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CAP 33: "Te Amo"

La pareja dormía plácidamente en aquella habitación, estaban tan cómodos que ninguno tenía intención de levantarse, bueno... Ésto hasta que Hoseok despertó debido a unos ruidos que provenían de afuera. Miró a Taehyung para asegurarse de que no se hubiera despertado y en efecto, aún seguía dormido. Le sonrió y acarició su cabecita con amor, la cual por cierto estaba recostada en su pecho en una posición bastante cómoda. Quiso volver a dormir nuevamente, pero los ruidos anteriores volvieron a escucharse y fue entonces cuando se dio cuenta de que estaban tocando a la puerta.

Soltando un leve gruñido por la pereza, se levantó con mucho cuidado de no despertar a su novio, se colocó el bóxer y fue a abrir la puerta.

—Ahora veo porqué los dos estaban tan desaparecidos— se burló Namjoon mirando hacia el interior de la habitación.

—Mierda, no lo veas— le tapó los ojos y lo sacó del cuarto para que dejara de estar viendo a su novio semidesnudo.

—¿Se divirtieron anoche?— con una sonrisa pervertida, alzaba y bajaba sus cejas de manera sugerente.

Hoseok rodó los ojos, se cruzó de brazos y soltó un suspiro —¿Cuándo dejarás de ser tan pervertido?

—Cuando dejes de amar a Taehyung— respondió desinteresado.

El pelirrojo rió —Entonces tendré que aguantarte así para siempre.

En ese momento, Seokjin bajó las escaleras y se acercó a ambos con un poderoso sonrojo en sus mejillas —¿Estaban ahí?— le preguntó al moreno, señalando la habitación.

Éste lo miró y asintió con su cabeza —Tal parece que nuestro lindo Hoseok le dio un buen regalo de cumpleaños a Taehyung— se burló.

Ante esto, el castaño lo golpeó en el hombro —Oye, que no se te olvide que es mi hermano de quien estás hablando— se cruzó de brazos.

El rubio hizo una mueca y sonrió apenado —Ya, está bien, lo siento.

Seokjin le sonrió arrugando su nariz para después dirigirse a su pelirrojo cuñado —Y tú, Hoseok— el susodicho volteó a mirarlo —Sí usaste condón con mi hermanito ¿Verdad?

El chico soltó una carcajada —Por supuesto que sí— desvió su mirada —Siempre que lo hacemos, lo uso.

Seokjin y Namjoon abrieron sus ojos en grande y empezaron a molestarlo con burlas y preguntas demasiado innecesarias, por lo que Hoseok rodó los ojos y en el acto, dirigió su mirada a algunas personas que estaban aún tiradas en el suelo durmiendo.

—¿Por qué no los echan? Ya la fiesta acabó.

—Nah, dejemos que duerman— Namjoon hizo un ademán con su mano, restándole importancia —Quiero que estén completamente conscientes cuando se den cuenta de que durmieron en casa de su tan odiado profesor— sonrió con picardía, no pudiendo esperar por ese momento.

—Qué mente tan retorcida. Si no les importa, voy a dormir otro rato— dando terminada la charla, se dio la vuelta, dispuesto a entrar nuevamente a la habitación.

—¿Y eso?— Seokjin abrió sus ojos en demasía al ver los arañazos en su espalda.

No necesitó especificar a qué se refería, Hoseok rápidamente se dio la vuelta para que aquellos dos no pudieran ver los rastros de lo que Taehyung y él hicieron anoche.

—¿Para qué te das la vuelta si ya los vimos?— preguntó el moreno con diversión, tratando de ver la espalda de su mejor amigo —En definitiva, tuvieron sexo salvaje.

Las mejillas del chico se tornaron del mismo color que su cabello —Vete al demonio, Kim Namjoon— espetó seriamente y tras entrar a la habitación, cerró la puerta de un portazo y le colocó seguro.

Las carcajadas de Seokjin no se hicieron esperar —Creo que se enojó contigo— se burló un poco.

—Nah, que se enoje— se encogió de hombros —De todas formas, le toca contentarse hoy. Vamos a arreglarnos.

—Está bien ¿Quién se baña primero?

—Hazlo tú, yo mientras tanto arreglaré la habitación.

El menor asintió de acuerdo. Sacó una toalla y ropa limpia de su bolso, subió al segundo piso y entró al baño del pasillo; después de lo que vio hace un rato, ni loco entraría al de la habitación.

Se deshizo de su ropa y entró a la ducha, primero asegurándose de que el agua estuviera a buena temperatura y al comprobar que así era, dejó que la lluvia artificial relajara cada músculo de su cuerpo. Se sentía cansado por haber pasado la mayor parte de la madrugada despierto y necesitaba realmente descansar por unos minutos. Vertió un poco de shampoo en sus manos y lo frotó en su cabello, comenzando a dar suaves masajes.

De pronto, sintió cómo alguien entraba a la ducha y se colocaba detrás de él. Iba a gritar, pero la mano de aquella persona tapó su boca y respiró cerca de su oído.

—¿No me reconoces, en serio?— esa voz.

De inmediato se quitó la mano de su boca y se dio la vuelta, notando que su contrario también estaba desnudo.

—Por un demonio, Kim Namjoon, casi haces que me dé un infarto— atacó con una mano en su pecho, sintiendo su corazón latir desenfrenadamente por el susto.

El más alto rió socarrón y se acercó a él, acabando con el poco espacio que había entre ellos.

—¿Qué haces?

—Jinnie, me has tenido en abstinencia tres semanas— se quejó como un niño pequeño.

El nombrado rodó los ojos y se cruzó de brazos —Pues no quiero tener sexo, no lo haremos hasta el próximo año.

El moreno abrió sus ojos asustado, logrando sacarle una carcajada al menor.

—Genio, el próximo año es mañana— puso su dedo índice en la frente contraria.

—No quiero esperar hasta mañana ¡Es demasiado! Ya no aguanto— hizo un pequeño berrinche del cual no estaba muy orgulloso. Realmente no lo haría sino estuviera loco por tener sexo ahora mismo.

Ante esto, el menor soltó un suspiro —¿Si lo hacemos ahora, vas a dejar de molestar?— Namjoon asintió frenéticamente —Está bien.

🔞

—¡Aahh, aahg! ¡Namjoon!— el castaño gemía bastante alto mientras el moreno lo embestía contra la pared del baño.

—¡Agh! Me encantan las caras que pones cuando te la meto— sonrió con satisfacción al tiempo que lo penetraba más adentro.

Su boca formaba una perfecta "o" y su vista estaba perdida en los azulejos del baño. Completamente perdido, se aferró a los anchos hombros de su profesor y se lanzó a sus labios para empezar a besarlo con deseo. Saliva sin identificar a quien pertenecía, escurría por las comisuras de ambos. Los gemidos de Seokjin eran callados por la boca de Namjoon y el choque de pieles resonaba por todo el baño.

Sus piernas temblaban sobre los brazos del más alto, pero el dolor era recompensado por el increíble placer que sentía allí abajo. De un momento a otro, el glande de Namjoon empezó a dar estocadas en su próstata, haciéndolo gemir por lo alto.

—¡Aahg, sí! ¡N-no pares por f-favor!

Namjoon siguió penetrándolo rápidamente sabiendo que a este ritmo, pronto acabaría.
Y no se equivocó, un par de embestidas más en aquel punto y Seokjin se deshizo en un delicioso orgasmo acompañado del mayor.

Se quedaron en la misma posición por unos segundos mientras recuperaban el aliento, cuando lo hicieron, Namjoon salió de Seokjin y lo ayudó a colocarse de pie en el suelo, pero las piernas de éste flaquearon y sino fuera porque los fuertes brazos del moreno lo atraparon, el castaño hubiera caído al piso.

—Ah, mierda— respiraba agitado —Genial, ahora no podré caminar por tu culpa— frunció el entrecejo, mirándolo acusatoriamente.

Namjoon no pudo evitar soltar una carcajada pero al ver que Seokjin en verdad estaba molesto, besó sus labios con ternura —No te preocupes, yo me encargaré de cargarte hasta que te sientas mejor— pero al ver que esto no era suficiente, suspiró rendido —Bien, pasaré más tarde a la farmacia para comprarte unos parches ¿De acuerdo?— Seokjin asintió más convencido —Bien, terminemos de bañarnos.

Ambos se quedaron en la ducha, enjuagando sus cuerpos y repartiéndose una que otra caricia no malintencionada.

Mientras tanto, los chicos que estaban abajo se habían quedado "traumados" tras escuchar los gemidos de Seokjin, los cuales habían sido tan altos que se habían escuchado por toda la casa.

Gracias al cielo, los demás estudiantes ya se habían despertado e ido a sus casas, porque de lo contrario, hubieran descubierto que uno de sus compañeros tenía un romance con su profesor y honestamente, eso no habría sido favorable en ningún sentido, mucho menos ahora que el director Choi había olvidado sus sospechas hacia Kim.

Los chicos ahora mismo se encontraban en el sofá de la sala comiéndose los pasabocas que sobraron la noche anterior. Todos menos Jungkook, quien se hallaba comiendo en la cocina alejado del grupo, más específicamente de Jimin y Yoongi.

—Pobre de mi hermanito— Taehyung hizo un puchero.

El pelirrojo a su lado soltó una risa burlona, era su momento de vengarse —Descuida, creo que lo disfrutó— comentó con sorna, ganándose un golpe en su brazo por parte del pequeño.

—¡Oye! No te metas con mi...— se calló apenas vio a su hermano siendo cargado por Namjoon escaleras abajo.

Los presentes los miraron con sonrisas pícaras en sus rostros y no tardaron en empezar a hacer preguntas incómodas.

—¿Sí se divirtieron?— cuestionó el pelimenta, arqueando una ceja en forma de burla.

Los rostros de ambos se tornaron de color carmesí, provocando risas por parte de los demás.

—Ay Seokjin, eres tan ruidoso— se burló su rubio, fastidioso y mejor amigo.

—Cállate, Jimin— el castaño miró hacia otro lado con su rostro colorado.

—Y para colmo, no vas a poder caminar para celebrar el año nuevo.

—¡Cierra la boca, Yoongi!— atacó ya fastidiado.

—Es verdad, ya guarden silencio o les bajo diez décimas en inglés y eso, déjenme decirles, a la mayoría de ustedes no les conviene— amenazó Namjoon con una sonrisa triunfante en su rostro.

Yoongi bufó y se cruzó de brazos, debía resignarse a no poder molestar a Seokjin mientras fuera estudiante del moreno.

—Espérate a que me gradúe.

El reloj anunciaba las diez de la noche para el momento en que los chicos llegaron en la plaza principal. Allí estaba la mayor parte de Seoul esperando a que llegara la media noche.

Optaron por sentarse en unas bancas que yacían desocupadas a comer cuanta cosa ofrecieran los vendedores ambulantes. Algunos tenían un poco de sueño debido a que se habían trasnochado la noche anterior, un claro ejemplo era Seokjin, quien mantenía su cabecita recostada en el hombro de Namjoon. Éste estaba bastante cómodo con ello y de vez en cuando le daba pequeños besos a su cabello, creando una escena bastante melosa.

Jungkook desde su lugar los miraba risueño —Oigan, no coman pan en frente de los pobres— se quejó divertido.

—Tú deberías de conseguirte un novio, Jungkook— le molestó Seokjin —Necesitas amor.

En ese instante, un sonrojo se apoderó de sus mejillas, más aún cuando la pareja del rubio y el pelimenta voltearon a verlo. En ese momento se puso nervioso.

—¡Oye! Ya tengo bastante amor de parte de mi mismo— se palmeó con orgullo el pecho —Yo me amo.

Aquellas palabras les provocaron gracia a todos los chicos.

—Ya no lo molestemos más, dejémoslo con su amor propio— Taehyung recostó su cabeza en el hombro del azabache para darle confort.

—Si quieres te puedo presentar a mi primo— propuso Namjoon —Se llama Yugyeom.

Jungkook lo miró incrédulo y a la vez con una sonrisa en su rostro —¿Ah sí? ¿Y es lindo?

Namjoon asintió —Sí, es bastante lindo.

Seokjin se separó un poco y lo miró arqueando una ceja, dándole una oportunidad en su infinita misericordia para arrepentirse de lo que acababa de decir.

El rubio soltó una risa nasal al ver a su pequeño celoso —Pero tú lo eres más, Jinnie— sonrió y empezó a besarlo tiernamente.

—Ay, pero que lindos— comentó Taehyung, haciendo separar a los amantes a causa de la risa.

Ya sólo faltaban unos cuantos minutos para que llegaran las doce, por lo que los chicos se colocaron de pie y fueron hacia el centro de la plaza, Seokjin con un poco de ayuda de Namjoon.

Miraron el reloj y con emoción empezaron a contar mientras Jungkook grababa con su teléfono.

—Diez, nueve, ocho, siete, seis, cinco, cuatro, tres, dos, uno... ¡Feliz año nuevo!

Todos los chicos gritaron a la cámara y después de apagarla, cada uno besó a su respectiva pareja.

Seokjin llevó sus manos al cuello del más alto y lo besó con cariño —Feliz año nuevo, Namjoonie— susurró con ternura al momento de separarse.

—Feliz año nuevo, Jinnie— el mayor llevó sus manos a la cintura del más bajo y lo apegó a él, abrazándolo de manera íntima y especial.

Después de unos segundos se separaron. El moreno miró su reloj de muñeca, dándose cuenta de que todavía no eran las doce con uno. Era ahora o nunca.

—Seokjin.

—Dime.

—Te amo— declaró y volvió a besarlo con su corazón latiendo rápidamente.

El castaño le sonrió con cariño, sintiendo su pecho calentarse ante sus palabras, pues era la primera vez que se lo decía —Yo también te amo, Namjoon.

©AlejaDeMin

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