Dedicado a @JuliaPauth @bellastridswan y @mariferodriguezcalvo espero les guste y disfruten este capitulo.

Shane

Amo a mis hermanos y mis primos pero justo en estos momentos solo quiero ahorcarlos, es que como se atreven a venir a interrumpir mi cita. Aunque ahora que me acuerdo no los llame para avisarles que no asistiría a la noche de juego.

Ya tienen alrededor de media hora aquí, hablando de tonterías e interrogándola. Creen que no me di cuenta de sus intensiones desde que traspasaron el umbral de la puerta, tengo veintisiete años conociéndolos como para no saber de que son capaces. Pero a pesar de todo se que no le harían daño.

Después de terminarse todo lo que les prepare los eche de mi restaurant, muy apenado me disculpo con Azul mientras nos dirigíamos hacia mi auto para irnos al departamento.

- No tienes porque disculparte. Se nota que te quieren mucho.

- Si, y hablando de hermanos ¿Tienes o eres hija única?- su rostro se entristece por un momento.

- Si tengo. Tenía cinco hermanos y dos hermanas.

- ¿Tenias?

- Uju, mi mellizo tuvo un accidente aéreo y fue declarado muerto.

- Lo siento mucho.

- Gracias, esa fue una de las razones por la que me mude a Atlanta. Todo cuanto miraba me recordaba que había perdido esa mitad de mi vida, necesitaba un nuevo respiro que me reconfortara el alma. Nosotros habíamos soñado con vivir aquí, y al final termine yo cumpliendo nuestro sueño.

- ¿Cómo se llamaba? Claro si no te molesta hablar de él.

- No, no me molesta. Se llamaba Mikell Javier, pero lo acortábamos a Mike.

- Cuéntame algo más sobre tus hermanos.- sonríe.

- Mi madre tuvo tres hijos, Mike, Ignacio e Isaac. Ellos son un terremoto de hiperactividad, aunque ellos creen que yo soy su madre. Ignacio tiene nueve, Isaac siete años. Mi padre tuvo seis hijos, Xavier, Mar, Leyla y Marcos, obviamente contándonos a Mike y a mí.

- Tienes una familia extensa también.

- Si.

- ¿Y cómo te llevas con tu madrastra y padrastro?

- Muy bien, ellos son muy dulces. Me quieren como si fuese su hija.

- Eres afortunada entonces.

- Ya lo creo.

Aparque en mi reserva, subimos en el ascensor solo un par de tramos nos separaban los cuales no podía acortar. Tenía una apetencia de correr hasta su lado, apegarla a mi cuerpo para que pueda parpar el creciente deseo que tenia por ella y cubrir sus labios con los míos degustar con gran esmero y pasión hasta que pierda la cordura. El sonido del ascensor deteniéndose me saco del trance que me había introducido.

La acompañe hasta su departamento, aun no quería despedirme de ella pero sabía que era lo correcto.

- ¿Qué harás mañana?- pregunto cómo últimamente se me está haciendo costumbre.

- Tengo varias reuniones a la cual asistir.

- Bueno pues quedaremos otro día. Ya el lunes cumpliremos una semana de conocernos.

- ¿Llevas esa cuenta?- me pregunta sorprendida.

- Por supuesto ¿cómo olvidarlo?- empieza a reír por mi afirmación.

- Tienes razón.

- Entonces ¿qué tal si quedamos el lunes y hacemos algo especial?

- Por mi encantada.

- Buenas noches, Azul.

- Buenas noches, Shane.- nueva vez se despide de mi con un beso en la mejilla y la veo desaparecer en su departamento.

Al abrir la puerta del mío, encuentro a mi fiel amigo corretear hacia mí saltando en su lugar. Lo acaricio recibiendo lamidas de su parte. Le doy de comer y como costumbre me siento a ver una película con mi bolas de pelos.

***

- Shane ¿Podrías dejar de pensar en tu vecina?- me gire mirando a mi hermano Zabdiel con el ceño fruncido.

Después de asistir a la iglesia para agradar a nuestra madre, todos terminamos en la casa de mis tíos para comer en familia. Me encontraba en el jardín con Zabdiel y Adler, pero solo era cuestión para que los demás se agregaran.

- ¿Quién rayos te ha dicho que estoy pensando en ella?

- Eso es evidente querido Shane.- argumenta Adler.- Si no te conociéramos como lo hacemos, diríamos que estas cayendo en sus redes.

- Hace solo unos días que la conocí.

- ¿Cuando eso ha importado?- Zabdiel se encogió de hombros mientras miraba a lo lejos.- Esa chica con su personalidad solo tardo unos míseros segundos para tallarse en mi piel, y no sabes lo que me arrepiento de no haber seguido mi instinto. Su rostro me vuelve loco en sueños.

Recuerdo perfectamente lo diferente que regreso mi hermano de esa exposición en Madrid, había perdido su corazón con una extraña que solo había detallado de lejos y ni siquiera sabe su nombre o apellido. Ha intentado regresar a España para poder localizarla, pero aun no encuentra el momento.

- Hay algo extraño en ella.- dice Adler.

- ¿Por qué lo dices?

- Es que esquivo magistralmente las preguntas sobre su familia.

- Por eso lo dices? Puede que sea reservada en cuanto a su familia se refiere.

- Bueno ese es mi pensamiento.-

- Y que si la chica de Shane no quiere hablar de su familia?

- ¿Qué?- grita mi hermana Jazzlynn, que acababa de llegar donde nos encontrábamos.- ¿Quién es esa chica, Shane?

- La nueva vecina que tiene una tienda al frente del restaurant.- entre risas dijo el chismoso Adler.- Anoche estaban los dos solitos en el restaurant.

- Ya ustedes se hicieron un drama de todo esto.

- Tendré que darme una vuelta por esa tienda para saber quién es esta chica.- dice mientras entrecierra los ojos.- chicos me enviaron a avisarles que ya vamos a comer.

A Zabdiel y Adler no tuvieron que insistirle cuando ya estaban cerca de la mesa, antes de entrar a la casa Jazzlyn me detuvo.

- Shane me alegro que quieras darte una oportunidad. Solo ten cuidado no quiero que te lastimen.- me beso en la mejilla dejándome confundido. Porque en realidad no sé hasta donde las cosas podrán llegar con Azul. No por mi si no por ella.

Mientras estábamos comiendo en familia, el tema de Azul no dejo de ser tendencia y si había alguien que no supiese de nuestra cita ayer en la noche, pues ya estaban enterados. Ya me sentía que me habían tomado en broma por bastante tiempo, me despedí de todos y Salí rumbo a mi departamento.

Tenía un pensamiento brillando en mi mente, poder verla, pero no sabía si se encontraría en su departamento.

Lo que le había dicho a mi hermano y mi primo era cierto, solo tenía unos pocos días de haberla conocido, pero había omitido que en tan corto espacio de tiempo ya conocía más de ella que de otras mujeres con las que había salido. Y podía ver como la confianza iba creciendo entre nosotros.

Pero soy consciente que no le he contado nada sobre Gema, pero es algo que me cuesta. Y justo el tema de Gema es que me hacía pensar ¿Cómo puedo confiar en ella o alguien más? Mi vida se ha dividido en dos partes, antes de y después de Gema. Aprendí a ser reservado con mis asuntos, aunque con mis hermanos y primos tengo cierta confianza no les comento sobre con quien salgo o dejo de salir.

Quería que siguiera siendo así. Pero no entendía ¿Qué tiene de especial Azul? Porque no puedo sacarla de mi mente.

Baje del coche y apresuradamente me moví hacia el ascensor solo tenía un objetivo claro en mi mente, ver a Azul cueste lo que me cueste. Abriéndose la puerta inhale y me dirigí hasta la puerta de su departamento.

Mientras más me acercaba mas aumentaban mis deseos de verla, como si fuese una infusión necesaria de energía.

Trataba de convencer a mi mente que solo sería un experimento de buena vecindad, la saludaría y daría media vuelta. Toque el timbre y espere a que abriera, al cabo de unos minutos abrió la puerta y mi plan se fue por el retrete. Quería decirle que se veía hermosa, pero no quería sonar imprudente. Se notaba que acababa de tomar una ducha.

Algo notorio eran sus turgentes pechos en esa camiseta que era transparente, y no llevaba sujetador lo que dejaba en clara evidencia su contorno, eran abundantes y firmes.

"Para Shane deja de mirarlos"- me recriminaba mentalmente.

Me percate además que llevaba unos pantalones cortos que mostraban unas impresionantes y majestuosas piernas, las cuales quería explorar y perderme en ellas.

- Shane, ¿te encuentras bien?- su dulce voz me trae de regreso a la tierra, recordando que estoy parado en su puerta sin hacer ningún tipo de movimiento solo escaneándola descaradamente.- ¿por qué no entras?- me pregunto mientras retrocedía dándome espacio para poder entrar.

Su invitación me tomo de sorpresa, pero me deje guiar como los hombres cuando son llamados por el canto de las sirenas. Frente a mi tenia la mejor tentación que haya tenido en mi vida.

Podía ver sus ojos rebosar de deseo, me daba cuenta que no era el único que no podía dejar de querer algo más que besos y toques momentáneos.

Como si de una coreografía se tratase nos acercamos a la par, nuestros cuerpos rozándose y nuestras manos posadas en el otro. Tenía que inclinar mi rostro porque le llevaba unos cuantos centímetros de estatura.

- Esto es una locura.- susurro despacio.

- Si, una verdadera locura.- estuve de acuerdo mientras afianzaba mi agarre en ella.

Nuestra respiraciones se estaban agitando tan solo por la cercanía. Quería besarla, pero quería que fuera ella quien diera el primer paso. Maldita fuera la hora que prometí esa estupidez.

Y como si el cielo se apiadase de mí, subió su rostro hasta que nuestros labios se conectaron era justo lo que estaba esperando para tomar el control. Me adueñe de su boca, rememore ese beso que le había robado en su tienda y pude comparar que este era mejor. Todo se fue desenfrenando y enloqueciendo, su entrega al beso solo encendía mi libido.

Mis manos deambularon en su espalda desnuda recorriéndola mientras ella se estremecía en mis brazos, sus gemidos me estaban volviendo loco. Con sus manos ancladas a mi cuello aproveche para colocar mis manos en su trasero y elevarla para que me rodeara con sus piernas.

Ubique su sillón y me senté con ella a horcajadas sobre mí, mis labios descendieron a su cuello mientras ella suspiraba. Volví a subir depositando un beso en su frente.

- No sabes cuánto deseaba besarte.

- Yo también, Shane.

Volví a unir nuestras bocas, dejando que nuestros labios se conocieran mejor. Sabía que todo esto era una locura y que todo iba demasiado rápido, pero esto en vez de asustarme me agradaba. Y en mi corazón sentía que esto era lo correcto, me deje llevar por última vez antes de marcharme. Sabía que cuando llegara a mi departamento tendría que darme una buena ducha de agua fría.

***

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