Capítulo 16: El reencuentro
Les quiero advertir que este capítulo l@s tendrá así 📈📉📈📉📈📉 a demás de que hay cosas que de seguro no se esperaban.
Sin más espero que les guste el capitulo.
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El reencuentro
Nos sonreímos y ella cuelga la llamada. Me fui a trabajar luego de alistarme, por cierto, ahora visto de trajes, me veo muy sexy con ellos, a demás de más seria y responsable. Ya no parezco una malota en moto, sigo teniendo mi linda moto y uso mis chaquetas, pero mis padres me regalaron un auto, no muy moderno, pero es súperlindo igual. El negocio de mis padres ha prosperado mucho, ellos están pensando en abrir otro restaurante. Estoy muy contenta por eso, lo merecen.
Al llegar a la empresa estaba Daniela, a la cual abracé muy contenta. Pasé horas en el trabajo y por fin pude diseñar mi primer plano, con la supervisión de mi jefe, claro, pero será un edificio ¡Y yo ayudé en el diseño!. Me emociona la idea de poder hacer lo que me gusta por fin. Al salir, Dani y yo nos fuimos juntas a comer, le conté de mi primer plano y se puso muy contenta.
- Oye, hermana sobre protectora, se me olvidó contarte, Cris y yo vamos a pasar unos días en un hotel - me dice mi loquita con una sonrisa.
- ¿Eso por qué? ¿Intentan darme sobrinos? Que sepas que no estoy preparada para que me llamen tía - ella me da un golpe en el brazo - ¡Oye! ¡No se le pega a la tía de tus futuros hijos! - digo riendo y ella vuelve a darme, viejas costumbres nunca mueren.
- ¡Ya! ¡Que yo tampoco quiero ser mamá! - al final acaba riendo y yo también - Lo que pasa es que ya llevamos de novios casi cuatro meses y lo vamos a festejar como se debe - me dice con una sonrisa pícara y yo se la devuelvo, sabemos de qué manera festejarán.
- Vale, me parece muy bien, pero no me hagas tía tan pronto - me iba a pegar otra vez, pero le sostengo la mano - Hablando de novios… Hailey y yo, ¡Somos novias! - ahora soy yo la que hablo con una gran sonrisa.
- Eso no es novedad. Era obvio que pasaría, si están que se mueren una por la otra - ahora soy yo la que le pega. Eso lo dijo con tono obvio y rodando los ojos.
- Pesada - ella ríe, me abraza.
- ¡Felicidades, hermosa! Lo mereces, después de tanto tiempo, mereces un poquito de felicidad - se separa del abrazo para apretar mis cachetes y después saca su celular - ¿Miraste los mensajes? - no sé dé que habla - Lo supuse - dice como si fuera obvio - Ven, mira - ella ríe en lo que me acerco para ver la pantalla de su teléfono y…
Mati:
Chicos, díganle a Carlota que les cuente.
Carla:
No tengo nada que contar idiota.
Mati:
¿Segura? Yo creo que sí, vamos, son las 1 y no has dicho lo insatisfecha que te dejé. Hace una hora que estoy en mi casa.
Carla:
¡Eres un Imbécil!
Mati:
Y tú estás…
Manda unas caritas con la lengua afuera como saboreando algo rico.
Carla:
¡Cállate!
Mati:
Vamos, acéptalo ya.
Carla:
Me gustó, vale, ¿Eso querías que dijera? Pues ya está. No es para tanto.
Mati:
A mí también me gustó, eres maravillosa.
Carla:
Te odio imbécil. Espero que lo disfrutaras porque no se repetirá.
Dejo de mirar el teléfono de Dani y la miro sorprendida, ella ríe. No lo puedo creer, mis dos amigos se pasaron la noche juntos. Lo más seguro es que repitan y luego empiecen a salir. ¿Quién lo diría? Los más locos del grupo juntos, serán una pareja muy divertida, como dijo Cristian.
Termino de comer y voy a casa. Saco a pasear a mi perrito un rato y luego de bañarme y comer algo, llamo a mi sueñito. Si aquí es de noche, allá es de seguro, medio día o algo así.
- Hola mi amor - le digo sonriente al verla tan linda como siempre, ella viste elegante como si acabara de llegar de algún lugar importante. Por lo que veo de la pantalla de su teléfono, trae una camisa blanca ajustada. Se ve tan sexy.
- Hola preciosa mía - ella me saluda con una sonrisa igual de grande.
- ¿Estás en tu cuarto? - le pregunto por qué veo una cama detrás de ella.
- Sí, te lo muestro - me hace un pequeño recorrido, su cuarto es grande, pero no es más grande que el de su casa aquí. Aunque al menos este no es rosa.
- Es bonito - le digo sinceramente.
- Te imaginas tú aquí… - sí, en una semana - No sabes las ganas que tengo - (y yo) - de poder abrazarte de nuevo, besarte, tocarte, sentirte y…
- Basta, si sigues así… - tuve que interrumpirla, me prende que me desee tango como yo a ella.
- ¿Qué? - me pregunta con picardía.
- Sabes qué. No te hagas - y yo le respondo de la misma manera.
- ja, ja, ja no sabía que te calentaban las videollamadas - si, burlarte de mí.
- Pues no, pero tú…
- Yo…
- Me encantas y lo sabes - me encanta esta sensación de felicidad que tengo cada vez que la veo, aunque no sea de frente.
- Y tú a mí - ella suspira.
¿Le propongo lo de la videollamada...? Sí, ¿Por qué no? Estoy segura de que ella también tiene ganas. Después de todo, no soy nada inocente y ella menos.
- Sueñito, por qué no… En la noche, tú y yo hacemos una videollamada…
- Que más quisiera muñequita, - me interrumpe como si leyera mi mente y habla entristecida - pero este teléfono y esta laptop me las dio mi padre personalmente y no quiero ni pensar que me controle por aquí - ¿Sería capaz de llegar a tanto? Ni que fuera un mafioso - Tengamos paciencia, ya en un mes nos veremos - ¡En una semana! - Cuando te tenga delante no te voy a soltar en mucho tiempo, lo prometo - dice con insinuación, pero de una manera que se me hizo tan dulce.
- Yo no voy a soltarte en ningún momento - le respondo y cuando ella me iba a responder tocan a su puerta. Ella voltea a mirar y luego me mira a mí.
- Me tengo que ir preciosa, que tengas una linda noche y sueñes conmigo - si supieras que he soñado contigo antes de conocerte.
Aunque me entró la duda de si fue contigo o no, pero ya no importa, sé qué fuiste tú y punto.
- Hasta mañana mi sueñito.
- Hasta mañana muñequita - me tira besos y yo hago lo mismo.
Como desearía poder besarla de nuevo, ella me ha dado los mejores besos de todos mi vida. Sus labios son tan deliciosos y se movían a un ritmo tan perfecto con los míos. Encajaban a la perfección. Muero por saborearlos, lamerlos y morderlos a mi antojo. Como la deseo. No aguanto más esta espera.
Después de colgar me puse a jugar con Romat. Luego leí un rato el nuevo libro que me regaló mi padre.
***
Los siguientes cuatro días me los pasé con una ansiedad que ni vean. El corazón, a mil por hora, no sabía qué hacer para pensar en otra cosa que no sea el día del vuelo.
Tenía muchos nervios por viajar sola, pero nada me impediría volver a estar entre los brazos de mi novia, qué lindo suena eso, no me acostumbro. Solo de imaginarme volviendo a sentir su aroma dulce en el ambiente, cerraba los ojos y aspiraba como si de verdad lo estuviese oliendo. Ella me pone como boba.
Al final cumplí lo de no decirle a Hailey, le daría la sorpresa de verla en persona, pero no dejamos de hablar ni un solo día, hablamos dos veces diarias y la confianza entre nosotras aumentó, a demás del cariño, se creó una costumbre de hablar de todo lo que hacíamos en el día.
Le contaba de mi trabajo, de mis amigos, no le conté de Valeria y Tori, eso es algo que tiene que contarle ella, pero si le dije que una antigua amiga mía había vuelto. Consideré inapropiado decirle que Tori es mi primer amor, solo la haría sentir insegura y no quiero eso, no antes de que conozca a Tori y vea que no es una amenaza para nuestra relación. También le hablé de mi nuevo carro, de mis padres y ella me contaba de la universidad, resulta que es una de las mejores estudiantes de su año, me contó de la empresa de su padre y de unos amigos nuevos que tiene. Además chateamos mucho, ella me despertaba con lindos mensajes cariñosos y yo de igual manera la despertaba a ella para demostrarle mi amor cada mañana, aunque fuera por mensaje o llamada. Me sigue sorprendiendo lo cursi que puede llegar a ser mi sueñito, con algunos mensajes sonreía y me mordía los labios. ¡Cómo la amo!
Aunque parezca increíble, hablé mucho con Hayden. Nos estamos haciendo amigos, él me ha contado que Hailey se la pasa estudiado y que cuando no está en la universidad está en la empresa de su padre aprendiendo de él, son cosas que corroboré con ella. Me dijo que parece otra, es muy responsable y seria en lo que hace, dice que no reconoce en ella a su hermana rebelde. Me alegra que vea que ella no es como él decía, las personas cambian cuando quieren cambiar. Pero lo que más me impactó fue que me dijo que están recuperando su relación de hermanos. Eso es increíble. Hayden siempre estaba muy contento en cada una de las llamadas, al igual que mi sueñito.
Yo, no tengo hermanos, pero juro que si Dani y yo nos dejamos de hablar, moriría. Creo que eso es lo más cercano que estaré de sentir ese sentimiento. Por eso me alegro mucho por mi novia. Ella merece que su vida se reconstruya. No quiero que sufra más.
Entre llamadas con los dos descubrí que la ciudad en donde están es Beverly Hills y también me dijeron en la calle que está su mansión, solo es preguntar por los Miller y llegaré enseguida. Todo está listo, en unos días estaré apretando fuerte contra mí… A la chica de mis sueños.
- Muñequita, estoy que muero por tenerte delante, y aunque no lo creas también porque me lleves en tu moto - me dice sonriente en lo que pasa un mechón de pelo detrás de su oreja.
Esta noche se ve tan linda, me encantaría tanto poder acariciarla, hacerla sentir en cada toque en su piel, la persona más especial de este mundo, porque eso es para mí.
Está sentada frente a su laptop en una mesa de estudio que tiene en su cuarto. Puedo verla desde el comienzo de sus pechos para arriba y casi la mitad de su habitación detrás de ella.
- Pensé que no te gustaban las motos, - le digo con una sonrisa igual de grande - pero si es lo que quieres yo no me negaré, siempre haré lo que tú quieras mi sueñito - qué gobernada estoy, no me lo creo. Pero me encanta estar así. Me siento tan enamorada que a veces me da miedo.
- ¿A sí? ¿Lo que yo quiera? - me dice con insinuación levantando una ceja mientas, me mira coqueta y yo asiento con la cabeza mientras me muerdo el labio inferior - Qué tentador suena eso Muñequita, te tomaré la palabra - nos sonreímos con picardía, al final nos vamos entendiendo y muy bien - Y amor, no, no me gustan las motos, pero si me gustas tú y me encantó ese día que pude montar en ella mientras me aferraba fuerte a ti - volvemos a sonreír recordando ese día, el primer día que pasamos juntas.
- En ese caso estaré encantada de llevarte al lugar que quieras mi amor - juro que a través de esta pantalla puedo ver un brillo en sus ojos muy especial.
- Claro, tienes que llevar a tu novia donde te pida - reímos por eso, ella es tan linda, no me canso de verla reír, su risa para mí es una de las maravillas del mundo - Me encanta tanto esto, el que seas mi novia es… - no pudo terminar de hablar porque en ese preciso momento su padre entra a su habitación sin tocar hablando muy rápido.
- Hailey, mañana quiero que estés lista temprano para… - pero se queda callado, algo me dice que escuchó.
Hailey lo mira y luego me mira y el hombre hace lo mismo, me mira a mí y luego a su hija, pero no con muy buena cara. Nunca lo había visto así. La impresión que me llevé de él cuando lo conocí era de un hombre amable y bueno. Ahora mismo, lo que veo en pantalla no se parece en nada a lo que conocí. Parece más el mismísimo demonio. Siento un extraño escalofrío recorrer mi cuerpo.
- ¿Qué fue lo que dijiste? - sí, escuchó. Joder. ¿Se enfadará? Por su tono creo que ya lo está.
- Papá, deja que te explique ¿si? - le pide mi sueñito con voz frágil.
Ella se pone de pie y da la espalda a la cámara para ver de frente al hombre, este camina hacia ella y se para a sentimientos de distancia haciendo que Hailey parezca pequeña delante del robusto hombre. Juro que puedo sentir el miedo de mi chica en este momento y yo también lo tengo, por ella, no estoy allí para apoyarla en este momento, para hacerle frente a esto juntas. No me gusta nada lo que estoy viendo.
- ¡¿Qué fue lo que dijiste Hailey?! - mierda, hasta yo metí un brinco con su grito, este hombre da miedo - ¡Responde! - toma a Hailey del brazo y la aprieta fuerte, tanto que escucho como ella se queja.
- ¡Hey, suéltala! - le digo con rabia a la pantalla. ¡Joder! Como quisiera estar allí para pegarle a este hombre.
- ¡Te dije que no aceptaría nunca que seas una... Machorra! - le dice prácticamente sacudiéndo a mi chica del brazo, con mucho desprecio. Suelta una risita que me eriza la piel, esto no pinta nada bien - Dile adiós a mi hija. No volverás a saber de ella. ¡¿Me escuchaste?! - me dice a mí, hablando fuerte y alto.
- ¡Eso no lo decides tú! - le grito enfurecida, dándole un golpe a la mesa de mi laptop, la ira me consume.
- No, no Andrea, por favor no hables más. ¡Cuelga la llamada! - me dice mi chica ya llorando y yo muero de rabia, he impotencia, no puedo hacer nada - Dije que es mi novia - susurra, pero se alcanza a oír perfectamente - Es mi novia y estoy muy orgullosa de eso - levanta la mirada y lo mira a los ojos - ¡Ella es mi novia! ¡Te guste o no! - le grita mi chica empujándolo con fuerza zafándose de su agarre. El hombre la mira enojado y…
- ¡Hijo de puta! ¡Hailey sal de ahí! - le alcanzo a gritar antes de que Alfred apagara la laptop. Lo último que vi fue como le pegaba una cachetada y la tiraba al suelo - ¡Joder! - enfurecida, le pegué con todas mis fuerzas a la pared haciendo que mis nudillos duelan, pero no más que mi corazón en este momento. No puedo hacer nada y eso me mata.
Hay momentos en la vida donde realmente quieres y deseas con todas tus fuerzas hacerle mucho daño a alguien, sabes que está mal querer esto, pero sientes que esta persona lo merece. Merece sufrir porque ha hecho daño a otros y si es a una persona que te importa, más quieres que pague. En ocasiones no quieres que el karma actúe, no puedes esperar a eso, quieres hacerlo tú por tus propios medios. Aunque sepas que no está nada bien, aunque sepas que tal vez luego te arrepentirás y sentirás culpa porque no eres así. Así me sentí yo, en este momento.
Pero esta noche, con lágrimas de rabia he impotencia, mi reacción fue llamar a Hayden y confiar que este hiciera lo que yo no puedo. Ir y defender a la persona que más amo en el mundo. Mi sueñito.
- Hayden ¿Dónde estás? Tienes que ir ya mismo al cuarto de Hailey, por favor, tu padre… - hablé rápido mientras lloro.
- Andrea, cálmate, no te estoy entendiendo nada ¿Qué pasa con mi hermana? - era de suponer que no me entendería ¡Mierda!
- ¡Tu padre le está pegando! ¡Ve, ya! - le grito con impaciencia.
- Papá nunca haría eso ¿Qué dices? - no puedo creer, yo no era la única engañanda con Alfred Miller.
- ¡Joder, Hayden que yo lo vi! ¡No hay tiempo para esto! ¡Tienes que ir a ayudarla! - doy vueltas de un lado a otro en mi casa. No sé qué más hacer, él está muy calmado y me altera más.
- Vale, ya voy para allá - escucho como abre una puerta - Estoy en mi cuarto, solo es unos pasos y… - se escucha un ruido fuerte - ¡¿Papá?! ¡Vasta, no! - grita y luego otro ruido fuerte y pisadas apresuradas, supongo que Hayden dejó caer el teléfono al suelo y salió corriendo.
No dormí en toda la noche, llamaba a Hayden y este no me respondió más, también llamé a mi chica y nada. Me la pasé llorando, preocupada, sin saber qué pasa, pero por primera vez en mucho tiempo, le pedí a Dios que por favor no dejara que este hombre le volviera a poner una mano encima a ella porque yo muero. Si necesita que alguien sea golpeado en este mundo que me peguen a mí, pero nunca más a ella y mucho menos delante de mí.
***
Me desperté a las doce del día por mi perrito llorando al lado de mi cama, no recuerdo cuando me quedé dormida, solo sé que mi pecho duele y no puedo hacer nada para calmar este dolor. Me siento en el suelo con la espalda apoyada en la cama y comienzo a acariciar a Romat.
Ya han pasado dos días y no se nada de ella. Se supone que mañana es el día de mi vuelo. No he ido a la universidad y casi no como, no tengo ganas de nada y siento que muero por dentro. Solo estoy pendiente al teléfono, pero ignorando la lluvia de mensajes y llamadas que me han dejado Dani, Tori y Roi.
Me levanté de mala gana a darme un baño, al verme en el espejo casi me asusto, tengo los ojos hinchados de tanto llorar. Después del baño realmente no hay mucha diferencia en mi cara, solo refleja la tristeza que siente mi alma en este momento.
Creo que estoy incluso peor que en esos meses que no supe de ella. Al menos antes por mi cabeza pasaba que tal vez ella me olvidó o que estaba con alguien más. Ahora es diferente, ella me quiere y si no me ha llamado es porque no puede hacerlo. Antes al menos la veía feliz aunque yo estuviera mal, ahora sé que mi sueñito está incluso peor que yo ahora mismo.
¡Joder! Que su padre no reaccionó nada bien. Es homofóbico, no me lo esperaba. Si tan solo fuera como los míos, tan amorosos y comprensivos. Pero no todo es perfecto, todos los padres del mundo no son así. Puede que haya algunos incluso peores.
Nunca entenderé por qué no dejan a sus hijos ser felices ¿Qué tiene de malo amar? No somos delincuentes por esto, solo somos humanos que queremos al igual que todos. Pero lamentablemente algunas personas piensan que somos diferentes, ni que fuéramos una raza distinta de humanos ¿Por qué? ¿Por querer a alguien de nuestro mismo sexo?
No pueden estar más equivocados.
Puede que existan relaciones homosexuales mejores que muchas heteros y “normales” en este mundo. En lo que la pareja gay es feliz, se quieren y se respetan, la pareja hetero puede ser de un hombre que pega a su mujer, o que ni siquiera se sean fieles el uno al otro, existen mil ejemplos. Existe todo. Pero ellos, a los ojos de personas como el padre de Hailey, están bien, más que bien, siempre y cuando no sea una relación “anormal”.
Estoy segura de que ese hombre opina así, si no, no hubiera reaccionado de esa manera tan atroz con su hija. Con mi sueñito… Mi novia hermosa que tanto amo.
Me tiré en el sofá con el teléfono en la mano, esperando ver alguna llamada o mensaje, pero nada. No sé cuánto tiempo pasó, pero salí de mis pensamientos y reflexiones cuando tocaron a la puerta. Me arrastré prácticamente a esta, sin ganas de abrir y juro que debería no haberlo hecho.
- Hola Andreíta hermo… sa… ¿Qué tienes? - ¿Si les conté que la arpía sabe si de vivo? Lo averiguó en esos meses que no supe de Hailey y pues ahora viene a “visitarme” todas las semanas. No soporto a esta mujer. Me cambiaré de departamento, lo juro.
- No estoy para tus gilipolleces hoy Melanie, a sí que por favor. Vete - intento serrar la puerta, pero ella se interpone y pasa a mi departamento. Lo que me faltaba - ¿Ahora qué? ¿Qué quieres?
- No te ves nada bien y eso es muy raro en ti. ¿Qué te pasa? - la muy fresca se sienta en mi sofá con las piernas cruzadas. Yo tomo aire y paciencia a la vez.
En estos meses ella se ha llevado la impresión de que sigo soltera, sus “informantes” han corroborado esta información. No sé quiénes son las chismosas, solo sé que son amigas suyas que van a mi universidad.
- ¿Ahora fingirás que te importo? - me cruzo de brazos frente a ella y esta levanta su mirada hacia la mía, como detesto esos estúpidos ojos azules.
- Preciosa, tú siempre me has importado - eso no se lo cree ni su madre. Se pone de pie y se acerca a mí, yo doy pasos en reversa - Me huyes como si yo fuera la mismísima peste.
- Puede que lo seas, eres capaz de provocar muchas muertes, con tu carroña - puede que tenga enterrados algunos cadáveres en su patio. Quién sabe.
- Ay, qué lindas palabras amor - dice con sarcasmo y una sonrisita estúpida.
- No me llames así - ¿Acaso no tiene dignidad? ¿No le avergüenza que la echen de un lugar? Supongo que no, en estos meses no le ha importado y sigue viniendo, todo porque piensa que estoy soltera y que me decide de mi “perra guardiana”, como decía ella.
- Vale ¿Entonces como te llamo? No tengo tu número - pasa una de sus manos por mi brazo y yo la aparto.
- Ja, ja, ja. Muy graciosa Melanie. Ya vete de mi casa - digo caminan y sentándome en el balcón. El día está tan lindo y yo estoy como si lloviera en mi interior.
- ¿Por qué no fuiste a la universidad hoy? Ayer tampoco fuiste - dice uniéndose a mí en el balcón.
¡Aplausos para la arpía! Llamaré a la policía para que la saque “pacíficamente” de mi casa.
- ¿Ahora me espías? Eres una acosadora ¿Lo sabes no? - la miro con el ceño fruncido.
- Eso antes te gustaba… y mucho - dice acercándose a mí y yo me pongo de pie para alejarme.
- Estaba loca en ese tiempo.
Es verdad que me gustó mucho en aquel entonces y caí en sus redes. Me encantó que consiguiera mi número sin que ninguno de mis amigos se lo facilitara, que supiera muchas cosas de mí y que de cierta manera me “cuidara”. No sabía lo que había detrás de todo eso. Ella siempre fue mi acosadora y yo me enamoré de ella por idiota. Si alguien me hubiera advertido que si veo a una sexy y linda acosadora de ojos azules… Corra en dirección contraria, tal vez no me arrepentiría tanto de esto, porque… Yo corrí, pero a sus brazos.
- Sí, claro que sí, pero por mí - dice sonriendo pícara, yo estoy enfurecida, ya no soporto más ver su odiosa cara. Quiero saber de mi novia y esta arpía no ayuda, solo me hace sentir peor.
- ¡Largo de mi casa ya, Melanie! - le hablo fuerte y la fulmino con la mirada.
- Vale, me iré, total, veo que no se puede uno preocupar por ti. Eres una grosera. Ya me voy - da unos pasos y la veo salir por la puerta del balcón camino a mi sala. Yo me apoyo en la baranda y miro a la calle - Se me olvidaba algo - dice cuando pensé que ya se había ido.
Me volteo a ella con pesadez y antes de que pueda reaccionar siento sus manos en mi cara y acto seguido sus labios en los míos.
Abro mis hinchados ojos a más no poder y la empujo fuerte por el pecho, pero ella se sujeta duro de mi cabeza, no me suelta, hasta que siento como toma entre sus dientes mi labio inferior y lo muerde tan fuerte que me saca sangre, me quejo por el dolor, apretando los ojos, es entonces cuando ella se aleja de mí.
Me llevo la mano a mi boca y luego me la miro, tengo sangre ¡Maldita arpía! La miro con rabia y ella tiene una sonrisa triunfante en su cara, pero no por mucho tiempo. Cierro mi puño y con ese mismo le pego con todas mis fuerzas en su cara.
- ¡Arpía! ¡No te vuelvas a acercar a mí! ¡¿Me entendiste?! - le grito para que todo el vecindario lo escuche si es necesario.
- ¡Ay! ¡Hostia! - ella se lleva la mano a la cara, se sujeta de la pared para no caer al suelo y me mira como hace mucho, no veía, con rabia, me preparo para que se me venga encina - ¡Eres una hija de puta, Andrea! - como lo supuse, viene contra mí, intenta darme una cachetada, pero solo le da a mi mano, me hubiera dado si estuviera desprevenida, pero no así, sin embargo… no vi que era un señuelo para su puño en mi barriga - ¡No vales la pena! ¡Nunca te creí capas de pegarme así! - comienzo a toser sin aire, pero me levanto y le acierto una cachetada - ¡Ah! - cuando piensa que terminé le caigo encima y le sujeto las manos por encima de la cabeza - ¡Suéltame estúpida!
- ¡Se acabó! ¡No te quiero volver a ver Melanie! - le grito a la cara y de reojo veo que alguien entra a la sala.
La rabia me consume y por un instante, juro que dejo de ver a la arpía de mi ex y veo al padre de Hailey. Tengo la oportunidad de devolverle lo que le hizo a mi chica y así lo hago. Suelto una de sus manos y le doy dos puñetazos en la cara. No me detengo, quiero que pague.
- ¿Andrea? - es Daniela, claro ella tiene llave, viene al balcón porque escucha los gritos a demás de mi perro ladrar, él también está aquí mirando - ¡Dios! ¡¿Pero qué hacen?!
- ¡¿Están locas?! - vino con Juliana.
Las dos nos miran perplejas por un segundo y cuando reaccionan nos separan, Melanie me había agarrado del pelo con una mano y con la otra incrustaba sus uñas en mi cuello. Daniela prácticamente me cargó en peso para salir de encima de esta loca, no la dejaría tan fácil.
- ¡Suéltame Daniela! ¡Deja que le parta la cara!
- ¡¿Qué carajos te pasa tía?! ¡Tú no eres así! - me toma de la cara y me hace mirarla - ¡Mírame Andrea! - la miro con la respiración agitada, la rabia, la impotencia, no puedo hacer nada y ni siquiera sé dé ella. Comienzo a llorar y Dani me abraza - Ya está hermosa. Ya estoy aquí, para ti.
- Llevaré a Melanie a un hospital - escucho que dice Juls a mi espalda. Yo solo sigo llorando en los brazos de mi amiga mientras que esta me aprieta fuerte contra ella - Vamos Mel.
- ¡No hace falta, estaré bien, pero esto no se quedará así! - escupe mi ex entre quejidos de dolor.
- ¿Es en serio? Melanie no es por defender la violencia, estoy en contra de eso, pero estás en la casa de mi amiga, te conozco bien, de seguro la provocaste - le dice mi Dani.
- Vamos Melanie, te llevaré a tu casa - vuelve a decirle Juliana con la voz calmada.
- ¡Que no me toques! ¡Me voy sola! ¡Que las jodan a todas! - después de eso escucho un portazo. Espero que sea de que por fin se fue.
En la sala solo se escuchan mis sollozos y luego siento a Juls unirse al abrazo. Me separo de las dos, les doy un beso en la mejilla a cada una y me voy al sofá. Ellas se unen a mí allí, una a cada lado.
- Venía a preguntarte por qué no fuiste a la universidad, pero ya me queda claro - dice Dani acomodando mi pelo en lo que mi otra amiga toma mi mano y me sonríe - ¿Quieres contarnos qué pasa? - yo niego y dejó caer mi cabeza en el hombro de Dani.
Luego de unos minutos mis amigas logran calmarme, pero no hacen que mi preocupación disminuya, no se nada de la chica de mis sueños y eso me preocupa. Mi loquita me ayudó a lavarme la cara, el cuello y las manos, estas tenían sangre, creo que me pasé con Melanie. Luego volvimos al sofá.
Juls me cuenta que lo dejó con su novio, dice que simplemente no está enamorada y que no quiere seguir con él así. Me parece bien, siempre ha sido una chica sincera.
Estamos más relajadas, ellas acabando con mis compras y obligándome a comer algo, me hacen reír al embarrar una a la otra con la comida, pero de un momento a otro me miran a mí, ya sé lo que traman y salgo corriendo del sofá. Pero me acorralan.
- ¡No, chicas no¡! Esperen! - les digo riendo, obvio no me hacen caso, pero soy salvada por la campana, alguien toca a la puerta - ¡Están tocando, chicas! - les grito para que me suelten y salgo corriendo entre risas a la puerta, pero mi sonrisa se borra al ver a la persona parada detrás de ella - ¡Idiota! ¡¿Qué haces aquí?!
Tomo a Hayden de su chaqueta y lo miro enfurecida, no me importa que me tenga que poner de puntillas para esto.
- Calma, deja que te explique - me toma por los hombros y yo lo aparto. La rabia ha vuelto a mí.
- ¡¿Dejaste a tu hermana sola, imbécil?! ¡¿Cómo puedes hacer algo así?! - le doy golpes en su pecho, este chico está duro, de seguro ni lo siente.
- ¡No! Mírame Andrea. ¿Crees que haría eso? - me toma de las manos para que deje de pegarle.
- Sí - le respondo con total sinceridad y él ríe.
- Bueno, si desconfías así de mí entonces no te diré donde está mi hermana - mis ojos se abren al instante. ¿Eso quiere decir que ella está bien? - ¿Si quieres saber? - asiento emocionada con una sonrisa grande y él se acerca a mi oído, jalando de mis manos para susurrarme - Te diré cuando tú me digas quién es la del pelo negro bonita - ahora soy yo la que ríe.
- Ya dime, pesado - me suelto de su agarre y me cruzo de brazos. Él me mira con una sonrisa, pero luego se torna tristona.
- Está en el auto de abajo - su voz también está triste ¿Por qué?.
¡Yo estoy más que feliz! ¡Mi sueñito está en España! ¡Y no en cualquier lado, sino a unos metros de mí!. Casi salgo disparada por la puerta cuando él me retiene de la mano
- Andrea… - no dejo que hable.
- No hace falta que digas nada, me imagino… - le digo también tristona y él asiente. Miro a mis amigas y les sonrío - Ahora vuelvo chicas, mientas… Dani, presenta a Hayd con Juli - le guiño un ojo a mi mejor amiga y ella entiende al momento.
Salgo del edificio y miro a todos lados, no veo la típica camioneta de los Miller. Es más, no veo ningún auto excepto… Claro, como no, uno superlindo, deportivo, que de seguro es de Hayden. Me acerco, este tiene los vidrios negros. La puerta del copiloto se abre y yo entro, nada más cerrar no me da tiempo ni de ver quién me abraza, solo siento que alguien lo hace.
Un olor dulce especialmente conocido invade mis fosas nasales y sonrío sintiendo mis ojos humedecerse. Escondo mi cabeza en su cuello y siento como comienza a llorar. Después de cuatro meses, por fin, puedo abrazarla, otra vez. Me aprieta con fuerza contra ella y yo hago lo mismo.
No recuerdo un momento en el que sienta tanta felicidad y alivio al mismo tiempo en toda mi vida. Ella está aquí conmigo, está bien. Nunca más la dejaré ir. Nunca más dejaré que la lastimen.
- Mi sueñito… - no me deja hablar, ni verla y simplemente me besa. Sus manos en mi cara me hacen sentir tan querida. ¡Dios, como la eché de menos!
Mi corazón late con fuerza y una sensación de felicidad me abruma de manera exquisita. Sentir sus suaves labios sobre los míos después de tanto tiempo, es como conocerlo por primera vez y… Su labio inferior tiene una… ¿Cortada? Me separo de ella, entristecida, miro toda su carita en lo que la acaricio con suavidad con mis dedos, no puedo contenerme y comienzo a llorar. Me duele mucho verla así.
- No llores muñequita - me dice acariciando mi cara, sus lágrimas bañan también la suya y yo las seco con extrema delicadeza - Debí ponerme maquillaje para que no me vieras así - niego y le doy un suave beso - La verdad es que no quiero ocultarme más a ti - me alegra escuchar eso por mucho que muera de tristeza he impotencia ahora mismo.
- ¿Cómo se atreve? - tiene un morado en su pómulo bastante grande, su labio picado y una cortada en una ceja de un ojo, como si se hubiera dado contra algo. Le miro las manos y tiene un morado en el brazo, llegando al hombro - Lo mataré por esto - digo acariciando sus brazos. Ella vuelve a abrazarme.
- Tranquila, ya todo está solucionando. Gracias a Hayd. Lo denunciamos. Queremos que le pongan una orden de alejamiento.
- Él tiene mucha influencia - le digo sin dejar de llorar.
- Mi madre también y ella… Ella va a apoyarnos y mis abuelos. Te explicaré, con más calma. Ahora solo quiero disfrutar de este abrazo. Deja de llorar mi amor. Por favor - deja de abrazarme y seca mis lágrimas con hace un momento hice con las suyas - ¿Qué te pasó en el labio? ¿Esto de tu cuello son arañasos? - mierda, en este momento no me gusta que sea tan detallista. No quiero que piense cosas que no son.
- Tuve una pelea hoy. Te contaré después ¿Si? - ella asiente acariciando mi labio con su pulgar.
- Mataré a la gata que se atrevió a tocarte - dice con el ceño fruncido, pero me hace sonreír.
- Ven aquí - la vuelvo a abrazar y acaricio su lindo cabello de miel que tanto amo - Quédate conmigo, en mi departamento. No quiero separarme de ti.
- Pensaba pedírtelo si no me lo pedías tú - dice con una risita y se me forma una sonrisa en mi rostro - Te eché mucho de menos mi muñequita - escucharla decirme eso en mi oído no tiene precio.
- Y yo a ti mi sueñito.
No sé cómo lo hizo, pero de un momento a otro ella está sobre mis piernas en el asiento del copiloto. Con una pierna a cada lado de las mías, yo coloco las manos en sus muslos, en lo que una de las suyas se enrolla en mi cuello.
- Mi muñequita. Te quiero - dice con voz dulce, mirándome a los ojos y acariciando mi cara suavemente con su mano libre para luego besarme con calma.
Nunca antes me había dicho que me quiere de frente, y mucho menos mirándome a los ojos como lo acaba de hacer, en medio del beso se me escapa una lágrima de felicidad. Nos chupamos los labios con extrema delicadeza y lentitud como si el tiempo se hubiera frenado en este instante que siento eterno y me llena de alegría.
Después de un momento que disfruté muchísimo, deja de besarme para abrazarme con fuerza, yo la tomo de la cintura y la pego más a mí.
- Yo también te quiero. Te quiero mucho sueñito - le susurro al oído y ella me aprieta más contra su cuerpo.
Nos pasamos un rato abrazadas, sin hablar, no hacía falta, solo necesitábamos estar así de cerca, yo necesitaba sentirla y que me impregne la ropa con su dulce aromas.
Luego compartimos otros suaves besos, ninguna de las dos queremos lastimar a la otra y la verdad, si a mí me duele mi labio no me imagino el de ella. Me mata verla así.
Pero juro por Dios que no puede haber nada mejor en el mundo que tener a la persona que amas entre tus brazos. Sosteniéndola con fuerza, aspirando su aroma, sintiéndola respirar con calma en tu cuello.
Sé que ella se siente protegida y amada a mi lado, así como yo me siento en paz y en plena felicidad cuando la tengo cerca. Por fin, después de mucho tiempo en mi vida, siento que algo tan lindo como esto que siento, es mutuo.
Amo a mi sueñito y me siento amada… Por mi novia.
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Próximo capítulo je, je, je… Ya se imaginarán que viene y si no, pónganse a pensar ¿Qué harían en un reencuentro con la chica de sus sueños?
Como siempre agradecerles por sus comentarios y votos, aunque ya no comentan tanto ಥ‿ಥ y eso me gusta, a demás de que me anima a escribir.
Si no me han seguido háganlo para que puedan saber cuándo serán las próximas actualizaciones a demás de novedades como una nueva historia que publiqué y continuaré cuando termine esta. Por ahora solo está el prólogo.
Hasta la próxima actualización, abrazos mis amores.
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