Epilogo
Muchas gracias por acompañarme hasta aquí y en esta historia. Muy pronto vendremos con otra historia de los Morgan. Si así ustedes quieran.
***
Shane
Dos meses después.
Ya la dulce espera había terminado.
Suspiro enamorado al ver el fruto de nuestro amor en sus cunas. Hace un mes nos habíamos mudado a la casa queríamos estar instalados para cuando nacieran los bebes. Y tan solo hace una semana nacieron en perfecto estado, cuando escuche sus llantos llenar la estancia con esos pulmones, que al parecer estaban reforzados, me sentí el hombre más feliz del mundo.
Pero la escena que más me cautivo fue ver a mi hermosa esposa cargando a nuestros hijos.
Aun estaba como flotando en el aire, no podía creer que ya era padre de dos niños muy activos. Eran preciosos sin duda se parecían mucho a los Morgan pero tienen los ojos azules de su madre y solo uno saco el cabello castaño como ella.
Salgo de la habitación cuando termino de percatarme que están profundamente dormidos, pasan la tarde durmiendo para hacer fiesta de noche.
— Hijo, ya me voy. Tengo que ir a la iglesia, si necesitan algo me llaman. — Mi madre viene todos los días para ayudar a Azul con los bebes.
— Está bien mami. Conduce con cuidado. — beso su mejilla.
— Adiós amor.
Se despide bajando las escaleras. Entro a mi habitación donde encuentro a mi esposa comiendo, me acerco a ella depositando un beso en su frente y apoyo mi cabeza en sus piernas.
— Mi amor, tu madre me estaba comentando que ya solicito la fecha para el bautizo de los bebes. — Escucho su melódica voz reconfortar mi alma. Me encantaba su timbre de voz.
— Y ¿Cuál es la fecha? — Pregunto mientras cierro los ojos al recibir sus caricias en mi cabello.
— El treinta de Mayo. Estaba pensando que después del bautizo podemos festejarlo en el restaurant.
— Perfecto. Pobres de nuestros hijos con esos padrinos. — Se carcajea.
— Bueno aunque están un poco locos, se que los amaran.
— Ya verás cuando le diga a Zabdiel y a James que serán los padrinos. ¿Sabes que volvieron a apostar?
— Y ¿Cuál es la razón de ahora?
— Cuál sería el padrino. Porque dicen que las madrinas está muy claro quiénes serán.
— Claro, es obvio. — Asiento estando de acuerdo porque no podríamos buscar mejores madrinas que nuestras mejores amigas. — Amor, estaba pensando algo. Me gustaría honrar de alguna forma a mi hermano. Quiero que nuestros hijos aprendan a quererlo aunque no esté físicamente.
— Y ¿Qué propones?
— Que lo nombremos Mykell y Mike.
— ¿A cuál le pondremos Mike? — enfoco mi vista para verla a los ojos los cuales tienen un brillo de felicidad.
— A Shane. Suena más bonito Shane Mike.
— Me gusta.
— Y nuestro castañito Mykell Chase.
— Me encanta. Pero lo que más me gusta es verte feliz. — le digo robándole un beso cuando estábamos más concentrados en nosotros, sonó el timbre. — ¡Que inoportunos! — exploto mientras mi esposa se ríe.
Voy bajando las escaleras mientras en mi mente ya se quienes son, siempre andan como si fuesen una manada. Abro la puerta encontrándome con todos mis hermanos y primos.
— Hola parido. Vinimos a ver a nuestros sobrinos.
— Adelante. — digo sarcásticamente porque pasaron como Pedro por su casa. — solo les aviso que están durmiendo el que los despierte pasara la tarde cuidándolos.
— Ay, hablas como si fuesen unos ogros. — dice Adler para comenzar a subir las escaleras.
— Tú, no sabes lo que hay que hacer para que se duerman.
— Hola, cuñada. — Saluda Charlie.
— Hola, chicos. Iré a poner el café.
— Yo lo hare, no te preocupes. Mejor ve con ellos para que no despierten a Shane y Chase.
— Si cuñada de esa forma nos puedes decir quiénes serán los padrinos.
— Sabes que soy una tumba.
Dejo de escucharlos cuando entro a la cocina donde comienzo a preparar café. Lo bueno es que tengo cafeteras grandes porque de lo contrario no terminaría hoy brindando café.
Cuando esta el café los llamo para ir al jardín. Todos nos sentamos mientras conversamos de tantas cosas, siempre he atesorado estos momentos. Mi vida sencillamente fue la mejor por tener a todos ellos cuidándome las espaldas al igual que yo lo hacía. Y sé que mis hijos estarán bien cuidados si alguna vez le falto, porque lo que más le sobran son tíos que sin dudar darían sus vidas por ellos.
— Y entonces Zabdiel ¿Qué es lo que pasa entre mi amiga y tú? — Comenzamos a reírnos por la pregunta tan directa de Azul a mi hermano, ni siquiera nosotros le hemos hecho esta pregunta aunque ganas no nos faltan.
— No sé de qué rayos hablas.
— No te hagas. Pero si siento las chispas que saltan entre ustedes cuando se miran, imagínate cuando se dan las manos.
— Te estás haciendo ideas.
— Ay ya Zabdiel. No sé porque lo ocultas. — dice Luther. —Podría jurar que se conocían de antes y hasta que han llegado a tener sus roces.
— No sé qué película se han hecho ustedes.
Cambiamos de conversación porque sabíamos que no le sacaríamos nada, pero de que algo pasa entre ellos es sumamente evidente. Y en toda la tarde lo dejamos tranquilo algún día sabremos lo que sucede.
Mucho más tarde se despidieron y pudieron ver despiertos a los reyes de la casa. Mientras que mi esposa y yo sosteníamos a nuestros hijos, y en pocos minutos recibiríamos la llamada de su madre quien nos acompañaba en las noches. Sin temor a mentir podría decir que serán los niños mas consentidos de toda Atlanta.
Azul
Todo había sido un éxito. Presentamos a nuestros hijos ante el señor.
Nunca pensé que en plena iglesia James cobraría la apuesta aun sonrió recordando cuando mi suegra le dio una bofetada por estar tentando a Dios. Recibió una charla de valores cristianos que si no salió convertido es porque es una piedra.
Sabía que mi familia no se perdería un momento tan importante, Chase y Shane andan de brazos en brazos. Están aprovechando que pueden verlos y tocarlos, no habían podido venir porque se perderían el bautizo.
Colocamos a los bebes con cuidado en el asiento trasero para dirigirnos hacia el restaurant donde festejaríamos este evento importante para todos nosotros. Shane aparco e inmediatamente recibimos ayuda, todos estaban como locos con los bebes.
Quién diría que hasta los policías que son los más serios en la familia, todos los días van a buscarlos para darle un paseo cuando terminan su turno. No me puedo quejar con los Morgan han sido una buena ayuda.
Entramos tomados de la mano alegrándonos con la decoración colorida y con el olor que desprendía la cocina con esos sabores que impregnaban nuestro paladar. Ver tan alegres a nuestros bebes era lo más hermoso aunque sabía que dentro de poco se dormirían por lo que hay que aprovecharlos mientras estén despiertos.
Hable con Jordán para que empezara a tomarles las fotos, hemos descubierto que esa es su pasión y lo estamos animando para que se forme profesionalmente. Es muy terco pero yo lo soy más. Por lo que sí o si terminara siendo un fotógrafo profesional.
Vi a mi padre algo nervioso después de recibir una llamada, su mirada se engancho en mí y un brillo extraño se poso en sus ojos. Le pregunte que le sucede y negó tener algo, se despidió porque surgió un imprevisto. Todo me pareció tan extraño pero lo deje pasar.
Cuando mis dos angelitos se rindieron nos despedimos de todos para regresar a casa. Shane me iba contando de los nuevos proyectos que tiene en mente pero que aun no le encuentra forma. Legamos por fin a casa y acostamos a nuestros bebes.
Salimos abrazados de la habitación de los bebes, sonreí por lo cómodo que era estar con mi esposo. Nunca ha faltado la confianza y el respeto entre nosotros, lo cual considero es lo que nos ha permitido poder enfrentar las adversidades y problemas. Mi madre siempre ha dicho todo se resuelve conversando, exponiendo esos miedos y las cosas que nos disgustan porque si no la dices no la sabrá.
—No sé cómo le haces, pero cada vez que te miro pienso que es la primera vez. — dice mi galante esposo haciéndome sonrojar.
— Te amo mi amor.
— Yo te amo más mi princesa.
Me toma en sus brazos y me conduce a nuestra habitación depositándome en la cama, comenzó a quitarse la camisa de los pantalones procedió a quitarse los zapatos mientras yo me perdía en el espectáculo. Sin ningún tipo de miramientos me quede embelesada mirando su torso desnudo y musculoso que se flexionaba mientras se deshacía de su ropa.
Cuando estuvo completamente desnudo se acerco a mí, poniéndome en pie para quitarme el vestido coral.
- No sabes lo afortunado que me siento al ser tu esposo. — su confesión puso mis sentimientos a flor de piel.
- Estamos en la misma sintonía amor. Te amo tanto, tanto que no tienes una idea.
- Claro que sí. La misma magnitud de mis sentimientos.
Su boca se apodero de mis labios acallando cualquier palabra. Y con amor y la pasión que nos era características nos unimos en un solo cuerpo. Aprovecharíamos antes que nuestros hijos decidan comenzar su fiesta nocturna.
Nos olvidamos de todo a nuestro alrededor menos de nuestros dos regalos, el silencio solo fue roto por los jadeos y gemidos que salían de nuestros labios. Nos amamos como solo nosotros sabemos hacerlo.
Nunca mi amor por mi esposo se agotaría, la verdad que me saque la lotería con el hombre sexy, detallista, amoroso, fiel y sumamente respetuoso que me toco. Y ahora tengo para sumar lo buen padre que hasta el momento ha demostrado ser, a lo cual no tengo duda que lo seguirá siendo.
Nos abrazamos recuperando el aliento cuando el llanto de nuestros bebes nos sacan de la burbuja.
— Por lo menos esta vez nos dejaron terminar.
No aguanto la risa explotando a carcajadas. Nos damos un último beso, hasta el momento, para ir atender a nuestros bebes. Los cuales se callan inmediatamente los tomamos en brazos y se carcajean cuando ven a su padre.
Sonrío porque no me quejo de mi vida.
Tengo a mi lado a los tres hombres de mi vida.
Fin
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro