Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

CAP 23: "Ultimátum"

—¿Estás loco? No puedes ir a ese lugar, no sabemos qué diablos planea hacerte— Yoongi tenía el entrecejo fruncido por la respuesta de Seokjin ¿Pero qué más podía hacer?

—Si no voy, me va a ir peor. Esta mañana casi me hace algo porque creyó que lo había dejado plantado— al ver que ninguno de los dos decía nada, decidió continuar —Sea como sea, le pedí las llaves del auto a Taehyung para ir a ese lugar esta noche.

Namjoon frunció el entrecejo, no le agradaba para nada que su Seokjin aceptara reunirse con ese tipo, aquella reunión le daba demasiada desconfianza —¿Y si te hace algo? No quiero que te pase nada, Seokjin— preguntó en voz baja al tiempo que se sentaba en el sofá de la sala.

—No creo que me haga nada, véanlo de esta manera: Jackson quiere separarme de Namjoon y me mantiene acosando, es más que obvio lo que quiere.

—¿Y lo vas a aceptar?— esta vez, el moreno posó su mirada fijamente en el castaño.

Ante esto, él sólo pudo suspirar y encogerse de hombros  —No lo sé, tengo que pensarlo. No quiero que te pase nada, Namjoon.

—¡Y yo no quiero que te pase nada a ti!— se levantó alterado del sofá —¡Ese maldito es un acosador, tarde o temprano te va a hacer la vida miserable!

—Cálmate— lo miró serio —¿Crees que no estoy asustado por todo esto? Tengo que ver qué es exactamente lo que quiere y qué planea hacer, ya después veré como zafarme de él— dijo decidido.

Los mayores hicieron una mueca que sólo demostraba que estaban en total desacuerdo con él, pero no le importaba. Así se pararan en la cabeza, hoy iría a ese lugar.

Quince minutos después, ya se había cambiado su ropa por una sudadera azul, un jean y unos converse negros. Yoongi y Namjoon aún seguían en la sala, pensando en una vigésima idea para evitar que el castaño se dirigiera a ese lugar.

—Yoongi ¿Ya buscaste la dirección?— preguntó dirigiéndose al susodicho e ignorando las miradas de Namjoon sobre él.

El pelimenta asintió levemente —Es a las afueras de la ciudad, en las fábricas abandonadas— ante su sola mención, no pudo evitar tragar grueso. De niño le temía a ese lugar y ahora le tocaba ir allá a reunirse con un acosador.

—Está bien— miró su reloj —Son las seis con veintiocho. Tengo que estar en ese lugar a las siete y media, así que tengo que partir ya— tomó las llaves del departamento y del auto antes de dirigirse nuevamente a los dos mayores —¿Vienen?— preguntó, rezando en su interior por recibir una respuesta afirmativa. A decir verdad, no quería ir sólito a ese lugar.

Hubo silencio por unos cuantos segundos, tiempo en el que ellos se miraron entre sí, como si estuvieran debatiendo mentalmente. Al final, Namjoon se levantó del sofá y habló.

—Vamos contigo. Si él planea algo, al menos estaremos ahí y no tendrás que enfrentarlo solo.

El castaño le sonrió cálidamente —Gracias, Namjoon.

—De una vez advierto— intervino Yoongi —Estoy armado.

—No creo que sea necesario, pero gracias— le brindó una sonrisa para después salir del departamento, seguido del rubio y el pelimenta.

Ahora mismo, Seokjin se encontraba conduciendo el auto. Namjoon y Yoongi se hallaban en el asiento trasero para no ser vistos por Jackson, una vez llegaran al lugar.

El corazón le palpitaba como si hubiera corrido una maratón, realmente tenía miedo. Ahora es cuando se estaba empezando a arrepentir, pero no tenía de otra, ya estaban llegando y debía afrontar al pelinegro.

Poco a poco, las luces y los ruidos de la ciudad se fueron alejando, dando paso a un silencio que podía poner nervioso a cualquiera. Las pocas luces a los costados de la carretera y las del auto mismo eran lo único que evitaba que chocaran.
El viaje había sido bastante silencioso, ninguno quiso emitir palabra desde que subieron al auto y al parecer, así seguirían hasta que llegaran a su destino.

El castaño apretó sus manos en el volante cuando vislumbró las fábricas a la lejanía. Ahora recordaba el porqué le daban tanto miedo cuando era pequeño. Ese lugar parecía sacado de una película de terror, una de caníbales que podían saltarte encima apenas te vieran y no los podrías notar sino hasta que ya los tuvieras encima. Realmente no había mucha luz allá.

Tomó una bocanada de aire, la retuvo por unos segundos y la soltó bruscamente. Si de por sí ya estaba con los pelos de punta, no se imaginarían el salto que dio en su asiento cuando sintió una mano tocar su hombro.

Namjoon.

—Estaremos aquí atrás viendo qué sucede, si algo se sale de control, saldremos y te ayudaremos ¿De acuerdo?

—Sí... Gracias, Namjoon— le sonrió levemente, mirándolo a través del retrovisor. Se notaba que el moreno se preocupaba por él y eso lo ponía feliz de una manera que no sabía cómo explicar.

Luego de conducir por unos cuantos minutos más, se permitió soltar un suspiro pesado.

—Llegamos.

Estacionó el auto cerca del barandal que daba una vista completa a la ciudad. Si no fuera por el lugar y la situación, sería un escenario bastante bonito.

Apagó el motor y trató de divisar algo entre la penumbra. De un momento a otro, su vista se detuvo en la esquina de una de las fábricas. Había un cámaro negro estacionado y a su lado, una persona completamente vestida de negro apoyada en él.

Tomó aire una última vez, mirando de reojo a los dos mayores. Con el poco valor que tenía en ese momento, abrió la puerta, bajó del auto, la cerró y fue en dirección a aquella persona.

—Puntual, así me gusta.

El castaño lo miró seriamente, optando por ir directo al grano —¿Qué es lo que quieres de mí?

—Amm...— una risa nasal se escuchó de su parte —Quiero tantas cosas...— hizo una pausa —Pero la verdad, lo que más me interesa eres tú.

Ante esto, Seokjin frunció el entrecejo. El pelinegro ni siquiera se molestaba en ocultar su descaro.

—No tengo ni la más mínima idea de quien eres, estúpido— mintió.

—Oh, claro que la tienes— se quitó la gorra y el tapabocas que traía puesto, dejando ver, con la poca luz que había, su rostro.

—¿Jackson?— abrió sus ojos y puso su mejor cara de desconcierto y sorpresa.

Sin embargo, el susodicho esbozó una sonrisa molesta, como si se estuviera burlando de él —Realmente eres un gran mentiroso y un buen actor.

—¿Qué?— preguntó esta vez, verdaderamente confundido.

—¿Creíste que no me daría cuenta que enviaste a Jungkook a averiguar la dirección de mi casa?

En ese momento, el miedo comenzó a adueñarse poco a poco de Seokjin —No sé de qué estás hablando— dijo después de un rato, haciéndose el desentendido.

—A ver... Creo que fuiste bastante ingenuo al creer que aún vivía con mi madre— soltó una risa nasal —El idiota de Jungkook te dio la dirección de ella, mi tía no sabía que yo me había mudado. Por eso cuando llamó a mi madre preguntando si Jungkook ya había venido a visitarnos y ella después me lo preguntó a mí, supe que tú tenías mucho que ver en esto... Que lástima que no fuiste más inteligente, las consecuencias las tuvo que pagar mi pobre y estúpido primito.

—¡Maldito bastardo! ¡¿Qué le hiciste?!— ya no tenía caso seguir mintiendo, ahora estaba preocupado por Jungkook.

—Digamos que... En estos momentos se encuentra muriendo en el hospital central... Que lástima que haya sufrido ese "accidente"— recalcó la última palabra haciendo comillas con sus dedos y sonriendo de lado, con pena.

—¡Eres un hijo de...!

—Hey hey, con mi madre no te metas y mucho cuidado cómo me hablas. Creo que ya te diste cuenta de lo que soy capaz ¿O no?— preguntó con su semblante serio, haciendo que el menor se estremeciera.

Éste no pudo hacer más que agachar la cabeza. Había apretado tanto sus puños por la ira contenida que sus nudillos habían adquirido un color blanco. Su mandíbula yacía apretada con fuerza y sentía unas irremediables ganas de llorar. Había sido su culpa que Jungkook estuviera en esa situación, él le había pedido que investigara a su primo sin medir las consecuencias de lo que aquello acarrearía.

Sin darse cuenta, una lágrima ya se encontraba resbalando por su mejilla derecha, la cual fue limpiada por Jackson.

—Ya ya, no llores... Jungkook no era alguien importante, no hubo tiempo para que te hubieras encariñado de él— le dolían cada una de sus palabras, pero lo que más le daba rabia es que estaba hablando del menor en pasado.

—Él no ha muerto, imbécil.

—Pronto lo hará— su mirada era fría, se veía por encima que no le importaba nadie más que él mismo.

—¿Qué es lo que quieres? Ya te dije que no me interesas ¡¿Por qué no te vas con cualquiera de las chicas que te persiguen en la universidad y me dejas en paz?!

—Porque no me interesa ninguna de esas idiotas hormonales, únicamente me interesas tú— acercó una mano para acariciar la mejilla de Seokjin, pero éste la apartó de inmediato.

—No me toques. Tú no te interesas por nadie, no me vengas con estupideces.

—Escúchame bien, Seokjin...— se acercó al oído del susodicho y susurró unas cuantas palabras que lo dejaron sin aliento. Sin necesidad de más, empezó a derramar lágrimas hasta que sus mejillas estuvieron completamente empapadas —Ya tienes mi ultimátum, no voy a esperar más tiempo.

Se subió al cámaro, encendió el motor y se largó rápidamente de ese lugar, dejando aquellas palabras malditas resonando en bucle en la mente de Seokjin. Esto tenía que ser una pesadilla.

No pasó mucho para que Namjoon y Yoongi bajaran del auto y caminaran hacia él. El primero, al ver los ojos rojos e hinchados del menor, se preocupó aún más y sin pensarlo, acunó su rostro entre sus manos.

—¿Qué pasó, Jinnie? ¿Qué te dijo ese malnacido?

—Jungkook está en el hospital— en cierta parte estaba llorando por eso, pero no le iba a contar lo último que Jackson le dijo.

—¿Qué le pasó?— el moreno frunció el entrecejo, notoriamente preocupado por el estado de salud del pelinegro.

—Al parecer lo mandó a matar, yo no sé...— escondió su rostro en el pecho de Namjoon, arrugando la camisa de éste bajo sus puños y mojándola con sus lágrimas

—Seokjin, ven— el pelimenta se acercó y condujo al castaño hasta el auto. Éste iba a conducir, pero el mayor se lo impidió y en lugar de abrirle la puerta del conductor, lo hizo con la trasera.

—Puedo conducir, Yoongi.

—No te lo pregunté— dicho esto, se dirigió a Namjoon —Llévalo al asiento trasero, yo conduzco.

El moreno se limitó a asentir y tras tomar la mano de Seokjin, lo llevó hasta el lugar que Yoongi había dicho. El castaño sólo se dejaba llevar, estaba realmente aturdido como para poner resistencia siquiera.

Una vez todos dentro, Yoongi puso el auto en marcha y empezó a conducir de regreso.
Ninguno dijo nada al principio porque querían darle su espacio, pero éste se fue al carajo después de unos pocos kilómetros, cuando no resistieron más y le preguntaron:

—¿Qué fue lo que te dijo?

El menor les contó todo, exceptuando lo del final. Cuando terminó de hablar, un silencio bastante incómodo reinó en el auto.

—Deberíamos ir a ver a Jungkook ¿No crees?— propuso el pelimenta sin apartar su mirada del camino.

—Sí, vamos— se apresuró a decir, pero Namjoon rápidamente colocó una mano en su pecho, deteniéndolo.

—No, Seokjin— lo miró serio —No podemos ir ahora.

—Pero ¡¿Qué estás diciendo?! Probablemente Jungkook está muriendo en estos momentos, necesito ir.

—¿Y si eso es lo que Jackson quiere?— no era que quisiera ponerse paranoico, pero la situación daba lugar a muchos escenarios que le gustaría evitar por su propio bien y el del menor.

Sin embargo, éste no dio su brazo a torcer —No, me vale, yo quiero y voy a ir a ver a Jungkook. Yoongi, llévame al hospital central— pidió dirigiéndose a este.

Éste suspiró antes de dar un asentimiento —Está bien— se desvió por la carretera y condujo hasta el hospital que Seokjin había mencionado.

Aún faltaba mucho para llegar y los párpados le pesaban por el reciente llanto. Por esto mismo, cerró sus ojos para descansar un poco y sin darse cuenta, se quedó dormido con su cabeza apoyada en la ventana.

Estaba en una posición realmente incómoda, a perspectiva del mayor de todos allí, por lo que, sin pedir permiso, tomó a Seokjin con delicadeza y lo atrajo hacia él para que apoyara su cabeza en su hombro y así pudiera dormir más cómodo.

—Estás jugando con fuego, Namjoon— sentenció el pelimenta, mirándolo a través del espejo retrovisor.

—¿Qué tiene de malo que duerma en mi hombro?

—No tiene nada de malo. Me refiero al hecho de que se te ocurrió meterte con Seokjin. Si hubieras calmado tus hormonas, no estarías metido en este problema.

El rubio agachó la cabeza apenado. Odiaba ser regañado, pero las palabras de su mejor amigo estaban llenas de razón. Si no se hubiera metido con Seokjin, posiblemente nada de esto hubiera pasado. Estaría en estos momentos tomando café mientras revisaba algunos exámenes mal hechos, lejos de cualquier problema.

Pero... Su Seokjin no estaría a su lado.

No se hubieran hecho tan buenos amigos como ahora y tal vez, el castaño estaría de novio de Jackson.
Sacudió su cabeza para dispersar esa espantosa idea, el sólo hecho de imaginarse a Jackson sobre su pequeño castaño, le hacía hervir la sangre.

—Puede que tengas razón, Yoongi— hizo una pausa para mirar el rostro relajado del castaño y segundos después, volver a mirar a su mejor amigo —Pero no me arrepiento ¿Sabes? Puedo sonar inmaduro y todo lo que me quieras decir, pero yo amo a Seokjin, no lo dejaría ir por nada del mundo. Inclusive si tengo que pasar por esto para poder estar con él, lo haría mil veces.

—¿Y quién te asegura que él te va a corresponder?— esa pregunta le provocó una punzada en el corazón —Digo, no es por sonar cruel ni nada, pero él ya te dejó en claro que sólo te quiere como un amigo.

Namjoon se había olvidado de esto. Hace unos días, cuando salió con Seokjin, empezaron a hablar sobre temas varios hasta que, sin querer, tocaron el tema de sus encuentros en la dirección y el salón. Seokjin se mostraba apenado por esto y le pidió que hiciera su mayor esfuerzo por olvidarlo, pues quería que su relación de amigos no estuviera manchada por ese penoso incidente.

El pelimenta observaba la reacción de su mejor amigo, notando lo que sus palabras habían causado. No quería que el moreno se sintiera así. Jamás lo admitiría, pero sentía un enorme cariño por él, no quería que nadie ni nada lo lastimara; por eso quería hacerle ver la verdad, pero el rubio simplemente se negaba a aceptarla.

—Yoongi, ya no quiero seguir hablando de esto— su voz sonaba apagada, le había afectado mucho lo dicho por el pelimenta.

—De verdad lo siento, Namjoon. Sólo quiero que veas la verdad.

—Dije que ya no quiero seguir hablando de esto— abrazó a Seokjin por los hombros y depositó un pequeño beso en su cabeza.

—Como tú digas.

Siguieron avanzando hasta su destino, el silencio de hace rato había vuelto y no se escuchaba más que sus respiraciones.

Lo que no habían notado aquellos dos, es que Seokjin estaba despierto y había escuchado toda su conversación.

©AlejaDeMin

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro