Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAP 26: "Su Orgullo O Jimin"

Había pasado un mes desde lo sucedido.

Por obvias razones, Seokjin aún seguía con Jackson, a pesar de que éste último resultó siendo bastante celoso y apenas sí lo dejaba ir a visitar a Jungkook todos los días al hospital.

Namjoon... Bueno, él había ido de mal en peor las siguientes semanas. Había regresado a la época donde se la pasaba bebiendo la mayor parte del día, aunque claro, esta vez con un poco de moderación, pues no se le olvidaba que era profesor y debía cumplir con su jornada laboral completamente sobrio.

Hoseok iba casi todos los días a su casa para acompañarlo y persuadirlo de que tratara de olvidar a Seokjin, quería que su mejor amigo siguiera con su vida como antes, pero él simplemente se negaba a hacerlo.

En la universidad todos notaban el gran cambio de Namjoon. Ya no iba perfumado ni arreglado como antes, ahora sólo se peinaba el cabello a duras penas y unas enormes ojeras sobresaltaban en su rostro. Ésto no había pasado desapercibido para Seokjin, quien se sentía como la mierda pues sabía que él era el único culpable de todo, pero no podía hacer nada. Todo estaba hecho un caos.

Hoy era viernes. Todos los alumnos estaban entusiasmados por poder descansar de tan agotadora semana e ir a algún bar o discoteca a divertirse y emborracharse. Claro, todos menos Seokjin; éste tenía una cita todos los días en el hospital y cuando salía de allí, debía ir a su departamento para hacer las tareas que le habían dejado durante el día.

Jimin se la había pasado ignorando a Yoongi el último mes. Éste último había querido solucionar las cosas, pero el pequeño rubio no cedía; el enojo seguía presente. A veces cuando consideraba perdonarlo, el recuerdo de él tratando mal a su mejor amigo y después siendo tan grosero con él, volvían a su mente y hacían que desistiera de aquello.

—Minnie, bebé— Yoongi llevaba varios minutos tratando de llamar la atención de su compañero de asiento, pero éste simplemente lo ignoraba.

Las últimas semanas se había dedicado a regalarle de todos los dulces que encontraba en la tienda, pero ninguno había logrado disuadir el duro corazón de un Jimin enojado ¡Ni siquiera los bombones de chocolate con forma de perrito! Eso ya era demasiado.

Después de varios minutos de estarlo intentando, decidió sacar su as bajo la manga, abriendo su maletín para después sacar de éste un paquete de gomitas de un tamaño bastante considerable. Bajo la disimulada mirada de Jimin, las colocó al lado de su cuaderno.

—Son para ti— el menor lo miró por unos segundos antes de dirigir su atención al tentador paquete de gomitas, el cual lo hizo relamer sus labios inconscientemente. Sin decir nada, lo tomó, lo abrió y empezó a comer en silencio sin dirigirle ni una mirada a Yoongi. Éste, sin importarle que el menor no le hubiera dado ni las gracias, se recostó en su asiento mientras lo veía comer, esperaba que ese detalle lograra persuadirlo.

Luego de un rato, Jimin le extendió una gomita a Yoongi.

—No quiero comer solo— habló bajito aún sin mirarlo, pero con una expresión bastante tierna a perspectiva del mayor.

Éste tomó la gomita, se la metió a la boca y empezó a masticarla, haciendo un sonido con su garganta por lo bien que sabía —¿Te gustan?— preguntó después de tragarla.

El rubio asintió —Sabes que me encantan— admitió, metiéndose otra a la boca.

—Así que... ¿Ahora sí estoy perdonado?— preguntó con una pizca de esperanza en su corazón.

El menor sinceramente lo pensó. El pelimenta le había estado regalando muchas cosas las últimas semanas, pero las gomitas eran su perdición.

—Lo haré con una condición— lo miró fijamente a los ojos, con un atisbo de temor porque Yoongi no aceptara.

—La que sea, bebé— respondió decidido.

—Quiero que le pidas perdón a Seokjin.

Ante ésto, el pelimenta abrió sus gatunos ojos desmesuradamente y negó varias veces con su cabeza —¡Eso jamás! Hirió a mi mejor amigo. Yo no le voy a pedir perdón— respondió molesto, mirando hacia otro lado.

—¿No habías dicho "lo que sea"?— se cruzó de brazos y arqueó una ceja, decepcionado.

—Pero eso no, Minnie.

—Entonces no te voy a perdonar— volvió su atención a sus gomitas para seguir comiendo de éstas.

Yoongi se sacudió el cabello bastante irritado. Ahora mismo se encontraba en una situación donde debía decidir entre su orgullo y su Jiminie.

Hizo una mueca y suspiró.

Había optado por el segundo.

El timbre de salida resonó por toda la universidad, provocando que tanto estudiantes como profesores recogieran sus cosas para irse. Seokjin no era la excepción.

Ya se disponía a salir del salón, hasta que sintió cómo una mano lo tomaba por el hombro y hacía que se volteara. Al ver de quién se trataba, hizo sus labios una línea y bajó la mirada, no sabía cómo reaccionar.

—Seokjin, yo...— el pelimenta miró a Jimin antes de volver su mirada al castaño —Quiero pedirte perdón por haberte tratado mal ese día. Entiendo que tuviste tus razones para haber tomado esa decisión y yo no tenía derecho a reclamarte sin saber porqué lo hiciste.

Kim abrió sus ojos considerablemente. Jamás, desde el tiempo en que lo venía conociendo, se imaginó a Yoongi pidiendo disculpas. Definitivamente, Jimin lo tenía comiendo de la palma de su mano.

—Amm... Está bien, descuida— hizo una mueca al tiempo que se rascaba la nuca. Miró a Jimin exigiéndole una explicación en silencio, a lo que él se limitó a sonreírle cómplicemente.

—¿Has estado viendo a Jungkook?— el mayor de los tres decidió cambiar el tema.

El castaño asintió —Sí, lo veo todos los días.

—¿Y cómo sigue?

—Cada día va mejorando. Despertó al tercer día y desde eso, siempre lo visito y le llevo dulces.

—Ya veo— el pelimenta vio de reojo hacia la puerta, logrando ver a Jackson con una expresión que sólo delataba celos en todo su esplendor —Creo que ya debes irte, te están esperando.

Seokjin volteó a mirar sobre su hombro, no pudiendo evitar soltar un bufido de pura molestia —Está bien, hablamos luego— se despidió con un ademán y caminó hacia el que —desgraciadamente— aún era su novio.

—Es que no entiendo porqué tienes que visitar todos los días a ese imbécil— reclamaba el pelinegro mientras veía a su novio arreglándose para ir al hospital.

—En primera, no lo llames así; en segunda, lo hago porque es mi amigo; y en tercera, que no se te olvide que tú le hiciste eso, así que no me reclames nada— se defendió el castaño bastante serio mientras buscaba una camisa para cambiarse.

El contrario torció su boca —¿Por qué no mejor...— fue hacia Seokjin —...Dejas de ir hoy y nos divertimos?— lo abrazó por detrás y empezó a dejar besos húmedos en su cuello.

—¡J-Jackson, déjame!— empujó al susodicho bastante molesto —Te he dicho varias veces que no quiero— terminó de abotonar su camisa.

El pelinegro lo tenía acosado, no había día en el que no le propusiera acostarse con él. Desafortunadamente para Jackson, Seokjin no cedía a sus insinuaciones y en el mejor de los casos, terminaba con un bonito tatuaje de la mano del castaño en su mejilla.

—Estás buscando que vaya y me acueste con otra— amenazó.

—Hazlo— le retó —Sabes que no me importa.

El menor salió del departamento, sacando a Jackson prácticamente a patadas. Hecho esto, se perdió por los pasillos del edificio antes de subirse al ascensor.

Cuanto lo detestaba.

—Buenos días ¿El mismo paciente?— Seokjin asintió con una pequeña sonrisa —Muy bien, puede pasar— la castaña, quien ya lo conocía porque iba todos los días, le hizo un ademán para que pasara.

Sin querer perder ni un minuto de tiempo, agradeció con una reverencia para después subir por el ascensor y dirigirse a la habitación donde reposaba el pelinegro. Cruzó por la puerta y le sonrió cálidamente.

—Oh, hola hyung ¿Cómo está?— saludó un Jungkook bastante animado, estaba sentado en el borde de la camilla posiblemente esperándolo. Su brazo izquierdo enyesado reposando sobre el inmovilizador.

—Hola Kookie— descargó su bolso en una mesita y se sentó a su lado —¿Cómo sigues?— preguntó algo preocupado, llevando su mano al sedoso cabello del menor para acariciarlo fraternalmente.

—Ya estoy bien, hyung; no tiene de qué preocuparse. El doctor dice que mañana me darán de alta— exclamó bastante sonriente —Ya quiero salir de aquí, la comida de este lugar no es muy rica que digamos— hizo una mueca de asco que hizo reír a Seokjin.

—Por eso te traje esto— alcanzó su bolso y sacó un paquete de galletas de chocolate; en las últimas semanas se había dado cuenta de que eran las favoritas del menor. Le ofreció el paquete con una sonrisa amplia en el rostro, a lo que el pelinegro las recibió de la misma forma.

—¡Muchas gracias, hyung! De verdad no sé cómo agradecerle— sonrió mientras miraba el paquete con anhelo.

—No tienes que agradecerme, lo hago con mucho gusto.

De esta manera, se la pasaron hablando toda la tarde, compartiendo anécdotas divertidas hasta que el horario de visitas terminó y Seokjin tuvo que retirarse. Por su charla de ese día, supo que Jungkook planeaba quedarse unos días fuera de su casa; su madre había llamado y para su desgracia, ya estaba enterada de todo. Sin estar enterada del accidente que había sufrido, le insultó como nunca lo hizo y le gritó que nunca más volviera a buscarla, aparte de que le exigió devolverle la casa que le había prestado para que viviera independientemente. De esta manera, no sólo se había quedado sin familia, sino también sin un lugar donde vivir.

—¿Volverá mañana, hyung?— preguntó esperanzado, haciendo que sus ojitos brillaran.

—Por supuesto ¿O quién te va a venir a recoger?

El pelinegro sonrió en demasía —Muchas gracias, entonces nos vemos mañana, hyung.

—Nos vemos mañana, Kookie. Cena bien por favor, no quiero tener inconvenientes con el personal por estarte trayendo dulces— después de escuchar una risa por parte del menor, salió de la habitación y poco después, del hospital.

No quería regresar a su departamento porque sabía que Jackson estaría esperándolo afuera, por lo que decidió dar una vuelta para despejarse y hacer tiempo para que su novio se aburriera y se largara.

Empezó a caminar por las frías calles de Seoul sin un rumbo fijo, faltaba un par de meses para que el invierno llegara, pero el frío ya estaba presente.
Las hojas empezaban a desprenderse de los árboles, creando de a poco una alfombra anaranjada en las calles que parecía el perfecto incentivo para que los niños jugaran en ella.

Sonrió por unos instantes antes de volver a su estado neutral y seguir caminando con la mirada baja. No sabía porqué sentía que este otoño sería diferente a los demás.

Ahora mismo, Hoseok se encontraba besando con mucho deseo a Taehyung en su acogedora habitación.

El menor había estado yendo casi todos los días a su casa, ocasionando que ambos se fueran acercando cada vez más. Tanto, que Kim ya se quedaba a dormir por lo menos tres veces por semana.

—Mm Taehyung— el pelirrojo murmuró en medio del beso al tiempo que se colocaba encima del castaño.

—Hoseokie...— cerró sus ojos mientras acariciaba la piel del contrario que se hallaba a su alcance. Movía sus labios al compás con los ajenos, correspondiendo al ardiente beso que consiguió una erección en ambos amantes.

El beso se fue intensificando a cada segundo. Los labios del pelirrojo se instalaron en el cuello contrario y succionaron con fuerza, arrancándole fuertes jadeos a Taehyung. Éste colocó sus brazos alrededor de su cuello, dedicándose a disfrutar de cada toque en su piel sensible.

—¡Ah, Hoseok!— gimió al sentir los dedos fríos de su novio estimular uno de sus pezones.

—Quiero hacerte mío, Taehyungie— susurró con su voz más ronca de lo normal al tiempo que se colocaba entre las piernas del menor.

—Y-yo...— el castaño se sonrojó hasta las orejas ante aquella propuesta indecente. Le daba un poco de miedo, pero a la misma vez se moría por entregarle su cuerpo al hombre que lo único que había hecho era consentirlo y brindarle todo el amor que podía albergar en su corazón. Después de unos segundos, asintió tímidamente —Yo t-también quiero hacerlo— sonrió con sus mejillas bastante rojitas.

El mayor le sonrió, mostrando sus bonitos hoyuelos antes de volver a besarlo. Segundos después, se separó un poco para quitarle la camisa al menor, dejando su torso desnudo.

Taehyung no quiso quedarse atrás; se levantó un poco y le quitó la camisa a Hoseok, dejando ver sus músculos para nada exagerados y su abdomen marcado.

Iban a llegar más allá hasta que el timbre de la casa resonó por toda ésta, sacándolos de la atmósfera erótica que se había creado.

—¡Tch! Mierda— masculló el más alto.

—Ve a ver quién es, de seguro es importante— Taehyung desvió su mirada avergonzado y molesto con la persona que los había interrumpido.

El pelirrojo le brindó una sonrisa torcida antes de levantarse —Ya vuelvo, TaeTae— besó fugazmente sus labios para después salir de la habitación. No se molestó en colocarse nuevamente la camisa, por lo que de esta manera abrió la puerta dejando ver a... ¡¿Seokjin?!

Abrió los ojos como platos ¿Qué demonios hacía su cuñado ahí? Rápidamente cerró la puerta y corrió hacia la habitación.

—Taehyung, es tu hermano. Rápido, colócate la camisa.

El susodicho no pudo evitar ponerse nervioso por esto, rápidamente hizo lo que el mayor le había dicho y corrió hacia la sala mientras organizaba su cabello.

El pelirrojo se vistió de igual forma y cuando se aseguró de estar presentable, volvió a abrir la puerta, dejando ver nuevamente a Seokjin, pero esta vez, con una ceja notoriamente arqueada.

—¿Se puede saber porqué le cierras la puerta en la cara a tu queridísimo cuñado?— interrogó el castaño sin quitar esa expresión seria de su rostro.

—Eh... Es sólo que... La sala estaba algo desordenada y no quería que la vieras así— respondió el mayor un tanto nervioso.

—Ajá— el tono de voz que empleó sólo delataba que no le había creído ni una sola palabra. Sin decir más, se adentró en la casa y fue directamente hacia su hermano.

—¿Qué hace aquí, hyung?— preguntó tratando de disimular la pequeña espinita que le provocó el hecho de que hubiera aparecido en el momento más inoportuno.

—Sabía que estabas aquí, así quise venir un rato... No soporto al idiota de Jackson.

Ante esto, Hoseok frunció el entrecejo. Hace un par de semanas se había enterado de la verdad y le daba mucho coraje, aún peor, sentía impotencia el no poder decírselo a Namjoon, pues éste no quería saber nada de Seokjin y no aceptaría escucharlo —¿Está molestando de nuevo?— preguntó con el semblante serio.

El castaño mayor asintió —Ya no quiero ni volver al departamento, es un completo fastidio— exclamó mientras se recostaba contra una pared y se cruzaba de brazos.

—Yo tampoco quiero volver— añadió Taehyung, provocando que ambos mayores se le quedaran viendo confundidos y molestos.

—¿Ese idiota te ha hecho algo?— preguntó su novio, apretando su mandíbula.

El menor negó con su cabeza —Es que... Me mira muy raro. Me da muchos nervios— bajó su cabeza apenado.

Seokjin frunció el entrecejo notoriamente; volteó a ver a Hoseok, notando cómo éste tenía sus manos hechas puños sobre sus piernas, las venas de sus brazos y su frente resaltando a simple vista por el enojo que iba apoderándose de él.

—Lo voy a matar— exclamó antes de levantarse y caminar hacia la puerta, decidido a enterrar su puño en el rostro del pelinegro.

—Espera— Seokjin lo tomó por el hombro, deteniendo su caminar.

—Discúlpame, pero el que sea tu novio no significa que le voy a permitir que me mire al mío— espetó, dándose media vuelta para mirarlo.

—Y no te estoy pidiendo que lo hagas. Yo me encargaré de él ¿Sí?

—Pero...— fue interrumpido.

—Mi hermano tiene razón, Hoseok hyung. Él se va a encargar de poner a ese idiota en su lugar— asintió convencido de sus propias palabras.

El pelirrojo se cruzó de brazos, soltando un bufido molesto; él sólo quería defender a su pequeño Taehyung, no veía porqué no podía hacerlo.

—Bueno, ya me voy, tengo cosas qué hacer— el castaño mayor se dirigió a la salida y abrió la puerta, pero antes de irse, se dirigió nuevamente a la pareja, más específicamente a cierto pelirrojo —Por cierto... Tendrás que encargarte de los chupones que le hiciste a mi hermano y si van a tener sexo, por favor usen condón— bromeó para después salir rápido de la residencia, dejando a Taehyung y a Hoseok bastante sonrojados.

©AlejaDeMin

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro