Capítulo 5: Mi futuro suegro
Mi futuro suegro
Me acerco, estoy tan cerca, ella separa nuestras frentes para verme a los ojos, yo también lo hago y me pierdo en ese gris azulado. Mi mirada se pierde entre sus labios y sus ojos, quiero que entienda lo que quiero, no me atrevo a dar el paso y que me rechace. ¡Ella también mira mis labios! ¡Me quiere besar! Estoy segura. Se acerca, pero se aleja antes de que nuestros labios se fundan. Perfecto, cuál de las dos más cobardes, ella tampoco tiene el valor. Tendré que actuar yo por las dos...
Acorto distancia, la veo cerrar los ojos y yo hago lo mismo. Siento mi corazón latir con fuerza en mi pecho, creo que late tan fuerte que ella podrá sentirlo, ella permanece inmóvil, sumisa y yo la besaré. Estoy nerviosa, solo quiero sentir como es besarla. Roso mis labios con los suyos casi tan superficialmente que no se siente el toque y cuando estoy a punto de sellarlos en un beso, siento algo vibrar en mi espalda. Me sobresalto, volteo mi cabeza solo para ver qué Hailey tiene su teléfono en sus manos, que se encuentran rodeando mi cuello, le entró una llamada en este preciso momento. ¡Genial! Gracias universo.
La voltéo a mirar y ella se encuentra mirándome fijamente, con una de sus manos acaricia mi cara y vuelve a unir nuestras frentes.
- ¿No vas a contestar? - es tan lindo hablar así con esta cercanía.
- No - dice en un susurro mientras me mira los labios, no quiere contestar para no alejarse. ¡Si!. Ella baja su teléfono y logro leer de quién se trata. Es mala idea no contestar esta llamada.
- Es tu padre.
- Lo sé - suspira y se aleja de mí. Dejándome con este deseo que me desquicia, de probar sus labios - Dime papá... Sí... ¡¿Qué?! Él también va... Sé que es mi hermano, pero sabes que no... Si papá... Vale, siempre y cuando no sea Lucas - camina de un lado a otro de la habitación - Ya no estamos juntos... ¡No me interesa que sea de buena familia! ¡Él es un hijo de pu... Perdón papá... ¿Puedes no pedirme explicaciones por teléfono, por favor?... Dame un momento - silencia la llamada y viene hacia mí - En el baño hay toallas, tu maleta está ahí y ten, las llaves de tu moto, está en el garaje, la mandé a traer. Alístate, te espero en la sala - me da un beso en la mejilla y me susurra al oído - Ponte la ropa que elegí para ti, complacerme en eso. Ya me dirás que quieres a cambio - y vuelve a hablar por teléfono - ¿Papá?...
Sale de la habitación dejándome sonrojada, acaricio mi mejilla sintiendo sus labios en mi piel. Suspiro susurrando su nombre. Entro al baño y me doy una ducha un poco larga. Me coloco la ropa que me regaló. Tenía razón, es mi talla en todo, me queda perfecto. Me encanta, pero tengo que hacerle entender que no quiero que vuelva a hacer esto. Lo único que quiero que me dé es su corazón y lo único que espero de ella es que no juegue conmigo, que no me rompa el corazón. Me maquillo un poco, mi labial es mate, es el que me gusta.
Bajo las escaleras de la segunda planta donde están las habitaciones y voy a la sala. No veo a Hailey Aquí. Sigo caminando y la veo a través del cristal sentada en un mueble en el exterior, la parte de la casa que da al jardín. Aquí está mi chica ideal, con un libro en las manos, no sabía que leía, pero se ve hermosa. Me acerco a ella por detrás, acomodo mis brazos despacio en el espaldar del mueble sin que se dé cuenta de mi presencia y leo en voz alta el primer pedazo que mis ojitos captan de la página que está leyendo...
- No hay nada más perfecto ante mis ojos que tú - la veo ladear la cabeza hacia mí y mirarme sorprendida. Yo sigo leyendo - Para mí, no eres linda, eres hermosa. Esa sonrisa tuya me deja sin aliento y me acelera el corazón, pero lo que más me gusta de tí, son tus labios, tan tentadores que muero por probarlos - estoy impactada, eso está hermoso. Y me viene como anillo al dedo. La volteo a ver sonriente y ella me sonríe también.
- No sabía que estabas ahí.
- Y yo no sabía que leías - le quitó el libro de las manos y leo el nombre - Un viaje al futuro... Está lindo.
- ¿Te gustó? - me gustas tú. Ella se levanta, rodea el mueble y viene a donde estoy.
- Si - le entrego el libro, ella lo mira y luego me lo entrega otra vez - ¿Qué haces?
- No lo he terminado de leer, pero te lo regalo. Ya me dirás si te gusta.
- Este es el tipo de regalos que acepto con una sonrisa, Hailey - adoro cuando se le forman esos hoyuelos cuando sonríe - Pero como ya me has regalado muchas cosas, ¿Qué te parece si yo te regalo algo a cambio?
- Cuando regalas algo, no esperas nada a cambio. Simplemente, te sale hacerlo.
- Gracias - me acerco a ella y en un acto de valor le coloco un mechón de pelo detrás de la oreja - No sé si fue el destino o pura casualidad, pero Hailey... Piensa en lo que leí, porque realmente... Pienso así - le sonrió con nerviosismo, por qué prácticamente le estoy diciendo que no la veo como amiga. Le estoy diciendo a la cara que me gusta.
- Ahora más quiero regalarte este libro... - se sonroja un poco - porque me gustó lo que leíste para mí - me da un beso en la mejilla - y me encantó que pienses así - me da un abrazo, de los que siempre me da - tú sí que te ves hermosa, hoy y siempre que te veo, siempre perfecta - se separa del abrazo, yo sin palabras ¿Qué significa todo esto? ¿Entendió que me gusta y no se molestó? ¿Fingirá que no es así? ¿Yo también le gusto? No entiendo - Si no tuviéramos que irnos... - ¿Qué? ¿Que sigue a eso? - llegaremos tarde y las impuntualidades no le gustan a mi padre.
- ¿Tu padre? - estoy confundida.
- No tuve tiempo de decirte, pero mientras dormías vino a la casa, tenía una reunión de negocios acá en España. Nos invitó a cenar.
- ¿Nos?
- Sí, es que le dije que estabas quedándote aquí. Ya sabes, para estar conmigo hasta que me fuera con él.
- ¿Y te dijo que me llevaras a la cena?
- Sí. Lo siento, pero a él no puedo decirle que no. Por favor, no me hagas quedar mal - junta sus manos en forma de rezo y me hace un puchero hermoso.
Ya veo por qué me compró la ropa ¿Debo sentirme ofendida o debo sentirme bien? Al menos sé que ella entiende que no somos del mismo nivel de vida. Eso parece no importarle para relacionarse conmigo. No sé qué pensar, a lo mejor le da pena que sepan que no soy una de sus amigas ricas o algo así.
- Vale, iré - supuse que estaríamos solas, pero terminaré conociendo a mi futuro suegro. Genial.
Ella celebra mi respuesta. Le deja el libro a un empleado y subimos a la camioneta negra de la otra vez, su educado chófer nos abre la puerta, una vez en marcha le escribo a los locos de mis amigos que tanto amo.
Yo: Chicooooos conoceré a mi futuro suegro.
Mi loquita: no lo creo. Eso es genial.
La tóxica 2.0: ¿Tan rápido? Ni siquiera nos has contado los avances y ya vas directo a la hoguera. Suerte amiga ;)
Juls: Yo ni siquiera sé cómo es ella, manda una foto. Plisss
Roi: Yo no me acuerdo cómo era, estaba bien tomado ya.
Mat: FOTO, FOTO. MANDAAA
Me río un poco al leer los mensajes y Hailey me mira de reojo. Ella también escribe en su teléfono.
La tóxica 2.0: yo si me acuerdo perfectamente de ella y de su pelea con el chico guapo. Está loca. Se enfadó por qué yo estaba sentada en sus piernas.
Debo de admitir que no sabía eso, ni siquiera me acuerdo mucho de la fiesta, pero si sé que esa noche Cristian dijo que la hermana de Hayden estaba peleando con Lucas, pero nunca supe el motivo. Después le preguntaré a Carlota lo que pasó y cuando tenga más confianza con Hailey le preguntaré a ella.
Yo: En resumen vamos bien, nos estamos conociendo, ella es muy cariñosa. Me encanta lo que voy conociendo de ella. Déjenme ver si les mando la foto... Y Carlota, me tienes que contar eso, recuerden que yo estaba fuera de mí.
Mi loquita: si quieres te cuento más tarde, también me acuerdo perfectamente de esa pelea y sobre todo de tu perdida de conciencia por el alcohol jajaja. Aunque si te soy sincera, no sabía que ella era hermana de Hayden.
Yo: Bien, más tarde te llamo.
Sierro el chat. Miro a la chica al lado mío, ella me mira y sonríe. Esta es una oportunidad excelente para tener mi primera foto con ella.
- Mis amigos que... Quisieran conocerte. ¿Nos tomamos una foto y se las mano?
- Sí, pero me la envías a mí también ¿Va? - me dice con una sonrisa que no le cabe en el rostro.
Asentí y me rodé un poco hasta quedar pegada a ella, puse la cámara de mi teléfono, levanté la mano para tomar la foto. Ella pega su mejilla a la mía y mira a la pantalla sonriente, me hace sonreír a mí también. No tengo palabras, nos vemos muy bien juntas, diría que haríamos una pareja envidiable. Ella es hermosa, tiro la foto y cuando bajo el teléfono ella saca el suyo.
- Quiero una con el mío ¿Está bien?
- Claro, las que quieras.
Pone la cámara frente a nosotras y me sorprende dándome un beso en la mejilla, la veo en la pantalla de su teléfono con los ojos serrados y yo... Sonrojada y con una risa nerviosa. Luego de tomar la foto despega sus labios de mi cara y me mira, yo hago lo mismo, nunca me cansaría de mirar sus ojos. Sonrío para mí misma al ver que toma otra foto.
- Listo, envíame la tuya - me dice, pero hay un pequeño detalle. No tengo su número.
- Yo... No tengo tu número - me mira y ríe.
- Es verdad que no hemos intercambiado números, - sonríe pícara - pero yo sí tengo el tuyo - ¿Cómo? - no me mires así, hay una justificación para eso - ríe a carcajadas - ¿Te acuerdas de un día que mi hermano te llamó de otro teléfono? Era el mío, él guardó tu contacto en mi teléfono - ya me acuerdo, si es verdad, cuando él perdió el suyo después de la fiesta.
- Es verdad que me dijo que llamaba del teléfono de su hermana - ¿Quién se iba a imaginar que su hermana era la chica de mis sueños? Yo no.
- Te mando las fotos yo, y así guardas mi contacto. Pero ahora no, ya llegamos.
- ¿Tan rápido? - mi pregunta la hizo reír.
- Vamos
El chófer le abre la puerta de la camioneta y la ayuda a bajar, cuando va a hacer lo mismo conmigo Hailey se interpone y ella me ofrece su mano para bajar. ¡Qué linda! Tomo su mano y le sonrío ampliamente.
Miro el lugar y me doy cuenta de que estamos en el mismo hotel lujoso donde me invitó a venir Hayden la otra vez. Siento que alguien toma mi mano, miro hacia abajo y me sorprende ver que es Hailey. ¡Tomó mi mano! Pero ¿Por qué?
- Mi padre puede ser algo... Agobiante, pero en el fondo tiene buen corazón. Solo no le digas que te conocí saliendo de un bar o algo de eso - me mira y con su mano libre me acaricia la cara - tampoco le digas que... Evita el tema de... bueno, que tú no eres... - mira al suelo, parece nerviosa.
- ¿Que yo no soy qué?
- No es algo que a mí me incomode, de hecho, no me importa, pero para él... Es mejor que no sepa... - dice esto mirándome a los ojos.
- ¿Que no soy rica? - ella asiente. Esta vez soy yo la que acaricio su hermosa cara - Tranquila, no diré nada de eso - la veo con un brillo en los ojos, como si decirle esto la hubiera tranquilizado.
- Gracias - no me cansaré de decir lo linda que es su sonrisa.
Comienza a caminar y yo la sigo, con nuestras manos juntas, no están entrelazados nuestros dedos como las parejas, pero al menos sostengo su mano. Pasamos al hotel y nos recibe su estúpido guardaespaldas. Como odio a este hombre.
- Buenas tardes, Manuel - ahora sé que se llama, Manuel.
- Buenas tardes, señorita Miller, Señorita Andrea - yo solo fingí una sonrisa de saludo, que le quede claro que me cae mal - Ya su padre y su hermano las esperan en la mesa.
Caminamos en dirección a un restaurante lujoso del hotel, estoy muy nerviosa, me imagino que Hailey también debe de estarlo. Ella no ha soltado mi mano y yo no pienso hacerlo, lo más probable es que necesite apoyo, por eso sostiene mi mano. Un camarero nos pide nuestros nombres a la entrada del restaurante.
- Soy Hailey Miller - al decir esto el hombre se pone pálido y después enrojece. Esto a ella le resulta gracioso - ¿Es usted nuevo, verdad? - él asintió - No pasa nada, tranquilícese - se acerca a él, está leyendo su nombre en la placa - Johnson ¿Me puedes indicar la mesa donde está mi padre? Por favor.
- Claro que sí, señorita Miller - él nos indica y comenzamos a caminar a un segundo piso.
- ¿Qué pasó con el camarero? - le pregunto bajito, ella me mira y ríe.
- Hay muchas cosas que no sabes. Entre esas está que este hotel es de mi padre y cuando sea mayor de edad pasará a mi nombre - ¿O sea que es prácticamente la dueña de este hotel? - Al decirle mi nombre a los empleados nuevos siempre reaccionan así, supongo que temen que los despida. Pero yo no haría eso a menos que tenga una buena razón - me parece bien que piense así.
Llegamos al segundo piso y vamos a un lugar apartado, una camarera nos da la bienvenida y saluda a Hailey con un gran respeto, que ahora sé por qué es. Nos acercamos a la mesa y veo a su hermano sentado y al lado de él a Lucas, el ex de Hailey. No veo a su padre por ningún lado.
- ¡Mi amor! - dice el tal Lucas.
Este chico de la voz ronca se levanta para recibirnos, una vez llegamos junto a la mesa, él... Besa a Hailey en la boca ¡Perfecto! Yo no tenía por qué ver esto, siento que muero, quiero matarlo por tocarla. No quiero que la bese, quiero ser yo quien tenga ese privilegio, quiero... Un ruido fuerte interrumpe mi pensamiento, aparté la mirada y solté su mano en el momento del beso, pero al oír el estruendo me giré a ver. Para mi sorpresa Hailey le volteó la cara de una cachetada a Lucas, este se soba la cara y la mira con rabia.
- No me vuelvas a tocar en tu vida, y no me digas así - lo mira con asco y vuelve a sujetar mi mano - ven, sentémonos a esperar a mi padre.
- Andrea, qué sorpresa tú por aquí - El peli blanco que finge ser un príncipe está de vuelta. Me saluda con un par de besos y poniendo una de sus manos en mi cintura - No sabía que eras amiga de mi hermana, ya hasta te tomó de Barbie, no dejes que juegue contigo a las muñecas, se aburre muy rápido de ellas - ¿Cómo? ¿A qué se refiere?
- Estúpido, aquí el único que juega eres tú, que juega a ser el novio perfecto, el amigo perfecto y el hijo perfecto, en cambio, yo me muestro tal y como soy.
- Si, todo un desastre andante - responde, se ríen él y el besucón de Lucas.
- Vete a la mierda Hayden...
- Hailey, ese lenguaje, por favor - el padre de la chica de los ojos grises aparece detrás de nosotras.
Es un hombre alto como Hayden, parece de Treinta y tantos, pero lo más probable es que se mantenga joven, pero tenga cuarenta y algo de años o tal vez cincuenta. Ya veo por qué estos chicos son tan atractivos, su padre es bien guapo, supongo que en su juventud se veía como Hayden ahora. Tiene los ojos verdes, anda de traje, tiene una pequeña barba y su pelo tiene un peinado elegante pero moderno. Si Carlota viera a este tipo haría lo que fuera para tenerlo de sugar daddy.
- Hola papá - Hailey lo saluda con un desanime evidente. Pero el hombre la atrae a un abrazo. Al terminar el corto abrazo la chica de mis sueños me mira - Papá, ella es...
- Andrea - completa Hayden y su padre me mira y al sonreírme veo qué padre he hijo son idénticos.
- Encantado de conocerte Andrea, mis hijos me han hablado de ti - me da la mano en saludo. Y me sorprende el comentario "mis hijos" o sea que ¿Hayden también le habló de mí?
- Encantada de conocerlo, señor.
- No, no, hija, nada de señor, soy solo Alfred para ti - no le voy a llamar así ni en broma. Pero qué señor tan amable, parece hasta dulce ¿Por qué Hailey lo odia tanto?
- ¿Y si lo llamo por su apellido? - él se carcajea un poco.
- Puedes llamarme como se te haga más cómodo. Eres encantadora hija, mis hijos se quedaron cortos al descubrirte. Eres muy bonita, pareces una muñeca de porcelana.
- Gracias, señor - miro a la chica a mi lado y me sonríe. Es buena señal que su padre me halague.
- Sentémonos - sentencia él, todos nos sentamos, él ocupando la cabecera de la mesa, sus hijos a su lado, yo al lado de Hailey y en frente de Lucas.
Dos camareras nos toman la orden, me percato que todos son platos finos y costosos. Yo ni siquiera sé qué pedir. No conozco los nombres. Miro a Hailey en busca de ayuda.
- ¿Te gustan los mariscos? - me pregunta bajito, yo le digo que sí con la cabeza y me sorprende una vez más pidiendo por mí - Entonces te va a encantar este platillo - dicho esto me guiña un ojo causando mi sonrojo.
- Dime, Andrea, ¿Qué quieres estudiar? - me pregunta Alfred una vez se fueron las meseras.
- Estoy en el segundo año de Arquitectura, señor - ¿Por qué mi respuesta hizo sonreír a todos los Miller de la mesa? Una de las camareras regresa con una botella de vino, sirve a todos y luego se va dejando la botella en la mesa.
- Es una profesión muy buena, a lo mejor algún día trabajemos juntos mi niña - ¿Eh?
- Mi padre se dedica a construir hoteles, por eso lo dice - me susurra la chica a mi lado, parece que leyera mi pensamiento.
- No lo sé, primero tendía que ser muy buena en mi profesión - respondo a su comentario. El bebe de su copa y yo hago lo mismo. Este vino es riquísimo.
- Yo creo que serás excelente - no sé cómo puede afirmarlo si Hayden ni me conoce. Supongo que para quedar bien conmigo. Él también toma de su copa junto a su amigo.
- ¿Dónde conociste a mi hija? - este hombre me está analizando. ¿Y ahora qué le digo?
- Nos conocimos hace un mes papá, en...
- En el restaurante de mis padres - completo la frase de la chica de mis sueños y la veo sonreír de reojo. Es qué al parecer no sabía que decir.
- Ah, que bien, tus padres tienen un restaurante - sí, uno pequeño y para nada fino como este. Pero me siento muy orgullosa de ellos - Y entonces conociste a mi hija en ese mes que no sabía dónde estaba - ese dato no lo sabía, acaba de utilizarme para cubrirse, a lo mejor andaba con su novio.
- Ni yo sabía dónde estaba y mira, estaba con Andrea - su novio acaba de desvanecer mi suposición, entonces ¿Dónde estaba?
- No sabía que se conocían de antes - Mierda, Hayden puede generar sospechas de la mentira.
- Yo no sabía que Hailey era tú hermana.
- Y yo no le hablé de ti - completa Hailey sonriente.
- En ese caso tengo que agradecerte Andrea, por soportar a mi rebelde hija y también a tus padres por aceptarla en su casa, sé lo impertinente que puede llegar a ser mi hija - pues yo moriría por vivir con ella, no me parece que sea como él la describe.
- No hace falta que me agradezca, señor, y menos a mis padres, yo no vivo con ellos. Vivo en un departamento en Madrid - toma nota Hailey, para que sepas dónde vivo por si algún día quieres buscarme.
- Eres una chica independiente, que bien, debes de ser muy responsable para que tus padres confíen así en ti - dicho esto mira a su hija y esta toma de su copa como si fuese agua. Creo que intenta decirle a su hija que no confía en ella.
En este momento ella debe de estar nerviosa, para calmarla poso mi mano izquierda con suavidad sobre su muslo descubierto, el derecho que es el que está al lado mío. Ella me mira de reojo y sujeta mi mano sin apartarla, la aprieta un poco y luego la libera. La veo tomar su teléfono de su cartera, tengo que resaltar que es de marca Chanel, teclea algo y luego lo guarda. Siento el mío vibrar en el bolsillo de la chaqueta, lo saco con disimulo y miro.
Número desconocido: Gracias muñequita, no sabes lo que significa para mí que estés dándome ánimos en esta estúpida cena. Me has alegrado los días con tu presencia.
Es ella, pero, me llamó "muñequita", si ella piensa decirme así, me encanta. Me llegan las fotos que tomó, en la primera está ella besándome con sus ojos serrados y yo sonriente, esta foto destaca el cariño que se ha dado entre las dos. La siguiente foto es de las dos mirándonos fijamente a los ojos en lo que nos sonreímos, me encantaron. Parecemos pareja. Agrego su número a mis contactos como "Mi sueñito". Le envío la foto que yo tomé y le escribo "No me agradezcas, si estoy aquí es porque me encanta estar contigo, me alegro mucho de haberte conocido, mi sueñito". Ya perdí el hilo de la convención de la mesa, los hombres comentan cosas, pero mi atención está en la chica a mi lado, ella saca su teléfono y sonríe por mi mensaje. La veo escribir, envía el mensaje y disimula uniéndose a la conversación.
Mi sueñito: ¿Por qué eres tan linda? Yo responderé a eso, porque no solo eres linda físicamente tanto que pareces una muñeca, también eres un encanto de chica... Puedo ser tu sueñito si me dejas llamarte muñequita. ¿Aceptas?
¡Qué linda! Moriré hoy. No habla mucho, pero por mensaje es muy abierta. Sin pensarlo dos veces le respondo.
Yo: Tienes mi autorización para llamarme como quieras. Siempre y cuando cumplas nuestros tratos.
Quiero que recuerde que ella prometió darme algo si accedía a ponerme este traje, a mi estilo, pero es excesivo.
Mi sueñito: Ja, ja, ja no te preocupes que no se me olvida que te debo algo. Pero...
Yo: ¿Pero?
Mi sueñito: Solo te pagaré mi deuda cuando tú termines lo que empezaste.
Yo: Que yo sepa, no empecé nada.
Mi sueñito: ¿Segura? ¿No dejaste nada pendiente por ahí?
Me desconcierta ¿A qué se refiere? Le respondo que no sé y ella niega con la cabeza, se desconecta y guarda su teléfono. Cuando alzo la mirada ya nos están sirviendo. Se me hace la boca agua, esto se ve esquisto, le doy una primera probada y sabe a gloria. Me encanta el pescado, y no sé cómo lo preparó el chef, pero está muy rico. Todos comemos en silencio. Al terminar tomo de mi copa y veo a la chica a mi lado que se termina su tercera.
La cena sigue tranquila, pero Alfred tubo que pedir otra botella de vino. Luego de un rato de terminar y que retiraran los platos de la mesa, su padre comienza a contar anécdotas graciosas de la infancia de sus hijos.
- La primera vez que lleve a Hailey a patinar - ríe de sus recuerdos - terminé cayéndome yo más que ella - o cuando Hayden creyó que era buena idea saltar en paracaídas, cuando abrieron la puerta del avión se arrepintió y no quería saltar - todo reímos - gritabas como loco ¿Te acuerdas hijo?
- Si papá, pero ya no cuentes más nada, por favor - se siente avergonzado, estoy segura.
- Entonces por qué no van a bailar al salón, saquen a las jovencitas a la pista. Hoy es noche de tango.
- Es una increíble idea, papá - dice Hayden y me mira - Andrea, baila conmigo.
- Lo siento, pero no traigo la ropa apropiada ni los zapatos para eso - él me mira y dice para sí mismo que no pensó en eso, pero lo dijo un poco alto y todos alcanzamos a escucharlo.
- Pero si puedes hacerlo conmigo - miro a la chica de mis sueños incrédula - no llevas tacones, pero si zapatos, no llevas vestido, pero si sierras la chaqueta - sierra unos botones y me mira a los ojos - parece que traes un traje femenino, quedas perfecta. ¿Aceptas bailar conmigo?
Como negarme a un primer baile con ella, aunque yo ocuparé el papel del hombre en el baile, no me importa, que se luzca ella, yo la acompañaré y haré que brille. Espero tener una oportunidad de bailar otra vez con ella y poder demostrarle que yo también puedo ser buena.
- Si - me levanto y le ofrezco mi mano para ayudarla a levantarse. Su hermano me mira un poco extrañado.
- Que se diviertan mis niñas y ustedes ¿Irán a acompañarlas o se quedarán hablando conmigo? - al parecer todos los hombres se quedarán.
Hailey y yo caminamos de la mano, como antes, hacía un salón muy amplio, hay muchas personas bailando. Ella se coloca frente a mí, pone una de sus manos en mi hombro y yo en su cintura, la otra sujeta su mano. Nos miramos a los ojos, sonreímos. Supongo que yo tengo que guiar el baile ¿No?. Así lo hago, indico el primer movimiento y lo hacemos en conjunto, ella mueve su cadera muy sensual, sabe mover muy buen los pies, pero yo también le demuestro que sé. Hacemos muy buena pareja de baile, no dejamos de mirarnos y reír, nos entendemos bien, parece que leyera mis pensamientos. Estaba tan concentrada en ella, en su belleza y en sus ojos que no me percaté que la canción ya casi acaba, en un último movimiento la levantó de la cintura y la bajo lentamente, ella hace otros movimientos, los cuales yo correspondo a la perfección, pero me tienen... Excitada, lo siento, pero este baile es muy sensual y ella lo es más. Por último ella se inclina hacia atrás, dejando su pierna descubierta un poco doblada hacia arriba y punteando con el tobillo, yo la sostengo de la cintura y de su mano. La música acaba y unas cuantas personas al rededor nos aplauden, yo la levantó lentamente y quedamos tan cerca que parece que nos besamos. Pero eso no pasa, solo nos sonreímos y nos separamos un poco sin soltar nuestras manos juntas.
- Parece que he encontrado a mi pareja perfecta... - ¡Dios, eso sonó tan bien! - De baile - es una lástima que la frase no se quedara así - Bailas muy bien, muñequita - sonrió ampliamente al oírla llamarme así.
- Tú sí que bailas de maravilla. Eres todo un sueñito - parece que también le gusto que le diga así por qué me sonríe dejándome ver sus hoyuelos.
- Vamos a la terraza a tomar una copa - me jala para que camine y no me queda de otra que seguirla.
Al llegar a la terraza veo una enorme piscina, las luces iluminan el agua dándole un toque especial, es de noche y todo está a medio alumbrar para darle una ilustración tenue, como si fuera alumbrado con velas. Se ve muy romántico, incluso hay parejas sentadas en unos muebles y otros en tumbonas junto a la piscina. La chica de mis sueños me lleva a unas tumbonas acolchonadas. Nos sentamos y un camarero viene para ver qué queremos tomar. Harley quiere más vino, es mejor así, no hacer ligas, pero tampoco hay que confiarse, el vino es traicionero y ella ya se ha tomado varias copas. El chico nos trae la botella y un par de copas, nos sirve y se va.
- ¿No crees que se enfadará tu padre si no volvemos?
- No te preocupes muñequita, no me echará en falta, a demás, siempre y cuando no salga del hotel no se va a alarmar - se pone frente a mí y levanta su copa en mi dirección - Quiero brindar por ti. Por cubrirme con papá. Gracias Andrea - eso me recuerda que tengo cierta curiosidad por saber dónde estaba en ese tiempo. Brindamos, ella toma su copa como si fuera agua otra vez, sostengo su mano y separo la copa de sus labios.
- Si tomas así te sentará mal.
- Lo dice la que se terminó una botella ella sola la otra noche ¿No? - levanta una ceja y me mira causante.
- Sí, te lo digo yo, solo quiero cuídate.
- En ese caso, mejor, tomaré sin restricciones, ya que cuidaras de mí - dicho esto me sonríe y se sirve más - Cuéntame de ti Andrea, quiero saber de tu vida... - piensa en algo - Tienes... ¿Novio? - ¿Da por hecho que me gustan solo los chicos? Creí que le había dejado claro que ella me interesa.
- Cuidaré de ti siempre que me lo permitas y no, no tengo novio.
- ¿Novia? - me sorprende al preguntar eso. Al parecer sí que ha prestado atención a mis indicaciones.
- No, tampoco tengo novia. Mi última relación fue hace casi dos años.
- ¿Hombre o mujer?
- Mujer - la veo sonreír mirando hacia abajo, como si mi respuesta le alegrara.
- ¿Y por qué tanto tiempo soltera? Con lo bonita que eres. De seguro tienes mil pretendientes - solo quiero tenerte a ti de pretendiente.
- Puede ser, pero no estoy interesada en nadie, soy de relaciones largas, esas personas solo me ofrecen sexo casual y pasarla bien.
- Ya veo, por eso no te interesa mi hermano ¿No? - río por qué no sabía que su hermano era así, tenía una idea completamente diferente de el - Pero aparte de todo eso ¿Qué tiene de malo pasarla bien? - da un gran sorbo a su copa y yo hago lo mismo con la mía, pero doy un trago más pequeño.
- No tiene nada de malo, pero como ya te dije, me gustan las relaciones serias, puedo pasarla bien, pero solo con una persona - la veo mirarme atenta, no sé si es porque no está de acuerdo, o sí lo está, o si le parece bien. A lo mejor solo quiere lo mismo que todos. Solo sexo conmigo. Si es eso, no lo va a tener, conmigo es todo o nada - ¿Qué hay de ti? ¿Eres de relaciones largas o cortas? - hasta ahora solo hablamos de mí.
- Creo que es demasiado pronto para responderte a eso muñequita - dice esto acariciando mi rostro y me desconcierta. Tenía un novio, hasta hace poco, ¿no?
- Solo quiero saber de ti, conocerte.
- No quiero decepcionarte, como lo he hecho con todos - dice esto sin mirarme.
- No vas a decepcionarme nunca, a mí no. Te lo prometo.
- No prometas cosas que no vas a poder cumplir - termina su copa, me sirve más a mí y llena la suya - yo me siento decepcionada de mí.
- Todos cometemos errores, esos errores no definen quienes somos, pero si quienes no queremos ser. Son los que nos hacen más fuertes, resistentes a las próximas caídas y más expertos para no volver a caer en el mismo abismo.
Termino de decir esto y ella se sienta a mi lado en mi tumbona y me abraza. Baja la cabeza y comienza a hablar.
- Te diría que soy de relaciones cortas, pero no porque quiera, lamentablemente cada vez que lo intento algo sale mal y no sé si soy yo o es que el amor simplemente no es para mí. Nunca me he enamorado, no sé lo que se siente estarlo. Todas mis relaciones han estado vacías. Yo estoy vacía. Soy la decepción de todos, incluido cupido. Creo que el amor hacia otra persona que no sea de tu sangre es un invento del ser humano para no sentirse un animal más, para ser superior a ellos, cuando ellos tienen más corazón que nosotros. No creo en el amor ni en las relaciones largas, por qué no tengo nada que ofrecerle a esa persona más que un vacío y oscuro corazón.
No me imaginé que te sintieras así de rota, pero Hailey, yo te enseñaré que es el amor, haré que entiendas que es lo más bonito que se puede existir, que este sentimiento nos llena de una manera que no podemos controlar. Quiero que sepas que es amar y ser amada. Quiero ser tu primer amor, esa que te haga perder la cabeza en el buen sentido. Esa que te acelere el corazón cuando me veas. Esa que te despierte a besos en las mañanas o al menos con un mensaje de buenos días. Esa con la que seas cursi y te guste serlo por qué te nace del corazón. Quiero ser la primera a la que le digas "te amo". Quiero ser yo. La chica de tus sueños.
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Quiero agradecer a todos los que que se están sumando a la historia y a los que ya estaban antes, muchas gracias por darle una oportunidad a mi primer libro. Ya tiene las primeras 100 lecturas y las estoy festejando.
También gracias a los que están comentando, me encanta leerlos y saber lo que piensan en cada momento.
Espero que la historia les valla gustando, si es así, ya saben háganmelo saber a través de su voto, y no está de más dejar un comentario.
Desde ahora les anuncio que el próximo capítulo viene un poco calentito.
Nos leemos la próxima semana, que tengan un feliz día. Abrazos.
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