabajo la bata a Andrea, no dejaba de manotear y moverse.
- Eres hermosa - dice Andrea con los ojos serrados, arrastrando las palabras y las dos que la miramos estallamos en una carcajada - Sé mi novia. ¿Quieres?
- Al menos tu amiga está soñando cosas bonitas, mírala está sonriendo - al verla sonreír Hailey también lo hace. No sé por qué, pero tengo la ligera impresión de que, a esa chica, le gustó mi Andreíta.
- Si, siempre sueña cosas buenas... - digo pensando en los sueños con esa chica que mi amiga siempre tiene, ella debería de dejar de pensar en eso y sentarse en las personas de la vida real. A lo mejor conocer a esta chica que es muy linda, harían linda pareja - Tengo que llamar a mis amigos, ver cómo llevarla al hotel.
- No te preocupes, puedes dejarla aquí, y también quédense hoy, mañana se van más temprano, es tarde.
- No, no, mejor nos vamos, no queremos molestar.
- Insisto, déjenme compensar el mal rato que los hice pasar.
Le sonreí y no sé por qué, acepté, esta chica, me da confianza y no sé por qué, parece buena persona. Me pidió la dirección de mi hotel para buscar mis cosas, ya que hablamos un poco en lo que terminamos de acomodar a Andrea en un lado de la cama, le conté que mañana nos vamos y todo eso. Salimos y no encontramos ni a Mat, ni a Roi, tampoco estaban sus amigas. Solo estaban en la sala Hayden, Cristian, la chica mulatica y Carlota. Lucas se hacía ido. Hablé con mi guapo chico y quedamos en que me iría a ver a Madrid. Esta noche no salió como yo quería, terminé durmiendo en una habitación con Cristian y Carlota. Hayden dijo que, ya que estamos mejor nos quedamos todos.
- Oigan, deberíamos de hacer un trío - esa es Carlota que desde que estamos solos los tres no para de joder.
- Ya duérmete Carla ¡Por Dios!
- Aburrida - mi amiga se pasa, Cristian ríe y no me ayuda a callarla.
- Tu amiga, sí que haría pareja con Lucas - me susurra el chico a mi lado, yo estoy en medio de los dos.
- No juegues con eso, ese chico para mi amiga no. Ella será loca, pero es demasiado buena cuándo se enamora. Y no quiero que sufra.
- Oigan que los estoy oyendo.
- ¡Ya! A dormir - dije y el silencio reinó otra vez.
La cama era un poco grande, pero esa noche dormí en el pecho de mi príncipe azul. Él me acarició el brazo y la espalda, nos dimos algunos besos y dormimos.
A la mañana siguiente ya Cristian no estaba, me dejó un mensaje en el teléfono de que se fue antes porque tenía que ver a su padre. Cuando salí no había nadie más que mis amigos y yo en la suite, todos excepto Andrea. Ella se fue con la chica linda, la que se llama Hailey. Al parecer es la chica con la que soñaba ¿Quién lo diría?. Yo hablando con ella muy tranquila y resulta que era ella. Y ahora que lo pienso, me ayudó a cambiar a mi amiga de ropa.
Los sueños si se cumplen. Si eso pasó ¿Por qué no puedo yo vivir un cuento con mi príncipe azul?
Espero que sí.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro