Capítulo 4: Cambio de planes
Cambio de Planes
Me recuesto en la cama del anterior hotel donde estaba. Mañana será un día largo, no tengo cabeza para pensar ahora y si lo hago solo recuerdo una y otra vez lo estúpida que soy. Supongo que mañana regresaré a Madrid. Doy por perdida la única oportunidad que tenía de conquistar a la chica de mis sueños. Mejor dormiré. No quiero llorar más de lo que lloré de camino aquí y antes de darme un baño.
Mierda, se me olvidó llamar a mis amigos, mejor les escribo al grupo.
Yo: chicos :( ... Cambio de planes. Mañana volveré a Madrid.
La tóxica 2.0: ¿Qué? ¿No que te quedabas una semana?
Juls: ¿Qué pasó amiga? :(
Por lo que veo solo ellas están conectadas, bueno, ya los otros leerán los mensajes.
Yo: Juls, te echo de menos bb :(
Juls: y yo a ti :)... Pero apuesto que echarme de menos no es la razón para que vuelvas.
La tóxica 2.0: ¡Ya cuenta! Me preocupas.
Les mando un audio contando todo lo que pasó en el día entero. Sobre todo les cuento lo que pasó esta noche y lo destrozada que estoy.
La tóxica 2.0: no me lo creo :( nadie trata así a mi amiga... pero no te rindas tan fácil amor. Joder. Que has esperado por ella todo un año, llegó el momento de que luches por lo que quieres. Y es a ella, ¿no?
Juls: ¡Es genial que la encontraras! Aunque estuvo super feo lo que pasó. Hubiese querido estar ahí para conocerla y para regañarla también. Pero estoy de acuerdo con Carla. No serías tú si te rindes, esa no es la Andrea que conozco.
Yo: tienen razón, chicas, gracias. Las amo mucho :) <3
La tóxica 2.0: Ahora descansa y mañana... ¡Lucha por tus sueños!
Juls: mejor dicho, por la chica de tus sueños.
Me despido de ellas y me dispongo a dormir. Pero solo doy vueltas en la cama y no consigo quedarme dormida. No dejo de pensar en ella. Me roba el sueño, se me aparece en ellos y no sale de mis pensamientos.
¿Qué me has hecho Hailey?
***
Desperté a las 6 de la mañana, genial, ni dormir puedo ahora. Decidí hacer lo que mejor se me da para liberar estrés, hacer ejercicio. Salí a correr, pero nada, tengo los ánimos por el suelo.
¿Por qué me duele tanto perder algo que nunca fue mío?
Debería de poder pasar página y ya, pero no es así. Duele y mucho. Siempre he sido así de sensible, siempre dejo que me jodan, soy tan idiota que dejo que eso pase, pero ella no es cualquier persona. Es la chica con la que he soñado tantas veces, es como si fuera mi pareja de hace todo un año. A lo mejor esa es la razón por la cual esto me ha lastimado tanto. Soy débil ante ella. Había jurado no volver a caer así de fácil ante nadie, pero voy y lo vuelvo a hacer. Quiero creer que está vez todo será diferente, no puede ser simple casualidad soñar con ella tantas veces para solo esto.
No quiero perderla sin antes aver luchado. No, no la he perdido, no todavía. Si tengo que confesarle que muero por ella para que entienda que no quiero estar con su hermano, lo haré.
Pero... Ella también me debe una disculpa. También me dolió lo que pasó. No debió actuar de esa manera.
Me coloco mis audífonos y corro por la playa con más energía y con actitud positiva. La música siempre me alegro el alma. Después de correr unos minutos me siento a ver la salida del Sol.
Cada amanecer para mí significa un nuevo comienzo. Cuando veo salir el Sol por el horizonte, cómo va alumbrando todo de a poco, dejando la oscuridad atrás. Así me siento yo. Como si con este nuevo día dejaré los malos momentos en la oscuridad de la noche pasada y seguiré con la nueva oportunidad de la luz del nuevo día.
Corro un poco más y luego voy a la habitación. Me baño y bajo a desayunar a la cafetería que me gusta con mi mejor sonrisa. Sé que saldrá todo bien y por eso... El sonido de mi celular interrumpe mis pensamientos y mi rico café.
- ¿Si? - contesto sin mirar de quién se trata.
- Andrea - ¡Sí! Gracias universo, ni siquiera hice nada y ella me llama.
- Hailey - digo con una sonrisa. Ella me llamó, pero no habla. No sé por qué no me sale estar enfadada con ella. Simplemente no puedo.
Aunque una parte de mí solo quiere justificar lo que pasó, no quiero perderla.
- ¿Podemos vernos? - no me había percatado que su voz se oye suave, como si estuviera triste.
- ¿Ahora sí quieres verme? - no me responde, perfecto - Tenemos que hablar.
- No quiero hablar Andrea - podemos hacer otras cosas mejores que no necesitan hablar. (¡No! Concéntrate Andrea) pero es que sería una linda reconsideración (¡Que no! Los pies sobre la tierra) - solo quiero despejarme la mente, no pensar en nada y pasarla bien. - es que ella me lo pone muy difícil con lo que dice - Se que a lo mejor soy un poco egoísta al pedirte esto pero es que... tú lograste hacerme reír ayer. ¿Puedes hacer lo mismo hoy? - pues claro, por ti haría lo que sea. Pero antes mi disculpa. Me la debes, no voy a hacer como si nada.
- Claro que sí, cuenta con eso. ¿Dónde nos vemos? ¿Te paso a buscar al hotel?
- No estoy ahí. Deja tu moto...
- Mi bebé, Lola - la interrumpo dándole el nombre de mi moto y la escucho soltar una pequeña risita. Objetivo cumplido.
- Deja a tu bebé, Lola - dice sarcástica y ríe - no puedo creer que en serio le pusieras nombre a una moto.
- Mi Lola no es solo una moto - sí, preciosa, ríe. Necesito escuchar tu risa para olvidar lo que pasó.
- Estás loca - por ti - ¿Dónde estás?
- En una cafetería cerca de mi hotel.
- Vale, ya estoy llegando - ¿Cómo? ¿Ya?
No logro responder, ella finalizó la llamada. Termino mi café a la velocidad de la luz y salgo. Pero no la veo en ninguna parte...
- Señorita Andrea - una voz masculina me habla y toca mi hombro. Me volteó y... Su guardaespaldas. Genial - Venga por aquí, la señorita Miller la espera - como odio que me hablen así, tan formal, me hace recordar al siglo pasado. Y de paso lo odio a él.
Lo sigo hasta una camioneta negra, de esas que utilizan los famosos o los mafiosos para que no puedan verlos. Abre la puerta para mí y entro.
No me esperaba esto, pero tampoco me quejo. Hailey me recibe con un abrazo que yo correspondo al instante.
Su olor me cautiva ¿Cómo hace para oler tan bien? Me tiene a sus pies, espero que no se me note. Por qué debería de estar enojada con ella, pasé la noche mal por su culpa.
- Perdón por lo de ayer, no debí dejar que te fueras así, mucho menos tratarte así - me susurra al oído y mi piel se eriza. Eso no debía de pasar ¡Mierda!. Me separo de ella para que no me vuelva a hablar ahí - Soy lo peor, perdóname - baja la mirada un poco apenada.
Fue una disculpa rápida, pero la sentí sincera. La acepto.
- Perdóname tú a mí, tú estabas mal y tenía que estar para ti, no estar hablando con tu hermano - ese fue mi error, hablar con él. Debería de haber ido con ella en primer lugar.
- Olvidemos eso entonces ¿Va? - asentí - vale, eso nunca ocurrió.
- ¿Que era lo que tenía que olvidar? - digo sonriéndole. Y ella hace lo mismo.
Pero lamentablemente, no creo que yo lo olvide...
***
Hailey recoge su teléfono, eso fue lo que causó el ruido. Yo me levanto del sofá y su hermano hace lo mismo.
- ¿Qué esperas? Déjanos solos y no interrumpas más - otra vez el ogro extraterrestre hace acto de presencia, definitivamente este chico es bipolar.
- ¡Esta es mi suite! ¡Vete tú a otra! - ahora empezarán los gritos y yo aquí, incomodando más la situación.
- ¡Papá me encargó vigilarte!
- No necesito niñera, gracias, puedes irte de una vez y olvídame.
- No te olvidaría aunque quisiera. Siempre recordaré lo que hiciste.
- ¡Yo no hice nada! ¡Fue un accidente! - Hailey se acerca a su hermano y lo encara, tienen una pequeña discusión de miradas hasta que ella la aparta, tiene lágrimas en los ojos.
Lamentablemente, no puedo hacer nada, estoy de más aquí, esto no me incumbe, aunque me destroza verla llorar. Solo quiero abrazarla y aunque no sepa qué pasa quiero que sepa que estaré para ella. Pero no puedo ahora mismo, yo también soy su enemiga. Por lo que veo no tiene buena relación con su hermano y yo en su mente debo de ser la nueva cuñada extraterrestre ¡Oh! Y que no falte lo ogro.
- No sabes cuánto te odio - dice el peli blanco en casi un susurro.
- ¡Yo también me odio! ¿Vale? - Hailey sale corriendo en dirección a la puerta de salida, pero como se dispone a salir entra el mismo hombre que la perseguía aquella noche - ¡¿Ahora qué?!
- No puede salir en ese estado señorita, a demás su padre no autorizó... - no lo deja terminar.
- ¡Mi padre esto, mi padre lo otro! ¡Dile a mi padre que se vaya a la...
- No termine esa frase, señorita.
Hailey gruñe bajito y se traga su enojo, solo viene al sofá y se sienta con rabia.
- Señorito, el chófer lo está esperando para llevarlo a la mansión, su padre considera inapropiado que siga, molestando, a su hermana - los hermanos se miran y casi se matan con la mirada.
- Adiós hermanita - dice con esa sonrisa que ahora detesto y Hailey le muestro su dedo del medio. Al menos ya se fue un problema.
Me siento al lado de una enojada Hailey y cuando me dispongo a hablar el hombre de traje me gana la palabra.
- Usted señorita - ambas lo miramos - ¿No cree que es tarde para las visitas? - ¿Me está botando?
- En realidad yo me qued... - pretendía decir que me quedaba aquí pero no pude.
- ¿Qué esperas? - me interrumpió la chica ¿De mis sueños?. No puedo creer que me mire así. Como ya dije antes, soy su enemiga. Pero eso no quita que me duela - Vete - dice bajito, pero lo oí perfectamente.
- ¿Cómo? ¿Estás hablando en serio? - no me hagas esto por favor, deja que te explique. Deja que te haga sentir mejor... Hailey.
- ¡Que te vayas! ¡¿Qué no oyes?! - mis ojos se humedecen al instante, nunca me imaginé que llegara a tratarme así - ¡Largo! ¡No te quiero volver a ver!
- Como usted ordene señorita Miller - le digo mirándola a los ojos y me seco con rabia una lágrima que se me resbala por la mejilla una vez que cruzo la puerta.
No podía imaginarme que vaya a decir esto, pero, ella me acaba de romperme el corazón. No debí confiarme, soy una Idiota, una idiota monumental. Ella me dice que me quede y yo como toda una perra le moví la colita.
Su estúpido guardaespaldas me trae mi maleta unos tres minutos después y entonces me voy.
***
Lo siento mucho Hailey, pero después de eso, te vas a tener que ganar las cosas, no te me voy a regalar así por así. Solo tendrás de mí lo que te merezcas.
- ¿Andrea? - la chica del cabello color miel me hace salir de mis pensamientos y recuerdos de la noche anterior - ¿En qué pensabas?
No le respondo y miro por la ventana, nos dirigimos a su casa, quiere que pasemos un día en la piscina. No sé por qué no quiso la playa, a mí me encanta.
- No dejas de pensar en lo de anoche, ¿verdad? - Siento que toma mi mano y la volteó a ver - Yo, no debí tratarte así, tú no tienes culpa de nada y solamente me has ayudado. No voy a dejar de arrepentirme. Pero no puedo cambiar lo que hice, solo me queda pedirte perdón. Aunque sé perfectamente que eso no arreglará las cosas. Nunca lo hace - no se por qué sentí que hablaba de algo más y no solo pedía perdón por lo de anoche.
- Ya no te disculpes más, ya te perdoné. Pero no me vuelvas a tratar así ¿Estamos? - ella asiente - Si vuelve a pasar, no te molestes en buscarme - soy muy orgullosa y aquí estoy por ti, pero si lo haces otra vez, tú me perderás.
- No volverá a pasar, lo prometo - solo el tiempo lo dirá, linda.
Llegamos a su "casa". Por Dios, esto no es una casa, es una puta mansión, el jardín es enorme a demás de muy hermoso, es un lugar lujoso, pero moderno, tiene grandes ventanales de cristal que dejan ver el interior, me he quedado sin palabras. Pero no sé por qué siempre he visto innecesario estás cosas, tanto espacio desperdiciado en una mansión de... No sé, tal vez díez o más habitaciones cuando de seguro solo viven 4 personas cuando más aquí. Supongo que sí tienes tanto dinero, lo gastas en estas cosas innecesarias.
Hailey me da un pequeño tour por la casa que mientras más veo más linda me parece. Me presentó a la cocinera que es, también, la ¿Ama de llaves? ¿Así se dice? Bueno, yo no sé. Por último fuimos a su cuarto...
¡Que alguien me aguante que estoy en su cuarto!
No es como me lo esperaba, bueno sí, es bonito, pero rosa, odio el rosa y todo aquí es... De niña mimada ¿Dónde me vine a meter yo? Este dato no aparecía en mis sueños, nadie me dijo que la chica de mis sueños era ¿Rica?
No quiero que esté pequeño dato, nos cause problemas más adelante, todo fuera más fácil si fuéramos de la misma clase social. Yo una chica con dinero que no necesita trabajar para poder estudiar, o ella como yo. No me importa el dinero que pueda tener su familia, solo la quiero a ella ¿Pero y si los demás me ven como una interesada? Qué mala impresión daré. Al menos espero que ella no piense así de mí.
- ¿No te gusta, verdad? - me dice luego de reír un poco, la miro sin saber que decirle, no quiero mentir - no te preocupes, a mí tampoco me gusta ya - vuelve a reír y se sienta en la cama - Ven, quiero preguntarte algo - palmea al lado de ella para señalarme que me siente y así lo hago. Tengo que resaltar que es muy suave su cama. - ¿Qué edad tienes? Es que no se nada de ti - ríe y yo también me rio.
- Por un momento supuse que me preguntarías sobre el tema de tu hermano.
- La verdad es que eso también, pero no quería empezar por ahí - nos unimos en una carcajada conjunta. Tengo que aclararle de una vez por todas que no me interesa su hermano.
- Tengo diecinueve ¿Y tú?
- Diecisiete, pero no te asustes, el próximo mes cumplo dieciocho.
- Cumples en septiembre - digo más para mí misma - ¿Qué día?
- Veinte - tomo nota - ¿Y el tuyo?
Me causa un poco de gracia, yo no creo en esas cosas, prácticamente no creo en nada, pero según he leído la compatibilidad entre virgo, su signo, y capricornio, el mío, son de las más altas del zodíaco. También decía que es una de las mejores combinaciones que puede darse. Ahora que sé su signo, investigaré más, solo para saber.
¿Será que si estamos destinadas a estar juntas?
- Doce de enero - ella me sonríe y yo hice lo mismo.
Soy mayor que ella por dos años, eso me lo esperaba, en mis sueños si sabía que era una chica menor que yo. Pero no son tantos años. Aunque me hubiera gustado que mis sueños me mostrara cómo es su vida o algo, no se nada de ella y es más como un misterio. Debo admitir que eso también me gusta y me atrae. Tampoco sabía que era tan alta, no me desagrada, pero si preferiría que fuera más bajita. Es que así impone mucho.
- Espero tener tiempo de poder conocerte mejor Andrea.
- Y yo - eso es justo lo que estaba pensando, quisiera saber más de ti.
- Entonces...
- No me interesa tu hermano - no me mires así, que es la verdad, me interesas tú - sé que viste un "beso" pero no fue así - le recalco para que entienda, levanta una ceja, está esperando que le explique, pero no sé lo pondré tan fácil.
- No es que me moleste ni nada, - Anja - es que, generalmente, no me caen bien las chicas que salen con mi hermano - noté que no te llevas bien con tu hermano, pero no te preguntaré ahora - pero ven, vamos que te enseño la piscina.
Me lleva a la piscina y... Es asombrosa, superlinda y tiene hasta un jacuzzi, lo acepto, si tuviera dinero también me comprara una así. Fuimos a cambiarnos, me puse un biquini... Muy, muy, revelador, a propósito. Veamos cómo reacciona. La verdad es que no sé si a ella le interesarán las chicas, a sí que me valdré de cómo me mire. Generalmente, mi cuerpo suele atraer muchas miradas, pero solo me interesa una y es la de Hailey. Me coloco un pareo y bajo a esperarla, ella tarda bastante.
- Disculpa la demora - miro para allá y mi mandíbula cae.
¿Por qué tiene que ser tan linda? Obviando el color rosa pastel de su biquini, su cuerpo es... Madre mía, creo que no pasaré de hoy. Sus pechos son perfectos y un poco más grandes que los míos, la parte superior de su biquini no deja mucho a la imaginación, esto es lo primero que atrae mis ojos, su abdomen plano, su piel tan bien cuidada y perfectamente bronceada. Supongo que estoy babeando, quiero que se quite ya ese pareo que no me deja apreciar el otro cincuenta porciento de su cuerpo, es muy largo, le cubre hasta abajo de las rodillas.
Ella provoca querer besar cada centímetro de su piel, es tentadora ¿Cómo será verla toda mojada? Estoy deseando entrar a el agua ya. Su pelo cae por sus hombros, me encanta cómo se ve en general.
- Pensé que ya estarías dentro.
- Te estaba esperando - me levanto de la tumbona y me quito el pareo provocativa, derrochando sensualidad. Este es el momento de saber si te gusto... ¡Sí! Celebro mentalmente, pero considero que mi sonrisa me delata, ella me come con la mirada, la cual se le desvía mucho a mis nalgas - ¿Vienes? - le digo en lo que entro a el agua de a poco, qué delicia. En cada uno de mis pasos destilo erotismo, quiero que se sienta atraída por mí. Siempre se me ha dado de maravilla ser provocativa y sexy.
Me sumerjo y doy una pequeña nadada bajo el agua, me encanta esto. Cuando salgo me encuentro con Hailey ya metida en el agua, muy inteligente de su parte, no pude verla entrar, pero ella sí que estaba atenta a mí. Se acerca a mí nadando, ahora estamos las dos en la parte honda, una frente a la otra.
- Nadas muy bien - ¡Se atrevió a tirarme agua!
- ¡Oye! - y ahora se burla. No sabe con quién se metió - ¡Ahora verás!
- No sé qué vayas a hacer, pero no es buena idea - dice riendo.
- Haberlo pensado antes de tirarme agua. Por qué ahora te arrepentirás - le advierto.
Intenta escapar nadando a la orilla, pero es muy lenta, la tomo de los pies y la jalo hacia atrás. Se voltea a mí riendo y así iniciamos una pequeña guerra de salpicaduras entre risas.
- ¡Vasta! ¡Para ya! ¡Andrea! - dice que pare, pero sigue riendo a demás de que continúa tirándome agua.
- ¿Ya te rindes? Creí que darías más - ella es tan delicada, que mis salpicaduras la superan y para poder escapar se sumerge y sale detrás de mí. Yo amago con volver a tirarle agua y ella sostiene mis manos. Ahora me sostengo nadando solo con los pies, al igual que ella - Acéptalo, no puedes contra mí.
- No supongas tanto, te dejé ganar.
- Eso no te lo crees ni tú - comenzó a reír y la mujer malvada suelta una de mis manos y me salpica la cara haciendo que trague un poco de agua y comience a toser un poco - Tramposa... Mala perdedora...
- Me lo pusiste muy fácil, lo siento - ahora ella ríe de mí. Perfecto.
Me libero de su agarre y tomando un poco más de confianza la ataco a cosquillas, por su abdomen, los costados de su torso y costillas, es tan lindo verla reí.
- ¡Ay no! ¡Para! ja, ja, ja - vuelve a sostener mis manos, trata de mirarme seria pero le gana la risa - No me gustan las cosquillas.
- No te creo - le digo y ahora soy yo la que resivo sus ataques de cosquillas, no puedo evitar reír, pero me resisto mejor a las cosquillas. Provecho que me suelta y también le hago a ella. Es muy lindo que tengamos esta complicidad a nada de conocernos. Me gusta.
Después de un rato seguimos riendo, me encanta que ría, me alegra ver sus ojos con ese brillo de felicidad. Es tan linda, (eso ya lo dijiste), es que no puedo evitarlo, ella me encanta. Pero aunque estamos divirtiéndonos ya no estamos tan serca, así que tengo una idea para acabar con la distancia.
- ¡Ah! ¡Ay, ay!- finjo dolor y hago como que me hundo, ella muy linda viene a mi rescate. Me ganó la actriz que llevo dentro.
Me agarró de la cintura con una sé sus manos y me pegó a ella, manteniéndome a flote, yo aprovecho y rodeo su cuello con mis manos en lo que sigo con mi expresión de dolor fingido. Pero estoy encantada de sentir su cuerpo pegado al mío, esto es maravilloso. Sus pechos están junto los mios, no lo puedo creer.
- ¿Estás bien? ¿Qué te pasa? - parece preocupada.
- Me dio un calambre - lo siento, es que quería tenerte más cerca.
- ¿Dónde? - me encanta esta cercanía, hablamos tan bajo y nos escuchamos perfectamente.
- En el pie - ahora solo falta que te ofrezcas a darme un masaje.
- Ven, vamos a salir un momento - ¡No! No quiero eso, quiero estar así. Ella nada con su mano libre a la orilla y una vez allí...
El chistecito me salió mejor de lo que esperaba, no sabía que tuviera tanta fuerza en sus brazos, pero me cargó, me lleva en brazos a una tumbona. ¡Puedo morir ya, estoy muy feliz! ¡Esto es genial!. Se sintió muy bien que me llevará en brazos, se que ella no lo verá así, pero... Me pareció tan romántico.
Se acomoda en una misma tumbona conmigo, me deja a un lado y pone mis piernas sobre las suyas en lo que permanece sentada, yo, en cambio, me a recuesto al espaldar.
- ¿En cuál pierna es? - le señalo la primera que se me ocurrió y ella empezó a masajearme.
Yo intenté que esto dure lo máximo posible fingiendo más dolor, pero la verdad es que estoy encantada. No dejo de mirar su rostro despreocupado mientras su mano va desde mis tobillos hasta un poco más arriba de mi rodilla. Si tan solo subiera un poco más... (¡No! Idiota, no, obviamente ella no va a hacer eso)
- ¿Te sigue doliendo? - dice después de un momento mientras hace círculos con sus pulgares, creo que ya terminó.
- Mmm no, ya estoy mejor - ella ríe, pero ¿De qué?
- Te gustan los masajes, ¿verdad?
- Si te soy sincera nunca me habían dado un masaje - es la verdad, hasta ahora no me habían dado ningún masaje - eres la primera - que me tiene a sus pies.
- ¿En serio? - asentí - En ese caso... Hagamos que sea una primera vez memorable - hay que linda... espera ¿Qué? Eso me sonó a insinuación.
- Siento desilusionarte, pero no soy virgen - digo pícara y ella ríe.
- Ja, Ja, Ja, Boba. Ya, deja de hacerme reír - no era para hacerte reír, pero si quieres finjo que soy virgen por ti, así serás la primera, pero de muchas te lo aseguro - acuéstate boca abajo, ahora vuelvo, voy a buscar un aceite que te va a encantar - me encantas tú a sí que haré lo que me pidas.
Deja mis piernas en la tumbona y se va, en lo que camina observo su perfecto y redondeado trasero, provoca querer, apretarlo, morderlo, besarlo, en fin, le haría de todo. Me pongo boca abajo, acomodo mi cabello a un lado para que no estorbe en la espalda y en el masaje, unos momentos después ella regresa, no la veo por qué tengo los ojos serrados, pero escucho sus pasos y luego su hermosa voz angelical.
- ¿Estás dormida?
- No, solo espero por ti - toda mi vida he esperado por ti.
Na, mentira, la verdad es que solo he esperado por ti un año entero, los trescientos sesenta y cinco días ocupaste cada segundo en mi mente. Le diste vida a mis noches. Y puede que también algunas mañanas donde tuve que terminar lo que tú empezabas en sueños.
- Te aseguro que te va a gustar - no lo digas así por favor - pero lo más seguro es que te quedes dormida.
- ¿Por qué?
No quiero dormir, quiero sentir como tus lindas y delicadas manos recorren todo mi cuerpo. Siento como se acomoda a horcajadas sobre mis muslos.
- Porque es muy relajante, te quita el estrés y las tenciones del cuerpo. Solo sierra los ojos y disfruta. ¿Te puedo desabrochar el top?
- ¿Eh? Si - supongo.
Lo desabrocha, es entonces cuando siento algo fresco escurrirse por mi espalda, huele bien, creo que se trata de ese aceite que dijo que echaría. Sus suaves manos se encargan de esparcir por toda mi espalda el aceite, se siente bien solo con eso, qué rico es sentir que me toca, siento que estoy en las nubes. Se inclina un poco hacia adelante, comienza el masaje en mi cuello y hombros.
- No sé muy bien como hacerlo, pero de igual manera te haré sentir bien - ¿Por qué encuentro todo lo que dice como insinuaciones? - He aprendido algo con un amigo masajista.
No le respondo, solo me dejo llevar. Sus manos bajan lentamente por mi espalda, has el borde de mi bañador, hace un poco de presión y mi cuerpo se relaja. Sus manos suben por los costados de mi torso y culmina dando leves apretones en mis hombros, me gusta todo lo que hace. Es muy buena. Aunque sentiría bueno cualquier cosa viniendo de ella, a demás de que nunca me avía disfrutado de un masaje.
Sus manos se sienten de maravilla, son complacientes y suaves. Recorre mi silueta con calma como una suave caricia, no sé si soy yo, pero así lo siento. Sube hasta mi cuello y también masajea mi cabeza, esto es demasiado relajante, me estoy entregando a la cesación y a sus manos.
- ¿Sienta bien verdad? - se inclina, me aparta unos cabellos de mi oreja para susurrarme. Si pudiera decirle que me encanta todo, y que pude tocar lo que quiera de mí.
- Si, se te da muy bien esto - mi voz suena cansada.
- Relájate... - sus manos van a los costados de mi torso y se adentran lentamente por mi vientre, sube por mi abdomen y culmina en el comienzo de mis pechos. Esto es realmente delicioso. Vuelve a repetir esta acción varias veces, no sé si me quedé dormida en algún momento, pero juraría que en uno de los movimientos casi apretuja mis pechos, pero no es así, solo es mi imaginación que desea que lo haga. Sus esponjosas manos vuelven a mi espalda y masajean cada vez más suave.
Me siento cada vez mejor, lo único malo es que la mala noche me está pasando factura, no quiero dormirme, pero siento mi cuerpo pesado. Intento centrarme en sus manos, es ella quien me toca, pero lo siento como suaves caricias que me animan a dormir... Se me escapan varios bostezo. Lo siento, Hailey.
***
Siento murmullos y como si movieran mi cuerpo. No estoy segura de nada, me siento cansada.
- Shhhh, la vas a despertar - es su linda voz angelical, estoy segura.
- Deje que la lleve, yo, señorita, se va a lastimar. No puede hacer ese esfuerzo, recuerde que ... - no sé quién sea. Sé que hablan, pero no escucho mucho. Mis ojos pesan al igual que mi cuerpo.
- ¡Cállate ya, Manuel! - dice la voz de la chica de mis sueños.
- Pero señorita...
- Shhhh, pero nada, la llevaré yo y punto.
Luego de un rato dejo de estar en movimiento, puedo sentir algo muy suave, yo estoy sobre esto suave, creo que es una cama. ¿Alguien está acariciando mi rostro? Intento abrir los ojos, pero no puedo, supongo que me vuelvo a quedar dormida...
***
Abro los ojos y me encuentro en una habitación muy bonita. Estoy sobre una cama bastante suave y grande ¿Cómo llegué aquí?. Me levanto y veo que sigo usando mi biquini, pero mi cuerpo está tapado por una bata de baño con unas iniciales "HM". Cuando voy a salir de la habitación la puerta se abre, entra Hailey con un vestido negro pegado a su cuerpo y en la parte de abajo deja su pierna derecha al descubierto, es un poco largo, con unos tacones muy bonitos y altos, se ve... Preciosa. Su pelo, perfectamente peinado con esas hondas que me encantan, le cae en los hombros. Está ligeramente maquillada, no sé si se maquilló ella, pero está perfecta. ¿Por qué está tan elegante?
- Valla... Estas... Deslumbrante - la miro de abajo hacia arriba y al mirar su rostro ella se encuentra sonriendo.
- Gracias - se sonroja un poco - Venía a despertarte. Date un baño y vamos a cenar. Te traje ropa - miro en la dirección que apunta y... Veo unas bolsas de compras, me acerco a ellas... No, eso no - Es un regalo, para ti.
- No voy a ponerme esto Hailey - le digo volteándome para mirarla a los ojos y que entienda que hablo muy en serio.
¿Quiere que vista eso? ¿Yo? Está completamente loca, es un atuendo completo de una marca exclusiva francesa, no lo puedo creer, viene desde una chaqueta negra y blanca con un estampado a juego con los zapatos, estos son de plataforma, también hay un pantalón blanco, un cinturón negro y una blusa blanca corta. Lo veo y no lo creo, ella ha comprado un atuendo que se adapta a mi estilo de vestir, pero ¡Por Dios! ¿Por qué tiene que ser de esa marca? No pudo comprar algo bonito en cualquier tienda y ya, sin que cueste... No sé... ¿Tal vez mi salario de dos meses? ¿O más? Yo qué sé... Y lo otro, no quiero que me compre nada, solo quiero mi ropa y ya. Con eso estoy perfecta. ¿Por qué lo hace? Solo me conoce de hace... ¿Un día, dos?. A mí no me gustan los regalos y menos tan costosos.
- ¿Por qué no? ¿No te gusta esa marca? - se acerca a mí y mira las bolsas de regalo - Pensé que te gustaría, se adecua a tu estilo de vestir, tomé en cuenta eso antes de mandarlo a traer, también creo que es tu talla y...
- No es eso - la interrumpo, tomo sus manos entre las mías, ella mira nuestras manos juntas y luego me mira a los ojos - Hailey... No voy a aceptarte este "regalo"- lo subrayo para que entienda que es demasiado - Bajo ningún concepto o circunstancia, no me gusta que me regalen o compren cosas. Me gusta ganármelo yo, con mi esfuerzo, comprarme las cosas que me pueda permitir y...
No pude terminar de hablar por qué ella pone su dedo índice sobre mis labios, obligándome a callar. Luego me abraza, su fresco y dulce aroma inunda mis fosas nasales, me encanta su olor ¿Ya lo había dicho?.
- Acéptalo ¿Si? - me susurra en mi oído.
Sus brazos rodeando mi cuello y los míos sujetan su cintura, no sé cuándo los puse ahí. Estamos muy pegadas. Puedo sentir su pecho presionando el mío, ella está agachada prácticamente, si de por sí es alta, con tacones lo es más y yo estoy descalza, me siento diminuta, pero me encanta, ella y sus abrazos.
- No, Hailey.
- Si lo aceptas, haré algo que quieras, lo que sea. Aceptaré cualquier cosa - ¿Y si le pido un beso?. No, no puedo aprovecharme de la situación, tampoco pienso aceptar ese regalo.
- Eso se llama chantaje - digo con una risita y ella ríe también, se aparta un poco de mí y...
¡Dios! No, así no podré resistirme, así haré lo que me pierda, así... Hará que la bese. Ella pone su frente sobre la mía, siento su respiración en mi rostro, estamos muy cerca y yo no dejo de mirar sus labios, muero por probarlos, regarle ese labial rojo que lleva... Moriré con esta tención.
- ¿Y está funcionando? - su aliento fresco choca en mis labios, yo me los mojo, se me hace agua la boca. No aguanto más, quiero besarla.
¿Cómo será besarla? Quiero averiguarlo, Quiero sentirla. Quiero hacer míos sus labios. No digo que quiero entregarle los míos porque aunque ella no lo sepa, ya tiene todo de mí. Y aunque parezca loco, estoy completamente enamorada de ella, tardé en aceptarlo, pero me enamoré de la chica de mis sueños, por eso no estuve con nadie más. La esperaba a ella y ahora... La tengo delante, a unos escasos sentimientos y estoy a punto de besarla por primera vez... En la realidad.
Por sí no se dieron cuenta en cada capítulo voy a estar poniendo fotos de los personajes como yo me los imagino, pero ustedes pueden imaginarlos como más les guste.
Un abrazo y gracias por leerme
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